COMUNIDADES ECLESIALES SENTIDO DEL MÉTODO VER-JUZGAR-ACTUAR-ORAR Zona 1, 8-8-10 + Ángel Garachana Pérez, CMF Obispo de San Pedro Sula 1 Comunidades eclesiales: sentido del método, ver, juzgar, actuar, orar Introducción 1. 2. 3. 4. 5. 6. Las reuniones de las comunidades tienen un método, una reunión: Creando ambiente Miramos la realidad (ver) Nos dejamos iluminar (juzgar) Nos comprometemos (actuar) Celebramos (orar) Despedida ¿Por qué lo hacemos así? Porque sí, porque nos lo mandan…? O hay una razón y sentido interno. Voy a explicarlo. Este es el tema de mi charla: “El método de la reunión de las comunidades”. Espero que después de esta explicación comprendan mejor qué hacemos, cómo y por qué. 1. Nos reunimos en casa de… 1.1. Reunión cristiana 1 Cor. 11,18.20: “cum-venire in eclesian”, “cum-venire in unum”. Procedentes de diversas familias, trabajos, situaciones, vienen todos a un mismo lugar donde se va a realizar la reunión. Pero no sólo hay un desplazamiento físico sino también espiritual. Se reúnen en comunidad, como Iglesia, en la unidad de la fe y el amor. En el lugar de reunión suelen poner algún signo o imagen de Jesucristo para indicar que es el Señor quien convoca y reúne. Por eso se trata de una comunidad, de una reunión cristiana. Y cuanto más convergen en Jesucristo más cerca están ustedes unos de otros. xto 2 1.2. En casa de Las primeras comunidades cristianas no tenían templos, re reunían en las casas: o Hechos 2,46: Los fieles de Jerusalén “partían en pan en las casas y tomaban su alimento con alegría y sencillez de corazón” o Hechos 5,42: Los apóstoles “en el templo (de Jerusalén) y en las casas no cesaban de enseñar y anunciar el evangelio”. o Rom. 16, 3-5: Saludos a Prisca y Aquila con la iglesia de su casa… o Col. 4,15: Saludos a Ninfas y a la iglesia de su casa. Es la “ec-clesia”, la comunidad de creyentes que se reúnen en casa de… Nuestras “comunidades eclesiales” se reúnen en casa de… De esta forma hacemos “de la casa una iglesia y de la iglesia una casa”. 2. Miramos la realidad (VER) Se parte de la realidad, de algún hecho concreto, de la situación, etc. Lo llamamos el “ver”. Miramos nuestra realidad. ¿Por qué? o Quizá alguno diga: “¿Por qué reunirnos para mirar la realidad tan negativa, triste y deprimente?” o ¿No es mejor mirar sólo a Dios y olvidarnos de estos males? Dios mira o Gen 1-2: Creación: y Dios miró (vio) que era buena. o Gen 6,5: Miro Dios cómo crecía la inmoralidad o Ex, 3, 7-9: He mirado la opresión de mi pueblo. o Mt, 4,18: Jesús vio a dos hermanos en la playa… o Mt, 8,9: Jesús vio a Mateo sentado… o Mt, 9,36; 14,14: Viendo a la muchedumbre… La realidad, revelación de Dios o Dios entró en nuestra historia y la hizo historia de salvación. o De manera que nuestra historia, hasta en sus pequeños acontecimientos, es lenguaje de Dios. o Dios nos habla en el pobre, enfermo, en los deseos de justicia, en la sed religiosa… o Más amplio en mi texto: “ver, escuchar, sentir la realidad de nuestros pueblos” (Aparecida). Ustedes empiezan mirando hechos concretos unas veces, otras problemas más amplios… porque forman parte de su vida, del tejido de su vida. 3 Y la vida cristiana no es una vida paralela a la vida humana sino esa vida vivida con Jesucristo y como Jesucristo. Gráfico: 1º NO 2º SI Vida Cristiana Vida humana EN CRISTO Vida humana 3. Nos dejamos iluminar (JUZGAR) El segundo paso es iluminar la realidad con el foco de la Palabra de Dios: o La Palabra es luz que ilumina y clarifica. o La Palabra es espada que separa hasta las entrañas. o La Palabra es fuego que purifica. o La Palabra es espejo que nos refleja el ideal de nuestra vida cristiana. Tres criterios hemos de tener muy en cuenta al hacer esta “lectio divina” (nota 1): o Hacerla a partir de nuestra realidad, luchas y esperanzas, dolores y alegrías. o Hacerla en comunidad, con sentido comunitario y en comunión con la fe orante de la Iglesia. o Tomar en serio el texto, que son las palabras que Dios nos dirige, escucharlas y entenderlas bien. o Gráfico: Realidad L.O.P Texto Comunidad Para iluminar la realidad escuchamos lo que nos dice la Palabra de Dios en esta realidad y sobre esa realidad y sobre nuestro comportamiento. ___________________ Nota 1: Este tema está desarrollado de una manera más amplia en el ANEXO 4 Para ellos seguimos el método llamado “lectio divina” o “lectura orante de la Palabra” (LOP). Como es en comunidad, la llamamos Lectura Orante Comunitaria de la Palabra (LOCP). Es un método a la vez antiguo y actual en las Comunidades de América Latina. 