COMENTARIO_lecc05

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LA REVELACIÓN
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Heb. 1:1, 2)
Dios como triunidad es comunicación: “´Hagamos` (comunicación) al hombre” Génesis 1:26. La
naturaleza de su comunicación es el amor, “Dios es amor” 1 Juan 4:8, hay un intercambio
comunicacional, su amor lo comparte. El hombre “es” comunicación con Dios, porque está
“hecho a imagen y semejanza ´de` Dios” (Génesis 1:26). Es también comunicación con sus
pares, "No está bien que el hombre esté´ solo` (necesita comunicarse)" (Génesis 3:8).
Dios es un gran comunicador. Las palabras humanas no pueden explicar adecuadamente quién
es Dios y cómo es él, pero el hecho de que constantemente se lo menciona como hablando a la
gente es sumamente importante. Cuando Adán fue creado, Dios le habló, después que el
hombre pecara, Dios lo llamó: "¿Dónde estás tú?" Gén. 3:9. Desde entonces, Dios ha hablado a
la humanidad de diversas maneras Heb. 1:1. A continuación veremos como Dios se revela
(comunica) con el hombre.
I.
DIOS SE REVELA POR MEDIO DE LA NATURALEZA
Al mirar a la naturaleza captaremos una vislumbre del Poder divino que diseñó e hizo todo lo
que existe
“Si estudiamos fielmente el libro de la naturaleza, hallaremos que es una fuente fructífera para
la contemplación del amor infinito y el poder de Dios" (HAd 128).
A. Como Creador
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos”
Salmo 19:1
“Cielos”
Los cielos que podemos contemplar, la región donde está el sol, la luna y las estrellas
(Gén. 1:1, 8, 9, 14, 16, 17, 20).
“Gloria”
La sabiduría, el poder, la habilidad, la benevolencia: todo cuanto constituye la gloria de
Dios. Basta mirar el cielo a simple vista para que uno se impresione con la sensación de la
gloria de Dios. ¡Cuánto mayor es esa revelación cuando se estudian los cielos a través de
los modernos y potentísimos telescopios!
“Firmamento”
Heb. raqía'. El término "firmamento" viene del latín firmamentum, el cual se usa en la
Vulgata para traducir el vocablo hebreo raqía'. En realidad, firmamentum, que significa
"apoyo", corresponde con la voz griega steréÇma (que se usa en la LXX en lugar de raqía'),
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la cual significa "firmeza", "construcción sólida". Esta traducción podría referirse a los
cielos, porque los antiguos concebían que éstos eran algo así como una semiesfera, sólida
y cóncava.
“La obra de tus manos”
El esplendor y el orden que despliega el firmamento refutan la teoría de la evolución. No
son el resultado de la casualidad, sino obra de Dios. Su belleza y exactitud confirman la
existencia del Creador. Por medio de los cielos aun los paganos pueden discernir al
Creador, "de modo que no tienen excusa" (Rom. 1: 19, 20). Por medio de sus obras Dios
habla a los que le conocen (DTG 593).
II.
DIOS SE REVELA POR MEDIO DE LA CONCIENCIA
"Conciencia" se define a veces como la facultad, o el principio interno, que nos ayuda a decidir
entre el bien y el mal.
A.
Para tomar decisiones
El cristiano cree que Dios es el supremo Legislador y que él ha puesto en la humanidad
una conciencia, aun cuando el pecado ha dañado esta herramienta dada por Dios para
hacer decisiones morales.
“Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde
los más viejos hasta los postreros…” Juan 8:9
“Acusados”
Habían venido para acusar a la mujer. Se fueron, acusados por su propia conciencia.
Abandonaron la escena temiendo sin duda que las faltas secretas de sus vidas, y
especialmente su complicidad en este caso (DTG 425), quedarían de manifiesto ante la
multitud. Su derrota no podría haber sido más dramática.
B.
