William Wyler

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William
Wyler
Temporada de
Cine Arte del Sodre 2016
Lunes de julio a setiembre,
Auditorio Nelly Goitiño,
18 de julio 930
Presidencia de la República
Dr. Tabaré Vázquez
Presidente
Ministerio de Educación y Cultura
Dra. María Julia Muñoz
Ministra
Mtra. Edith Moraes
Subsecretaria
Sodre
Dr. Jorge Orrico
Presidente
Sr. Doreen Javier Ibarra
Vicepresidente
Lic. Hortensia Campanella
Consejera
Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra del Sodre
Juan José Mugni
Director
Auditorio Nelly Goitiño
Director: Fernando Couto | Asistente de Dirección: Ingrid Rodríguez |
Director de Escena: Jorge Medero | Jefe de Escenario: Pedro López |
Jefe de Maquinaria: Máximo Silva | Jefe de Luminotecnia: Batlle da Cunha |
Jefe de Sonido: Alejandro Fuksbrauner | Jefe de Sastrería: Teresita Rodríguez |
Jefe de Zapatería: Fermín Castillo | Jefe de Utilería Teatral: Rogelio Pérez |
Jefe de Utilería Musical: Julio Zerboni | Coordinadora Técnica: Gabriela Arriaga
Relaciones Públicas y Comunicación Institucional del Sodre:
Director: Marcelo Ceriani | Diseño Gráfico: Elena Maldonado, Jorge Sayagués
Auditorio Nelly Goitiño | Comentarios y sugerencias: [email protected]
Se advierte a los espectadores que por disposición de la Intendencia Municipal
de Montevideo está prohibido encender fuego, hacer ruido, arrojar desperdicios
y cubrirse la cabeza en la sala. En caso de alarma, debe mantenerse la serenidad y
salir sin correr por la puerta más próxima.
El Auditorio Nelly Goitiño tiene cobertura médica de UCM.
William Wyler
western titulado Crook Buster.
Entre 1926 y 1927 realizó más
de veinte títulos adheridos al
género, hasta que en 1928 dirigió A la caza del hombre. El método de trabajo de la Universal
se basaba en planes de producción rápidos (los títulos no
tenían mucho metraje) y Wyler
se prometió a sí mismo que, si
alguna vez podía hacer títulos
de más categoría, se tomaría
su tiempo.
Así se convirtió en uno de
los directores más lentos y meticulosos de Hollywood, pues
no le importaba rodar una y
otra vez escenas que aparentemente no tenían importancia.
También pasó a ser el director
favorito del productor Sam
Goldwyn, con el cual formó
una fructífera y larga asociación que vió su comienzo en
1936 con la película Infamia
(basada en la obra de Lillian
Wyler, con el nombre de nacimiento de Wilhelm Weiller,
nació en 1902 en una familia
judía de Mulhouse, ciudad de
la región francesa de Alsacia
(que desde la guerra franco-prusiana formaba parte del
Imperio alemán). Se educó en
Lausana (Suiza). Hijo de un tendero suizo, y hermano menor
del que sería también director y guionista Richard Wyler,
William Wyler estudiaba violín
en París cuando conoció a un
primo lejano de su madre que
resultó ser Carl Laemmle, ejecutivo de la Universal Pictures.
Era el año 1922. Wyler fue invitado a viajar a América para
trabajar en el departamento
de publicidad del estudio.
Pasó después a ser ayudante
de dirección y montaje, trabajando en algunas películas de
Erich Von Stroheim para, finalmente, debutar en 1925 con un
4
Hellman The Children’s Hour),
cuyo argumento retomaría
Wyler en 1961 para dirigir y
producir el remake La mentira
infame. De 1936 data también
el inicio de su colaboración
con el fotógrafo Gregg Toland,
cuyo gran trabajo se vería en
muchas otras películas de
Wyler. La “toma de profundidad focal”, perfeccionada por
Toland, le permitió desarrollar
su técnica favorita de rodar tomas largas en las que los personajes aparecen en el mismo
marco durante escenas completas.
Formó otro de sus más importantes tándems con la singular Bette Davis, con quien
mantuvo un romance intermitente. Con Bette Davis rodó
Jezabel la tempestuosa (1938),
por la que Wyler ganaría el
Premio Especial del Festival
de Venecia y Davis el Oscar a
Mejor Actriz; La carta (1940),
que obtuvo siete nominaciones al Oscar (Mejor Actriz,
Director y Película), y La loba
(1941), que obtuvo ocho nominaciones, una culminación
de esta pareja. De esos años es
también Cumbres borrascosas
(1939), turbulenta historia de
amor y odio basada en la novela homónima de Emily Brontë
que contó con Laurence
Olivier y Merle Oberon para los
papeles protagónicos. Junto
a estos cuatro títulos, Rosa de
abolengo (1943), un homenaje
a la valentía de Inglaterra bajo
las bombas alemanas, completa la selección de sus mejores películas de ese periodo.
De ésta llegó a decir Winston
Churchill que había hecho más
por la guerra que una flotilla
de destructores.
Wyler no se dedicó solamente a la ficción. Durante la
Segunda Guerra Mundial fue
destinado al Ejército del Aire
y allí tuvo la oportunidad de
rodar dos documentales, Bajo
cielos enemigos (The Memphis
Belle: A Story of a Flying Fortress)
(1943) y Thunderbolt (1944),
ganó una medalla al valor y
un ascenso a teniente coronel.
Tras la guerra, Wyler colaboró
en la fundación del Comité del
Primer Mandamiento, formado por un grupo de liberales
de Hollywood que luchaban
contra los excesos de la “caza
de brujas” del Comité de
Actividades Antiamericanas.
El período de posguerra
resultó muy fructífero para
Wyler. Dirigió entonces Lo
mejor de nuestra vida (1946),
filme basado en la novela de
MacKinlay Kantor que relata
cómo recibe la sociedad estadounidense a tres veteranos
de la Segunda Guerra Mundial;
la película obtuvo siete Oscar
de la Academia. Tres años después con La heredera (1949),
adaptación de la obra teatral
de Augustus y Ruth Goetz
basada en la novela de Henry
James Washington Square, logró otros cuatro Oscar: mejor
actriz –Olivia de Havilland–,
mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario y mejor
música. Wyler comenzó, poco
después, una de sus etapas
más brillantes, que se prolongaría ya hasta su última película. Con La princesa que quería vivir (1953), Wyler asumió
un proyecto de rebote para
el que eligió a Gregory Peck
y a una aún inexperta Audrey
Hepburn. Peck improvisó la escena de la mano dentro de “la
boca de la verdad”, y la reacción de Hepburn fue genuina
y espontánea. Peck comentó a
los productores que, como estaba claro que Audrey iba a ganar el Oscar, debían poner su
nombre por encima del título;
le hicieron caso y Hepburn se
llevó el Oscar. Dalton Trumbo
por el guion y Edith Head por
el diseño de vestuario también
recogieron sendas estatuillas.
La antesala del infierno (1951)
significó otra adaptación de
una obra teatral al cine que
narra un dramático día en la
vida de una comisaria y sus
personajes, con destacadas
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actuaciones de Kirk Douglas
y Eleonor Parker, aunque Lee
Grant como secundaria obtuvo el Premio a Mejor Actriz del
Festival de Cannes.
La novela de Joseph Hayes
que el propio autor convertiría en obra de teatro sirvió
de punto de partida para el
siguiente proyecto del director: Horas desesperadas (1955),
filme que contiene el último
papel de tipo duro que interpretó Humphrey Bogart. El
personaje del que finalmente
se hizo cargo Fredric March iba
a ser para Spencer Tracy.
La gran tentación (1956) fue
una curiosa combinación de
comedia y drama ambientada
en la guerra civil norteamericana. Protagonizada por una estricta familia cuáquera liderada por Gary Cooper y Dorothy
McGuirre y un descollante
Anthony Perkins como uno de
los hijos. Una comedia que se
vuelve drama al optar entre
una posición pacificista y el
apremio de la guerra. Obtuvo
la Palma de Oro del Festival de
Cannes.
