Revista KARPA 6 Journal of Theatricalities and Visual Culture California State University - Los Ángeles. ISSN: 1937-8572 “FILO AL FUEGO, DE OLIVER MAYER, O LA RESISTENCIA DE LA NAVAJA” (Presentación) (This pdf version contains no images. For the original article go to http://web.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa6.2/Site%20Folder/rizk1.html) Beatriz Rizk Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami La XXV edición del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami (julio 2010), presentado por Teatro Avante, por primera vez incluyó a dos de las compañías fundadoras, el mismo Avante y Teatro Prometeo, con obras de extracción mexicana.(1) En el primer caso se trató de Por las tierras de Colón, de Guillermo Schmidhuber, dirección de Mario Ernesto Sánchez y en el segundo, de Filo al fuego, del méxico-americano Oliver Mayer, radicado en Los Ángeles, en traducción y dirección de Joann María Yarrow, que presentamos aquí. Las dos obras formaron parte del Homenaje a México, propuesto por el Festival, a raíz de las celebraciones del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución que ocupaba al país vecino en el año en curso. Es de interés indicar, por tanto, que aunque la presencia de obras mexicanas en los escenarios del festival ha sido más o menos constante, la méxico-americana se limitaba para ese entonces a la Compañía de Teatro de Alburquerque, New Mexico, con Tito, de Rómulo Arellano (1988); About Productions con la obra The Hand of the Father, de Theresa Chávez, Eríc Gutiérrez y Rose Portillo (2003); Gaytino!, un espectáculo unipersonal de Dan Guerrero, dirigida por Diana Rodríguez (2007) y Díaz y flores de Oliver Mayer (2009), bajo la dirección de Luis Alfaro, las tres obras de Los Ángeles. El caso es que fue Días y Flores, de Mayer, la obra que despertó el interés de Yarrow, de origen colombo/inglés, y directora actual de Prometeo, por su abarcador e integrador multi-culturalismo (los personajes, fuera del chicano actuado por el mismo Mayer, incluyeron a un mexicano y a un cubano) y su cuestionamiento de la rigidez en la delineación de los géneros. A pedido de Yarrow, hasta ahora la obra más popular de Mayer, Blade to the Heat (1994), deviene Filo al fuego y su contexto original que oscila entre Los Ángeles, Nueva York y Miami se concentra en esta última. La obra tuvo su première en el Public Theatre de Nueva York, en las manos de su entonces productor/director George C. Wolfe. El debut de la misma en la Costa Oeste tuvo lugar en el Mark Taper Forum de Los Ángeles, en 1996, dirigida por Ron Link. Ha sido llevada a la escena por el Apple Tree Theatre de Chicago (1997), el Thick Description Theater en San Francisco (1997) y el Nushank Theater Collective de Austin (2002), entre otros. Se presentó en el Teatro Lírico de Ciudad México, en 1997, alcanzando más de cien funciones. El estreno de la obra en español en Estados Unidos le correspondió a Teatro Prometeo en esta ocasión. La acción tiene lugar entre finales de los años cincuenta y comienzos del sesenta, después de la revolución cubana. La trama gira alrededor de dos boxeadores, Mantequilla, de origen cubano y el chicano Pedro Quinn, aunque por su apellido sabemos que, al igual que el propio autor, desciende también de otra colectividad, lo que al parecer lo hace más susceptible a reconocer y convivir con individuos de otras culturas. De hecho, los esencialismos raciales y étnicos son cuestionados al casi abrir la obra, de boca de los entrenadores del gimnasio en donde se entrenan Rizk, Beatriz. “Filo al fuego, de Oliver Mayer, o la resistencia de la navaja” Karpa 6 (2013): n. pag. http://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa6.2/Site%20Folder/rizk1.html los dos pugilistas, Alacrán y Mocho. Para el primero, Quinn no es considerado como “uno de los nuestros”, a lo que Mocho, quien sí lo respalda, responde: Mocho: ¡Es mexicano! Alacrán: ¿Con un apellido como Quinn? Mocho ¡No lo culpes: culpa a su padre! Alacrán: Gringo, judío, cabrón fuera lo que fuera el viejo. Mocho: ¿Vas a ir contra lo tuyo? Alacrán: ¿Y tú qué sabes? ¿Te has mirado en el espejo últimamente? Mantequilla no es negro y feo como tú, ¡pero es negro! Mocho: Eso no cuenta. ¡Es cubano! Alacrán: ¡No hables basura, mano… Apoya a los tuyos, cabrón! (Manuscrito, 3-4) El cuadro de boxeadores contendiendo