2004 01 27 El Mesias y los Padres Verdaderos.

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El Mesías y los Padres Verdaderos – 27 de Enero de 2004
Cumbre Mundial sobre Liderazgo y Gobierno - Banquete de Clausura
Discurso del Fundador: "El Mesías y los Padres Verdaderos"
Hotel Shilla, Seúl, Corea, 27 de Enero de 2004
Distinguidos líderes del mundo, respetados dignatarios de Corea y otros países, damas y
caballeros:
Este banquete fue preparado para celebrar mi cumpleaños 84 y el cumpleaños de mi esposa,
la Dra. Hak Ja Han Moon. En vez de recibir las felicitaciones en nuestros cumpleaños, los dos
preferimos ofrecer este banquete a los santos y sabios del mundo espiritual que están
presentes aquí en este momento, a las familias bendecidas del mundo espiritual, y a los
participantes de la Cumbre Mundial sobre Liderazgo y Gobierno. Entiendo que ustedes han
estado involucrados en muchas discusiones y reuniones durantes los pasados días sobre el
tema: “Buen Gobierno para un Mundo en Crisis” Sé que su duro trabajo y pasión se
combinarán para crear la oportunidad para que nuevas esperanzas y sueños sean plantados
en un mundo que, hasta ahora, parece deslizarse más y más profundo en la crisis cada día
que pasa. Me gustaría expresar – una vez más - mi más sincera gratitud a cada uno de
ustedes por venir a mi patria, Corea, para unirse a mí en la inauguración del cuarto año del
Chun Il Guk (El Reino de la Paz y Unificación). Este es un nuevo año de gran esperanza, y
esta noche, manteniendo una tradición que he guardado a lo largo de mi vida de más de
ochenta años de hablar únicamente de la voluntad del Cielo, me gustaría transmitirles el
mensaje del Cielo titulado, “El Mesías y los Padres Verdaderos”.
En el comienzo, los seres humanos fueron creados como hijos de Dios. Ellos fueron
destinados a crecer hasta la madurez, a formar familias con Su Bendición, y a multiplicar Sus
descendientes por incontables generaciones en un linaje de sangre de bondad sin mancha de
pecado. Los primeros ancestros humanos, Adán y Eva, tenían que asistir a Dios como su
Verdadero Padre Vertical, y con Dios, el Padre Verdadero, como su eje, ellos tenían que llegar
a convertirse en la encarnación de los Padres Verdaderos horizontales. En tal mundo, la
palabra “Mesías”, nunca hubiera llegado a existir. Su familia habría sido la familia ideal que
reflejaría el ideal divino de la creación, y el mundo podría haber sido el reino de los Cielos en
la Tierra, donde el ideal divino de la creación fuese completado. Después de vivir sus vidas en
este mundo, los seres humanos habrían sido registrados automáticamente como ciudadanos
del Reino de los Cielos en el mundo espiritual, donde habrían vivido eternamente en libertad,
paz y felicidad.
Adán y Eva perfectos se habrían comunicado directamente con Dios usando sus cinco
sentidos espirituales, y al mismo tiempo, habrían trabajado libremente con la creación usando
sus cinco sentidos físicos. Ellos habrían vivido como los verdaderos amos, los verdaderos
padres y los verdaderos reyes representando tanto al mundo espiritual como al mundo físico.
Pero, con la caída de los primeros ancestros humanos, toda la humanidad descendió al
infierno sin esperanza, del cual no podían escapar sólo con sus propios esfuerzos. Sus cinco
sentidos espirituales se paralizaron completamente. Ellos cayeron en un estado similar al de
un ciego cuyos ojos solamente aparentan ser normales al observador, pero que no funcionan
para nada. Forzados a vivir con solo sus cinco sentidos físicos, se convirtieron en medio –
humanos solamente. No podían ver a Dios. No podían escuchar Su voz, ni sentir Su tacto.
