CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASOCIACIONES DE PADRES Y MADRES DE ALUMNOS Las familias en la LOE Desde diversos ángulos y con intenciones diferentes, las leyes educativas que se han promulgado en los últimos lustros en nuestro país han subrayado la importancia de las familias en la educación de los hijos e hijas, pero ello especialmente en la LOE. La LOE habla indistintamente de familias y de madres, padres o tutores; normalmente de familias para referirse a un ámbito distinto del escolar, y de madres y padres o tutores, en sus aspectos más específicamente escolares, aunque ello no siempre es así. Aquí se hablará normalmente de familias para simplificar y, también, para subrayar la dimensión quizá menos priorizada por las APAs, como es el trabajo con las familias. La dimensión colectiva, concretada en las asociaciones y federaciones de madres y padres, en gran parte contenida en el vigente pero modificado título preliminar de la LODE, se sitúa primordialmente, pero no exclusivamente, en el ámbito escolar. Las notas que siguen parten de la realidad de que la LOE ha sido ya aprobada y no se ocupan tanto sobre cuáles de sus preceptos podían haber sido mejorados o no, sino de ver cómo pueden aprovechar las APAs y sus federaciones los espacios que abre esta ley y no descuidar la atención de ninguno de los campos posibles de actuación. Son unas notas pensadas para empezar a trabajar. 1.- Las familias en los principios de la educación (Título preliminar) Ya en su artículo 1, cuando se enumeran los principios de la educación, se habla de las familias: Ya sea para ser llamadas al esfuerzo compartido con todos los sectores implicados en la educación (letra h). Ya sea para poner de relieve que la educación para conductas de no violencia y de resolución pacífica de los conflictos debe extenderse a todos los ámbitos de la vida, significativamente la social y familiar. 2.- Las familias en las enseñanzas y su ordenación 2.1.- Educación infantil El capítulo dedicado a la educación infantil se refiere a las familias en estos dos sentidos: 1 El primero, para poner de relieve (art. 12.3) la responsabilidad de madres, padres o tutores y la necesidad de que los centros cooperen con ellos, importante en todas las etapas, lo que es especialmente en el terreno de la educación infantil en que, además, la exploración del entorno familiar constituye uno de los objetivos de la etapa (art. 13 b). El segundo (art. 15.2), haciendo mención a las demandas de las familias para justificar la garantía de plazas públicas suficientes. 2.2.- Las evaluaciones de diagnóstico Resultan especialmente importantes para las familias las evaluaciones de diagnóstico a realizar al finalizar el segundo ciclo de primaria (art. 21) y el segundo curso de secundaria (art. 29), de las que deberán ser informadas las familias. Estas evaluaciones de diagnóstico, además, han de constituir un instrumento indispensable para las actuaciones de los centros y de sus estamentos, lógicamente también de padres y madres. 2.3.- Los programas de cualificación profesional inicial La LOE contempla la posibilidad excepcional de que cursen estos programas alumnos de 15 años, en cuyo caso será preciso hacerlo de acuerdo con alumnos y padres o tutores. 2.4.- Formación de personas adultas El art. 67.3 dispone que las Administraciones Educativas podrán promover convenios para la enseñanza de personas adultas con diversas Administraciones Públicas y entidades, preferentemente con asociaciones sin ánimo de lucro como las APAs. Habría que ver en qué medida se pueden ligar estas previsiones legales con el trabajo de las asociaciones de padres y madres y de sus federaciones con las familias. En este sentido, el art. 67.4 de la LOE, al hablar de promover programas específicos de aprendizaje de las lenguas cooficiales así como de los elementos básicos de la cultura para facilitar la integración de las personas inmigradas, esencial también para una mejor cooperación con la escuela y con el progreso educativo, permite pensar que las APAs y sus federaciones se hallan en inmejorable posición para colaborar en estas tareas. 3.- Las familias y la equidad en la educación (Título II) 3.1.- Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo 2 El papel de los padres o tutores en el caso de alumnado con necesidad específica de apoyo educativo es especialmente importante, como lo evidencian estas previsiones legales: Desde el punto de vista individual, se dice que las Administraciones Educativas asegurarán la participación de los padres o tutores en las decisiones que afecten a la escolarización y a los procesos educativos de este alumnado, y adoptarán las medidas oportunas para que estos padres reciban el adecuados asesoramiento e información (art. 71.4). Desde el punto de vista colectivo, y por lo que atañe a padres o tutores de alumnos de incorporación tardía se dice: - que las Administraciones Educativas podrán colaborar con otras Administraciones Públicas y otras entidades públicas o privadas sin ánimo de lucro, instituciones o asociaciones –lo que implica o debe implicar en primer lugar a las APAs- en estas labores de incorporación (art. 72.5); - o que las Administraciones Educativas adoptarán las medidas necesarias para que los padres o tutores del alumnado de incorporación tardía reciban el asesoramiento necesario de sus derechos, deberes y oportunidades (art. 79.3), lo que debiera hacerse también a través de las organizaciones de padres y madres como son las APAs y sus federaciones. Parece claro que el trabajo de las APAs en este terreno, con razonables compromisos y recursos para el mismo, puede ser de gran interés. 3.2.- Procesos de escolarización En estos procesos resulta remarcable, más allá de recurrentes referencias a la libertad de elección de centro por parte de padres o tutores (art. 84.1), lo siguiente: En su vertiente individual: - Que se reconozca como criterio prioritario en los procesos de admisión de alumnos el hecho de que los padres o tutores trabajen en el centro y de que padres o hermanos sean discapacitados (art. 84.2). - Que se intente conjugar el respeto al proyecto educativo del centro con el resto de derechos reconocidos en las leyes a los alumnos y sus familias (art. 84.9), en la línea de lo que la LOE vuelve a hacer, ahora hablando del carácter propio de los centros privados, en su art. 115.2. 3 - Que la puerta abierta a las aportaciones de las familias se sitúa siempre, tanto en los centros públicos como en los concertados, en el terreno de la no imposición a las familias. En su vertiente colectiva, interesa resaltar la previsión de constitución de comisiones u órganos de escolarización, que están llamadas a supervisar los procesos y en los que habrá presencia de padres (art. 86.2), razonablemente canalizada a través de sus organizaciones representativas. Estas Comisiones u órganos, que lo son sin perjuicio de las competencias de las Administraciones educativas, situadas en el terreno de la supervisión y de la propuesta, pueden contribuir a hacer un poco más transparentes y menos discriminatorios los procesos. 4.- Las familias y el profesorado (título III) La LOE se ocupa también de potenciar la relación entre familias y profesorado y, a tal efecto, en diversos momentos subraya la importancia de las tutorías que son un instrumento especialmente apropiado para tal relación. En esta línea, cuando esta ley se ocupa de las funciones del profesorado (art. 91), habla de la colaboración de las familias en la tutoría, dirección y orientación de los aprendizajes y en el apoyo de los procesos educativos, y de la información periódica sobre ello. 5.- Las familias y los centros docentes (título IV) En este título se habla poco de los padres y tutores pero, además de una alusión a la garantía de sus genéricos derechos individuales (art. 109.1), es interesante resaltar que se reconoce su derecho a “escoger centro docente tanto público como distinto de los creados por los poderes públicos”, lo que presupone una oferta en todo caso suficiente de centros públicos para toda la población escolar. 6.- Las familias y la participación, autonomía y gobierno de los centros (título V) Éste es seguramente el terreno que más ha ocupado y preocupado tradicionalmente a las APAs, a veces en detrimento de otras actividades situadas más en el terreno asociativo que en el más institucional del centro. Sin embargo, la importancia de esta participación es evidente, máxime en la medida en que la LOE tiende a una mayor potenciación de la autonomía de los centros. 4 6.1.