Lección 4: Evangelismo Dios-céntrico

Lección 4: Evangelismo Dios-céntrico
Introducción: En la última lección, discutimos el evangelismo hombre-céntrico, que se centra en los
métodos de comunicar el evangelio más que en el mensaje.
Una breve revisión del evangelismo hombre-céntrico:
Perspectiva de Dios: La característica principal de Dios es el amor. Dios es un amigo que quiere hacer
tu vida mejor.
Perspectiva de la humanidad: El hombre es un pecador, pero tiene la capacidad de hacer el bien. Los
hombres buscan a Dios y la verdad, pero no tienen la información correcta.
Perspectiva de Cristo: Jesús ha venido a darle a la humanidad “la vida abundante”. Su muerte hizo
posible el perdón del hombre y el escape del infierno.
Perspectiva la respuesta al evangelio: Jesús está esperando a que nosotros le dejemos entrar en
nuestras vidas. La salvación es un asentimiento mental a los hechos del evangelio—es meramente un
cambio de la voluntad.
Perspectiva de la vida cristiana: El cristiano lleva una vida emocionante, llena, abundante. Dios quita
todos los problemas y la felicidad de los creyentes es desbordante.
En esta lección, vamos a examinar un enfoque Dios-céntrico al evangelio, y un enfoque Dios-céntrico
al evangelismo.
I.
Un enfoque Dios-céntrico del Evangelio
A.
Perspectiva de Dios: Dios es el santo, justo, todopoderoso Creador. Dios
esimpresionante, temible, y soberano. Dios tiene la autoridad total sobre toda la
humanidad, y hace lo que le plazca con Su creación. Santidad, no el amor, es el atributo
principal de Dios. Dios ha de permitir que la voluntad del hombre caído pueda
responder a la invitación de Dios. Dios gobierna.
B.
Perspectiva de la humanidad: El hombre es totalmente pecaminoso, y no y no puede
venir a Dios por su propia fuerza de voluntad. La humanidad esta ciega, perdida y
muerta en el pecado. El hombre es un enemigo de Dios y un rebelde que necesita una
nueva mente, corazón y voluntad. .
C.
Perspectiva de Cristo: Jesús es el perfecto Hijo de Dios que se sacrificó a Si mismo
como el pago por el pecado. El objetivo supremo de su obra terrenal era la gloria de
Dios, no solo la salvación del hombre. Su muerte y vida de obediencia eran igualmente
importantes. Él es profeta, sacerdote y rey. Jesús es ambos Señor y Cristo.
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D.
Perspectiva de la respuesta al evangelio: Uno tiene que arrepentirse de su pecado, es
decir, uno debe reconocer que ha pecado, sentirse triste, pedir perdón por ello, y
abandonarlo. Se debe recurrir a Cristo en fe con todo su ser-mente, corazón y voluntad.
Tanto el arrepentimiento y la fe son dones de Dios y no pueden ser “adquiridos” por la
pobre voluntad del hombre.
E.
Perspectiva de la vida cristiana: La experiencia cristiana es continua, el crecimiento
constante mientras uno lucha contra el pecado y hacia la semejanza de Cristo. La
obediencia es la clave para vivir feliz. La vida está dedicada a honrar-a Dios, el
comportamiento y las actitudes, no la auto-satisfacción. Servir a los demás, en lugar de
ser servido, es un aspecto esencial de la vida cristiana. La seguridad de la salvación
llega a través de la obra del Espíritu Santo1 y a través de la evidencia de un estilo de
vida cambiado.
La última vez que miramos varios métodos de evangelismo hombre-céntrico. El enfoque hombrecéntrico hace hincapié en el método más que el mensaje. El evangelismo método-orientado subraya
ciertas técnicas que supuestamente darán lugar a la conversión de las almas. El pragmatismo (lo que
funcione mejor) es el nombre del juego. Ahora vamos a considerar el evangelismo Dios-céntrico.
II.
Un enfoque Dios-céntrico para el Evangelismo
El evangelismo Dios-céntrico destaca lo siguiente:
1. Los métodos y medios de evangelismo son flexibles. A través de la historia de la iglesia, los
creyentes han utilizado diversos medios para difundir el evangelio. El método es secundario
respecto al mensaje. La evangelización Dios-céntrica puede usar variedades de métodos
para comunicar el evangelio. Cualquier método apropiado funcionará, siempre y cuando se
comunique el mensaje. Los evangelistas Dios-céntricos no ponen mucho peso en los
programas de evangelismo populares o de moda.
