Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2011;137(10):459–463 www.elsevier.es/medicinaclinica Artı́culo especial Distancia anogenital en recién nacidos: un marcador sensible de disrupción hormonal intrauterina Anogenital distance in newborns: A sensitive marker of prenatal hormonal disruption Silvia Agramunt a,* , Manolis Kogevinas b y Ramón Carreras a a b Servicio de Ginecologı´a y Obstetricia, Hospital del Mar, Barcelona, España Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental, Institut Municipal d’Investigació Mèdica, Barcelona,España I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Historia del artı´culo: Recibido el 30 de diciembre de 2009 Aceptado el 23 de marzo de 2010 On-line el 15 de mayo de 2010 Introducción En las últimas décadas existe una creciente preocupación por el aumento secular de anomalı́as congénitas genitales (hipospadias1 o criptorquidia2), el empeoramiento de la calidad del semen3 y el cáncer testicular4. Según la hipótesis de la disrupción endocrinológica5, todas estas enfermedades estarı́an relacionadas con la exposición intrauterina a sustancias que actuarı́an como antiandrógenos. El hecho de que la distribución geográfica de estas enfermedades no sea homogénea6 apoya el papel etiológico de los factores ambientales. La distancia anogenital (DAG) es un parámetro antropométrico que se ha validado en algunos estudios como un marcador sensible de exposición intrauterina a andrógenos y antiandrógenos7,8. El objetivo de este estudio es presentar la evidencia cientı́fica existente que relaciona la DAG como marcador de disrupción hormonal intrauterina. Seguidamente, se presentan los datos descriptivos de un estudio observacional realizado en el Hospital del Mar entre octubre de 2008 y diciembre de 2009. Desarrollo intrauterino de los genitales externos El dimorfismo sexual en humanos depende del correcto desarrollo de los órganos genitales en los perı́odos embrionario y fetal. Aunque el sexo del embrión es determinado genéticamente en el momento de la fecundación, los genitales externos son ambiguos en la etapa embrionaria. A partir de las 9 semanas de vida intrauterina empiezan a percibirse las caracterı́sticas sexuales diferenciales y es clara la diferencia a las 12 semanas9. * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (S. Agramunt). El desarrollo de los genitales externos depende de la influencia hormonal en la circulación fetal. Por una parte, en el embrión masculino los testı́culos producen sustancia inhibidora de Müller y andrógenos, que provocan la regresión del conducto paramesonéfrico y estimulan el crecimiento del pene y la fusión de las eminencias escrotales. Ası́, el desarrollo de los genitales externos masculinos se realiza mediante un ambiente hormonal androgénico, que ocurre gracias a los testı́culos fetales. Se produce un alargamiento del tubérculo genital (falo) y un cierre de los pliegues uretrales y se forma la uretra peneana. Si esta fusión es incompleta, nos hallamos ante una hipospadias, con el meato urinario en la cara ventral del pene. Asimismo, también pueden producirse otras malformaciones, como la criptorquidia, la epispadias y la extrofia vesical, en relación con la incorrecta diferenciación de los órganos genitourinarios10. Por otra parte, en el embrión femenino, el conducto paramesonéfrico —en ausencia de sustancias inhibidoras— se convierte en el conducto genital principal de la mujer. Ası́, se produce el descenso de los ovarios, la formación de las trompas de Falopio, y las partes caudales fusionadas forman el cuerpo uterino. Los genitales externos se ven modulados por los estrógenos producidos por la placenta y por la madre. Los pliegues uretrales no se fusionan, forman los labios menores y el tubérculo genital forma el clı́toris, y queda el vestı́bulo a cargo del surco urogenital11. Queda clara la importancia, en el desarrollo de ambos sexos, del ambiente hormonal intrauterino. Estrógenos ambientales y efectos reproductivos La hipótesis de la disrupción endocrinológica surgió a partir de los hallazgos de múltiples estudios que apuntaban a un empeoramiento en la calidad del semen12,13. En un metaanálisis de 101 estudios publicados destacaba una disminución estadı́sticamente 0025-7753/$ – see front matter ß 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.medcli.2010.03.024 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 460 S. Agramunt et al / Med Clin (Barc). 