5.- LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS S. XIV Y XV 5.1. Los

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5.- LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS S. XIV Y XV
5.1. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media. La organización política e instituciones en el reino de
Castilla y en la Corona de Aragón.
Durante los siglos XIV y XV (Baja Edad Media) la península
aparece dividida políticamente en cinco reinos: Navarra,
Corona de Aragón, Corona de Castilla, Portugal y el reino
nazarita de Granada. La reconquista de Granada correspondía al
reino de Castilla pero se retrasó dos siglos debido a los
problemas internos de este reino.
En esta etapa, las instituciones político-administrativas de los
reinos cristianos se consolidan. En todos ellos, las principales
instituciones son: la Monarquía, las Cortes y los municipios
pero adoptan formas distintas en cada reino.
Reino de Castilla
Evolución hacia una monarquía autoritaria
La Corona de Castilla es el reino más extenso de la P.I. Desde
el siglo XIII, se produjo un fortalecimiento del poder real
gracias a la introducción del Derecho Romano que defendía el
origen divino y el poder absoluto del rey. El proceso se inició
con el Código de Las Siete Partidas, de Alfonso X el Sabio y
se consolidó con Alfonso XI, con el Ordenamiento de Alcalá
(1348) que impone la legislación real sobre todas las demás.
Los reyes castellanos gozaban de amplios poderes políticos y
se apoyaban en algunos organismos centrales de gobierno, de
los cuales los más destacados eran:
- El Consejo Real: máximo órgano de gobierno central, que
aconsejaba al rey, formado por representantes de la alta
nobleza, del alto clero y juristas.
- La Audiencia: el órgano supremo de justicia. En un
principio era itinerante, pero en el siglo XV fijó su sede en
Valladolid con el nombre de Chancillería.
- La Hacienda: recaudaba los tributos en Castilla, entre
otros, la alcabala.
El rey contaba con un ejército permanente de mercenarios y
controlaba las Cortes y el poder municipal.
-
Corona de Aragón
Monarquía pactista
La Corona de Aragón es un estado confederal
formado por tres reinos (Aragón, Cataluña y
Valencia) con instituciones y leyes propias. El
rey, que reside generalmente en Barcelona,
nombra virreyes en los demás reinos.
La expansión mediterránea de la Corona de
Aragón exigía muchos apoyos, lo que hizo que
los reyes cedieran ante las exigencias de nobles y
patriciado. A partir del Privilegio General (1283)
concedido por Pedro III, se impuso el pactismo,
un sistema político en el que el poder del rey está
limitado. El rey dirige la administración, el
ejército y es juez supremo (excepto en Aragón
donde está el Justicia Mayor) pero no tiene poder
legislativo. Igual que en Castilla encontramos:
Cancillería, Hacienda y Audiencia.
-
Las Cortes son otra institución importante (surgida a
finales del S. XII). Se trata de asamblea estamental
formada por representantes de la nobleza, el clero y las
ciudades, que el rey convoca con el fin de votar
impuestos
extraordinarios.
Las
Cortes castellanas no tenían poder legislativo: se
limitaban a votar impuestos y exponer quejas.
- En el ámbito local, los Concejos municipales gozaban de
cierta autonomía. En un principio el poder residía en la
asamblea de vecinos – concejo abierto- pero desde el
siglo XIV las oligarquías urbanas se hicieron con los
concejos. En el siglo XV se creó el cargo de corregidor,
representante del rey en los municipios con el fin de
controlarlos.
La nobleza se opuso al fortalecimiento del poder real
mediante sublevaciones que se convierten en auténticas
guerras civiles.
1
Las Cortes -de cada reino- es la institución
con mayor poder político: aprueban las
leyes, votan impuestos y juran al heredero.
Se autoconvocan y un organismo permanente
(Diputación o Generalitat) vela por el
cumplimiento de sus decisiones. Se
autoconvocan y un organismo permanente
(Diputación o Generalitat) vela por el
cumplimiento de sus decisiones.
El gobierno municipal es autónomo.
Primero está en manos de un Consell abierto
que elige a los consellers pero, en el S. XIV,
el patriciado (alta burguesía) terminó
controlando el poder. Las luchas sociales
entre patriciado y menestrales terminaron
con la implantación, en el S. XV, de sistema
de
gobierno
más
democrático:
la
insaculación (sorteo entre los vecinos)
5.- La Baja Edad Media
5.2. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: crisis demográfica, económica y política.
 El siglo XIV fue de profunda crisis.
- Crisis demográfica. Las malas cosechas provocaron crisis de subsistencia: escasez y carestía de
alimentos, hambrunas y epidemias. En 1348, la Peste Negra afectó más a Cataluña, donde murió el 50%
de la población, que a los demás reinos. Amplias zonas se despoblaron. Las guerras agravaron la
situación.
- Crisis económica. La Peste Negra dejó campos sin cultivar por falta de mano de obra, disminuyó la
producción, subieron los precios y cayeron de las rentas agrarias. La crisis se extendió a la artesanía y al
comercio. El comerció catalán, muy desarrollado, se hundió a fines del XIV.

