La noche de los cuchillos largos

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EstamosenlaAlemanianacionalsocialista…Elpaísseharecuperadodelosestragosdela
Primera Guerra Mundial… Adolf Hitler inicia su vertiginosa carrera hacia el poder, con el
apoyodelpuebloalemán.Pero¿quéhaydetrásdelafuerzadeHitler?
Enunrelatocargadodeintensidaddramática,ydelamanodepersonajeshistóricoscomo
Hitler,Himmler,GoeringoRoehm,KarlvonVereiternossumergeenlasluchasporelpoder
enAlemaniaalolargodeladécadade1920ylaprimerapartedelade1930,lacreacióndel
PartidoNaziysusfundamentosideológicosypolíticos,lasluchascallejerasprotagonizadas
por las violentas bandas de las SA, la llegada de Hitler al poder en 1933 y su lucha por el
dominiodetodaslasestructurasdelEstadoalemán.
… Y, finalmente, la noche de los cuchillos largos, la brutal purga ideada por Hitler,
apoyándose en las SS y en la Gestapo y con el beneplácito del Ejército, que supone el fin
delasSAylaeliminaciónfísicadesuslideres,encabezadosporErnstRoehm,convertidos
enelgranobstáculoparalaconsolidacióndeHitlerenelpoder.
KarlvonVereiter
Lanochedeloscuchilloslargos
ePubr1.0
ra msa n27.06.15
Títulooriginal:Lanochedeloscuchilloslargos
KarlvonVereiter,1983
Editordigital:ramsan
ePubbaser1.2
Notapreliminar
Es un fenómeno bastante corriente que la intensa proyección de la Segunda Guerra Mundial, cuyas características difirieron por
completodesuprecedente,lallamadaGranGuerra(1914-1918),nosproporcioneideasnadanítidasrespectoaesteúltimamente
citado episodio bélico. La enorme difusión de lo acontecido entre 1939 y 1945, ha hecho olvidar casi por completo a la Gran
Guerra, y especialmente sus consecuencias, entre las que destaca, como clave de lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, el
nacimiento,desarrolloyhegemoníacasicompletamenteeuropeadelNacionalsocialismo.
Todos tenemos grabadas en la imaginación las escenas de la derrota alemana en 1945. Libros, tratados, cine y televisión nos
hanservidoesasimágenes,ydeestaformaconformadonuestroespírituenunaideaconcretadecómoydequémanerafuevencido
elTercerReich.
Delalíneaguerreraydelapolíticanazidurantelosañosdelaguerra,sabemostambiénbastante.Pero,quizásapoyándoseen
los proyectos de una propaganda pro vencedores, y en la búsqueda exhaustiva del Horror, se ha acentuado de forma especial la
dinámica destructiva del régimen nazi, procurando asociarlo de manera casi absoluta al fenómeno archiconocido de los
«Konzentrationslager»,losCamposdeexterminio.
De las luchas internas del Partido Nazi, de la dicotomía que la equívoca política de Hitler produjo, de las especiales
características que marcó la actitud del Estado Mayor alemán, de eso poco sabemos, como también ignoramos que el pueblo
germano,conunacasienteraunanimidad,llevase,prácticamenteenandas,aAdolfHitleralpoder.
Históricamente hablando, hemos de convenir en que el «fenómeno nazi» es ciertamente apasionante. Si por un solo instante,
imaginamos lo que el mundo hubiera sido tras una victoria alemana, nos daremos cuenta del tipo de encrucijada en la que el
planetaseencontróentrelosaños1939y1945,enlafaseejecutivadirectadelgranproyectodelReichdelosmilaños.
Noesenestelibrodondedebemosanalizarlosresultadosdelavictoriaaliada,ylagigantescayhastamonstruosadiferencia
entrelosresultadosconcretosylosmiríficosproyectosquesebosquejaronenlaCartadeSanFrancisco,primero,ydespuésenel
escenariodela«GranComediaUniversal»quesellamalasNacionesUnidas.
Eso nos permite, hiriendo seguramente la delicada epidermis de ciertos fanáticos, que del mismo modo que la «realidad
humana»cambiólosproyectosdelosAliados,tampocoHitler,dehaberganadolaguerra,hubiesepodidollevaracaboloquesus
teóricospreconizaban.
