tema 11: el renacimiento español

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- TEMA 11: EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA. ARQUITECTURA (EL PLATERESCO, EL
PURISMO Y EL ESTILO ESCURIALENSE). ESCULTURA EN CASTILLA Y LEÓN (ALONSO
BERRUGUETE Y JUAN DE JUNI). PINTURA (EL GRECO)
Objetivos
1) Establecer los aspectos más singulares de la cultura, la historia, el pensamiento, etc. en los que
se desarrolló el Renacimiento español.
2) Conocer la arquitectura plateresca y analizar los ejemplos más significativos de la misma
3) Conocer las principales obras y artistas puristas de nuestro Renacimiento.
4) Analizar la singularidad de la arquitectura herreriana en relación con la figura de Felipe II.
5) Indicar las características generales de la escultura renacentista española
6) Conocer los principales escultores renacentistas de Castilla y León.
7) Valorar las aportaciones y singularidades de El Greco.
Criterios de Evaluación
1) Explicar los rasgos peculiares de la arquitectura renacentista española citando sus principales
representantes y obras.
2) Redactar un resumen acerca de la temática y los grandes maestros de la escultura renacentista
Castellano-leonesa.
3) Analizar alguna obra pictórica de El Greco fijándose en el tema, composición, forma, espacio,
color y perspectiva.
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TEMA 11- EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA. ARQUITECTURA (EL PLATERESCO, EL PURISMO Y EL
ESTILO ESCURIALENSE). ESCULTURA (BERRUGUETE Y JUAN DE JUNI). PINTURA: EL GRECO.
EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA. ARQUITECTURA. EL PLATERESCO, EL PURISMO Y EL ESTILO
ESCURIALENSE.
El Renacimiento Italiano influyó en España entre fines del siglo XV y principios del siglo XVI. España, y
especialmente la Corona de Aragón, habían mantenido estrechas relaciones con Italia durante buena
parte del siglo XV, pues los monarcas catalanes habían intervenido repetidamente en los asuntos
italianos (Sicilia y Nápoles). Uno de estos monarcas, Alfonso V el Magnánimo, se instaló en Nápoles y se
convirtió en un mecenas renacentista a mediados del siglo XV. Estos contactos explican en parte las
tempranas muestras del Renacimiento en España.
El reinado de los Reyes Católicos la música y la literatura hispanas reflejaban la influencia renacentista:
Jorge Manrique, el Marqués de Santillana, Juan del Encina, etc.
Por su parte, la influencia en las artes plásticas se retrasó algo hasta principios del siglo XVI.
Este retraso se explica en parte por la fuerza del Arte Isabelino en Castilla, un estilo artístico impulsado
por los propios Reyes Católicos como arte de propaganda política. Este Arte Isabelino pertenece más
bien al estilo Gótico Tardío muy influido por
-
el Estilo Flamígero de Flandes y del Norte de Europa: De este modo lo italiano aparece a
principios del siglo XVI como una nueva moda extranjera que penetra en España a duras penas y
que debe luchar contra el Gótico Isabelino local más ligado a los estilos nórdicos.
Las instituciones que favorecieron la penetración del Arte del Renacimiento Italiano en España fueron los
propios gobernantes que sucedieron a los Reyes Católicos, especialmente:
-
el Cardenal Cisneros (regente de Castilla hasta 1517),
-
Carlos V (que mandó construir el Palacio Renacentista de La Alhambra).
-
Felipe II (que hizo construir El Escorial).
El Renacimiento también fue impulsado por la alta nobleza castellana contagiada de los ideales
renacentistas, (por ejemplo, los Mendoza), las universidades, la iglesia, etc. Sin embargo, en España
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no hubo mecenas humanistas de la talla de los de Italia, además éstos fueron rápidamente
eclipsados por el mecenazgo de los reyes y la iglesia.
Una de las vías de penetración del Renacimiento Italiano fue
-
la llegada de artistas italianos a España (Torrigiano, Domenico Fancelli, los hermanos Leoni).
-
los artistas españoles que viajaron a Italia y volvieron a España para plasmar el aprendizaje
conseguido en tierras italianas (Diego de Siloé, Bartolomé Ordóñez, Pedro Berruguete, etc.).
