Óscar Tusquets resume 40 años de obra pictórica

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PAÍS: España
FRECUENCIA: Diario
PÁGINAS: 36
O.J.D.: 202165
TARIFA: 27531 €
E.G.M.: 1612000
ÁREA: 780 CM² - 69%
SECCIÓN: CULTURA
36
EL PAÍS, martes 6 de enero de 2015
cultura
6 Enero, 2015
Velato, de Giuseppe Sanmartino,
de la capilla de Sansevero en Nápoles. “Si aquel Cristo reposa con
los instrumentos de tortura al lado, yo los he sustituido por los de
un quirófano, sería la versión contemporánea”. Otro especial es Relato de una operación, cinco grafitos de 1977, cuando su primera
mujer fue operada de un tumor
cerebral. Falleció. “La muerte es
algo que siempre he tenido muy
presente, especialmente desde entonces”.
En ese mismo espacio hay una
pintura que da cuenta de su talante: Mártir Gaulina es una mujer
En la muestra
hay 50 lienzos
realizados por
el artista desde 1976
Óscar Tusquets, ante una de sus obras en la galería Ignacio de Lassaletta, en Barcelona. / consuelo bautista
Óscar Tusquets resume
40 años de obra pictórica
El polifacético creador expone en Barcelona su trayectoria
plástica y confiesa su progresivo desinterés por la arquitectura
BLANCA CÍA
Barcelona
Primero, la visión más amable de
la vida: una preciosa vista de Barcelona, el mar, los paisajes que le
rodean; luego, el lado triste: la enfermedad y su peculiar punto de
vista sobre el martirio, la muerte.
“Me interesa mucho la relación
entre religión y sexo”, explica Óscar Tusquets, en un paseo comentado sobre la exposición Amor y
Muerte, en la galería Ignacio de
Lassaletta, de Barcelona. Una
muestra del Tusquets (Barcelona,
1941) más pintor que nunca, menos diseñador y apenas arquitecto. “Se podría decir que durante
años fui arquitecto y diseñador y
que a la pintura me dedicaba los
fines de semana porque no tenía
tiempo. Ahora es al revés, me dedico más a la pintura”, resume el
polifacético artista y escritor.
Una evolución que, en parte,
ha sido buscada pero también impuesta por la crisis. El autor de
proyectos como la ampliación del
Palau de la Música y la transformación del Convent dels Ángels,
en Barcelona, y el auditorio Alfredo Kraus, de Las Palmas, no se ha
librado del parón de encargos:
“La arquitectura me ha abandonado”. Luego añade que no le interesa la arquitectura “de vedettes”
que se ha impuesto en los últimos
años. Y remata: “Nuestra profesión ha cambiado, ahora mandan
los abogados, los project managers... los arquitectos cada vez
mandan menos”. Lo dice con un
punto de amargura: “Además, no
me interesa una profesión en la
que muchas veces se tiene que
mentir. A mí se me da muy mal,
me cuesta disimular”. No lo hace
cuando reconoce que la controversia por la ampliación del Palau
CAFÉ PEREC
Museos de un
solo cuadro
ENRIQUE
VILA-MATAS
Supongo que durante tiempo seguiremos preguntándonos si son unas antiguallas todos los museos (incluidos los
más rabiosamente contemporáneos),
qué papel cumplen o habrían de cumplir, si habría que ayudarles a escapar
de esa imagen que tantas veces dan de
templos de arte muerto.
—un proyecto escudriñado cuando se descubrió el desfalco de esa
institución a manos de Félix Millet— le dio muchos disgustos.
En la exposición hay un vídeo
sobre el Tusquets arquitecto.
También, 50 lienzos realizados
desde 1976. No es pintor de un
tema o estilo determinado. “Soy
disperso, me cuesta especializarme porque pinto cuando veo cosas y me digo ‘este es un tema”.
Así surgió Tres Barcelonas, que
pintó hace dos años. “Fue intuitivo, estaba en casa de un amigo en
Can Caralleu —una zona elevada
en la sierra de Collserola— con
una luz de atardecer preciosa y
pensé que lo que estaba viendo
era un cuadro”. En esa sala hay
otras obras más antiguas, detalles
de su casa, Villa Andrea, de Barcelona, o Pilotí a Platja d’Aro (1978),
uno de los escenarios de los que
habla en el libro Tiempos que fue-
ra iluminar más de un libro sobre el
mundo de los museos. Pero es indudable que los ha iluminado mediante el
absurdo, pues no se sabe qué quiso decir Dubois, y quizás, después de todo,
no quiso decir nada, como ocurría a menudo con ella.
