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Alegoría de la victoria de la Montaña. Grabado por Pierre Lelu, 1793.
DOSSIER REPUBLICANISMO
64 / El Viejo Topo
DOSSIER REPUBLICANISMO
Una Revolución anticapitalista
Entrevista con Florence Gauthier
por Joan Tafalla
L
a obra de Florence Gauthier constituye una aportación decisiva a los debates y a la renovación de la historiografía de la Revolución, y paralelamente, a la renovación de un republicanismo democrático y social. Su
antología de Robespierre (editada en España por El Viejo Topo con el título Por la felicidad y la libertad, con
traducción de Joan Tafalla) es notable porque, al contrario de otras antologías, Gauthier destaca en la misma el
pensamiento social del Incorruptible, así como aquellos elementos que le muestran como expresión del movimiento social y no ajeno e incluso divergente del mismo como ha querido algún historiador del siglo XX.
—Robespierre es el único gran hombre de la Revolución que no
cuenta con ningún nombre de calle en París. Después de la Ocupación, con el gobierno surgido de la resistencia hubo una tentativa que no fructificó, y así hasta ahora. ¿Cuál es la razón de este
hecho?
—¿El único? En todo caso, Robespierre comparte el “privilegio”
de la exclusión con Jean-Paul Marat, pero también con muchos
otros de los que desempeñaron un papel central, por ejemplo
en la revolución colonial y en la abolición de la esclavitud.
Pienso en Julien Raimond, animador de la Sociedad de los
Ciudadanos de color, Vincent Ogé, pero también con Étienne
Polverel o Léger-Félicité Sonthonax, que fueron comisarios
civiles de Santo Domingo e impulsaron con todas sus fuerzas
físicas y morales la abolición de la esclavitud en la isla en 1793.
Y esto sólo en una rápida aproximación. ¿Por qué Robespierre
parece tan “repugnante”? Es una historia larga, que iremos
abordando seguramente a lo largo de esta entrevista.
—Desde 9 thermidor del año II 1, son más de doscientos años de
campaña difamatoria. Montañas de infamia se amontonan al
lado de numerosas biografías tendenciosas. Robespierre continúa
siendo el “maldito”. ¿Qué hizo Robespierre para merecer tantas calumnias?
—De forma sintética, podemos decir que fue porque tomó la
defensa de la “causa del pueblo”, como él mismo la llamaba,
pero también de la “causa de los pueblos” y de sus derechos, y,
en resumidas cuentas, “la causa de la humanidad” contra las
diferentes formas de opresión colonialista que se imponían en
su época. Para atenerme a la “causa del pueblo”, Robespierre,
como diputado en los Estados Generales entre marzo y junio
de 1789, luego en la Asamblea constituyente entre junio de
1789 a 1791 y en la Convención, entre septiembre de 1792 y 9
termidor el año II, defendió los derechos del pueblo. Uso pueblo en el doble sentido del término. En primer lugar en el sentido de “pueblo constituido” por la práctica del ejercicio de los
derechos del ciudadano, eligiendo a sus representantes y
participando en la elaboración de las leyes. Él intervino para
defender los derechos de todos los excluidos, como los
Comediantes, los Judíos y los Protestantes a quienes la Iglesia
católica excluía de la vida de los “cristianos buenos”, pero también de los “libres de color”, que los colonos que se decían “blancos” excluían de los derechos de ciudadano en las colonias, así
como de los esclavos privados de todos los derechos civiles y
políticos.
También defendió al pueblo en el sentido de la “gente menuda”2, para que sus derechos y su dignidad de seres humanos
fueran tan respetados como los de las capas superiores de la sociedad. Defendió el proyecto de una democracia fundada sobre
el ejercicio efectivo de la soberanía popular y fue uno de sus
principales promotores. ¡En una sociedad donde dominaban la
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Muerte de Robespierre.
“nobleza de la sangre” y la del dinero, tomar partido por el pueblo, a quien la “la gente de pro”3 trataba ordinariamente con
palabras tan insultantes como “canalla” o “populacho”, era no
sólo valiente, sino todo un programa político!
—En tu obra historiográfica, rechazaste la concepción “clásica” de
la Revolución francesa como una “revolución burguesa con apoyo
popular”, para proponer el concepto la “Revolución de los derechos del hombre y del ciudadano”. Explícanos por qué adoptaste
este concepto y sus consecuencias tanto para el conocimiento de la
Revolución francesa, como para las actuales lecturas políticas de
la misma.
—¿Clásica? Verdaderamente, no lo es. Más bien se trata de la interpretación “marxista”, que no “marxiana”, de las Revoluciones
de la época “moderna” (siglos XVI- XVIII). Es una cuestión esencial y, por tanto, complicada. Trataré de presentarla a grandes
trazos. A finales del siglo XIX e inicios del XX, los promotores de
la noción de la “revolución proletaria” acabaron por cambiar el
sentido de la Revolución francesa, que hasta entonces aparecía
como una tentativa de realización de una República popular,
democrática y social, portadora de las mayores esperanzas de
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los pueblos en todos los continentes.
