NOTA CLÍNICA Crisis oculógiras asociadas a fármacos: descripción de cuatro casos y revisión de la bibliografía Alejandra Darling, Pilar Póo, Belén Pérez-Dueñas, Jaume Campistol Servicio de Neurología. Hospital Sant Joan de Déu. Universitat de Barcelona. Esplugues de Llobregat, Barcelona, España. Correspondencia: Dra. Pilar Póo Argüelles. Servicio de Neurología. Hospital Sant Joan de Déu. Universitat de Barcelona. Pg. Sant Joan de Déu, 2. E-08950 Esplugues de Llobregat (Barcelona). E-mail: [email protected] Agradecimientos: Al Dr. Emilio Fernández Álvarez. Introducción. Las crisis oculógiras se consideran una forma de distonía focal y pueden observarse como reacciones secundarias a fármacos. El cuadro puede confundirse con crisis epilépticas. Objetivo.Describir la clínica y evolución de pacientes con crisis oculógiras relacionadas con fármacos y realizar una revisión del tema. Casos clínicos. Estudio retrospectivo y descriptivo de cuatro pacientes evaluados en el servicio de neurología por crisis oculógiras. Los pacientes tenían un diagnóstico que asociaba un trastorno de conducta que requirió tratamiento con fármacos antipsicóticos. Los episodios de crisis oculógiras no presentaron correlación con los hallazgos en el electroencefalograma. Presentaron buena respuesta a la disminución de dosis o a la suspensión del agente causal aparente. Conclusiones. El cuadro no sólo se presenta en pacientes tratados con antipsicóticos, sino que también se asocia con otros fármacos de uso frecuente en la práctica pediátrica diaria. En las crisis oculógiras como motivo de consulta, deben valorarse los diagnósticos diferenciales para evitar estudios innecesarios y realizar un correcto manejo terapéutico. Palabras clave. Bloqueadores dopaminérgicos. Crisis oculógiras. Fármacos antipsicóticos. Reacción distónica aguda. Aceptado tras revisión externa: 02.01.13. Cómo citar este artículo: Darling A, Póo P, Pérez-Dueñas B, Campistol J. Crisis oculógiras asociadas a fármacos: descripción de cuatro casos y revisión de la bibliografía. Rev Neurol 2013; 56: 152-6. © 2013 Revista de Neurología Introducción Las crisis oculógiras o desviaciones oculares involuntarias se caracterizan por desviación paroxística de los ojos hacia arriba, y ocasionalmente lateral, hacia abajo u oblicua. Las crisis oculógiras se consideran una forma de distonía focal. Estas crisis oculógiras pueden verse como reacciones secundarias a fármacos, particularmente bloqueadores del receptor de dopamina. La forma de presentación más frecuente es como una reacción distónica aguda (RDA), pero también se describen formas tardías [1]. Consideramos de interés la revisión del tema, porque el cuadro puede confundirse con crisis epilépticas y estar infradiagnosticado [2,3]. Describimos, a continuación, la clínica y evolución de cuatro pacientes con crisis oculógiras relacionadas con fármacos evaluados en el servicio de neurología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Realizamos, además, una revisión de la bibliografía sobre el tema. Casos clínicos Se describen cuatro pacientes que presentaron crisis oculógiras con desviación de la mirada al cénit, sin acompañarse de desconexión, en el contexto de 152 un tratamiento farmacológico. En la tabla figuran los datos relevantes de cada paciente. Los cuatro pacientes tenían un diagnóstico que asociaba un trastorno de conducta que requirió tratamiento con fármacos antipsicóticos. Los diagnósticos fueron síndrome de Down (caso 1), síndrome del cromosoma X frágil (caso 2), retraso mental de causa no determinada (caso 3) y retraso psicomotor global asociado a una translocación no equilibrada (caso 4). En el caso 1, las crisis oculógiras se presentaron al iniciar risperidona, los síntomas persistieron con el cambio a olanzapina y disminuyeron con el cambio a una benzodiacepina. En el caso 2, los síntomas se relacionaron con la discontinuación del uso de paliperidona, sumado a la suspensión previa de aripiprazol, asumiéndose como una discinesia de retirada. En el caso 3, los síntomas se iniciaron durante el tratamiento con risperidona, y con su descenso disminuyó la frecuencia de los episodios, pero no llegaron a desaparecer totalmente. Se realizaron estudios para descartar otras causas, que fueron normales. Finalmente se suspendió la risperidona y se inició tratamiento con aripiprazol, persistiendo la clínica hasta la supresión del fármaco. El caso 4 inició las crisis oculógiras a los pocos días del inicio de levopromacina, indicada por trastorno del sueño. Inicialmente se interpretaron como crisis epilépticas, debido a la epilepsia que acompañaba su pato- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (3): 152-156 Crisis oculógiras