Un viejo adagio dice que «entre lo dicho y lo hecho, hay un buen trecho». Nada puede expresar, con mayor justeza, y eso lo
sabemostodos,elabismoquemediaentrelaspromesaspolíticas,decualquiertipo,ylarealidadenqueacabanporconvertirse.
Poreso,almismotiempoquevamosaintentarproporcionaralcuriosolectoruncuadro,lomásclaroysencilloposible,delo
queocurrióenAlemaniaapartirde1918,queremos,yadesdeestemismoinstante,demostrarle,enloposible,quehubodeexistir
«algo»,quepor«algo»sehamantenidooculto,queexpliquedemanerafehacientelavertiginosacarreradeHitlerhaciaelpoder,
conelapoyo,noloolvidemos,delamayoríadelpuebloalemán.
Siconseguimosaportaralgodeclaridadaeseoscuroasuntohabremosconseguidonuestropropósito.
Primeraparte
Latormenta
«L’histoiren’estqueletableaudescrimesetdesmalheurs».[1]
I
—¿Cómodicesquesellamaesetipo?
—AdolfHitler.
Konradseencogiódehombros.
—Nuncaheoídoesenombre.¿Quiénes?
Kilian esbozó una sonrisa. Miró de reojo a su compañero y, una vez más, tuvo la penosa
impresióndequeSleiterhabíaenvejecidomuchoenlosúltimosmeses,noextrañándolenadaelver
enlassienesdeKonradalgunoshilosdeplata.
Los dos tenían la misma edad, 23 años, pero Lörzert no había cambiado mucho, y seguía
poseyendoaquellafazrubicunda,depieltensaydebuencolor,muestradeserhijodecampesinos,
acostumbradoavivirenelcampo.
—TampocoséyomuchodeeseHitler—contestóKilian—.Mehablarondeélhaceunasemana.
Esnuevoenelpartido,creoquetieneelcarnetnúmero555.
—Noestámal.Casiunmillardeafiliados.
—Notehagasilusiones,Konrad.Loqueocurreesqueseempezóanumerarapartirdel500,para
darlaimpresióndequeéramosmás…peronosomosmásquesetenta,actualmente…
Konradbajólamirada,yaquesuamigoeramásbajoqueél.
—¿Cómotemetisteeneso,Kilian?
—¿Quéquieresdecir?
—¿Cómotediopormeterteenpolítica?
Lörzertseencogióvagamentedehombros.
—Cuandonosdesmovilizaronnoteníadóndecaermemuerto.Yasabesquemipadrefallecióen
1916…ymimadreeraviudadesdehacíadiezaños.Noéramospropietarios,sinoarrendadoresde
unastierrasquemimadrenopudoseguirtrabajando,apesardequedejólavidaenaquellaparcela…
»Cuandomuriómipadre,elpropietariobuscónuevosaparceros,mimadrevinoavivir,caside
caridad,enlacasadeunosparientes,aquí,enMunich…
—Debistevenirconmigo,aBerlín.
—Teperdídevista,yalosabes.Estuvematandoelhambrecomopude,hastaquetropecéconese
FranzGirisch,elajustadordeuntaller,enelquefinalmentemeadmitieron…asífuitirando.
—PeroesonoexplicatuingresoenelDAP .
—FueFranzquienmediounpequeñofolletoquehabíaescritoAntonDrexler,elpresidente…Me
gustólamaneradeenfocarlascosas…poresomeafilié…yfueenunadeesasreunionescuandooí
hablardeHitler.
—¿Unintelectual?—inquirióKonradconuntonodedesprecioenlavoz.
—¡Oh, no! Es un pintor… creo que nació en Austria, cerca de la frontera con Baviera. Ahora
ostentaelcargodedirectordereclutamiento,peroyocreoquellegarámuylejos…yamelodirás
cuandoleoigashablar.
—Estoy harto de papagayos, amigo mío. Desde que llegamos a la patria no me han dejado un
soloinstantededescanso…todoshablan,Kilian,todos…peroespecialmenteesoshijosdeperrade
rojos…losqueyaosaban,enelfrente,enlosúltimostiempos,hacercorrerbulosparaaumentarla
confusiónyhacerqueperdiésemoslapocamoralquenosquedaba.