¿Entonces, cómo podrían experimentar Su amor como su propio Padre o entender Su
sufriente corazón?
Satanás forzó su camino hacia la posición de verdadero-padre que le correspondía legalmente
a Dios, fingiendo él, ser el padre. El colocó a la humanidad en una completa atadura,
convirtiéndolos en sus esclavos. Por esta razón, el amor, la vida, y el linaje que poseemos hoy
en día, es falso. Es precisamente ese falso amor, falsa vida, y falso linaje que fue plantado al
comienzo en Adán y Eva, el que persiste en nosotros hoy en día.
Qué gran pena debe haber sentido Dios mientras observaba a la humanidad - aunque nacida
para ser Sus hijos directamente lineales - recibir el linaje falso de Satanás y descender a la
posición de sirviente de sirviente. Ya que Dios es un Dios de principios y ley, El no rompería
los principios por los cuales El creó, ni violaría el ideal de la creación que El estableció. Así, El
ha tenido que esperar decenas de miles de años antes de introducir al Mesías al curso de la
providencia de la salvación. Diferentes religiones se refieren a esta persona a través de
diferentes nombres tales como Maitreya, el Hombre del camino Verdadero, o el Salvador por
venir – pero la persona necesitada por la humanidad para abrir el camino, y la persona
buscada por Dios, es solamente una – el Mesías y Padre Verdadero.
¿Entonces, quién es el Mesías, y cómo es El? El es el propietario y la substanciación de la fe,
la esperanza y el amor, y el amor no solamente para el individuo sino también para la familia,
la tribu, la sociedad, la nación, el mundo y el cosmos. Solamente en la era en que la
humanidad asista a esta persona como el Mesías, la fe y la esperanza que todavía
permanecen, finalmente darán frutos. La vida y aliento de la historia humana están contenidos
en este fruto. Nuestro pasado, presente, y futuro están ligados con él. Ese fruto no está ligado
solamente a los seres humanos sino también al Cielo. El Mesías viene para el bien de los
seres humanos, quienes llegaron a ser huérfanos desamparados después de haber perdido a
sus padres a través de la Caída. El llega a ser nuestro Padre Verdadero substancial,
Propietario Verdadero, Maestro verdadero, y Rey Verdadero. El es la sustancialización del
verdadero amor, la verdadera vida, y el verdadero linaje de Dios, que viene para restaurar a
Sus hijos perdidos, quienes han estado gimiendo en aflicción bajo un padre falso, para
regresarlos a sus posiciones legales como hijos e hijas de Dios.
Damas y Caballeros, el Cielo envió a Jesús a la tierra hace 2,000 años como el Mesías. Jesús
no fue ningún otro más que aquél que vino a abrazar a los hijos que habían perdido a sus
padres y para restaurarlos de vuelta a su ideal original del Cielo. El fue el Verdadero Padre. A
través de la caída, Adán y Eva perdieron sus posiciones como Verdaderos Padres. Ellos
fracasaron en recibir la bendición de Dios y no pudieron formar una unión como verdaderos
esposo y esposa, y no pudieron tener hijos verdaderos. Su fracaso significó que ellos no
podrían abrazar tres generaciones de Su linaje, incluyendo a Sus nietos. Así que Dios,
dolorosamente, realizó los preparativos por un lapso de miles de años, estableciendo la nación
de Israel como Su pueblo escogido, y luego envió a Jesús, el Salvador y Mesías, a través del
linaje de Abraham. Jesús vino como el Comandante en Jefe para la lucha para establecer la
soberanía, el territorio, y el pueblo de una nación única de Dios por primera vez en la historia.
Sobre este fundamento, el restauraría entonces todo el mundo del linaje de sangre falso de
Satanás, al verdadero linaje de sangre de la bondad de Dios.
