trío de oro y tragedia griega

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VIDA SOCIAL
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SÁBADO 15 DE JUNIO DE 2013
Livanos, Onassis y Niarchos:
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Aristóteles Onassis. “Mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio
elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda,
aunque solo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho”. Era el secreto
del éxito del que llegó a ser el más rico de su país. Aprovechó la depresión
mundial de los 30s para comprar y construir a bajo precio buques de carga,
flota que extendió durante la II Guerra Mundial. Adquirió propiedades, aviones —la aerolínea Olympic Airlines— y hasta el Casino de Montecarlo, afianzando su amistad con Rainiero y Grace Kelly. Sus posesiones más emblemáticas eran su isla “Skorpios” y su yate “Christina”. Su éxito económico no se
condecía con su tormentosa vida familiar, con bullados matrimonio y trágicos
desenlaces que más bien parecían una maldición. Con Tina Livanos (con quien
aparece en el día de su matrimonio) tuvo dos hijos: Alexander y Christina. El
matrimonio fracasó en parte por la atracción de Tina hacia el archirrival
Niarchos y en parte por las infidelidades de Onassis, la más conocida con la
cantante María Callas, a quien abandonó para casarse con Jackie Kennedy.
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Maria Callas y su marido,
Meneghini, pasaron unos días
con los Onassis Livanos a bordo
del “Christina”, en lo que calificaron como una orgía. Ahí
comenzó el torcido romance
entre la cantante y Onassis. Él
fue su gran amor pero la abandonó. María no volvió a ser la
misma y murió en absoluta
soledad.
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Peter Livanos está a la cabeza de la naviera Ceres Hellenic
y está emparentado muy
lejanamente con los protagonistas de esta tragedia. Pero es
el único que ha visitado Chile,
en virtud de la amistad que
mantenía con Ricardo
Claro. Su fortuna,
estimada en más de
tres mil millones de
dólares, le permite
vivir con su esposa,
Lara, en Gstaad,
Suiza, en una casa
avaluada en 65
millones de euros,
donde alberga una
treintena de autos
de colección.
Charlotte Ford, hija del magnate
Henry Ford II, conoció a Stavros
Niarchos mientras salía con George
Livanos, hermano de su mujer, Eugenia. Se reencontraron años más tarde
y comenzó el romance sin que Niarchos se hubiera divorciado. La heredera automotriz, que alguna vez pensó
en convertirse en monja, quedó embarazada. Ni ella ni su padre pretendían
que Niarchos se casara por compromiso. Pero a él le venía bien la propuesta y más aún la dote. Como le
adeudaba impuestos al gobierno de EE.UU. y no podía entrar al
país, Henry Ford resolvió el asunto hablando con su amigo el Presidente Johnson. Niarchos consiguió el divorcio en México y fue allí
donde se casó con Charlotte en un hotel en el que coincidentemente se alojaban su tercera esposa, Eugenia, y sus cuatro hijos. En
1966, nacía Elena Anne Ford, hija de Charlotte y Niarchos. (En la
foto, ella y su madre). Luego Niarchos volvería con Eugenia.
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Stavros Niarchos nació en Atenas, estudió Derecho y partió trabajando en el negocio
de granos de su familia. Durante la Gran Depresión compró sus primeros cargueros. Creó
el Grupo Niarchos y operaba “Hellenic Shipyards”, el astillero más grande del Mediterráneo. Era propietario de la mayor flota de super-petroleros. La crisis del Canal de Suez, en
1956, aumentó considerablemente la demanda por este tipo de buques, convirtiendo a
Niarchos en multimillonario. Tuvo cinco matrimonios, todos terminados en divorcios y
tragedias, y varias infidelidades a su haber. Sus dos primeras esposas fueron de muy bajo
perfil y no le dieron hijos. Con Eugenia Livanos, la tercera, tuvo cuatro: Maria, Phillipo,
Spyros y Konstantine (en la foto). A estos se suma Elena, fruto de su cuarto y esporádico
matrimonio con Charlotte Ford, hija del magnate automotor. Fue amante de los caballos
pura sangre, pasión que heredó su hija Maria, la más discreta, casada con el coleccionista
de arte Stephane Gouaze, con quien tuvo dos hijos, Arthur y Mia. Philippos, el que le
sigue, llegó a tener la más importante colección privada de arte impresionista y moderno
del mundo, es miembro del consejo del MOMA y de la Tate Gallery. Se casó con Victoria
Guinness y tuvieron cuatro hijos: Stavros III, Eugene, Theodorakis y Electra. Spyros se
casó con Daphne Guinness, heredera del imperio de la cerveza, con quien tuvo tres hijos:
Nicolas, Alexis e Inés. Konstantin, el menor, fue el gran díscolo. Se casó, pero no tuvo
hijos y en 1999, a los 37 años murió por sobredosis de cocaína.