En Francia, fue Jaurès quien, en 1904, afirmó con fuerza esta nueva tesis en su Historia socialista de la Revolución francesa. ¡Los Montagnards4, que hasta entonces habían sido percibidos como los defensores de la
causa del pueblo y tachados de “anarquistas”, de repente
se vieron transformados en “pequeño-burgueses” de nariz empolvada y de mentalidad estrecha! De nuevo, Robespierre fue el primero pagar los platos rotos. Con esta
operación, la “revolución burguesa” se convertía en un
paso obligatorio de la historia del “progreso” y el capitalismo se transformaba en el instrumento de este “progreso”. ¡Para Jaurès, el héroe de la Revolución ya no estaba al
lado del pueblo, sino al lado del “capitalismo” y Barnave
se transformó, por necesidades del guión, en una prefiguración del propio Marx! ¡Hay que leer las páginas
asombrosas en qué Jaurès compara a Barnave con Marx
en el tema del carácter progresista atribuido al capitalismo y de un materialismo que les sería común! Estas dos
afirmaciones merecerían ser revisadas en modo crítico.
Será bien difícil encontrar lo que Marx podía tener en
común con un “liberal económico” y con un defensor del
colonialismo esclavista y segregacionista. Pero aquí nos
encontramos ante un nuevo capítulo de esas historias
enmarañadas …
—Si te parece... podemos empezar a hablar del joven abogado de provincias. En Arrás, pequeña ciudad del norte de Francia, el joven Robespierre adopta la causa de los pobres, la causa del
pueblo...
—Robespierre había obtenido una beca para estudiar en París.
Regresó a Arras, donde ejerció como abogado, en 1781, con 23
años. Sus alegatos muestran enseguida su interés por la justicia.
Defendió a los débiles de todos los medios sociales y adquirió
un conocimiento concreto de las miserias individuales y sociales. Dejó penetrantes descripciones de las condiciones espantosas de detención, por ejemplo. Pero mostró toda su talla en el
proceso que transcurre entre la convocatoria de los Estados
generales en 1788, hasta su elección como diputado del tercer
estado de Arras en abril de 1789. Para él fue un auténtico descubrimiento conocer los abusos de poder cometidos por una
pequeña camarilla que controlaba el poder local en los Estados
de Artois. Estos Estados eran una institución antigua, en la cual
cada uno de los tres órdenes: clero, nobleza, tercer-estado, estaba representado por cargos electos. Gracias a recientes reformas reales (que fechaban de 1771), el obispo de Arras y el gobernador habían sustituido las elecciones por un nombramiento.
El resultado fue que una pequeña camarilla formada por algu-
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nos nobles y miembros del muy alto clero eliminaron a los electos del tercer estado.
Sólidamente instalado en el poder local, este pequeño grupo
pretendía que las elecciones para los Estados generales se hicieran de la misma manera. Esto provocó la cólera del pueblo
y de todos los excluidos. Robespierre redactó varios textos en
defensa de las instituciones electivas y del principio de soberanía popular. Esta batalla coincidía con la de diversas provincias que conocían la misma suerte y el rey se vio obligado a
legislar: él mismo puso fin a estos Estados provinciales que se
habían transformado en el instrumento de una tiranía local insoportable y abrió el derecho de voto, para el tercer estado, a
todos los cabezas de familia de más de 25 años. En este proceso, Robespierre encontró al pueblo en lucha, con sus prácticas
de democracia rural y municipal, abiertas a ambos sexos en el
campo. Animó las reuniones del tercer estado de Arras, participó en la redacción del cuaderno de quejas de la provincia y fue
elegido uno de sus ocho diputados. Por otro lado, el cuerpo de
los zapateros remendones le pidió ayuda para redactar su cuaderno de quejas. ¡Fue en este ambiente donde Robespierre se
inició en las prácticas de la democracia y en su renacer!
sintetiza la teoría de la revolución del período moderno, desde el
siglo XVI. No fue solamente un texto circunstancial, sino una
nueva tentativa para hacer reconocer, a escala de toda una sociedad, principios de derecho de las personas, los pueblos y de
la humanidad que debían ser respetados por los poderes públicos. ¡Habían habido unas tentativas anteriores, en Inglaterra en
el siglo XVII, con dos revoluciones sucesivas, luego en Holanda,
que desarrolló una guerra de independencia contra un ocupante extranjero, que duró cerca de un siglo! En 1788, una revolución en las “provincias belgas”, que intentaban seguir las huellas
de Holanda, había precedido, en Europa, a la Revolución francesa. De hecho, un ciclo inmenso de revoluciones había comenzado ya a sacudir el dominio colonial europeo en América, luego
había alcanzado Europa, para volver de nuevo a América a principios del siglo XIX.
