Línea Programas de Prevención “Modalidad de Prevención

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BASES TECNICAS PARA CONCURSO DE PROYECTOS
Línea Programas de Prevención
“Modalidad de Prevención Comunitaria”
Abril 2009
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
Índice Bases técnicas Línea Programas de Protección General
“Modalidad Prevención Comunitaria”
I. Presentación..................................................................................................... 3
II. Objetivos.......................................................................................................... 5
2.1. Objetivo General........................................................................................... 5
2.2. Objetivos Específicos.................................................................................... 5
2.3. Resultados Esperados.................................................................................. 5
2.4. Condiciones mínimas.................................................................................... 6
III. Orientaciones Técnicas Específicas ............................................................... 6
3.1. Sujeto participante ........................................................................................ 6
3.2. Vía de Ingreso/participación ......................................................................... 6
3.3. Cobertura y Focalización Territorial .............................................................. 6
3.5. Principales Aspectos Metodológicos............................................................. 7
3.5.1. Ejes Metodológicos.................................................................................... 7
3.5.2. Estrategias de Trabajo............................................................................... 9
3.6. Momentos de ejecución del proyecto.......................................................... 10
3.7 Enfoque Intersectorial: Articulaciones y Coordinaciones Territoriales ......... 12
3.8 Enfoque de Género .................................................................................... 12
3.9- Enfoque Intercultural................................................................................... 13
IV. Sobre el Equipo de Trabajo.......................................................................... 14
4.1. Perfil Profesional......................................................................................... 14
4.2. Conformación y Composición de Equipos ................................................. 14
V. Sobre el Presupuesto .................................................................................... 15
VI. Sobre los Recursos Materiales..................................................................... 15
6.1. Respecto del inmueble de funcionamiento: ................................................ 15
6.2. Respecto del equipamiento ........................................................................ 15
2
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
I. Presentación
1. Antecedentes de Prevención en Sename
Durante la década de los ochenta y gran parte de los noventa, el abordaje de la
prevención en Sename estuvo principalmente centrado en complementar la labor de la
familia y de la escuela, a través de los centros de atención diurna (CAD), los que estaban
destinados a proteger a los niños y niñas en aquellos horarios en que ni los familiares ni la
escuela podían hacerlo, cumplían así una labor de cuidado diario y apoyo a los niños/as
en el desarrollo de su escolaridad; y propiciaban la responsabilización de las familias
respecto de sus hijos/as, mediante la realización de talleres, fundamentalmente para
madres. Se respondía, de esta manera, a una sentida necesidad del país.
Existían también en la línea de prevención, aunque en un pequeño porcentaje, proyectos
de clubes infanto-juveniles, de carácter comunitario, los que funcionaban en franjas
etáreas, e incluso realizaban actividades en horarios vespertinos para convocar,
principalmente a los/as jóvenes.
Desde la reforma iniciada en el año 2000, y en principio, a partir de la Convención de los
Derechos del Niño, se empiezan a reforzar las iniciativas enmarcadas en un enfoque
territorial y comunitario. Junto con ello, la reforma educacional y principalmente la
paulatina implementación de la jornada escolar completa, implicaron la necesidad de
revisar la oferta existente, especialmente la de prevención, constituida en su mayoría por
los CAD, en vistas de no duplicar esfuerzos.
En este marco, se crean en el año 2001, los Centros Comunitarios Infanto-Juveniles (CIJ),
lo que implicó la reconversión, de la mayoría de los CAD existentes a esa fecha, a esta
nueva modalidad, de carácter comunitario y con énfasis en el protagonismo infantoadolescente.
Estos programas (CIJ), lograron una importante validación con actores comunitarios y con
los propios niños/as y adolescentes en los sectores donde se encontraban instalados.
Dentro de sus principales acciones, se destaca la promoción de la participación infantoadolescente en sus diversos niveles, el desarrollo de talleres para las familias y los
actores comunitarios, la atención directa en casos de vulneración de derechos, entre otras
de gran relevancia para el espacio comunitario.
También se crean los Programas Preventivos de Intervención Familiar, (PIF), destinados
a la vinculación con familias que vivían situaciones asociadas a vulneraciones de derecho
de niños/as y adolescentes, desarrollando un plan de intervención colectivo con énfasis
en el fortalecimiento familiar para prevenir situaciones de mayor vulnerabilidad.
Tras la entrada en vigencia de la Ley 20.032 de subvenciones de Sename1, en el año
2005, se inicia un proceso de reflexión en torno a las diversas modalidades que se
encontraban operando, a la luz de las nuevas necesidades del país y del Servicio.
Lo anterior, derivó en un reordenamiento de la oferta, según los niveles de complejidad2
de las situaciones vulneración que afectaban a los niños/as y adolescentes (bajo, medio,
alto), identificándose la acción del Servicio prioritariamente, con los dos últimos niveles.
Esta definición produjo cambios importantes, especialmente en la oferta de Prevención,
que pasó de estar constituida principalmente por Centros Infanto-Juveniles y por
Programas de Intervención Familiar Preventiva, a Programas de Intervención Breve para
la Prevención Focalizada (PIB). Estos últimos se crearon para abordar vulneraciones de
derecho asociadas a situaciones de mediana complejidad, tales como violencia en la
1
Que establece 4 líneas de acción: Residencias, Oficinas de Protección de Derechos, Diagnóstico y Programas de
Protección General.
2
El establecimiento de dichos niveles de complejidad, no quiere decir que existan vulneraciones de mayor o menor
importancia, sino que, dada sus características y los factores implicados, requiere de programas y equipos especializados
en su abordaje.
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Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
familia, en la escuela, pre deserción escolar, negligencia parental, maltrato leve y
moderado, entre otras. Estas situaciones estaban siendo abordadas por los programas de
prevención existentes a esa fecha, pero con escasos recursos para desarrollar una
intervención que requería un mayor nivel de especialización y sobrepasando las
exigencias que el modelo establecía.