- Familias y principios generales de participación La participación institucional, situada esencialmente en el plano colectivo, se recoge en los principios generales ordenando a las Administraciones Educativas a que: Fomenten el ejercicio efectivo de la participación en los centros de la comunidad educativa y, naturalmente, también de las familias (art. 118.3), particularmente en la organización, gobierno, funcionamiento y evaluación de los centros (art. 119.1) y ello, sobre todo, a través de sus asociaciones (art. 119.5). Adopten medidas que promuevan e incentiven la colaboración de familia y escuela para hacer efectiva la corresponsabilidad entre profesorado y familias (art. 118.4). Favorezcan la información y formación de padres y alumnos (art. 119.5). Estos dos mandatos, que presuponen una implicación de las Administraciones Educativas, suponen implícitos compromisos y recursos concretos que las APAs y sus federaciones deben aprovechar. 6.2.- Las familia y la autonomía de los centros (capítulo II) Quizá dos observaciones iniciales: la primera es que los centros son una institución y una organización que mueven personas, colectivos y órganos y tan importante es su grado de autonomía como en qué personas, colectivos u órganos recae el ejercicio de las diversas manifestaciones de esta autonomía. O, dicho de otro modo, haciendo un símil, es importante una alta renta per cápita pero lo es también cómo se distribuye. La segunda observación es que, si bien la LOE dedica específicamente un capítulo a tratar de la autonomía de los centros, habla también explícitamente de autonomía de centros en bastantes otros capítulos ya sea para reconocerla genéricamente (art. 1 h), o para subrayarla como factor favorecedor de la calidad de la enseñanza (art. 2.2.), o para ejercer en la atención a la diversidad en la ESO (art. 32.4 y 6) o en la elección de libros de texto (Disposición Adicional 4ª), todo ello independientemente de que la autonomía de los centros esté presente implícitamente en muchos otros lugares de la norma. Sin perjuicio de volver sobre la cuestión, cuando se hable de los órganos de gobierno de los centros, aquí unas notas referidas a la autonomía y, particularmente, al proyecto educativo. A.- La LOE, en su art. 120, habla en términos generales de la autonomía de centros, siendo de interés reparar en dos mandatos a las Administraciones Educativas que dibujan nuevos caminos para la autonomía de los centros como se observa, entre otros, en estos mandatos: 5 Las Administraciones Educativas favorecerán la autonomía de los centros y adecuarán los recursos económicos, materiales y humanos a los planes de trabajo y la organización de los mismos (art. 120.3). En línea con lo anterior, se dice que los centros pueden adoptar experimentaciones, planes de trabajo, formas de organización o ampliación de horario, todo ello: - en los términos que establezcan las Administraciones Educativas; - y sin que, en ningún caso, impongan aportaciones de las familias ni exigencias para las Administraciones Educativas. Estos dos mandatos abren nuevos terrenos de actuación de los centros y, también nuevos campos de intervención de las familias y las APAs. B.- Sin perjuicio de que los centros puedan elaborar sus propias normas de organización y funcionamiento (art. 124) –que, en todo caso, deben responder a necesidades y constituir un instrumento para su realización-, la LOE prevé dos instrumentos esenciales para la autonomía de los centros: el proyecto educativo y el proyecto de gestión. En relación al proyecto educativo, que ha de ser aprobado y evaluado por el Consejo Escolar (art. 127 a), además de subrayar la importancia que ha de tener también para las APAs de centros de primaria y secundaria la potenciación de la coordinación entre sus proyectos educativos (art. 121.4), son de destacar los siguientes elementos: Ha de subrayar la importancia de la acción tutorial (art. 121.2), lo que se refuerza con algunas de las funciones ya referidas del profesorado relacionadas en el art. 91, tales como la tutoría de los alumnos y la colaboración con las familias en el proceso educativo, o la obligación de informar periódicamente a las familias sobre el proceso de aprendizaje así como las orientaciones para la cooperación en el mismo. La formalización de compromisos educativos entre familias y centros que obliguen a padres, profesores y alumnos, a mejorar rendimientos (art. 121.5), instrumento llamado a jugar un importante papel en la relación familia-escuela. C.