C ap í tulo - Naciones Unidas

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ción segura de los palestinos de acuerdo con el Cuarto Convenio
de Ginebra ya que no se logró un consenso entre los miembros
permanentes. No obstante, el 20 de diciembre de 1990 el
Consejo de Seguridad pidió unánimemente al Secretario
General que hiciese nuevas gestiones en forma urgente a los
efectos de vigilar y observar la situación en relación con los
civiles palestinos bajo la ocupación israelí e instó a Israel a que
aplicase el Cuarto Convenio de Ginebra en todos los territorios
ocupados. Sin embargo, Israel ha rechazado la aplicabilidad de
jure del Convenio, al tiempo que ha declarado que lo respeta de
hecho.
Capítulo
7
L A BÚSQUEDA DE UN ARREGLO PACÍFICO
Y EL COMETIDO DE LAS N ACIONES U NIDAS
El Secretario General Kofi Annan, quien viajó al Oriente Medio en octubre de 2000
y se reunió con líderes de Israel y la Autoridad Palestina, contempla la parte antigua
de la ciudad de Jerusalén desde la habitación de su hotel.
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El empeño de las Naciones Unidas por conseguir un arreglo negociado en el conflicto del Oriente Medio y por asegurar el respeto a
los derechos inalienables del pueblo palestino, incluido el derecho
a la libre determinación, se han orientado, entre otras cosas, por dos
resoluciones del Consejo de Seguridad, la resolución 242 (1967) y
la resolución 338 (1973). Incluso cuando las negociaciones se
celebraron fuera del marco de las Naciones Unidas, bien de forma
bilateral, bien con participación de partes regionales o socios internacionales, estas resoluciones siguieron siendo los puntos de referencia en los que todas las partes coincidían como los fundamentos
sobre los que podría edificarse una paz justa y duradera.
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La Conferencia Internacional de Paz, 1973
En diciembre de 1973 se convocó la Conferencia Internacional
de Paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas y la presidencia
conjunta de los Estados Unidos y de la Unión Soviética. Egipto,
Israel y Jordania estuvieron representados en la Conferencia,
pero Siria se negó a participar. Después de tres sesiones, la Conferencia se suspendió indefinidamente; no obstante, se acordó
que proseguiría la labor iniciada por conducto de un Grupo de
Trabajo Militar.
El Grupo de Trabajo desempeñó un importante papel en la
concertación de acuerdos sobre la separación de fuerzas entre
Egipto e Israel en enero de 1974 y octubre de 1975. El Grupo
también participó en la concertación de un acuerdo de separación entre Siria e Israel en mayo de 1974. Esos acuerdos se ejecutaron con la asistencia de las fuerzas de mantenimiento de la
paz de las Naciones Unidas: la FENU-II en el sector egipcioisraelí y la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la
Separación (FNUOS) en el sector sirio-israelí.
Entre 1974 y 1977 se hicieron esfuerzos a varios niveles para
promover la reanudación del proceso de negociación. El Consejo
de Seguridad pidió reiteradamente a las partes que aplicasen la
resolución 338 (1973). La Asamblea General hizo varios llamamientos a los efectos de que se reanudara la Conferencia de Paz en
Ginebra. A principios de 1977, y después de visitar el Oriente
Medio, el Secretario General informó al Consejo de Seguridad de
que las diferencias fundamentales entre las partes habían impedido
llegar a un acuerdo sobre la reanudación de la Conferencia. La dificultad más inmediata guardaba relación con la cuestión de la participación de la OLP, a lo que se negaba Israel.
negociaciones directas que se plasmaron en la concertación de
dos acuerdos marco de paz en septiembre de 1978, conocidos
como los acuerdos de Camp David. A pesar de la firme oposición de la mayoría de los Estados árabes y de la OLP, los acuerdos dieron lugar a la firma de un tratado de paz entre los dos
países en marzo de 1979. Merced al tratado, las fuerzas israelíes
se retiraron del Sinaí en abril de 1982.
El 1° de septiembre de 1982, a raíz de la invasión israelí del
Líbano y de la evacuación de los combatientes de la OLP de
Beirut, el Presidente Ronald Reagan, de los Estados Unidos,
pidió la autonomía de los palestinos de los territorios ocupados,
en asociación con Jordania, y dijo que esa asociación constituía
la mejor oportunidad para lograr una “paz justa y duradera”. El
Presidente Reagan también pidió que no se realizaran más asentamientos israelíes. Su iniciativa de paz se basaba en la fórmula
“tierra a cambio de paz” de las resoluciones 242 (1967) y 338
(1973) del Consejo de Seguridad.
