TESTIGO DE UNA ESPERANZA: EL FORUM SOCIAL DE PORTO

Anuncio
TESTIGO DE UNA ESPERANZA: EL FORUM SOCIAL DE PORTO ALEGRE
Entrevista del P. Ricardo Antoncich, S.J., Coordinador de la CPAL para el Sector del
Apostolado Social de la Compañía de Jesús en América Latina al P. Roberto Oliveros,
S.J., Coordinador de la CPAL para el Sector del Apostolado Parroquial, participante del
Forum de Porto Alegre.
Río de Janeiro, 14 de febrero de 2002.
Ricardo: Roberto, tú has participado activamente en el Forum Mundial de Porto Alegre
por tu interés en los movimientos populares, y eres miembro del equipo central de la
CPAL. ¿Qué puntos te parecen los más interesantes para ser compartidos con el sector
del apostolado social de los jesuitas en A.L.?
Roberto: “Pos mira” te señalo tres puntos muy claros: En primer lugar, el clima de
búsqueda de un mundo nuevo, posible, solidario. Comparando el momento actual con
dos o tres décadas atrás, no aparece ahora el carácter ideológico, dogmático, y mucho
menos sectario de la búsqueda juvenil; por el contrario, llama la atención el respeto a la
dimensión religiosa, el aprecio del pluralismo, de lo diferente. En segundo lugar la
presencia de los Obispos del Brasil, aproximadamente 14 en el encuentro, promoviendo
oficialmente un taller; y de muchos religiosos y religiosas; y en tercer lugar la presencia
de la juventud; puede decirse que el rostro del Forum era un rostro joven, ante el cual
decía mucho la presencia y estímulo de figuras como los dos Premios Nóbel, Pérez
Esquivel y Rigoberta Menchú, así como representantes de los DD.HH de la ONU.
Ricardo: ¿Cómo ves tú el entusiasmo de la juventud por el sueño de una sociedad
alternativa, solidaria? ¿Qué decir de aquello que se ha afirmado tanto, de que los
jóvenes actualmente no se sienten atraídos por las utopías?
Roberto: Has usado la palabra “sueño” que me parece muy oportuna; no una pesadilla
que nos amenaza, ni una ficción que nos aliena; sino la serena expresión de un mundo
que es posible crear en el respeto y la libertad. Los jóvenes del Forum rechazan
radicalmente la idea de que la “historia ya está terminada”, así como la de “todas las
metas del progreso están alcanzadas, hay que mantenerlas y defenderlas”. Estos jóvenes,
al mismo tiempo que expresaban sus propias ilusiones eran capaces de recoger también
los sueños de otras generaciones; no por el camino de sus dogmas o ideologías, sino de
las figuras que encarnaban humanismo, ternura y al mismo tiempo coraje al pensar en el
futuro.
Ricardo: ¿Qué destacarías de algunas ponencias donde han estado presentes miembros
de la Compañía de Jesús, por ejemplo Dom Luciano Méndez de Almeida y otros?
Roberto: Lo que me marcó mucho fue el clima de valores evangélicos. El Evangelio
del domingo (3 de febrero) fue el de las Bienaventuranzas, y sentíamos que los dos
forums mundiales se dividían por intereses bien diferentes; el de Nueva York, encuentro
de quienes tienen el poder y buscan mantenerlo y defender los intereses adquiridos; y el
de Porto Alegre, en el cual el verdadero centro fue el de los pobres, de los excluidos. Un
contraste muy fuerte entre la seguridad buscada por el crecimiento bélico, y la confianza
de un mundo de paz. Algunos se preguntaban si el terrorismo no comienza ya por los
que fabrican instrumentos de muerte y necesitan colocarlos en el mercado. También el
grito de los indígenas a quienes las Naciones Unidas niega el derecho de ser
reconocidos como “Pueblos” y los considera meros apéndices, o “minorías” en otros
contextos sociales, aunque de hecho muchos países tengan mayoría indígena. El espíritu
de las bienaventuranzas lo sentíamos traducido en el clamor de los pobres, en el hambre
y sed de justicia, en el testimonio de perseguidos por la justicia. En este sentido, la
ponencia de Dom Luciano fue una excelente presentación del hambre en un país que,
como Brasil, es productor y exportador de alimentos; 10 millones de hambrientos y
unos 40 por debajo del nivel mínimo de alimentación. La CNBB estudia estos
problemas, y busca respuestas y proyectos operativos para presentarlos a entidades que
tengan voluntad política de implementarlos.
Ricardo: Teniendo en cuenta este entusiasmo de la juventud, ¿cómo crees que nuestro
sector de apostolado social puede contribuir para animar a los jóvenes al compromiso
social y sobre todo político?
Roberto: Me ha impresionado profundamente este hecho. Frei Betto propuso para el
domingo 3 de febrero el reunirnos al nacer del sol, en una playa, en actitud e oración.
Llovía... y sin embargo más de 2.000 acogieron la invitación y de ellos un 80% eran
jóvenes. Creo que estos jóvenes sienten vivamente que la justicia que anhelan tiene
mucho que ver con la experiencia de Dios. Si no hay sueños en la juventud es porque
falta la espiritualidad.
Ricardo: Para terminar, resume en tres puntos lo que quisieras decir a tus compañeros
jesuitas que trabajan en lo social, a partir de tus experiencias de estos días
Roberto: Primero, que asistan al 3º. Forum de 2003 y vivan esta experiencia; que vayan
con laicos, con jóvenes jesuitas y ¿por qué no? que coincida el Encuentro de
Coordinadores con esta oportunidad, puestos a soñar un poco;
Segundo: que vivan el clima de esperanza que nace de una juventud generosa y que
quiere buscar también eficacia histórica;
Tercero: que alimenten con estas expresiones de vida la promoción de la justicia que
todos anhelamos.
Ricardo: Gracias, Roberto; que Dios te acompañe en tus trabajos sobre el apostolado
parroquial.
Descargar