- En el terreno de los recursos, la LOE, después de afirmar que los centros estarán dotados de recursos suficientes para ofrecer enseñanza de calidad y que podrán asignar mayores recursos a aquellos centros que los precisen, contempla también la posibilidad (art. 122.3) de que los centros públicos puedan obtener recursos complementarios, pero en los siguientes términos: Previa aprobación del Consejo Escolar; Según establezcan las Administraciones Educativas; Sin que puedan provenir de actividades de las APAs para el cumplimiento de sus fines. 6 Probablemente deba ponerse una mayor atención a todos estos aspectos que van más allá de la participación de las APAs en los órganos la gestión y gobierno de los centros e, incluso, de los propios órganos de gobierno, pero que afectan o pueden afectar poderosamente la relación de las familias con la educación de sus hijos, y en donde cabe esperar más compromisos y recursos y en donde las APAs pueden tener un importante papel a jugar. D.- El proyecto de gestión, que también debe ser aprobado y evaluado por el Consejo Escolar (art. 127 a), ha de permitir a los centros dar una mayor efectividad a su autonomía. 6.3.- Las familias en los órganos de gobierno, de coordinación y dirección de los centros públicos. La LOE separa en dos capítulos distintos de su título V: los órganos colegiados de gobierno y de coordinación docente (capítulo III); y la dirección de los centros (capítulo IV). 6.3.4. Los consejos escolares Los padres y madres o tutores, esencialmente a través de las APAs, participan fundamentalmente a través de los consejos escolares de centro (que, por cierto, de acuerdo con la Disposición Adicional 27ª pueden tener la denominación que establezcan las Administraciones Educativas), sobre los que se ha prestado especial atención en referencia a: a) su naturaleza participativa o de gobierno b) su composición c) el alcance de sus competencias A estas tres referencias, la LOE responde de la siguiente manera: a) Naturaleza de los consejos escolares de centro La LOE coloca los consejos escolares de centro bajo la rúbrica de órganos colegiados de gobierno, donde ya los situaba la LODE y la LOPEG, y de donde fueron apartados por la LOCE, que los situó en el terreno de la mera participación. No obstante, fijar las fronteras entre una y otra naturaleza, básicamente proporcionadas por las atribuciones que en cada caso se les conceden, no es tarea fácil, como no lo es tampoco determinar las fronteras entre dirección y gobierno. 7 Probablemente la solución de la LOE, al menos en el plano conceptual, no sea desacertada al distinguir entre: órganos colegiados de gobierno, que son el consejo escolar y el claustro de profesores (art. 119.6). y el órgano ejecutivo de gobierno, que es el equipo directivo (art. 131.1). El rodaje ha de permitir que los consejos escolares gobiernen, en la medida que se les reconoce este carácter, pero que la implementación de su gobierno sea ágil y eficaz en la medida en que se refuerza el carácter ejecutivo del equipo de gobierno. b) Composición En la composición de los consejos escolares, la controversia se suele centrar, entre otros, en: si la composición debe abrirse más al exterior o debe circunscribirse a la comunidad escolar; y, por lo que respecta a los padres si están suficientemente representados respecto a los otros sectores, o hasta que punto la representación de los padres debe ser más electiva que selectiva. En este sentido la LOE no rompe con la tradición de las leyes anteriores: Contempla una representación genuinamente interna de los centros, excepto el representante del ayuntamiento (126.1) o, en el caso de la FP, el de las organizaciones empresariales o instituciones laborales (126.4). Mantiene una representación no inferior a un tercio de padres y alumnos. El sistema de representación es el electivo, excepto que mantiene que uno de los representantes de los padres sea designado por el APA más representativa (art. 126.3) c) Competencias Junto a competencias determinantes como son, por ejemplo, las de aprobar y evaluar los proyectos educativos y de gestión y la programación general anual del centro, instrumentos esenciales de la autonomía de los centros, la LOE contempla otras a distinto nivel y/o de menor trascendencia (art. 127), siendo