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El “Christina” más que un yate de lujo es una leyenda flotante repleta de historias. Onassis se lo regaló a su única
hija en su tercer cumpleaños. Tras la muerte de Onassis, lo
compró John Paul Papanicolau, para arrendarlo.
Daphne Guinness
y Spyros Niarchos se casaron
muy jóvenes. Mientras ella se convertía en un ícono de
la moda con su
mechón negro, él
se divertía con su
mejor amigo, el
príncipe Ernesto de
Hannover, de quien
fue padrino en su
boda con Carolina
de Mónaco. También es padrino del
quinto hijo de
Pablo de Grecia y
Marie Chantal
Miller. En 1999 la
pareja protagonizó
un caro divorcio.
En la foto, Daphne
con su hijo Nicolás.
Christina Onassis pasó a
ser la joven más rica del
planeta, con una fortuna
de US$ 500 millones, y
una flota formada por
barcos balleneros, cruceros y petroleros, cuando
su padre murió en 1975.
Vivió llena de complejos,
tratando de ocultar su
apariencia con costosas
ropas, joyas y cirugías. Su
vida estuvo marcada por
la depresión y las desilusiones amorosas. Se casó
cuatro veces, la última con
el playboy Thierry Roussel, que le era infiel. Con él
tuvo a su única hija, Athina. Tras el divorcio —por
el que además lo indemnizó—, se instaló en Argentina donde, en 1988, se
suicidó. Antes habría
declarado “Soy tan pobre
que solo tengo dinero...”.
Alexander Onasiss
tenía solo 23 años
cuando murió en un
accidente aéreo.
Era el primogénito
y heredero. Este
golpe sumió a su
padre, Aristóteles,
en una profunda
depresión de la que
nunca se recuperó.
Antes de morir,
Alexander estaba
en un relación con
la modelo Fiona
Campbell Walter
(ex esposa del
barón ThyssenBornemisza), 16
años mayor que él,
algo que su padre
nunca aprobó.
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Stavros Livanos (1891-1963)
tercera generación de marineros de
Chios, Grecia, se casó con Arietta
Zafirakis y tuvieron tres hijos:
Eugenia, Athina y Georges. Vivió en
Estados Unidos y Europa por negocios. Durante la I Guerra Mundial
construyó los cimientos de su
imperio naviero, al que más tarde
sumó aviones de carga. Amante del
bridge y del golf, no le temblaba la
mano pagando de su bolsillo un
nuevo barco, pero prefería que su
esposa zurciera la ropa en casa.
Entre todas sus muchas posesiones
estaba la villa de lujo “Bella Vista”,
epicentro de la vida social de la
élite griega. Murió en 1963, a los 72
años, en Grecia.
Hacer negocios sólo en efectivo y no
gastar ni un dracma de más eran las
claves para el éxito según Stavros Livanos, el armador griego más importante
del siglo XX. Entrar en su círculo íntimo
equivalía a hacerlo en la realeza. En
efecto, sus hijas Eugenia y Athina eran
tan cotizadas como las princesas de su
generación.