Los ideales humanistas encarnados por el Erasmismo chocaron aquí con la Inquisición Española fundada
en 1492 y posteriormente con el triunfo de la Contrarreforma. El Renacimiento Español tiene así un
matiz más religioso y menos profano que el Renacimiento Italiano, además el Arte Renacentista Español
es a veces superficial, y se centra en lo ornamental sin plantearse los principios esenciales del
Renacimiento Italiano.
ARQUITECTURA RENACENTISTA EN ESPAÑA
La Arquitectura del siglo XVI en España se puede subdividir en dos épocas:
1. Época: Estilo Plateresco (dos primeros tercios del siglo XVI):
2. Época: Estilo Purista o Clásico.
3. Época: Estilo Herreriano (Manierismo-tercer tercio del siglo XVI).
EL ESTILO PLATERESCO:
Denominación “Estilo Plateresco”.
El Plateresco es más un estilo decorativo que un estilo arquitectónico, pues la mayor parte de los
edificios que llevan esta decoración mantienen una estructura gótica (por ejemplo la fachada de San
Esteban de Salamanca), no obstante, junto a estos edificios gótico-platerescos, existen construcciones
con una nueva estructura renacentista más parecida a la italiana (así ocurre en palacios como el Alcázar
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de Toledo). Incluso ocurre que ambos estilos se mezclan entre sí (como en el Colegio de Valladolid) e
incluso con la tradición mudéjar española (como ocurre en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de
Henares).
El Plateresco hereda muchos elementos del Gótico Isabelino:
-
el gusto por las fachadas-retablo,
-
la representación de la heráldica,
-
las cresterías,
-
el horror vacui.
o Fachada de la Universidad de Salamanca de Estilo Plateresco.
o Colegio de San Gregorio, edificio isabelino de Valladolid.
Muchos elementos ornamentales del Plateresco provienen del Arte Italiano:
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los grutescos,
-
los tondi o medallones,
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los putti o amorcillos,
-
las hornacinas rematadas por veneras,
-
los sillares almohadillados,
-
las columnas con proporciones clásicas, encintadas o abalaustradas,
-
la superposición del dintel al arco, etc.
Ocasionalmente, este primer Renacimiento Español se plantea una imitación no sólo ornamental sino
también estructural de los edificios italianos. Así ocurre en los palacios de planta cuadrada con patio
interior formado por una arquería en forma de loggia (por ejemplo el Hospital de Afuera en Toledo).
Incluso en algún caso encontramos la imitación del estilo de Bramante (Patio interior del Palacio de
Carlos V en Granada) y la aplicación del principio de planta centrada a las iglesias (como ocurre en la
Catedral de Granada).
Los principales centros del Plateresco:
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-
Salamanca: “la capital plateresca”, se convirtió en un importante centro humanista gracias a su
universidad. Es inevitable ver en la fachada de la Universidad de Salamanca (anónima) la huella
del arte del Gótico Final.
-
Burgos: La Catedral de Burgos centró buena parte de las realizaciones platerescas como ocurre
con su cimborrio, sin embargo, la obra plateresca más genuina es la Escalera Dorada de Diego de
Siloé.
-
Toledo:
o El Alcázar de Toledo
o el hospital de la Santa Cruz.
Rodrigo Gil de Hontañón realizó la Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares,
-
Granada: la capital Nazarí se convirtió tras su conquista en la sede de los Reyes Católicos durante
un tiempo así como la de Carlos V, también radicó en ella la nueva chancillería. Todo ello
convirtió a Granada en un foco político y artístico de primer orden en la primera mitad del siglo
XVI. Así hay que destacar su catedral, proyectada en un principio con una planta gótica que
recuerda a la de la catedral de Toledo. La intervención en ella a partir de 1520 de Diego de Siloé
supone una transformación del proyecto. Así, Siloé cierra el presbiterio a la nave y lo convierte en
un cuerpo casi independiente de planta centrada dentro de un cuerpo longitudinal (ello provoca
una cierta ambigüedad en la planta). Asimismo, las bóvedas góticas se superponen a pilares con
columnas adosadas de proporciones clásicas.(aquí estaremos hablando ya, del estilo purista)
ARQUITECTURA PURISTA O CLÁSICA
A partir del año 1525 apareció en la península Ibérica un estilo de arquitectura denominado “PURISMO”,
llegó desde Italia a través de los tratados de arquitectura y los apuntes que los artistas tomaron de las
obras de Bramante, Palladio y Vignola.