significativas: La redefinición del papel de los consejos escolares en materia de disciplina de alumnos y en aras de agilizar trámites, pasando la imposición de sanciones de su esfera a la de la dirección. Ello, no obstante, los consejos escolares, que mantienen su facultad de conocer de los conflictos 8 disciplinarios y que han de velar porque se atengan a la normativa, siguen disponiendo de competencias esenciales al respecto como es la facultad de revisión, a instancia de padres o tutores, de las medidas disciplinarias adoptadas por la dirección cuando se trate de conductas que perjudiquen gravemente la convivencia del centro (art. 127 f). La decisión, y no sólo participación, en la admisión de alumnos (art. 127 e). Promover medidas e iniciativas que favorezcan la convivencia del centro, la igualdad entre hombres y mujeres y la resolución pacífica de los conflictos en todos los ámbitos, también en el familiar. Aprobar, en su caso, la obtención de recursos complementarios. 6.3.5.- Nuevos órganos para nuevas unidades docentes El nuevo art. 107.5 de la LOE prevé que las Administraciones Educativas puedan considerar centro educativo (con organización, gestión y administración específicas) a la agrupación de centros públicos ubicados en un ámbito territorial determinado. Con independencia de la importancia que esta posible nueva configuración de la red pública pueda tener, por lo que a las APAs se refiere, no cabe duda que se abren nuevas formas de organizarse y, también otras formas de organización de los centros en los que las familias y las APAs pueden tener un lugar destacado. 6.4.- Las familias y la dirección de los centros a.- El equipo directivo Como se ha avanzado, la LOE establece explícitamente que el equipo directivo, integrado por lo menos por director, jefe de estudios y secretario, constituye “el órgano ejecutivo de gobierno de los centros públicos” (art. 131.1),. b.- El director Independientemente, como se ha avanzado, de la asunción de mayores competencias en materia de disciplina de alumnos y de encomendarle la agilización de los procedimientos, afectan directamente a las familias o a las APAs o a los consejos escolares estos extremos: 9 Desde el punto de vista individual, pero también colectivo, una de las atribuciones explicitadas de los directores es el impulso de la colaboración, entre otros, con las familias (art. 132 g). En su dimensión colectiva, el Consejo Escolar participa en la selección del director, designando un tercio de los miembros de la comisión que ha de seleccionarlos, con una más que razonable participación de los padres ya que de este tercio no podrán formar parte profesores, que se eligen por otro tercio. La revocación del director puede tener lugar a propuesta motivada del Consejo Escolar que, en todo caso, será oído ante una revocación a iniciativa de la Administración. 7.- Datos personales de los alumnos Dicha disposición se refiere a una cuestión extremadamente sensible como es la de proporcionar y tratar los datos personales de los alumnos y de su entorno familiar. Las fronteras entre aquello que es privado y íntimo de lo que no lo es, lo que es recomendación de lo que es obligación, son cuestiones que se suscitan y se suscitarán con este precepto. Quizá convendría, de común acuerdo con las Administraciones Educativas, establecer algunos protocolos que permitieran salvar con la máxima seguridad posible los intereses en juego. 8.- Los cambios en la LODE Por lo que atañe a padres y madres o tutores, conviene poner finalmente de relieve que la LOE mantiene en vigor la LODE, en la que introduce cambios, todos ellos a través de su disposición final primera, alguno de los cuales referidos a padres, APAs, federaciones y confederaciones de APAs: a.- Los padres, a título individual. El nuevo art. 4.1 de la LOE enumera en ocho apartados sendos derechos de los padres o tutores, individualmente considerados, y su art. 4.2 enumera sus responsabilidades. b.- Asociaciones, federaciones y confederaciones. El art. 5.5. de la LODE dice que “las Administraciones Educativas favorecerán el ejercicio del derecho de asociación de los padres, así como la formación de federaciones y confederaciones”, lo que ha de permitir arrancar compromisos y recursos de las Administraciones educativas y permitir un más amplio y sólido campo de actuación. 10