3hora de juego diagnostica

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Cátedra l Entrevista psicológica
Autor l Mónica A. Soave
HORA DE JUEGO DIAGNÓSTICA
Mgter. Mónica A. Soave
El consultorio para hora de juegos y análisis de niños debe ser sencillo, poseer
paredes lavables, una mesa y sillas, cómodas y simples, lo suficientemente
fuertes como para tolerar el uso infantil y el desgaste diario. Debe haber una
caja de juegos destinada al psicodiagnóstico que podrá ser la misma que se
utilice si se indica luego al niño tratamiento o no, según la modalidad del
psicólogo a cargo del caso. El consultorio deberá contar con un lugar seguro,
bajo llave, donde la caja de cada niño pueda guardarse. El aspecto del
consultorio debe ser por si mismo la regla fundamental.
Para evitar el surgimiento de ansiedades paranoides ajenas a la situación de
ansiedad propia del niño en cuestión, en la hora de juego diagnóstica
dispondremos los materiales sobre el escritorio, de modo tal que sean visibles
para el niño y dejaremos abierta a un lado la caja vacía para ubicarlos allí al
final de la hora.
Los materiales con que armamos la caja de juegos es material estándar para
un niño de 4 o 5 años al que con pequeñas modificaciones adecuamos para
niños de más edad. Colocamos: cubos, plastilinas, lápiz, goma, papeles,
lápices de colores, plasticola, muñecos pequeños, telas, tijeras, hilo, autos,
tacitas, platitos y cubiertos.
Los materiales deben ser sencillos y no delicados, es decir, no fácilmente
destructibles.
Cada material de los anteriormente señalados, permitirá al niño expresarse y a
nosotros hacer inferencias acerca de distintos aspectos de la personalidad del
niño. Así, por ejemplo, los cubos le permitirán expresar mediante distintas
construcciones, las tendencias reparadoras, posibilidades de sublimación y
actitudes generales frente a la pérdida y recuperación de sus objetos en
general.
Materiales como tijeras, sacapuntas, y otros que sirvan para cortar y romper
nos informan sobre las tendencias agresivas y sus modos de expresión en el
niño, mientras que los hilos, plasticola, cintas adhesivas, etc. lo hacen sobre
sus posibilidades reparatorias.
Los autos y muñecos, permitirán al niño, adjudicar roles diferentes a cada uno,
a los que les hará realizar diferentes actividades que podrá o no acompañar
con personificaciones; lo que nos permitirá observar el interjuego proyectivointroyectivo, es decir, que elementos de si necesita proyectar en sus objetos y
qué introyecta de ellos.
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El material perteneciente a la oralidad, o sea, lo que se utiliza para hacer
comidas, comer, repartir alimentos, etc. nos permite inferir la relación del niño
con su madre, sus posibilidades de reconocerla como otro diferente a él, y su
accionar con el mismo, es decir el modo de vinculo que establece.
Los elementos de escritorio (lápices, hojas, etc.) permitirán observar otros
modos alternativos de expresión, a través del dibujo. Será importante ver
cuando aparecen estas posibilidades alternativas ya que tendrá diferentes
significados si aparecen sucedáneas a un juego altamente agresivo que si lo
hacen continuando uno que no lo es. El tipo de dibujo, el tipo de trazo, nos
permitirán inferir aspectos que lograron a través de ésta modalidad expresiva
cierto grado de sublimación y discriminarlos, por ejemplo, de otros intentos
fallidos observando siempre la temática que subyace a ambos (a los logros y a
los fracasos sublimatorios).
Lo importante es que el material ofrecido sea sencillo y de esta manera ofrezca
la máxima gama de posibilidades al niño para su expresión. Tomando la
definición de entrevista abierta de Bleger, podríamos decir que en la hora de
juego diagnóstica, el ofrecer material sencillo y poco estructurado es el mejor
modo de permitirle al niño configurar el campo de la entrevista de acuerdo a las
variables que dependan de él mismo. En este sentido cuanto más sencillo sea
el juguete, más de su fantasía podrá expresar el niño en él y más objetiva
podrá ser nuestra lectura.
El ingreso del niño al consultorio, si acepta entrar solo, separarse del adulto
que lo trae y jugar sin su presencia, o no; y el modo en que se acerque a los
materiales expuestos en el escritorio nos permitirá realizar inferencias acerca
de cómo se muestra, que mecanismos defensivos implementa el niño frente a
situaciones nuevas, remontándonos históricamente a las ansiedades que se
movilizaron en su experiencia de nacimiento y en sus primeros contactos con el
objeto.
Cómo se vincule a los juguetes, el tiempo que transcurre hasta que inicia la
primera acción con ellos nos permiten efectuar hipótesis sobre su actitud frente
al mundo.
El grado de inhibición que muestre será indicador de la gravedad del caso.
En nuestro primer contacto con el niño será de importancia preguntar si sabe
porqué esta con nosotros y escuchar atentos su respuesta. Recién, entonces,
procedemos a darle la consigna. Esta deberá ser clara y precisa. En ella le
expresaremos que observaremos su juego a fin de entender que le esta
pasando para evaluar si podremos ayudarlos y cómo, y le indicamos que puede
comenzar.
Una vez que el niño haya comenzado a jugar, además del tipo de juegos,
secuencia, clima que se genera el juego, (lectura que lograremos mediante el
registro contratrasferencial del entrevistador), observaremos también el tipo de
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material que prefiere ya que éste es un indicador de las pulsiones infantiles que
pugnan por expresarse y la secuencia actividad (juego) – inactividad (no-juego)
nos permite inferir los tipos de defensa, la ligazón entre ellos y la efectividad de
las mismas para el niño, así como su fantasía de enfermedad y de curación.
El trato que el niño implementa frente a nosotros como entrevistadores será
indicativo del trato que le brinda a sus otros objetos externos e internos.
Asimismo, el trato que brinde a los juguetes nos expresará lo mismo, dándonos
una idea bastante precisa de las posibilidades del niño de relacionarse con
diferentes objetos, del tipo de ansiedades que predominan, del grado de
preocupación que tiene por los objetos; en síntesis podremos ir configurando
el grado de integración yoica que el niño posea.
En las cercanías del momento de finalización de la entrevista, observaremos
qué actitud toma el niño respecto de los juguetes y de nosotros mismos como
entrevistadores; qué hace con ellos, si puede guardarlos solo, cómo lo hace,
qué tiempo le lleva, qué preguntas hace respecto de la caja y su contenido,
etc. ya que estas actitudes serán indicadores de las posibilidades de
separación – individuación que el niño haya ido adquiriendo, y nos permitirá
inferir sobre las ansiedades y los mecanismos implementados para la
elaboración de duelos.
Al final de la hora de juego haremos una sintética devolución al niño de lo
observado en la hora de trabajo diagnóstica y le explicaremos brevemente
cómo seguiremos trabajando.
BIBLIOGRAFÍA
KLEIN, Melanie, “Psicoanálisis de Niños” Tomo 2. Cap. 2. “La técnica del
Análisis temprano”. Ed. Paidós. 1987
ARBERASTURY, Arminda, “Teoría y Técnica del psicoanálisis de niños” Cap. 6
y 7. “El consultorio, el material de juegos, el cajón individual; Problemas
Técnicos que surgen en el manejo diario” y “La Primera hora de juego, su
significado”, Ed. Paidós. 1987.
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