La Llave De La Autoridad Del Ministerio Pastor Aaron Alvarez Rios A. AUTORIDAD DIVINA DE LOS DONES MINISTERIALES Siento mucho que el espacio no me permita contarles respecto al conflicto real que tuve con los poderes de las tinieblas y de las gloriosas victorias. Las ganamos por medio de la fe en la Palabra de Dios y por la unción del Espíritu Santo. No obstante, tengo una cosa que debo compartir y es la siguiente: la autoridad divina del ministerio. No me estoy refiriendo a un ministerio profesional, ni tampoco a un ministerio auto nombrado o a una mera destreza en la oratoria o predicación. Estoy hablando de la autoridad del ministerio que es nombrado por Cristo en Su Iglesia hoy. Este concepto de la autoridad divina de cada ministro llamado por Dios, fue grabado intensamente sobre mí durante esas horas y días que pasé a solas con el Señor. Lo que sigue a continuación, es un poco de esta revelación de la autoridad con la que Dios ha revestido a los dones del ministerio. Estos, han sido impartidos a los verdaderos siervos de Dios en la Iglesia de Jesucristo. No es una autoridad que ejerza autoridad sobre las vidas de las personas, ni autoridad de oficio en una organización, sino más bien la autoridad de Cristo sobre el diablo y todas sus obras. Ésta es la autoridad requerida para hacer las obras de Jesucristo, para edificar la Iglesia, para perfeccionar a los santos y prepararlos para el día en que serán presentados al Señor. Es una autoridad que hace que el ministerio sea efectivo y productivo. Es una autoridad que hace fructífero a cada ministerio en su propia esfera. 1. Los Dones Ministeriales Otorgados Por Cristo Estos ministerios otorgados por Cristo, aparecen enlistados (enumerados) en Efesios 4:11, y son los siguientes: "Y el mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros". Aquí tenemos una lista completa de los dones ministeriales que Cristo otorgó sobre ciertos obreros en su Iglesia. Hay muchos otros dones que pueden ser recibidos por los líderes. Algunos de éstos son para equiparlos. No obstante, esta lista abarca los principales tipos de ministerios que se ramifican de Cristo Mismo para el beneficio de Su Iglesia. Considerémoslos en mayor detalle: a. Apóstoles. El término significa "un mensajero especial", un pionero, uno que es llamado de Dios para restaurar algunas nuevas facetas de la verdad, para inspirar nueva visión, para establecer y supervisar las iglesias cristianas locales. b. Profetas. Este ministerio comunica la mente de Dios a la Iglesia a fin de suplir las necesidades de ocasiones específicas, ejercitando los dones de la palabra de ciencia y la palabra de conocimiento, y exhortando a la Iglesia con articulaciones inspiradas. c. Evangelistas. Aquéllos que reciben este don ministerial, son llamados a proclamar el evangelio de Cristo para llevar a las almas perdidas al conocimiento del Salvador y, por lo regular, su mensaje es confirmado con señales sobrenaturales. d. Pastores Y Maestros. Estos dones ministeriales están tan íntimamente vinculados que algunos los consideran como un sólo don. Aunque sea un sólo don o dos dones vinculados en uno, tales ministerios son efectivos en apacentar e instruir a las ovejas en las iglesias locales. Aunque estos dones se complementan mutuamente, ambos son diferentes en su propia naturaleza y cada uno es otorgado divinamente por el Cristo viviente a través del poder del Espíritu Santo. Estos dones ministeriales representan el pleno ministerio del Mismo Cristo, a fin de que sus obras puedan ser continuadas y Su victoria, comprada a precio de sangre, pueda ser ejecutada sobre Satanás y todo su poder del mal. 2. Los Dones Ministeriales Fueron Ganados Por Cristo Estos dones ministeriales, fueron ganados para nosotros en el Calvario por Cristo. Esto es lo que leemos en Efesios 4:8-10: "Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo". Fue por su muerte y sepultura, por Su invasión del dominio de Satanás