—EsomismodiceHitler…¡esformidable,Konrad!Noesunpapagayo,sinounhombrequesabe
lo que se dice… analiza la situación como nunca lo he visto hacer. Desea una Alemania fuerte,
poderosa,unida…unReichqueabarquetodoslospueblosgermanos…
—Yaveo,unsoñador.
—Nolocreas.Drexler,nuestropresidente,noseequivocanunca…esunespecialistamecánicoen
aserradoras,unhombrellenodefeydeentusiasmoeneldestinodelReich…
—¿Quéotragenteformaelcomité?
—Están: Karl Harrer, un periodista que ostenta el cargo de vicepresidente; Muchel Lotter,
maquinistadelosferrocarriles,primersecretario;AdolfBikhofer,unestudiantequehacedeprimer
secretario;esdecir,detesoreroprimero,yaqueelsegundosecretarioesJohannB.Koebl.Luegoestá
ese del que ya te he hablado, Girisch… el que me colocó en el taller y me hizo ingresar en el
Partido…y,finalmente,Hitler.
—¿YahoraquieresqueingreseyotambiénenlaDAP ,no?
—Silodeseas,sí…nuncateobligaríaahaceralgoquenoquisieras…
Sleiterencendióuncigarrillo,siguióconreconcentradaatenciónlasvolutasdehumoqueelaire
delanochedeshacíavelozmente.
—Miidea,unavezvieseamispadres—dijoconvozfirme—,erairmeconalgunodelosFrei
Korps,noimportadóndefuera…alucharcontralosrojosrusos…fueradeestepaíscorrompidopor
el bolchevismo, atenazado con la cobardía de los socialdemócratas… ¡Mierda! ¿Sabes lo que nos
pasóenBerlín?
—No.
—Desfilamos por Unter den Linden… y nos silbaron, ¡cómo lo oyes! Esos hijos de puta de
demócratasnosinsultaban,comosifuésemoslosculpablesdesupropiacobardía…
Escupióconrabiaenelsuelo.
—Ningunodeesoscerdosvioelfrente,nisiquieradesdelejos…ibanvestidos,aunqueestaban
delgados,seguramentedetantofollarenlaretaguardia…
»Si en vez de ser un simple Obergefreiter hubiese mandado el batallón, habría ordenado abrir
fuegocontraaquelloscabrones…
—Yoleíqueosdijeronquenohabíaissidovencidos.
—Sí,lospolíticosqueríandarnoscoba…¡claroquenohemossidovencidos!Ningúnsoldadodel
frente estaba dispuesto a abandonar su posición… pero detrás de nosotros, en la asquerosa
retaguardia,hombrescobardesestabanfirmandoelarmisticio…
—No quiero meterme en tus asuntos, Konrad… —dijo Kilian con dulzura—, pero creo que
podráshacermáslaboraquí…queconlosCuerposFrancos…tardeotemprano,losAliadosvana
exigirsudisolución…
Sleiterseechóareír,aunquesurisasonabafalsa.
—¡VeremossimeconvenceeseHitler!
EstabanllegandoalaHerremstrasse,alacasanúmero48,dondepocotiempoantesentróHitler,
porprimeravez,afiliándosepocodespuésalDeutscherArbeiPartei,el DAP ,sindarsecuentadeque
aquelsimplegesto,eldetomardelamanodeDexlerelcarnetnúmero555,ibaacambiarlaHistoria
delmundo.
II
—Prosit!
Chocaronlasgrandesjarrasdecerveza.Elhumodeloscigarrillosformabaunanubesobrelas
cabezasdeloshombresqueocupabanlagransaladelacervecería.
TodosellosllevabaneluniformedelaSA.
Un poco más viejo, pero sonriente y fuerte, Konrad Ludwig Sleiter bebió, sin descanso, el
contenidodesugranjarra,dejándolaluegosobrelamesa,antesdesecarseloslabios,manchadosde
espuma,coneldorsodesusólidayvelludamano.
Sepusoenpie.
—¡Silencio!
Todaslascabezassevolvieronhaciaél.