La década de los cincuenta se
cerró con el título más espectacular del director, en todos los
sentidos: Ben-Hur (1959). La película relata la historia de Judah
Ben-Hur (Charlton Heston), un
rico príncipe judío que vive en
Jerusalén a principios del siglo
primero y un antiguo amigo
Mesala (Stephen Boyd) que llega como gobernador romano
y que más tarde se enfrentarán
en la secuencia culminante por
la cual es recordada esta película, la carrera de cuadrigas.
Con un coste aproximado
de quince millones de dólares,
Ben-Hur fue filmada durante
diez meses en los estudios de
Cinecittà en Roma, y se construyeron especialmente para
ella trescientos monumentales
decorados.
Ben-Hur obtuvo un gran
éxito de público y de critica,
detentó el récord de Oscars –
once– (hasta que en 1997 fue
igualada por Titanic de James
Cameron), el de Mejor Actor
para Charlton Heston y el
de Mejor Película y Director
para Wyler, y el Oscar a la
Mejor Banda Sonora, obra
del húngaro Miklós Rózsa.
Tras este enorme esfuerzo
de producción, Wyler se decantó por historias más intimistas, mucho más cercanas
al cine de autor que al cine espectacular. Repitió historia en
La mentira infame (1961), que
había dirigido en 1936 como
Infamia; adaptó la novela de
John Fowles en El coleccionista, por la que fue nominado al
Oscar como Mejor Director.
En 1969 dirigió a Barbra
Streisand (que ganó un Oscar
por su actuación) en Funny Girl,
basada en la novela de Isobel
Lennart. Era la biografía musical de Fanny Brice, una cómica
de vida agridulce, que Wyler
convirtió en un homenaje a
los escenarios. La película tuvo
un gran éxito y la fotografía y
la música fueron nominadas a
los premios de la Academia.
Su última película fue Fuego
negro (1970), basada en la novela de Jesse Hill Ford. Esta historia en torno al racismo contó
con la excelente interpretación
de Lola Falana, que fue nominada a los Globos de Oro.
Durante unos años ha sido
un director no bien considerado. Seguramente el peso
de la crítica francesa (Cahiers
su Cinéma, Positif), que destacaban mucho a John Ford,
Howard Hawks, Nicholas Ray o
al propio Welles, influyó con su
desdén por Wyler en el crítico
americano Andrew Harris (publicaba la edición inglesa de
Cahiers). Así que The American
Cinema (libro de Harris) se
sumó a las voces sectarias al
respecto de esas por lo demás
excelentes revistas.
Ahora bien, en contra de
muchos de sus coetáneos,
André Bazin (1918-1958) –un
crítico tan importante, creador de Cahiers du Cinéma,
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autor de un libro sobre Orson
Welles–, señaló, en un gran
texto sobre Wyler, cómo no
era difícil reconocer su personal firma, al igual que sucedía
con las películas de Lang, Ford
o Hitchcock. Su ética de la
puesta en escena, su personal
ascesis, lograda con un trabajo
riguroso con los actores (que
expresan precisamente la acción), logró un gran “cine-escritura”. El cine puro, decía Bazin,
existe en muchas combinaciones narrativas, no es una materia independiente y aislable:
“el cine es más bien un estado
estético de la materia”, y nadie
ha sabido “contar mejor una
historia en cine” que Wyler.
El Festival Internacional de
Cine de Berlín le dedicó una
retrospectiva en 1996, y poco
a poco, pese a la ausencia de
bibliografía francesa, se está
siguiendo la senda valorativa
de Bazin.
En 1965, Wyler obtuvo el
Premio en Memoria de Irving
Thalberg a los logros de toda
su carrera. Once años más tarde, recibió el Premio a toda su
carrera por parte del American
Film Institute. Además de los
premios de la Academia que
consiguió, diez de sus películas
fueron nominadas a la Mejor
Película. Recibió doce nominaciones como Mejor Director,
ganándolo tres veces, mientras que tres docenas de sus
actores ganaron el premio o
fueron nominados a él.
Wyler estuvo casado durante un breve período con
Margaret Sullavan (25 de noviembre de 1934 a 13 de marzo de 1936); su matrimonio con
Margaret Tallichet, desde el 23
de octubre de 1938 hasta su
muerte, fue un éxito y tuvieron cuatro hijos. El 24 de julio
de 1981, Wyler fue entrevistado junto a su hija, la productora Catherine Wyler, para un
documental de PBS sobre su
vida y su carrera: “Dirigido por
William Wyler”. Tan sólo tres
días más tarde, Wyler murió de
un ataque al corazón. Las últimas palabras de Wyler en la
película se referían a una visión
de dirigir su próxima película
Going Home (Regreso al hogar). Wyler está enterrado en
el cementerio de Forest Lawn
Memorial Park en Glendale,
California.
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en los solitarios páramos de
Yorkshire, dominados por un
clima a menudo violento e inclemente. La atmósfera de la
trama guarda un paralelismo
con el clima meteorológico,
pues recrea una historia de
amor profundo como la roca
viva, un amor frustrado que
provocará un gran dolor y derivará en odio y deseos de venganza.
Catherine Earnshaw (Merle
Oberon) es una jovencita que
se ha criado en el seno de una
solitaria familia de los páramos. Sólo tienen como vecinos lejanos a los Linton, una
familia muy acomodada. Los
Earnshaw acogen a un niño
mendigo de origen desconocido, al que llaman Heathcliff
(Laurence Olivier). Catherine
y Heathcliff se convierten en
inseparables y, con el tiempo, Heathcliff desarrolla un
reverente y apasionado amor
hacia Catherine. Ella posee un
espíritu caprichoso e inmaduro y, por razones prácticas
y consideraciones de estatus
social, rechaza a Heathcliff y
acepta al joven Edgar Linton
(David Niven), el cual también
está enamorado de la chica.
Heathcliff, despechado y traicionado, se marchará para
regresar mucho después, preparado para perpetrar su cruel
venganza.
Una trama repleta de dualidad amor-odio, en la que el
desesperado y loco amor de
Lunes 4 de julio a las 18 horas
Cumbres borrascosas
(Wuthering heights) EE.UU., 1939,
103 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Samuel Goldwyn.
Guion: Charles MacArthur, Ben
Hecht basado en la novela de Emily
Brontë. Música: Alfred Newman.
Fotografía: Gregg Toland. Montaje:
Daniel Mandell.
Protagonistas: Laurence Olivier,
Merle Oberon, David Niven, Flora
Robson, Donald Crisp, Geraldine
Fitzgerald.
Perdido en medio de una
tormenta de nieve en un rocoso páramo inglés, un extranjero se topa con Cumbres
Borrascosas, la lúgubre mansión del misterioso Heathcliff,
un hombre tan torturado por
un amor frustrado que ha perdido el deseo de vivir. Mientras
la tormenta ruge en el exterior,
el fatigado caminante escucha fascinado la triste historia del desesperado amor de
Heathcliff y Cathy.
Cumbres borrascosas, la única novela de Emily Brontë,
escritora inglesa del siglo XIX,
se ha convertido en una de las
más renombradas obras literarias del mundo. Se han realizado varias adaptaciones al cine,
y ésta de William Wyler, si bien
no es la más fiel al libro, posee
la belleza de un drama romántico que plasma una historia de
amor imperecedera con sabor
a gran clásico de Hollywood.
La historia está ambientada
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Heathcliff choca contra el espíritu perpetuamente infantil
y egocéntrico de Catherine,
causando el gran conflicto que
conduce a los protagonistas
hacia la infelicidad y el dolor.
En los premios Oscar de 1939 obtuvo 8 nominaciones y un Oscar
a Mejor Fotografía de Gregg
Toland.
muy bien contado donde ya
se veían sus cualidades y dominio del lenguaje cinematográfico, con escenas de gran e
impactante fuerza dramática
que en ocasiones dejan paso a
la tragicomedia. Magníficas interpretaciones, todos cumplen
su papel perfectamente en la
trama, el casting es perfecto en
cada uno de sus personajes, en
particular la niña rica, malvada
y odiosa del que realiza una
portentosa recreación la actriz
Bonita Granville. Su papel es
escalofriante y logra apoderarse de todas las escenas en las
que aparece y representar de
manera verosímil la perversidad infantil.
Wyler rodó una nueva versión en 1961 con el título La
mentira infame en la que pretendió atrapar todos los matices que en su momento no
pudo reflejar por problemas
de censura. En esta nueva versión las maestras son Audrey
Hepburn y Shirley McLaine.