En el S. XV, se empezó a superar la crisis en todos los reinos menos en Cataluña. El campo se fue
recuperando: mejoró la productividad al abandonarse tierras marginales y, sobre todo por la tendencia a la
especialización en productos para el comercio internacional. La artesanía y el comercio siguieron a la
agricultura.
-
En el reino de Castilla, la ganadería lanar salió favorecida por la abundancia de tierras abandonadas
que se convierten en pastos, por exigir poca mano de obra y por los intereses nobiliarios y reales que se
beneficiaban de la exportación de la lana a Flandes. Los intereses nobiliarios (representados por el
poderoso Honrado Consejo de la Mesta) impidieron una política proteccionista que hubiera permitido
el desarrollo de la industria textil o de la metalurgia del hierro, a pesar de las continuas protestas de los
artesanos. El comercio interior se desarrolló destacando las ferias de Medina del Campo y sobre todo el
comercio exterior.
En la Corona de Aragón mientras Aragón y Valencia se recuperan en Cataluña se agrava la crisis. El
desarrollo económico de este reino fue más diversificado: lana o trigo en Aragón, productos de huerta y
artesanía en Valencia, que sustituye a Barcelona como centro comercial y financiero del reino. En
Cataluña, el descenso de la población (50%) y la producción debilitan el comercio mediterráneo. Los
conflictos sociales y políticos terminan hundiendo al reino.
-

Crisis social y política: las luchas sociales y políticas asolaron los reinos en la Baja Edad Media. La nobleza,
que vio reducidas sus rentas, aumentó la explotación sobre los campesinos y se enfrentó a los reyes
provocando guerras civiles y sublevaciones campesinas. En las ciudades se enfrentan la alta y baja burguesía
y hay progroms contra los judíos que se convierten en “cabeza de turco”.
-
En el reino de Castilla destaca la ofensiva nobiliaria contra los campesinos, contra las ciudades y contra
el rey. Los nobles se oponen al desarrollo de la monarquía autoritaria y quieren arrebatarle al rey tierras y
poder; además de tratar de perpetuar su patrimonio mediante el mayorazgo.
Las luchas entre rey y nobleza fueron constantes destacando dos episodios: la guerra civil (1366-1369)
entre Pedro I “El Cruel” y su hermano bastardo, Enrique de Trastámara “El de las Mercedes”
(apoyado por la nobleza) y la sublevación nobiliaria contra el débil Enrique IV (1464) al que obligan a
desheredar a su hija Juana “La Beltraneja”. La monarquía salió políticamente vencedora pero a cambio
de grandes concesiones económicas y sociales a la alta nobleza. Entre las revueltas campesinas destacó la
hirmandiña en Galicia.
-
En la Corona de Aragón, en el S. XIV, los reyes se enfrentan a la nobleza de Aragón y Valencia. En el
S. XV, los conflictos sociales y políticos asolaron a Cataluña: la guerra remensa entre señores y
campesinos de larga duración termina con la Sentencia Arbitral de Guadalupe que favorece al campesino
al convertirse en enfitéutico; las luchas urbanas entre la Busca y la Biga en la ciudad de Barcelona y la
guerra civil catalana en la que rey Juan II se enfrenta a nobleza y al clero con el apoyo de las clases
populares. El rey sale vencedor pero se mantiene el sistema pactista y mejora la situación de los
campesinos y menestrales.
5.3. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: la expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
La expansión catalano-aragonesa en el Mediterráneo tenía como objetivo apoyar el comercio catalán frente a la
competencia italiana y aumentar el prestigio político de los reyes aragoneses que compiten con Francia por la
hegemonía en el Mediterráneo.
- Se inició en el S. XIII con la conquista de Baleares por Jaime I “El Conquistador”. A finales del S. XIII,
Pedro III “El Grande” se apoderó de Sicilia enfrentándose con el Papado y Francia.
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5.- La Baja Edad Media
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-
En el S. XIV: Jaime II se anexiona Cerdeña. La expedición de los almogávares a Oriente (tropas
mercenarias catalanas contratadas por el emperador de Bizancio para luchar contra los turcos) terminó con el
saqueo de varias islas griegas y el dominio de los ducados de Atenas y Neopatria que entregaron a la
monarquía de la Corona de Aragón. Todos estos territorios conquistados fueron controlados directamente o a
través de familiares. Pedro IV “El Ceremonioso” lleva al imperio a su apogeo al conseguir el dominio
directo sobre todas las posesiones conquistadas e reincorporar el reino de Mallorca.
En el S. XV, Alfonso V “El Magnánimo” conquista Nápoles.
En el S. XIV, la expansión contribuyó al auge del comercio catalán. Los mercaderes catalanes importaban por el
puerto de Barcelona especias, perfumes y sedas de Oriente, cereales de Sicilia, pieles y cuero del norte de África
y exportaban tejidos e hierro. Fueron los primeros en usar letras de cambio, compañías mercantiles y lonjas.
Tenían un tribunal, el Consulado del Mar, una banca municipal (Taula de Canvi) y cónsules en los principales
puertos. En cambio, en el S. XV el comercio catalán se hunde por la crisis y por la política agresiva de sus reyes.