En ese mismo mes, la 12a. Conferencia Árabe en la Cumbre
de la Liga de los Estados Árabes, celebrada en Fez (Marruecos),
aprobó una declaración en la que se pedía la retirada de Israel de
los territorios ocupados en 1967, el desmantelamiento de los
asentamientos israelíes en los territorios ocupados, la reafirmación del derecho del pueblo palestino a la libre determinación y
el establecimiento de un Estado palestino independiente
después de un período de transición, bajo el control de las
Naciones Unidas. En la Declaración de Fez también se pedía que
el Consejo de Seguridad garantizase la paz “entre todos los
Estados de la región, inclusive el Estado palestino independiente”. En fecha posterior de ese mismo año, la Asamblea
General hizo suyo el plan de paz árabe.
Los acuerdos de Camp David, 1978
La visita del Presidente de Egipto, Anwar al-Sadat, a Jerusalén
en noviembre de 1977 constituyó un nuevo elemento en la
situación del Oriente Medio. Posteriormente, y con los Estados
Unidos en calidad de intermediario, Egipto e Israel celebraron
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La Conferencia Internacional
sobre la Cuestión de Palestina, 1981
Por otra parte, la Asamblea General, preocupada por el hecho
de que no se había logrado una solución justa a la cuestión de
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Palestina, convocó en 1981 una conferencia internacional sobre
la cuestión. La Conferencia Internacional sobre la Cuestión de
Palestina se celebró en la Oficina de las Naciones Unidas en
Ginebra, del 29 de agosto al 7 de septiembre de 1983. Asistieron
representantes de 137 Estados (117 en calidad de participantes
de pleno derecho y 20 en calidad de observadores), así como de
la OLP. Esa iniciativa no fue respaldada por todas las partes:
Israel, los Estados Unidos y algunos otros países expresaron su
oposición a la celebración de la Conferencia.
La Conferencia adoptó por aclamación una Declaración
sobre Palestina y aprobó un Programa de Acción para el logro de
los derechos de los palestinos. En el Programa se recomendaban
las medidas que habían de tomar los Estados, los órganos de las
Naciones Unidas y las organizaciones intergubernamentales y
no gubernamentales. La Conferencia consideró esencial que se
convocase una conferencia internacional de paz para el Oriente
Medio bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con participación, en un pie de igualdad, de todas las partes en el conflicto
árabe-israelí.
En fecha posterior de 1983, la Asamblea General acogió
favorablemente el llamamiento de la Conferencia de Ginebra
para que se celebrara una conferencia internacional de paz
para el Oriente Medio. Durante todo el decenio de 1980, la
Asamblea General, contando cada vez con más apoyo, reafirmó
el llamamiento a los efectos de la convocación de la conferencia
propuesta.
En diciembre de 1988, la Asamblea General, que se había
reunido en Ginebra para que Yasser Arafat, Presidente de la
OLP, pronunciara un discurso ante ella, expresó un apoyo sin
precedentes a la convocación de la conferencia de paz propuesta. En la resolución 43/176 de la Asamblea General, aprobada
por 138 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones, se pidió la
convocación de la Conferencia Internacional de Paz sobre el
Oriente Medio bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con la
participación de todas las partes en el conflicto, incluida la
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Organización de Liberación de Palestina, en pie de igualdad, y
de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad,
sobre la base de las resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del
Consejo de Seguridad y de los legítimos derechos nacionales del
pueblo palestino, primordialmente su derecho a la libre determinación.
Reunión del Comité Ejecutivo Nacional de la OLP,
Argel, 1988
La sesión de la Asamblea General tuvo lugar inmediatamente
después de una importante reunión del Consejo Nacional de
Palestina, celebrada en noviembre de 1988 en Argel. En parte a
causa de la ruptura de todos los vínculos jurídicos y administrativos de Jordania con la Ribera Occidental, que tuvo lugar en
julio de 1988, el Consejo Nacional de Palestina dio a conocer
dos documentos trascendentales. El primero era un Comunicado
Político en el que se afirmaba la determinación del Consejo
Nacional de Palestina de lograr una solución política general al
problema de Palestina en el marco de la Carta y de las resoluciones de las Naciones Unidas; el segundo era la Declaración de
Independencia del Estado de Palestina, en la que el Consejo
Nacional de Palestina anunciaba la creación del Estado de
Palestina, cuya capital era Jerusalén, de conformidad con las
disposiciones del derecho internacional, incluida la resolución
181 (II) de la Asamblea General, de 1947, en la que se preveía
la partición de Palestina en un Estado árabe y un Estado judío.
En virtud de esos dos documentos, la OLP reconocía de
hecho al Estado de Israel. El Sr. Arafat lo afirmó expresamente
durante la sesión de la Asamblea General celebrada en diciembre de 1988 en Ginebra, reconociendo “el derecho de todas las
partes en el conflicto del Oriente Medio a existir en paz y
seguridad, con inclusión ... del Estado de Palestina, Israel y los
países vecinos, de conformidad con la resolución 242” (1967).