y por Su resurrección de los muertos trayendo con Él las llaves de la muerte y del infierno, que Cristo ganó la victoria. Ahora, Él comparte esa victoria con los hombres por medio de los dones ministeriales. Él distribuye esos dones entre los obreros a quienes ha llamado a Su servicio. El versículo 8 es una cita del Salmo 68:18. Al examinar este versículo, nos proveerá de un mejor entendimiento de la verdad que se nos presenta. Es un cuadro de un rey guerrero que, después de haber ganado la batalla, regresa en una procesión victoriosa al monte de Sión. Viene arrastrando con su comitiva un ejército de cautivos, algunos atados con cadenas, otros atados a las ruedas de los carros, todos mostrando evidencia del temor y condición miserable de su derrota. Una vez sentado sobre su trono de juez y conquistador, el rey guerrero llama hacia él a todos los que compartieron los sufrimientos de la batalla, con quienes comparte los despojos arrebatados al enemigo en la conquista. Todo esto es aplicado a nuestro Rey Guerrero, Jesucristo. Quien penetró al interior del territorio enemigo del pecado, la enfermedad, la maldición de la muerte; Quien derramó Su sangre en sacrificio por el pecado, pero que resucitó al tercer día diciendo: "Yo soy… el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y el Hades" (Ap 1:17, 18). Los ángeles del Cielo, absortos por los misterios de su obra redentora, se congregaron en millares para darle la bienvenida al Guerrero Victorioso de regreso al Trono Celestial. Satanás, sus huestes de demonios y todas sus obras destructoras, están atadas por las cuerdas de la autoridad que Cristo compró a precio de sangre, y derrotados por Aquél Que logró la victoria a tan gran precio. ¿Pero, con quién comparte Él los frutos de tal victoria? No con los ángeles, pues ellos no tuvieron parte en tal batalla. Lo conquistado es compartido solamente con los que han confesado públicamente que Jesús es Su Señor (Ro 10:9, 10). Él comparte lo conquistado con aquellos que pelearon la batalla con Él. ¡Pero, nosotros no estuvimos allá! No tuvimos parte en Sus sufrimientos ni en Su victoria, excepto por la gracia de Dios, que nos colocó en su Hijo. ¡Ésta es la maravilla de la gracia divina! Todo lo que Cristo hizo, no fue para Sí Mismo, sino para nosotros. Él murió en nuestro lugar. Él fue sepultado en nuestro nombre y de igual manera resucitó. La victoria que Él ganó, fue en nuestro beneficio. Él fue el representante de Dios en la tierra para ser nuestro sustituto a fin de derrotar a nuestro enemigo y ganar la victoria. Por esa razón Él nos llama para que compartamos lo conquistado, para que nos sentemos con Él en la silla del Conquistador, para ser participantes de Su autoridad sobre el enemigo y todo su poder del mal. 3. Los Dones Ministeriales Contienen La Autoridad De Cristo Algunos han asumido que las palabras "...cautivaste la cautividad..." (Sal 68:18), significa que Cristo llevó las almas cautivas del Infierno (Hades) al Cielo cuando resucitó. A pesar de si eso ocurrió en realidad o no, es difícil entenderlo de ese versículo. La traducción del Nuevo Testamento Ampliado de este versículo dice: "Por lo tanto, se dice que cuando él ascendió a las alturas, llevó la cautividad cautiva - llevó una comitiva de enemigos conquistados - y diste dones a los hombres". El N.T.A., tiene esa nota al calce citada por el comentarista Mateo Henry: "Él conquistó a los que nos habían conquistado; tales como el pecado, el diablo y la muerte". Esto es congruente con la alegoría que se nos presenta en el Salmo 68 de donde este versículo es citado. Por consiguiente, aquéllos a quienes los dones son otorgados, comparten la victoria de Cristo. Ellos, poseen Su autoridad delegada sobre todos los enemigos de la humanidad: el diablo, los demonios y todas sus obras perversas. Es una autoridad para librar a los hombres del pecado y de las enfermedades. Jesús confiere a los líderes de la Iglesia esta