LA GACETA DE SANIDAD MILITAR. HISTORIA CllCH DE E

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LA GACETA DE SANIDAD MILITAR.
Madrid 26 de Abril de 1875.
HISTORIA CllCH DE E DIABÉTICO.-AUTOPSIA.-REFLEXIOIS.
Casimiro García Gabriel, soldado del provincial de Madrid , fué declarado
Útil condicional en la Diputación provincial de Toledo, el 2 de Setiembre de
1874, por conceptuar los profesores que le reconocieron, no se hallaba plenaroente justificado el mal de orina, que alegó como causa de inutilidad para el
servicio délas armas. El dia 3 de Noviembre último ingresó en el hospital
militar de Madrid, sala cuarta de cirugía y número 28: diagnosticado su padecimiento de catarro vesical en la referida clínica , continuó en ella hasta
que, previas las reglamentarias consultas, se le trasladó á la de comprobacion en 30 de Enero del presente año. El dia 31 lo hallé instalado en ei número 13 de la misma al encargarme de su asistencia y observación. Tenia el
enfermo treinta y tres años de edad , temperamento sanguíneo , constitución
activa y buena salud habitual, hasta un año antes de ser declarado soldado,
que, á consecuencia de una fuerte caída, comenzó á sentir intensos dolores en
los lomos , muchas ganas de orinar y más sed que antes de recibir el golpe;
no dejó por eso de trabajar en su oficio de leñador, hasta la época de su en*
trada en la caja de quintos. Su hábito exterior no ofrecía nada de particular;
la austíultacion y percusión no revelaban que se hallase perturbada la sonoridad
normal de los órganos contenidos en la cavidad torácica; en la abdominal por
los medios de exploración conocidos, no se apreciaba trastorno alguno en las
funciones de las visceras alojadas en dicha cavidad ; la piel seca y áspera , la
lengua ancha y húmeda, la temperatura de 36° marcada en la axila por el
termómetro clínico , eran los únicos síntomas objetivos , que justiñcaban la
larga permanencia de aquel individuo en el hospital, si bien el vigoroso desarrollo de su musculatura y el acentuado buen color de su semblante, armonizaban poco con la idea de un padecimiento crónico. Interrogándole por el
estado de sus funciones, me contestó que se fatigaba mucho al hacer un ejercicio
algo violento, de poco tiempo á esta parte , y que desde las dos ó tres semanas últimas, se despertaba varias veces en la noche con grandes ganas de
orinar, además el hambre y la sed le incomodaban mucho, no bastándole, al
decir suyo, ni la ración, ni la tisana, para calmar la vehemencia de su apetito y de su sed; el dolor de ríñones y el estreñimiento aumentaban las molestias de su estado. Con el intento de examinar la orina, dispuse guardaran
en adecuadas vasijas toda laque evacuase el enfermo en las veinticuatro
horas subsiguientes, adv irtiendo que no mezclasen la del dia con la de la noche.
Déjele el tratamiento de la sala de su procedencia, que consistía en ración de
puchero y un kilogramo de agua de grama para bebida usual, y reservé el diagnóstico hasta mejor oportunidad.
En la mañana del 1." de Febrero se lamentó amargamente de la pertinacia
TOMO I .
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