Trágicamente, sin embargo, injustamente, Jesús fue llevado a la muerte en la cruz, Porque no
fue recibido por la gente de Israel, a quien Dios había escogido. El Mesías, Jesús, quien debía
haber restaurado la posición de los Padres Verdaderos, y luego haber producido hijos
verdaderos, y haberse elevado a la posición de Rey de Reyes, fue impedido de establecer
incluso la posición de un verdadero esposo con la Bendición Matrimonial de Dios. Debido a
esto, él no pudo establecer la posición de los Padres Verdaderos o multiplicar hijos verdaderos.
En lugar de esto, El murió en la cruz.
“Las Bodas del Cordero”, de la que habla el Libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento no
es otra que la ceremonia a través de la cual el Mesías recibe una novia y forma una unión de
verdaderos esposo y esposa. Si el Judaísmo hubiera recibido y asistido a Jesús en aquél
tiempo, entonces el mundo del ardiente deseo de Dios, habría sido realizado en la tierra en
ese tiempo a través de la familia de Jesús. Como fue, la providencia del Verdadero Padre que
Jesús –el Segundo Adán- intentó llevar a cabo, fue malograda a medio camino por la
infidelidad de aquellos que habían sido escogidos. Como resultado, la humanidad fue forzada
a esperar por la Segunda Venida del Mesías. El Cielo, sin embargo, tuvo misericordia una vez
más de la pobre humanidad.
El Cielo dió su bendición para que aparezca el Mesías de la Segunda llegada, sobre el
fundamento de la restauración espiritual que Jesús llevó a cabo durante los 2,000 años de la
historia cristiana. El Mesías que retorna viene con la increíble carga de completar la misión de
los Padres Verdaderos. Para cumplir su misión, primero, él debe, por encima de todo, lograr la
Victoria sobre el mundo satánico. Luego, él debe continuar hasta lograr la Victoria en el mundo
espiritual también. El, debe enfrentar completamente las esferas satánica y espiritual, las
cuales no pueden ser percibidas por los sentidos físicos, y ser victorioso en la batalla de vida o
muerte para sojuzgar al Diablo, Satanás. Adicionalmente, él debe vencer a los muchos líderes
religiosos y filosóficos que están en el mundo espiritual. Nada de esto, sin embargo, podrá ser
cumplido a través de una subyugación por la fuerza. Centrado en el carácter divino de absoluto
amor, él debe convencerlos de revelar los principios universales de la religión y del universo y
de esta manera conducirlos a una rendición natural. El Reverendo Moon, quién se encuentra
frente a ustedes, es aquél que ha aparecido en este mundo portando esta increíble misión de
Padre Verdadero.
La frase, “Padre Verdadero”, no aparece en ninguna enciclopedia. No es una frase que yo
haya creado, ni es algo que nadie en el mundo puede adjuntar a mi nombre fácilmente. En
lugar de esto, se trata del destino y bendición que el Cielo ha otorgado a mi esposa y a mí. La
posición de Padre Verdadero lleva consigo las misiones verticales de Salvador, Mesías, y
Señor del retorno, responsabilidades que nunca han sido llevadas a cabo nunca antes en la
historia o que nunca serán vistas de nuevo en el futuro. Por esta razón, los seres humanos
que están todavía afiliados al mundo caído deben cumplir una serie de condiciones para poder
asistir a los Padres Verdaderos y cumplir la voluntad del Cielo.
Primeramente, deben participar en una revolución de completa restitución o indemnización. Lo
que significa que deben dejar todo a un lado y seguir a los Padres Verdaderos. Deben dejar a
un lado a sus amigos y maestros, aún a sus padres, y seguir a los Padres Verdaderos. Es solo
a través de dejar todo a un lado, y ser una “ofrenda viviente total” que el Cielo puede deparar
bendiciones y gracia sobre nosotros. Esto significa que la humanidad debe erradicar sin
misericordia todos los lazos y relaciones con el mundo satánico, sin mostrar ni el más mínimo
apego, y de esta manera, retornar al punto cero y marcar el amanecer de una nueva creación.