5.4. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: las rutas atlánticas (castellanos y portugueses). Las islas
Canarias (Eliminado)
En el siglo XIV las Islas Canarias habían sido exploradas por navegantes genoveses, andaluces y
catalanes, pero despertaban poco interés. En el S. XV, los avances técnicos en la navegación y la necesidad de
abrir nuevas rutas en busca del oro y las especies despertaron el interés por el control de las islas y costas
africanas del Atlántico siendo motivo de rivalidad entre castellanos y portugueses.
El rey Enrique “el Navegante” fue un gran promotor de las expediciones marítimas. Los marinos
portugueses, a comienzos del S. XV, se apoderaron de Ceuta, Madeira y Azores, exploraron las costas africanas
llegando al golfo de Guinea primero en busca de oro, esclavos y marfil y después para abrir una ruta directa hasta
la India en busca de especies.
La conquista de Canarias por el reino de Castilla la inicia un caballero normando, Jean de Béthencourt,
que conquistó Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro entre 1402 y 1406 como vasallo del rey Enrique III de
Castilla. Más tarde vendió sus derechos señoriales a nobles sevillanos que continuaron la conquista de La
Gomera. A partir de 1475, los Reyes Católicos intervinieron directamente conquistando el resto del archipiélago:
Gran Canaria, La Palma y Tenerife (1500). Los indígenas –los guanches- que ofrecieron resistencia fueron
esclavizados y vendidos en la península. Las Canarias se convirtieron en una escala indispensable en el trayecto
hacia América.
El conflicto con los portugueses se solucionó en el Tratado de Alcaçovas (1479): el rey Alfonso V de
Portugal reconocía los derechos castellanos sobre las Canarias y sobre la costa africana situada frente a ellas; a
cambio de que los Reyes Católicos renunciaran a la islas conquistadas por Portugal y a navegar al sur del Cabo de
Bojador dejando la apertura de la ruta hacia la India en manos portuguesas. En 1487, Bartolomé Diaz dio la vuelta
al Cabo de Buena Esperanza y Vasco de Gama consiguió llegar a la India en 1488.
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5.- La Baja Edad Media
5.- LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS S. XIV Y XV
5.1. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media. La organización política e instituciones en el reino de
Castilla y en la Corona de Aragón.
En los siglos XIV y XV, la Península Ibérica aparecía dividida en 5 reinos: Portugal, Castilla, la Corona de
Aragón, Navarra y el reino nazarita de Granada. La Reconquista ha finalizado para todos los reinos menos para
Castilla a la que corresponde la reconquista de Granada - según los tratados de delimitación de fronteras entre los
reinos cristianos- que se retrasará dos siglos por los problemas internos del reino.
En todos ellos se consolidan las instituciones político-administrativas y se producen cambios en las que
guardan relación con la evolución social y económica. Las Cortes, el rey y los municipios fueron las principales
instituciones políticas en los reinos cristianos pero en cada uno de ellos adquieren un poder y una forma distinta.
a) El reino de Castilla
La unión definitiva entre León y Castilla en 1230 con el rey Fernando III “El Santo” dio lugar al reino de
Castilla. Era el reino más importante de la península ya que estaba formado por los reinos de Castilla y León, el
reino de Galicia, los territorios vascos y las tierras reconquistadas a los musulmanes en el sur: Extremadura, Murcia
y Andalucía Bética. Este reino fracasó en su intento de anexión de Portugal (la batalla de Aljubarrota, 1385).
Desde el S. XIII, en el reino de Castilla se produce un fortalecimiento del poder monárquico - poco a
poco se va imponiendo una monarquía autoritaria- a pesar de la resistencia nobiliaria que dio lugar a diversas
sublevaciones y guerras civiles. A esto contribuyó la introducción del derecho romano que defendía el origen
divino y el poder absoluto del rey. Los reyes fueron acaparando todos los poderes, creando instituciones centrales
de gobierno e impuestos permanentes que financiaban los gastos estatales.
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El Consejo Real, que aconsejaba al rey, estaba integrado por representantes de la alta nobleza, el alto clero y
juristas.
A nivel legislativo, se tiende a una unificación mediante la imposición de códigos de leyes reales (Las Siete
Partidas de Alfonso X “el Sabio” y el Ordenamiento de Alcalá de Alfonso XI en 1348) que se colocan por
encima de otras legislaciones municipales o nobiliarias.
A nivel judicial, se crea la Audiencia (o Chancillería Real) que es el máximo órgano encargado de la
administración de la justicia - en todo el reino- en nombre del rey. Al principio era itinerante y desde el S. XV
fijó su sede en Valladolid.
A nivel político-administrativo, se desarrollaron distintas ramas: la Hacienda, dirigida por el mayordomo
mayor, se encargaba de los impuestos –algunos de los cuales se hicieron permanentes como la alcabala1 y la
Cancillería de la redacción de documentos. Así, tuvo lugar la aparición de una burocracia formada por
expertos letrados preparados en las primeras universidades. El rey también terminará controlando el poder
municipal y las Cortes mediante los alcaldes mayores y los corregidores.