Pero ahora que se habla tanto de que
el lector pide que le ayuden a entender,
¿se me entenderá si digo que cuando
más se dice es no diciendo nada? La
frase de Dubois atrae la atención del
lector distraído y lo hace con más fuerza que si hubiera sido comprensible y
profunda. ¿O acaso el canto más bello
no es siempre el de una lengua desconocida?
El museo que más he visitado en mi
vida, el Delacroix, está en París, en la
plaza de Fürstenberg, considerada por
los surrealistas uno de los siete lugares
mágicos de la ciudad. Voy siempre al
Delacroix sólo para sentarme en algún
Una vida intensa
E Nacido
en Barcelona en
1941, Óscar Tusquets se
graduó en 1965 en la
Escuela Técnica Superior
de Arquitectura de su ciudad.
E En
1975 crea junto a su
amigo Salvador Dalí la sala
Mae West del Teatro-Museo
de Figueres (Girona).
E Premio
Nacional de
Diseño en 1998, fue socio
fundador del estudio Bd
Barcelona Design.
E Comisario
de
exposiciones, también ha
sido responsable de
escenografías teatrales.
ron (Bruguera) que escribió a cuatro manos con su hermana, Esther Tusquets. En el óleo Amor y
Muerte un toro empitona a una
mujer con el pecho al descubierto. “Son los dos temas eternos”.
El de la muerte tiene un espacio peculiar en la galería. Ambientada como una pequeña capilla,
con las paredes cubiertas de negro y una luz dirigida a las pinturas. Impresiona Essanime Napoletano, reinterpretación del Cristo
pasó sus últimos años y puede verse en
él una selección de pinturas, dibujos,
acuarelas, pasteles, bocetos; también
hay cartas y fotografías. Pero el jardín
lo mejora todo. Es el triunfo de la vida
sobre cualquier acartonado museo.
La vida también triunfa en la versión que nos diera Magris sobre los orí-
Para el semiólogo
y escritor Umberto Eco,
el futuro es de las
pinacotecas monográficas
genes de su decisión de escribir Danubio. Dice que se encontraba con su mujer entre Viena y Bratislava, cerca de la
llamada Europa del Este, viendo fluir el
Danubio, el esplendor de sus aguas, vi-
desnuda sentada en una silla Gaulino —uno de los modelos que él
diseñó— con la aureola de santa y
unas sandalias de castigadora de
tacón alto.
El diseño también ha pasado a
un segundo plano. “Es muy difícil
porque las empresas con las que
trabajaba han cerrado”. Una de
las pocas que sigue es BD Barcelona Design. En la exposición, que
se podrá ver hasta el 31 de enero,
el artista ha reservado un espacio
para esa faceta con seis sillas de
su colección y 12 esculturas de escaleras, cuya desaparición le obsesiona como ya reflejó en la muestra Réquiem por las escaleras, en
el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2001.
Por la política y el panorama
cultural no se le ve muy interesado: “La política me aburre soberanamente y creo que tengo una falta total de espíritu soberanista.
No me interesa”. ¿Y la cultura?
“Creo que ese ministerio no debería existir”. Además de pintar, imparte conferencias y sigue escribiendo: “Después de acabar Amables personajes” (Acantilado) —un
ensayo sobre personas que ha conocido, desde su hermana, pasando por Salvador Dalí o Javier Mariscal— “pensé que faltaban más,
como Beatriz de Moura o Lluís
Clotet, y estoy dándole vueltas a
cómo continuar”.
Museo del Danubio. Esta palabra, Museo, aparecía tan ajena al encanto del
momento, cuando Marisa preguntó qué
pasaría si continuásemos vagando hasta la desembocadura del Danubio”.
Mi modo de pasar el tiempo en el
Delacroix es una de las muchas opciones que tenemos de visitar los museos.
La más clásica es recorrerlos con la
lengua fuera no perdiéndonos ninguno
de los cuadros y, al llegar a La Gioconda
—de la que tanto hemos oído hablar—,
no poder ni verla por culpa del japonés
de al lado. “Escasa información y un
goce estético superficial”, comenta Umberto Eco, coautor con Isabella Pezzini
de El museo (Casimiro libros). Para
Eco, el futuro será de los museos monográficos, con una única obra, tal como
de alguna forma ya lo experimenta él
mismo cuando va a Ámsterdam y dedica media hora a una enésima visita al
Rijksmuseum, recorre a la carrera to-
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