2011;137(10):459–463 significativa en la concentración media de espermatozoides de 113 millones/ml en 1940 a 66 millones/ml en 19963,14. Asimismo, se observó que la prevalencia de criptorquidia dobló desde la década de 1970–1990 en Gran Bretaña2 y en EE. UU15. Este hecho es de especial relevancia, pues esta anomalı́a está relacionada con esterilidad16 y cáncer testicular17. De hecho, el grupo de Skakkebaek propuso en 2001 que los testı́culos no descendidos, la hipospadias, la calidad seminal disminuida y el cáncer testicular forman parte de una única entidad, el sı́ndrome disgenésico testicular18. Según el consenso de Princeton en 199219, se define como disruptor endocrinológico (también conococidos como xenoestrógenos, estrógenos xenobióticos, moduladores endocrinológicos ambientales o endocrine-disrupting chemicals) a toda sustancia exógena con capacidad de alterar el ambiente hormonal normal y la reproducción de organismos intactos o su descendencia. Estas moléculas se hallan principalmente en productos pesticidas, como el metoxicloro o los ya retirados DDT y policlorobifenilos (PCB). Los derivados fenólicos (fenilfenol, nonoxinol o bisfenol A) son utilizados como desinfectantes, espermicidas o herbicidas. Otras moléculas, como las hormonas femeninas naturales o sintéticas (fármacos, fitoestrógenos, micoestrógenos u otros), pueden contaminar el agua, la tierra y los alimentos. Paralelamente, también se han encontrado sustancias farmacológicas con efecto disruptor en muestras de agua, tales como antibióticos, antiepilépticos, betabloqueantes o hipolipidemiantes20. Los ésteres del ácido ftálico o ftalatos (dibutil ftalato, bencilbutil ftalato, di-2-etilhexil ftalato o di-isononil ftalato), hallados ampliamente en productos cosméticos, plásticos, pinturas y herbicidas, también se han relacionado con efectos reproductivos antiandrogénicos en animales21,22, como criptorquidia, hipospadias o disminución de la DAG. Todas estas moléculas actúan mediante la activación y la modulación de la producción del receptor estrogénico, que se halla principalmente en las gónadas, tanto femeninas como masculinas. Para el correcto desarrollo y funcionamiento de los órganos genitales es preciso un equilibrio entre andrógenos y estrógenos. Un exceso de estos últimos produce una disminución en la actividad esteroidogénica de las enzimas conversores de progesterona en la testosterona23. Asimismo, también se ha demostrado que los estrógenos disminuyen la producción de hormona foliculoestimulante en los fetos varones y provocan una disminución en la producción de células de Sertoli con la consiguiente disminución en la concentración espermática24. La exposición prenatal a dioxinas (2,3,7,8-tetraclorodibenzopara-dioxina, dibenzo-p-dioxinas policloradas, policloro-dibenzofuranos y PCB semejantes a dioxinas [DL-PCB]) se ha relacionado con un menor peso al nacimiento (probablemente debido a un acúmulo placentario de tóxicos)25, una disminución en la función tiroidea26, una modificación de la relación de sexos al nacer con un exceso de mujeres (especialmente relacionados con exposición paterna a dioxinas)27 y un retraso psicomotor en hijos de madres expuestas alimentados con leche materna28. Las dioxinas se hallan principalmente en plantas incineradoras e industrias metalúrgicas, y son lipofı́licas y bioacumulables, por lo que la vida media de estos compuestos es muy larga (7–8 años para 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-para-dioxina)29. Su mecanismo de acción se basa en la activación del receptor intracelular Ah, con la producción consiguiente de varios protooncogenes, factores de crecimiento y mediadores de inflamación30. Recientemente