También se crea un ejército real semipermanente de mercenarios, aunque siguen existiendo las mesnadas
nobiliarias.
Después de la monarquía, la institución política más importante eran las Cortes2 que habían surgido en 1188
(las más antiguas de Europa). Eran una asamblea estamental formada por representantes de la nobleza, el clero y
las ciudades. Su finalidad era fundamentalmente fiscal y consultiva: votaban los impuestos extraordinarios y
tenían la capacidad de presentar peticiones y quejas al rey. No tenían facultades legislativas.
En estos dos siglos, las Cortes fueron perdiendo importancia y representatividad: el rey las convocaba de forma
muy irregular para aprobar impuestos especiales y, después, se podían exponer las quejas o peticiones que el
1
Alcabala. Impuesto que gravaba la compraventa de productos con un 5% en un principio y después con un 10%. Encarecía
los productos castellanos, ya que otros reinos no tenían este impuesto, pero fortaleció el poder real.
2
Las Cortes. Asambleas políticas que surgen en la Edad Media en Europa (S. XII-XIII) -con distinto nombre según los reinos
(Cortes, Parlamento, Estado Generales)- como consecuencia de la aparición y crecimiento de las ciudades y de la clase
burguesa. Se forman cuando el rey incorpora a la Curia Regia (asamblea consultiva de nobles y clero) a la burguesía. Se trata
de una asamblea estamental formada por representantes de la nobleza, el clero y las ciudades. Tenían una finalidad era
fundamentalmente fiscal –decidía sobre los impuestos extraordinarios- pero tenía la capacidad de presentar peticiones al rey e
incluso en algunos reinos adquirió más poder que el rey al que controlaban.
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5.- La Baja Edad Media
monarca podía atender o no. La nobleza y el clero dejaron de asistir, muchas ciudades cayeron bajo poder
nobiliario y terminaron quedando sólo los representantes de 17 ciudades. A finales de la Edad Media, las Cortes
estaban ya controladas por el rey a través de los corregidores.
El territorio castellano-leonés se dividió en merindades y durante la conquista del valle del Guadalquivir se
crearon los adelantamientos para defender las fronteras.
Los municipios contaban con un gobierno autónomo, el Concejo o Ayuntamiento. El gobierno municipal
evolucionó de formas democráticas a oligárquicas para terminar al final de la Edad Media bajo control nobiliario o
real. Así, los municipios de los S. XI y XII eran Concejos abiertos: las decisiones se tomaban en asambleas de
todos los vecinos. Posteriormente, aparecieron los Regimientos, controlados por las oligarquías urbanas ya que las
familias más ricas de la nobleza local o de la alta burguesía acaparaban los cargos. Para evitar los abusos y
controlar el poder municipal, el rey mandaba a los corregidores de forma temporal pero terminó manteniéndolos de
permanentemente. A finales de la Edad Media, muchas ciudades habían caído bajo el poder nobiliario y las que
conservaron su autonomía (unas 25) quedaron sometidas al control real a través de los corregidores que nombraban
los cargos municipales y a los que debían representar a la ciudad en las Cortes.
b) La Corona de Aragón
La Corona de Aragón se había formado con la unión de reino de Aragón y el Condado de Barcelona
(1162). Jaime I “El Conquistador” incorporó en el S. XIII los reinos de Valencia y Mallorca. Era un estado
federal: una confederación de tres reinos con instituciones y leyes propias: Aragón, Valencia y Cataluña-Baleares.
La monarquía se ha definido como “pactista”: el rey tenía un poder limitado ya que debía pactar con los
estamentos privilegiados, representados en las Cortes, y respetar las leyes de cada reino. El rey no podía dar leyes,
exigir impuestos o soldados sin el consentimiento de las Cortes que, además, juraban al heredero. El poder real se
limitaba al ejecutivo: nombraba gobierno y dirigía las tropas y la administración que va surgiendo; también era el
juez supremo (Audiencia) con la excepción de Aragón. El rey residía –generalmente- en Barcelona y tenía
representantes en los demás reinos llamados virreyes o gobernadores.
Los reyes de la Corona de Aragón no adquirieron tanto poder como los de Castilla debido al hecho de que
su expansiva política exterior exigía muchos recursos y apoyos, por lo que se vieron obligados a ceder privilegios y
derechos a los grandes señores y a hacer concesiones a la Cortes a cambio de préstamos y ayudas. Un ejemplo de
esto es el Privilegio General (1283) que Pedro III “El Grande” se vio obligado firmar –amenazado por los
franceses tras las Vísperas Sicilianas y por una rebelión de nobles aragoneses- y que le obligaba a convocar Cortes
y pedir su permiso para decisiones importantes.
Las Cortes surgieron en el S. XIII y se convirtieron en la institución con más poder, limitando el poder del
monarca y velando por los intereses feudales. Estas asambleas estamentales (representantes de la nobleza, el clero y
patriciado o alta burguesía) adquirieron poder legislativo ya que el rey aceptaba sus peticiones a cambio del voto
de impuestos. Cada reino tenía sus propias Cortes o Parlament y se autoconvocan cada dos o tres años. Las Cortes
catalanas crearon una institución permanente, la Diputación del General o Generalitat, que controla el
cumplimiento de sus decisiones por parte del rey y que se convirtió de hecho en una especie de gobierno. En
Valencia y Aragón se crearon posteriormente organismos similares. En Aragón, existió una institución específica:
el Justicia de Aragón, un cargo asignado a un miembro de la nobleza que era el juez supremo y velaba por el
mantenimiento de los privilegios estamentales frente al poder real.