autoridad para libertar a los cautivos en las prisiones de los poderes demoniacos, en las cuales están detenidos ilegalmente. Es una llave para abrir las puertas de las prisiones y anunciar libertad a los que han sido esclavizados por el enemigo. Es un gran privilegio poder anunciar las buenas nuevas de liberación por toda la tierra. El diablo aborrece y teme a un ministerio de autoridad. Hoy es el tiempo en que todo poseedor de un don ministerial de Cristo, cada apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro, reconozca la autoridad de su ministerio y vaya adelante como un embajador de nuestro Rey y Guerrero conquistador. B. PROPÓSITO DE LOS DONES MINISTERIALES Esta autoridad no sólo es disfrutada por los que poseen los dones ministeriales, sino que hasta cierto punto, ésta es también compartida por todos los santos de Dios. Efesios 4:12 nos dice que los dones ministeriales de Cristo son para "…perfeccionar a los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo". Las traducciones modernas han presentado un entendimiento más claro de este versículo. El versículo ha sido modificado para que se lea como sigue: "Para la perfección de los santos, para la obra del ministerio...". 1. Reproducción Del Ministerio Viene a ser claro que los dones del ministerio no son dados con el propósito de monopolizar el ministerio, sino más bien para la reproducción del ministerio. Son para entrenar y equipar los miembros para ministrar al Señor, entre unos y otros, y al mundo. Los oficiales militares son escogidos y entrenados para que más tarde ellos puedan entrenar a otros soldados del ejército. De esa misma manera, Dios ha seleccionado ciertas personas y les ha impartido fragmentos del ministerio sobrenatural de Cristo, a fin de que tales hombres puedan preparar y equipar a los santos de Dios para efectuar la obra del ministerio. Por consiguiente, la autoridad de Cristo es canalizada a través de los dones ministeriales al Cuerpo de Cristo en su aspecto total. Hombres y mujeres de Dios, levantémonos con fe. Apoderémonos de este concepto de la autoridad de nuestro ministerio. Apoderémonos de la llave que nos ha sido ofrecida por el Mismo Cristo. Vayamos adelante ejecutando Su "victoria comprada con sangre" y llevemos liberación a los cautivos en las prisiones de Satanás. ¡Qué llave más maravillosa es la de la autoridad ofrecida a la Iglesia a través de los dones ministeriales en Cristo! Nuestra oración al cielo debe ser que Dios levante un ministerio poderoso en autoridad, que a su vez, pueda producir una Iglesia victoriosa. LOS CINCO DONES DEL LIDERAZGO Capítulo 1 Los Dones Del Liderazgo Que Jesús Colocó En La Iglesia A. POR QUÉ JESÚS OTORGÓ DONES DE LIDERAZGO A LA IGLESIA Después de morir por nuestros pecados sobre la cruz, nuestro Señor Jesús ascendió al Cielo para sentarse a la diestra de nuestro Padre celestial (Hch 1:9-11; Ef 1:20-22). Desde ese lugar de autoridad, Él otorgó dones de liderazgo a la Iglesia. El dio apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la perfección (para equipar) de los santos (Ef 4:11, 12). La traducción del término griego 'perfección' en Efesios 4:12 significa ‘reparar' el daño encontrado en creyentes nuevos (causado por el pecado); ‘preparar' y ‘equipar' a los creyentes para hacer obras de servicio en la Iglesia. Los líderes entrenan a los miembros de la iglesia a fin de que puedan hacer la obra del ministerio y, de esa manera, cumplir la voluntad de Cristo para la Iglesia. Los líderes tienen que equipar (entrenar) a los miembros para: 1. Ministrar Al Señor (Hch 13:1, 2); 2. Ministrarse Los Unos A Los Otros (Hch 2:44-46); y 3. Ministrar Al Mundo (Hch 2:47; Mr 16:15-20). Esto asegura el crecimiento espiritual y numérico de la Iglesia. B. DESCRIPCIÓN DE LOS CINCO DONES DE LIDERAZGO 1. Apóstoles a. Hay Tres Grupos. El Nuevo Testamento especifica tres grupos de Apóstoles. 