El voto de la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano fue uno de los primeros actos de la Revolución en
Francia. Cuando los Estados generales se reunieron en mayo de
1789, la imprudencia del Rey le hizo creer que podría reprimir
este “barullo”, pero esa actitud tuvo consecuencias inversas, y
los diputados tuvieron el coraje de arrebatarle la soberanía al
Rey para reconocérsela al pueblo que acababa de elegirles. Este
—Durante la Asamblea Constituyente, la burguesía traicionó en
fue el sentido del Juramento del Jeu de Paume, el 20 de junio de
diversas ocasiones la Declaración de los derechos del hombre y del
1789. En ese momento, los campesinos, que no veían mejorar su
ciudadano votada el 26 de agosto de 1789. Robespierre adoptó, en
suerte, pasaron a la acción en julio siguiente y formularon claracambio, otra actitud. La lista de hechos es larga: la lucha por el
mente su voluntad de suprimir el régimen feudal y de repartir el
sufragio universal y contra el derecho de voto censatario, la lucha
dominio señorial en dos partes, quedando una mitad para los
por el derecho de todos los ciudadanos a formar parte de la guarseñores y la otra mitad para los campesinos, que verían por fin
dia nacional, la oposición del Incorruptible a la ley marcial que se
sus tierras libres de toda renta.
aplicaba contra los motines populares producidos la carestía de
Este gran levantamiento campesino, llamado Gran Miedo,
la vida, su lucha contra la esclavitud, su lucha contra la pena de
obligó la Asamblea a legislar. Ésta reconoció el principio de la
muerte...
supresión completa del régimen feudal, en el contrato social en
—Sí, la Declaración de los derechos de hombre y del ciudadano
Francia, y el de la declaración de los derechos de hombre y del
merece un instante de atención. Pero antes,
ciudadano, como principios de carácter
precisemos que el término “burguesía” es
constituyente. En cuanto al régimen feudal,
inadecuado para designar a la mayoría de la
la Asamblea aceptó ese enunciado radical,
La Asamblea Nacional
Asamblea Constituyente. No olvidemos que
rechazando posteriormente las medidas
votó, por mayoría, la
esta asamblea de los Estados generales,
concretas. En cambio, la Declaración de los
constitucionalización
transformada en junio de 1789, en Asamblea
derechos fue votada el 26 de agosto de 1789.
de la esclavitud en las
constituyente, estaba formada por numerocolonias y la
sos señores, nobles o plebeyos, algunos culti—La “clase de los poseedores” acogió las movadores acomodados y por una miríada de
vilizaciones populares contra la escasez con la
discriminación racial.
profesiones liberales. Es mejor hablar de “claley marcial. Robespierre, apoyando al pueblo,
se de los poseedores”, en la que se mezclaban
se opuso a esta medida. ¿No hay que estableseñores feudales y poseedores, del capitaliscer el relato verdadero de cómo y por qué la ley
mo de esta época (negociantes, plantadores de las colonias,
marcial surgió y contra quién fue utilizada?
grandes granjeros). ¡Esto es más preciso!
—En efecto, la ley marcial era una creación reciente de los “ecoLa Declaración de los derechos de hombre y del ciudadano
nomistas” quienes, como Turgot, intentaron cambiar el comer-
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cio controlado de granos y transformarlo en un capitalismo
economía, etc… Y para no oír más el grito del pueblo, los econocomercial de nuevo género. Hasta los años 1760-80, el mercado
mistas apelaron a la “ley marcial”.
de las subsistencias se hacía bajo el control del poder municipal
Podemos añadir que los economistas eran unos “creyentes”:
de las ciudades y las villas, para velar por el abastecimiento de
para ellos, en efecto, la economía tenía leyes que ellos considelos mercados e impedir especulaciones alcistas de los precios de
raban que eran de naturaleza “divina”, un poco a la manera de las
los granos. Estas alzas de los precios eran verdaderamente aseleyes de Newton. ¿La economía era una ciencia de la naturaleza,
sinas –la palabra no es exagerada– para los salarios bajos. Divero una actividad humana? La cuestión se planteó de este modo
sos estudios han mostrado que la parte de los salarios bajos
en aquella época. Lo cierto es que, el 29 de agosto de 1789, la
reservada para la alimentación oscilaba entre el 50 y 75 %. Lo
Asamblea constituyente votaba el principio de la “libertad ilimique significa que la menor subida de los precios provocaba una
tada del comercio de los granos”. Luego, el 21 de octubre, la “ley
“escasez facticia” en el sentido de que los pobres se veían forzamarcial” que se refería expresamente a toda tentativa de opodos a emplear todo su salario en alimentarse, y si la subida sonerse a eso. Una nueva idea había germinado en los cerebros férbrepasaba este umbral, no tenían nada que comer.
tiles de los economistas: ¡para evitar los disturbios en los mercaEconomistas, como los fisiócratas en los años 1760, después
dos, el precio del pan fabricado en las panaderías sería subvenlos Turgotinos en 1775, pensaron que la subida de los precios de
cionado por las municipalidades... la especulación alcista de los
los granos era una buena cosa porque permitiría enriquecer a
precios de los granos podía desplegarse, financiada por los
los productores y a los vendedores de granos y, por consiguienimpuestos locales!
