DECISIONES INTEGRADAS: CONCILIACIÓN ENTRE CORRIENTE DE RENTA Y CORRIENTE DE TESORERIA Juan Alaminos Ternero1 E-MBA, Sevilla, 2003 El sistema tradicional de toma de decisión basado en los costes ¿realmente sirve para tomar decisiones óptimas o es un gran provocador de errores? Todo el que haya tomado decisiones empresariales en el ámbito de la dirección general de la empresa sabe que vender con beneficios puede generar pérdidas, y lo que parece menos entendible, vender con pérdida puede generar beneficios. Me refiero no sólo a un “beneficio de oportunidad o beneficio diferencial” (haciendo un símil con el coste de oportunidad), sino beneficio real, provocado por una variación en la optimización de los costes (cambios de estructura, reparto de costes de estructura, mejor aprovechamiento de los recursos…), y también por los cambios o modificaciones que puedan darse en las necesidades financieras de la empresa. Tradicionalmente, los modelos de decisión empresarial se han basado en la maximización del beneficio (çorriente de renta). Sin embargo, las teorías más actuales tratan de maximizar el valor de la empresa en el mercado. Se han cambiado algunos elementos, hasta el punto de prevalecer otras herramien- tas de análisis, como elementos más determinantes para la valoración de una empresa: la tesorería (corriente de fondos) y los recursos humanos. Según estas teorías, la dirección general de una empresa debe volcarse en dos elementos fundamentales sobre los que revierten el resto de los elementos de control: control de las personas y control de la caja. Por tanto, personas y finanzas, suponen las dos áreas de control de la organización con mayor influencia en las decisiones empresariales y sobre los cuales se debe incidir para una mejora continua. El resto de los objetivos de control desembocan en alguna de las dos áreas mencionadas. Por ello, cualquier objetivo empresarial, o cambio del mismo, debe estar, como mínimo, explicitado en términos de las personas y también en la habilitación de los recursos financieros necesarios. ¿No le quita el sueño más al empresario cómo cobra a sus clientes y cómo paga a sus proveedores que si ha mejorado beneficio? A largo plazo, ambas magnitudes deben coincidir, es decir, todo gasto se convierte en pago y todo ingreso se convierte en cobro, 1. Profesor Asociado del Dpto. de Economía Financiera y Dirección de Operaciones de la Universidad de Sevilla. 26 opinión santelmo 36 // marzo 2010 Jean François Millet. The Wood Sawyers. Victoria and Albert Museum. Londres. Inglaterra. y, por tanto, todo beneficio se ha de convertir en Fondos Generados por la Empresa. Pero ¿cómo afectan las decisiones empresariales cuando las hacemos en función de la corriente de renta y de la corriente de tesorería? Hace años fui director de una empresa industrial del sector del mueble de madera. La empresa, bien organizada en el área de la producción, había contado con una firma prestigiosa de consultoría, que había implantado un sistema de coste estándar, y tomaba decisiones basadas en el coste de producción. A veces, se acostumbraba a comprar la materia prima (madera sueca) directamente a aserraderos nórdicos y traer la materia prima en barcos hasta Sevilla. El hecho de comprar la madera directamente a los aserraderos suecos, suponía unos ahorros considerables y un suministro para unos seis meses. El ahorro en los costes era apreciable y aconsejaba la decisión de comprar al proveedor sueco frente a otras alternativas. Sin embargo, la decisión de compra afectaba no sólo a los costes, sino también a la Caja. Tal decisión daba lugar a un riesgo importante (como mínimo): no poder pagar la nómina durante algún tiempo. Independientemente de lo que sucedió, la empresa ponía en peligro su liquidez, resaltando la incongruencia de objetivos entre la corriente de renta y la corriente de fondos, para la toma de decisiones. El objetivo financiero puede suponer el elemento más infranqueable en las inversiones empresariales, y su disponibilidad siempre estará limitada y condicionada. Por ello, desde el punto de vista financiero, siempre se cumple la siguiente máxima: en la caja nunca sobra nada; o falta dinero, o faltan ideas. También puede darse el caso, y desgraciadamente se da con cierta frecuencia, de que falten ambas. En las empresas de servicios, estas diferencias se acentúan y los costes variables de producción pierden importancia en la elaboración precio del producto. En ellas se aprecia, con mayor claridad si cabe, esa diferencia entre tomar decisiones basadas en la corriente de renta y en la corriente de fondos, porque los costes componen