el grupo de Nieuwenhuijsen31 ha realizado un metaanálisis y han evaluado los trabajos que relacionan malformaciones congénitas con exposición a productos clorados para la desinfección (dibutil ftalato). No se ha podido demostrar un exceso de riesgo para las malformaciones genitales, solo un aumento en algunas malformaciones cardı́acas. Material y método Se ha realizado una búsqueda bibliográfica de los artı́culos publicados en inglés, francés y español desde el año 1995 hasta la actualidad. Se han utilizado las palabras clave «anogenital distance», «endocrine disruptor», «environmental estrogens» y «prenatal exposure» en las bases de datos MEDLINE e IsiWeb of Knowledge. Se han seleccionado los estudios que utilizaran la medida de la DAG como marcador de exposición a disruptores hormonales en humanos. En cuanto al estudio observacional llevado a cabo en el Hospital del Mar, se han seleccionado recién nacidos de mujeres participantes en el estudio multicéntrico New Generis32, que recibieron la información pertinente y firmaron el consentimiento informado aprobado por el Comité de Ética. Las mediciones se realizaron según el protocolo utilizado por los anteriores autores33,34 y se utilizaron una superficie plana y un medidor electrónico de 150 mm con precisión centesimal. Como se puede observar en las figuras 1 y 2, se realizaron distintas mediciones perineales. Para los varones, se realizaron 3 medidas: DAG (de la zona intermedia del ano hasta la cara anterior de la base del pene), distancia anoescrotal (de la zona intermedia del ano hasta la lı́nea cutánea inferior del escroto) y anchura peneana. Para las mujeres, se realizaron solo 2 medidas: DAG (de la zona intermedia del ano hasta el clı́toris) y distancia ano-horquilla (de la zona intermedia del ano hasta la zona inferior de la horquilla vulvar). Los bebés se colocaron con las extremidades inferiores en abducción, las rodillas flexionadas y los pies unidos sobre la zona umbilical para medir las distancias anoescrotal y ano-horquilla. Asimismo, se colocaron con las extremidades inferiores en abducción y las rodillas flexionadas para medir la DAG y la anchura peneana. [()TD$FIG] Figura 1. Distancia anogenital en varones. [()TD$FIG] Figura 2. Distancia anogenital en mujeres. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. S. Agramunt et al / Med Clin (Barc). 2011;137(10):459–463 Resultados Revisión bibliográfica Existe una amplia literatura médica que apoya la relación entre los tóxicos ambientales y la disminución de la DGA en animales. Ası́, se ha relacionado la disminución en la DAG en roedores con la exposición a sustancias como ftalatos35–37, dioxinas38–40, algunos antifúngicos41,42 o herbicidas, como la atracina43. Asimismo, se ha observado un efecto aditivo de ciertos compuestos con efecto antiandrogénico, como vinclozolina, procimidona (pesticidas) y flutamida (fármaco antiandrogénico), que provocarı́an una disminución de la DAG dependiente de la dosis44. Se han revisado 309 resúmenes de artı́culos relacionados con la DAG, de los que solo 3 son artı́culos originales observacionales realizados en humanos. En la tabla 1 se resumen las caracterı́sticas de cada uno de estos. El grupo de Swan45 llevó a cabo el primer estudio que relacionaba la exposición de ftalatos en humanos con la DAG. Se seleccionaron mujeres incluidas en la primera fase del trabajo «Study for Future Families» (California), un estudio de cohortes multicéntrico en gestantes. Todas las participantes rellenaron un cuestionario y facilitaron una muestra de orina para el análisis de ftalatos (monoethyl phtalate [MEP], mono-n-butyl phtalate [MBP], monobenzyl phtalate y monoisobutyl phtalate). Finalmente, se realizaron medidas estandarizadas de la DAG en 134 recién nacidos de entre 2–36 meses de edad. Durante el análisis estadı́stico se creó la variable ı́ndice anogenital (AGI [mm/k]), que normaliza la DAG según el peso del recién nacido, y se categorizaron los grados de exposición en cuartiles. Los resultados arrojaron odds ratio estadı́sticamente significativas en