Peligros
La conciencia también se corrompe, y se cauteriza
“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada
les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas” Tito 1:15
“Su mente”
Es decir, su forma de pensar, su actitud. Cf. Rom. 7:23; Efe. 4:23; Fil. 4:7; 2 Tim. 3:8. Los
"corrompidos e incrédulos" permitían que su mente fuera gobernada por deseos
profanos. En cuanto al efecto que la conversión produce en la mente, ver com. Rom. 12:2;
cf. com. Fil. 4:8.
“Conciencia”
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La comprensión entre lo falso y lo correcto se oscurece cuando la mente prefiere
ocuparse en deseos impíos. La conciencia no puede ser eficaz en tales circunstancias; deja
de ser una guía segura y fidedigna tal como ocurre con una brújula imantada.
“por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia” 1 Timoteo 4:2
“Cauterizada”
O "marcada con un hierro candente". Algunos sostienen que se refiere a la insensibilidad
de una conciencia que ya no reconoce su culpabilidad cuando procede mal, así como el
tejido muerto es incapaz de sentir nada después de que es cauterizado con un hierro
candente. De ese modo se hace cada vez más difícil que el Espíritu Santo haga impresión
alguna en la conciencia.
Compárese con el proceder de Judas, quien finalmente acalló la voz de su conciencia (Luc.
22:3; Juan 6:70; 13:27). Otros creen que así como un hierro de marcar deja su impresión,
las "doctrinas de demonios" (1 Tim. 4:1) y la "hipocresía de mentirosos" (vers. 2) 313
también hacen de la huella satánica una marca imborrable. Así como Pablo llevaba las
"marcas" de su servicio a Cristo (Gál. 6:17), estos engañadores también cargarían las
marcas correspondientes de su lealtad a Satanás.
“La conciencia”
Literalmente "su propia conciencia" (BJ). Los engaños que están extraviando a algunos
dentro de la iglesia, al mismo tiempo insensibilizan a los engañadores contra la verdad.
III.
DIOS SE REVELA POR MEDIO DE PROFETAS
Dios usó ampliamente a los profetas para comunicarse con su pueblo. El profeta es una
persona que habla en lugar de Dios. Esas palabras tienen autoridad porque el mensaje
viene de Dios, aun cuando el profeta usa sus propias palabras para comunicar ese
mensaje.
A.
Para comunicar su voluntad
"Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas" (Amós 3:7).
“revele su secreto”
Dios proclama que continuaría revelando su voluntad a sus mensajeros elegidos.
“Sus siervos”
El alto honor que Dios confiere a los profetas se manifiesta por el hecho de que no sólo
son "sus siervos" sino sus confidentes, en quienes deposita su propio consejo.
IV.
DIOS SE REVELA POR MEDIO DE LA BIBLIA
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Las revelaciones dadas por Dios fueron recibidas por una pocas docenas de personas durante,
los cuales en un período de más de mil quinientos años, fueron escritas. La compilación de
esos escritos es nuestra Biblia.
A.
Para enseñarnos el plan de salvación
La Biblia nos enseña el plan de salvación, nos enseña toda la voluntad de Dios acerca de
los hijos y las hijas de Adán. Es la norma de la vida, que nos enseña el carácter que
debemos adquirir para la vida futura
“Los que consulten el Oráculo divino tendrán luz, porque en la Biblia se presenta
claramente todo deber… La Palabra puede hacer a todos sabios para la salvación pues en
ella se revela claramente la ciencia de la salvación. "Escudriñad las Escrituras", porque en
ellas encontramos el consejo divino mediante la voz de Dios hablando al alma (Special
Testimonies on Education, pp. 228, 229).”
V.
DIOS SE REVELA POR MEDIO DE JESUS
Aunque se ha comunicado con nosotros en forma muy efectiva de diversas maneras, la mayor
revelación la hemos recibido a través de Jesús. La Biblia trata acerca de esta revelación, acerca
de lo que nos ha revelado con respecto a la naturaleza y el carácter de Dios.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14
“Fue hecho carne”
Juan ya ha afirmado la verdadera deidad de Cristo y ahora afirma su verdadera humanidad.
