El Islam sin fronteras. Relatos de uruguayos musulmanes Susana Mangana* Resumen: La firme defensa de la laicidad en Uruguay ha contribuido a la generación de un clima de respeto a las diversas expresiones de fe que coexisten en un país de escasos tres millones y medio de habitantes, a la vez que fomentó una cierta apatía hacia cuestiones rotuladas como “religión”, lo que resultó en la invisibilización de manifestaciones religiosas percibidas como lejanas o incluso inexistentes, por ejemplo el Islam. El imaginario colectivo en Uruguay asoció tradicionalmente la presencia de fieles del Islam a los espacios frontera, confundiendo en muchas ocasiones identidad y etnicidad (árabes, turcos) con religiosidad (musulmanes). El ciudadano medio uruguayo desconoce, en términos generales, qué significa el Islam hoy, cómo se practica, cuántos musulmanes residen en la República Oriental y se sorprenden al saber que hay compatriotas uruguayos que se han convertido al Islam. Este trabajo busca indagar en las experiencias vitales de conversos musulmanes uruguayos para explicar las razones de la conversión y cómo ésta se llevó a cabo en un país donde oficialmente no hay mezquitas, qué centros de reunión y culto frecuentan. Intentará asimismo explorar los obstáculos que enfrentan los conversos al Islam para practicar su fe en una sociedad –la uruguaya- que reivindica con orgullo su carácter laico y que por ahora continúa asociando el auge de otras expresiones religiosas diferentes, a la pobreza y pérdida de cultura en un segmento de la sociedad, minimizando erróneamente el trabajo y poder de atracción de otras iglesias alejadas de la otrora dominante católica. La presente ponencia buscará el testimonio de uruguayos conversos como una vía para acercar esta realidad al público uruguayo familiarizándolo con este colectivo y sus prácticas, desincentivando así su discriminación e invisibilidad. *Profesora de Estudios Árabes e Islámicos y Responsable de la Cátedra Permanente de Islam y Mundo Árabe, Depto. Formación Humanística de la Universidad Católica del Uruguay, [email protected] Página 1 Palabras clave: laicidad, conversos, Islam, uruguayos musulmanes Consideraciones previas: la singularidad de la laicidad uruguaya Si bien es un sustantivo empleado muy comúnmente y con naturalidad en Uruguay, no es como indica Néstor Da Costa (Civitas, Porto Alegre, v 11 n.2 p 207-220, 2011) un término universal y de hecho los uruguayos se sorprenden al ver cómo se vive lo religioso en lo público en otros países. En Uruguay la laicidad constituye un elemento inherente a su ser nacional. La separación Iglesia-Estado es según Da Costa, parte constitutiva del concepto de laicidad y en Uruguay esta separación entre Estado e Iglesia Católica se produjo en la Constitución nacional de 1919. En los hechos no sólo significó la separación institucional formal sino el desplazamiento de lo religioso a la esfera de lo privado. Por otra parte, el modelo de laicidad seguido en la educación pública en Uruguay - con fuerte influencia de la laicidad francesa- y que defiende a ultranza esta separación Iglesia-Estado, ha contribuido significativamente a dotar a la sociedad uruguaya de una aparente homogeneidad que sólo ahora empieza a resquebrajarse con la irrupción de grupos muy variopintos que reivindican sus derechos y nuevos espacios en la esfera pública: desde descendientes de indígenas, pasando por la comunidad afro-descendiente hasta las diferentes iglesias evangelistas recuerdan al resto de uruguayos que la diversidad cultural y religiosa son también tema de debate y actualidad en el país. Como por otra parte hasta muy recientemente prevaleció en Uruguay el mito de que la inmensa mayoría de sus ciudadanos son descendientes directos de los inmigrantes gallegos, italianos y en menor medida armenios y rusos, se desconoce hasta qué punto otras nacionalidades y religiones diferentes a la otrora predominante católica influyeron en la construcción de la identidad uruguaya. En buena medida, trabajos como el de Felipe Arocena y Sebastián Aguiar sobre el Multiculturalismo en Uruguay (Trilce, 2007) intentan revertir esta situación de desconocimiento e indiferencia hacia los valiosos aportes de las distintas culturas asentadas en el país. Para Arocena y Aguiar: El multiculturalismo es un asunto particularmente pertinente en términos políticos en la actualidad. Acercarnos a las variadas maneras de vivir y de ser que cohabitan, a las diferentes hebras que se entrelazan en la madeja de lo uruguayo, permite ensanchar nuestro imaginario complejizándolo y reconocer la diversidad que Uruguay se negó a ver en sí mismo durante décadas. Otra apuesta entonces es colocar en la agenda de discusión un tema que urge porque revela desigualdades estructurales e ilumina la diversidad que nos