te, al fisco. ¡Tenían razón sin duda, pero en detrimento de los
salarios bajos! La libertad del comercio de los granos era el nom—El público español suele ignorar que la asamblea constituyente
bre “científico” dado a una operación de especulación alcista de
constitucionalizó la esclavitud, en un contraste agudo con la Delos precios de los granos y de las harinas que eran la base de la
claración de 1789, que proclamaba la igualdad de los hombres. Se
alimentación del pueblo. Se efectuaron dos experimentos suceignora aún más que Robespierre fue el jefe de la pequeña minoría
sivos y se provocaron “motines de subsistencia” espectaculares.
de diputados que defendió en esta ocasión la abolición de la escla¡Por dos veces consecutivas el Rey intentó imponer la libertad de
vitud.
comercio de los granos, y por dos veces, analizando los efectos
—El problema colonial es en efecto, en el contexto de la histomuy negativos de estas “emociones populares”, había renunciariografía sobre la revolución francesa, un frente de investigación
do y prefirió proteger a sus súbditos!
totalmente nuevo. Es difícil entender por qué la historiografía de
El partido de los economistas, porque verdaderamente se
la Revolución francesa tardó tanto en interesarse en ese tema.
organizó en partido, pensó que la RevoEsta cuestión verdaderamente sólo salió a la
lución era el momento propicio para volluz de los estudios después de 1989. Incluso
ver a probarlo. Esta vez había que impohubo ocultación de este sujeto. He aquí un
Gregoire, Pétion
ner la reforma por la fuerza. Turgot ya
ejemplo. El Rey de Francia era, desde finales
y Robespierre
había pensado establecer la “ley marcial”:
del siglo XVII poseedor de colonias en Améconstruyeron un
su objetivo era impedir a los poderes
rica, entre las que estaban las “islas de azúmunicipales “tasar” el precio de los granos
car”, donde la mano de obra estaba formada
proyecto revolucionario
en los mercados, o si se prefiere, imponer
por cautivos africanos esclavizados en las
que pasaba por la
manu militari la subida de los precios que
plantaciones. La parte francesa de Santo
destrucción de la
volvía a absorber los salarios y las rentas
Domingo se transformó en el primer prosociedad colonial,
fijas, con riesgo de provocar escaseces facductor de azúcar del mundo de la época y
esclavista y
ticias, enfermedades y crisis de mortalilos beneficios, de naturaleza especulativa,
dad en las capas más pobres… Había naeran verdaderamente prodigiosos. Los
segregacionista.
cido el arma alimentaria. El discurso de
grandes plantadores azucareros eran allelos economistas enmascaraba la cosa tras
gados del Rey, quien les distribuía las tierras
una argumentación impecable, salpicada por conceptos tan
y los privilegios.
nuevos como bellos. Por ejemplo: “la libertad del comercio va a
En la segunda mitad del siglo XVIII, los nuevos colonos procuvivificarlo todo, la agricultura será floreciente, la economía creraron hacer fortuna en Santo Domingo, pero las tierras azucarecerá, la felicidad está en el consumo sin freno, los gritos del pueras eran cada vez más raras. Sabiendo que la capa superior de los
blo son los gritos de ignorantes que no comprenden nada de
colonos franceses era mestiza, porque se habían casado en ma-
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trimonios legítimos con las mujeres africanas, estos recién llegados intentaron introducir la
discriminación racial en la legislación colonial, esperando
que las víctimas serían forzadas a abandonar sus bienes.
Conocíamos estas prácticas
de exclusión y sus resultados,
similares a las practicadas en la
época de las guerras de religión,
donde los bienes de los católicos
fueron confiscados en los países
protestantes y viceversa. Sin embargo, el Rey negó esta política
de división de la clase de los colonos, por la excelente razón de
que en el Reino, la indiferencia
del color era entonces la norma y
que una gran parte de la nobleza
era mestiza desde hacía varias
generaciones.
Se formó un “partido colonial
segregacionista” que quiso romper con el Rey y hasta procuró
ponerse al servicio de otra potencia colonial protectora. Este
“partido segregacionista” sacó provecho de la Revolución para
introducir a sus diputados en la Asamblea, pero lamentó que se
votara la DDHC. En efecto, el artículo primero afirmaba: “los
hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos” ¡El
partido colonial denunció esta Declaración peligrosa y hasta la
presentó como “el Terror” de los colonos, esta palabra está en sus
propios textos! Muy inquietos con el giro de los acontecimientos,
estos colonos pusieron en marcha una campaña a favor de la
conservación de la esclavitud en las colonias y recibieron el
apoyo del gran comercio de los puertos atlánticos y, conjuntamente, hicieron presión sobre los diputados corruptibles. Así es
como el partido colonial consiguió imponerse a la Asamblea que
votó, por mayoría, la constitucionalización de la esclavitud en
las colonias el 13 de mayo de 1791 y la discriminación racial el 24
de septiembre.
¡Pues bien, este decreto del 13 de mayo que constitucionaliza
la esclavitud en las colonias fue “ocultado” desde 1898! ¿Por qué?