El purismo se implantó en un primer momento en las obras reales, primero de Carlos V y luego de su hijo
Felipe II.
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Las obras puristas son monumentales y grandiosas. Tienen plantas sencillas y en las iglesias funerarias,
con formas simbólicas, se combina el círculo de la capilla con el rectángulo de las naves. En los muros,
que carecen de decoración se establece un severo ritmo de ventanas y sólo los elementos
arquitectónicos de origen clásico (columnas, frontones, entablamentos) estructuran las fachadas y cran
efectos de claroscuro. Rompen con frecuencias las normas clásicas, enfatizan algunos elementos, como
almohadillado o los escudos decorativos, e incluyen figuras alegóricas.
La obra más importante de este estilo purista es el “El Palacio de Carlos Ven la Alhambra de Granada” de
Pedro Machuca. Su planta cuadrada con un gran patio circular trata de armonizar las dos formas
geométricas que, según las teorías renacentistas, simbolizan la perfección y son una alusión al poder
universal del emperador. La fachada hace un uso grandilocuente de los elementos clásicos, como el
voluminoso almohadillado del piso bajo, e incluye imágenes simbólicas referidas a la fortaleza imperial.
Alonso de Covarrubias Trabajó sobre todo en Toledo donde realizó para Carlos V el Alcázar, una gran
fortaleza de planta cuadrada y con cuatro torres que inauguró el tipo de palacio purista, y la Puerta
Nueva de Bisagra. También levantó en Toledo el hospital de San Juan Bautista, con dos patios contiguos
separados por arquerías de medio punto.
Diego de Siloé en 1528 inició la construcción de la catedral de Granada, en la que Carlos V había decidido
ubicar su panteón. Integró una cabecera circular, símbolo funerario y cinco naves en eje longitudinal.
Utilizó elementos constructivos inspirados en el lenguaje clásico como las bóvedas baídas y los haces de
columnas corintias. Este tipo de construcción tuvo gran difusión en Andalucía y los territorios hispánicos
de América.
ARQUITECTURA HERRERIANA ESCURIALENSE
El último período de la arquitectura renacentista española recibe su nombre de Juan de Herrera,
arquitecto de El Escorial, palacio, monasterio y panteón real, construido por Felipe II a partir de 1570.
Juan de Herrera es un seguidor de Bramante, y aplica los principios de éste a rajatabla. Su arquitectura
busca así la simplicidad decorativa más absoluta y la limpieza de líneas. De este modo, el Estilo
Escurialense o Purista significa una reacción radical contra el Plateresco, y en concreto contra el
recargamiento decorativo de éste. Asimismo, el Herreriano renuncia a todo resto de Arte Gótico que aún
permanecía en las obras platerescas.
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El edificio más famoso del Estilo Herreriano es El Escorial: monasterio, palacio y panteón real construido
por Felipe II. La planta de El Escorial tiene ciertas similitudes con el proyecto de Bramante para el
Vaticano. Así tiene una estructura cuadrangular con torres en sus vértices, mientras la planta de la iglesia
se sitúa de forma ambigua entre la planta longitudinal y la planta centrada. Alrededor de la iglesia se
construye una auténtica “parrilla” de patios y galerías que parecen inspirarse en los hospitales de planta
cruciforme típicos del Gótico Isabelino. El alzado recuerda nuevamente la arquitectura de Bramante, por
la utilización del estilo toscano, el más sobrio de todos. Las ventanas carecen de enmarcamiento, todo
ello para acentuar la desnudez decorativa. Los chapiteles piramidales de pizarra que coronan las torres
serán típicos del Barroco Español. Esta arquitectura sobria y robusta de El Escorial ha sido puesta en
conexión con el carácter austero y decidido del rey Felipe II y la orientación religiosa y contrarreformista
de su política.
ESCULTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA.