constituye. (Trilce, 2007, p-8) El Islam y los medios Por otra parte la coyuntura internacional centrada en conflictos cuyo epicentro sigue siendo Oriente Medio y más concretamente el mundo árabo-islámico traslada parte de esta problemática a Latinoamérica, donde al igual que ocurre con musulmanes residentes en otros países occidentales, los fieles del Islam están muchas veces sujetos a la estigmatización de la sociedad que los asimila al terrorismo o que de alguna forma secunda la tesis de Huntington sobre el choque de civilizaciones. Esta mirada sesgada hacia el Islam impone sin duda retos añadidos para todos aquellos que deciden abrazar el Islam, denominados de aquí en adelante conversos. Siguiendo con la presencia cotidiana de noticias relativas al Islam en los medios de comunicación masivos, también en Latinoamérica y Uruguay no es excepción, desde hace ya algunos años se especula con la creciente penetración del credo islámico en el continente a través de la acción exterior de Irán vía sus misiones diplomáticas. Concretamente y desde la llegada del Presidente iraní Mahmud Ahmadineyad al gobierno de Irán en el 2005 y como resultado directo de su especial sintonía con el Presidente venezolano Hugo Chávez, los rumores acerca de la conversión en masa de guajiros en Venezuela o la penetración sigilosa de los ideales de la Revolución islámica liderada por el Ayatolá Jomeini en 1979 han ido en aumento. Es por ello que también nos planteamos a la hora de seleccionar los candidatos para las entrevistas, acercarnos a conversos musulmanes que adhieren al islam chií para así evaluar qué grado de veracidad tienen estos rumores. Es interesante recordar que si en la actualidad existen 1.300 millones de musulmanes en el mundo, el 85% se identifica como seguidor de la Sunna o Tradición del Profeta y los ancestros. Por tanto el islam chií (15% del total de musulmanes a nivel mundial) sigue siendo una minoría. Resulta paradójico y a la vez interesante plantearse la siguiente pregunta: ¿por qué un latinoamericano y más concretamente el uruguayo, con su profunda inclinación a la laicidad, opta por la rama minoritaria del Islam? habida cuenta de la escasa difusión que tiene el Islam en el Cono Sur y más particularmente en Uruguay. En otras palabras, a la hora de plantearnos la serie de contactos y entrevistas con los uruguayos conversos al Islam decidimos averiguar sobre las razones que influyeron en estas personas para decantarse por el chiísmo como nueva opción de vida en momentos en que además la prensa internacional y también la local cuestionan duramente la política de Irán y sus intereses en la región. Selección de relatos de conversos musulmanes A continuación presentamos un resumen de las respuestas dadas por los entrevistados a una batería de preguntas que buscaba indagar en las razones que motivaron su conversión, los elementos del credo islámico que más los cautivaron, qué obstáculos encuentran para la práctica del Islam en Uruguay o cómo es su relación con otros musulmanes. Se trata también de definir si estos ciudadanos uruguayos se sienten discriminados en su sociedad a pesar de que Uruguay cuenta desde el 2004 con una ley como la 17.817 que se denomina Lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación. El Parlamento nacional creó ese mismo año la Comisión honoraria contra el racismo, la xenofobia y toda otra forma de discriminación. El objetivo fundamental de esta comisión es “proponer políticas nacionales y medidas concretas para prevenir y combatir el racismo, la xenofobia y la discriminación, incluyendo normas de discriminación positiva” (Arocena y Aguiar, p-225) “Yo ya vivía como musulmán sin saberlo” admite Juan Pedro Ribas. Esta afirmación es repetida varias veces por uruguayos que habiéndose acercado a la fe del Islam y tras un breve periodo de tiempo en el que se fueron familiarizando con el credo y la práctica del Islam concluyen que casi sin darse cuenta ellos ya eran musulmanes antes de abrazar oficialmente la fe o lo que se conoce también como la declaración de la shahada (confesión de la fe). Como se dijo anteriormente de los 1.300 millones de musulmanes que existen hoy en el mundo, sólo 15% son chiíes o partisanos de Ali, primo y yerno del profeta y el imam número uno de la saga de los duodecimanos, orden que impera aún hoy en Irán e Irak. Si se tiene en cuenta que el chiísmo es entonces la opción que representa a la minoría de fieles en el Islam, llama poderosamente la atención que sea esta la opción preferida por los conversos cuando optan por convertirse al Islam. Esta situación es aún más original si se tiene en cuenta que Uruguay es un país ciertamente lejano en términos de distancia geográfica y donde además la presencia del Islam se ha visto reducida a las ciudades fronteras habitada