1. Oración por la paz en el corazón 3. Telefono celular (rosario) © Children Of Medjugorje Se permite reproducir el texto de estos reportes bajo dos condiciones: 1) no cambiar las palabras, 2) que ³Children of Medjugorje² sea citado junto con nuestro sitio web <http://www.childrenofmedjugorje.com> y/o nuestro correo electrónico <[email protected]> Children of Medjugorje Presidente: Denis Nolan Vicepresidente: Sor Emmanuel Maillard Consejo Asesor: Cardenal Jaime Sin Cardenal Bernardino Echeverría, OFM Ý Arzobispo Frane Franic Arzobispo D. Peter Chung Obispo Nicholas D¹Antonio, OFM Obispo Michael D. Pfaifer, OMI Obispo Donald Montrose Obispo William Ellis P. Daniel Ange Ralph Martin Junio 1o. de 2002. ¡Queridos hijos de Medjugorje! ¡Alabados sean Jesús y María! 1. Un hombre joven de los Estados Unidos, Michael, vino a Medjugorje en Marzo y hace poco me envió una carta. La comparto con ustedes porque puede alentarnos e inspirarnos a cada uno de nosotros en nuestro llamado personal a orar en medio de nuestras preocupaciones cotidianas. "Mi última peregrinación a Medjugorje cambió mi vida, porque la Gospa me reveló al principio de la misma que yo necesitaba orar por la paz en mi alma. Me di cuenta que, aunque oraba y creía y muchos milagros me habían ocurrido en el pasado, todavía no tenía mucha paz dentro de mí. Era difícil para mí orar con amor, sentir realmente aquello que decía. "Así que el resto del viaje, hice a un lado cada una de mis peticiones y simplemente oré por la paz en mi alma. Como consecuencia, encontré que orar me resultaba más fácil. Ya no tenía que forzarme para sentir las palabras que pronunciaba. ¡La paz interior que recibí (como una respuesta a mi oración) me permitió orar verdaderamente con el corazón! "Cuando regresé a casa, traté de retener lo que había aprendido en Medjugorje. Sin embargo, todas mis preocupaciones cotidianas de alguna manera regresaron a mi vida de oración. Estaba muy distraído, orando por otras cosas en vez de la paz, como Œqué hago con respecto a esto o aquello¹ etc. En las semanas siguientes mi oración se volvió cada vez más agobiante. De nuevo estaba tratando de forzarme a orar con el corazón. Pero había perdido mi paz interior. "Unos dos meses después de mi regreso de Medjugorje, Annie, mi esposa, recibió el sacramento de la Confirmación. Durante la ceremonia, ambos oramos intensamente pidiendo al Espíritu Santo que viniera a nosotros a través del sacramento y experimentamos cómo se derramaba el Espíritu Santo poderosamente. Las gracias que recibí abrieron mi corazón a Jesús de una manera especial y, durante la Misa, Él me habló claramente. Sentí Su presencia como si me estuviera mirando directamente a los ojos para llamar mi atención y no dejar que se interpusiera mi atropellada oración. Él me dijo: "Michael, tu tarea es orar por la paz en tu corazón. Yo me haré cargo de todas las demás cosas que te preocupan, pero tú estás llamado a orar sólo por la paz en tu corazón. Porque si lo haces así, llegarás a ser un instrumento a través del cual Yo traeré paz al mundo. Te pido que a partir de este momento ores sólo por la paz en tu corazón de la manera en que Mi Madre te enseñó en Medjugorje. En cuanto a todo lo demás, Yo proveeré." "Guardé para mí esta increíble experiencia hasta hoy. "Al día siguiente, estaba rezando el rosario con mis padres y mi mamá comenzó a hablar de cómo a veces estamos llamados a orar por intenciones específicas. Ella contó cómo la Madre Nadine Brown había sido instruida por Jesús a no orar por su familia, sino a orar por otras intenciones. La Madre Nadine dijo que después de más o menos un año de orar obedientemente como Jesús la había instruido, se dio cuenta de que su familia estaba recibiendo sorprendentes bendiciones porque ella había abandonado sus propias peticiones para orar por lo que Jesús le había pedido. Al oír esto, entendí cabalmente la seriedad de lo que Jesús me había dicho a mí. Mi vida de oración ha cambiado de manera increíble. Veo que aunque muchas cosas intentan robarme la paz, soy capaz de reclamar y mantener la paz en mi corazón orando por la paz y sólo la paz. Todo lo demás que me importa y que solía abrumar mi vida de oración, ha sido bendecido increíblemente mientras yo