Los escultores españoles del Renacimiento imitaron el arte de los italianos estrechamente, sin embargo,
las diferencias técnicas y temáticas son muy marcadas. En España triunfó sobre todo la escultura de
madera de los retablos decorada con la técnica del estofado. Esta preferencia tenía como precedente la
escultura del Gótico Isabelino (recuerda los retablos de madera de Gil de Siloé) que a su vez debía mucho
a la escultura alemana en madera. La escultura de madera pintada recibe a partir del Renacimiento el
nombre de Imaginería, y tendrá un enorme éxito durante el Barroco, convirtiéndose en una
manifestación cultural típicamente hispánica ligada a la celebración de la Semana Santa: los pasos
procesionales.
El arte escultórico italiano llegó a España gracias a las obras italianas que, en un principio fueron
importadas. Posteriormente los propios artistas italianos (Fancelli, Torriggiano) acudieron a España y los
españoles (Diego de Siloé, Bartolomé Ordóñez), viajaron a Italia.
Materiales y técnicas: domina la escultura de madera policromada, el mármol y el alabastro. La técnica
del estofado consiste en cubrir las vestiduras de la escultura de madera con pan de oro, pintar encima de
éste y esgrafiar la pintura para permitir que el oro se vislumbre a través de la pintura. Para las partes
desnudas se utilizan las carnaciones, una especie de pasta más viscosa de color carne. Normalmente el
escultor no es quien aplica la policromía a las estatuas, sino que esto lo hace un taller especializado en la
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técnica del estofado. A menudo estos pintores son artistas de primera fila. Así, la elaboración de retablos
se convierte en una tarea de grupo o de taller, similar a la que llevaban a cabo los canteros y escultores
medievales.
Soporte: la portada, tan típica de la Edad Media, pierde importancia como soporte, uno de los soportes
más típicos de la escultura es el retablo renacentista que consta de zócalo (a veces de piedra), cuerpos y
calles en cuadrícula y ático. Los cuerpos están separados por entablamentos y las calles por columnas (a
menudo se superponen los órdenes) y entrecalles. Otro soporte típico es la tumba en forma de túmulo
con estatua yacente o de forma frontal bajo arco (con precedentes también en el Gótico Isabelino). Otro
tipo de soporte es el trasaltar, relieve situado tras el presbiterio de la iglesia gótica, cara a la girola (por
ejemplo, el trasaltar de la Catedral de Burgos). También es muy habitual el relieve realizado sobre sillería
de coro de madera (respaldos, misericordias, etc.) (por ejemplo, la sillería de coro de la Catedral de
Toledo).
Temática: domina el tema religioso y funerario.
Elementos formales: la escultura renacentista española tiene los mismos elementos formales que la
escultura italiana. En ella hay idealismo, una gran preocupación por las proporciones, la anatomía y la
belleza. También hay una indicación del movimiento en potencia, fruto de la influencia de Miguel Ángel.
Sin embargo, hay que diferenciar etapas.
A principios del siglo XVI la escultura renacentista española tiene aún caracteres clásicos similares a los
del Quattrocento Italiano: Fancelli (Tumba de los Reyes Católicos en Granada), Vasco de la Zarza
(Sepulcro de El Tostado de la Catedral de Ávila), Felipe Vigarni (Trascoro de la Catedral de Burgos), Felipe
Vigarni y Diego de Siloé (Retablo de la Capilla del Condestable de la Catedral de Burgos)
En una segunda generación, a mediados del siglo XVI, la escultura española se puede considerar
manierista, especialmente por la insistencia
en la expresión del pathos, la utilización de estructuras
compositivas complejas como la serpentinata, el dramatismo y los gestos y movimientos apasionados,
etc. Aquí destacamos las figuras de Alonso de Berruguete y Juan de Juni.
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A fines del siglo XVI, y muy relacionados con la obra de El Escorial, tenemos la obra clasicista de los
Hermanos Leoni.
Vamos a describir las
Valoración estética y simbolismo: la escultura española adolece a veces de cierta imperfección técnica
(así ocurre, por ejemplo con Alonso Berruguete), sin embargo, se puede considerar como una escultura
muy apasionada, de una gestualidad teatral, muy acorde con las ideas de la Contrarreforma sobre una
religión más dirigida a los sentimientos y al corazón que a la cabeza.