normalmente por ciudadanos procedentes de Palestina o Líbano. Así pues, la identidad nacional (árabe) se confunde con la condición de creyente (musulmán). ¿Que hace que el islam chií resulte más atractivo para aquellas personas que buscan aprender y conocer más del Islam? Y ello que uno presupone que la información ya escasa de por si inclinaría la balanza hacia el sunnismo. Sin embargo los conversos contactados confirman que la doctrina chií es la que está ganando más adeptos en la actualidad y por tanto nos pareció pertinente intentar averiguar las razones por las que esta rama minoritaria del Islam resulta atractiva y convincente para aquellos individuos que acercándose al Islam deciden adentrarse en su credo y sus prácticas. Uruguay, un país que como ya se ha dicho, ha defendido a ultranza la laicidad del Estado es también una nación orgullosa de su espíritu republicano. Por ello conversos al Islam como Juan Pedro Ribas destaca que los ideales de la Revolución islámica de Irán le resultaron familiares y simpatizó, junto con varios más, con una ideología que hace frente a las potencias occidentales y lo que algunos consideran el neo imperialismo practicado por países como Estados Unidos. La escasez de materiales y bibliografía para aprender sobre el Islam y la cultura islámica hace que estas personas intenten paliar las carencias existentes contactando a los centros islámicos de la capital y las Embajadas de países islámicos acreditados ante la República Oriental del Uruguay. De esta forma los diferentes centros culturales y religiosos islámicos ubicados en la capital, Montevideo, se convierten en puntos de referencia y centros de información para todos aquellos ciudadanos y residentes en Uruguay que buscan un acercamiento al Islam. Esta es también una novedad pues hasta hace cinco años sólo funcionaba un centro islámico en la capital (perteneciente a la Embajada de Egipto) y se conocían algunos centros de reunión de inmigrantes palestinos en Chuy o Rivera, ambas ciudades frontera con Brasil, pero más bien con fines sociales que culturales o de divulgación religiosa. El más antiguo de los centros capitalinos es entonces el que se conoce como el centro islámico dependiente de la Embajada de la Republica Árabe de Egipto, situado en el barrio residencial de Pocitos. En este centro se imparten clases de idioma árabe y algunas conferencias sobre la historia de Egipto y egiptología. Al frente del mismo se encuentra un sheij que viene a ser el guía espiritual del colectivo de musulmanes que frecuenta dicho centro y que es nombrado por el Gobierno de Egipto y suelen permanecer en Uruguay entre 3 y 4 años. Si bien en semana es relativamente tranquilo, el día viernes a la hora del rezo comunitario el centro experimenta un incremento importante de visitantes entre musulmanes originarios de países de Oriente Medio - diplomáticos árabes y musulmanes acreditados en ROU -y algunos conversos. Sin embargo el carácter de centro dependiente de una embajada extranjera ha resultado ser una limitante para el grupo de conversos uruguayos que buscan seguir creciendo en su nueva fe y que entienden que allí se les cohíbe cuando no discrimina, directamente, frente a los musulmanes de origen. Por ello uruguayos conversos decidieron abrir otros centros de reunión donde explorar nuevos caminos para seguir aprendiendo acerca del Islam. El centro que dirige el sirio Ali Jalil Ahmad en pleno centro de Montevideo en Soriano y Ejido fue el primero en recibir a estos conversos desilusionados con el centro de la Embajada egipcia. Ali Jalil Ahmad se dedica a negocios múltiples desde regentar una gasolinera, alquilar inmuebles hasta actuar como matarife para realizar el rito halal en frigoríficos uruguayos. Allí se daban cita semanalmente algunos de los conversos, suníes todos, más jóvenes, en la veintena de años, tanto hombres como mujeres estudiantes universitarios la mayoría pero que pronto chocaron con Ali. Las versiones difieren enormemente sobre el motivo de las diferencias que finalmente acabaron por motivar a los conversos a reunirse en otra sede y abrir un nuevo centro. Mientras que Ali sostiene que él trata siempre de evitar que las reuniones deriven en discusiones o temas políticos para evitar problemas con las autoridades uruguayas (en ese sentido es evidente que aún se siente extranjero y por tanto en situación de debilidad frente al uruguayo) los conversos relatan que no encontraron eco a sus propuestas de profundizar en el estudio del Islam y que el centro no cumple realmente con una función de divulgación de la religión sino como centro de operaciones comerciales del propio dueño, o sea Ali “el sirio”. El más reciente es el centro y mezquita Abdel Rahman ubicado en Yí 1586, casi Cerro Largo, también en el centro de la ciudad y hoy es el