Una conclusión de esta idea es que los programas nunca se arraiguen como “vacas
sagradas”. El evangelista no debe estar tan comprometido con un programa o método que
se sigue utilizando aun cuando ya no es útil o apropiado.
[Ej. Llamadas en frío o golpeando de puerta en puerta—en un tiempo fue más
aceptable de lo que es ahora. Hoy en día, la mayoría de la gente no aprecia las visitas
de puerta en puerta. En algunos lugares, es prácticamente imposible visitar de esa
manera. Sin embargo, algunos dirían que usted es poco-espiritual, si no va de puerta a
puerta. Eso es porque ponen demasiado valor en el método.]
2. El evangelismo Dios-céntrico es mensaje-orientado. El objetivo central es comunicar las
buenas nuevas de Jesucristo, y solamente ese mensaje. También insiste en que todo el
mensaje del evangelio sea anunciado, no sólo las “cosas buenas”. Cristo no es presentado
simplemente como un escape del fuego del infierno. Él no es el “Sr. Arréglalo-todo” que
puede resolver todos los problemas. Seguir a Cristo no es sólo una manera de hacer que uno
1
El Espíritu Santo convence al creyente de que la Palabra es verdad (Juan 16:7) y que el creyente es verdaderamente salvo
(Romanos 8:16).
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se sienta mejor consigo mismo. El evangelismo Dios-céntrico no reusa proclamar los
costos del discipulado, ni en la miserable condición en que la persona no salva se encuentra.
No podemos diluir el mensaje con el fin de hacerlo más popular. En las siguientes cuatro
lecciones entraré en detalles sobre el mensaje del evangelio.
3. El evangelismo Dios-céntrico reconoce que Dios, no el hombre, es soberano. “La salvación
es de Jehová” (Jonás 2:9). Dios llama a los que Él quiere a la salvación. Podemos plantar,
regar, y remover malezas, pero “Dios da el crecimiento” (1 Corintios 3:6-7). La
responsabilidad del evangelista es proclamar el mensaje de forma clara, precisa y con
valentía, y orar para que los pecadores respondan. No hay necesidad de medidas adicionales
o métodos especiales para generar respuestas. Uno no puede hacer razonar a nadie para
entrar en el reino, ni puede convencer a nadie intelectualmente para ser salvo. La
convicción de pecado es la obra del Espíritu Santo, no el evangelista. Contamos con la
fuerza del mensaje y el poder del Espíritu Santo, no nuestra propia capacidad para
persuadir. “A pesar de que es propio razonar con los hombres, persuadir a los hombres,
rogarle a los hombres, no habrá respuesta a menos que Dios en su gracia nos asista con
poder en las palabras que decimos. Nuestra evangelización debe estar basada en una
dependencia en el Señor. Nuestra esperanza de los resultados debe ser en Él, no en la
voluntad del hombre o de cualquier otra facultad de nuestro oyente.”2
4. El éxito no se define en términos de números de los encuestados, sino en términos de la
fidelidad y la obediencia del evangelista. “Los resultados de la predicación dependen, no en
los deseos y las intenciones de los hombres, sino de la voluntad de Dios Todopoderoso. 3
“Por lo tanto, si ninguno, pocos o muchos responden al evangelio, Dios recibe la gloria, no
el evangelista.
Un resultado de esta idea es que las tácticas de presión no sólo no son necesarias, son
peligrosas. La manipulación de una no-genuina profesión de fe a menudo tiene resultados
desastrosos, tanto para la persona como para la iglesia. Una respuesta emocional a un
llamado presionado al altar es exactamente lo que el evangelista no quiere. Estas
“decisiones” son a menudo falsas y de corta duración. Aquellos que responden a la
manipulación pueden poseer una falsa seguridad de la salvación. Obviamente, una iglesia
llena de tales profesos falsos sería un desastre. Por lo tanto, el evangelista bíblico a
proclamará el mensaje del evangelio, invitará a los inconversos a responder en
arrepentimiento y fe, y dejar el asunto con Dios.
5. El evangelista Dios-céntrico espera a ver los frutos de arrepentimiento (Mateo 3:8) en la
vida de un creyente profesante. Los que se convierten a Cristo son nuevas criaturas (2
Corintios 5:17), y por lo tanto deben mostrar evidencias claras de un compromiso con
Cristo. Un estilo de vida semejante al de Cristo es la prueba más importante de un
verdadero estado de la regeneración (1 Juan 2:3-6). Los que persisten en el pecado y la
desobediencia después que profesan ser salvos son considerados como falsos profesos. No
importa lo que diga la gente si su comportamiento no coincide con sus palabras (Mateo
7:17-23; Tito 1:15-16). Un verdadero creyente persevera en la fe y en las buenas obras.