En 1989 se formularon varias propuestas: Israel aprobó una
iniciativa de paz, basada en sus posiciones anteriores, que incluía
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la celebración de elecciones; Egipto propuso una serie de principios relativos a un posible proceso de paz y a la subsiguiente celebración de elecciones en el territorio palestino ocupado; y el
Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, James
Baker, en respuesta al plan israelí, formuló cuatro principios para
avanzar en el proceso de paz del Oriente Medio, basándose en las
resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del Consejo de Seguridad,
en las que no se admitía que Israel controlase permanentemente
la Ribera Occidental y la Faja de Gaza ni que existiera una entidad palestina independiente. Por su parte, el Consejo de Seguridad, en virtud de una declaración formulada por su Presidente el
20 de diciembre de 1990, convino en que la celebración de una
conferencia internacional en el momento adecuado facilitaría la
labor encaminada a lograr una solución negociada y una paz
duradera en relación con el conflicto árabe-israelí.
Conferencia de Paz sobre el Oriente Medio,
Madrid, 1991
En 1991, los cambios que tuvieron lugar a nivel mundial, como
la finalización de la guerra fría y la guerra del Golfo y sus consecuencias influyeron también en la situación del Oriente Medio.
El proceso de negociación se reanudó con vigor en octubre de
1991 mediante la convocación de la Conferencia de Paz sobre el
Oriente Medio, celebrada en Madrid bajo la presidencia conjunta de los Estados Unidos de América y la Unión Soviética.
Un representante del Secretario General de las Naciones
Unidas asistió a la Conferencia en calidad de observador.
La Conferencia satisfizo la exigencia de Israel de que se celebraran negociaciones con cada una de las partes, al tiempo que
se hablaba por primera vez del proceso de paz en el contexto de
una conferencia internacional. Se establecía un cauce bilateral
de negociación de Israel con los Estados árabes vecinos (el
Líbano, Jordania y Siria) y los palestinos, quienes formaban
parte de una delegación conjunta jordano-palestina. Además,
en enero de 1992 todos los participantes y otros Estados árabes
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interesados iniciaron negociaciones multilaterales simultáneas
sobre diversas cuestiones de carácter regional. Las negociaciones
versaron sobre la limitación de armamentos, la seguridad regional, el agua, el medio ambiente, el desarrollo económico y
regional y los refugiados.
Al informar sobre la Conferencia de Madrid, el Secretario
General dijo al Consejo de Seguridad que, aunque se hubiera
celebrado al margen del marco de las Naciones Unidas, la
Conferencia contaba con el apoyo de todas las partes interesadas
y se basaba en las resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del
Consejo de Seguridad, ambas piedras angulares de un arreglo
amplio de paz. En homenaje a la Conferencia de Madrid, el
Secretario General la describió como “histórica”.
Las Naciones Unidas se incorporan a las negociaciones
multilaterales de paz como participante extrarregional
de pleno derecho, 1993
En 1992, los copatrocinadores —los Estados Unidos de América
y la Federación de Rusia (ex Unión Soviética)— invitaron a las
Naciones Unidas a que participaran de pleno derecho en las
negociaciones multilaterales. En 1993, el Secretario General
nombró Representante Especial suyo en las conversaciones multilaterales sobre el Oriente Medio al Sr. Chinmaya Gharekhan,
al que encomendó la tarea de coordinar la actuación de las
Naciones Unidas en los grupos de trabajo sobre limitación de
armamentos y seguridad regional, agua, medio ambiente, desarrollo económico y regional y refugiados.
Al tiempo que acogía con beneplácito la evolución de los
acontecimientos en el Oriente Medio, la Asamblea General
reiteraba su petición de que se convocara una Conferencia
Internacional de la Paz sobre el Oriente Medio bajo los auspicios
de las Naciones Unidas, que, en su opinión, coadyuvaría al
avance de la paz en la región.
A mediados de 1993 se estancaron las conversaciones bilaterales relacionadas con diversas cuestiones políticas y de seguridad.
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Al parecer, no se había realizado ningún avance a los efectos de
resolver problemas importantes entre los israelíes y los palestinos,
Siria, Jordania y el Líbano, respectivamente. No obstante, Israel y
la OLP estaban celebrando conversaciones secretas en Noruega,
de las que sólo tenían conocimiento unas cuantas personas.
El “canal de Oslo” y el “apretón de manos
de Washington”, 1993
El “canal de Oslo”, que inicialmente había sido alentado por el
Sr. Terje Roed-Larsen, por entonces un particular noruego,
junto con un alto funcionario de la OLP y un importante catedrático israelí, a finales de 1992, progresó bajo la dirección del
Ministro de Relaciones Exteriores noruego, Johan Joergen
Holst, quien falleció posteriormente. Una vez concluidas las
negociaciones de Oslo, a finales de agosto de 1993, se comunicó
a un mundo a la vez sorprendido y esperanzado la noticia de que
se había concertado un acuerdo entre Israel y la OLP.
