LA CIVILIZACIÓN ASIRIA (VI) NÍNIVE WWW.LAHISTORIAHEREDADA.COM @LaHistoriaH https://www.facebook.com/lahistoriaheredada Junto a la actual Mosul (Irak), a un kilómetro de la orilla oriental del río Tigris, se sitúa la ciudad asiria de Nínive, conocida como Nieve en la Biblia. Los primeros restos de Nínive se remontan a la fase prehistórica mesopotámica conocida como Hassuna. Nínive, fue precedida por la ciudad llamada Nínive 5, y sucedida por el periodo de Uruk. Mapa de Nínive En cuanto a su situación geográfica, podemos observar, que Nínive se hallaba junto los ríos Tigris y Josr, lo que databa a la ciudad de unas ricas y fértiles tierras idóneas para el cultivo. Todo esto unido a que estaba junto a una ruta comercial entre Mesopotamia, Siria y Anatolia, hizo del enclave un lugar idóneo para establecer una ciudad. Historia El soberano Manishtushu, introdujo en la ciudad el culto a Ishtar, diosa de la guerra y la destrucción, para la cual fundó un templo en su honor. Bajo esta diosa, Nínive floreció rápidamente, ya que su culto alcanzó fama "internacional". El templo de Ishtar se fue ampliado con el paso del tiempo, lo que a su vez supuso que los sucesivos reyes asirios fueran implementando en Nínive nuevos edificaciones y palacios estivales de forma permanente. Assurnasirpal, fundador del Imperio Nuevo, trasladó la capital desde Assur hasta Kalhu. Pero Senaquerib en un intento de distanciarse de su padre, trasladó la capital a Nínive, de tal manera que el centro religioso consagrado a la diosa Ishtar, se convertía en la capital del Imperio asirio. Senaquerib puso fin a la rebelión de Babilonia y a los alzamientos del Levante mediterráneo avivados por los egipcios. Salvó Judá de la destrucción a cambio de un alto precio, pero conquistó y destruyó la ciudad santa que siempre había sido respetada por sus conquistadores, Babilonia. Lo que Senaquerib destruyó en Babilonia, lo construyó en Nínive. Reformó la ciudad, que se convirtió en la capital política, administrativa y ceremonial del Estado Asirio. Bajo este monarca, Nínive triplicó su superficie, pasando el perímetro de sus murallas de cinco a doce metros, se organizó todo el interior en una nueva planta trapezoidal. Originariamente las murallas de la ciudad estaban formadas por un parapeto exterior coronado de almenas con torres intercaladas. Delante corría un foso, mientras que por dentro se levantaba un muro más elevado, construido en adobe. Murallas de Nínive, cuyo aspecto actual se debe a la reconstrucción impulsada por el gobierno iraquí en los años setenta. El área total de Nínive ocupaba unos 7 km² y entre 15 y 18 grandes puertas franqueaban el paso en sus murallas. Un elaborado sistema de 18 canales llevaba el agua desde las colinas hasta la ciudad, a este sistema de abastecimiento de agua se unía, un magnífico acueducto, erigido en Jerwan, a unos 40 km de distancia. Asurbanipal, cuarto rey de la dinastía sargónida, convirtió Nínive en una de las ciudades más influyentes de la época, pues a sus puertas llegaban caravanas comerciales desde la lejana India, y su biblioteca llegó a ser la mayor de la Antigüedad, con miles de tablillas. En esta época Nínive superó los cien mil habitantes. Asurbanipal fue también el responsable de la construcción de otro palacio, el del Norte, en Tell Kuyunjik, donde se encuentra el famoso relieve de la caza de los leones. Alrededor de 633 a.C. el Imperio Asirio empezó a dar muestras de debilidad y los medos atacaron Nínive. Estos volvieron a atacar, esta vez junto a Babilonia y Susa, en 625 a.C. En 612 a.C., nuevamente, babilonios y medos se volvieron a reunir para el asalto de la ciudad. El asedio duró 3 meses, durante los cuales se emplearon todo tipo de tácticas, como desviar el curso del río Khosr o atacar a la vez por varios flancos para debilitar la defensa asiria. El ataque final se produjo por el cauce ya seco del río. Nínive cayó y fue arrasada hasta los cimientos. El imperio asirio llegó a su final, y los babilonios y medos se repartieron sus provincias. Después de mandar durante más de seis siglos con una tiranía y violencia espantosa, desde el Cáucaso y el Caspio hasta el Golfo Pérsico, y más allá del Tigris hasta Asia Menor y Egipto, la ciudad desapareció como un sueño. La destrucción de Nínive por Nabopolasar fue especialmente dura, quizás como venganza por la destrucción de Babilonia. el rey babilonio quemó totalmente la ciudad, destruyó sus palacios, templos e imágenes divinas; le prendió fuego y por último la inundó, utilizando los mismos canales que un día la convirtieron en un paraiso. Sus reyes,gestas, palacios y templos empezaron a ser olvidados, confundidos o convertidos en antiguas leyendas a las que nadie daba valor o importancia. En la época del historiador griego Herodoto (400 a.C.), Nínive ya era