La administración territorial se organizó en merindades o veguerías.
El gobierno municipal adquirió gran importancia en este reino debido al gran desarrollo urbano –
especialmente en Cataluña-. El órgano de poder en las ciudades fue el municipio que también evolucionó de
formas democráticas a oligárquicas. Los Consells abiertos o asambleas de todos los vecinos (S. XI y XII) fueron
sustituidos a partir del S. XIII por asambleas restringidas de consellers o prohoms controladas por la alta burguesía
o patriciado (ej. Concell de Cent de Barcelona), desplazando del poder a los menestrales o baja burguesía. Después
de las luchas sociales entre ambos sectores, el rey (que se apoyaba en los sectores populares) terminó imponiendo
un nuevo sistema de gobierno: la insaculación, un sistema de sorteo entre todos los sectores burgueses.
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5.- La Baja Edad Media
5.2. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: crisis demográfica, económica y política.
En el S. XIV, acabó la fase de crecimiento económico y demográfico que la Europa feudal vivió desde el S.
XI. Los siglos XIX y XV estuvieron marcados por una profunda crisis demográfica, económica y política. En el
reino de Castilla la crisis tuvo su momento de apogeo en el sigo XIV, mientras que en la Corona de Aragón – sobre
todo en Cataluña- el momento peor fue el siglo XV.
a) Crisis demográfica
Las malas cosechas se repitieron lo largo de estos siglos y, como las técnicas agrarias no habían evolucionado
lo suficiente para evitar los estragos de la mala climatología, se produjo una gran escasez de alimentos, carestía y
hambre. La desnutrición de la población facilitaba el ataque de las epidemias, que se propagaban con facilidad por
la falta de higiene y medios sanitarios, provocando una gran mortandad. La epidemia más brutal fue la Peste Negra
de 1348 pero no la única. Se estima que en algunos lugares la población descendió ente el 20 y el 40%. Al reino
que más afectó fue a Cataluña que perdió el 50% de sus habitantes.
b) Crisis económica
La crisis demográfica golpeó duramente a la agricultura: amplias zonas se despoblaron, reduciéndose las
tierras puestas en cultivo, y en muchas zonas escaseaba la mano de obra campesina. Los señores vieron disminuir
sus rentas y descender su capacidad adquisitiva por la subida de los precios. Esta situación hizo que en Castilla se
impusiera la ganadería transhumante ovina como principal actividad económica. La artesanía entra en declive por
el descenso de la demanda y los burgueses vieron como decaían sus negocios. El comercio exterior fue la
actividad menos afectada por la crisis: el comercio castellano –dirigido principalmente a Flandes- basado en la
exportación de lana y la importación de productos manufacturados de lujo siguió creciendo; y el comercio catalán
en el Mediterráneo, basado en la exportación de productos textiles y la importación de sedas y especias se mantuvo
en el S. XIV, aunque decayó en el S. XV. En estos siglos hubo importantes avances comerciales: se desarrollaron
las técnicas bancarias (letra de cambio, sociedades mercantiles), las ferias (destacó la de Medina del Campo) y los
consulados catalanes (tribunales mercantiles) se extendieron por el Mediterráneo.
En el S. XV se empezó a superar la crisis en todos los reinos excepto en Cataluña. El campo se fue recuperando
gracias a la especialización de cultivos en algunas zonas y, tras él, la artesanía y el comercio.

En el reino de Castilla
Se inicia pronto la recuperación económica gracias a la
especialización en productos comercializables (vid, olivo,
hierro) y, especialmente, en la ganadería lanar transhumante.
Pero el desarrollo va acompañado de un mayor desequilibrio
en la economía.
Los factores que llevaron a convertir a la ganadería lanar
transhumante en la principal actividad económica fueron:
- La abundancia de zonas despobladas y tierras sin
cultivar aprovechables como pastos.
- La escasez de mano de obra que beneficia a la
ganadería frente a la agricultura.
- La coyuntura internacional favorable.
- La gran calidad de la lana de la oveja merina.
- Los intereses nobiliarios (los grandes rebaños son de
los nobles u Órdenes Militares) y reales (ingresos
procedentes de la exportación de la lana).
Los privilegios del Honrado Concejo de la Mesta,
asociación de grandes ganaderos castellanos fundada en 1273 por Alfonso X “El Sabio” aumentaron notablemente
en perjuicio de los agricultores. Pero, la abundancia y calidad de la lana no sirvió para desarrollar la industria
textil ya que la lana se exportaba y se permitía la entrada de tejidos flamencos e italianos. Los intereses de los
nobles y de los reyes, que obtenían importantes ingresos en las ferias y aduanas, impidió la aplicación de una
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5.- La Baja Edad Media
política proteccionista –como pedían algunas ciudades, sin éxito, al rey en las Cortes- que hubiera beneficiado al
conjunto del país.