asociadas a fármacos logía de base. Las crisis oculógiras se relacionaron con el fármaco meses después y desaparecieron inmediatamente tras su suspensión. En todos los pacientes se realizaron electroencefalogramas durante el período de crisis oculógiras, siendo normales en tres de ellos y alterado en el caso 4, por su patología. En todos los pacientes, el examen neurológico entre los episodios fue el habitual, debido a su patología neurológica (Tabla). Discusión Las crisis oculógiras son una forma de distonía focal. Están caracterizadas por la desviación espasmódica de los ojos, más frecuente hacia arriba, ocasionalmente lateral, hacia abajo u oblicua, que dura desde minutos a varias horas. Otras manifestaciones asociadas incluyen otras formas de distonía, por ejemplo, flexión del cuello hacia atrás o lateral, apertura bucal y protrusión lingual. Ocasionalmente, los episodios son precedidos por síntomas prodrómicos, como inquietud, agitación, malestar o mirada fija. Las crisis oculógiras se consideran una forma de RDA, en la cual pueden afectarse músculos craneales, faríngeos, cervicales y axiales. La forma más grave es el laringoespasmo, con afectación de la vía aérea [2,4-7]. Las RDA suelen ocurrir dentro de las 48 horas de la exposición al fármaco o de un cambio de dosis, el 90% dentro de 4-5 días. En un 80% se presentan durante la tarde y la noche. Pueden comenzar en forma aguda y durar desde pocos minutos a horas [4,5]. Los síntomas usualmente desaparecen entre 24 y 48 horas después de la suspensión o disminución de la dosis del agente causal [1,2,5,6,8]. En nuestros pacientes, las crisis oculógiras aparecieron tras el inicio/supresión de un fármaco antidopaminérgico: risperidona, levopromacina, aripiprazol y paliperidona. Se habían descrito previamente RDA, incluidas crisis oculógiras, en niños tratados con dichos fármacos [2,4,6,7]. Se puede considerar que, del total de los casos presentados, tres corresponden a discinesias agudas relacionadas con el inicio de uso del fármaco, mientras que el caso 2 correspondería a una discinesia de retirada. Los niños tienden a desarrollar discinesia de retirada cuando se interrumpe el uso de bloqueadores dopaminérgicos. Los factores de riesgo para el de­ sarrollo de discinesia de retirada en niños son el uso de antipsicóticos típicos, niveles altos del fármaco, trastorno neurológico orgánico, historia de efectos adversos extrapiramidales y descenso brus- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (3): 152-156 co de la dosis del antipsicótico. Se ha sugerido, además, mayor riesgo de discinesia de retirada en niños con autismo o historia perinatal complicada. Las distonías de retirada suelen aparecer a los pocos días de la supresión del bloqueador dopaminérgico, pero en algunos casos pueden aparecer hasta dos meses después [2]. Se han comunicado casos de crisis oculógiras recurrentes que aparecen a pesar de la suspensión completa del fármaco y sin nueva exposición a bloqueadores dopaminérgicos. Los desencadenantes fueron una única dosis de haloperidol en dos casos y una dosis única de metoclopramida en otro caso [9]. Los fármacos descritos relacionados con crisis oculógiras son: – Antipsicóticos con bloqueo dopaminérgico de alta potencia, como haloperidol y trifluoperacina. Estos son los que producen mayor número de reacciones distónicas. La tioridacina y la clorpromacina también las originan [2,5]. – Los antipsicóticos atípicos tienen menor riesgo de producir RDA; sin embargo, se han descrito casos de crisis oculógiras relacionados con la administración de risperidona, clozapina, olanzapina, quetiapina, ciprasidona y aripiprazol [6,10-13]. En niños, se ha comunicado un caso de crisis oculógiras por ciprasidona (antagonista dopaminérgico y 5-HT2A) después de seis semanas de tratamiento. Pueden presentarse con dosis bajas y tras semanas de haber iniciado el tratamiento [7,14]. – Es ampliamente conocido que el uso de metoclopramida puede producir crisis oculógiras [6]. – La cetiricina, frecuentemente indicada en el tratamiento de procesos alérgicos, puede producir crisis oculógiras. La mayoría de los casos registrados ocurren en edad pediátrica [15,16]. – Otros fármacos que se han relacionado con crisis oculógiras son el litio, la carbamacepina y la tetrabenacina [1,3,12]. – Recientemente se ha comunicado el caso de crisis oculógiras asociadas a niveles elevados en sangre de lamotrigina en pacientes tratados por epilepsia. Aquí cobra especial relevancia su conocimiento, ya que, inicialmente, se asumieron como crisis de ausencia. Las crisis se resolvieron con disminución de la dosis [17]. – La cocaína sola o asociada a bloqueadores dopaminérgicos predispone a RDA [2,4]. – Se han descrito crisis oculógiras tardías con clozapina, olanzapina y amisulprida. Con clozapina, antipsicótico atípico utilizado en el tratamiento de la distonía tardía, se han encontrado casos que, paradójicamente, desarrollaron crisis oculógiras tardías [3,7,18]. 