parte del pasado. Y cuando el historiador Jenofonte pasó por el lugar en su Anábasis, incluso el nombre de la ciudad había sido olvidado. Había desaparecido de vista, y nadie sabía de su importacia. Nunca más se levantó de sus ruinas. El "Palacio sin rival" El palacio tenía entre quince y dieciocho puertas, cada una dedicada a una deidad. Senaquerib lo construyó encima de una mansión anterior, que ordenó derruir y sobre la que elevó una extensa terraza. El palacio alcanzó un esplendor legendario, aunque no se ha conservado integro, tenía a menos setenta habitaciones y tres mil metros de decoración mural. Fue el palacio más grande y lujoso de cuantos construyeron los reyes asirios, de ahí a que Senaquerib lo bautizara como el “Palacio sin rival”. Asurbanipal, recostado en una litera, y su esposa Assur-sharrat celebran una fiesta en un jardín, asistidos por intendentes reales y tres músicos. El elemento más llamativo de los palacios, eran los relieves que adornaban las paredes. En ellos se plasmaban desde escenas de vida cotidiana y paisajes hasta batallas sangrientas o ceremonias religiosas. Todos los relieves, enaltecían al rey en el cumplimiento de sus funciones como monarca: defensor del pueblo, constructor, gran guerrero encargado de defender y ampliar límites de la propiedad divina y vicario de su dios Assur. Arqueología En el siglo XIX nace la asirología, a manos de unas investigaciones científicas en Mesopotamia. Los primeros en lanzarse a la búsqueda de las antiguas civilizaciones mesopotámicas fueron los diplomáticos de las principales potencias del momento (Francia, Gran Bretaña, Alemania). Así, el cónsul francés en Mosul, P. E. Botta, empezó a buscar en los grandes montículos que había en la otra orilla del río. Los árabes que empleó en esas excavaciones, para su sorpresa, llegaron a una edificación en el montículo de Khorsabad, la cual identificaron erróneamente con Nínive. Investigaciones posteriores del edificio demostraron que se trataba del palacio real de Sargón II, en el cual se exploró en profundidad en busca de esculturas y otras reliquias. En 1847, el joven aventurero británico Sir Austen Henry Layard exploró las ruinas. En el montículo Kouyunjik redescubrió el palacio de Senaquerib, que tenía 71 habitaciones y colosales bajorrelives. También desenterró el palacio y la famosa biblioteca de Assurbanipal que contenía 22.000 tablillas. El estudio de la arqueología de Nínive revela el poder y la gloria de la antigua Asiria durante los reinados de Esarhaddon (681-669 a.C.) y Assurbanipal (669-626 a.C.). Austen Henry Layard, verdadero descubridor de Nínive Los trabajos de exploración los siguieron Botta, George Smith y otros, en los montículos de Nebi Yunus, Nimrud, Kouyunjik y Khorsabad, y numerosos objetos asírios fueron exhumados y transladados a museos europeos, en especial al Museo Británico, donde existe actualmente una de las mejores colecciones de arte asirio del mundo. Se descubrieron multitud de palacios, con sus decoraciones y losas esculpidas, revelando la vida y costumbres de este antiguo pueblo, sus formas de guerra y paz, de religión, el estilo de su arquitectura y la grandeza de sus monarcas. Las calles de la ciudad han sido exploradas y se han descifrado las inscripciones en los ladrillos, tablillas y figuras esculpidas. Con ello, los secretos de su historia han podido ser revelados. Reconstrucción de toro androcéfalo, que originariamente iría situado en la puerta de Nergal, en el "Palacio sin rival" El más importante de los recientes descubrimientos es la biblioteca de Assurbanipal. Contenía unas diez mil tablillas en cuneiforme en las que se describía la historia, leyes y religión de Asiría. Esto hace que sea uno de los mayores tesoros de la literatura del mundo antiguo. La biblioteca contenía también antiguos documentos acadios, que son los documentos existentes más antiguos jamás encontrados, entre los que podemos encontrar el famoso Poema de Gilgamesh, considerada la obra narrativa más antigua de la historia. En algunas de las tablillas se hacía mención al posible uso de algo similar al Tornillo de Arquímedes para elevar el agua, junto a otras tablillas que hablaban de jardines. Lo que da origen a la hipótesis de Nínive como un posible emplazamiento de los míticos jardines colgantes de Babilonia. Hasta aquí esta entrega del especial dedicado a las principales ciudades de la civilización asiria. En este caso Nínive, paradigma de dicha civilización, pues representa el rápido auge y la aún más rápida caída. . Via | Ascalone, E. Mesopotamia (2005). Barcelona: Ed. Electra; Masó Ferrer, Felip (2007). Historia National Geographic. Nínive, capital del imperio asirio, nº 37, págs 42-53; Grandes civilizaciones. Mesopotamia, primeras civilizaciones históricas (2002). Madrid: Ed. Rueda J. M.