segundo en importancia tras el centro islámico de la Embajada de Egipto. Lo preside un ciudadano argentino de origen mendocino y con ascendencia siria sunní, Tamer Chawki y cuenta con un imam converso uruguayo Ozman. Allí reciben a todos aquellos ciudadanos uruguayos que deseen informarse sobre el Islam. En los hechos, este centro también recibe mayor cantidad de visitantes los días viernes a la hora del mediodía para el rezo comunitario. En total entre 10 y 15 personas asisten regularmente al rezo del día viernes, pero muchos se quejan de que debido a su actividad laboral no siempre pueden cumplir con esta práctica. Su afiliación o sintonía con la rama sunní del Islam parece ser la respuesta lógica para que cada vez que algún imam o líder religioso proveniente del Reino de Arabia Saudí visita la región, dicte una charla en dicho centro. Aunque el Presidente (Chawki) del centro asegura que se informa sobre la misma, en los hechos si uno no es asiduo del centro Abdel Rahman o tiene contacto regular con los que lo frecuentan es prácticamente imposible enterarse de dichas visitas y encuentros, con lo cual terminan siendo una reunión a puertas cerradas con la comunidad de conversos uruguayos fiel al mismo. Actualmente uno de sus integrantes (Abdelnur Bidegain) se encuentra realizando estudios de Teología en Medina y se espera que una vez culminados los mismos regrese a Montevideo para dirigir el centro y convertirse en el guía espiritual de la comunidad de conversos que allí se dan cita. Se destaca su integración e inmersión total a la cultura y tradiciones de Arabia Saudí donde incluso contrajo matrimonio con una ciudadana británica de origen pakistaní. Bidegain transitó también por las Embajadas de Egipto e Irán en Montevideo pero finalmente y tras obtener una beca para estudiar en Medina, Reino de Arabia Saudí adoptó la rama sunní del Islam. Por su parte, Ribas y otros conversos entrevistados admiten que habiendo entrado primero en contacto con la Embajada de la Republica Islámica de Irán en Uruguay, la opción del islam chií resulto atractiva desde el principio. Después y gracias a la tarea divulgativa realizada por la propia Embajada a través de su sección cultural o incluso en encuentros privados con el propio Embajador (vale aclarar que diferentes personas conocen a varios Embajadores de Irán que han cumplido misión en Uruguay) varios de los entrevistados pudieron adquirir más conocimientos de primera mano sobre el Islam y cómo se vive en Irán. En la actualidad, la Embajada de la Republica Islámica de Irán en Uruguay invita puntualmente a ciudadanos uruguayos a congresos de distinta ‘índole como una forma de mostrar una faceta diferente a la que acostumbra a ser reflejada en los medios de comunicación masivos. Algunos de estos ciudadanos son ya conversos al Islam que buscan continuar ampliando conocimientos en Irán y otras son personas que provenientes del mundo de las artes y las letras son invitados a participar en congresos de poesía o periodismo, por citar algunos ejemplos de los cuales hemos podido obtener información fiable de primera mano. Un dato curioso, pero quizás también inquietante, es que siendo tan pocos los ciudadanos uruguayos adeptos al Islam decidan reunirse y compartir su experiencia religiosa en diferentes centros en vez de aunar esfuerzos y estrategias para seguir aprendiendo acerca de su nueva fe. A falta de estadísticas fiables y de un censo que recoja la orientación religiosa de los uruguayos (durante el presente mes de setiembre del 2011 se está realizando el censo en Montevideo y esta pregunta tampoco está incluida) cada centro islámico aventura cifras diferentes. Se calcula que residen entre 500 y 600 musulmanes en todo el territorio uruguayo y el número de conversos oscila entre 30 y 40. Esta fragmentación de la comunidad musulmana, especialmente la que reside en la capital Montevideo, se explica en parte por la rivalidad y recelo existente entre las comunidades sunni y chií en Oriente Medio y más concretamente entre Irán y Arabia Saudí. Rivalidad y competencia por el liderazgo de la comunidad musulmana que se replica también en Uruguay, a miles de kilómetros. Así las personas contactadas y que admiten ser adherentes del islam chií confiesan que si bien no tienen nada en contra de los sunnies tampoco tienen interés en juntarse con ellos o propiciar el encuentro. Los conversos chiíes entrevistados para esta investigación frecuentan así la Embajada de Irán en Montevideo y asisten a reuniones en la sede de la Fundación Winners, dirigida por J. P. Ribas periodista de 60 años oriundo de Tacuarembó (departamento de Tacuarembó) y desde donde emite un programa radial on line con frecuencia diaria dedicado enteramente a temática religiosa del Islam: “la voz del Islam". Al frente del mismo se