20050110 Un 'software' ayuda a la comunicación entre médicos y enfermos inmigrantes Ocho meses ha tardado un equipo coordinado por José Luis Rodríguez Martín, de la Fundación para la Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha, en realizar un programa que permite la comprensión entre médicos de primaria o de urgencias e inmigrantes que no hablan castellano. El programa, denominado Lingaleno, destaca por su uso intuitivo. Filólogos en las consultas, mediadores culturales, traductores de varios idiomas en los centros de primaria... El sistema sanitario ha intentado adaptarse a las necesidades de la inmigración; sin embargo, sigue superado por su variedad y por su necesidad de atención. Para solucionar esta carencia, José Luis Rodríguez Martín, jefe del Área de Investigación Clínica de la Fundación para la Investigación Sanitaria en Castilla La-Mancha, y Julio César Pinar Sanz, profesor de inglés en la universidad de la misma comunidad, junto a varios médicos de primaria y con la ayuda de un grupo de inmigrantes, han desarrollado un software que permite la comunicación clínica del facultativo hispanohablante con enfermos que hablen inglés, francés, portugués, polaco, rumano, árabe y alemán. La iniciativa, denominada Lingaleno, destaca por su simplicidad. El médico puede realizar en pantalla las preguntas básicas de una anamnesis de primaria distribuidas por áreas (cardiovascular, sistema respiratorio, digestivo, urogenital, sistema nervioso, ginecología, salud mental, pediatría y urgencias) que comparte instantáneamente y en pantallas sucesivas con el enfermo, que es capaz de leer y oír las mismas preguntas en su propio idioma. El paciente responde en la pantalla y las respuestas las puede ver el médico en castellano. "Tanto el profesional como el enfermo trabajan siempre en su propia lengua. No es una herramienta diagnóstica: es de comunicación", ha explicado a Diario Médico José Luis Rodríguez. "Al facilitar la comunicación los pacientes se sentirán mejor atendidos y la vida del personal sanitario mejorará. Para utilizarlo, el médico sólo tiene que girar la pantalla de su ordenador para que ambos la puedan ver durante la consulta". La comunicación entre un médico castellanoparlante y un enfermo que no conoce el idioma puede ser exasperante. Preguntas sencillas, como si se es alérgico, pueden llevar muchísimo tiempo. En la mayoría de las ocasiones el facultativo se queda con la duda sobre si el enfermo le ha entendido o no, o si va a ser capaz de seguir la terapia. "Normalmente los inmigrantes que no hablan español no siguen el tratamiento. Hay muchos abandonos debido a que no se enteran bien. El programa permite que el enfermo se vaya a casa con la pauta escrita en su idioma". Si es complicado saber qué tipo de síntomas padece el enfermo, más es explicarle los pasos que debe seguir para pedir cita en especializada: "Si es necesaria una derivación, existen formularios que permiten que el inmigrante se lleve a casa las instrucciones con todos los pasos para pedir una consulta en un hospital". Se puede ahondar en la anamnesis mediante ramificaciones de las propias preguntas; si el enfermo tiene molestias en el pecho, se le puede preguntar desde cuándo, dónde, cuál es la intensidad de dolor... "El médico siempre tiene la posibilidad de salir del programa, realizar una sola pregunta o muchas. También puede ir directamente a la pantalla donde sabe que se encuentra la pregunta que busca. No es un protocolo cerrado. Al finalizar obtiene un texto con las respuestas más relevantes, que puede incluir en la historia clínica del paciente". Mejor traducción...imposible En la elaboración del programa han colaborado un grupo de inmigrantes reclutados en centros de primaria que han sido los traductores de las preguntas y expresiones. "Nos hemos enfrentado a dos registros muy diferentes: el sanitario y el de los enfermos", ha dicho Julio César Pinar Sanz, profesor de inglés en la Universidad de Castilla-La Mancha. "A un señor de la calle, y más si es un inmigrante que no tiene mucho vocabulario en este campo, no le puedes formular las preguntas en términos sanitarios; por eso, hemos hecho un esfuerzo para adaptar el programa al lenguaje llano". En esta labor tuvieron un papel especial los inmigrantes que colaboraron: "Hablamos con ellos y les pedimos que nos explicaran las cuestiones en un lenguaje cercano. También han colaborado en el audio del programa. Nos acercamos a sus casas con el equipo informático y les pedimos que grabaran las expresiones. Ellos se han involucrado mucho en el proyecto. Lo han visto útil para sus compatriotas".