Aquellos que no perseveran nunca tuvieron la verdadera fe, empezando por eso.
2
3
Walter Chantry, El Evangelio de Hoy - Today’s Gospel, p. 86.
J.I. Packer, Evangelismo y la Soberanía de Dios - Evangelism and the Sovereignty of God, p. 41.
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Esto es contrario a la idea popular de cristianos “carnales” persistentes. El mito cristiano
“carnal” es aquel que nunca hace ningún progreso en la vida cristiana. Él profesa ser salvo,
pero le faltan todas las evidencias. Una persona de este tipo no es carnal, esta todavía
perdido.
6. El pragmatismo (lo que funcione mejor) no es una consideración. La pregunta principal es:
“¿Qué es lo que más honra y agrada a Dios y no?” “¿Qué nos dará la mayoría de
conversos?.” Por lo tanto, algunos métodos de evangelización que puedan producir un gran
número de respuestas no se utilizan debido a que se consideran inapropiado. El fin nunca
justifica los medios.
Esto es contrario a la idea popular de que cualquier cosa que convierte el rendimiento debe
ser bueno. Si muchas personas se salvan mediante el uso de ciertos métodos, los métodos
deben ser bendecidos por Dios. Este pensamiento es erróneo. Los resultados aparentes no
santifican cualquier método. No debemos caer en la trampa del pragmatismo.
7. El evangelismo Dios-céntrico adopta un par de presuposiciones: “el hombre sabe algo
acerca de Dios, y rechaza lo que sabe” (Salmo 19; Romanos 1:16 f). No hay necesidad de
validar o probar la Biblia de las pruebas externas. La Biblia se valida a si misma. El
evangelio mismo es el poder de Dios para salvación.
8. El evangelismo Dios-céntrico aborda a las personas sobre la base del evangelio. No hay que
apelar a las necesidades de las personas, deseos, temores o fantasías. No estamos vendiendo
productos o servicios. Simplemente proclamamos el mensaje y exhortamos a la gente a
responder a el.
Conclusión: Como puedes ver, un entendimiento del evangelio Dios-céntrico difiere
significativamente de uno hombre-céntrico. Por lo tanto, un enfoque evangelístico Dios-céntrico
difiere notablemente de un enfoque hombre-céntrico. Esto explica muchas cosas. La filosofía, métodos
y prácticas de las iglesias que son hombre-céntrico van a ser muy diferentes de las iglesias de Dioscéntrico.
Para un estudio más profundo:
1. ¿Cuál crees que sería más aceptable con el mundo no convertido, una filosofía hombre-céntrico o
una Dios-céntrico? [hombre-céntrico, porque tiene más sentido, es menos ofensiva, y es más
fácil.]
2. ¿Por qué no queremos hacer un llamamiento a las necesidades de nuestra audiencia? [es decir,
mostrarles cómo la salvación puede mejorar sus vidas—no infierno, mejores matrimonios,
más éxito en el trabajo, mejores relaciones interpersonales, etc.
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Si nos acercamos a la gente de esa manera, corremos el riesgo de generar falsas conversiones.
Es decir, la gente “se salvarán” por las razones equivocadas—ellos quieren el éxito y las cosas
buenas que el cristianismo tiene que ofrecer. Esos son los resultados de la salvación pero no
las razones por la que se deben salvar.]
3. ¿Cuáles son las supuestas presuposiciones de un enfoque hombre-céntrico al evangelismo? [1. La
salvación está en manos del hombre; 2. La salvación es puramente la elección del hombre; 3.
Las profesiones se pueden generar por ciertos métodos, 4. El mensaje del evangelio debe ser
empaquetado y hecho tan atractivo como sea posible.]
4. ¿Cuáles son las supuestas presuposiciones en un enfoque Dios-céntrico? [1. Que Dios es soberano
en todo el asunto de la salvación; 2. Que el mensaje es más importante que el mensajero, 3.
Que no puede persuadir o limitar las profesiones de fe, 4. Que nuestro deber es proclamar el
mensaje, no te preocuparnos por los resultados.]
5. ¿Se puede decir legítimamente que, puesto que Dios es soberano, el creyente no tiene por qué
molestarse con el evangelismo? (Después de todo, Dios salvará a los que Él quiere, sin nuestra
ayuda.) [No, esa actitud es incompatible con el mandato de evangelizar.]