Funcionalidad: religiosa y funeraria. La funcionalidad religiosa busca despertar sentimientos de piedad en
el cristiano. Así se persigue despertar este sentimiento enfatizando el dramatismo del martirio de Cristo
y los santos. Esta tendencia continuará durante el Barroco haciéndose aún más intensa. Las estatuas
funerarias buscan ennoblecer al difunto destacando su posición social, pero a menudo se utiliza también
para ensalzar sus virtudes como personaje culto, humanista, etc (Sepulcro de El Tostado). A veces se le
compara con un modelo clásico (Carlos V y el Furor).
Segundo Tercio del siglo XVI
Este período se puede considerar como manierista por la influencia de Miguel Angel: utilización del
pathos en la expresión, las estructuras compositivas complejas y la expresión del movimiento a veces
dramático y distorsionado. Valladolid se convierte en el gran centro de la escultura castellana.
Alonso Berruguete realizó el Retablo de San Benito en Valladolid del cual conservamos el Sacrificio de
Isaac, el Martirio de San Sebastián, la Adoración de los Magos), también llevó a cabo parte de la Sillería
de Coro de la Catedral de Toledo. Berruguete adolece a menudo de ciertas deficiencias técnicas e incluso
de un acabado descuidado y chapucero, sin embargo, el resultado final es de una enorme fuerza y
apasionamiento que recuerda a Miguel Ángel, por eso se considera el más importante de los escultores
españoles del Renacimiento. El martirio de San Sebastián (1526-1532) muestra la enorme influencia de
un Miguel Ángel muy avanzado (véanse los esclavos de la tumba de Julio II) con ese desequilibrio
inestable, creando una sensación de inquietud aumentada por la serpentinata y el pathos en el rostro.
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Juan de Juni de origen francés, realizó el Santo Entierro del Museo de Valladolid. Es más moderado que
Berruguete, pero sus esculturas también reflejan el pathos en rostro y manos (esto tendrá mucha
influencia en Gregorio Fernández, escultor vallisoletano del Barroco).
PINTURA DEL RENACIMIENTO.
La evolución de la pintura del Renacimiento Español tiene muchas similitudes con la de la escultura. El
Renacimiento Italiano penetra así primero en su faceta clásica (influencia de Leonardo y Rafael), y
posteriormente en su período Manierista.
Formalmente la pintura renacentista española imita muchos de los elementos italianos (idealismo,
perspectiva lineal, composiciones axiales, etc.).
Las diferencias más fuertes se aprecian en la temática, así en el Renacimiento Español domina la
temática religiosa y el retrato y queda completamente fuera de lugar la temática erótica, y el paisaje
pasa a un plano secundario.
Se utiliza como soporte la pintura de caballete, pero también es bastante habitual el retablo sobre tabla.
Entre los pintores españoles del primer Renacimiento tenemos a Juan de Juanes, Pedro Berruguete y Luis
de Morales “El Divino”.
Pedro Berruguete llevó a cabo su aprendizaje en Italia, (en la corte de Urbino), sin embargo, en su obra
mezcla las influencias del Estilo Italiano con el Flamenco de moda en Castilla durante el Reinado de los
Reyes Católicos. Esta mezcla se aprecia en el Retablo de Paredes de Nava (Palencia) o en la Anunciación
de la Cartuja de Miraflores.
Luis Morales “el Divino” de Badajoz ya puede ser considerado como un pintor manierista. En la Virgen
con el Niño muestra la influencia de las madonas de Leonardo y Rafael: idealismo, belleza física e incluso
cierto grado de erotismo, sfumatto, iluminación direccional, etc.)
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El pintor más importante del siglo XVI en España fue El Greco. Nacido en Creta, pasó por Venecia y
acudió a España hacia 1570 para trabajar en El Escorial. Sin embargo, su pintura no gustó a Felipe II y se
retiró a Toledo, donde obtuvo numerosos encargos, (a pesar de que su pintura tampoco gustó al Cabildo
de la Catedral). A pesar de la calidad de su arte, no tuvo seguidores.
La pintura de El Greco sintetiza tres influencias: Creta, Venecia y España.
La pintura de El Greco está influida por su aprendizaje en Creta. El modelo de los iconos bizantinos se
aprecia en su tendencia a la espiritualidad y a cierto convencionalismo en los rostros.