En la actualidad, se cuenta con 145 proyectos de Intervención Breve para la Prevención
Focalizada (PIB) y con 67 Centros Comunitarios Infanto-Juveniles.
2. Fundamentos de Programas de Prevención Comunitaria
Ante la necesidad de licitar, durante el año 2008, los programas preventivos que aún se
encuentran prorrogados, constituidos principalmente por CIJ; surge la propuesta de los
Programas de Prevención Comunitaria, basada principalmente en dos aspectos:
a) Necesidad de Mantener Oferta Preventiva:
Tras la reconversión realizada, desde CIJ a PIB, se visualiza la necesidad de mantener,
en algunos territorios, una oferta preventiva de carácter primario, focalizada en sectores
considerados vulnerables, ya sea por sus condiciones socioeconómicas, culturales o de
acceso a recursos públicos.
Esta necesidad fue expresada a través de cartas de apoyo firmadas por organizaciones
sociales, por los propios niños, niñas y adolescentes, por las instituciones ejecutantes, por
autoridades políticas, entre otros actores relevantes, que dieron cuenta del nivel de
validación y pertinencia que había alcanzado el modelo CIJ en sus años de
implementación. Por otra parte, se observa que en los territorios la oferta sectorial de
prevención en vulneraciones de derechos es escasa y, por tanto, no se iba a dar
continuidad al trabajo realizado por estos Centros Comunitarios.
b) Resultados Estudio Alerta Temprana:
A lo anterior se suma la apuesta del Servicio Nacional de Menores, en el marco de un
compromiso gubernamental, por desarrollar un dispositivo de detección precoz de
vulneraciones de derecho, a través de la implementación de la investigación-acción
“Generando un Modelo para la Alerta Temprana de Vulneración de Derechos en el
Espacio Local”3, la cual se inició en el año 2007 y finalizó en abril del año en curso.
Dicha investigación se llevó a cabo en tres comunas (Puente Alto, Peñalolén y Talagante)
de la región metropolitana, en vistas de proyectar sus resultados y sugerencias para
instalar un dispositivo de alerta temprana, en otros territorios y regiones. La metodología
utilizada fue participativa e implicó una co-construcción con actores locales de las
diversas comunas, tales como salud, educación, entidades municipales, organizaciones
sociales, y los propios niños/as y adolescentes.
Las constataciones que surgen del estudio, vienen a ratificar la necesidad de relevar el rol
de las comunidades en la generación de procesos sociales, en este caso vinculados a la
protección de los derechos de infancia y adolescencia. Se alude a que los mecanismos de
detección precoz, requieren ser construidos e implementados principalmente en el
espacio de vida cotidiano de niños/as y adolescentes, y que además necesitan basarse
en la confianza y comunicación fluida entre los actores de una comunidad determinada.
En el estudio se explicitan sugerencias que apuntan en esa dirección, tales como:
-
3
Generar espacios de participación para los niños/as y adolescentes, considerando
que el derecho a opinar y a organizarse, se encuentra, según los propios niños/as
y adolescentes, altamente vulnerado.
Relevar a la comunidad como un actor prioritario en la prevención de las
vulneraciones de derecho, puesto que si bien se encuentra instalado en el
discurso de los actores locales institucionales, esto se concretiza débilmente en la
práctica.
Efectuado por el Servicio Nacional de Menores y la Fundación León Bloy, año 2007-2008.
4
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
-
En esta investigación, cuando se alude a comunidad, se está pensando en las
organizaciones sociales, tales como juntas de vecino o clubes juveniles,
organizaciones de iglesia, comités de diversa índole, grupos informales, entre
otros. Por lo tanto se considera clave, instalar en estos espacios, mecanismos de
detección precoz de vulneración de derechos.
Propiciar confianza entre niños/as, adolescentes y adultos/as, puesto que muchas
veces existen prejuicios que impiden una comunicación e interacción fluida y de
cooperación mutua, entre las diversas generaciones.
A la luz de estos hallazgos y sugerencias, es relevante que el Sename genere una oferta
capaz de recoger las sugerencias y aprendizajes de dicha investigación, así como
también rescatar la experiencia de trabajo (metodologías, resultados logrados, entre
otros) de los proyectos de prevención que aún se encuentran vigentes (CIJ) y de otros de
la red del Servicio.
En este marco, surge la propuesta de Programa de Prevención Comunitaria. Por
Prevención Comunitaria, se entenderá “Un proceso de acciones tempranas4 y
colaborativas que efectúan las distintos actores de la comunidad, con la finalidad de
asegurar el ejercicio de los derechos y prevenir sus vulneraciones, en un barrio o territorio
determinado”. Así entonces, los convocados son las distintas personas que pueden
aportar en este proceso: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, padres, madres, familiares
extensos, vecinos, vecinas, organizaciones adultas e infanto adolescentes, grupos no
organizados y las instituciones de la comunidad como salud, educación, iglesias u otros.
Debido a lo anterior, la focalización territorial de estos programas es preferentemente en
un barrio, población o sector de una comuna determinada y su metodología es
fundamentalmente participativa.
II. Objetivos
2.1. Objetivo General
Prevenir vulneraciones de derecho infanto-juveniles, en conjunto con los/as niños, niñas,
adolescentes, sus familias y otros actores de un territorio determinado.
2.2. Objetivos Específicos
1. Desarrollar competencias de prevención y protección de los derechos de la
infancia y adolescencia, en y con los niños/as y actores comunitarios5.
2. Desarrollar soportes comunitarios para la prevención y detección precoz de
vulneraciones de derechos.
3. Promover la participación y ciudadanía infanto-adolescente en el espacio
comunitario.
4. Relevar iniciativas de cuidado y buen trato infanto-adolescente, con grupos de
familias y otros actores comunitarios, que contribuyan al desarrollo integral de este
grupo etáreo.
2.3. Resultados Esperados
1) Al menos un 50% de los y las participantes de espacios de formación se
constituyen en promotores/as de los derechos6 y son capaces de trasmitir dicho
enfoque con distintos grupos de la comunidad.