por el “divino cinturón,” del peso medio, lo completa el Chapo Vinal, un boricua de Nueva York, sediento de triunfo ya sea por la derecha sobre el cuadrilátero o, en su defecto, apelando a la difamación y a lo que él espera sea la descalifación de sus rivales al acusarlos públicamente de “maricones,” a pesar de ser él mismo abiertamente bisexual. Partiendo de este triángulo de contrincantes se despliega ante nosotros un abanico de contradicciones y comportamientos que abarca desde el homosexual latente, pasando por los que están bien guardados dentro del “closet”, y terminando por el bisexual. La presencia femenina sirve, sin duda, para agudizar el conflicto entre los personajes hombres. Es de notar que tanto el multi-culturalismo de los personajes como el colocar a la mujer en una posición de hilo conductor-comunicante entre los “machos,” en cuestión o en disputa, parece ser una constante de la dramaturgia de Mayer, como sucede en obras posteriores como Ragged Time (2000), Conjunto (2003), Joe Louis Blues (2000) y, la reciente Materias oscuras, que, de paso, tuvo una lectura dramatizada en Teatro Prometeo en febrero de 2013. Joe Luis, por su parte, como su nombre lo indica está igualmente ambientada en el mundo del boxeo. En ella, una atractiva cantante mulata de un club nocturno de Harlem es cedida por su amante a Joe Louis, el campeón mundial, a quien el primero admira llegando a la idolatría, casi como trofeo por haberle ganado a un blanco (Buddy Baer). Es evidente que estamos ante un caso del susodicho “tráfico de la mujer,” que desde el principio de los siglos ha regido en el desarrollo de las sociedades en el que el hombre “sujeto” dispone de la mujer “objeto,” elaborado por el antropólogo francés LéviStrauss (1949). A su vez, Eve Kosofsky Sedgwick (1985) se aproxima en la literatura, y Gayle Austin (1990) en la representación teatral, a este “deseo masculino homo-social,” que cubre un espectro enorme entre las relaciones masculinas aplicándolas a los dominios sexuales y eróticos. Dentro del esquema del “tráfico de la mujer,” un hombre puede ofrecer a una mujer, aun simbólicamente, a otro hombre por el que se siente atraído y cuyo acceso, físico o espiritual, es limitado, como una manera de aproximación. No otra cosa sucede tanto en Joe Louis como en Filo al fuego, como podrán deducirlo los lectores / potenciales espectadoras en su lectura a la obra realzada por un diálogo a veces provocativo y cargado de connotaciones sexuales. Mayer, asimismo, está jugando con el concepto que la resistencia del filo de la navaja sólo se prueba cuando se somete al fuego y como aquel que se siente atraído al fuego a veces termina aniquilado, la tragedia no se hace esperar entre estos personajes que parecen vivir todo el tiempo al borde del abismo. Por otra parte, es necesario acentuar, como ya vimos, el puesto que ocupa en la obra de Mayer el mundo del boxeo, a cuya práctica se aficionó desde muy joven. Dos hombres en escena enfrentados, desde una perspectiva coreográfica, se asemejan a un ballet (como el Rizk, Beatriz. “Filo al fuego, de Oliver Mayer, o la resistencia de la navaja” Karpa 6 (2013): n. pag. http://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa6.2/Site%20Folder/rizk1.html mismo autor indica en las didascalias), estilizado, en el montaje de Yarrow, por el uso de la “cámara lenta,” pero también tiene carácter de ritual sagrado, con sus leyes y reglas propias, como los que tienen lugar en un templo en el que, por supuesto, se efectúan sacrificios, reales o metafóricos. De hecho, el cuadrilátero que se construyó para la representación en Prometeo, por su tamaño y posición al frente del proscenio daba la impresión de ser un altar en donde terminarían inmolados sus oficiantes. Es de notar que la única concesión localista, en la estructura del montaje, fue la introducción de un babalao yoruba quien “bendijo” la pelea al inicio de la obra y reaparece furtivamente a través de la misma, reforzando el sentido de ritualidad de lo que está sucediendo en escena. En cuanto a la música, el mismo Mayer califica sus piezas, entre las que se cuentan las mencionadas antes, como “sound paintings” que se desplazan de un género musical a otro, acompañando la vida de una población marginal de norteamericanos, de todo tipo, que es la que le sirve de inspiración (2007:26-27). En Filo