Carta pública a Pablo Iglesias Caracas, Venezuela. 23 de junio de 2016 Señor Pablo Iglesias Turrión: Me he tomado la libertad de dirigirle estas líneas a raíz de la respuesta que tanto usted, como la organización política que representa, ha emitido sobre de la investigación que desde la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional de Venezuela, la cual presido actualmente, ha iniciado acerca del presunto financiamiento recibido de parte de la administración del ex presidente venezolano Hugo Chávez. Le confieso que he visto y leído su respuesta, y estoy preocupado. Me inquieta la ligereza con la que ha pretendido desestimar la referida investigación, y al respecto me permito explicar las razones de mi preocupación. En primer lugar, le aclaro que el procedimiento en cuestión no es iniciativa de un grupo de partidos políticos, como peyorativamente usted ha querido descalificarnos. La investigación es iniciativa, competencia y facultad de la Asamblea Nacional, titular del Poder Legislativo, y por ende, uno de los Poderes Públicos de la República, consagrados en la Constitución de nuestro país. Este Poder Legislativo, del cual formo parte, nos hace tan representantes del pueblo de Venezuela como lo es usted del pueblo de España, considerando además que las fuerzas políticas que integramos la Unidad Democrática obtuvimos la mayoría calificada el pasado 6 de diciembre de 2015, a pesar de todo el abuso de poder, la intimidación y demás tácticas antidemocráticas ejercidas por un gobierno que se sabe perdido, y del cual, por cierto, usted se ha declarado simpatizante. En segundo término, resulta alarmante que califique de “ridícula” la intención de este Poder Legislativo soberano de conocer el paradero de los fondos públicos de nuestro país, especialmente en momentos en los que Venezuela atraviesa por una crisis humanitaria sin precedentes en nuestra historia, en particular por causa de una cúpula corrupta y dictatorial que dilapidó los recursos para alimentos y medicinas, mientras se llenaba la boca al hablar en nombre de los pobres. Esa conducta solo demuestra complicidad. Ridículo es negarse a colaborar con una investigación si no se tiene nada que ocultar. El que no la debe no la teme. En tercer lugar, resulta un tanto incongruente que usted, señor Iglesias, pretenda convertirse en bandera de la anticorrupción en su país, mientras se niega a prestar colaboración en una investigación que busca conocer el destino real de fondos públicos. Además de incoherente, es inmoral que solamente se critique la corrupción ajena. Y ambos sabemos que en política, la moral lo es todo. Usted aspira a convertirse en el Jefe de Gobierno de España; qué oportunidad tan grande tiene de rendir cuentas y ser transparente con sus conciudadanos antes de someterse a la voluntad popular. Finalmente, quisiera recordarle que el deber de quienes nos dedicamos a ejercer el oficio de la política, de la cosa pública, radica precisamente en los destinatarios de lo público, que son los ciudadanos. Ellos son y deben ser el centro de la acción política, no para ser utilizados como medios pragmáticos de popularidad que se traduzcan en votos, sino, más importante aún, para ser vigilantes de nuestras acciones. Es por eso que nuestra responsabilidad es aún mayor con aquellos que no nos favorecen con su apoyo en las urnas, quienes ejercen un escrutinio permanente de nuestra labor, indispensable para el ejercicio de una verdadera democracia. El factor más importante de esa relación entre los políticos y los ciudadanos es la verdad. Y la verdad es absoluta; no admite medias tintas para adecuarse a las conveniencias del poder. Como lo dijo John F. Kennedy: “En la política es como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal." Atentamente, Diputado Freddy Guevara Cortez Asamblea Nacional República Bolivariana de Venezuela