2) Constitución de, al menos, una instancia comunitaria o integración a una ya
4
Recogiendo las conclusiones del Estudio “Modelo para la Alerta Temprana de Vulneración de Derechos en el Espacio
Local” (Sename-Fundación León Bloy), nos referimos a acciones realizadas para evitar que ocurra una vulneración de
derechos, antes de que se cronifique la vulneración o efectuadas en las primeras etapas de la infancia.
5
Por actores comunitarios entendemos a las familias, organizaciones de la comunidad, tales como grupos juveniles, juntas
de vecinos, centros de padres y madres, clubes deportivos, grupos de iglesia, entre otros.
6
Por promotores de derechos entendemos aquellas personas de la comunidad, que se encuentran sensibilizadas en torno
al enfoque de derecho de la infancia-adolescencia, informadas respecto de temas de prevención y detección precoz y que
además cuentan con herramientas para desarrollar acciones estos ámbitos y/o activar las redes necesarias para su
intervención en caso que sea necesario.
5
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
existente, para el abordaje de la prevención y detección precoz de vulneraciones
de derecho.
3) Al menos un 50% de los/as niños/as y adolescentes participantes diseñan e
implementan, sus propias iniciativas conjuntas en el marco del enfoque de
derecho, y en base al principio de autonomía progresiva. 7
4) Al menos un 50% de las familias u otros actores comunitarios, desarrollan una
iniciativa de cuidado y buen trato en su comunidad.
2.4. Condiciones mínimas
Independiente de los resultados esperados, el proyecto deberá promover, en los niños/as
y adolescentes, el desarrollo de condiciones mínimas, tales como:
-
-
Todos/as los niños, niñas y adolescentes participantes, deberán estar
escolarizados, o en caso de no estarlo, promover su integración a la escuela.
Asimismo, deberán tener acceso a las redes de salud existentes (por ejemplo,
estar inscritos en el consultorio).
Todos/as los niños, niñas, adolescentes participantes y sus familias que lo
requieran, deberán ser contactados con los programas sociales existentes en el
municipio (por ejemplo, Chile Crece Contigo, Chile Solidario, u otros).
Cuando se detecte una vulneración de derechos, ésta debe ser abordada y
derivada en forma asistida8 a las instancias pertinentes cuando sea posible, lo cual
no implica que el niño/a o adolescente deje de participar del proyecto de
prevención, es más, dicha participación se puede constituir en un aporte a su
proceso de resignificación de la experiencia vivida. En este caso ambos equipos
deberán coordinarse para que el niño/a y su familia reciba una intervención
integral, evitando la sobre-intervención.
III. Orientaciones Técnicas Específicas
3.1. Sujeto participante
Principalmente niños/as y adolescentes de entre 0 y 18 años, habitantes de un territorio
específico (barrio, población o sector). Sin discriminación de sexo, etnia o necesidades
especiales, enmarcados dentro del alcance de este modelo.
Asimismo, participan, actores comunitarios, entendidos como madres, padres, familias,
grupos organizaciones formales o informales, tales como juntas de vecinos/as, centros de
padres/madres, clubes juveniles, entre otros. También, están convocados los grupos no
organizados.
3.2. Vía de Ingreso/participación
Principalmente por demanda espontánea y/o por una invitación directa del equipo a los
niños/as y adolescentes, a las familias y/o actores comunitarios. Dicha invitación puede
ser realizada de manera individual y/o dirigida a grupos de pares. Otra vía de
participación, es una convocatoria abierta del equipo en la comunidad, población y/o
sector específico, radio de acción del proyecto.
3.3. Cobertura y Focalización Territorial
Los proyectos a licitar que se enmarquen en este modelo de prevención, deben atender al
perfil del sujeto de atención mencionado en estas bases e instalarse en el territorio
correspondiente según lo establece el anexo N° 1.
7
Para aquellos niños y niñas inscritos en el proyecto cuya etapa del desarrollo no les permita su autonomía realizar
actividades por si mismo, se sugiere proponerse el mismo porcentaje de logro, pero incorporando a sus familias.
8
Por Derivación Asistida se entenderá que los profesionales contactarán al niño/a o adolescente y sus familias con la
instancia en la cual deberán ser atendidos, trabajaran con ellos la motivación, el propósito de recibir esta intervención y
además el proyecto de Prevención Comunitaria se asegurará que reciba la atención.
6
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3.4. Principios o Criterios Transversales de Acción
a). Integralidad: este criterio, implica desarrollar una visión de conjunto respecto del
fenómeno a intervenir, significa reconocer la multidimensionalidad de éste y los diversos
procesos y factores que lo conforman, favoreciendo la comprensión de conexiones y la
identificación de los actores intervinientes. Lo anterior, requiere considerar múltiples
perspectivas y enfoques para abordar la prevención de situaciones de vulneración de
derechos que afectan a la infancia y adolescencia con el fin de enriquecer la comprensión
del fenómeno.
b).Territorialidad: implica conocer las condiciones físicas, sociales, económicas y
culturales que se dan en un espacio geográfico determinado, en este caso de un sector
poblacional o barrio específico. Al constituirse el territorio en un espacio heterogéneo, es
de especial importancia comprender las interrelaciones que se dan entre los actores
comunitarios que lo conforman, sus formas de organizarse, temas de interés, así como
reconocer sus recursos, potencialidades e intereses vinculados a la infancia y
adolescencia.
Este criterio, es fundamental en los programas de prevención comunitaria, ya que la
apuesta es relevar el rol de las comunidades, es decir, de las organizaciones de base, de
grupos juveniles y otros, en la prevención y detección precoz de vulneraciones de
derechos en un espacio concreto y determinado como una villa, un barrio, una población o
un sector, en la que se entiende existe y se reproduce una cultura particular y por lo tanto
una cierta forma de ver, interpretar y actuar en el mundo, que puede entregar luces
respecto de cómo co-construir procesos de prevención y detección precoz. Es así como
se espera que dichos programas consideren tanto en su instalación, como en su
ejecución, el componente urbano, urbano-rural o rural, adaptando el modelo a estas
realidades.
c). Calidad: tal como se ha venido señalando en distintos documentos del Sename, este
criterio se relaciona con el mejoramiento continuo de los procesos vinculados, en este
caso, a la prevención y detección precoz de vulneraciones de derechos en el espacio
barrial. Entendiendo que la prevención se encuentra en un primer nivel de intervención, el
criterio de calidad debiera expresarse en mejorar los niveles de respeto de los derechos.