encuentra la licenciada Heba Viera, psicóloga de formación y conversa al chiísmo. La Fundación Winners y más concretamente su director J. P. Ribas, alias Alí (por el imam Alí) coordina la Fundación Islam Amigo cuya website recibe aproximadamente 80.000 visitas mensuales y que ha tenido un crecimiento exponencial en tan sólo un año de funcionamiento. Según Ribas, su estrategia de comunicación que combina una radio en internet “Acá los Pueblos” con dos publicaciones escritas, el diario “Tercer Camino” y “Los Pueblos” está probando ser válida para informar sobre el Islam verdadero, en qué consiste esta fe y a su vez para explicar quién es Alí, a quien Ribas considera su máximo referente a nivel político, filosófico, religioso e ideológico. Ribas visito Irán hace dos años invitado por la Embajada de Irán y literalmente admite que volvió "embelesado" por lo que vio y experimentó. “Una sociedad moderna, tecnificada donde los valores y los ideales de la revolución los sentí como propios”. A partir de entonces comenzó para él una lucha diaria para mejorar como ser humano y acercarse a Dios. "Todavía sigo en ese proceso" confirma y si bien abracé la fe en la Embajada, en presencia del Embajador iraní en misión en Uruguay en aquel momento, luego renové los votos frente al Sheij Abdul Karim Paz (Santiago Paz Bullrich) argentino, aquí en Montevideo durante una de sus múltiples visitas. Preguntado acerca de los posibles obstáculos que halla para la práctica del Islam en Uruguay Ribas es rotundo: "ninguno". En Uruguay hay libertad de culto y uno siente que realmente puede practicar su fe sin objeciones. Ribas echa mano en seguida del Prócer Artigas y explica que ya el General Artigas dijo que se promovería la libertad religiosa y “quien diga que no contraviene la esencia misma de la República Oriental del Uruguay” Consultado por qué aspecto del Islam le interesa más o siente más atractivo como ciudadano uruguayo, Ribas opina que el Islam es una religión de amor y por eso le impactó tanto. Está convencido además, de que el credo islámico puede ser la solución ideal para América Latina “tan depredada por Estados Unidos y la corrupción”. Sus ideales revolucionarios encuentran así en la doctrina chií un medio fértil para dar rienda suelta a su propio anhelo de libertad y revolución pero con una guía clara que para él son las enseñanzas del Imam Alí. Ribas mantiene contacto con otros grupos musulmanes en la región y el continente americano a través de Indoamerica Islámica Press, sitio web que logra mantener activo con contribuciones de Irán efectuadas a través de su Embajada en Montevideo. Siente verdadera devoción por Ali y si bien dice respetar a los suníes no tiene interés en explorar su doctrina y dice no poder imaginarse viviendo en un Reino como el de Arabia Saudí o bajo mandato de algún rey. Su fuerte espíritu republicano encuentra mayor sintonía por tanto en la Republica Islámica de Irán. En general y como común denominador en las respuestas de todos los entrevistados los conversos en Uruguay encuentran que el Islam en una fe de paz y amor donde los valores e ideales contrastan fuertemente con la falta de los mismos, la tan mentada crisis de valores, en la sociedad uruguaya. Asimismo, todos los entrevistados admiten haber sido fieles de otra religión previo a abrazar el Islam y como lugar común se repite la frase "no estaba satisfecho/a con mi creencia anterior porque había cosas que no me cerraban". Invitados a reflexionar y puntualizar qué elementos eran los que no les encajaban, dudan y responden con evasivas o simplemente repitiendo argumentos que seguramente han oído a otros comentar con anterioridad. "En el Islam no hay intermediarios entre el fiel y Dios o Alá y no necesitamos de un cura o un pastor para hablar con Dios, podemos dirigirnos a Él directamente". María Lina Malacre, periodista de 27 años y oriunda de Mercedes, en el departamento de Soriano, es la que mejor explica las razones por las que se decidió a abrazar el Islam, tras un largo periodo en el que reconoce haber vivido sin una creencia definida y después de su desilusión con varias iglesias evangelistas. María Lina primero conoció el Islam a través de Ribas, su jefe y compañero de trabajo en la Fundación Winners. “Volvió muy cambiado de Irán. Transmitía una paz y una armonía que me invitó a preguntar e indagar sobre su nueva fe”. Así es como empezó a interiorizarse con las enseñanzas del Islam y encontró paz, sosiego y apoyada en lo que Ribas le iba contando de su viaje a Irán y su transformación como persona, más dispuesta a ayudar a otros, sintió que era el camino para ella. María Lina pregunta retóricamente “si uno ve algo bueno… ¿por qué no imitarlo para sí mismo?” Invitada por la Embajada de Irán viajo en enero de este año a Irán para participar de un