El 10 de septiembre de 1993, Israel y la OLP realizaron un
canje de notas de reconocimiento mutuo. La OLP reconoció el
derecho de Israel a existir e Israel reconoció a la OLP como representante del pueblo palestino.
Tres días después, a saber, el 13 de septiembre de 1993, en
una ceremonia que tuvo lugar en la Casa Blanca, en Washington, D.C., en presencia del Presidente Bill Clinton, de los
Estados Unidos, y de Andrei V. Kozyrev, Ministro de Relaciones
Exteriores ruso, los representantes de Israel y de la OLP firmaron
la Declaración de Principios sobre las Disposiciones relacionadas con un Gobierno Autónomo Provisional Palestino
(Acuerdo de Oslo). Tras la firma de la Declaración, el Primer
Ministro israelí, Isaac Rabin, y el Presidente de la OLP, Yasser
Arafat, se estrecharon la mano.
El acuerdo determinaba, entre otras cosas, que:
✹ El objetivo de las negociaciones israelí-palestinas era
establecer un gobierno autónomo provisional palestino, un
Consejo elegido para la población palestina de la Ribera
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Occidental y la Faja de Gaza, durante un período de transición de no más de cinco años, que desembocara en una solución permanente basada en las resoluciones 242 (1967) y
338 (1973) del Consejo de Seguridad.
✹ Las cuestiones de Jerusalén, refugiados, asentamientos,
arreglos de seguridad, fronteras, relaciones y cooperación
con otros vecinos se aplazaban hasta la fase de negociaciones
sobre el estatuto permanente, a más tardar al comenzar el
tercer año del período de transición.
La Asamblea General expresó su pleno apoyo a la
Declaración y subrayó asimismo la necesidad de que las
Naciones Unidas participaran activamente en el proceso de paz.
Igualmente exhortó a los Estados Miembros y al sistema de las
Naciones Unidas a que prestaran mayor asistencia económica y
técnica a los palestinos.
Reunión de donantes en Washington, 1993
Al tiempo que acogía con satisfacción la evolución positiva en
la región y subrayaba la necesidad de avanzar en la satisfacción
de las necesidades del pueblo palestino, el Secretario General
creó un grupo de trabajo de alto nivel de la Faja de Gaza y de
Jericó. La función del grupo de trabajo era averiguar cómo
podrían las Naciones Unidas ampliar su programa de asistencia
en la Ribera Occidental y la Faja de Gaza. El grupo de trabajo,
que concluyó su cometido el 23 de septiembre de 1993, resaltó
la necesidad de poner en marcha proyectos que mejoraran de
forma rápida y patente la vida cotidiana de los palestinos.
El 1° de octubre de 1993, más de 40 países e instituciones
donantes, comprendidas las Naciones Unidas, participaron en la
Conferencia en Apoyo de la Paz en el Oriente Medio, en
Washington, D.C., y se comprometieron a aportar 2.400 millones de dólares en los cinco años siguientes para financiar el desarrollo social y económico de la Ribera Occidental y la Faja de
Gaza. A fin de incrementar la presencia y participación del sistema de las Naciones Unidas durante el proceso de transición y
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de fortalecer la cooperación interinstitucional de las Naciones
Unidas, en junio de 1944 se estableció la Oficina del Coordinador Especial de las Naciones Unidas (OCENU) en los territorios ocupados, que había de dirigir el Sr. Terje Roed-Larsen. Le
sucedió el Sr. Chinmaya Gharekhan, desde 1996 hasta 1999.
El mandato de la OCENU era múltiple:
✹ Proporcionar orientación general y posibilitar la coordinación entre los programas de las Naciones Unidas en la
Ribera Occidental y la Faja de Gaza.
✹ Representar a las Naciones Unidas en las reuniones de coordinación de los donantes y ayudar a la Autoridad Palestina y
a los donantes a coordinar la asistencia de los donantes internacionales.
✹ Mantener el contacto con las muchas organizaciones no
gubernamentales que actúan en la Ribera Occidental y la
Faja de Gaza.
✹ Apoyar la aplicación de la Declaración de Principios a petición de las partes.
✹ Representar al Secretario General en grupos de trabajo multilaterales establecidos de conformidad con los Acuerdos de
Paz israelí-palestinos.
En septiembre de 1999 se revisó el mandato de la OCENU y
se volvió a nombrar al Sr. Roed-Larsen Coordinador Especial de
las Naciones Unidas para el proceso de paz en el Oriente Medio
y Representante Personal del Secretario General ante la
Organización de Liberación de Palestina y la Autoridad
Palestina. Además de acometer los preparativos adecuados en el
marco de las Naciones Unidas para mejorar la asistencia al
desarrollo de éstas en apoyo del proceso de paz, el nuevo
Coordinador Especial representa al Secretario General ante las
partes interesadas y a la comunidad internacional en todas las
cuestiones relativas al mantenimiento del apoyo de las Naciones
Unidas en todos los aspectos del proceso de paz.