Probablemente porque la historiografía “funcionaria” quería
rehabilitar el período de la Constituyente, al precio de algunas
manipulaciones de la historia, y esta ocultación todavía dura …
También pienso que es muy interesante comprender que la
izquierda de la Revolución se formó a partir de este problema
Molino de azucar en la isla de Antigua, 1823.
colonial. En 1789-91, el lado izquierdo era, en la Asamblea, muy
pequeño: lo dirigían tres diputados, Gregoire, Pétion y Robespierre, quienes descubrieron la realidad colonial a partir de la Sociedad de los Ciudadanos de color, que desarrollaba su lucha en
el mismo París. Juntos, construyeron un proyecto revolucionario
que pasaba por la destrucción de la sociedad colonial, esclavista
y segregacionista, proponiendo una sociedad de “igualdad de
epidermis” –el término es notable–, de introducción de los derechos universales del hombre y del ciudadano y de redistribución
de las tierras. Este proyecto tomó cuerpo con la independencia
de la república de Haití en 1804.
—¿En qué concepción filosófica se basaban Robespierre y el “coté
gauche”, cuando afirmaban que la Declaración de los derechos
del hombre era universal?
—La filosofía de la Revolución era la del derecho natural moderno, que aún es muy desconocida. Es lamentable, porque esta filosofía interesa a toda la humanidad. ¿Sabe que esa filosofía tuvo
uno de sus puntos de partida en España? De hecho, se desarrolló en el “mundo” entero de la época, es decir, en Europa y en su
Imperio colonial, que comenzó en América, desde el principio
del siglo XVI.
Esta filosofía del derecho natural era una respuesta a los crí-
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menes cometidos por los conquistadores de América: conquis¡Durante la Revolución francesa, la divergencia izquierda–
tas, pillajes, destrucción de las sociedades “indias”, esclavización
derecha se produjo sobre la cuestión central de la Declaración
primero de los “indios”, luego de los cautivos africanos… Fue el
de los derechos de hombre y del ciudadano, cuando al día sirechazo a estos crímenes contra “la humanidad” lo que parió la
guiente del gran levantamiento campesino de julio de 1789, los
formidable idea de los derechos de los seres humanos. Esto
propietarios de señorío comprendieron que la Revolución tamsuponía redefinir la propia humanidad y eso es lo que hicieron
bién interesaba a los campesinos! La divergencia se produjo
las universidades de Salamanca y de Coimbra: la humanidad es
pues en estos principios declarados. Por un lado la izquierda se
una y no está dividida en amos y esclavos, ni en dominantes y
empeñaba en defenderlos y en ponerlos en práctica, y por otro,
dominados, nace libre, y cada individuo del género humano tiela derecha se desembaraza de ellos tan pronto puede. Es preciso
ne derechos que los poderes públicos deben defender.
entender que en aquellos momentos, la Declaración de los dereEsta filosofía política de los derechos de cada ser humano se
chos naturales apareció como “el Terror” para los poseedores. En
acompañó con una defensa de los derechos de los pueblos a su
septiembre de 1789, Rivarol, periodista monárquico, denunciaterritorio y a su soberanía. Vemos desde el principio esta conba lo que veía como un peligro en la Declaración de los derecepción de un derecho natural que es a la vez político y cosmochos: “con la Declaración de los derechos en la mano, los negros
político, que rechaza la conquista y el colonialismo, y esta conen nuestras colonias y los domésticos en nuestras casas pueden
ciencia es el producto de la abominable historia del “descubriecharnos de nuestras propiedades”.
miento de América”, que Bartolomé de Las Casas llamaba la
“destrucción de las Indias”.
—Siguiendo la estela de Rousseau y de Montesquieu, la Montaña
En fin, esta filosofía del derecho natural moderno se comdefendía el derecho humano a la existencia como un derecho bápletó entre los siglos XVI y XVIII, con las experiencias de disico e inalienable. Para hacer realidad este derecho, era preciso liversas revoluciones que intentaron hacer reconocer estos
mitar el derecho de propiedad, como propuso Robespierre, en el
derechos naturales del hombre. La Revolución inglesa los comdebate sobre la Constitución de 1793. Esto supone que existen
pletó con los derechos del ciudadano, y Niveladores ingleses
unos derechos humanos que son prioritarios y otros, que lo son
inspiraron a John Locke, que propuso una síntesis en su Two
menos. Supone la reciprocidad de los derechos...
Treatises of Government, de 1690. En el siglo XVIII, en Francia,
—Lo que es prioritario es la reciprocidad del derecho: si tengo
esta filosofía del derecho natural moderno tomó un giro resuelun derecho, todos los demás lo tienen también. De entrada, esta
tamente laico que se explica por el gran movimiento intelecprioridad impone justamente “límites” al ejercicio de los deretual que caracterizó la llamada época moderna que, durante
chos y de los poderes. En nuestras sociedades dominadas por
tres siglos, emprendió la obra inmensa de separar la teología de
una economía de tipo capitalista, los economistas llamados “cláotras facultades “humanas”. Ahora bien, en
sicos” y los “políticos” corrompidos quieren
Francia, esta separación había conocido un
imponer la idea que “la instancia económigiro radical desde que Francisco I se alió
ca” sería “independiente” de todo control
Robespierre propuso
con el Imperio otomano para conservar su
social, político o filosófico. En la filosofía del
imponer un control
Reino frente a los apetitos conjuntos de los
derecho natural moderno, la independencia
político
y
moral
al
Habsburgo y del Papa, y fundó la primera
de una instancia está considerada como
universidad laica, el Collège Royal, en París.