oro solamente por la paz en mi corazón. "Estando en Medjugorje, la paz que recibí tuvo mayor efecto que mi vida de oración. Acepté completamente quien soy, incluso hasta el punto de poder hacer chistes y socializar libremente, mostrándose así mi verdadera personalidad. Hacia el final del viaje, pensé que que quizá me había convertido en una distracción para los miembros de nuestra peregrinación. Y es que yo me sentía realmente gozoso y de corazón ligero, lo cual mostraba externamente también. Pero cuando regresamos a casa, una persona de nuestro grupo me explicó cómo había sufrido durante varios años. En medio de situaciones sociales, perdía toda confianza y era incapaz de pronunciar una palabra. Su sufrimiento estaba afectando todas las áreas de su vida. Explicó que Dios había hecho algo muy profundo en su interior cuando, estando en el Monte Krizevac, y luego en el resto del viaje, ella fue liberada de su carga. Comentó que tan solo al ponerse de pie y bromear conmigo y con algunos otros, Dios comenzó a abrirla y sanarla. ŒDe hecho me dio las gracias por haber sido un medio por el cual Dios pudo sanarla! Esto me sorprendió grandemente, ni siquiera tenía idea de que algo así hubiera ocurrido, ¡pensando incluso que había sido una distracción para los demás! Ella regresó del viaje sanada de su inhibición y hoy en día, es una persona completamente diferente." "Dios me mostró qué importante es tener paz en nuestro corazón." En Medjugorje, la Virgen nos enseña que nuestra tarea es orar por la paz... asegurarnos que primero que nada estamos en la paz de Dios y que no estamos orando a causa de una frustración o del miedo. Preocuparse primordialmente por cualquier otra cosa es una distracción, "todo lo demás El lo ve y lo provee," nos dijo María el 25 de abril. Michael respondió a este llamado y afirma que ha sido bendecido abundantemente. Que todos nosotros encontremos nuestro camino en la paz que sólo Dios puede dar. Es a través de nosotros, individualmente, que El está dando paz al mundo. Al concluir su misión en Azerbayán la semana pasada, el Santo Padre proclamó: "Mientras tenga voz gritaré: ¡Paz en el nombre de Dios! Y si a una palabra se le une otra la palabra --añadió--, nacerá un coro, una sinfonía que contagiará los espíritus, extinguirá el odio, desarmará los corazones." 2. Los medios reportaron que cuando el Papa fue informado de los recientes escándalos en la Iglesia, parecía como si hubiese sido golpeado físicamente... herido en su cuerpo. Años antes, el Papa del "Tercer Secreto de Fátima" casi fue asesinado por las balas disparadas a su cuerpo, el 13 de mayo de 1981. La Gospa nos ha pedido desde Medjugorje: "Oren, hijitos, por la salud de mi hijo más querido quien sufre y a quien Yo he elegido para estos tiempos," (Agosto 2 de 1994. En respuesta a este llamado, algunos han adoptado la costumbre de ofrecer el primer Padrenuestro y tres Avemarías de cada Rosario que rezan "por la salud del Santo Padre," especialmente desde que él mismo recientemente se dirigió a los laicos pidiéndonos orar por su salud, ¡para que sea capaz de cumplir la tarea que Dios le ha encomendado y continúe guiando a la Iglesia a través de este tiempo crucial! Estoy convencida de que el tiempo de la gracia en nuestros días está vinculado con la presencia de Juan Pablo II a la cabeza de la Iglesia. No sabemos cuándo el Señor se llevará a su siervo con El, ni cuándo terminarán las apariciones diarias de Nuestra Señora en Medjugorje. ¡Oremos por la salud de nuestro Papa con toda seriedad cuando todavía hay tiempo! 3. Este bello suceso merece ser contado: En un hospital, un sacerdote tuvo que ser llevado de emergencia a la unidad de cuidados intensivos. La enfermera que lo llevaba le preguntó: "¿Tiene Ud. un teléfono celular? "¡No!" dijo él, "¡no lo tengo!" "¡Pero Ud. debería tener uno, es necesario, especialmente en su condición!" "Lo siento, no tengo uno..." "¡Entonces tome el mío!" Y puso en sus manos su Rosario. Extrañado, el sacerdote se le quedó mirando. "¡Es uno muy bueno! ¡Siempre logra comunicarse, nunca marca un número equivocado y siempre obtiene una respuesta!" ¡Querida Gospa, ayúdanos a utilizar tu línea telefónica para comunicarnos con Jesús, Rey de la Paz! Sor Emmanuel