En la Corona de Aragón
-
Valencia y Aragón se recuperan a lo largo del S. XV: la agricultura empieza a especializarse en algunas
zonas. En Aragón, cereal o lana; en Valencia, productos hortofrutícolas o industriales (arroz, azafrán, azafrán,
caña de azúcar, cítricos, frutos secos, lino) que tenían una buena acogida en el mercado internacional.
Valencia se convierte en el gran centro financiero y comercial del reino recogiendo los capitales que huyen de
Cataluña.
En Cataluña, la crisis se acentúa: la gran expansión del comercio –en el Mediterráneo - y de la artesanía, se
frenó a mediados del S. XIV y continuó en el S. XV ya que el descenso espectacular de la población y de la
producción (hasta 50%) terminó afectando a todo el sistema económico. El comercio se hundió al encarecerse
los productos catalanes respecto sus competidores. Los reyes –especialmente, Alfonso V de Nápoles- llevaron
una política agresiva que atrajo la enemistad de todos los países mediterráneos. Las luchas sociales y políticas
de los S. XIV y XV agravaron la situación.
-
c) Crisis social y política
La disminución de los ingresos de la nobleza llevó a endurecer la explotación del campesinado estableciendo
nuevos y más duros derechos señoriales. También establecieron el mayorazgo (las tierras de la nobleza pasan
íntegras al hijo primogénito). La reacción campesina llevó a diversos levantamientos antiseñoriales. Los señores
también se enfrentaron a los reyes. En todos los lugares, la guerra, los conflictos sociales y el bandolerismo
aumentaron las desdichas. Los judíos, por ser algunos prestamistas, se convirtieron en “cabeza de turco” de las
masas populares urbanas y hubo progroms o matanzas en todos los reinos. Muchos se convirtieron, pero el odio a
los judíos se trasladó hacia los conversos o cristianos nuevos.

En el reino de Castilla
Destacó la ofensiva nobiliaria. La nobleza sufrió mucho la crisis y trató de recuperar las rentas endureciendo
las condiciones de vida del campesinado (se acortaron los plazos de los arrendamiento para aumentar las rentas),
usurpando tierras y campesinos al rey e incluso practicando el bandolerismo. Muchos campesinos y ciudades
cayeron bajo la jurisdicción señorial. Los abusos nobiliarios provocan reacciones campesinas aisladas y las
ciudades organizan ejércitos (Hermandades) para defenderse de los señores. La revuelta irmandiña en Galicia
(1467-1470) fue la más importante.
Las luchas entre el rey y la nobleza son constantes: la nobleza se resiste a los deseos reales de imponer una
monarquía autoritaria. Los nobles provocan guerras para imponer a reyes débiles o favorables a su causa. Los reyes
salieron triunfadores políticamente, pero la nobleza salió fortalecida económica y socialmente. Los momentos más
violentos fueron:

-
A mediados del S. XIV (1366-1369) se produce una sublevación nobiliaria contra Pedro I “El Cruel” (rey
autoritario que defendía una política económica proteccionista en beneficio de las ciudades artesanales) que
terminó en una guerra civil. La alta nobleza apoyó a Enrique de Trastamara “El de las Mercedes”,
hermano bastardo de Pedro I. Éste fue asesinado en Montiel y Enrique fue coronado rey. La nueva dinastía
(Casa de Trastamara) sería muy generosa con la nobleza.
-
En 1464, la nobleza se organiza contra el débil rey Enrique IV al que obligan a desheredar a su hija Juana
“La Beltraneja” y nombrar a hijo Alfonso y, tras su temprana muerte, a su hermana Isabel. El matrimonio
en secreto con Fernando de Aragón llevó a una guerra civil en la que los nobles apoyaron a Juana.
En la Corona de Aragón
-
Las luchas sociales se agudizaron en Cataluña:
o
La revuelta remensa (1380-1486) fue una sublevación de los campesinos contra los señores. En el S.
XIV, los señores endurecieron las condiciones de los campesinos: los ataron a la tierra obligándoles a
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5.- La Baja Edad Media
pagar un rescate en metálico (remensa) si querían abandonarla y aumentaron los derechos señoriales
mediante malos usos (en desuso desde hacía tiempo). Durante la guerra civil contra Juan II, los
campesinos apoyaron al rey que estaba enfrentado a la nobleza en ese momento. La revuelta terminó
con la Sentencia Arbitral de Guadalupe decretada por Fernando II (“El Católico”) que convertía al
campesino remesa en enfitéutico (contratos de arrendamiento a perpetuidad). El campesino catalán
tendrá a partir de ahora una situación más favorable que el resto de los campesinos no propietarios
(colonos) de la península ya que pagará una renta fija, no podrá ser desplazado de las tierras arrendadas
y las transmitirá a sus hijos.
o
-
El enfrentamiento entre la Busca (partido de la pequeña burguesía) y la Biga (partido de la alta
burguesía) en la ciudad de Barcelona (1453-1452). La baja burguesía (artesanos y pequeños
comerciantes) exige una política proteccionista ante la crisis: prohibición de entrada de productos
extranjeros y devaluación monetaria; pero el gobierno controlado por la Biga se resiste ya que la alta
burguesía está formada por importadores de productos de lujo o rentistas que viven como los nobles y
se oponen a las alteraciones monetarias. La Biga sale triunfadora de los conflictos pero el rey termina
imponiendo en todas las ciudades del reino el sistema de insaculación.