“poder económico” para despótica y debe ser reintegrada en una
En el siglo XVIII, la filosofía era la piedra de
política que vendrá imponerle límites.
respetar los principios
toque del saber, el punto de reunión de las
Es lo que propusieron Robespierre y la
de los derechos de
demás facultades humanas.
Montaña. El “poder económico” había reihombre y del
Quiero recordar que los tres primeros artívindicado su independencia de todo control
ciudadano.
culos de la Declaración de los derechos de
político, con el fin de “poder” mantener la
hombre y del ciudadano de 1789, expresan
esclavitud en las colonias, someter los mernetamente la definición de los derechos del hombre de la Escuecados públicos de las subsistencias al “poder” de los negociantes
la de Salamanca y la aportación de los Niveladores ingleses:“1.
que organizaban un mercado privado (secreto o privatizado jusLos hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos...
tamente) y reclamaba la ley marcial para llevar a cabo las resis2. El fin de toda asociación política es la conservación de los
tencias. Robespierre propuso imponer un control político y
derechos naturales e imprescriptibles del hombre... 3. El princimoral al “poder económico” para respetar los principios de los
pio de toda soberanía reside esencialmente en la nación”5.
derechos de hombre y del ciudadano. Concretamente, esto sig-
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nifica que el poder político hará
leyes para forzar el poder económico a respetar los límites decididos.
De esa manera, fueron abolidas
la feudalidad y la esclavitud. Los
desastres de la “libertad ilimitada”
del comercio de las subsistencias
fueron combatidos por una legislación que imponía un equilibrio entre salarios, precios y beneficios.
Fue la política del “maximum”6 la
que impuso estos límites y esta política fue puesta en práctica por lo
que se llamó en la época el “gobierno revolucionario” de la Montaña.
—Los defensores actuales de la
Renta Básica miran a veces hacia
Thomas Paine para encontrar una
inspiración, pero posiblemente deberían también mirar hacia Robespierre.
—Sí, por supuesto. Pero Paine y Robespierre, o la Montaña, tenían la misma concepción de este derecho a la existencia. La
historiografía girondina consiguió apropiarse de Paine mediante un número de prestidigitación que no debería resistir
mucho tiempo al análisis. Paine está considerado en Inglaterra
como uno de los padres del movimiento obrero, por haber propuesto un notable programa de derechos sociales en su libro
Los Derechos del hombre (1791-92). En cambio, en Francia se le
confunde con la Gironda, partido “liberal-económico”, colonialista, esclavista, conquistador y responsable del inicio de
una guerra de conquista en Europa tan desastrosa como ridícula. Pero cuando Paine fue elegido diputado a la Convención,
en Francia, en septiembre de 1792, no hablaba una palabra de
francés y fue “cortejado” por algunos diputados o allegados de
la Gironda que hablaban inglés. Paine acabó siendo tributario
de sus traductores.
Sin embargo, la claridad se impuso –y pienso que también lo
hará pronto entre nosotros– cuando el 9 termidor del año II, la
caída de la Montaña por un “golpe de Estado parlamentario”
mostró la realidad a Paine. El debate sobre la nueva constitución
de 1795 abrió los ojos de Paine, que denunció el proyecto de
supresión de la declaración de los derechos naturales del hombre y del ciudadano. Tomó partido por este derecho natural y entonces fue atacado por “el ala derecha” que lo comparaba a …
¡Robespierre!
En Inglaterra, fue Malthus quien denunció a Paine, el derecho
a la existencia y la filosofía del derecho natural moderno7.
EL comerciante de trigo, s. XVIII.
—El capitalismo proponía (tanto en el siglo XVIII, como hoy) la
libertad total de mercado, y sometía al pueblo a una guerra permanente por las subsistencias. Contra este atropello se levantaban las viejas costumbres, las tradiciones morales y colectivistas
que afirmaban que la sociedad tenía la obligación de respetar el
derecho a la existencia. Robespierre denominó a esta visión popular “economía política popular”, retomando la visión de Rousseau. ¿Cuáles eran los principios básicos de esta “economía política popular”?