Cristo es divino en el sentido absoluto y supremo de la palabra. También es humano en el
mismo sentido, con la excepción de que "no conoció pecado" (2 Cor. 5:21). Repetidas veces y
enfáticamente las Escrituras proclaman esta verdad fundamental (Luc. 1: 35; Rom. 1: 3; 8: 3;
Gál. 4: 4; Fil. 2: 6-8; Col. 2: 9; 1 Tim. 3: 16; Heb. 1: 2, 8; 2: 14-18; 10: 5; 1 Juan 1: 2; etc.; ver
com. Fil. 2: 6-8; Col. 2: 9). Aunque originalmente Cristo era "en forma de Dios", él "no estimó el
ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo ["se despojó de sí
mismo", BJ]" y "hecho semejante a los hombres" estuvo "en la condición de hombre" (Fil. 2: 68). En él estaba corporalmente "toda la plenitud de la Deidad" (Col. 2: 9); sin embargo, "debía
ser en todo semejante a sus hermanos" (Heb. 2: 17). "Desde los días de la eternidad, el Señor
Jesucristo era uno con el Padre" pero "prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar
del trono del universo" a fin de "morar entre nosotros y familiarizarnos con su vida y carácter
divinos" (DTG 11, 14-15).
Las dos naturalezas -la divina y la humana- estaban misteriosamente combinadas en una
persona. La divinidad estaba revestida con la humanidad, no había sido sustituida por ella. En
ningún sentido Cristo dejó de ser Dios cuando se hizo hombre. Las dos naturalezas llegaron a
ser íntima e inseparablemente una, y, sin embargo, permanecieron distintas. La naturaleza
humana no se convirtió en naturaleza divina, ni la naturaleza divina en humana.
Cristo "tomó las desventajas de la naturaleza humana" (EGW ST 2-8-1905), pero su humanidad
era "perfecta" (DTG 619-620). Aunque como hombre podría haber pecado, ninguna mácula de
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corrupción o inclinación a ella hubo sobre él; no tenía propensión al pecado (EGW Carta 8,
1895; ver p. 1102). El fue "tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado".
“Habitó”
Puso su Morada" (BJ). Gr. sk"nóÇ, "acampó", o "levantó tienda" entre nosotros. Cristo llegó a
ser completamente uno de nosotros para revelar el amor del Padre, para compartir nuestras
experiencias, para ponernos un ejemplo, para socorrernos en la tentación, para sufrir por
nuestros pecados y para representarnos ante el Padre. El Verbo eterno, que siempre había
estado con el Padre (Juan 1: 1), ahora había de convertirse en Emanuel, "Dios con nosotros"
(Mat. 1:23).
A.
Para salvar a la humanidad
Nuestro Señor Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, llegó a ser carne para salvarnos
“… habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se
sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” Hebreos 1:3
“Purificación”
Con su expiación en la cruz Cristo obtuvo la limpieza del pecado en general -que incluye
finalmente la purificación del pecado en el universo-, y también la limpieza de los pecados
individuales. Esta última purificación, también hecha posible mediante la cruz, aún se
lleva a cabo, y continuará hasta cuando sea posible salvar la última persona.
Cristo terminó su obra en la cruz como víctima y sacrificio. Derramó su sangre, y así se
convirtió en "un manantial abierto... para la purificación del pecado y de la inmundicia"
(Zac. 13: l). Pero continúa su obra como intercesor. Es nuestro abogado ante el Padre
(Heb. 7:25).
CONCLUSION
“Son muchas las formas en que Dios está procurando dársenos a conocer y ponernos en
comunión con él…” (CC 84).
Dios se comunica por medio de la naturaleza, hablándonos a través de nuestra conciencia, a lo
largo de los siglos él usó profetas. La Biblia sigue siendo el libro Guía divino para nuestro
peregrinaje. Lo más sublime fue su entrada en este mundo en la persona de su Hijo, de lo cual
testifican todas las Escrituras.
Alfredo Padilla Chávez
Pastor IASD Puente Piedra “A”
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LIMA PERÚ
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