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El Acuerdo Provisional israelí-palestino, 1995
El 4 de mayo de 1994, palestinos e israelíes llegaron a un acuerdo en El Cairo respecto a la primera fase de la aplicación de la
Declaración de Principios. En aquella fecha dio comienzo formalmente el período provisional. Yasser Arafat, dirigente de la
Organización de Liberación de Palestina y Presidente de la
recientemente creada Autoridad Palestina, regresó a Gaza en
julio para hacerse cargo de la nueva administración.
En 1995 se hicieron importantes avances al firmarse en
Washington, D.C., el Acuerdo Provisional sobre la Ribera
Occidental y la Faja de Gaza el 28 de septiembre. El Acuerdo
disponía la disolución de la administración civil israelí y la retirada del gobierno militar israelí, con un calendario para el
traspaso de atribuciones y responsabilidades a la Autoridad
Autónoma Provisional Palestina. El nuevo Acuerdo establecía
también las formas de participación en elecciones de los palestinos de la Ribera Occidental, Jerusalén y la Faja de Gaza, y así
como disposiciones acerca de la supervisión internacional del
proceso electoral. Estos acuerdos supusieron un paso adelante
significativo en la aplicación de la Declaración de Principios.
Uno de los rasgos principales del Acuerdo fue la división de
la Ribera Occidental en las tres zonas siguientes:
✹ La zona A está constituida por las siete principales ciudades
palestinas: Jenin, Kalkiliya, Tulkarm, Naplusa, Ramallah,
Belén y Hebrón, donde los palestinos tendrán plenas atribuciones respecto de la seguridad civil.
✹ En la zona B, que comprende todos los demás centros
palestinos de población (salvo algunos campamentos de
refugiados), Israel mantendrá la responsabilidad predominante en materia de seguridad.
✹ En la zona C, que comprende todos los asentamientos, las
bases y zonas militares y las tierras estatales, Israel conservará
atribuciones exclusivas en materia de seguridad.
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El asesinato de Rabin, 1995
En un golpe trágico para el proceso de paz, el entonces Primer
Ministro israelí Isaac Rabin murió asesinado el 4 de noviembre
de 1995 en Tel-Aviv. El Secretario General condenó el asesinato. En una sesión extraordinaria, celebrada el 5 de noviembre,
la Asamblea General rindió homenaje al dirigente israelí
asesinado.
En enero de 1996 la recientemente instituida Autoridad
Palestina celebró sus primeras elecciones democráticas para elegir un Consejo Palestino compuesto por 88 miembros. Yasser
Arafat, presidente de la OLP, fue elegido Presidente de la Autoridad Ejecutiva Palestina.
El proceso de paz sufrió graves reveses en febrero y marzo
de 1996, cuando sucesivos actos de terrorismo, cuya responsabilidad reclamó para sí el ala militar de Hamas, acabaron
con la vida de unos 55 israelíes e hirieron aproximadamente a
otros 100. El Consejo de Seguridad condenó sin reservas los he chos ya que el claro propósito de estos “actos abominables” era
socavar los esfuerzos de paz en el Oriente Medio. El 13 de marzo
de 1996, el Secretario General se reunió con nueve Jefes de
Estado y nueve de Gobierno en la Cumbre para el establecimiento de la paz, en Sharm el-Sheikh (Egipto), para oponerse a
los actos de violencia en el Oriente Medio. En un comunicado
conjunto, los dirigentes extendieron su apoyo a la continuación
del proceso de negociaciones y a su reforzamiento tanto en lo
político como en lo económico.
Con anterioridad a las elecciones israelíes de mayo de 1996
se iniciaron las negociaciones oficiales entre las partes para
alcanzar un acuerdo sobre el estatuto permanente. No obstante
no se habían hecho progresos todavía cuando estalló la violencia a consecuencia de la decisión del nuevo Gobierno israelí de
reabrir un viejo túnel por debajo de la mezquita de Al-Aqsa.
Una vez que el Consejo de Seguridad, reunido el 27 de septiembre de 1996, instó a que se pusiera fin de inmediato a todos los
actos que dieron por resultado el agravamiento de la situación y
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a que se anularan, se reiniciaron las negociaciones para alcanzar
un estatuto permanente en octubre de 1996.
Con anterioridad, el 4 de septiembre, el Primer Ministro
israelí Benjamín Netanyahu se reunió con el Sr. Yasser Arafat
por primera vez en el paso de Erez, entre Israel y la Faja de Gaza.