—¡Camaradas!—empezódiciendo—:Hemosrecorridounlargoygloriosocamino.Pocosson
losrostrosdelosaquípresentesquerecuerdodeaquellosprimerostiempos…perotantoellos,los
veteranos,comolosquehanllegadoluego,hanllevadoacabountrabajoexcelente…
»Estamoscercadelaselecciones…yestavez,amigosmíos,nadieserácapazdedetenernosenel
caminohaciaelPoder…
»Quedaaúnmuchoporhacer…yyasabéistodosaloquemerefiero.Hayquelimpiarelpaísde
todolosucioqueaúnviveenél…
»Los traidores, los que se bajaron los pantalones ante las inaceptables exigencias del Diktat de
Versalles,losquedeseabanabrirelpasoalashordasbolcheviques,losjudíosylosplutócratas,los
grandescapitalistasquedeseanseguirchupandolasangredelobreroalemán…
Diounpuñetazosobrelamesa.
—¡VamosalimpiarelReichdetodaesabasura,camaradas!,oslodigoyo,mientrasunosolode
esosbastardosvivaentierragermana,correremoselpeligrodevolveracontaminarnos…
»Tambiénajustaremoslascuentasaesosprusianosenuniforme…porqueelEjércitoalemánha
dedejardeserparasiempreunainstituciónexclusivamentereservadaalosniñosbonitos,aloshijos
de papá… para convertirse en un Ejército del pueblo y para el pueblo, tal y como ha afirmado el
camaradaRoehm…
Seapoderódelajarraqueunadelasrollizassirvientas,cuyasposaderasrecibíanlascariciaso
lospellizcosdelospresentes,habíallenadopocoantes.
—¡Todosenpie!¡Brindemos!
Selevantaroncomounsolohombre.
—Brindemosportodoloquenosesquerido—dijoSleiter—.¡PorAlemania!
—¡¡¡PORALEMANIA!!!
—¡PorelFührer!
—¡¡¡PORELFÜHRER!!!
—¡PorErnstRoehmylasSeccionesdeAsalto!
—¡¡¡PORLASSA!!!
—¡Porlavictoria!
—SIEG!!!
***
ElcristalsuciodelvagónreflejabaelrostropreocupadodeSleiter.Eracomositemieraqueel
convoy se detuviese en la pequeña estación de aquel pueblo bávaro donde había nacido hacía ya
veintitrésaños…
No había vuelto a la localidad desde hacía casi tres años, con motivo de un permiso de una
semanadeconvalecenciadespuésdelaherida,lacuarta,recibidaenelfrentedeFlandes.
Tresañosesmuchotiempo…
Yaentonces,en1916,supadreluchabadesesperadamentepormantenerydefenderlapropiedad
que había heredado de sus mayores. La inflación, que comenzaba a hacerse sentir, la escasez de
materiasprimas,lafaltademanodeobra,todocontribuíaaconvertirloscamposdeBrunoSleiteren
páramosquenadiepodíatrabajar,quenadiedeseabatrabajar,yaquesehabíaperdidodefinitivamente
lavisióndelfuturo,ylagentevivíaaldía,puestoquelaseguridadenelmañanasehabíaesfumado
definitivamente.
Lacertezadeladerrotahabíaabiertoantelamayoríadelosalemanesunpozoinsondable,repleto
demiedosydeincertidumbres;seempezabaadesconfiarenelpoderadquisitivodeldinero,aunque
todavía no hubiese caído el marco en la desvalorización monstruosa en que se derrumbaría meses
mástarde;lagenteseaferrabaasusbienespalpables,ynoeraeloronilasjoyasloúnicoqueseguía
valiendo algo, la comida, las cosechas ocultas formaban ya la base canallesca del futuro mercado
negro.
Aquellos que habían vivido con la esperanza de que las cosas seguirían siendo lo que eran, o
incluso los optimistas y utópicos, que creyeron en una victoria de los Imperios centrales, se
encontrabanahoraantelaseriaamenazadelamiseria,deldesempleoenmasa,cosasqueconducían
fatalmenteporelcaminodelaRevolución.
ParaSleiter,conelrostropegadoalcristaldelaventanilla,elfuturoaparecíataninciertocomo
sullegadaalpueblo.Habíaescuchado,sinembargo,lasencendidasyvehementespalabrasdeaquel
Adolf Hitler, en cuyos ojos brillaba la seguridad de una próxima grandeza jamás alcanzada por la
AlemaniadelsigloXX.Unmillardeañosseextendíaantelaprediccióndeaquelhombre:unmilenio
de prosperidad y de hegemonía mundial para un pueblo que acababa de ser vencido, pero cuyo
destino histórico, unido a la esencia de una raza superior, habrían de abrirle las puertas de una
insuperablegrandeza.