congreso estudiantil mundial. Permaneció una semana en Teherán. Allí experimento fuertes sensaciones y un profundo choque cultural. “Es una cultura muy antigua y rica, que incluso conquistó al propio conquistador Alejandro Magno. A medida que ha ido aprendiendo más acerca de su cultura, su arte y sus costumbres María Lina se entusiasma más. María Lina, quien también declaró su fe o shahada ante el Sheij Abdul Karim Paz, líder y mentor espiritual de los conversos chiíes en Argentina y Uruguay según hemos podido constatar, adoptó el nombre de Zeinab porque tal como le explicaron Zeinab fue una mujer con marcado carácter de lucha y ella se siente una sobreviviente, una mujer fuerte con una historia de vida difícil y que ha necesitado salir adelante por las suyas. Zeinab fue una de las esposas del Profeta, anteriormente casada con varios primos del Profeta y abanderada de los necesitados, se le conocía como Umm al masaquin o madre de los pobres. María Lina encuentra que la falta de material didáctico, en especial en castellano, es una barrera para conocer el verdadero Islam y para la penetración de esta fe en Latinoamérica. Sin embargo ella, al igual que otros conversos, recurrió a internet y material divulgativo proporcionado por la Embajada de Irán para paliar esta escasez. Ribas le proporcionó como primeras lecturas "Cartas para un buen gobierno del Imam Alí". Asimismo, Zeinab se acercó a otras conversas mujeres como Heba Viera quien había vivido varios años en Irán para aprender más. María Lina responde con rapidez a la pregunta sobre qué cambios experimentó en su vida. “En un año y medio que llevo practicando el Islam he vivido momentos duros y tuve un quiebre emocional muy fuerte tras la pérdida de mi compañero sentimental. Su fallecimiento inesperado me puso a prueba y estuve a punto de abandonar el Islam, pues no comprendía por qué si existe un Dios permitía que se fuese una persona tan buena. Al final Ribas y otros hermanos me hicieron ver que quizás esta persona compartió parte de mi vida como un regalo, casi como un ser elevado que me fue enviado por Dios para entregarme una enseñanza” Se trata pues de una lectura compasiva para aceptar la muerte de un ser querido sin sucumbir a la depresión y el resentimiento. María Lina siente que ayudando a otros se acerca más a Dios y recuerda la enseñanza coránica “cada vez que ayudas de corazón a otro, esa ayuda vuelve a ti triplicada”. Para María Lina el Islam le permite canalizar su deseo de ser solidaria con los demás y crecer espiritualmente cada día. Compara su nueva fe con la obra de un alfarero “quien esculpe su obra hasta lograr la perfección”. Dice que no busca ser perfecta pero sí preocuparse por los demás, superarse y brindar cariño y consejo. Bautizada católica y con abuela creyente creció junto con una tía y primos fieles adherentes de la Iglesia evangelista. Sin embargo ya de adulta se sintió incómoda y en especial rechaza la hipocresía que pudo constatar en los líderes de las células de jóvenes que integró en dichas iglesias (ya que en un intento por superar ese obstáculo transitó varias iglesias de denominación evangelista). “Veía que nuestro líder nos pedía que no fuésemos al baile o que no tomásemos alcohol y luego me lo encontraba en la Rambla de Montevideo bebiendo”. Esa actitud y el carácter intransigente de algunos evangelistas la desilusionaron al punto de dejar de asistir al culto a los 16 años y vivir sin una creencia en particular hasta hace año y medio. De mente más abierta que otros conversos defiende que “no es necesario estar en una religión concreta para practicar el bien” Cuestionada sobre qué aspectos del Islam la cautivaron más, responde rotundamente: la labor social. Al mismo tiempo su trabajo en la Fundación Winners y su extensión Fundación Islam Amigo, le permiten concretar su anhelo de ayudar a otros, aunque a veces no tenga mucho para compartir pero siente esa profunda necesidad. Esta fundación trabaja en barrios carenciados del extra radio capitalino (Pando y Canelones por ejemplo) y visitan a reclusos de distintas cárceles que atraviesan momentos difíciles. De acuerdo a los datos proporcionados por Fundación Islam Amigo son quince las personas que han abrazado la fe en el ‘ultimo año y medio, diez de ellos hombres que todavía cumplen condena en la cárcel. María Lina admite que el Islam resulta atractivo en Uruguay para grupos de personas con carencias y situación de pobreza porque les ayuda a satisfacer en parte sus necesidades perentorias. “A muchos les atrae la posibilidad de obtener dinero pero otros como los reclusos necesitan otro tipo de apoyo” Todos los conversos entrevistados coinciden en que la falta de material de lectura sobre el Islam dificulta la tarea de aprendizaje pero que poco a poco esta realidad va mejorando en