relación con la disminución de AGI y el menor cuartil de exposición: 10,2 para MBP; 4,7 para MEP; 3,8 para monobenzyl phtalate, y 9,1 para monoisobutyl phtalate. Asimismo, se observó que la medida anoescrotal (ASD) estaba correlacionada con la DAG (r=0,47; p<0,0001). Se observó una asociación significativa entre ASD/peso y concentración de MEP (r= 0,429; intervalo de confianza del 95%: 0,722 to 0,137). Paralelamente, la odds ratio de tener un AGI disminuido en caso de alta exposición a ftalatos (score de ftalatos) comparado con baja exposición era de 90,0 (intervalo de confianza del 95%: 4,88–1,659). Un análisis posterior realizado por el grupo de Marsee46 calculó la exposición diaria a ftalatos estimada en las mujeres con recién nacidos con menor AGI y se obtuvieron valores muy inferiores a los marcados como lı́mite legal en EE. UU. 461 El grupo de Longnecker47 seleccionó las participantes en los hospitales de Tapachula (Chiapas, México) y evaluó 781 recién nacidos varones. Se recogieron datos sociodemográficos en un cuestionario y una muestra sanguı́nea para el análisis de DDT, un insecticida utilizado especialmente en zonas rurales como prevención de la malaria (retirado en muchos paı́ses, aún utilizado en México hasta 2003), y su metabolito 1,1-dicloro-2.2-bis(pclorofenil)etileno (DDE). Se observó un amplio intervalo de valores de DDE, ası́ como una mediana 10 veces mayor que la observada en estudios paralelos realizados en EE. UU. El mayor determinante para concentraciones de DDE fue la residencia rural (mediana de 4,0 mg/g) en comparación con la urbana (mediana de 2,1 mg/g). Se realizaron análisis entre la DAG media y los valores de DDE, tanto crudos como ajustados a posibles factores de confusión, sin poder hallar diferencias estadı́sticamente significativas. El trabajo más reciente es el de Huang et al48, que seleccionaron mujeres que tenı́an planeada la realización de una amniocentesis durante 2005–2006 en el hospital universitario de Cheng Kung (Taiwan). Se recogieron muestras de orina y de lı́quido amniótico para el análisis de ftalatos y se realizaron medidas antropométricas de 65 recién nacidos (32 niñas y 33 niños). Se halló una correlación positiva entre MBP amniótico y MBP urinario (r2=0,156; p<0,05). En el caso de las niñas se observó una correlación negativa entre MBP en el lı́quido amniótico y DAG (r= 0,31; p<0,05), ası́ como con el AGI ajustado por peso (r= 0,32; p<0,05). No se encontraron correlaciones estadı́sticamente significativas para los recién nacidos varones. Resultados del estudio observacional Se evaluaron 153 recién nacidos entre octubre de 2008 y noviembre de 2009, nacidos en el Hospital del Mar. De ellos, solo un varón presentó criptorquidia, el resto se diagnosticó de normalidad genital. En la tabla 2 se presentan los resultados descriptivos. Cabe destacar que aunque los grupos son comparables en medidas antropométricas generales, se observa un claro dimorfismo de la DAG entre los distintos sexos. Ası́, la DAG media en los varones es de 46,32 mm, mientras que en las niñas es de 34,84 mm; y la distancia anoescrotal media es de 24,24 mm, mientras que la distancia ano-horquilla es de 13,89 mm. Paralelamente, destaca el reciente trabajo presentado por el grupo de Thankamony49, en el que se evaluó a 463 niños y a 426 niñas desde el nacimiento hasta los 2 años de vida, con el objetivo de crear curvas de normalidad de DAG y relacionarlo con otros Tabla 1 Resumen de los estudios realizados en humanos que compara la distancia anogenital y la exposición a tóxicos ambientales Referencia Tipo de estudio Número de sujetos Objetivo Resultados Swan et al (2005) Observacional 134 varones de 2–36 meses de edad Comparar valores prenatales de ftalatos con DAG Comparación de la disminución del AGI en mayor cuartil frente a menor cuartil de exposición (p<0,05): MBP: OR=10,2 MEP: OR=4,7 MBzP: OR=3,8 MiBP: OR=9,1 Longnecker et al (2007) Observacional Huang et al (2008) Observacional 781 recién nacidos varones 65 recién nacidos (33 niños y 32 niñas) Comparar DDE materno con DAG en