Otro trabajo excelente de
Wyler como director y una
de las primeras películas de
Hollywood donde se trataba
el tema del lesbianismo que
estaba en la obra original.
Lunes 4 de julio a las 20 horas
Infamia (These three) EE.UU., 1936,
93 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Samuel Goldwyn.
Guion: Lillian Hellman basada en
su obra teatral The children’s hour.
Fotografía: Gregg Toland. Música:
Alfred Newman. Montaje: Daniel
Mandell.
Protagonistas: Miriam Hopkins,
Merle Oberon, Joel McCrea,
Catherine Doucet, Alma Kruger,
Bonita Granville, Rosalie Wells.
Un espléndido drama intrigante que cuenta con un
triángulo muy especial: dos
amigas (Miriam Hopkins y
Merle Oberon) que acaban de
abrir una escuela para niñas, y
su amigo doctor (Joel McCrea)
enamorado de una de ellas.
Las mentiras, los rumores, los
tejemanejes y los chismorreos
de una niña malcriada y malévola (Bonita Granville) destruirán la vida de los tres y provocarán las dudas entre ellos.
Basada libremente en la
obra de Lillian Hellman The
Children’s Hour, Wyler nos
ofrece aquí un melodrama
9
la humillación que le impone
asistiendo al baile de gala vestida de rojo contra las normas
sociales, la ida de Preston y la
incertidumbre en la que se ve
envuelta. Amor, despecho, orgullo, pasión, celos y deseos de
venganza, son los sentimientos
que forman un relato denso,
complejo y absorbente. Son
escenas destacadas la presentación de Amy a Julie, la retirada de las parejas de baile como
manifestación del rechazo a
Julie con su vestido rojo y la escena final.
La música, de Max Steiner
sincroniza ajustadamente con
la acción, y le valió el encargo
de la banda musical de Lo que el
viento se llevó (1939). La fotografía luce planos largos, primeros
planos emotivos, barridos descriptivos con toques expresionistas. El guion construye un
relato rico en detalles, denso e
intenso. La dirección crea una
obra de gran dramatismo. La
película, fascinante y embriagadora, es un melodrama clásico,
que consagró a Davis como estrella de primera magnitud.
La película fue ganadora de dos
Oscar en 1939: los correspondientes a la Mejor Actriz Principal,
la avasallante Bette Davis y a
la Mejor Actriz Secundaria, Fay
Bainter, también fue candidata a
otros tres premios Oscar.
William Wyler recibió un premio
del Festival Internacional de Cine
de Venecia por su contribución
artística por este filme.
Lunes 11 de julio a las 18 horas
Jezabel la tempestuosa
(Jezebel) 1938, 103 minutos.
Dirección y Producción: William
Wyler. Guion: Clements Ripley,
Abem Finkel, John Huston,
Robert Buckner sobre novela de
Owen Davis. Música: Max Steiner.
Fotografía: Ernest Haller. Montaje:
Warren Low.
Protagonistas: Bette Davis, Henry
Fonda, George Brent, Margaret
Lindsay, Donald Crisp, Fay Bainter.
La acción tiene lugar a lo
largo de 1852/53 en Nueva
Orleans y en una plantación
próxima. Narra la historia de
Julie Marsden (Bette Davis),
joven, posesiva, caprichosa,
temperamental y dominante,
que se enamora de Preston
Dillard (Henry Fonda), norteño,
banquero de fría personalidad.
Las exigencias y los desaires de
Julie hacen que Preston marche a NY, de donde regresa
casado. Julie, airada, urde una
venganza que se ve interrumpida por el azote de la peste
amarilla.
La película traza un retrato
muy cuidado de la sociedad
de Nueva Orleans de mediados del XIX, caracterizada por
la afición al lujo, el apego a las
tradiciones, el arraigo de modales afrancesados, la enemistad
por los norteños, desaliñados e
ignorantes. El arco dramático se
apoya en las exigencias caprichosas e inoportunas de Julie
a Preston, los desaires que le
dedica coqueteando con Buck,
10
singular y el magnetismo de sus
ojos, grandes, penetrantes y expresivos. Se incluye una referencia al racismo del Jurado, compuesto sólo por blancos, que
no condenará a Leslie, porque
el difunto estaba casado con
una mujer asiática. El director
crea un clima denso, de tensión
y dramatismo, que se mantiene sin pausa y que confiere a la
obra una fuerza inusual.
La fotografía hace una exhibición de maestría con el incomparable travelling inicial, que
avanza de izquierda a derecha,
muestra el descanso de los trabajadores nativos y se aproxima
hasta encuadrar el rostro de
la protagonista. La escena de
cierre se desarrolla con un travelling tan largo como emocionante. El guion hace una buena
descripción de los personajes,
especialmente del de Leslie,
mujer astuta, pérfida y de bajos
sentimientos. La interpretación
de Bette Davis, extraordinaria,
es una de las mejores de su carrera. James Stephenson, en el
papel de Howard, obtuvo una
nominación al Oscar al Mejor
Actor Secundario. La dirección
aporta una espléndida puesta
en escena y muestra, más que
en otras obras, su amor por los
detalles.
Película de extraordinaria
fuerza, que en su momento
cosechó un gran éxito de público. Conserva su vigor inicial
y su interés, es un magnífico
melodrama clásico.
Lunes 11 de julio a las 20 horas
La carta (The letter) EE.UU., 1940,
95 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Hal B. Wallis. Guion:
Howard Koch basado en obra de
Somerset Maugham. Música: Max
Steiner. Fotografía: Tony Gaudio.
Montaje: George Amy.
Protagonistas: Bette Davis, Herbert
Marshall, James Stephenson, Gale
Sondergaard.
La acción tiene lugar en
Malasia, en una plantación de
caucho, relativamente próxima
a Singapur, en 1937/8. Narra la
historia de Leslie Crosbie (Bette
Davis), que mata a un amigo,
Geoffrey Hammond (David
Nowell), alegando defensa de
su integridad. Explica al marido, Robert (Herbert Marshall) y
al abogado defensor, Howard
Joyce (James Stephenson), los
detalles del incidente. No se prevén problemas hasta que inesperadamente Howard recibe la
copia de una carta escrita por
Leslie dirigida a Hammond, que
puede incriminarla. El desarrollo
de la obra gira en torno a la pregunta sobre las razones por las
que Leslie mató a Hammond.
Su versión de los hechos no resulta creíble ni para el abogado
defensor ni para el espectador.
Por ello, la película contiene
desde el principio un elemento capital de incertidumbre y
de intriga. Destaca el cariño
con el que el director trata a la
protagonista, de la que exalta
el encanto personal, su belleza
11
El gran acierto de esta película, no es su historia (en sí no es
más que otro de los combates
del bien contra el mal, casi una
parábola, pues los personajes
son tan completos y densos
que funcionan ya como arquetipos), sino por el lujo de las actuaciones que nos ofrecen. Así,
la planificación de Wyler no
toma como referencia la historia, sino la actuación de los
personajes (en ocasiones nos
hurta los primeros planos para
que imaginemos la expresión,
la maldad del actor/actriz); y no
hay duda que para eso contaba con un ramillete de actores
excepcionales. En el lado luminoso: Herbert Marshall, Teresa
Wright, Patricia Collinge. El primero, ya moribundo, quizá en
otros tiempos también lobo
de esa manada, pero que en
este presente intenta morir de
un modo en el que el “mundo
no vaya a peor”; T. Wright es la
inocencia, el calor del amor, la
flor que ha nacido en medio
de ese estiércol despiadado;
por último. P. Collinge es un
retrato avanzado en el tiempo
de Teresa, una mujer que ahoga su tiempo en alcohol pues
está tan herida que de otro
modo le es imposible vivir. En
la parte oscura: Dan Dureya, C.
Dingle, Carl B. Reid y B. Davis.
Pero La loba es sobre todo
Bette Davis. Es la maldad despiadada. Nunca los ojos de
B.D. fueron más mortíferos. Su
rostro es una máscara (un ma-
Lunes 18 de julio a las 18 y a las
20:15 horas
La loba (The Little foxes) EE.UU.,
1941, 116 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Samuel Goldwyn.
Guion: Lillian Hellman sobre su
obra teatral The little foxes. Música:
Meredith Wilson. Fotografía: Gregg
Toland. Montaje: Daniel Mandell.