al fuego, le da prioridad a la música cubana con Beny Moré a la cabeza (en la obra original aunque aparece Moré, se recurrió reiterativamente a las baladas de James Brown), intercalado por los sonidos del mambo de Pérez Prado y de las grandes orquestas tropicales. Sin duda, el oído musical del autor se hace presente también en su diestro manejo y registro cabal de los giros dialécticos en el uso del lenguaje de sus diferentes personajes multi-étnicos, transferidos con fidelidad por Yarrow en su traducción. No hay duda que la historia es la “materia” de Mayer, como dice el investigador Jon Rossini. En este sentido, lo compara, no sin razón, con el dramaturgo afro-americano August Wilson quien dejó un legado de obras en las que intentó poner sobre la escena épocas históricas definidas (por décadas) en el desarrollo de su comunidad, pero también los nombres de Charles Fuller, con su obra A Soldier’s Play, sale a relucir así como Luis Valdez, con su Zoot-Suit (Rossini 9-25). Más allá de su contexto histórico,(2) Filo al fuego sigue siendo sobre todo un llamado a romper con la rigidez de las categorías en la construcción de los géneros y, en este sentido, se aproxima a la dramaturgia de otra autora chicana, Cherrie Moraga en Shadow of a Man, en donde también hay un triángulo pasional homo-erótico compuesto por dos hombres y una mujer. Teniendo en cuenta el momento en que estamos viviendo, con la lucha en muchas partes por la legalización de las uniones entre hombres y mujeres del mismo género, la obra de Mayer no puede ser más pertinente tanto en Miami como en cualquier otra parte del país y así fue recibida por el público y por la crítica (ver Dolen). _____ Notas (1) Mientras que Teatro Avante fue fundado en 1979, por Mario Ernesto Sánchez su actual director, entre otros teatristas, Prometeo se originó en 1972 de manos de la directora-actriz-poeta también de origen cubano Teresa María Rojas. Es de notar que tanto en el repertorio de la una como de la otra institución teatral que ha oscilado entre los clásicos (de preferencia españoles con García Lorca en primera línea) y autores latinoamericanos de relevante presencia escénica (como Wolff, Cabrujas, Santana y Dorfman, además de los obligados autores de origen cubano con Virgilio Piñera en la delantera), con la excepción de Carballido, llevado a la escena por Prometeo, las obras de mexicanos o de sus descendientes han brillado por su ausencia. (2) Es evidente que, en este sentido, de la historicidad se pueden traer a colación aquí las penosas estadísticas que delatan que durante el período de enero de 1890 a noviembre de 2007, se han registrado 923 muertes ocurridas en el cuadrilátero durante combates pugilísticos profesionales, además de 126 ocurridas durante el entrenamiento y 293 durante encuentros no profesionales. Ver el archivo de “Death under the Spotlight: The Manuel Velazquez Fatality Collection: a Presentation,” en http://ejmas.com/jcs/velazquez/jcsart_svinth_0711.html. Rizk, Beatriz. “Filo al fuego, de Oliver Mayer, o la resistencia de la navaja” Karpa 6 (2013): n. pag. http://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa6.2/Site%20Folder/rizk1.html Bibliografía Austin, Gayle. Feminist Theories for Dramatic Criticism. Ann Arbor: University of Michigan Press. 1990. Dolen, Christine. “’Filo al fuego’ re-creates machismo subculture of 1960s Miami”. The Miami Herald, julio 12. 2010. Kosofsky Sedgwick, Eve. Between Men: English Literature and Male Homosocial Desire. New York: Columbia University Press. 1985. Lévi-Strauss, Claude. Les structures élémentaires de la parenté. Paris: Presses Universitaires de France. 1949. Mayer, Oliver. Collected Plays: Joe Louis Blues, Ragged Time & Conjunto. South Gate, CA: No Passport Press. 2007. ---. The Hurt Business: Oliver Mayer’s Early Works [+] Plus (Young Valiant, Blade to the Heat & Joy of the Desolate). William A. Nericcio, ed. San Diego: Hyperbole Books. 2008. Moraga, Cherrie. Shadow of a Man, en Heroes and Saints and Other Plays. Albuquerque: West End Press. 1994. Rossini, Jon. “The Music of History.” Oliver Mayer: Collected Plays. South Gate, CA: No Passport Press. 9-27. 2007. Rizk, Beatriz. “Filo al fuego, de Oliver Mayer, o la resistencia de la navaja” Karpa 6 (2013): n. pag. http://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa6.2/Site%20Folder/rizk1.html