Para ello, se considera relevante la participación de la población infanto-juvenil, de las
familias y de los actores comunitarios, intencionar procesos de innovación, desarrollar
procesos de evaluación que permitan retroalimentar la práctica, integrar diversas variables
de análisis como género, interculturalidad, entre otros aspectos.
d). Complementariedad: implica generar condiciones que favorezcan la confluencia de
objetivos entre diversos actores comunitarios, en el marco de la prevención y detección
precoz de vulneraciones de derechos de niños/as y adolescentes. El supuesto a la base
es la corresponsabilización y acción conjunta con y a favor de la población infanto-juvenil.
En el caso de prevención comunitaria, interesa generar sinergia entre los diversos grupos
y organizaciones de base que habitan en un territorio determinado, en función de la
prevención.
3.5. Principales Aspectos Metodológicos
3.5.1. Ejes Metodológicos
A la base de los programas de prevención comunitaria, se encuentran al menos, tres ejes
metodológicos transversales:
a). Participación de las personas habitantes del territorio donde se focalizará el proyecto,
en la prevención y promoción de los derechos de niños/as y adolescentes. Ésta, resulta
fundamental para el desarrollo del programa de prevención.
Se parte de la base, que el involucramiento y participación de la comunidad, y por ende
de los niños/as y adolescentes, de acuerdo a su autonomía progresiva, contribuyen al
7
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
desarrollo de una cultura democrática que se encuentra en coherencia con el enfoque de
derecho.
Es por ello, que se espera avanzar desde la promoción de una participación consultiva, en
la cual se le informa a la comunidad y se le pregunta su opinión respecto de determinados
temas, a una participación sustantiva que avance hacia la co-construcción de las
iniciativas que se desarrollen para prevenir y promover los derechos de la infancia y
adolescencia en un espacio determinado. El rol del equipo entonces, es desarrollar o
promover condiciones para fomentar este tipo de participación y el protagonismo infantoadolescente.
El supuesto a la base, es que la participación activa de los niños/as y adolescentes y de
los actores comunitarios (familias, organizaciones sociales u otros), en la prevención de
las vulneraciones de derecho, generará niveles crecientes de comprensión, acción y de
sustentabilidad de las iniciativas que se emprendan. A su vez esto contribuirá a evitar la
presencia de vulneraciones de derecho y/o su cronificación a través de la promoción y
detección precoz.
b). Asociatividad entendida como el establecimiento de lazos de cooperación tendientes
al desarrollo de fines comunes, en este caso, vinculados al enfoque de derechos de la
infancia y adolescencia, entre las personas habitantes de un territorio determinado. Esto
se considera un factor de protección y desarrollo para niños/as y adolescentes.
Considerando que la base de la asociatividad es compartir intereses, visiones y acciones
comunes vinculadas, en este caso, a la prevención y detección precoz, se estima
pertinente, avanzar en el reconocimiento de las agrupaciones existentes o formas de
asociatividad emergentes en una comunidad determinada, puesto que en ellas se genera
un sentido de pertenencia e identidad, que va más allá de los temas específicos que sean
tratados, y por lo tanto, existe una motivación por compartir con otros/as y por desarrollar
iniciativas colectivas. Esto quiere decir, que el trabajo, en un primer momento, puede
consistir en participar de estos espacios, para desde allí ir instalando el enfoque de
derecho de la infancia y adolescencia.
La adolescencia, es una etapa privilegiada para promover la asociatividad, ya que los
adolescentes “son en la sociedad con otros” y, por tanto, para afirmar la propia identidad
se agrupan con sus pares. Esta característica propia de esta etapa del desarrollo es vista
por parte del mundo adulto como una amenaza a las normas sociales e intentan
“combatir” sus grupos, en cambio, una estrategia más preventiva puede ser precisamente
considerarlos y trabajar con ellos.
El supuesto a la base, es que la asociatividad de personas y grupos de la comunidad en
torno a los temas de infancia y adolescencia desde un enfoque de derecho, fortalece el
tejido social de las comunidades, favoreciendo la generación de un soporte comunitario
para la prevención y detección precoz de las vulneraciones que afectan a niños/as y
adolescentes y a sus referentes adultos ejerciendo roles de apoyo y orientación al
desarrollo de cada uno de los miembros que componen el sistema familiar.
c). Innovación, en las metodologías, estrategias y técnicas de trabajo, las cuales deberán
considerar aspectos del desarrollo evolutivo, de la idiosincrasia de las comunidades, de su
pertenencia étnica, del género, entre otras.
Lo anterior implica contar con una batería de respuestas y soluciones que permitan la
reinvención de las formas de trabajo, en caso que no den los resultados esperados.
Particularmente importante se torna, el dinamismo y el “factor sorpresa”9, especialmente
en los grupos de adolescentes, puesto que el “no saber qué va a pasar”, permite
mantener la motivación por participar.
9
Gabriel Catrileo, (Dirigente Liceo Mariano Egaña), perteneciente al Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes de Peñalolén,
en “Seminario Internacional de Sistemas Locales de Protección de Derechos: Prácticas Efectivas Nacionales e
Internacionales”, Sename, U. Alberto Hurtado y Asociación Chilena de Municipios, marzo, 2008.
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Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
La innovación también trae implícita la transferencia de los aprendizajes y buenas
prácticas y la creatividad de las respuestas desde las diversas disciplinas, como el arte, la
psicología, el trabajo social, la educación, u otras.