Protagonistas: Bette Davis, Herbert
Marshall, Teresa Wright, Richard
Carlson, Dan Duryea, Patricia
Collinge.
Es el tercer encuentro de
Wyler con Bette Davis tras
Jezabel y La carta. La genialidad
de ambos tiene unas alturas
prodigiosas que hacen de esta
película la más fascinante y severa de estas colaboraciones
tan fructíferas que tuvieron, y,
sin duda, una de las mejores
películas de todos los tiempos.
Como hizo con La carta,
Wyler volvió a contar con
Herbert Marshall y Bette Davis
para llevar a la pantalla la
obra teatral de la gran Lillian
Hellman. La historia gira en
torno a la avaricia de un trío
de hermanos para lograr emprender un negocio para el
que necesitarán el apoyo económico del moribundo marido
de B. Davis. Sobre esta premisa,
Wyler teje uno de sus prodigiosos melodramas, mostrando
una inspiración tan grande que
nos deja sobrecogidos ante la
voracidad que pasea por sus
fotogramas. No hay buenos y
malos; hay malos y víctimas.
12
quillaje maravilloso, que por
un lado sirve para enmascarar
esa juventud que ya se fue de
la protagonista y por otro para
caracterizarla), de un hieratismo
feroz, sin escrúpulos. Los duelos
que mantiene con H. Marshall
son sanguinarios. La maravillosa
secuencia del ataque al corazón,
llega al clímax centrada exclusivamente en un primer plano (fabuloso trabajo el del G. Toland)
dándonos escalofríos pues nunca la maldad se mostró tan desnuda y atroz. Los diálogos son
de los que hielan la sangre para
quedarse grabados en la memoria (“No te odio; solamente te
desprecio”). En una palabra, cada
uno de los aspectos que hacen
de una película, una gran película, están aquí multiplicados por
la genialidad de un modo de
hacer cine que ya no veremos,
pues La loba tiene la altura no de
un gran película, que lo es, sino
de una obra de arte.
1941: 9 nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película, Director
y Actriz (Bette Davis).
Protagonistas: Greer Garson, Walter
Pidgeon, Teresa Wright, Dame May
Whitty.
Rosa de abolengo de William
Wyler, es un drama basado en
una familia inglesa de clase
media en la II guerra mundial.
Dirigida con un ritmo majestuoso, es personal y subjetiva,
muy propia de Wyler por su
emotividad sincera, realizada
de modo excelente y sobrio,
con una desenlace admirable
y extraordinario.
La fotografía en blanco y negro, es sugerente, bella y cuidada en detalles, con imágenes
confortantes y encantadoras
que están estéticamente trabajadas con armonía, y realizadas
con un gran uso de los claroscuros, lo que le valió el Oscar.
Las actuaciones, son naturales, verosímiles y espontáneas.
Con Greer Garson espléndida, sincera y encantadora en
un oscarizado papel, Walter
Pidgeon auténtico y carismático, Teresa Wright sentida y
emotiva también ganadora
del Oscar por Mejor Actriz de
Reparto, y Richard Ney con carácter y personalidad propia.
Realizando también oportunas interpretaciones de Henry
Travers, Dame May Whitty y
Henry Wilcoxon por su enorme y alentador discurso final.
Excelente dirección, guion
emotivo, actuaciones naturales, fotografía cautivadora, bella música e impoluta narrativa
que la convierten en un clásico
Lunes 25 de julio a las 18 y a las
20:30 horas
Rosa de abolengo (Mrs.
Minniver) EE.UU., 1942, 133 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Sidney Franklin.
Guion: Jan Struther (libro), George
Froeschel, James Hilton, Claudine
West, Arthur Wimperis. Música:
Herbert Stothart. Fotografía:
Joseph Ruttenberg. Montaje:
Harold F. Kress.
13
irrepetible de visión obligada
para cualquier cinéfilo clásico, el
cual se sentirá conquistado por
una gran obra sin igual, conmovedora, sincera y emotiva.
1942: 6 Oscars: incluyendo
Película, Director, Actriz (Greer
Garson). 12 nominaciones
problemas de adaptación familiar y laboral. Al en el banco choca con los criterios de la dirección. Homer no se atreve a pedir
a Wilma (Cathy O’Donnell), su
novia y vecina, que se case con
él. Fred tiene dificultades en el
trabajo y en casa.
La película muestra la alegría,
la preocupación y los temores
de los tres veteranos en su regreso tras una prolongada ausencia. El esfuerzo de guerra no
les ayuda a tener una acogida
adecuada, les dificulta la reinserción laboral, les impulsa a
buscar falsos refugios y les obliga a asumir en solitario la tarea
de readaptación, en un ambiente ambivalente y ambiguo, de
homenajes, celebraciones, reproches, desprecios y angustias.
Son escenas memorables la
vista aérea del cementerio de
aviones, la demostración desgarradora de Homer a Wilma
de sus limitaciones.
La música aporta una gran
partitura original en la que el
tema central se repite oportunamente. La fotografía, de
Gregg Toland (El ciudadano,
1941), consigue una aguda
profundidad de campo, adopta una estética realista, no olvida juegos visuales (Al se ve
reflejado a la vez en 2 espejos)
y apuntes cómicos (ducha en
pijama). El guion transmite
autenticidad y sinceridad. La
interpretación destila naturalidad y desenvoltura. Emociona
el rotundo y desesperado “sé
Lunes 1 de agosto a las 18 horas
Lo mejor de nuestra vida (The
best years of our life) EE.UU., 1946,
172 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Samuel Goldwyn.
Guion: Robert E. Sherwood,
basado en la novela Glory for Me,
de MacKinlay Kantor. Música:
Hugo Friedhofer. Fotografía: Gregg
Toland. Montaje: Daniel Mandell.
Protagonistas: Fredric March,
Myrna Loy, Dana Andrews, Teresa
Wright, Virginia Mayo, Cathy
O’Donnell, Hoagy Carmichael,
Harold Russell.
La acción principal tiene lugar
en Boone City, pequeña ciudad
del Medio Oeste, a lo largo de
unos meses, en 1945/46. Narra
la historia de 3 veteranos que
regresan a sus hogares tras el
final de la II Guerra Mundial. Al
Stephenson (Frederich March),
sargento de infantería, de mediana edad, quien trabajaba
en un banco. Homer Parrish
(Harold Russell), marino, ha perdido en la guerra los dos brazos.
Fred Derry (Dana Andrews), piloto de bombarderos de brillante
historial, de 25 años, trabajaba
como dependiente en el bar de
unos almacenes. Los tres tienen
14
aprender”, de Fred. La dirección
crea una obra cálida y próxima,
que seduce al espectador.
La película trata temas intemporales, sin sentimentalismos y
con magistral sobriedad.
Obtuvo varios premios cinematográficos estadounidenses y europeos, entre ellos siete Premios
Óscar, incluidos los de Mejor
Película, Director, Actor (Fredric
March) y Actor Secundario
(Harold Russell).
En 1989, fue incluida entre las
obras cinematográficas que conserva el National Film Registry
de la Biblioteca del Congreso de
Estados Unidos por ser consideradas “cultural, histórica o estéticamente significativas”.
serían los encargados del guion
de la película por expreso deseo
de Wyler. El gran acierto del film
está basado en dos aspectos
fundamentales, el primero en el
mencionado guion de los hermanos Goetz, ya que estos dan
con el perfil exacto de cada uno
de los personajes que intervienen en la misma, y el segundo
la capacidad de Wyler en saber
escoger a los actores.
Magnífico Ralph Richardson,
que había realizado el mismo
papel en el teatro (un severo y
rígido padre, que sin duda debe
sentir cariño por su hija aunque
realmente le muestra bastante desprecio). Excelente Olivia
de Havilland, como Catherine
Sloper, una mujer soltera, tímida, poco agraciada físicamente
y que adora a su padre, heredera
de una gran fortuna y a la cual su
padre le dirige la vida. Un acertadísimo Monty Clift, el apuesto
joven Morris Towsend sin oficio
ni fortuna, que aparentemente
siente interés por Catherine, y
de lo que realmente no llegamos a estar seguros del todo, es
si solamente busca su fortuna.
Wyler consiguió que el personaje de Morris fuera un personaje
ambiguo, sin una determinación totalmente diáfana, consiguiendo que fuera más creíble.