3.1. Qué dice la Palabra de Dios El primer “paso” es la “lectio”, la lectura: leer el texto. Queremos saber qué dice el texto. Es una lectura atenta, sosegada, sin prisas, fijándonos en cada palabra. No digamos: “ah, ya se de que trata” y dejemos de leer y leer el texto. Leemos fijándonos en las personas: sus palabras, actitudes, sentimientos… Prestamos atención a la forma literaria del texto, a la manera de decir las cosas… También conviene saber de cuándo es el texto, cuándo se escribió y de que época habla… En fin, nos servimos de aquellos recursos que nos ayuden a conocer lo que dice el texto. 3.2. Qué me (nos) dice la Palabra de Dios El segundo “paso” se llama “meditatio”, meditación: meditar el texto que se ha leído. La meditación corresponde a esta pregunta: ¿Qué me dice el texto? En este paso se trata de personalizar, interiorizar la Palabra. Hacerla personal. Me pregunta: ¿Qué me dice Dios por medio del texto leído en y para la situación descrita en el ver? En la meditación actualizamos el texto y su mensaje en el momento presente, lo traemos a nuestra realidad. A la luz de la Palabra: o Comprendemos la bondad o maldad de… o ¿Corresponde tal realidad a la voluntad de Dios? o Podremos discernir nuestra manera de habernos comportado en esa situación. o Etc… Actualizar la Palabra implica: o Conocer lo que dice. o Conocer algo del momento histórico de lo que dice el texto. o Conocer nuestra situación. 5 Para la meditación guardamos un tiempo de silencio, de escucha interior de la Palabra. Si la hemos meditado durante la semana, mejor. Luego se comparte lo que la Palabra nos dice. No se trata pues de “una predicación”, ni de explicar las cosas a los demás sino de un compartir entre todos. 4. Nos comprometemos a (ACTUAR) 4.1. La Palabra termina en acción transformadora Empozamos mirando algún aspecto de la realidad, venimos a la reunión desde la vida real… Ahora volvemos a ella, pero un poco cambiados, para una acción, un estilo de vida que vaya cambiando la realidad. Porque la Palabra de Dios: o Es viva y eficaz, o Llama a la conversión, o Termina impulsando a la acción o En obediencia a la Palabra. 4.2. Problemática fe-vida Ya desde el A.T. aparece una triste realidad y es la separación de o La Palabra escuchada y la vida o La fe confesada y la fe practicada Los profetas o Denuncian esta perversión de la fe. o Llaman a escuchar y cumplir, a creer y obedecer. El mismo Jesús se hace eco de esta preocupación: o Si uno escucha y no cumple… Casa sobre arena o No todo el que diga “Señor, Señor”… Sino el que cumpla la voluntad del Padre. o ¡Dichosos los que escuchan la Palabra y la ponen en práctica! 4.3. La realidad dada y la realidad posible Una realidad dada: o Partimos de la realidad que está ahí, nos viene dada. Es independiente de nosotros, pero también es fruto de nuestra acción. o Queremos transformarla en cuanto es una realidad deficiente, imperfecta, mejorable. 6 o Transformar implica que la misma realidad tiene fortalezas y potencialidades para el cambio Una nueva realidad es posible o Las situaciones negativas, fruto del comportamiento humano, contradicen el plan de Dios. o Ni las quiere Dios ni las queremos nosotros. Por eso esperamos y trabajamos por cambiarlas. o La Palabra de Dios, leída y meditada, nos da esperanza en Dios y fuerza para actuar, superando la mera resignación pasiva o el desaliento. 5. Celebramos (ORAR) El método “clásico” se suele reducir a “ver, juzgar y actuar”. Nosotros introducimos un paso más que nos viene dado e introducido por la “lectio divina”. Este paso es la “oratio”, la oración y responde a la pregunta: “qué le decimos nosotros a Dios” En la meditación hemos escuchado lo que Dios nos dice por medio del texto bíblico. Esa meditación despierta en nosotros una serie de sentimientos, de afectos, mociones. En la oración le decimos al Señor esos sentimientos, afectos, decisiones que su Palabra provoca en nosotros. Si la iluminación o el “juzgar” fueran solamente ideas, reflexiones, no necesitaríamos orar. Pero en última instancia la “palabra” leída y meditada es “Palabra de Dios”. Por tanto la relación personal se establece con Dios, que nos habla al corazón. Es una oración apegada al texto y a la realidad; no pueden ir por una parte la “Palabra de dios”, la realidad mirada y los contenidos y sentimientos de la oración por otra. Esto nos educa en una oración que, siendo muy personal, es a la vez muy encarnada y muy guiada por la Palabra. Las comunidades eclesiales, con este método, son “escuelas de oración”. Cuiden este paso. No hagan una oración rutinaria. Abran el corazón a Dios al calor de su Palabra. + Ángel Garachana Pérez, CMF Obispo de San Pedro Sula San Pedro Sula 8-8-2010