Las Naciones Unidas y Noruega habían posibilitado las conversaciones, a instancia de ambas partes. Previamente a la reunión
se habían dado múltiples contactos y actividades de mediación
para concluir un acuerdo marco sobre el futuro de las negociaciones. Se hizo saber que los dos dirigentes estaban de acuerdo
en que las cuestiones pendientes, como el redespliegue en
Hebrón, el cierre de la Ribera Occidental y la Faja de Gaza y el
aeropuerto de Palestina, se debatirían en comités directivos conjuntos.
El Protocolo de Hebrón, 1997
En enero de 1997, Israel y la Autoridad Palestina firmaron el
Protocolo de Hebrón, relativo al redespliegue de las Fuerzas de
Defensa de Israel (FDI) en Hebrón. El Protocolo establecía también un calendario para el redespliegue de las FDI en la Ribera
Occidental y la reanudación de las negociaciones sobre el
estatuto permanente. En marzo de ese mismo año, Israel aprobó
un plan para realizar el primer redespliegue en la Ribera
Occidental.
Los dos años siguientes vieron muy escasos progresos en el
proceso de paz. Crecientemente preocupada por el empeoramiento de la situación, la Asamblea General volvió a convocar
su décimo período extraordinario de sesiones de emergencia el 17
de marzo de 1998 para deliberar sobre las “medidas ilegales
israelíes en la Jerusalén oriental ocupada y el resto del territorio
palestino ocupado”. El período de sesiones se había convocado
inicialmente en abril de 1997, y se reunió dos veces, en continuación del período de sesiones, en julio y noviembre de aquel
año. La Asamblea manifestó su preocupación por las violaciones
persistentes, de que era responsable Israel, de las disposiciones del
55
Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles
en tiempo de guerra (Cuarto Convenio) y reiteró su llamamiento para que las Altas Partes Contratantes en el Convenio convocaran una conferencia sobre medidas para aplicar el Convenio en
el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén.
La Conferencia del Cuarto Convenio de Ginebra, 1999
La Asamblea General siguió instando a que se estudiaran medidas aplicables a la protección internacional de los civiles palestinos. Siguió ocupándose de la situación, y en su décimo período
extraordinario de sesiones de emergencia hizo un llamamiento
para que se convocara para el 15 de julio de 1999 una conferencia sobre medidas para hacer aplicar el Cuarto Convenio en el
territorio palestino ocupado.
La Conferencia, para la que la Asamblea había fijado un plazo
no posterior a febrero de 1998, no se convocó. A raíz de una propuesta de Suiza de que se iniciara un diálogo sobre la aplicación
del Convenio, se convocó una sesión privada entre Israel y la OLP
en Ginebra, en junio de 1998. En octubre de 1998 se celebró
una reunión de expertos de las Altas Partes Contratantes en el
Convenio. A pesar de todas estas consultas no fue posible alcanzar un consenso sobre la celebración de la conferencia. (Cuando
finalmente, el 15 de julio de 1999, se abrió la conferencia en
Ginebra, sólo duró un día. En una declaración emitida al final de
la Conferencia, las Altas Partes Contratantes que habían participado en ella reafirmaron la aplicabilidad del Cuarto Convenio
de Ginebra en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén
oriental. La Conferencia aplazó sus deliberaciones en el
entendimiento de que volvería a reunirse a tenor de las consultas
que se celebraran sobre la situación humanitaria sobre el terreno.)
El Memorando de Wye River, 1998
A fines de 1998 pareció reanimarse el proceso de paz. Después
de ocho días de conversaciones en Wye River, Maryland, EE. UU.,
Israel y la Organización de Liberación de Palestina firmaron el
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Memorando de Wye River en Washington, D.C., el 23 de
octubre de 1998. El acuerdo, firmado por el Primer Ministro de
Israel, Benjamín Netanyahu, y el Presidente de la Autoridad
Palestina, Yasser Arafat, en presencia del Presidente de los
Estados Unidos, Bill Clinton, y del Rey Hussein de Jordania,
establecía los elementos siguientes:
✹ Israel retiraría sus tropas del 13% de los territorios de la
Ribera Occidental, y el 14,2% del territorio de la Ribera
Occidental pasaría de la administración conjunta israelípalestina (zona B) a la administración palestina (zona A).
✹ Ambas partes reanudarían de inmediato negociaciones sobre
el estatuto permanente.
✹ La Autoridad Palestina tomaría medidas para combatir el
terrorismo.
El Secretario General describió el Memorando de Wye River
como un paso prometedor. En una resolución aprobada el 2 de
diciembre de 1998, la Asamblea General también expresó su
apoyo pleno al proceso de paz y expresó la esperanza de que el
Memorando de Wye River se aplicara plenamente. El acuerdo se
complementó posteriormente en 1999 con la firma de un
Acuerdo Provisional por el que se produjo un nuevo redespliegue de las tropas israelíes de la Ribera Occidental y de
otros acuerdos sobre prisioneros, la apertura de un paso franco
entre la Ribera Occidental y Gaza y la reanudación de negociaciones acerca de un estatuto permanente.