Miriam Hopkins, en el papel de
Celestina atolondrada. Todos
ellos conforman una historia
de desengaños y falsedades,
de renuncias forzadas que desembocan en un cambio radical
Lunes 8 de agosto a las 18 horas
La heredera (The heiress) EE.UU.,
1949, 115 minutos.
Dirección y Producción: William
Wyler. Guion: Ruth Goetz y
Augustus Goetz basado en
Washington Square de Henry
James. Música: Aaron Copland.
Fotografía: Leo Tover. Montaje:
William Hornbeck.
Protagonistas: Olivia de Havilland,
Montgomery Clift, Ralph
Richardson, Miriam Hopkins.
El maestro William Wyler, empleando la misma técnica que
en La loba consiguió otra excelente película, La heredera, una
obra de gran éxito teatral basada en la novela de Henry James
Washington Square con guion
de los hermanos Augustus y
Ruth Goetz, los cuales también
15
en el personaje de Catherine, al
verse engañada por los dos seres que más ha llegado a querer,
convirtiendo el amor que sentía
por ellos en un odio cruel y una
total indiferencia. Un último parlamento de Catherine es contundente: “Sí, tiene toda la razón,
puedo llegar a ser muy cruel, he
tenido muy buenos maestros”.
En el film de William Wyler, no
podemos olvidar ese otro gran
personaje que es la escalera.
Mucho más que un elemento
decorativo, es un camino hacia la derrota y el abandono, es
como si al subir sus peldaños
se perdiera un tiempo fugaz de
nuestra vida, hasta que la luz de
la lámpara se apaga
1949: 4 Oscars: Actriz (de
Havilland), Dirección Artística,
Vestuario y Banda Sonora. 8
nominaciones
1949: Globos de Oro: Mejor Actriz
(de Havilland). 3 nominaciones,
incluyendo Director.
1949: Círculo de Críticos de Nueva
York: Mejor Actriz (de Havilland)
Una obra teatral de gran
éxito en Broadway, escrita por
Sidney Kingsley, es el punto de
partida de este brillante drama
que, con soltura y dinamismo,
ha llevado al cine ese talentoso director que fuera William
Wyler. Humor cáustico, diálogos concienzudos y llenos de
significado, sentimientos humanos que se debaten entre el
odio y el amor, la sinceridad y la
mentira, el perdón y la condena… y unos caracteres que nos
recuerdan a seres vivos, angustiados y temerosos del castigo
que merecerán sus errores.
Los policías son hombres de
muy disímiles temperamentos, los hay toscos, indiferentes, bondadosos… o llenos
de odio y ávidos de venganza
contra toda la humanidad,
como el teniente Jim McLeod
(Kirk Douglas), un hombre a
quien le pesa el pésimo trato
que su padre dio a su madre a
quien, un día, llevó al manicomio donde pasaría lo peor.
Ahora, McLeod no cree en la
redención, no ve posible que
delincuente alguno se rehabilite y piensa que, pudrirse en
la cárcel, es el pago justo por
el menor delito. Siente un odio
visceral por los criminales y
ejerce su profesión con el principio de tolerancia cero y castigo para todos.
La Comisaría 21 está atiborrada, este día, de especiales y
particulares seres humanos: la
dama angustiada porque teme
Lunes 8 de agosto a las 20:15 horas
La antesala del infierno
(Detective story) EE.UU., 1951, 103
minutos.
Dirección y Producción: William
Wyler. Guion: Robert Wyler, Philip
Yordan basado en una obra de
Sidney Kingsley. Fotografía: Lee
Garmes. Montaje: Robert Swink
Protagonistas: Kirk Douglas,
Eleanor Parker, William Bendix,
Cathy O’Donnell, Gladys George,
Lee Grant.
16
Parker), Mejor Actriz Secundaria
(Lee Grant) y Mejor Guion
Adaptado. Lee Grant obtuvo el
Premio Mejor Actriz del Festival
de Cannes 1952.
que su familia se entere de que
ella robó un bolso (excelente
Lee Grant). El chico que hurtó
dinero a su noble jefe para darle un gusto (ahora un disgusto)
a su novia Susan (la siempre
adorable Cathy O´Donnell
(quien ya estaba casada con el
guionista Robert Wyler hermano del director). Charlie, el histérico e inextricable ladrón de
apartamentos junto a su engañado compinche Louis… presagio aquel de la tragedia que
se avendrá dentro de aquella convulsa inspección. Karl
Schneider, el ginecólogo nazi
con varias víctimas en su aterrador prontuario y más cerca
de la vida de McLeod de lo que
éste supone en su instintivo
odio y Mary (Eleonor Parker), la
esposa enamorada quien, de
repente, ve salir a flote un episodio que ya creía cerrado.
Un mosaico humano desgarrador, sensitivo, bellamente
plasmado en sus íntimas razones y con claros matices de su
más profunda psique.
William Wyler, consigue que
su historia se mantenga incólume y llena de solidez narrativa,
aunque transcurra, prácticamente, en el interior de aquel
particular recinto. Perfectos
movimientos de cámara van
de unos personajes a otros y la
historia se enlaza con una precisa continuidad narrativa.
Obtuvo cuatro nominaciones a
los Óscar de 1952: Mejor Director,
Mejor Actriz Principal (Eleanor
Lunes 15 de agosto a las 18 y a las
20:15 horas
La princesa que quería vivir
(Roman holiday) EE.UU., 1953, 118
minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Robert Wyler, William
Wyler. Guion: Dalton Trumbo (bajo
el seudónimo de Ian McLellan
Hunter), John Dighton. Música:
Georges Auric. Fotografía: Henri
Alekan, Franz Planer. Montaje:
Robert Swink . Vestuario: Edith
Head.
Protagonistas: Gregory Peck,
Audrey Hepburn, Eddie Albert,
Hartley Power
La acción principal tiene
lugar en Roma a lo largo de
unas 24 horas. Ann (Hepburn)
es una joven princesa de un
país europeo en viaje oficial
de buena voluntad por varias
capitales europeas. Cansada
del protocolo y con deseos
de visitar la ciudad a su antojo, abandona sigilosamente la
Embajada de su país. Por las
calles de Roma conoce a un
joven periodista americano,
Joe Bradley (Peck), que se hace
pasar por comerciante de abonos. Ann es ingenua e inocente. Joe es oportunista e interesado hasta donde puede.
El film suma los géneros de
drama, romance y comedia.
17
Audrey Hepburn, tras 6 intervenciones en cintas europeas y después de trabajar en
Broadway como actriz en la
adaptación teatral de Gigi, interpreta su primer papel protagonista para la gran pantalla.
El papel parece hecho a su medida. A las órdenes de un realizador experto en la dirección
de actrices (La loba, Rosa de
abolengo, La heredera...), entrega una interpretación natural,
creíble y simpática.
El argumento, de Dalton
Trumbo, perseguido en la “caza
de brujas”, se atribuye en los
créditos de 1953 a su compañero y amigo Ian M. Hunter. Años
más tarde la Academia reconoce la autoría de Trumbo y “post
mortem” registra a su nombre
el Oscar que le correspondía y
restituye su nombre en los créditos. La huella de Trumbo se
advierte, entre otras cosas, en
la crítica a la aristocracia, a los
trajes de gala, al exhibicionismo de joyas, a los bailes protocolarios, al servicio doméstico a
cargo de condesas, etc.
La definición de caracteres
es buena, la evolución de los
mismos resulta convincente,
los diálogos son brillantes y
ocurrentes. Wyler deja constancia de su poderoso vigor
narrativo. Crea una atmósfera
de elegancia, encanto y simpatía, que cautiva la atención
del espectador y seduce su
complicidad. Añade trazos de
humor ligero, blanco y festivo,
que resuelve sumando palabra e imagen. Algunos planos
han pasado a formar parte de
la memoria del cine (paseo en
la moto Vespa que se hizo famosa, visita a la escalinata de
Piazza di Spagna, la auténtica sorpresa de la Hepburn en
la Bocca della Verità, etc.). Es
memorable el largo plano de
la salida de Joe del salón de
audiencias, rodado en “travelling” inverso. La película rinde homenaje de admiración a
Roma, sus monumentos, calles
y gentes.
