SEPTIMA

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EL ESPÍRITU SANTO
Nosotros sabemos que hay un solo Dios en tres personas distintas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es una Persona que está siempre presente en el alma del que cree y del que ama
a Dios.
El Espíritu Santo es el “ABOGADO CONSOLADOR” ó PARÁCLITO. Esta palabra indica que se coloca
a nuestro lado para defendernos, para ser nuestro amigo, para darnos los consejos que
necesitamos y animarnos en los momentos difíciles.
¿Qué obras hace el Espíritu Santo en las personas?
1° IMPARTE LUZ.
Ilumina. El Espíritu Santo abre el entendimiento del discípulo. Los que son del Señor, necesitan luz
para entender las verdades espirituales. El Espíritu Santo sigue abriendo e iluminando nuestro
entendimiento para que comprendamos la Palabra del Señor.
2° DA VALOR PARA DAR TESTIMONIO.
Dijo Jesús: Recibiréis el poder del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos
hasta el extremo de la tierra”. (Hch 1, 8).
3° EL ESPÍRITU SANTO CONVENCE DEL PECADO Y DA ANIMOS PARA COMBATIRLO.
El Espíritu Santo nos convence del pecado y nos da una gran fuerza para combatirlo y evitarlo. Las
personas pueden ser informadas del pecado y pueden aceptar mentalmente, pero mientras que
este conocimiento no se vuelva algo personas e interno a través de la obra del Espíritu Santo, no
habrá antipatía al pecado, ni fuerza suficiente para cambiar la vida.
La obra del Espíritu Santo es preparar el corazón del hombre para que reciba la redención que le
trajo Jesucristo. Y la primera preparación tiene que ser el arrepentimiento de los pecados. El
Espíritu Santo llama la atención de las personas acerca de lo asqueroso, dañino y digno de repudio
que es el pecado, sobre todo el pecado de incredulidad, de falta de amor y el egoísmo.
El Espíritu Santo no deja en paz el corazón del discípulo que peca. Le inspira la convicción de que
es absolutamente necesario liberarse del pecado que lo separa de Dios. Así el Espíritu Santo va
guiando al individuo hacia la madurez espiritual. No es que el que recibe el Espíritu Santo ya no
peque más. Pero sí buscará siempre esta armonía con Dios, hacer la Voluntad de Dios. Y cuando
por debilidad, cae en el pecado, el Espíritu Santo lo ayuda a salir de ese pecado. Ya antes de caer,
le da fuerza para vencer la tentación. Pero su cae, lo anima luego a que busque prontamente la
amistad con Dios. No lo dejará tranquilo en su pecado. Lo terrible es una persona que peca y sigue
tan tranquila en su pecado.
4° INSTRUYE EN LA VERDAD.
Como maestro y consejero en la vida espiritual, el Espíritu Santo da instrucciones al corazón de
quien está atento a su enseñanza, da la capacidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso. A
esto se le llama (olfato espiritual).
5° CONSUELA.
Hay momentos muy difíciles cuando el hombre piensa que no puede soportar más un dolor, una
pena, una desgracia, es entonces cuando llega a nuestro lado el “Consolador” y nos ayuda a
comprender y aceptar el sufrimiento como parte del plan de Dios y que Dios puede sacar bien del
mal (como dice la gente, que no hay mal que por bien no venga).Su consuelo es suficiente para
poder sobrellevar cualquier pena de la vida, por grande e inesperada que sea.
6° REVELA SECRETOS.
El Espíritu Santo ilumina a sus amigos LAS GRANDES COSAS QUE DIOS TIENE PREPARADAS PARA
LOS QUE LO AMAN. Y esto anima a seguir trabajando por el bien aun cuando en el presente no se
vean los resultados. A muchas personas les recuerda de manera tan viva y atrayente la gloria que
en la eternidad espera a los que aman a Dios y observan sus mandamientos, que este solo
recuerdo les lleva a abandonar el pecado y dedicarse por completo a hacer obras buenas.