1) "Doce apóstoles del Cordero" (Mt 10:1-5; Ap 21:14) tienen una relación especial con la nación de Israel (Ap 21:12). En el reino por venir, ellos se sentarán en doce tronos para juzgar a Israel (Mt 19:28). 2) "Apóstoles de la Ascensión" tienen una relación especial con la Iglesia gentil. Aquellos mencionados en el Nuevo Testamento son Pablo y Bernabé (Hch 14:14), Andrónico y Junia (Ro 16:7), Jacobo (Ga 1:19), Silvano y Timoteo (1 Ts 1:1, 2:6); y otros (1 Co 9:5; 2 Co 8:23). 3) "Falsos Apóstoles" son aquellos que hacen alarde público de ser apóstoles (2 Co 11:13). "...y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos" (Ap 2:2). Una señal de un falso apóstol puede ser esa reclamación jactanciosa de ser un apóstol. Un verdadero apóstol no se interesará en ser reconocido como tal, sino que servirá humildemente como si fuera un esclavo (del griego=doulos) de Jesús (Ro 1:1; 1 Co 1:1). b. Señales De Los Apóstoles Genuinos: 1) Tienen un Carácter Santo (2 Co 12:12); 2) Señales, Milagros Y Maravillas. Las señales, milagros y maravillas seguirán a los que hacen la obra de evangelismo y el establecimiento de nuevas congregaciones (Hch 2:43; 4:30; 5:12; 14:3; He 2:2-4); 3) Predicar El Evangelio. Su consigna es predicar el evangelio a los que nunca lo han escuchado (Ro 15:20; 2 Co 10:16) y 4) Su Disposición Para Sufrir. Su disposición para sufrir, soportar las persecuciones y angustias, y aun hasta para morir por su Señor (Hch 9:16; 1 Ti 1:16; 2 Co 11:18-28). La compañía de los apóstoles (colectivamente) era responsable de la doctrina de la Iglesia (Hch 2:42; 15:1-35; 1 Co 14:37), corregir las prácticas en la Iglesia, la vida espiritual y pureza de la misma. Sin embargo, sus enseñanzas estaban sujetas a la comparación con la Escritura y eran rechazadas si no tenían fundamento bíblico (Hch 17:10, 11). Los apóstoles han sido "puestos" en la Iglesia junto a los ministerios de profetas, maestros, administradores y otros Dones del Espíritu (1 Co 12:28); así como los miembros son "puestos" en el Cuerpo de Cristo (la Iglesia, 1 Co 12:18). La raíz griega para "poner" o colocar [tithemi] es traducida en Hebreos 1:2 como constituyó. "En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó [puso, estableció o nombró] heredero de todo...". Uno puede ver que la constitución o nombramiento de Jesús como heredero, no es algo temporal, sino permanente. c. Todavía Hoy Tenemos El Oficio De Apóstoles. La constitución o nombramiento de los cinco dones del ministerio (incluyendo el de apóstoles y profetas) no fue un fenómeno temporal del primer siglo como argumentan algunos teólogos. No hay respaldo bíblico para la enseñanza de que el ministerio de apóstoles y profetas cesaría después del primer siglo de la historia de la Iglesia. Por el contrario, la historia de la Iglesia está repleta de ejemplos del ministerio apostólico. Además, el autor ha viajado por más de 150 naciones en el siglo 20 y observado la obra de muchos ‘apóstoles en ascensión' en muchos grupos congregacionales diferentes por todo el mundo. 2. Profetas a. Trabajan Con Los Apóstoles. Los siguientes versículos parecen implicar que el apóstol y el profeta trabajan en mancomunidad o muy de cerca el uno con el otro. "...les enviaré profetas y apóstoles…" (Lc 11:49). "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas…" (1 Co 12:28). "Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas…" (Ef 2:20). "Alégrate… vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella" (Ap 18:20). El ministerio profético es mantenido en equilibrio por medio de trabajar con un apóstol. b. Predicen Eventos Y Advierten Los Peligros. Por medio de la revelación del Espíritu Santo (Jn 16:13), los profetas del Nuevo Testamento como Agabo, predijeron eventos antes de que sucedieran (Hch 11:28); también dio profecías ilustradas para amonestar los peligros que vendrían (Hch 21:10, 11). Otros profetas del Nuevo Testamento fueron Judas y Silas ( Hch 15:32). c. Confirman Lo Que Dios Ha Hablado. Pablo dijo que no debemos menospreciar