Es de destacar la labor de
William Wyler a la hora de dirigir
a sus intérpretes y sobre todo a
la hora de recrear Roma como si
de un personaje más se tratara,
pero lo que hace inolvidable
esta maravillosa cinta es la vuelta de tuerca que se hace a los
cuentos de hadas regalándonos
uno de los finales más emotivos
(y prácticamente sin diálogo) y
románticos que se recuerden.
1953: 3 Oscars: Mejor actriz
(Hepburn), Argumento Original y
Vestuario. 10 nominaciones
1953: Globos de Oro: Mejor actriz
Drama (Audrey Hepburn)
1953: Premios BAFTA: Mejor
Actriz Británica (Hepburn). 4
nominaciones
1953: Círculo de Críticos de Nueva
York: Mejor Actriz (Hepburn)
1953: Sindicato de Directores
(DGA): Nominada a Mejor
Director
1953: National Board of Review:
Top 10 mejores películas
Lunes 22 de agosto a las 18 horas
La gran tentación (Friendly persuasion) EE.UU., 1956, 136 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Robert Wyler, William
Wyler. Guion: Jessamyn West,
Michael Wilson. Música: Dimitri
Tiomkin. Fotografía: Ellsworth
Fredericks. Montaje: Robert
Belcher, Edward A. Biery, Robert
Swink.
Protagonistas: Gary Cooper,
Dorothy McGuire, Anthony Perkins.
Estamos en Indiana del
Sur, año 1862, en plena guerra civil norteamericana. Jess
(Gary Cooper) y Eliza Birdwell
(Dorothy McGuire) son una pareja de cuáqueros que tienen
tres hijos y viven en una comunidad que aún no ha sido
alcanzada por el conflicto que
busca la abolición de la esclavitud. Ellos mismos tienen un
esclavo, Enoch, a quien tratan
con la mayor dignidad y respeto. Su vida parece muy armónica y espiritual, dedicado Jess
al trabajo de la tierra, mientras
Eliza es ministra de la iglesia
cuáquera.
18
William Wyler consigue un
filme de fuertes y poderosas
reflexiones que nos aguzan la
conciencia y nos ponen sobre
aviso acerca de muchas cosas
que pueden suceder. La pregunta es el camino expedito
para encontrar las respuestas
y esta historia nos induce, de
manera irremediable, a que
nos hagamos unas cuantas.
Un pícaro y socarrón Gary
Cooper, una serena y encantadora Dorothy McGuire, un divertidísimo Robert Middleton,
y un destacado Anthony
Perkins en su primer rol de importancia, encabezan un brillante reparto que nos ofrece
un cuadro familiar y comunitario de inolvidables matices y
encantadoras anécdotas.
1956: 6 nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película, Director
y Actor Secundario (Perkins)
1956: Globos de Oro: 3 nominaciones, incluyendo Mejor Actor,
Drama (Cooper)
1956: National Board of Review:
Top 10 mejores películas y actriz
(McGuire)
1957: Festival de Cannes: Palma
de Oro al mejor filme.
Sus hijos son muy especiales: Jess Jr, el pequeño, vive
en conflicto con la gansa
Samantha pues, cada vez que
lo tiene a tiro, se le aferra de los
pantalones. Joshua (Anthony
Perkins) es un joven tranquilo
que no niega sus dudas sobre la verdadera religiosidad.
Y Mattie vive enamorada de
un soldado de la Unión, Gard
Jordan, el hijo de Sam, el risueño y malicioso amigo de su padre con quien compite en cada
salida hacia la iglesia.
Todo parece estar en armonía y en una cercana comunicación con Dios… pero, no tardaremos en darnos cuenta de
que ellos no logran seguir los
dictados de sus entrañas. La
iglesia les ha quitado la alegría,
la música, el baile, el vino… y
hasta su lenguaje resulta distinto al del resto de la comunidad, y se ha vuelto solemne y
rimbombante.
Y pronto llegará la más grande prueba. ¿Puede el hombre
prescindir de todo acto de violencia a riesgo de los suyos y de
su propia vida? ¿Tiene el ser humano derecho a defenderse,
y a matar si es necesario, para
defender su libertad y arrasar
con la barbarie? ¿Se puede atacar la infamia y maltratar al que
maltrata sin que signifique pecado?... Estas y otras preguntas,
surgirán en los corazones y en
la mente de la familia Birdwell,
y de muchos otros de la comunidad cuáquera.
19
él al estar repleta de los componentes habituales del mejor
cine negro, dejándole pegado
al asiento y absorto a la espera
de cómo acabará todo en una
historia difícil de olvidar.
Horas desesperadas, es un
film apasionante y arrebatador
que cautivará a todo amante
del buen cine negro clásico en
general.
Basada en una obra de éxito de Broadway (en los escenarios la interpretaba Paul
Newman). En 1990 el director
Michael Cimino hizo una remake con Anthony Hopkins y
Mickey Rourke.
Lunes 22 de agosto a las 20:30
horas
Horas desesperadas
(Desperate hours) EE.UU., 1955, 112
minutos.
Dirección y Producción: William
Wyler. Guion: Joseph Hayes.
Música: Gail Kubik. Fotografía y
montaje: Lee Garmes.
Protagonistas: Humphrey Bogart,
Fredric March, Arthur Kennedy,
Martha Scott, Dewey Martin, Gig
Young.
Horas desesperadas
de
William Wyler es un thriller
dramático de cine negro sobre
unos presos fugados que se refugian con una familia a la que
secuestran en su casa. Dirigida
con un ritmo vigoroso y con
un estilo perfecto en suspenso e inquietud que mantiene
al público en tensión durante
todo el film, es una obra estupenda que llega al espectador
irremediablemente y lo incita
con una trama de esas que
cautivan a todos los cinéfilos
amantes del género de forma
admirable.
Humphrey Bogart como
protagonista trabaja con autenticidad en un enorme papel y son notables los acompañamientos de Fredric March,
Arthur Kennedy, Martha Scott,
Dewey Martin, Gig Young y
Mary Murphy entre otros.
El guion, escrito por Joseph
Hayes y basado en su propia
obra de teatro es absorbente
para el público, ya que su historia penetra sin remisión en
Lunes 29 de agosto a las 18 horas
Horizontes de grandeza
(The Big Country) EE.UU., 1958, 163
minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Gregory Peck, Robert
Wyler, William Wyler. Guion: James
R. Webb, Sy Bartlett, Robert Wilder.
Música: Jerome Moross. Fotografía:
Franz Planer.
Protagonistas: Gregory Peck, Jean
Simmons, Charlton Heston, Carroll
Baker, Burl Ives, Chuck Connors.
Texas, 1886. El capitán de
barco Jim McKay (Peck), retirado de la vida activa, llega
a tierras de Texas con el propósito de casarse con su prometida, Pat (Baker), hija del
mayor Henry Terril (Bickford),
que mantiene un enfrentamiento inmemorial con Rufus
Hannessey (Ives), propietario
de un rancho vecino. La me20
cia la modernización y el cambio, el violento y el que siente
aversión por la violencia, el de
los mayores y el de los jóvenes.
La cinta incorpora elementos propios del western, como
las luchas entre granjeros, las
guerras del agua, el tema de la
venganza, etc. Ofrece escenas
memorables como el duelo a
pistola, la pelea a puñetazos al
amanecer, la doma del caballo
salvaje, el abrazo de Julie a Jim
antes del duelo, la secuencia
del desfiladero, etc. La música,
de Jerome Moross, se ha convertido con el tiempo en una
pieza emblemática del género. El tema principal evoca la
inmensidad física de las llanuras de Texas. La fotografía, de
Franz Planer levanta un magnífico espectáculo visual. Son
notables las interpretaciones
de Peck, del equipo protagonista y del cuadro de secundarios (Ives, Bickford, Connors...).
1958: Oscar: Mejor Actor
Secundario (Burl Ives). 2 nominaciones
1958: Globos de Oro: Mejor Actor
Secundario (Burl Ives)
1958: Sindicato de Directores
(DGA): Nominada a Mejor
Director
1959: Premios BAFTA: Nominada
a Mejor Película
jor amiga de Pat es la maestra del lugar, Julie Maragon
(Simmons), propietaria de un
rancho rico en agua potable.