Se espera que los colaboradores -considerando su experiencia anterior- generen una
propuesta innovadora, explicitando sus ventajas, de acuerdo a metodologías, resultados
logrados y que son pertinentes para la presente modalidad.
3.5.2. Estrategias de Trabajo
En el marco de la participación, asociatividad e innovación, se espera que la propuesta
desarrolle diversas estrategias de trabajo, entre las que se cuenta con:
1) Formación para la prevención y detección precoz de vulneraciones de
derecho: a través de esta estrategia se espera generar procesos de
aprendizaje colectivo dirigido a diversos grupos y personas de la
comunidad, en temas vinculados a la infancia y adolescencia (autocuidado,
promoción de derechos, competencias parentales, entre otras) en vistas de
contar con promotores de derechos (vecinos/as, madres, padres, jóvenes,
niños/as) que posteriormente puedan ir recreando los conocimientos y las
competencias desarrolladas, de manera de ir instalando esto en y con la
comunidad.
Estas competencias y conocimientos, implican, entre otros aspectos, el
poder identificar los principales problemas de la comunidad en torno a los
derechos de la infancia, levantar propuestas de trabajo y contar con
información pertinente respecto de la oferta pública y comunitaria existente
para el abordaje de temas y/o de las situaciones detectadas.
2) Promoción de la autogestión de proyectos o iniciativas para la
prevención: considerando, por una parte, que en el espacio comunitario se
desarrollan diversas experiencias, y que éstas no son del todo visibilizadas,
y que por otra parte, se pueden construir iniciativas colectivas para la
promoción de derechos y prevención de las vulneraciones, se estima
relevante apoyar e implementar conjuntamente dichas iniciativas.
Para ello se requiere potenciar y fortalecer, en las personas de la
comunidad, las habilidades vinculadas, por ejemplo, a la gestión de
recursos, como la postulación a fondos concursables de la comuna, o la
conformación y organización de instancias que permitan canalizar
propuestas referidas a la prevención y detección precoz, o la integración del
enfoque de derecho en iniciativas organizadas que ya se encuentren en
curso.
Especial atención requieren los grupos u organizaciones infantoadolescentes, en que el rol del programa de Prevención Comunitaria es
ampliar sus posibilidades de participación e injerencia en la comunidad. Un
medio para conseguir lo anterior, puede ser apoyarlos en la gestión de
recursos para que puedan concretar sus proyectos.
Se puede co-construir y apoyar iniciativas emanadas desde grupos
organizados o no organizados, desde los propios niños/as y adolescentes,
desde organizaciones sociales, desde grupos intergeneracionales, entre
otras.
3) Generación de espacios de encuentro Intergeneracional: se parte de la
base de que el encuentro entre adultos/as, jóvenes, niños/as, sus padres,
madres u otros familiares puede constituirse en una oportunidad para
conocerse, intercambiar expectativas y lenguajes, que deriven, por una
parte, en una comprensión del otro/a, y por lo tanto en un derribar mitos y
prejuicios, y por otra, puede desembocar en la generación de acciones
conjuntas en pro de la prevención y detección precoz.
9
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
Su objetivo fundamental es tender un puente entre las distintas
generaciones que habitan en una comunidad determinada, que fortalezca
lazos de confianza y de pertenencia, y que por lo tanto, genere condiciones
para la corresponsabilidad en el abordaje de los temas y problemas que
afectan a la infancia y adolescencia.
Esta estrategia apunta al reconocimiento del otro/a como legítimo otro/a, lo
cual resulta fundamental para el fomento de una cultura de derecho.
Todas estas estrategias traen implícitos importantes desafíos relacionados principalmente
con la reconstrucción de vínculos familiares, comunitarios y con el fomento de la
asociatividad entre grupos y personas que habitan en un espacio determinado, en función
del tema infancia y adolescencia desde un enfoque de derecho.
Lo anterior, se constituye en un doble desafío, por una parte, actuar sobre una realidad en
la que el tejido social se encuentra generalmente debilitado, y por otra parte, integrar un
enfoque y un tema que no siempre se encuentra visibilizado o priorizado.
Es por ello, que la capacidad de convocar, motivar, integrar y empoderar a los y las
habitantes del sector para la prevención y promoción de los derechos de la infancia y
adolescencia, resulta vital para pasar desde la protección individual que cada familia
pueda brindarle a sus niños/as, a la protección y responsabilización colectiva de los
mismos/as.
Esto requiere el desarrollo de ciertas condiciones, tales como la generación de confianza,
no sólo desde la comunidad hacia el equipo del proyecto, sino que también y más
importante aún, entre los miembros de la comunidad y entre las distintas generaciones
que allí confluyen, en la medida en que se confía en el otro/a, se generan condiciones de
para la prevención, detección y protección de los derechos de niños/as y adolescentes.
Lo anterior se constituye en un gran desafío, sobre todo si se consideran los resultados de
la investigación de alerta temprana, en la que se indica que uno de las mayores
obstáculos para la detección precoz y para el abordaje de los temas de infancia y
adolescencia, es la desconfianza existente desde los/as adultos/as hacia y principalmente
los grupos de adolescentes y desde éstos hacia los/as adultos/as y sus organizaciones.
Esto impide el desarrollo de una comunicación fluida y por la tanto la construcción de
iniciativas conjuntas que potencien su logro.
Otra condición fundamental que es necesario desarrollar, es la creatividad y la innovación
en la configuración de las distintas estrategias que se utilicen, tanto para la formación de
monitores/as, como para el apoyo a la autogestión, o la gestación de espacios de
encuentro intergeneracionales. Por lo tanto la versatilidad de las técnicas utilizadas es
clave para lograr la motivación y la participación en el desarrollo del proyecto.
Sin la participación de las personas y grupos de la comunidad, este proyecto no puede
funcionar.
3.6. Momentos de ejecución del proyecto
a). Proceso de Inserción del proyecto en el territorio.