—Economía política popular... la expresión es notable. En
Robespierre, esta expresión se contrapone a lo que llama “economía política tiránica”. Ello hace referencia a los numerosos
debates que se abrieron en el siglo XVIII ante la ofensiva de los
“economistas”, que intentaban apoderarse del sector del comercio de las subsistencias, que habían comprendido que podía ser
más jugoso que el de los productos de lujo. Montesquieu ya
había abierto una reflexión crítica; luego, cuando se produjeron
las experiencias de “libertad ilimitada” del comercio de los granos en 1764 y en 1775, los debates habían proseguido con gran
vigor. Rousseau ya había esbozado, de modo tan genial como de
costumbre, pero sin profundizarla, esta oposición entre dos
tipos de economía política. Mably y otros habían ido mucho más
lejos en la crítica de la economía política de esta época y Robespierre formuló la cosa de modo nítido y preciso. La “economía política popular” se basa en impedir que el ejercicio del “poder económico” sea independiente de leyes que le imponen
límites. Robespierre pone el énfasis en el papel esencial de la
democracia. El papel de los ciudadanos es, en efecto, participar
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en la elaboración de la ley y controlar su
aplicación. Para Robespierre, la “economía
política popular” significa que el poder
económico debe ser reglamentado por la
política y la política es la “propiedad” común del pueblo, de los ciudadanos, que
realmente ejercen el poder. Esta cuestión
concierne pues al mismo funcionamiento
de la democracia.
—Durante el año II (1793-94), esta economía política popular llegó al gobierno y
trató de defender las aspiraciones igualitarias de las masas campesinas y obreras. ¿
Cuáles fueron las medidas sociales que
adoptó el “gobierno revolucionario”? ¿Constituían una vía alternativa al desarrollo
capitalista?
—¡Naturalmente! La Revolución, en Francia, fue un movimiento profundamente
anticapitalista, en todos los planos. Destruyendo realmente el régimen feudal, no
solamente frenó un movimiento de concentración de la propiedad de la tierra en
las manos de una clase de rentistas, sino
que también realizó una reforma agraria
redistribuyendo la mitad de las tierras de
cultivo, gratuitamente, a los campesinos
que las explotaban, ya fuesen ricos o pobres. También reconoció los bienes comunales como propiedad colectiva de los
municipios, en Francia aún lo son. En el
fondo, la revolución francesa fue realmente una revolución campesina. Además
abolió la esclavitud en las colonias y ayudó
a la crítica radical del colonialismo: cuando
la Declaración de los derechos de hombre
y del ciudadano penetró por primera vez
en suelo americano en 1793, se produjo
una apertura extraordinaria que permitió
realizar la primera independencia negra de
este continente. Contribuyó, en fin, a elaborar un programa de sociedad democrática, fundando el derecho a la existencia,
oponiéndose a todas las formas capitalistas: la reforma agraria frenó el éxodo rural
en Francia durante más de 50 años, pero
también contribuyó a frenar la concentra-
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ción de la gran explotación agrícola capitalista. En Francia, el comercio de los granos
nunca ha sido abandonado a los comerciantes y el precio del pan ha sido “tasado”
hasta muy avanzado el siglo XX.
Por eso la interpretación “marxista” que
quiso transformar la Revolución francesa
en una “revolución burguesa” se convirtió
en un verdadero rompecabezas para la izquierda, no sólo en Francia, sino en el
mundo, si tenemos en cuenta que constituye un contrasentido asombroso. Digo
“marxista” y no “marxiana”, porque el pobre Karl Marx jamás tuvo la pretensión de
ser un historiador de este acontecimiento y
sus conocimientos sobre este tema evolucionaron con sus lecturas, lo que es muy
normal. ¡Que se sepa, Marx no era en absoluto un Dios todopoderoso y sabelotodo!
Esto forma parte de un curioso capítulo de
manipulaciones de las ideas y de montajes,
a veces calumniosos y muy sabios. Ahora
asistimos, a una ofensiva también asombrosa, que consiste en utilizar “ideas” atribuidas a Marx o a un “marxismo” ambiente, y oponerlas abiertamente a acontecimientos de la Revolución.
¡François Furet se había prestado a este
juego curioso en Pensar en la Revolución
francesa, en 1979, cuando no vaciló en adelantar la tesis absurda de la Revolución
francesa, “matriz de los totalitarismos” del
siglo XX! ¡Él también levantaba un Marx
defensor encarnizado del capitalismo que
reenviaba desdeñosamente la Revolución
francesa a la utopía!
El filósofo Jean-Pierre Faye respondió
luminosamente a Furet con su Diccionario
político portátil en cinco palabras: demagogia, terror, tolerancia, represión, violencia8, que retomaba la historia política de la
Revolución de los derechos de hombre y
del ciudadano hasta hoy, pasando por la
Revolución rusa, el estalinismo, los fascismos. ¡Faye recordaba que “el estado totalitario” de Mussolini pretendía ser una inversión de la teoría política de los derechos
del hombre elaborada por la Ilustración!
DOSSIER REPUBLICANISMO
Gracias a esta interesante aportación, Furet llegó a renunciar a
sus proyectos; y yo, puedo excusarlos y hasta gustarlos, porque
su filiación de una Revolución francesa matriz de los totalitarisno es imposible que ellos sean la causa de una feliz revolución”9.
¡Si conociéramos mejor la historia podríamos protegernos
mos. ¡No se puede decir lo mismo de tantos de sus perezosos tumejor y prevenir su repetición! ¡La ignoranriferarios, que aún no han comprendido lo
cia siempre fue grata al despotismo y a las
que le había ocurrido a Furet, y que contidictaduras, sean militares o económicas,
núan vulgarizando temas a los cuales él miscuando no a ambas!
mo había renunciado antes de morir!