Jim es culto, refinado, honesto,
valiente, educado y bondadoso. Steeve Leech (Heston),
capataz del rancho de Terril,
es rudo y bravucón. El mayor
es de carácter fuerte, altivo,
dominante y patriarcal. Rufus
es primario, autoritario y basto.
Pat vive dominada por su padre y Julie es independiente,
sincera y encantadora.
El film suma drama, romance, y aventuras. Ultimo y espectacular western de Wyler,
dispone de un gran elenco de
protagonistas, numerosos extras, un sistema avanzado de
imagen (technirama, variante
del scope), una banda sonora
espectacular, paisajes inmensos, etc. Forma parte de las
obras concebidas a finales de
los 50 y principios de los 60
para atraer a la pantalla grande
al público familiar aficionado a
la TV.
Odio, afán de poder, amor
verdadero, despecho, venganzas personales, celos y rivalidades se sitúan en el centro de la
acción como factores de movilización y dinamización. El
relato analiza la confrontación
de mundos antagónicos e incompatibles: el del campo y la
ciudad, el del Este y el Oeste, el
de la civilización y la barbarie,
el del pasado y el del futuro, el
inmovilista y el proyectado ha21
tivos, como la recuperación de
la familia y la liberación de su
pueblo de la tiranía romana. La
obra enlaza la historia de Judah
con la de Jesús de Nazaret, de
quien recibe ayuda en un momento de extrema necesidad
y con quien comparte edad.
El narrador inicial del film,
Baltasar de Alejandría (Finlay
Currie), uno de los tres magos,
recuerda la situación del pueblo judío en torno al año 1, el
edicto de empadronamiento
de Augusto y el nacimiento en
Belén. Esther, hija del hombre
de confianza de los Ben-Hur,
enamorada de Judah, asiste al
sermón de la Montaña y Judah,
con la madre y la hermana, al
via crucis y a la crucifixión. La
película exalta las propuestas
de amor universal y de perdón
de los enemigos, que contrapone a los afanes de venganza
que han inspirado la vida de
Ben-Hur. Son escenas destacadas la batalla naval, la recepción multitudinaria de Quinto
Arrio en Roma y la carrera de
cuádrigas, la más emblemática.
La música, de Miklos Rozsa,
magnífica y vibrante, contiene
temas tan sugestivos para cada
uno de los protagonistas. La
fotografía hace uso de planos
breves y muy breves, picados
y contrapicados y de perspectivas amplias, en las que reúne
hasta 50.000 extras. La obertura se superpone a la imagen
de la creación del hombre, de
Miguel Ángel (Capilla Sixtina).
Lunes 5 de setiembre a las 18 horas
Ben-Hur, EE.UU., 1959, 212 minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Sam Zimbalist.
Guion: Karl Tunberg, Gore Vidal,
Christopher Fry, Maxwell Anderson,
S. N. Behrman, basado en Ben-Hur,
de Lewis Wallace. Música: Miklós
Rózsa. Fotografía: Robert Surtees.
Montaje: John D. Dunning, Ralph E.
Winters
Protagonistas: Charlton Heston,
Stephen Boyd, Jack Hawkins,
Haya Harareet, Martha Scott,
Hugh Griffith, Finlay Currie, Cathy
O’Donnell.
La acción principal tiene lugar en Jerusalén y Roma, entre
los años 1 y 33. Narra la historia
de Judah Ben-Hur (Charlton
Heston), noble judío, amigo de
infancia del tribuno Messala
(Stephen Boyd). Injustamente
acusado por éste de atentar
contra el gobernador romano
de Palestina, es enviado a galeras, mientras su madre Miriam
(Martha Scott) y su hermana
Tirzah (Cathy O’Donnell) son
recluidas en prisión. La película explica la historia de un
personaje poseído por la sed
de venganza, que lucha por su
redención y ascenso social, sin
renunciar a sus orígenes. No
se toma la justicia por la mano,
sino que espera la ocasión para
vencer noblemente a su enemigo. Su fortaleza física y su
habilidad como conductor de
cuádrigas, le permiten afrontar su propósito sin prisas. Le
interesan, además, otros obje22
El guion centra la atención en
los aspectos humanos del relato. La interpretación de Heston
es brillante y la de Boyd, meritoria. Destacan las de Hugh
Griffith y Finlay Currie. La dirección aporta a la obra fuerza y
fluidez narrativa.
Película mítica y espectacular, que salvó a la MGM de la
ruina e hizo de Heston el ídolo
popular del cine épico.
La cinta obtuvo la cifra récord de
once premios Óscar, entre ellos
Mejor Película, Mejor Director
(Wyler), Mejor Actor (Heston),
Mejor Actor de Reparto (Griffith)
y Mejor Fotografía (Surtees), un
logro inigualado hasta el estreno
de Titanic en 1997 y de El Señor
de los Anillos: el retorno del Rey en
2003. Ben-Hur también recibió
tres premios Globo de Oro —a
la mejor película dramática, al
mejor director y al mejor actor de
reparto (Boyd)—. En la actualidad, Ben-Hur está considerada como una de las mejores
películas de la historia del cine,
por lo que en el año 2004 la
National Film Preservation Board
la seleccionó para ser conservada
en su National Film Registry por
ser un filme “cultural, histórica o
estéticamente significativo”.
Habrá un intermedio de 10
minutos.
Dirección y Producción: William
Wyler. Guion: John Michael Hayes,
basado en la obra de teatro de
Lillian Hellman. Música: Alex North.
Fotografía: Franz Planer. Montaje:
Robert Swink.
Protagonistas: Audrey Hepburn,
Shirley MacLaine, James Garner,
Miriam Hopkins, Fay Bainter, Karen
Balkin, Veronica Cartwright.
La obra de Lilian Hellman
(escritora de notable presencia
en películas como La Loba o
Julia, entre otras), ha sido llevada al cine por segunda vez por
el calificado director William
Wyler, quien readapta una historia que, el oprobioso código
Hays, había transformado en
otra cosa cuando la hizo en
1936 con el título de Infamia.
La historia nos habla de dos
emprendedoras y agradables
mujeres: Karen Wright (Audrey
Hepburn) y Martha Dobie
(Shirley MacLaine), quienes han
fundado una exitosa escuela
para niñas. Se graduaron juntas y ahora sostienen una gran
amistad que les permite trabajar con armonía entre ellas, y
sobrellevar las incomodidades
que alguna empleada siempre causa. Karen es la novia
del médico Joe Cardin (James
Garner), y están próximos a
casarse, cuando una de sus
alumnas, Mary Tilford (Karen
Balkin), queriendo escapar de
la escuela donde se han descubierto sus continuas mentiras,
y para quedar bien con su rígida abuela (Fay Bainter), decide
Lunes 12 de setiembre a las 18 y a
las 20 horas
La mentira infame (The
children’s hour) EE.UU., 1961, 107
minutos.
23
contar con morbosos añadidos, algunas cosas que escuchó y que, sabe, comprometen
la dignidad de las dos damas
que dirigen el colegio.
Lo que Wyler recrea, es el
efecto que la intolerancia genera cuando se obstaculiza el
libre desarrollo de la personalidad y cuando una sociedad
hipócrita se ensaña con aquellos que se salen del marco de
lo convencional.
La mentira infame es una valiente apología sobre el derecho a la libre autodeterminación sexual de cada persona, la
cual fue mal acogida en su momento por el conservadurismo
de la época y ahora resulta
felizmente un tanto rezagada
por las libertades alcanzadas
en nuestra cultura. Es una película que reflexiona principalmente sobre la mentira, sobre
el daño que ésta puede hacer,
sobre hasta qué extremos puede llegar. Y también se reflexiona sobre el lado amargo y trágico de la homosexualidad, en
este caso femenina. Esta idea
queda muy bien reflejada en
algunas escenas llenas de un
dramatismo sobrecogedor.
Un brillante reparto que
incluye a Audrey Hepburn,
Shirley MacLaine, Fay Bainter
y Miriam Hopkins, recrea un
drama que impacta y que sacude con fuerza nuestros más
anticuados prejuicios frente a
los sentimientos y derechos de
los demás.
Lunes 19 de setiembre a las 18 y a
las 20:15 horas
El coleccionista (The collector)
Reino Unido/EE.UU., 1965, 119
minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Jud Kinberg, John
Kohn. Guion: Stanley Mann, John
Kohn sobre libro de John Fowles.