Las luchas políticas también fueron constantes:
o
El rey se enfrentó a la nobleza aragonesa y valenciana en el S. XIV, que le impusieron limitaciones a su
autoridad. Pedro IV “El Ceremonioso” venció a la nobleza y recuperó parte de su autoridad.
o
En el S. XV, fue la oligarquía catalana la que se enfrentó a la nueva dinastía Trastamara. En la época de
Juan II se produce la guerra civil (1462-1472) al enfrentarse el rey con la nobleza, el clero y el
patriciado catalanes. El rey se apoyó en las clases populares y salió victorioso pero trató de qué no
hubiera ni vencedores ni vencidos ya que la guerra y los conflictos sociales habían dejado arruinada a
Cataluña. La temprana muerte del rey trasladó a su sucesor, Fernando II de Aragón (Fernando “El
Católico”), la solución de los problemas: mejoró la situación de los campesinos con la Sentencia
Arbitral de Guadalupe –ya citada-, modificó el sistema de gobierno municipal pero mantuvo el sistema
político pactista.
5.3. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: la expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
Durante la Baja Edad Media, los
reyes de la Corona de Aragón
llevaron a cabo una política
expansiva en el Mediterráneo que
puso bajo su dominio las islas
Baleares, Sicilia, Cerdeña, Nápoles
y algunas plazas del norte de África,
además de algunas posesiones
efímeras en el Mediterráneo
Oriental (Atenas y Neopatria).
Las razones que llevan a esta política expansiva son:
-
Los intereses de los comerciantes catalanes que desean ampliar sus mercados frente a la dura competencia
italiana contando con el apoyo real.
-
El afán de prestigio de la monarquía aragonesa que le lleva a competir con Francia por la hegemonía en el
Mediterráneo y, en concreto, por el dominio de Italia. Esto último se convertirá en un factor permanente
de la política exterior aragonesa y después española.
-
La presencia de los almogávares, compañías de mercenarios catalanes al servicio de los reyes aragoneses.
La expansión por el Mediterráneo la inició Jaime I “El Conquistador” (1213-1276) al apoderarse de
Baleares.
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Pedro III el Grande (1276-1285) lanzó a la Corona aragonesa a una política de auténtico imperialismo. Se
apoderó de Sicilia aprovechando las ”Vísperas Sicilianas” -una rebelión popular contra casa francesa de Anjou
que había ocupado el trono por designación del Papa-. La presión del Papa y de Francia obligaron a su sucesor,
Jaime II, a renunciar al gobierno de la isla que pasó a manos de su hermano, aunque a cambio le concedieron
derechos sobre Córcega y Cerdeña.
Jaime II (1291-1327) impulsó el imperialismo catalano-aragonés gracias a la aventura de los almogávares en
el Mediterráneo oriental. Los almogávares (término que en árabe significa “el que hace algaradas o correrías”)
eran soldados mercenarios catalanes que en la primera mitad del siglo XIV, recorrieron el mar Mediterráneo
ayudando a diversas campañas aragonesas. En el año 1302 embarcaron hacia Bizancio (antigua Constantinopla
y actual Estambul) contratados por el emperador bizantino para luchar contra los turcos. Al frente iba Roger de
Flor, aventurero de origen alemán, con el que obtuvieron grandes victorias. Pero, tras el asesinato de Roger de
Flor en 1305 se dedicaron, como forma de venganza, a la devastación y al saqueo, para terminar ocupando los
condados de Atenas (1311) y Neopatria (1319) que pusieron bajo la autoridad del rey de Sicilia.
En 1323 inició la conquista de Cerdeña, donde la presencia aragonesa se limitó a algunos puertos debido a las
continuas rebeliones.
Pedro IV “El Ceremonioso” (1336-1387) lleva el imperio a su mayor apogeo al conseguir el dominio directo
de algunos territorios conquistados por la monarquía aragonesa pero que habían quedado en manos de
familiares: el reino de Mallorca formado por las islas Baleares, el Rosellón y la Cerdaña, los ducados de
Atenas y Neopatria.
En 1409, Sicilia se reincorporó a Aragón bajo el rey Martín “el Humano” al morir el joven rey de Sicilia.
Alfonso V Magnánimo (1416-1458) se anexionó el reino de Nápoles en 1442, después de largas guerras
contra los franceses y las potencias italianas (Venecia, Florencia y el Papa). A partir de este momento, Alfonso
V estableció su corte en Nápoles, convirtió la ciudad un gran centro humanístico y se dedicó por completo a la
política italiana. A su muerte segregó el reino de Nápoles del resto de sus posesiones y los entregó a su hijo
natural Ferrante.