El 30 de noviembre de 1998, representantes de unos 50 países, en una reunión en Washington, D.C., se comprometieron a
aportar más de tres mil millones de dólares para construir
infraestructuras e intensificar el desarrollo económico en las
zonas bajo jurisdicción de la Autoridad Palestina.
Al tomar posesión, en mayo de 1999, un nuevo Gobierno
israelí, encabezado por Ehud Barak, se renovaron las esperanzas
de que prosiguieran las negociaciones. El 4 de septiembre de
1999, Israel y la Autoridad Palestina firmaron el Memorando de
Sharm el-Sheik sobre los plazos de ejecución de los compro57
misos suscritos pendientes y sobre las negociaciones relativas al
estatuto permanente. A la firma siguió la liberación de parte de
los presos palestinos, la apertura del paso franco meridional
entre la Ribera Occidental y Gaza y otros redespliegues de tropas
israelíes de las zonas de la Ribera Occidental.
Las conversaciones de Camp David, 2000
En julio de 2000, el Presidente de los Estados Unidos, Bill
Clinton, invitó a los dirigentes de Israel y de la Autoridad
Palestina a mantener conversaciones de paz en Camp David,
Maryland. La cumbre acabó sin que se adoptaran decisiones y
sin que las partes pudieran alcanzar un acuerdo definitivo
respecto a las cuestiones pendientes. No obstante, ambas partes
renovaron su compromiso de seguir negociando con vistas a
conseguir un acuerdo lo antes posible.
Bloqueadas las conversaciones de paz, la situación sobre el
terreno empeoró rápidamente.
La intifada de Al-Aqsa, 2000-2001
A fines de septiembre de 2000 se inició una nueva oleada de
protestas y violencia en el territorio palestino ocupado a raíz de
que el dirigente de la oposición israelí (más tarde Primer
Ministro) Ariel Sharon visitara Harm el-Shariff (Monte del
Templo) en Jerusalén el 28 de septiembre. Según se informó, al
menos 50 personas murieron y unas 1.500 sufrieron heridas, la
mayoría palestinas, como resultado de cinco días de choques
continuados entre israelíes y palestinos. En la primera semana de
octubre, por lo menos otros seis palestinos murieron en
enfrentamientos con las fuerzas israelíes en esporádicos incidentes violentos en Jerusalén y en otras partes del territorio
palestino ocupado.
La nueva oleada de violencia se denominó intifada de AlAqsa, por el nombre de la mezquita que estaba en el origen de la
protesta palestina.
Alarmado por la dramática intensificación del conflicto, el
Consejo de Seguridad, por su resolución 1322 (2000), condenó
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la última oleada de violencia en el Oriente Medio y el uso excesivo de la fuerza contra los palestinos. Asimismo exhortó a Israel
al cumplimiento escrupuloso del Cuarto Convenio de Ginebra e
instó a la reanudación inmediata de las conversaciones de paz.
El Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del
pueblo palestino, que se reunió en octubre para analizar la
situación, reiteró su actitud de que las Naciones Unidas continuasen ejerciendo su responsabilidad permanente con relación a
todos los aspectos de la cuestión de Palestina hasta que tuvieran
plena vigencia los derechos inalienables del pueblo palestino.
El Secretario General visitó la región en octubre de 2000 a
fin de indagar los medios urgentes para poner fin al ciclo de violencia y reavivar el proceso de paz, reuniéndose con dirigentes
de Israel y de la Autoridad Palestina, así como con otros dirigentes de la región. Asistió también a una reunión en la cumbre
en Sharm el-Sheik, Egipto, el 16 y 17 de octubre de 2000, copresidida por el Presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el de los
Estados Unidos, Bill Clinton. La cumbre acabó en un entendimiento en tres aspectos esenciales: seguridad, cooperación y
otras medidas para poner fin a la confrontación, una comisión
de verificación de los acontecimientos para que investigara los
trágicos acontecimientos entonces recientes y cómo evitar su
reproducción y conseguir la renovación del proceso de paz.
En su informe de noviembre de 2000 sobre la situación en el
Oriente Medio, el Secretario General Kofi Annan observó que
habían muerto más de 230 personas y que muchas otras habían
sufrido heridas. La “trágica situación ha puesto claramente de
manifiesto a todas las partes que la causa de la paz se verá necesariamente perjudicada por el uso excesivo de la fuerza, la violencia indiscriminada o el terrorismo”, dijo el Secretario
General.
En una resolución aprobada el 1° de diciembre de 2000, la
Asamblea General expresó su pleno apoyo al proceso de paz.
Expresó la esperanza de que ese proceso condujera al establecimiento de una paz general, justa y duradera en el Oriente
Medio. Igualmente subrayó la necesidad de comprometerse a
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observar el principio de “territorio por paz” y a aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad 242 (1967) y 338 (1973),
que constituían la base del proceso de paz en el Oriente Medio,
y de que se aplicaran inmediata y escrupulosamente los acuerdos
concertados entre las partes, incluido el redespliegue de las
fuerzas israelíes de la Ribera Occidental.