Aristóteles Onassis, otro magnate
naviero griego, pero proveniente de una
familia de clase media-baja, tenía 40
años, era soltero y se fijó en la menor del
clan, de solo 15 años. No era agraciado y
mucho menos elegante. Pero siempre
quiso ser parte de esa élite que, aunque lo
consideraba un “nuevo rico”, no rechazaba sus invitaciones a recorrer la Costa
Azul en su lujoso yate “Christina”. Athina
(“Tina”) le proveía la llave para entrar en
ese mundo.
Pero al mismo tiempo, había otro
poderoso naviero griego, Stavros Niarchos, que también tenía puestos sus ojos
en ella. El viejo Livanos veía con recelo
como ambos pretendientes ignoraban a
su hija mayor, Eugenia. Para él, un conservador alejado de la farándula, Onassis y
Niarchos no eran los yernos que soñaba.
Pero el solo pensar que así se juntarían en
su familia las tres flotas más poderosas
del mundo, le provocaba satisfacción.
Un año más tarde, Aristóteles y Athina
se casaban, en tanto Niarchos se conformaba con la mano de Eugenia, de quien se
dice era tan fría como bella. Nacía así un
vínculo eterno, pero también la rivalidad
que se mantiene hasta hoy con las nuevas
generaciones (Athina Onassis, Eugenie y
Stavros Niarchos III) evitando relacionarse. No hay plano en que sus familias no
hayan competido: hijos, infidelidades,
excentricidades, yates (el “Christina” de
Onassis y el “Atlantis” de Niarchos) e islas
privadas (“Skorpios” y “Spetsopoula”),
exitosos negocios y hasta los momentos
más trágicos de sus vidas. Sus historias y
desdichas los convirtieron en leyendas.
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trío de oro y tragedia griega
Eugenia y Athina Livanos. El matrimonio entre Aristóteles Onassis y “Tina”, celebrado en 1946 en la catedral ortodoxa de Nueva York, fue el evento social del
año. Stavros Niarchos, quien había pretendido a la novia,
felicitó a los recién casados, sin evidenciar su despecho y
esa misma noche se propuso conquistar a la hija mayor
de Livanos, Eugenia. “Ella cayó rendida a sus pies. Pero
Tina me confesó tiempo después que en la noche de
bodas estaba pensando en aquel apuesto Stavros”,
relató Philip van Rensselaer, amigo de la familia. En
1947, Eugenia se convertía en la tercera mujer de Niarchos. Su unión solo sirvió para agrandar la rivalidad
entre los titanes. Tras una tormentosa relación con
rumores de maltrato, en 1970, Eugenia murió por sobredosis de barbitúricos. Tenía 44 años. Un año más tarde,
Niarchos se casaba con su hermana Tina (que se había
divorciado escandalosamente de Onassis), quien corrió la
misma suerte, suicidándose en París, en 1974.
El único hermano hombre, George Livanos, cultivó el bajo
perfil. Se casó en 1966 con Lita Voivoda y tuvieron cinco
hijos: Arietta, Eugenia, Marina, Christina y Stavros.
Athina Roussel Onassis. Heredera universal de Onassis,
pareciera querer alejarse de sus orígenes. Incluso vendió la
isla de la familia, Skorpios, a la que nunca volvió y donde
están enterrados su abuelo, su tío y su mamá. Vive entre
Suiza, Bélgica y Brasil junto a su marido, el jinete Álvaro
Affonso de Miranda Neto, “Doda”, y con Vivienne y Fernando, hijos de este con la modelo Cibele Dorsa, quien también
se suicidó hace un par de años.
Stavros III y su hermana
Eugenie Niarchos Guinness son los descendientes
más expuestos públicamente.
Él, un casanova, fue novio
de Paris Hilton y se le ha
relacionado con Mary
Kate Olsen, Lindsay Lohan y la recién casada
princesa Magdalena
de Suecia. Eugenie, en
tanto, estudió Arte y
diseñó una línea de joyería. Ambos son muy
cercanos a la familia real
de Mónaco. Charlotte Casiraghi es amiga de Eugenie y de Athina Onassis y
único nexo entre las distanciadas familias.
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