Segundo, deben completar una revolución de la conciencia. Esto significa que deben mantener
una tradición de amor verdadero, vida verdadera, y verdadero linaje de acuerdo con la
predisposición de la mente y la conciencia originales, puestas en nosotros por Dios. Deben
hacer esto sin la más mínima variación, al margen de cualquier soberanía o ideología terrena
que ellos puedan encontrar. Deben vivir una vida recta que denominamos “establecimiento del
mediodía”, donde no se proyecta ni las más pequeña sombra de vergüenza en presencia de
los mundos espiritual y físico. La revolución de la conciencia se completa cuando nuestras
vidas alcanzan un armonioso estado de una mente, un cuerpo, un pensamiento, estableciendo
así la esfera del amor puro y del linaje puro como una tradición eterna e incambiable en la cual
pueda florecer la era de la unidad y la armonía.
La tercera condición es una revolución del corazón. Esto significa que la humanidad debe
lograr un mundo de amor verdadero en el cual Dios quiera venir a los seres humanos,
consultarnos en todos los asuntos, y desee residir con nosotros. En otras palabras, la
revolución de corazón es una revolución de amor verdadero. El “vivir por los demás”, habla de
la práctica de un amor incambiable y sacrificado. Piensen cómo sería si todos nosotros
viviésemos por el bien de los demás más que por nosotros mismos. Dios, la fuente raíz del
amor verdadero, residiría con nosotros y viviría por nosotros. ¿Qué alegría y gloria tan grandes
habrían para nosotros? Doquiera que la revolución del corazón fuese realizada, no existirían
cosas tales como desintegración familiar, lucha racial, disputas internacionales limítrofes,
fricción entre religiones, ni ningún otro vestigio del mundo satánico. Un Reino de Paz eterno
será establecido.
Respetados invitados, en 1996 mi esposa y yo declaramos el final de la Iglesia de la
Unificación y le dimos un nuevo comienzo como la Federación de Familias para la Paz Mundial
y Unificación para poder realizar el mandamiento celestial de construir un mundo de paz sobre
la tierra. La voluntad del Cielo reside en la paz humana enraizada en familias verdaderas, no
en el progreso de ninguna iglesia particular o religión. Durante las décadas pasadas, hemos
llevado a cabo muchas actividades en los niveles interreligioso e internacional. Sobre este
fundamento, fundamos el Consejo Interreligioso e Internacional para la Paz, esto es, “Las
naciones Unidas para la Paz”, en New York, el 3 de Octubre de 2003, como una manera de
realizar un comienzo substancial hacia la realización de un mundo de paz.
Un movimiento para remover las cruces de todas las iglesias en acuerdo con mi declaración se
está expandiendo como fuego en muchas áreas del mundo. Miles de clérigos han viajado a
Jerusalén, el epicentro de la lucha en el Medio Oriente, para participar en las jornadas de paz
interreligiosas e Internacionales. El 22 de Diciembre de 2003, muchos clérigos Judíos,
Cristianos, y Musulmanes se tomaron de las manos, cantaron canciones de alabanza, y
realizaron una ceremonia para coronar a Jesús como rey de Reyes. Fue un milagro ocurrido
en el Parque Independencia de Jerusalén ante una multitud de aproximadamente 20.000
personas. Este fue un día en que la pena de Jesús fué resuelta y la Victoria de los Padres
Verdaderos pudo ser declarada a todo el Cielo y la Tierra.
Damas y Caballeros, de la misma manera que la misión de los Padres Verdaderos, que mi
esposa y yo hemos sido llamados a cumplir, es un asunto de destino celestial, su misión y la
del Cielo es la de unirse con nosotros en la construcción del Reino de los Cielos sobre la tierra.
Hoy, la hora del Cielo ha llegado.
Oro que cada uno de ustedes retorne a sus comunidades y se conviertan - ustedes mismos en un apasionado trabajador como mesías y padres verdaderos en el esfuerzo de lograr la paz
mundial.
Gracias.
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