9.2. La crisis de 1640. El conde duque de Olivares, valido de Felipe IV (1621 – 1665), deseaba recuperar el prestigio y poder de la monarquía hispánica, interviniendo en la Guerra de los Treinta Años, para lo que necesitaba grandes recursos económicos por lo que buscó establecer una contribución más equitativa entre los diferentes reinos. Además estaba en contra de las exenciones forales de Navarra, Aragón y Portugal ya que la mayor parte del esfuerzo para solucionar los problemas de la Corona recaía sobre Castilla. Uno de los problemas más importantes es el del ejército, por lo que propuso la llamada Unión de Armas, la formación de un ejército común a todos los reinos con participación y financiación compartida. Asimismo, en 1625 aconsejó al rey establecer un régimen fiscal y administrativo similar al castellano en todos ellos. Pero la situación se complicó, debido a las sublevaciones de Cataluña y Portugal, así como a la intervención de Francia en la guerra de los Treinta Años. En 1640 estalló la sublevación de Cataluña y en Portugal comienza la búsqueda de su independencia. En Cataluña se asesinó al virrey y se reconoció rey a Luis XIII de Francia y en Portugal al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. Sólo pudo ser contenida la sublevación de Cataluña, tras la rendición de la ciudad de Barcelona (1642). Portugal, en cambio, recuperara su independencia política.