La expansión política permitió el gran desarrollo del comercio catalán en el Mediterráneo - con Italia, el norte
de África y Oriente- que tuvo su momento de auge en el S. XIV. Los mercaderes catalanes importaban por el
puerto de Barcelona especias, perfumes y sedas de Oriente que distribuían por el resto de la Península, cereales de
Sicilia, pieles y cuero del norte de África y exportaban tejidos e hierro. Fueron los primeros en usar letras de
cambio, compañías mercantiles y lonjas. Tenían un tribunal, el Consulado del Mar, una banca municipal (Taula de
Canvi) y cónsules en los principales puertos del Mediterráneo.
En el S. XV el comercio catalán empieza a decaer debido a la fuerte crisis demográfica, social y política que
afectó a Cataluña. La política agresiva de sus reyes –caso de Alfonso V de Nápoles- provocó enemistades y guerras
que lo perjudicaron más y, finalmente, la caída de Constantinopla en poder los turcos (1453) acabó con el comercio
mediterráneo y desplazó las principales rutas internacionales hacia el Atlántico.
5.4. Las rutas atlánticas: castellanos y portugueses. Las Islas Canarias.
La marina castellana era una fuerza naval muy poderosa: controlaba las rutas del Atlántico norte
protegiendo los intereses de sus comerciantes que llevaban la lana merina a Flandes y traían de regreso paños de
lujo y otros productos del norte de Europa. La dinastía Trastamara apoyó a Francia en la Guerra de los 100 Años
contra Inglaterra. La flota británica fue derrotada en varias ocasiones por los castellanos que llegaron a dominar el
Canal de la Mancha.
El Atlántico sur comenzó a convertirse en una zona de especial interés desde el S. XIV para el reino de
Castilla que tuvo que competir con los portugueses en los viajes de exploración, negocios mercantiles, pesquerías y
conquistas. El primer objetivo del reino de Castilla y de las repúblicas italianas como Génova fue la apertura del
estrecho de Gibraltar a la libre navegación cristiana porque la ruta marítima era más rápida y barata que la
terrestre para relacionar los dos grandes focos comerciales europeos: Italia y Flandes. Los benimerines, un nuevo
imperio bereber formado en el Magreb, amenazaban las pretensiones de los cristianos hasta que Alfonso XI (13121350) los derrotó en la batalla del Salado y logró el control del Estrecho. El siguiente objetivo serían las islas
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Canarias, que estaban siendo utilizadas desde el S. XIV por marinos europeos como base de aprovisionamiento de
esclavos.
Las islas Canarias estaban habitadas por pueblos en un estadio de desarrollo neolítico: se dedicaban al
pastoreo de cabras, a una agricultura rudimentaria (cebada) y a la recolección de miel, moluscos y frutos silvestres.
No conocían el tejido, la metalurgia y la escritura. Estaban organizados en pequeños grupos ya estratificados
socialmente y gobernados por reyes. Se les denominó guanches (los pobladores de Tenerife) por extensión.
La conquista de Canarias resultó un proceso largo y discontinuo debido a la debilidad militar de los
conquistadores, al desinterés de los reyes y la resistencia de los indígenas. Se desarrolló en tres fases:
a) La conquista normanda la llevó a cabo el barón normando Jean de Bethencourt que se ofreció a
conquistarlas como vasallo del rey de Castilla, Enrique III. Entre 1402 y 1406 se apoderó de Lanzarote,
Fuerteventura y el Hierro. En ellas estableció un señorío y se dedicó a la explotación de la orchilla (liquen
utilizado para tintes). Dirigió una repoblación con normandos, castellanos y algunos alemanes.
b) La conquista señorial se desarrolló a partir de 1418, cuando los caballeros normandos vendieron sus derechos
que terminaron pasando a un miembro de la burguesía castellana ennoblecido, Fernán Peraza, que conquistó
La Gomera y continuó la repoblación con castellanos. Sus sucesores saquearon con frecuencia las islas no
ocupadas y con el apoyo de Castilla resistieron los intentos de anexión de Portugal.
c) La conquista realenga –ya durante el reinado de los Reyes Católicos- fue realizada directamente por la
Corona que compró los derechos señoriales. La guerra entre 1477 y 1496 se desarrolló con gran crudeza y
supuso el dominio de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Una parte de la población guanche sería esclavizada
y vendida en la península.
Por su parte, los portugueses avanzaron de forma decisiva en la exploración y la toma de enclaves comerciales
en las costas africanas y el Atlántico. El rey Enrique “el Navegante” fue el gran promotor de las expediciones
marítimas. Portugal ocupó Ceuta (1415), Madeira (1418), Azores (1432), Tánger (1471) donde introdujeron el
cultivo de la caña de azúcar y el trigo. Después exploraron las costas occidentales africanas, primero en busca de
oro y luego para abrir una ruta directa hacia la India en busca de especies. En 1434 llegaron al Cabo Bojador
(Sahara Occidental); a mediados del S. XIV ya se han establecido en el golfo de Guinea de donde llegaba oro,
marfil y esclavos. Entre 1487 y 1488, Bartolomé Diaz, dio la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, y de Vasco de
Gama, quien finalmente conseguirá llegar a la India costeando el continente africano.
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