7° NOS LLENA DE AMOR DE DIOS Y DEL PRÓJIMO.
El Espíritu Santo (especialmente por medio de la lectura de la S. Biblia) nos entusiasma de tal
manera por Dios, que nos lleva a enamorarnos totalmente de Él. Y nos recuerda frecuentemente
que el prójimo representa a Cristo, y que todo lo que hacemos a los demás, aunque sea a los más
humildes, lo hacemos a Jesucristo. Este pensamiento hace que amemos a los demás y los llenemos
de favores, aunque no tengan cualidades que nos atraigan.
8° NOS PONE EN BUENAS RELACIONES CON DIOS.
Hay dos poderes en el interior de nosotros luchando por conquistar nuestra amistad. Dios busca
mantenernos en su amor y Satanás lucha por ejercer dominio sobre nosotros.
El Espíritu Santo tiene como misión especial, hacer que nosotros escojamos bien entre los dos
señores que buscan nuestro querer y que escojamos a Dios como nuestro Padre y a Cristo como
nuestro hermano.
9° REPARTE DONES.
Los dones no son producto de la iniciativa o merecimiento del hombre, sino que son dones
inmerecidos dados por el amor de Dios al hombre. Son dados con el propósito de que hagan
provecho a todos.
Cuando el creyente recibe un don del Espíritu Santo, tiene la responsabilidad de usarlo bien. Lo
mejor es olvidarse de sí mismo y poner los dones al servicio de los demás.
El Espíritu Santo es el encargado de hacernos santos. También es el que nos da dones, que
pertenecen plenamente a Cristo, y que nos van a llevar a cumplir amorosamente la misión que
Dios nos tiene encomendada a cada uno de nosotros, para hacer la voluntad de Dios.
Los Dones del Espíritu Santo, son 7 y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben.
Hacen a los fieles dóciles para obedecer, con prontitud, las inspiraciones divinas.
DON DE SABIDURÍA
Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos
impulsa a buscarlo, sobre todas las cosas y en medio de nuestras
actividades y de nuestras obligaciones. Este don aumenta si lo
pedimos rezando.
DON DE INTELIGENCIA
Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe. A este
don también se le llama del ENTENDIMIENTO.
DON DE CONSEJO
Nos señala los caminos de la santidad y el querer de Dios en
nuestra vida diaria. También nos anima a encontrar la solución
que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás.
Nos inspira lo que debemos hacer y cómo se debe hacer y lo que
se debe decir y cómo se debe decir, lo que se debe evitar y lo
que se debe callar. Nos inspira a rezar, a hacer sacrificios, a estar
ocupados, a leer, etc. Para no pecar.
DON DE FORTALEZA
Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades
con paciencia y valor, que, sin duda, encontramos en nuestro
caminar hacia Dios.
DON DE CIENCIA
Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener
nuestro corazón en Dios y en la creación, en la medida en que
esto nos lleve a Él.
DON DE PIEDAD
Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo
trata a su padre. Nos hace sentir un cariño especial por todo lo
que tenga relación al culto, a la Palabra de Dios, a los
sacramentos, etc. Tienen el gran deseo de hacer conocer a Dios
por mucha gente y hacerlo amar por el mayor número de
personas.
DON DE TEMOR DE Nos induce a huir del pecado, a no ceder a la tentación y a evitar
DIOS
todo mal que pueda poner triste al Espíritu Santo. Nos lleva a
temer separarnos de Aquel a quien amamos y constituye
nuestra razón de ser y de vivir.
Es un temor cariñoso que nos inspira miedo a ofender a Dios,
por ser Él un Padre tan generoso y lleno de bondad hacia
nosotros y también porque sabemos que Dios no dejará un solo
pecado sin castigo.
Es una repugnancia por alejarse de Dios, es un temor a disgustar
al Ser que más amamos. Este temor es un temor que nace del
amor a Dios.
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