HastaSleiter,quetodavíavivíabajolapesadumbredeloquehabíavistoyoídoenBerlín,delo
quevioyoyóalatravesarAlemania,deregresoaBaviera,inclusoparaél,habíaenlaspalabrasdel
políticoaustríacoalgoquelehizovibrar,comocuando,enlostiemposdelaAntigüedad,seoíanlas
vocesdelosprofetas,cuyosojosagudosparecíansaltarporencimadelostiempos.
Detodosmodos,Konradnosehabíadecididoaafiliarseal DAP ,prometiendoasuamigoKilian
quelopensaría,dándoleunarespuestadefinitivacuandoregresasedeverasufamilia.
Si algo le había gustado, más que otra cosa, en las palabras del orador, fue aquella fuerza que
habíaensusconvicciones,aquellaseguridadmatemáticadequelascosasseríancomoélpensaba…
Nuncahabíacreídoenesaclasedehombresque,segúnsedecía,enviabalaProvidenciaconel
propósitodecambiarelcursodelaHistoria.
Había vivido demasiadas miserias, visto demasiados hombres, importantes o no, ensuciarse en
lospantalones,mearsepatasabajo,cogidosenelcepodelmiedo,devisitaenunaposición.
Losviollegar,ufanos,petulantes,destilandoorgulloysuperioridadporcadaunodelosporosde
sus malditos cuerpos, sin dirigir una sola palabra al soldado comido por los piojos y el hambre,
rodeadosporunaasquerosapandilladelameculosquellevabanelmismouniformequeellos,aunque
conmenosgalonesyentorchados.
Yluego,maravillosamente,elenemigohabíahechohablarcientosdebocasdefuego;milesde
proyectilesatravesaronelairey,espectáculoarchiconocidoportodoslospiojososdelatrinchera,la
tierrasehabíapuestoahervircomounamarmitadondesecocieseelcaldoespesodelamuerte.
Degolpe,todoelorgullodesuscarasbienlavadas,desusbigotesengomadosyperfumados,el
brillodesusojosaltivosdetrásdelcristaldesusmonóculos,todosuportedegrandesseñores,de
altosjefes,desaparecíacomoporensalmo.
Y,cosacuriosa,perdiendotodadecencia,obrabancomoningúnmiserablecomedorderanchose
hubieseatrevidoaactuar.
Konradnopudoevitarunasonrisa.
Nunca pudo olvidar aquellas escenas denigrantes, cuando echaban a correr como conejos,
asustados, tirándose de cabeza al primer refugio y, una vez allí, ponerse a temblar como niños
asustados…
No,nocreíaenloshombres…aunqueahora,alpensarenlasvibrantespalabrasdeaquel,enel
brillodesusojos,notabaqueestabaimpresionadoporprimeravezensuvida.
***
Lloviznaba ligeramente. El minúsculo andén de la pequeña estación estaba vacío. Y aquello
complacióaSleiter,yaqueenelfondonodeseabaveranadiequenofueradesupropiafamilia.
«Eresunperfectoidiota—musitómientrasatravesabavelozmenteladesiertasaladeespera—.Es
comosituviesesvergüenzadequetevieranenuniforme,comosifueraselresponsabledirectode
queelpaíshubieraperdidoestamalditaguerra…».
Sabía, no obstante, que aquella sensación no era nada que solo él experimentase. Conocía a
decenas de soldados que, como él, habían penetrado en su pueblo con las orejas gachas,
avergonzados,procurandoquelesvieseelmenornúmerodepersonasposibles.
¡Cuandohabríadehabersucedidolocontrario!
Hubieran debido ser los paisanos los que agachasen la cabeza… porque si alguien había
traicionadoalEjército,habíansidolospobladoresdeestaasquerosaretaguardiaquenosupomedir
elsacrificiodelosquemurieronpordefenderla.
¡Unasco!
Cruzólaplazaenlaquelaestaciónestabaubicada.