una menor proporción del precio de venta y, en general, es mayor el margen variable. ¿No suele ser acaso la tesore- En todas las empresas, la tesorería supone una restricción importante. Sin embargo, el foco de las decisiones empresariales se centra en los costes (de producción) y los ingresos (por ventas), dejando para los financieros, la resolución de los problemas de tesorería. santelmo 36 // marzo 2010 opinión 27 ría en estas empresas el principal factor limitante? ¿Por qué entonces se toman decisiones en base exclusivamente al coste del producto? ¿No sería más claro un sistema que identificara los elementos financieros o de tesorería en vez de identificar los costes? ¿Por qué tantos estudios de coste si, al final, los modelos de coste dependen en gran medida de unos repartos que son, en la mayor parte de los casos, subjetivos y arbitrarios y, además, sujetos a una negociación interdepartamental? En todas las empresas, la tesorería supone una restricción importante. Sin embargo, el foco de las decisiones empresariales se centra en los costes (de producción) y en los ingresos (por ventas), dejando para los financieros, la resolución de los problemas de tesorería. ¿No merecería la pena examinar las decisiones basadas en los costes y analizarlas conjuntamente con la tesorería? Una de las obras más admiradas de los últimos tiempos, en cuanto a modelos de toma de decisiones en empresas industriales, que ha impactado de una manera determinante en el concepto de organización de empresa industrial, es la teoría de las restricciones TOC, propuesta por Goldratt, en su libro “La Meta”; que no es otra que hacer dinero. La Teoría de Restricciones (TOC) basa sus principios en la determinación de los elementos restrictivos que tienen impacto en todo el sistema, para incidir en los problemas en donde mayor cobertura genera. La principal aportación que el citado profesor hace, con relación al modelo de organización de la producción, es la propuesta de analizar el “el cuello de botella”. Éste, hace referencia a la principal restricción de la capacidad de las operaciones en un momento determinado del tiempo (factor limitante, recurso escaso, principal restricción….). Analizando el cuello de botella, los responsables tratan de influir sobre las operaciones de la empresa, equilibrando o balanceando la producción, con el objetivo de adecuar la misma a las necesidades del resto de la propia empresa y, sobre todo, a las necesidades del mercado. Desde este punto de vista, el cuello de botella es eminentemente organizativo, pero genera un doble interés financiero; en primer lugar, cuando trata de acometer decisiones estructu- 28 opinión rales, es decir, ¿qué decisiones sobre el inmovilizado he de tomar si quiero organizar la empresa para una determinada capacidad de producción?. En este sentido, el análisis de las necesidades estructurales de fondos o necesidades a largo plazo de la empresa, se constituye en el principal criterio de decisión (VAN, TIR); pero, además, en segundo lugar y como consecuencia de ello, estas inversiones en el inmovilizado, llevan aparejada una inversión en activos corrientes y crean una nueva necesidad de fondos: la necesidad de movilizar fondos operativos (NOF) para todo el nuevo ciclo de operaciones y para todo el “periodo de maduración financiero de la empresa”. Este periodo de maduración financiero, (tiempo que transcurre desde que pago una unidad monetaria hasta que la recupero en cobro), vincula cuatro momentos distintos: cuándo se compra, cuándo se paga, cuándo se vende y cuándo se cobra. Los momentos de compra y pago, así como de venta y cobro, sin embargo, no tienen porqué coincidir en el tiempo. Otra conclusión que se hace en el libro La Meta, sobre de la teoría de las restricciones TOC, es que el cuello de botella en las empresas industriales está continuamente cambiando, en función de las necesidades del sistema a corto plazo de la empresa. Este cambio afecta, de la misma manera, a las Necesidades Operativas de Fondos, (NOF), como consecuencia de la modificación de la capacidad productiva de la empresa. En algún caso, puede significar, además, fondos estructurales diferenciales. Por todo ello, se puede concluir que cualquier cambio en el modelo organizativo de producción afecta al periodo de maduración financiero y, en definitiva, a la tesorería, como consecuencia de los nuevos pagos diferenciales generados. De la misma forma, el cuello de botella también está directamente vinculado a los ingresos de la empresa y, por tanto, directamente relacionado con la tesorería de la misma. Mientras más amplio sea el cuello de