LA DEDICACION DE LA BASILICA DE LETRAN 9 DE NOVIEMBRE 2014 LA DEDICACION DE LA BASILICA DE LETRAN 9 DE NOVIEMBRE 2014 Este año coincide esta fiesta en domingo. ¿Pero por que celebramos una fiesta a un templo de piedra? Evidentemente, el templo es un lugar de encuentro del hombre con Dios. El templo es tan antiguo como el hombre. En todas las civilizaciones, en todas las culturas de las que tenemos noticia, aparece, con toda certeza, el templo. Es lógico. El hombre es un ser sociable y sensible: necesita colectiva y materialmente tener un lugar donde acercarse a Dios, un lugar en el que su Dios reciba culto y donde puede pacífica y serenamente hablar con él. Los judíos amaban su templo con verdadera devoción. Estaban orgullosos de su esplendor y de su grandeza. Era la morada tangible y visible de Yahvé. Pero esa realidad fue prostituida por los dirigentes religiosos que lo convirtieron en un tinglado para sus negocios Eso fue lo que arrancó de Jesucristo una actitud tan airada, cuando hizo rodar por el suelo las mesas de los cambistas y huyeron espantados bueyes y ovejas ante el enfado y el látigo del Señor. La grandeza espiritual de Jesucristo, su amor al Padre, su conocimiento de Dios era incompatible con aquel lugar prostituido en que se había convertido el templo. En ese templo, espléndido y precioso, no podría encontrarse el Dios que Él conocía, amaba y servía, porque no cumplía la función para la que había sido construido. Era necesario purificar todo aquel cambalache surgido alrededor de Dios y de su culto para que, ciertamente, el hombre pudiera allí acercarse a la divinidad. Como siempre, Jesús nos está señalando claramente cuál es el camino que quiere trazar para los que le sigan. Conviene tener presente esta escena tan airada de Cristo y oír lentamente, por otra parte, las maravillosas palabras que Cristo le dirigió a la Samaritana: "ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis a Dios. Se acerca la hora, ya está aquí, en la que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad". Y conviene unir ambas realidades porque, a los cristianos, puede ocurrirnos y de hecho a muchos les ocurre que están mas pendientes de la esplendidez de la piedra, los retablos, lo artístico, y si esto o aquello está en el lugar que les gusta, que de escuchar la Palabra de Dios, que de escuchar la reflexión a partir de la Palabra de Dios que les sirva para su meditación y que de la Eucaristía que en el templo se celebra. Y uno se pregunta ¿a que van al templo?. A cumplir que. Pero no solo eso, además hemos llegado, y hay que denunciarlo, que no pocos que se dicen cristianos, el templo lo utilizan como el marco o el escenario apetecido para celebrar un sacramento que para ellos queda en segundo termino. 1 LA DEDICACION DE LA BASILICA DE LETRAN 9 DE NOVIEMBRE 2014 Porque a lo que se dedican durante la celebración-en vez de vivir el sacramentoes al reportaje correspondiente en el marco de un lugar que le gusta por su arquitectura, sus ornamentos etc. Y que naturalmente después de la celebración, aquel sacramento no tiene ninguna repercusión en sus vidas. Se ha quedado en un simple rito que había que hacer por tradición o por la fiesta correspondiente que conllevaba .Y eso es así, lo siento, aunque duela escucharlo ¡Es bien triste! Hoy Cristo no tendría que tumbar los puestos de cambistas o las ovejas y bueyes para el sacrificio, pero si la hipocresía y la falsedad de los que solo ven y van al templo como escenario de su fiesta particular y no para encontrarse con Dios, porque no van en la disposición "de espíritu y verdad" que El quiere para sus verdaderos adoradores. Por eso aunque son importantes los templos, lo que verdaderamente tiene importancia son las personas que acuden a ellos y el estilo y la intención con el que se acude. Una comunidad cristiana no la forma el espacio físico sino las personas que a ese espacio acuden, haber si se tiene claro. Lo de menos es el espacio físico. Es muy posible, casi seguro, que aquellos mercaderes y cambistas que asiduamente frecuentaban el templo no se encontraran allí con Dios,-porque iban por su negocio- y es que para encontrar a Dios en la intimidad del templo es preciso haberlo encontrado antes de llegar a él. He releído recientemente una anécdota que me ha parecido muy expresiva en relación al tema de hoy. Es ésta: cuando Yuri Gagarin (un astronauta ruso) volvió de su viaje espacial hizo una solemne y oficial declaración y dijo: “en mi recorrido por el espacio no me he encontrado con Dios! Y un sacerdote de Moscú le respondió con una atinada respuesta: es natural, si no lo habías encontrado en la tierra jamás lo encontrarías en el cielo. La respuesta, preciosa respuesta, podemos aplicarla a nuestras idas al templo Si en el recorrido hacia ese templo; es decir, en nuestra vida diaria, ésa que empieza cada mañana con el trabajo, con la convivencia, con la sonrisa, con la paciencia, con la humildad, con la caridad, con la atención al otro, con el vencimiento del orgullo y de la soberbia, de la maledicencia y de la murmuración, de la envidia y de la avaricia. En esa vida diaria en la que existen los negocios sucios y los limpios, la familia que exige y que da, el amor que dignifica o que mancha (bueno, entonces no es amor). En esa vida diaria de las cotizaciones de bolsa, de la cuenta corriente, de los ricos y los pobres, de la injusticia y de la bondad, del perdón y del odio... 2 LA DEDICACION DE LA BASILICA DE LETRAN 9 DE NOVIEMBRE 2014 Si en esa vida diaria no hemos encontrado a Dios y hemos sido capaces de irlo manifestando siquiera un poco, no lo encontraremos en un templo por muy magnífico, ornamental y espléndido que allí sea su culto. Haber cuando se entiende una cosa muy básica que hace 2000años que está en el evangelio: que el cristianismo no es una religión de "cosas sagradas" sino de "personas llamadas a la santidad". Dios no se manifiesta en unos objetos inanimados (una piedra, un animal, una planta, una imagen, una construcción..). Dios se manifiesta en el hombre Jesús de Nazaret y en los creyentes que constituimos la Iglesia. Lo cual significa que cada hombre y cada mujer son sagrados. El hombre es imagen de Dios y no puede ser engañado, manipulado y utilizado como conejillo de indias, como un número, por el mesias de turno o por la ciencia con la excusa de avanzar científicamente, cuando muchas veces detrás de eso, subyace la mentira repetida e institucionalizada para convertirla en verdad o el negocio con las vidas de inocentes a los que no se les deja nacer o con personas que están en el ultimo estadio de sus vidas que con el pretexto de que no sufran se les elimina la vida. Tendrán, tendrán que dar cuentas a Dios de ese gran holocausto de mentira los que manipulan las mentes de las gentes y los que les apoyan en pos de un ideología que quieren imponer. Y también tendrán que dar cuenta de ese holocausto de muerte, los que promulgan las leyes, los que eliminan vidas humanas, los que lo consienten y los que callan ante la eliminación de esas vidas inocentes. Haber si se entiende que el prójimo no es alguien a quien yo puedo considerar, como un objeto, un número, un súbdito a quien manipulo a mi antojo, sino alguien igual que yo, a quien debo amar, perdonar, comprender, ayudar y servir. Ningún hombre puede ser considerado como un instrumento, un productor o un objeto para nuestro interés o placer personal .Cada hombre y cada mujer, sean barrendero o artista de cine, sea gobernante o un obrero sin trabajo, sea viejo o niño, sea un ejecutivo o un minusválido, todos siempre a pesar de todo, son "sagrados", son templos de Dios. Merecedores de todo amor, de todo respeto, de toda comprensión. Sin embargo, antes de terminar, permitidme que diga algo sobre nuestras iglesias, estos edificios en que nos reunimos para orar, para celebrar la fe en JC. Ya hemos dicho que no son lo más importante -que lo más importante es JC y cada hombre, pero también son importantes nuestras iglesias. Y la fiesta de hoy también nos lo recuerda. 3 LA DEDICACION DE LA BASILICA DE LETRAN 9 DE NOVIEMBRE 2014 Son importantes porque son signo de la Iglesia, de la comunidad cristiana. Y porque las necesitamos como lugar de reunión, de celebración. Tenemos el ejemplo de siglos anteriores, del pueblo cristiano que dedicó un gran esfuerzo a la construcción de iglesias en las que se expresaba la fe. No porque fueran iglesias ricas, sino iglesias bellas, muchas de ellas obras de arte popular. Aquí, en esta casa donde estamos reunidos ahora celebrando la Eucaristía, ¡cuántas cosas importantes han pasado! Muchos de los que estáis aquí sin duda habéis sido bautizados en esta casa, y habéis iniciado así, en manos del amor gratuito, vuestro camino cristiano. Muchos también habéis recibido aquí por primera vez la Eucaristía, y desde aquella primera vez habéis continuado participando cada domingo -o quizá cada día- en la mesa del Señor, en la comunidad de los hermanos. Quizá también habéis recibido aquí la confirmación, o habéis celebrado vuestro matrimonio. Y más de una vez habéis venido a decir el último adiós, y a rezar, por algún pariente o amigo difunto. O habéis entrado aquí a recogeros en silencio ante el sagrario. Quizá no sea ahora el momento de construir grandes iglesias. Pero sí las necesarias. Y, sobre todo, de sentirnos todos los cristianos responsables de la conservación y mejora de nuestras iglesias. Porque, de algún modo, son nuestra casa, la casa de nuestra comunidad cristiana. De la que todos debemos sentirnos responsables. Y para finalizar, lo hago con una frase que habréis oído más de una vez: "¿para eso van tanto a la iglesia?", y ¿habéis pensado en lo que quiere decir...? ¿Con que espíritu venimos al templo? .Lo hacemos con tiempo o tarde y con ganas de que acabe la celebración porque tenemos la cabeza y el corazón en otro sitio y nuestro comportamiento no se distingue de los que no vienen? Ahí tenemos la respuesta de hoy de Cristo en esta fiesta, para comprobar si la asistencia es en espíritu y en verdad o sencillamente puro cumplimiento. Cristo no fue al templo por cumplimiento y para purificar el lugar físico, sino para purificar la mente y el corazón de las personas, por que las piedras del templo que le interesan a Cristo son las personas, que son las piedras vivas y por las que a dado su vida. Cristo necesita piedras vivas que desprendan el fuego de su amor, no piedras de mármol que son más fríos que los témpanos de hielo.¿Se entiende verdad? 4