Las partes volvieron a reunirse en Taba, Egipto, en enero de
2001. Aunque se informó de que se habían producido avances
considerables, las partes fueron incapaces de llegar a un acuerdo
antes del fin de las negociaciones debido a las inminentes elecciones a Primer Ministro y al Parlamento en Israel.
En febrero de 2001 tomó posesión en Israel un nuevo
Gobierno, presidido por Ariel Sharon, que se declaró dispuesto
a proseguir las negociaciones pero sin considerarse vinculado
por los acuerdos previos entre Israel y la Autoridad Palestina. La
violencia no cesó en el territorio palestino ocupado. Al dirigirse
al Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del
pueblo palestino en marzo de 2001, el Secretario General Kofi
Annan describió la crisis como “una tragedia humana y una
fuente de preocupación grave para el futuro”. Las partes, en su
opinión se enfrentaban a varias crisis al mismo tiempo:
✹ Primera, una crisis de seguridad, con un rosario de violencia,
destrucción y muerte;
✹ Segunda, una crisis económica y social, con un desempleo y
pobreza crecientes, cierres de fronteras, restricciones y medidas que privaban a la Autoridad Palestina de los recursos
financieros necesarios; y
✹ Tercera, una crisis de confianza, con miedo, desesperación e
ira crecientes en la calle y un desplome de la confianza en el
proceso de paz.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió
en marzo de 2001 para estudiar las propuestas de autorizar la
presencia en el territorio palestino ocupado de observadores de
las Naciones Unidas que prestaran protección a los civiles
palestinos. Cuando se procedió a votar, el 27 de marzo de 2001,
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un proyecto que proponía que el Consejo instituyera dicho
mecanismo, nueve países votaron a favor, uno lo hizo en contra
y cuatro se abstuvieron.
En los meses siguientes prosiguió la violencia con una cantidad sin precedentes de muertos y heridos en ambas partes. En un
signo esperanzador, la comisión de determinación de los hechos
de Sharm el-Sheik (“Comisión Mitchell”) publicó un informe
de determinación de los hechos el 21 de mayo. La Comisión
Internacional estaba compuesta por cinco miembros nombrados
por el Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, a raíz de la
cumbre de Sharm el-Sheik y presidida por el ex Senador de los
Estados Unidos George Mitchell. El informe, entre otras cosas,
pedía:
✹ Inmediata cesación del fuego,
✹ Congelación de la construcción de asentamientos judíos,
✹ Denuncia del terrorismo, y
✹ Reanudación de las conversaciones de paz.
El Secretario General Kofi Annan celebró la aparición del
informe Mitchell y ese mismo día dijo que el informe permitiría
a las partes dar pasos en pro de la cesación del fuego y de la adopción de medidas que restaurasen la confianza y que les permitieran posteriormente retornar a la mesa de negociaciones. El
Secretario General expresó la esperanza de que “no se desaproveche la oportunidad y que las partes se sirvan de ella para
retroceder desde el borde del precipicio en que se encuentran y
tratar de poner fin a la violencia en la región”.
Algunos miembros del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas también expresaron su pleno apoyo a los
esfuerzos del Secretario General Kofi Annan para reanudar el
diálogo entre las partes en el conflicto del Oriente Medio y manifestaron su respaldo al informe Mitchell. En una declaración
formulada después de un informe del Secretario General en
sesión privada, el 22 de mayo de 2001, el Presidente del Consejo
dijo que los miembros de éste acogían con agrado la publicación
del informe de la Comisión Mitchell y las reacciones positivas
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que había suscitado en las partes. Los miembros del Consejo
hicieron un llamamiento a las partes para que estudiaran con
ahínco las recomendaciones de la Comisión y para que
empezaran de inmediato a adoptar las medidas necesarias para
cumplir dichas recomendaciones, incluidas las medidas de
fomento de la confianza.
Capítulo
8
L OS DERECHOS HUMANOS EN EL TERRITORIO
PALESTINO OCUPADO
Los niños palestinos de hoy se enfrentan a un futuro sombrío.
“El ciclo actual de violencia entre palestinos e israelíes ha producido cientos de muertos y miles de heridos, palestinos en su gran mayoría. La
pobreza y el desempleo se han disparado. Los bloqueos y los cierres han
paralizado la economía palestina, aislado la Ribera Occidental y Gaza e
impedido la prestación de ayuda médica, alimentos y combustible. Las
represalias colectivas han proyectado una sombra de ira y desesperación
sobre un territorio ocupado palestino ya suficientemente en tensión.
También los israelíes han visto cómo sus mejores esperanzas se convertían
en miedo.”
Kofi Annan, Secretario General, abril de 2001
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