En Venecia El Greco se familiarizó con el Manierismo de la Escuela Veneciana (colores brillantes y
estridentes, perspectivas laterales, personajes de espaldas, acumulación de personajes en el primer
plano y ventana de perspectiva, anamorfismo, deformación y falseamiento del espacio).
Estos elementos se sintetizaron en una pintura intensamente espiritual y religiosa, cuando El Greco
recaló en Toledo en el ambiente religioso de la Contrarreforma.
El manierismo de El Greco iba en contra de los ideales religiosos de la Iglesia Española. Para la
Contrarreforma era importante despertar la piedad de los fieles representando los hechos religiosos con
el mayor realismo posible, por contra, el Greco pinta un mundo irreal y profundamente subjetivo. Esta
sensación viene acentuada por la utilización de extraños colores, el acentuado anamorfismo de las
figuras y la deformación imposible del espacio.
El martirio de San Mauricio y la Legión Tebana: el Greco presentó esta pintura para conseguir trabajo en
el Escorial, pero a Felipe II no le gustó, precisamente por su carácter irreal y por no dar protagonismo al
martirio en sí, sino a un momento secundario desde el punto de vista de la doctrina cristiana (dar
importancia a lo secundario es muy manierista). El cuadro representa tres momentos de la historia, en
primer plano San Mauricio y sus hombres comentan la conveniencia o no de aceptar el martirio (dar
importancia a este momento de duda es precisamente lo que no gustó al rey). Estos personajes parecen
realizar así un extraño “baile”, fruto de la representación de una misma figura en contraposto
representada desde tres perspectivas diferentes. Esta primera escena ocupa todo el primer plano,
mientras el martirio en sí aparece en segundo plano en una ventana de perspectiva. En el cielo, los
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ángeles, en forma de gloria triangular acogen el alma de los mártires en unos complejos escorzos. La
obra da una gran sensación de irrealidad. A ello contribuye la extrañeza del paisaje descarnado y la
deformación e incongruencia del espacio en sí (vemos simultáneamente una escena que ocurre encima
de nosotros y otra que ocurre bajo nosotros). Algunos personajes nos observan desde la primera escena
en esa “presión hacia el exterior” típicamente manierista.
El Expolio: pintada por encargo del Cabildo de Toledo para la sacristía de la catedral, representa el
momento en el que los sayones se disponen a arrebatar a Cristo la túnica antes de la crucifixión. Esta
pintura, a pesar de su intensa espiritualidad y teatralidad no gustó al cabildo, pues incurría en algunas
inexactitudes como la presencia de las tres Marías en la escena (según los evangelios no estaban allí). Sin
embargo, hoy podemos decir que El Greco nos somete a un juego visual típicamente manierista.
¿Realmente están allí las tres Marías, o son espectadoras de una escena que está a su vez en un cuadro o
en su imaginación? Resulta que si estas tres figuras cortadas por la cintura realmente están allí se
produce una incongruencia en la representación del espacio, pues si bien vemos la escena a la altura de
los ojos de Cristo, se nos obliga a mirar al sayón de primer plano desde muy arriba. El intenso rojo de la
túnica de Cristo produce una extraña sensación pues destaca intensamente sobre los colores fríos de su
alrededor, aparte de esto rompe el equilibrio cromático de la composición. Es como si la figura de Cristo
iluminada a su vez por una luz misteriosa que sale de sí misma se “elevara” espiritualmente sobre los
personajes que le rodean que a su alrededor parecen meras sombras.
El Entierro del Conde de Orgaz. Esta obra la realiza para la Iglesia de Santo Tomé de Toledo y conmemora
la legendaria aparición de San Lorenzo y San Agustín en el entierro del Señor de Orgaz. El espacio del
primer plano, real, está limitado por un muro de personajes que impiden que se aprecie la perspectiva
tras ellos. En ese muro se aprecia una galería de retratos de la época de El Greco (él se autorretrata
mirando al espectador así como su hijo). En la obra existe una división entre el mundo real de la tierra
(pintado de una manera más realista) y el mundo de cielo (pintado de una manera más difuminada e
irreal). El sacerdote del primer plan establece un contacto visual con lo que ocurre en el cielo, mientras
un ángel en un prodigioso escorzo une ambos mundos haciendo ascender el alma del Conde al cielo.
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