La inserción del proyecto en un sector determinado, requiere el conocimiento del lugar,
tanto desde el punto de vista geográfico, como de las relaciones, grupos, personas que
allí viven, identificar sus principales inquietudes, sus formas de organización, la utilización
de espacios, entre otros aspectos. Para ello, se pueden desarrollar diversas y
complementarias técnicas, como por ejemplo, el desplazamiento del equipo por las calles
del sector, la observación participante o la aplicación de una encuesta a un grupo de
actores comunitarios.
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Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
Esto permitirá ir visualizando por dónde y con quiénes se puede ir instalando o
profundizando la prevención y detección precoz de vulneraciones de derechos de
niños/as y adolescentes. Lo anterior implica, entre otros aspectos, la identificación de
oportunidades para instalar la prevención, como por ejemplo, la integración del equipo a
iniciativas que ya se encuentran en curso, (comité de allegados, junta de vecinos, grupos
juveniles, entre otros) para desde allí realizar actividades en el marco del enfoque de
derechos.
Junto con lo anterior, el proceso de difusión sobre los objetivos y formas de trabajar del
programa, resulta clave para aclarar expectativas y lograr el interés de los actores
comunitarios. Contribuirá a este fin, el desarrollo de estrategias innovadoras que
convoquen y motiven a las personas y especialmente a niños/as y adolescentes a
participar de esta iniciativa.
Es especialmente relevante, para la difusión, la coordinación con la OPD en aquellos
territorios donde exista esta oficina u otros programas subvencionados por Sename, de
manera de conocerse, compartir insumos y definir límites de intervención. Por ejemplo, si
la OPD se encontrara desarrollando iniciativas en el mismo sector donde se instalará el
proyecto de prevención, lo ideal es que se coordinen y no se dupliquen esfuerzos.
Cabe señalar, que el proceso de implementación del proyecto, anteriormente
mencionado, va de la mano y corre paralelo al ingreso de niños/as y adolescentes
que realiza el programa en sus inicios, puesto que, en el marco de la Ley N° 20.032 de
subvenciones, no se contempla un período de dedicación exclusiva a este punto.
b). Configuración del Plan de Trabajo y participación de niños/as y adolescentes
Los insumos extraídos a partir del proceso de inserción, permiten co-construir un plan de
trabajo comunitario, en función de la prevención y detección precoz de vulneraciones
derechos, con los niños/as y adolescentes, las familias y los diversos actores de la
comunidad, en que se identifiquen las temáticas que se abordarán, las estrategias y los
recursos (financieros y técnicos) posibles de movilizar. Para el desarrollo de este plan se
pueden considerar las estrategias presentadas en el punto 3.5.2.
En el proceso de co-construcción del plan comunitario, es relevante desarrollar
estrategias que consideren el desarrollo evolutivo de niños/as, por una parte y de los/as
adolescentes, por el otro, puesto que de lo contrario se puede perpetuar la tendencia de la
oferta preventiva de Sename que se encontraba operando, de concentración de
participación en niños/as menores de 12 años.
Por su parte y como el foco está puesto en la participación de niños/as y adolescentes,
para desde allí integrar a los diferentes actores de la comunidad, se deberá llevar un
registro de cada niño/a y adolescente participante, en el que se identifiquen sus datos
personales, motivación para participar (causal de ingreso) y otros datos relevantes
(información básica de la familia, escolaridad y datos de salud) junto con las actividades
realizadas, ya sea en grupos de pares o con adultos/as.
c). Evaluación participativa de resultados
La evaluación de resultados, consiste en analizar en conjunto con las personas
participantes, el desempeño del plan de trabajo, sus principales resultados, obstáculos y
desafíos. Junto con ello es importante que el equipo desarrolle indicadores y mecanismos
que permitan definir los avances en materia de prevención de los derechos de infancia y
adolescencia. Para ello es relevante, contar con una línea base, que debe realizarse en la
primera etapa de inserción, para luego poder comparar los avances obtenidos tras tres
años de implementación.
11
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
3.7 Enfoque Intersectorial: Articulaciones y Coordinaciones Territoriales
Se espera que tanto en la formulación, como ejecución del proyecto se incorpore el
enfoque intersectorial como una mirada transversal, que permite instalar a este programa
no como una intervención social aislada, sino que como un aporte al desarrollo de las
comunidades. Generando vínculos con los distintos actores con el propósito de instalar en
los territorios, las condiciones para el reconocimiento de niños, niñas y adolescentes
como sujetos de derechos, contribuyendo, así, a una participación efectiva en sus
comunidades (barrios, familias, colegio, etc.).
En este contexto entonces, el enfoque intersectorial y el trabajo colaborativo se entiende
como: las articulaciones con actores públicos, privados y comunitarios, para la generación
de condiciones que permitan el ejercicio pleno de derechos de niños/as y adolescentes.
Dicha gestión, contempla las acciones desarrolladas con los distintos actores,
entendiendo que las acciones a desarrollar con cada uno de ellos, será distinto
dependiendo del objetivo que tenga esa vinculación. Así, desde la interconexión y las
especificidades de cada actor, se aporta a la instalación o desarrollo de sistemas
territoriales de protección de derechos.
Para que lo anteriormente sea posible, se requiere que el equipo de trabajo en su
conjunto, tenga esta amplitud de mirada y posea experiencia y/o formación en gestión de
redes. Su labor consistirá en incorporarse a las redes existentes, potenciarlas, o bien,
aportar a la generación de un soporte comunitario que asegure el ejercicio pleno de los
derechos y prevenga situaciones de vulneración.
Las principales coordinaciones y articulaciones que debe establecer el programa de
prevención comunitaria, son con las organizaciones de base de la comunidad, como
las juntas de vecinos, los clubes deportivos, las asociaciones de mujeres, las
agrupaciones de niños/as o adolescentes, entre otras. Éstas le darán el sustento y la
razón de ser al modelo. Por lo tanto, el desarrollo de estrategias de identificación de
dichas organizaciones y de vinculación con ellas, resulta necesario para el logro de
resultados satisfactorios en la prevención y detección precoz de vulneraciones de
derechos.