virtud de nuevos canales que van apareciendo. El diario “Tercer Camino” y la Radio “Acá los Pueblos” sirven de correa de trasmisión para la comunidad chií en Uruguay y ahora gracias a Internet llegan también a otros potenciales conversos y seguidores del Islam en la región. Por otra parte, casi como una frase aprendida, explican que los medios están dominados por Estados Unidos “también en Uruguay” y que en vez de informar, desinforman porque no muestran la verdadera cara del Islam. María Lina y el resto de entrevistados explican que ellos informan sobre el Islam y proporcionan materiales pero que no “golpean puertas” en clara alusión a otros fieles como los mormones. Aunque admiten respetar a los integrantes de otras religiones no buscan participar de espacios o foros en común. Es decir están mas preocupados por seguir creciendo dentro de su fe que en propiciar el intercambio y el dialogo interreligioso. Preguntados por las limitaciones que encuentran para practicar el Islam en Uruguay, en principio todos aclaran que no existen. Tras reflexionar un momento empiezan a sugerir aspectos como las horas del rezo. María Lina o Ribas optan por rezar dos veces al día: en la mañana antes de ir a trabajar y de noche antes de dormirse. Es difícil rezar al mediodía porque el resto de compañeros no lo hacen y por tanto no se crea ese clima de espiritualidad que acompaña la oración. No es como en Irán donde la vida ya está organizada en torno a las horas de rezo, simplifican. Para Heba Viera sin embargo la dificultad viene por el lado del uso del hijab o velo islámico. Ella si entiende y así lo ha manifestado en público, a través de diversos medios de comunicación que la han entrevistado en calidad de Presidenta de la Asociación de Mujeres musulmanas de Uruguay, que existe discriminación por razón de vestimenta pues mientras que a una monja cristiana se le permite el ingreso a un banco luciendo su velo a ella no. Es importante aclarar en este punto que debido al clima de inseguridad que vive Uruguay, los bancos y en general todos los locales donde se reciben y efectúan pagos, han dispuesto no permitir el ingreso de personas con la cabeza cubierta. Por otra parte y dado que esta polémica plantea una situación de potencial discriminación real, nos pareció interesante plantearla a otros uruguayos fieles de diversos credos y la discusión se saldó con el siguiente planteamiento: la monja representa a una institución religiosa y lleva el atuendo o uniforme prescrito por su orden específica, mientras que en el caso de una conversa al Islam se trata de una ciudadana común. Es decir no ostenta rango religioso alguno. Heba Viera usa el hijab a diario y aunque admite que a veces se siente observada ya ha superado esta etapa. En cambio María Lina prefiere cubrirse sólo cuando acude a reuniones en la Embajada de Irán o cuando los visita el Sheij Abdul Karim Paz. “He observado que muchas hermanas argentinas hacen lo mismo” argumenta en su defensa. Preguntados por cómo es su relación con los musulmanes de origen que habitan en Uruguay, es decir aquellos nacidos en el seno de una familia musulmana, apuntan que se sienten discriminados de alguna forma, no aceptados como verdaderos musulmanes. Aunque saben que existen otros centros islámicos en Montevideo, no los frecuentan ya que entienden que la división sunní-chií marca una diferencia en la doctrina y las prácticas. Para María Lina su compenetración con su mentor Ribas es de tal envergadura que no siente necesidad de explorar otras opciones, incluida la sunní. Tanto ella como Heba esperan continuar viajando a Irán para seguir aprendiendo y María Lina incluso estudia la opción de irse a estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Teherán. Para ello ya ha comenzado a estudiar farsi con un profesor proporcionado por la Embajada de Irán. María Lina, sólo conocida por Zeinab entre sus hermanos, no busca seguir al pie de la letra cada ordenanza islámica. En ese sentido la interpretación que le permite la doctrina chií de las sagradas escrituras se adapta mejor a su carácter cuestionador. “Entiendo que por comer una loncha de mortadela no estoy pecando. Para mi es más importante lo que guardo en mi corazón y como actúo con los demás”. Aunque ha abandonado casi totalmente el jamón en las comidas de vez en cuando todavía prueba alcohol pero reconoce que no le molesta no consumirlo pues nunca bebió en exceso. Heba niega esta flexibilidad y dice no probar nada de lo que el Islam prohíbe en su dieta pues es parte de las exigencias de su nueva fe. Ambas tienen relatos y anécdotas varias relativas al uso del hijab pero quizás la más inusual es que María Lina tras intentar visitar a una amiga encarcelada a las afueras de Montevideo un día domingo se encontró con los controles y revisiones exhaustivas