Música: Maurice Jarre. Fotografía:
Robert Krasker, Robert Surtees.
Protagonistas: Terence Stamp,
Samantha Eggar, Kenneth More,
Mona Washbourne.
Freddy Clegg (Terence Stamp)
es un joven introvertido, empleado de banca y afortunado
jugador de quinielas que colecciona algo más que mariposas.
Un día secuestra a Miranda
(Samantha Eggar), la mujer de
la que siempre ha estado enamorado en secreto con nobles
intenciones: haciéndola caer en
sus redes, sólo tiene el ingenuo
propósito de que se enamore
de él, pues su mente enferma
concibe el rapto como declaración de amor. Es su sueño,
largamente esperado: guardar
a su bella presa como a una
mariposa en una vitrina. Ser correspondido por una mariposa.
Una película sorprendente y arriesgada, que padeció
numerosas imitaciones con el
tiempo, antecedente claro en
cuanto al planteamiento para
Átame, de Pedro Almodóvar,
que ya no será lo mismo.
Dos excelentes actores
(Terence Stamp y Samantha
Eggar) que no llegarán a ser
grandes estrellas, dan aliento
a este interesantísimo filme,
excelente retrato psicológico
de la soledad y la necesidad de
cariño. La trama, de marcado
ambiente teatral, mantiene el
suspenso en todo momento,
a partir de la entretenida novela de John Fowles, sobre un
amor enfermo e imposible.
Lo verdaderamente sorprendente de la película es la dualidad a la que Wyler somete
al espectador, despertando al
enfermizo coleccionista que
todos llevamos dentro. No
nos es fácil aceptar nuestra
creciente simpatía por un personaje que nadie consideraría
normal, al tiempo que crece
nuestra antipatía por un personaje arquetípico –la víctima de
un rapto– que suele despertar
compasión en el espectador.
Con El coleccionista, Wyler
consigue ampliamente lo que
pretendía, incomodar al público, hacerle pensar. No se
trata únicamente de un thriller
psicológico, también consigue fundir con una maestría
fuera de lo común sentimientos totalmente opuestos. Una
película que causa repulsa y
atracción, de manera natural.
Y es que prevalece la elegancia
narrativa de William Wyler que
no se encontraba fácilmente
en el cine, ya en el ocaso de su
carrera.
La tensión se palpa y crece
hasta que llega el clímax final,
entre previsible e impactan-
te. Pero las últimas imágenes
provocan un brusco cambio
que derriba la atmósfera de
romanticismo desbocado en
el que hasta entonces habíamos estado hipnóticamente
inmersos.
1965: 3 nominaciones al Oscar:
Mejor Director, Actriz (Samantha
Eggar ), Guión
1965: Globos de Oro: Mejor Actriz
- Drama (Eggar). 4 nominaciones
1965: Festival de Cannes: Mejor
Actor (Terence Stamp) y Mejor
Actriz (Samantha Eggar)
Lunes 26 de setiembre a las 18 horas
Funny Girl, EE.UU., 1968, 151
minutos.
Dirección: William Wyler.
Producción: Ray Stark. Guion: Isobel
Lennart. Música: Jule Styne, Bob
Merrill. Fotografía: Harry Stradling.
Montaje: William Sands. Vestuario:
Irene Sharaff. Secuencias musicales
dirigidas por Herbert Ross.
Protagonistas: Barbra Streisand,
Omar Sharif, Walter Pidgeon, Kay
Medford, Anne Francis.
En su penúltima película
y casi a los setenta años de
edad, William Wyler estaba a
punto de cerrar una grandiosa
carrera por todo lo alto: con un
homenaje espectacular a los
musicales del viejo Hollywood,
cuando la nueva generación
–Spielberg, Coppola, Scorsese–
lo iba a cambiar para siempre;
y con la presentación en el cine
de una figura clave del mundo
del espectáculo futuro: Barbra
Streisand.
ra película ganara el Oscar y se
convirtiera en una gran estrella
de cine en este caso. Su talento
para la comedia (en la primera parte del metraje) y para el
drama (en la segunda), es innegable, pues toma el personaje
de Fanny a través de todos sus
matices, desde los físicos hasta
los emocionales, para culminar
con una insuperable actuación
(My Man), que le abrió las puertas del estrellato.
Por supuesto, quien no guste de Streisand, no sabrá apreciar Funny Girl, pero se perderá
uno de los últimos testamentos del musical clásico, un reparto perfecto (no hay un actor más adecuado que Omar
Sharif para su papel como marido de Fanny), un repertorio
musical memorable, y una experiencia cinematográfica de
elevada emoción. En suma, un
verdadero placer y un festival
Streisand.
1968: Oscar: Mejor Actriz (exaequo: Streisand). 8 nominaciones, incluyendo Mejor Película
1968: Globos de Oro: Mejor Actriz
Musical/Comedia (Streisand). 4
nominaciones
1968: Sindicato de Directores
(DGA): Nominada a Mejor Director
1968: Premios David di Donatello:
Mejor Actriz Extranjera (Barbra
Streisand).
Diseño: Comunicación Institucional Sodre
Funny Girl es todo lo que
una superproducción del cine
clásico quería ser: no sólo se
apreciaba su grandeza por el
tamaño y el lujo de sus decorados, o sus espectaculares
movimientos de cámara, o su
exquisita fotografía; en estas
cintas hay además un aprecio
por la inteligencia del guion
que eleva a la película a la categoría de clásico. En el caso de
Funny Girl incluso aprovecha el
talento cómico de su protagonista para reírse cariñosamente del género; y está tan bien
construido, define tan bien a
todos los personajes y sus relaciones, su clase social, su ambición, los prejuicios de géneros..., que es casi imposible no
reír o llorar con la extraordinaria historia real de Fanny Brice,
una humilde joven judía que
quería ser cantante y actriz, y
lo consiguió con muchísimo
éxito, pero nunca pudo olvidar
que –por desgracia– la vida no
es un cuento de hadas.
Barbra Streisand tomó el
papel diecisiete años después
de la muerte de la auténtica
Fanny Brice, y cuatro años después de haberle dado vida en
Broadway. Y en la cinta posee
tal cantidad de energía, de pasión y de emotividad, que no es
extraño que con esta su prime-
Temporada de Cine Arte del Sodre 2016
William Wyler
Lunes de julio a setiembre,
Auditorio Nelly Goitiño, 18 de julio 930
n 4 de Julio, 18:00 horas
Cumbres borrascosas
con Laurence Olivier,
Merle Oberon
n 4 de Julio, 20:00 horas
Infamia
con Merle Oberon,
Miriam Hopkins
n 11 de Julio, 18:00 horas
Jezabel, la tempestuosa
con Bette Davis, Henry Fonda
n 11 de Julio, 20:00 horas
La carta
con Bette Davis,
Herbert Marshall
n 18 de Julio, 18:00 y 20:15 horas
La loba
con Bette Davis,
Herbert Marshall
n 25 de Julio, 18:00 y 20:30 horas
Rosa de abolengo
con Greer Garson,
Walter Pidgeon
n 1º de Agosto, 18:00 horas
Lo mejor de nuestra vida
con Fredric March, Myrna Loy
n 8 de Agosto, 18:00 horas
La heredera
con Olivia de Havilland,
Montgomery Clift
n 8 de Agosto, 20:15 horas
La antesala del infierno
con Kirk Douglas y
Eleanor Parker
n 15 de Agosto, 18:00 y 20:15 hs
La princesa que quería vivir
con Audrey Hepburn,
Gregory Peck
n 22 de Agosto, 18:00 horas
La gran tentación
con Gary Cooper y
Anthony Perkins
n 22 de Agosto, 20:30 horas
Horas desesperadas
con Humphrey Bogart y
Fredric March
n 29 de Agosto, 18:00 horas
Horizontes de grandeza
con Gregory Peck,
Charlton Heston
n 5 de Setiembre, 18:00 horas
Ben-Hur
con Charlton Heston,
Stephen Boyd
n 12 de Setiembre, 18:00 y 20:00 hs
La mentira infame
con Audrey Hepburn,
Shirley MacLaine
n 19 de Setiembre, 18:00 y 20:15 hs
El coleccionista
con Terence Stamp,
Samantha Eggar
n 26 de Setiembre, 18:00 horas
Funny girl
con Barbra Streisand,
Omar Sharif
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