Por otra parte, también es relevante que se construyan lazos de confianza y cooperación
con actores institucionales, sobre todo considerando que esto puede favorecer el
desarrollo de la comunidad en donde se encuentra inserto el programa. En este sentido y
atendiendo a que el foco es la infancia y adolescencia, las Oficinas de Protección de
Derechos (OPD) se constituyen en un “socio estratégico” para los Programas de
Prevención Comunitaria, por su vinculación con los programas municipales y con los
sectores de salud y educación, lo cual puede resultar pertinente tanto para los fines que
se hayan trazado en el plan de trabajo comunitario, como para ir compartiendo esta
información con actores claves de la comunidad. Respecto de los programas de otros
servicios públicos, adquiere gran relevancia la coordinación con el Programa Habilidades
para la Vida de JUNAEB, Programa de Salud Adolescentes en los consultorios,
Fundación de la Familia, Previene comunal, Casa de la Cultura, etc. Ello dependiendo de
las realidades comunales en donde se instale el proyecto.
De esta manera se espera que el proyecto vaya generando puentes, o facilitando
espacios para que se produzcan acercamientos entre actores institucionales y
comunitarios, por ejemplo, a través de una invitación a una actividad de la comunidad, o
de una coordinación para la realización de una charla en un tema concreto, entre otras
iniciativas.
3.8 Enfoque de Género
El género10 debe ser considerado transversalmente, como una categoría de análisis al
servicio de la prevención. Para ello, se sugiere:
10
Por género se entiende el “conjunto de características culturalmente específicas que identifican el comportamiento social
de mujeres y hombres y la relación entre ellos. El género, por lo tanto, no se refiere simplemente a mujeres u hombres, sino
a la relación entre ellos, y a la forma en que ésta se establece socialmente” (SERNAM, “Análisis de Género: Guía para la
elaboración de políticas públicas”. Santiago de Chile 1998). Se puede decir entonces que es una construcción social que da
12
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
Respecto al trabajo preventivo con los niños, niñas adolescentes y la comunidad
-
Poner especial atención en la estrategia que se utiliza para convocar a los niños y
niñas a participar del proyecto, en este sentido. Por ejemplo, la difusión debe
contemplar diversas técnicas, desde la convocatoria en las canchas o en las
esquinas, hasta la convocatoria en las propias casas. Esto es importante, porque
niños y niñas utilizan espacios diferentes.
-
Revisar con los niños, niñas y adolescentes, la visión que tienen respecto de la
configuración de roles femeninos y masculinos, especialmente en torno a las
creencias y prácticas referidas a la sexualidad, a las expectativas respecto de sus
estudios, del acceso o no al mundo laboral y a las relaciones familiares.
-
El análisis anterior permite contar con elementos para desarrollar estrategias que
consideren la categoría de género. Dependiendo del imaginario que reine en los
niños/as, se podrán desarrollar talleres o conversaciones con ellos/as que amplíen
su patrón cultural de relaciones y romper prejuicios de género si es que éstos
existieran.
-
Dentro de las estrategias es importante generar mecanismos que potencien la
participación de actores comunitarios hombres, así se contará tanto con figuras
femeninas, como masculinas activas en los territorios en la promoción del ejercicio
de los derechos infanto-adolescentes y que serán visualizadas por los propios
niños/as y adolescentes como protectores. Para conseguir este propósito, se
sugiere, por ejemplo, flexibilizar los horarios de las actividades de manera que
tanto hombres como mujeres puedan asistir e invitar directamente al hombre y no
sólo a través de la mujer. Es importante tener una conducta proactiva en la
invitación y evitar recargar a las mujeres (madres, abuelas, hermanas y/o adultas
significativas) en la tarea de crianza, ya que esto tiende a fomentar la
invisibilización de la responsabilidad de los hombres adultos como figura
protectora y al mismo tiempo, recargar nuevamente a las mujeres en tareas
asociadas culturalmente a ellas. Una estrategia innovadora podría ser desarrollar
talleres preventivos u otras actividades en los propios lugares de trabajo de los
hombres.11
Respecto del equipo profesional
-
Fomentar la autoformación permanente del equipo técnico en el enfoque de
género, de manera de integrarlo paulatinamente en las intervenciones a la luz de
la experiencia del proyecto.
El proyecto debe contar con al menos un/a profesional y/o técnico/a con formación
en el enfoque de género y/o con experiencia acreditada al respecto.
3.9- Enfoque Intercultural
Es importante partir clarificando que se entenderá por “Enfoque Intercultural” para los
proyectos de Prevención Comunitaria. Para ello es necesario hacer la distinción entre los
conceptos de multiculturalidad e interculturalidad.
Siguiendo a Sylvia Schmelkes12 la multiculturalidad, hace referencia a la coexistencia de
grupos con distintas culturas y no incorpora las relaciones entre ellas, por tanto, un
enfoque multicultural no evita el racismo o la discriminación. En cambio, la
lugar a un conjunto de características y expectativas que un grupo social atribuye a mujeres y hombres en función de su
sexo.
11
El equipo de un Centro Infanto-Juvenil de la región del Bío Bío gestionó con una empresa los permisos para desarrollar
talleres con padres de los niños/as en su lugar de trabajo, después de la jornada laboral. Esta actividad tuvo excelente
convocatorio y fue muy valorada tanto por el empleador, como por los participantes.
12
En Ponencia “La Interculturalidad en la Educación Básica”, presentada en el contexto de la 2ª Reunión del Comité
Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC-UNESCO). Santiago,
Chile 11 al 13 de mayo 2006.
13
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
interculturalidad alude a las relaciones basadas en el respeto entre los distintos grupos
culturales. “La interculturalidad no admite asimetrías, es decir, desigualdades entre
culturas mediadas por el poder, que benefician a un grupo cultural por encima de otros.
Como aspiración, la interculturalidad forma parte de un proyecto de nación”.