de los guardias y prefirió evitarse problemas y desistió de la idea. Volvió dos días mas tarde acompañada del Sheij Abdul Karim Paz y cubierta de pies a cabeza con el hijab y falda larga y no le hicieron problema alguno, ni le exigieron desnudarse para revisión como habían intentando hacer el domingo anterior. Denuncia esta falta de coherencia y lo que considera una actitud de ignorancia en buena parte de la sociedad uruguaya. Asimismo se ha sentido increpada al vestir el hijab por parte de algún guarda de ómnibus capitalino. Al preguntarles si extrañan algo de su vida anterior al Islam, la mayoría dice no echar nada en falta. Si acaso algunos afectos personales como en el caso de María Lina que se siente dolida por la actitud de sus familiares directos, en especial una tía y primos muy queridos que desde su conversión al Islam prácticamente la ignoran y rechazan mantener contacto. “El Islam respeta a todos pero otros no nos respetan” sentencia. Cuestionados sobre aquellos puntos débiles del Islam o si creen que existen algunos elementos a corregir en su nueva fe, explican que lo que más lamentan es que algunos individuos que se dicen musulmanes contravienen las enseñanzas del Islam pero se apresuran a decir que se desilusionan con las personas no con la fe. Consideran que el Islam es abierto y que no imponen tantas reglas como otras religiones que han conocido. Las conversas entrevistadas niegan que el Islam oprima a la mujer. Sin embargo son Heba y Zeinab las que más defienden que en Irán pudieron comprobar que allí las mujeres no están sometidas y que gozan de muchos derechos y lo que ellas consideran privilegios como por ejemplo empleos de medio tiempo para madres con hijos menores. La mujer iraní estudia, trabaja y también sabe imponerse en el hogar, según comprobaron ellas. A Zeinab le llama la atención que en la sociedad musulmana la mujer se viste para el hombre, para su marido en casa y le parece curioso que esto se vea como algo negativo en Uruguay y en Occidente donde según ella la mujer se viste y acicala para todos. Preguntados si puede el Islam incorporar códigos del mundo globalizado y moderno coinciden en que encuentran al Islam abierto y en el caso concreto de Irán (su referente máximo y casi exclusivo) opinan que es un país avanzado en el plano industrial y tecnológico y que hay progreso. En resumen, el colectivo de musulmanes uruguayos se divide entre suníes y chiíes y parece en ese sentido seguir una línea de comportamiento coherente con la labor de difusión que realizan los centros islámicos que responden a una dirección política de países como Arabia Saudí e Irán que lideran en la actualidad la tarea misionera en otras tierras lejanas al Islam. De esta manera sus rivalidades políticas y su competencia por constituirse en líderes de la comunidad musulmana o umma se trasladan hasta Latinoamérica donde compiten por captar adeptos para el Islam. Ya sea a través del envío de visitas y conferencistas por parte de Arabia Saudí o de viajes para mostrar una cara más amigable y auspiciosa de Irán de lo que acostumbra a publicarse en prensa, ambos han incrementado su presencia en la región, aunque por ahora en el caso de Uruguay el número de conversiones siga siendo muy reducido, en parte debido al volumen de su población y en gran medida por la fuerte vocación laica de su sociedad. No obstante y en aras de contribuir al esfuerzo que se viene realizando desde distintas esferas por cambiar la mentalidad “gris” de un Uruguay que uniformó su sociedad y hegemonizó su educación, al punto de ignorar casi el hecho religioso y que hoy permanece demasiado cómodo en su creencia de que el racismo o la discriminación son conceptos ajenos a la idiosincrasia nacional, nos parece pertinente presentar estas vivencias de uruguayos que sienten que pueden aportar un diferencial a su sociedad a partir de su nueva forma de vida. La globalización, la interdependencia económica y comercial de los pueblos ha instalado entre nosotros la necesidad de conocer al otro, de aprender a tolerar la diferencia para poder convivir. En ese sentido Uruguay no puede quedar ajeno a esta nueva realidad y es por ello que presentamos estas impresiones de conversos uruguayos para que así también salgan de su relativo estado de “invisibilidad” y puedan propiciar incluso un debate que ayude a resolver los desafíos que las diferentes culturas y expresiones de fe suponen para cualquier Estado, mucho más uno con obsesión de respeto a la laicidad. Referencias AROCENA, Felipe; AGUIAR, Sebastián. Multiculturalismo en Uruguay. Trilce, 2007, Montevideo. DA COSTA, Néstor. El fenómeno de la laicidad como elemento identitario. Civitas, Porto Alegre, v. 11 n.2 p. 207-220, mayo-agos 2011. Entrevistas personales a conversos uruguayos residentes en Montevideo