recién nacido Comparar excreción urinaria materna de ftalatos con concentración de ftalatos en lı́quido amniótico y DAG No se encontró asociación significativa Correlación positiva entre MBP urinaria y amniótica en todos los niños (r=0,156; p<0,05) Correlación negativa entre MBP amniótico y DAG en niñas (r= 0,31; p<0,06) Correlación negativa entre MBP amniótico y AGI-W en niñas (r= 0,32; p<0,05) AGI: ı́ndice anogenital; AGI-W: ı́ndice anogenital ajustado por peso (mm/k); DAG: distancia anogenital; DDE: 1,1-dichloro-2,2-bis(p-chlorophenyl)ethylene; MBP: mono-n-butyl phtalate; MBzP: monobenzyl phtalate; MEP: monoethyl phtalate; MiBP: monoisobutyl phtalate; OR: odds ratio. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. S. Agramunt et al / Med Clin (Barc). 2011;137(10):459–463 462 Tabla 2 Resultados descriptivos de la distancia anogenital en recién nacidos (muestra del Hospital del Mar) Niños (n=81) Niñas (n=72) Media (DE) Media (DE) Peso, g 3.343,02 (763,92) Talla, cm 46,32 (14,33) Perı́metro craneal, cm 31,85 (9,91) DAG, mm 46,32 (5,10) Distancia anoescrotal/ano-horquilla, mm 24,24 (5,04) Anchura peneana, mm 9,80 (2,06) 3.011 45,01 30,83 34,84 13,89 – (1.091,14) (15,08) (10,34) (3,39) (2,28) DE: desviación estándar; DAG: distancia anogenital. parámetros antropomórficos. En este estudio se realizaron medidas anoescrotal y ano-horquilla, y se definieron como anogenitales. Se observó un claro dimorfismo sexual (DAG en los varones de 19,86,1 mm, DAG en las niñas de 9,12,8 mm; p<0,0001) y se correlacionó la longitud peneana con la DAG (r=0,18; p=0,003), ası́ como una correlación del incremento de la DAG a los 3 meses con el crecimiento peneano (r=0,20; p=0,001). La importancia de este trabajo radica en que por primera vez se ha realizado un estudio longitudinal con un número de niños suficiente como para establecer unas curvas de normalidad. Esto es relevante para las investigaciones futuras, especialmente para los estudios observacionales que midan el grado de exposición a tóxicos ambientales y la DAG, con el objetivo de comparar los resultados con estas tablas de normalidad. Por último, se debe subrayar que los resultados hallados en el estudio observacional realizado en el Hospital del Mar serı́an congruentes con los del grupo de Thankamony. Por todo esto, podemos concluir que la DAG en los recién nacidos podrı́a comportarse como una variable continua que expresarı́a el grado de alteración hormonal recibida intrauterina a través de sustancias ambientales que actuarı́an como disruptores hormonales. Aunque la evidencia en humanos es escasa, se debe tener en cuenta que por motivos éticos solo se pueden realizar estudios observacionales, que suelen tener dosis muy menores que los estudios experimentales realizados en roedores y algunos mamı́feros. Por esta misma razón, el objetivo debe ser identificar un marcador cuantitativo, fiable y sensible a pequeños cambios en las concentraciones de las sustancias ambientales. Los estudios realizados hasta ahora en humanos fueron transversales y con un número limitado de pacientes. Dado que el papel potencial de factores de confusión que provienen de exposición a otros tóxicos no está claro, se deberı́an realizar más estudios longitudinales (con registro y análisis exhaustivo de posibles exposiciones a sustancias ambientales) que permitan obtener evidencia que apoyase la causalidad de los tóxicos en la disminución de la DAG y, por consiguiente, en la salud de los recién nacidos. Todos estos hallazgos serı́an valiosos desde el punto de vista informativo para asesorar las eventuales revisiones en los marcos legales de asesoramiento de riesgo quı́mico o laboral. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografı́a 1. Paulozzi LJ, Erickson JD, Jackson RJ. Hypospadias trends in two American surveillance systems. Pediatrics. 1997;100:831–4. 2. Sultan C, Balaguer P, Terouanne B, Georget V, Paris F, Jeandel C, et al. Environmental xenoestrogens, antiandrogens and disorders of male sexual differentiation. 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