las profecías (1 Ts 5:20). Con todo, él rehusó ser gobernado y dirigido por los profetas o profecías (lea Hechos 20:23; 21:4; 11-14). El principal ministerio de los profetas del Nuevo Testamento, era confirmar algo que Dios YA HABÍA hablado al individuo creyente. "…Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado…" (Hch 13:1, 2). El Señor ya los había llamado. Los profetas solamente confirmaron este llamado. d. Sus Palabras Deben Ser Examinadas. Por lo tanto, las palabras de los profetas deben ser examinadas cuidadosamente (Dt 18:22; Jer 28:9; 1 Co 14:29; 1 Ts 5:19-21) pues puede que estén equivocadas. Si las palabras habladas por los profetas no están de acuerdo con las palabras escritas en la Biblia, tales palabras tienen que ser rechazadas (Dt 13:1-5). Vea las notas en 1 Corintios 12 y 14 (los Dones del Espíritu) para una explicación de la diferencia entre profecía simple y el oficio profético. 3. Evangelistas Son personas dotadas en la predicación del evangelio y ayudan a las almas para que conozcan y acepten al Señor Jesús como Salvador. Felipe es el único identificado como evangelista en el Nuevo Testamento; por consiguiente, podemos concluir que él es el evangelista ‘modelo' (Hch 8:5-13; 8:26-40; 21:8). a. Señales De Un Evangelista: 1) Es Uno Que Viaja. Viaja a muchos lugares para predicar a Cristo (Hch 8:5) con 2) Señales, Milagros Y Maravillas (Hch 8:6-13). 3) Avivamientos De Toda La ciudad. El evangelista conduce a avivamientos de toda la ciudad. 4) Equipa a Los Creyentes. Él (junto a los otros cuatro dones del liderazgo) equipa a los miembros de la iglesia para las obras del servicio (Ef 4:11, 12). 4. Los Pastores El término pastor es el mismo que apacentador. Los pastores (apacentadores) están para cuidar, dirigir y alimentar las ovejas. Ellos apacientan, disciplinan, oran, aman y ministran a la congregación local de creyentes bajo su cuidado (Hch 20:28). Ellos deberán llenar los requisitos de 1 Timoteo 3:1-13 y Tito 1:5-9. 5. Maestros Los maestros son capacitados por el Espíritu Santo para ayudar a otros a entender la Palabra de Dios (la Biblia) y el plan de Dios. El don de la enseñanza, es a menudo combinado con el papel de pastor o anciano (1 Timoteo 3:2, Tito 1:9). C. RESUMEN 1. Los Cinco Dones a. Los Apóstoles GUARDAN la Iglesia de las falsas doctrinas prácticas. b. Los Profetas GUÍAN a la Iglesia en el evangelismo y expansión misionera. c. Los Evangelistas CONGREGAN a los incrédulos a través de predicar la Palabra seguida de señales: sanidad, exorcismo y milagros. d. Los Pastores ALIMENTAN a los creyentes hasta que alcanzan la madurez espiritual. e. Los Maestros FUNDAMENTAN a los creyentes sobre la roca: Cristo Jesús. 2. Jesús, Nuestro Modelo Jesús es nuestro modelo en todas las cosas. Él es llamado: a. Apóstol (He 3:1) b. Profeta (Lc 24:19; Jn 4:19; Hch 3:22-26). c. Evangelista (Lc 4:18) d. Pastor (Jn 10:2; He 13:20; 1 P 5:4) y e. Maestro (Jn 3:2). 3. Descripciones De Trabajo, No Títulos Los líderes de la Iglesia pueden ser combinaciones de los ministerios descritos en los párrafos anteriores. Algunos son pastores-evangelistas. Otros son pastores-profetas. Y aún otros pueden ser pastores-maestros, o pastoresapóstoles. En el Nuevo Testamento, estos términos no fueron usados como títulos. Fueron usados como descripciones de trabajo para detallar las funciones o dones que un hombre tenía. Fueron utilizados de la misma manera en que describiríamos a un carpintero, a un pintor, a un electricista o agricultor. Los líderes de la Iglesia deben evitar el conferirse títulos de honor a sí mismos (Mt 23:8-12). Aquellos llamados al liderazgo de la Iglesia, son únicamente sirvientes del Señor y de Su rebaño (Ro 1:1; Tit 1:1). Sigamos el ejemplo de Pedro: "…como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito" (2 P 3:15). Él escogió sus palabras sabiamente cuando se refirió al "Apóstol Pablo". ¿Acaso no debemos hacer lo mismo? Pastor Aaron Alvarez Rios