153 A. Darling, et al Tabla. Características de la serie. Edad/ peso Sexo Diagnóstico y síntomas asociados Síntomas oculares Síntomas acompañantes Duración y características Elevación paroxística de la mirada Flexión cefálica Paroxismos recurrentes de 5 s de duración, en el curso de menos de 1 h a más de 6 h. Sin desconexión ambiental Caso 1 17 años/ 39 kg F Síndrome de Down, trastorno de conducta Caso 2 17 años/ 77 kg M Síndrome X frágil, trastorno de conducta Elevación paroxística de la mirada Distonía de las extremidades superiores Paroxismos recurrentes de segundos de duración, durante minutos a horas Caso 3 11 años/ 32 kg M Retraso mental grave, trastorno de conducta Elevación paroxística de la mirada Descenso de la cabeza y cierre palpebral Paroxismos de segundos de duración en el transcurso de minutos a más de 1 h. Esporádicos, no diarios. Sin desconexión ambiental. Se exacerba con estrés y fatiga Caso 4 2 años/ 11 kg F Retraso psicomotor grave, translocación t(3;5)(p12;q12), epilepsia sintomática, trastornos del sueño Elevación paroxística de la mirada No Elevación mantenida de la mirada, durante 4-5 min. Varias veces al día F: femenino; M. masculino. a Fármacos tomados de forma no simultánea. Inicialmente suspendió tratamiento con aripiprazol. Un mes después, se rebajó la La fisiopatología de las RDA y crónicas aún no se ha esclarecido. Se supone relacionada con el bloqueo del receptor de dopamina y se sugieren factores adicionales [9,10]. Evidencias neurofisiológicas sostienen que estructuras en el mesencéfalo rostral, como el núcleo intersticial de Cajal, contribuyen a la realización de movimientos oculares verticales; por lo tanto, se propone que un desequilibrio de este integrador neural mantendría la desviación ocular. La desviación sostenida vertical de la mirada ocurre cuando lesiones afectan varias estructuras del mesencéfalo rostral [19]. El mecanismo por el cual los antipsicóticos inducen RDA se cree que es por el bloqueo dopaminérgico en los ganglios de la base. La hipótesis se sostiene por la correlación positiva que existe entre el bloqueo del receptor D2, la potencia antipsicótica y la frecuencia de las RDA. Cualquier medicación que antagonice la función dopaminérgica nigroestriatal tiene el potencial de causar reacciones distónicas [4,8,17]. Las RDA se deberían, además, a una actividad excesiva colinérgica y sería revertida por fármacos anticolinérgicos. El uso de agentes anticolinérgicos para revertir las reacciones distónicas indirectamente sostiene esta hipótesis. Por eso, los agonistas de la dopamina o inhibidores de la acetilcolina muestran un efecto antidistónico [5,9,19]. 154 Algunos autores especulan que trastornos neurológicos o lesiones en el sistema nervioso previas podrían aumentar la susceptibilidad a desarrollar RDA, circunstancia presente en nuestros pacientes. Finalmente, aún no está claro por qué sólo una pequeña proporción de pacientes desarrolla RDA. Una de las teorías es la susceptibilidad genética [9,10,17]. Los factores de riesgo para RDA incluyen edad joven, sexo masculino, psicosis primaria, encefalopatía de diversas etiologías, reacciones distónicas previas, uso de antipsicóticos de alta potencia, dosis altas, y su administración parenteral [2,4]. Como remarcamos en la introducción, uno de los diagnósticos diferenciales más importantes son las crisis epilépticas, por lo que se ha de valorar la realización de electroencefalogramas durante el episodio. Otros diagnósticos diferenciales son los que mencionamos a continuación. El síndrome de desviación tónica paroxística benigna de la mirada hacia arriba, descrito en 1998 por Ouvrier y Billson, podría considerarse como diagnóstico diferencial en algunos casos. Este cuadro se caracteriza por la aparición en los primeros meses de vida de episodios de elevación paroxística de la mirada, de duración variable, sin alteración de la conciencia, pero con ataxia en los episodios. El examen neurológico entre los episodios es normal. No coincide con la toma de fármacos, cede con el sueño y tiende a la desaparición espontánea [20- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (3): 152-156 Crisis oculógiras asociadas a fármacos Fármacos recibidos en el momento de los síntomas Evolución Electroencefalograma Risperidona (0,5 mg/día), olanzapina (5 mg/día) Persistieron 1,5 meses. En disminución (espaciados y leves) a partir del cambio a escitalopram Normal Aripiprazol (15 mg/día), paliperidona (6 mg/día) a Asociación con descenso de paliperidona Normal Risperidona (1,5 mg) b, aripiprazol (inicio: 2 mg, aumento gradual) Con descenso de risperidona, disminución parcial. Suspensión de risperidona e inicio de aripiprazol, sin cambios. Desaparición al suprimir ambos Normal Levopromacina (5 mg/día), ácido valproico (30 mg/kg/día) Inició movimientos oculares a los pocos días de tomar levopromacina. Se relacionaron con el fármaco siete meses después. Desaparecieron inmediatamente tras la suspensión del fármaco. No repitió episodios Puntas y complejos punta-onda occipitales bilaterales paliperidona. Los síntomas se asociaron con la disminución de paliperidona. b Los síntomas aparecieron después de un año de tratamiento con risperidona. 22]. Algunos casos pueden confundirse con trastornos psicógenos [9]. Las crisis oculógiras pueden ser una manifestación de un déficit dopaminérgico primario, como los defectos genéticos en el metabolismo de las aminas biógenas [23]. Además, se han de tener en cuenta otras causas poco frecuentes, como lesiones en los ganglios de la base y lesiones en el tronco encefálico [5,24,25]. También han sido descritas en pacientes con, síndrome de Rett, ataxia telangiectasia, esclerosis múltiple, neurosífilis y traumatismo craneal [1,9,26]. Las RDA, entre ellas las crisis oculógiras, son usualmente autolimitadas y desaparecen con la supresión del fármaco, pero muchas veces son incapacitantes para el paciente. En estos casos, el cuadro se revierte usualmente en minutos con la administración de un tratamiento parenteral con anticolinérgicos, como benzotropina (1-2 mg por vía endovenosa o intramuscular) o biperideno (2-5 mg por vía endovenosa o intramuscular), o con antihistamínicos como la difenhidramina (1-2 mg/kg por vía endovenosa), que se repite en 20 minutos si no ha sido efectivo. La vía oral de este último fármaco también es útil, aunque su efecto es más tardío. Los pacientes tienen que ser advertidos de que deben evitar el fármaco desencadenante, y de que presentan mayor riesgo de padecer esta reacción con otros fármacos [4,6,8,27,28]. www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (3): 152-156 En conclusión, este estudio demuestra que los pacientes afectos de encefalopatía de origen genético, como el síndrome X frágil, síndrome de Down o traslocación cromosómica no equilibrada, son vulnerables a presentar reacciones distónicas con el uso de fármacos antidopaminérgicos, lo que obliga a ser especialmente cuidadosos a la hora de administrar dichos tratamientos. Por otro lado, otro objetivo es remarcar las crisis oculógiras como motivo de consulta y tener presente los diagnósticos diferenciales, para evitar estudios innecesarios y realizar un manejo terapéutico correcto. Teniendo en cuenta que la principal causa de crisis oculógiras es la exposición a fármacos específicos, el interrogatorio es fundamental para el diagnóstico. Interesa destacar que el cuadro no sólo se presenta en pacientes tratados con antipsicóticos, sino que también se asocia a fármacos de uso frecuente en la práctica pediátrica diaria. Bibliografía 1. Fitzgerald P, Jankovic J. Tardive oculogyric crises. Neurology 1989; 39: 1434-7. 2. Rodnitzky RL. Drug-induced movement disorders in children. Semin Pediatr Neurol 2003; 10: 80-7. 3. Uzun O, Doruk A. Tardive oculogyric crisis during treatment with clozapine. Clin Drug Invest 2007; 27: 861-4. 4. Rodnitzky RL. Drug-induced movement disorders. Clin Neuropharmacol 2002; 25: 142-52. 155 A. Darling, et al 5. Stanford SJ, Zarotsky V, Mohaupt SM, Yones SL, Sims SJ. Delayed onset of oculogyric crisis and torticollis with intra­muscular haloperidol. Ann Pharmacother 2003; 37: 1434- 7. 6. Dressler D, Benecke R. Diagnosis and management of acute movement disorders. J Neurol 2005; 252: 1299-306. 7. Praharaj SK, Jana AK, Sarkar S, Sinha VK. Olanzapineinduced tardive oculogyric crisis. 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The episodes of oculogyric crises did not correlate with the findings in the electroencephalogram. They responded well to the reduction in dosage or to withdrawal of the apparent causing agent. Conclusions. The clinical picture does not present only in patients treated with antipsychotics but is also linked with other pharmaceuticals that are frequently used in daily paediatric practice. When oculogyric crises are the reason for visiting, differential diagnoses must be taken into account in order to avoid unnecessary studies and to carry out an appropriate therapeutic management. Key words. Acute dystonic reaction. Antipsychotic drugs. Dopamine blockers. Oculogyric crisis. 156 www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (3): 152-156