Es importante que al insertarse en los territorios, el equipo efectúe un reconocimiento de
la o las culturas características de la comunidad, esto le permitirá reconocer si está
compuesta por migrantes, por etnias específicas, grupos originarios, entre otros. Esto
permitirá revisar como los ciudadanos/as del barrio conceptualizan los derechos de la
infancia y adolescencia desde su cultura, y por lo tanto, ayudará a determinar en conjunto
con ellos las estrategias preventivas y de promoción de los derechos infanto-adolescentes
que cobran sentido desde su cosmovisión.
El proyecto podrá ser un aporte a la generación de espacios en el territorio, donde emerja
el diálogo intercultural, enriqueciendo así, la convivencia comunitaria, favoreciendo los
lazos de confianza y el respeto por las expresiones propias a cada grupo cultural.
IV. Sobre el Equipo de Trabajo
4.1. Perfil Profesional
Se requiere equipo técnico con competencias en:
-
Desarrollo comunitario.
Enfoque de derecho.
Metodología participativa y/o educación popular.
Enfoque de género.
Trabajo en Equipo
Promoción y fortalecimiento de redes sociales
Experiencia de trabajo en prevención territoritorial.
Experiencia en capacitación a agentes de la comunidad y organizaciones sociales.
Experiencia y habilidades para trabajar con niños, niñas, adolescentes y
adolescentes.
4.2. Conformación y Composición de Equipos
Se propone un equipo territorial de trabajo, que se define en función de un territorio
específico y no en función de un Nº de niños/as a atender. Debe ser capaz de reconocer
las habilidades de la comunidad y potenciarlas para la prevención y detección precoz de
vulneraciones de derecho, debe adaptarse a los tiempos de la comunidad, y a los horarios
de niños/as y adolescentes, sobre todo considerando la jornada escolar completa.
El equipo estaría conformado por:
-
Un/a profesional coordinador/a de las Áreas de Humanidades, de las Pedagogías
o de las Ciencias Sociales jornada completa, con experiencia en trabajo
comunitario y enfoque de derecho de infancia y adolescencia.
Tres13 profesionales y/o técnicos de las áreas y con las competencias antes
descritas con jornada completa.
Un apoyo administrativo jornada parcial o completa.
En este marco, cada proyecto deberá proponer la distribución de tareas que estime
pertinente, según perfil y habilidades profesionales y técnicas del equipo.
Si además del equipo solicitado, los colaboradores pretenden incluir en la ejecución de su
proyecto, personas que trabajen no remuneradamente (voluntarios/as), es necesario que
se realice un proceso de selección de modo de asegurarse que tengan la idoneidad
necesaria para vincularse con población infanto-adolescente y habilidades para trabajo
comunitario. Por lo tanto, en la formulación del proyecto se deberá explicitar los
13
Si la cobertura establecida en el código al que se postula es menor a 80 cupos se puede proponer menos profesionales
y/o técnicos.
14
Bases Técnicas Línea de Programas de Protección General “Modalidad Prevención Comunitaria”
mecanismos de selección de estas personas, su formación y funciones. Adjuntar
currículo vital tipo para cada voluntario/a.
Es relevante que tanto el o la director/a, como el equipo profesional y técnico del proyecto
conozcan el contenido de la propuesta presentada a esta licitación -de ser adjudicada- y
estén al tanto de los lineamientos técnicos establecidos por Sename a la modalidad de
Prevención Comunitaria. Lo anterior, con el objetivo de que se reconozcan las metas y
actividades comprometidas, las estrategias formuladas y las observaciones realizadas por
Sename durante la evaluación ex – ante, si las hubiera.
V. Sobre el Presupuesto
Los recursos financieros para ejecutar esta modalidad, deben calcularse sobre la base del
Programa de Prevención según establece el reglamento de la Ley 20.032, que asciende a
3,08 USS14 mensual más zona por niño/a atendido/a.
VI. Sobre los Recursos Materiales
6.1. Respecto del inmueble de funcionamiento:
Se considera necesario que el proyecto cuente con:
• Oficina para que los profesionales y/o técnicos/as que trabajen en el proyecto puedan
planificar las actividades y realizar reuniones de equipo. Se requiere que esté
equipada con escritorios o mesas de trabajo, computadores, estante para guardar
materiales.
• Sala para trabajo con grupos u organizaciones. Habilitada con mobiliario adecuado
para niños, niñas, adolescentes y adultos y ubicada en el radio de acción del proyecto.
Es relevante priorizar la utilización de espacios comunitarios para la realización de
diversas actividades, sin embargo, igualmente se considera importante contar con
esta sala, en caso de que no exista este tipo de espacios.
• Además el inmueble deberá contar con las certificaciones de seguridad e higiene al
día, otorgadas por el organismo legal pertinente.
• Stock de materiales de oficina.
• Materiales didácticos y juegos educativos diferenciados para adultos, niños/as y
adolescentes. Si no está disponible, el equipo deberá tener la disposición de crearlo.
• Televisor de 22 o 24 pulgadas.
• DVD.
6.2. Respecto del equipamiento
Se requiere la presencia de computadores con las siguientes características:
•
•
•
•
Procesador Intel Pentium IV 2.8 MHZ, o equivalente, capacidad de disco duro no
inferior a 40 GB, memoria RAM mínimo de 512 MB, unidades de disco de 3 ½
pulgada de alta densidad y unidad de CD Rom (deseable Grabador de CD),
(opciones de multimedia son deseables por las características del software actual),
deseable tarjeta de Red Fast Ethernet 10/100 Mbps, tarjeta fax-modem, Puertos
USB 1.1 como mínimo.
Impresora.
Sistema operativo Windows 2000 o superior, programas Office 2000 Profesional
(Access incluido). Navegador Internet Explorer 6.0 o superior, Solución Antivirus,
Visualizador de archivos PDF.
Conexión a Internet: ADSL mínima de 512 Kbps.
El equipo computacional se requiere para el ingreso de datos del proyecto al Sistema de
Registro en Línea de Niños y Niñas de Sename (Senainfo), por tanto es necesario desde
el inicio de su ejecución.
14
La USS para el presente año 2008 asciende a $12.280
15
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