botella (si todo fluye como es debido) más producto sale de la empresa y se convertirá en tesorería. Es decir, delimita los ingresos de la caja pero no su momento de cobro. En definitiva, el cuello de botella y su variación condiciona la tesorería en una triple vertiente: santelmo 36 // marzo 2010 Los responsables de la producción se deben conciliar con los financieros y empezar a trabajar juntos en aras a una mejora permanente de la empresa. Vincent Van Gogh. Taller de carpintería visto desde la habitación de Vincent.Rijksmuseum Kröller-Müller. Otterlo. Holanda. • En primer lugar, por las inversiones a realizar y las necesidades estructurales de fondos. • En segundo lugar, por las modificaciones en la producción y en la necesidades operativas. • En tercer lugar, el tamaño y el ritmo de la tesorería. Sin embargo, el modelo de decisiones basado en el cuello de botella del modelo de Galbratt no tiene en cuenta la tesorería, como elemento de restricción del modelo. Analiza las decisiones empresariales relacionadas con el cuello de botella a través del coste variable (lo que denomina THROUGHPUT, INVENTARIO Y GASTO DE OPERACIONES). Este concepto no incluye las ineficiencias soportadas y otros costes no definidos como esenciales en la elaboración del producto. Por ello, cuando se le introduce al modelo un factor que distorsiona los costes fijos,(por ej. la amortización de un equipo nuevo), el análisis queda incompleto. Así lo afirma el profesor Amaro Yardin de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral (Argentina) (1997), en su artículo “El capítulo que le falta a La Meta”, que concluye: La congruencia de ambas definiciones, por tanto, quedan resueltas a partir de la utilización del coste completo. Sin embargo, llevando el modelo hasta sus últimas consecuencias, ¿no le falta a este modelo un análisis de las necesidades de fondos junto con el coste completo? En el presente artículo, ha quedado acreditado que la tesorería afecta al propio cuello de botella, de la misma manera que el cuello de botella afecta a la tesorería. Si se amplía el tubo que supone el diseño de las operaciones, que finaliza en las necesidades del mercado, de forma que contemple las operaciones de tesorería y éstas fueran tenidas en cuenta, las decisiones del equilibrio de las operaciones pueden (e, incluso, deben) saltar al ámbito financiero. Los responsables de la producción se deben conciliar con los financieros y empezar a trabajar juntos en aras a una mejora permanente de la empresa. Las decisiones de organización industrial basadas en el cuello de botella pueden desestabilizar el equilibrio financiero de la empresa y ocasionar perjuicios, incluso superiores, a los beneficios que produce. Por todo ello, concluyo planteando cuatro cuestiones: • El sistema de toma de decisiones basado en los costes (corriente de renta) ¿es el mejor sistema para analizar las decisiones empresariales o, quizás, es más adecuado el sistema basado en la tesorería?. ¿Son los costes provocadores de errores? • ¿Son los responsables de las operaciones de las empresas conscientes de lo que supone, para el equilibrio financiero de la empresa, las decisiones de organización de las operaciones?. Señores responsables de operaciones: los ahorros de costes provocados por mejoras en la reducción de almacenes pueden ser inferiores a los costes financieros que provoca. Además, la curva de reducción de costes de almacenamiento se asemeja a un palo de hockey. Por ello, una reducción de los inventarios no tiene porqué conllevar una reducción significativa de los costes. El denominado Fondo de Maniobra negativo en empresas industriales, no es tanto un beneficio industrial, como un beneficio financiero. • ¿Son los responsables de las finanzas suficientemente conscientes de las necesidades de organización de las operaciones, y el beneficio que supone para aquellas un buen análisis del cuello de botella?. Señores responsables financieros: la tesorería ha de funcionar como un almacén “justo a tiempo”. • ¿No sería conveniente alargar el tubo de análisis de las operaciones y utilizar el modelo de Goldratt, que tiene presente el objetivo comercial y, al mismo tiempo, vincularlo al objetivo financiero? La dirección general agradecería esos planteamientos del cuello de botella, que contemplen los objetivos de producción conforme a los requerimientos de los objetivos comerciales y valorarlos en términos de Flujo de Fondos. Ello facilitará el lenguaje entre dos departamentos y, sin duda, ayudará a la dirección general en la toma de decisiones y en la eliminación de errores. santelmo 36 // marzo 2010 opinión 29