VENTA DE ACCIONES EN UNA SOCIEDAD EN LIQUIDACIÓN Le

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220-16954
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VENTA DE ACCIONES EN UNA SOCIEDAD EN LIQUIDACIÓN
Le manifestamos que recibimos su escrito radicado en este Despacho con el número 258,479-0 por medio del cual
solicita a esta Entidad conceptuar acerca de la viabilidad jurídica o limitaciones diferentes a las estatutarias en el
evento en que un accionista de una sociedad anónima declarada disuelta, pueda enajenar sus acciones.
Sobre el particular les manifestamos, que, en efecto, una sociedad anónima de acuerdo con lo previsto en el
artículo 374 del Código de Comercio, "...no podrá constituirse ni funcionar con menos de cinco accionistas." y de
acuerdo con lo previsto en el numeral 3°. del artículo 218 de la misma obra, al cual nos remite el 457 ibídem,
estará en causal de disolución por reducción del número de asociados a menos del requerido en la ley para su
formación o funcionamiento, o por aumento que exceda del límite máximo fijado en la misma ley.
Esto quiere decir que si una sociedad activa llegare a ubicarse en circunstancia similar a la enunciada, estaría
incursa en causal de disolución, circunstancia ante la cual tendría dos alternativas : enervar dicha causal dentro del
término previsto en el inciso segundo del artículo 220 del Código de Comercio (seis meses), o, declararla disuelta y
seguir el proceso liquidatorio.
Pero resulta que la sociedad por usted consultada es una sociedad que ya no está activa, como quiera que fue
declarada disuelta, circunstancia ante la cual su objetivo no podría ser otro diferente al de su extinción, lo que de
ninguna manera se opone a que los asociados vendan sus acciones, máxime si tenemos en cuenta que tales títulos
son libremente negociables y no hay norma legal que se oponga al ejercicio de ese derecho, aunque si es
posible limitarlo mediante la estipulación del derecho de preferencia en el contrato social, caso en el
cual, son los accionistas o las sociedades quienes tienen derecho a adquirir preferencialmente las acciones que se
ofrezcan, tal y como lo prevé el artículo 407 del Código de Comercio : "Si las acciones fueren nominativas y los
estatutos estipularen el derecho de preferencia en la negociación, se estipulará los plazos y condiciones dentro de
los cuales la sociedad o los accionistas podrán ejercerlo..."
Con lo anterior queremos significar, que no obstante el estado de liquidación en que se halla la sociedad, los
estatutos siguen siendo de obligatorio cumplimiento, y como tal habrá de procederse, pues el contrato es ley para
las partes.
De otra parte le manifestamos, que esta Superintendencia se pronunció en lo que respecta a la enajenación de
acciones durante el proceso liquidatorio, el cual es del siguiente tenor :
"...es posible que en una sociedad anónima en estado de liquidación, uno de sus accionistas venda sus acciones,
quedando dicha sociedad con cuatro asociados únicamente".
Para resolver su consulta vale la pena destacar, que una de las características esenciales de toda sociedad
anónima es precisamente que las acciones son libremente negocialbes con las excepciones previstas en el artículo
403 del Código de comercio.
Esto quiere decir, que de no existir ninguna de las limitaciones previstas en la norma en mención, la enajenación
de acciones puede hacerse por el simple acuerdo de las partes, mas para que produzca efecto respecto de la
sociedad y de terceros, será menester su inscripción en el libro de registro de acciones mediante orden escrita del
enajenante (Art. 406 del Código de Comercio.
Dicha facultad de ninguna manera se pierde por el hecho de que una sociedad esté en proceso de liquidación, pues
no existe ningún precepto legal que limite o condicione el ejercicio de este derecho.
Así las cosas, es lógico pensar que si un accionista quisiera anticiparse, o, sencillamente sustraerse del proceso
liquidatorio, nada le impide negociar sus derechos ; primero, porque, como lo expusimos, los accionistas están
facultados legalmente para negociar libremente sus acciones con las excepciones allí tipificadas ; y segundo,
porque si la sociedad se está liquidando, es claro que ya no va a funcionar como ente activo para el desarrollo de
su empresa social, que es cuando la obliga a tener un número de accionistas no inferior a cinco (Art. 374 del
Código de Comercio).
Opina el profesor Gabino Pinzón que, la liquidación es "...un proceso de liberación de activos, mediante el pago de
obligaciones pendientes por razón de la existencia y negocios de la sociedad, para que sólo entonces puedan
ejercer plenamente los asociados su derecho a que se les entregue, a título de reparto de utilidades finales y de
reembolso de sus aportes, la parte que les corresponda en el remate de los activos". (Teoría General de las
Sociedades Comerciales, Vol. I, Cuarta Edición, Editorial Temis, 1982). Luego, este es un procedimiento tendiente
a determinar el haber social y su distribución para la consecuente extinción de las obligaciones sociales.
Conociendo el alcance de la liquidación social, se concluye que la sociedad anónima bien puede quedar con 4 o
menos accionistas durante este proceso, pues el tope mínimo de accionistas previsto por la ley para este tipo de
compañías (5), es obligado para su constitución y funcionamiento (so pena de incurrir en causal de disolución) y
no para su extinción, donde el objetivo final es precisamente, incorporar a los socios los bienes del fondo social,
previo pago del pasivo externo".
En resumen, las acciones son libremente negociables salvo en aquellos eventos previstos de manera expresa por la
ley (artículo 403 del Código de Comercio) como son :
a.
Las acciones privilegiadas, respecto de las cuales se estará a lo dispuesto sobre el particular.
b.
Las acciones comunes respecto de las cuales se haya pactado expresamente el derecho de preferencia.
c.
Las acciones de industria no liberadas, que no serán negociables o de la asamblea general.
d.
Las acciones gravadas con prenda, respecto delas cuales se requerirá la autorización del acreedor.
Como quiera que la libre negociación de las participaciones en el capital es una característica que
distingue a las sociedades anónimas, es claro que no resulta posible restringir el ejercicio del derecho de
enajenar las acciones para aquellos casos diferentes a los ya enunciados, pues esas hipótesis
corresponden a los únicos eventos en los cuales se limita el derecho de enajenación.
En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, advirtiéndole que el alcance de la misma es el previsto
en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
Atentamente,
JUAN JOSÉ RODRÍGUEZ ESPITIA
Jefe Oficina Jurídica
Rad. 258479-0
Nit. 36542416
LERC
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