La Revolución,
en Francia, fue un
—En fin, y para terminar: ¿ Por qué un joven
—Guerra de las harinas en el siglo XVIII, “armovimiento
de hoy debiera leer a Robespierre?
ma alimenticia” de la que habla Susan Georprofundamente
—Estamos en un nuevo período de ofensiva
ge en el siglo XXI. ¿Cuál es el hilo conductor
del capitalismo, revestido con el traje del
que va de los fisiócratas a los neoliberales?
anticapitalista, en
“liberalismo” y los desastres ahora son clara—Me temo que se trata de la misma cosa, es
todos los planos.
mente visibles. Estos desastres empiezan a
decir, de la ofensiva de los partidarios del sisasustar incluso a aquellos que se encuentema capitalista. Las potencias imperialistas
tran próximos a las esferas dirigentes, se
tienen un objetivo común: imponer su conhace sentir la misma espera de formas y de prácticas políticas
trol de las subsistencias por todas partes. No se trata solamente
nuevas. Tanto en 1789 como hoy se plantean las mismas preya del control de los mercados de los granos y de la transformaguntas: ¿Por qué nos formamos en sociedades? ¿ Cuáles son los
ción de los mercados públicos en mercados privados, como derelaciones de las sociedades entre ellas? ¿Cuál es el fin de la
cía anteriormente, sino de la casi totalidad de las subsistencias y
sociedad? ¿Para qué sirve una declaración de derechos? ¿Sobre
de las materias primas, es decir, el conjunto del sector agrícola.
qué, cómo fundar una sociedad justa? ¿Cómo una ley puede ser
Vayamos más allá, el espíritu capitalista se apoderó, además, de
justa y legítima? ¿Cómo podemos resistir a los despotismos?
todos los sectores de la vida corriente: ¡la vivienda se ha transLa Revolución respondió que las sociedades serían humanas
formado en un problema cada vez menos soluble! El trabajo se
sólo con la condición de que los derechos del más débil fueran
hizo un mercado, las relaciones entre la gente, los sentimientos,
garantizados y Robespierre llamó a esto “economía política pola cultura, la naturaleza misma todo está siendo transformado
pular”. Él nos cuenta esta experiencia
en mercado del mismo modo, por el espíritu capitalista, cuya crítica verdaderamente tiene que proseguir desde el principio de su
historia... si todavía estamos a tiempo.
Desde los años 1970-80, una crisis profunda disuelve en todo
Notas
el mundo a las fuerzas de izquierda. Hemos podido ver cómo el
1. 27 de julio de 1793. Salvo cuando se indique lo contrario, las notas
son del entrevistador.
espíritu capitalista las penetraba por vías muy diversas. En Fran2. En francés, “petites gens”.
cia, las corrientes socialistas se transformaron en bardos del “li3. En francés, “honnêtes gens”.
beralismo”, este viejo “chisme” con más de dos siglos, vuelto a
4. Literalmente, montañeses, minoría de la Convención Nacional,
poner de moda con vestidos realmente viejos. Hay que leer a los
destacada por la defensa de los intereses populares. Se sentaban en los
bancos más elevados de la Convención.
economistas del siglo XVIII para encontrar las mismas promesas
5. Permítaseme precisar que en la expresión “derechos del hombre”, la
jamás mantenidas, la misma creencia en las leyes de la econopalabra hombre tiene el sentido de “ser humano de los dos sexos” y no
mía y en la “técnica”, el mismo desprecio del pueblo, de su sobede “macho”. Algunas interpretaciones recientes han leído de forma aburanía y de la política.
siva “derechos del macho”, en lugar de “derechos del hombre”. Añado
que me veo en la obligación de hacer este tipo de precisión en mi conMably, crítico de la economía política tiránica, respondía así a
dición de mujer (nota de Florence Gauthier).
los economistas que, en 1775, pretendían ser los únicos capaces
6. El 29 de septiembre de 1793, la Convención Nacional, presionada
de conocer la realidad: “¿Si por casualidad, o más bien por torpepor el movimiento popular, adoptó el máximo de los precios y de los
za de espíritu, yo fuera persuadido de que la libertad del comersalarios.
7. Yannick Bosc publicará próximamente un libro sobre Thomas
cio de los granos es una cosa muy funesta para el estado, por
Paine
que desembrolla esta historia (nota de Florence Gauthier).
qué, le ruego, sería un mal ciudadano no compartiendo sus in8. Jean-Pierre Faye, Dictionnaire politique portatif en cinq mots.
quietudes? Usted ve un bien donde yo veo un mal; así, amando
Demagogie. Terreur. Tolerance. Repression.Violence. Idées Gallimard, Paigualmente a nuestro país, usted detesta los motines que pueris, 1982.
9. Del Comercio de los granos, 1775.
den quebrantar la firmeza del ministerio y derribar su sistema y
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