Todo seguía igual: la tienda de ultramarinos de Herr Müller, la cervecería de la vieja Frau
Köbler, cuyo marido, un héroe de la guerra de 1870, había regresado de París con una grave
enfermedadvenéreaqueselehabíallevadoalotrobarrioenpocosmeses…elalmacéndegranosde
HerrSchöreder,unacaparadoralqueKonradnopudonuncavernienpintura…
«Cadapuebloesunmundo—pensó—.Enélsedantodosloscasosyaparecentodaslasclasesde
sereshumanos…».
Echóunarápidaojeadaalatristefachadadelnúmero9delaHindenburgstrasse,laúnicamujer
«decostumbresligeras»delalocalidadvivíaallí.
Lotta Lamminsky, rubia, alta, hermosa: una mujerona, cuyos padres habían venido a Alemania
desdePolonia,quedándoseenDresdenmientrasquelamuchachaseibaenbuscadeaventura…yde
dinero.
Los ricos del pueblo, los propietarios de las mejores parcelas, el alcalde, el médico y el
farmacéutico, habían visitado con frecuencia la casa tristona de la Fraulein, y ahora, tantos años
después,KonradsepreguntabasiBrunoSleiter,supadre,nohabíasido,eventualmente,unodelos
clientesdelarubiapolaca.
Lociertoeraqueloschicosdesuedad,cuandoKonradLudwigteníadoceotreceaños,habían
permanecido largas horas, a partir del atardecer, ante la ventana iluminada del primer piso por la
cual,devezencuandoyconunpocodesuerte,veíanlasiluetadeLotta,enropasmenores,comouna
sombrachinescadelaquedestacabanlosdosenormesytiesossenos…
Muchos se habían masturbado pensando en aquella hembra, y él también lo había hecho,
sudoroso, en la cama, con la imaginación llena de cosas apenas sabidas, cosas oídas a los demás,
mezcladasconlasimágenesdealgunoslibrosquecorríandemanoenmano.
Sleitersonriódenuevo.
No,nadateníaqueagradeceraaquelpuebloenloquesereferíaalhechodehaberseconvertido
enunhombre.Saliótanvirgencomolehabíaechadosumadrealmundo…
UnafurciadeBruselasseencargódeenseñarlelosrudimentosdelamor.
Aunque…
Justamentepasabaantelafarmacia,ysintióqueelcorazónseleencogíaunpoco,altiempoque
los recuerdos, lejanos y borrosos, pero dotados de un profundo y limpio sentido emotivo, le
inundaban.
—Anna…
¿Cuántas veces había pronunciado aquel nombre en la soledad de las trincheras, cuando,
paradójicamente,entremilesdehombres,unoseencuentrasolo?
Sí,lohabíapronunciadocientos,milesdeveces,enlasjornadasdesilencioydepaz,dondesolo
seoíaeldisparotraidordeunfrancotirador,oenlosdíasdetormentadeaceroydemuerte,enlo
hondodeunrefugio,sintiendocaersobresucascodeacerounchorrodetierraqueseescapabade
entrelasvigastemblorosasacadaexplosión.
Lo había repetido en los amaneceres de ataque, cuando, inclinado, con el fusil en la mano, la
relampagueantebayonetaenelextremodelcañón,corríaporunatierracubiertadecráteres,comoun
paisajelunar.
Lopronunciótambién,convozahogada,bajolamáscaraantigás,cuandoelsuelosecubríadel
humoamarillentoodelrocíomortíferodelaiperita.
—Anna.
Qué estupidez seguir pensando en ella cuando, con toda seguridad, estaría casada y con hijos,
quizá con un marido soldado, vivo o muerto, o con un esposo calvo, como Fritz, el hijo del
almacenistadegranos…
Bienselashabíaarregladoelpadreparaevitarquesuhijofueraalastrincheras.¡Paraqueluego
le vengan a uno con el cuento del patriotismo! Solo los desgraciados, los verdaderos patriotas,
habíanestadoluchandotodosaquellosaños…
AlrecordaraFritzSchöreder,fruncióelceño,ylasonrisaquemomentosantessedibujabaen
suslabios,seborrócomoporensalmo.
—¡Malditoemboscado!
Por culpa de hombres como aquel, de acaparadores y sucios traidores, de judíos y plutócratas,
Alemaniaseencontrabaalbordedelamiseriaydelaruina,amerceddeunosAliadosquehubiesen
sidoincapacesdevencerlasilaretaguardiahubieramantenidounamoralcomoladelossoldados.
VolvióapensarenAnna,ensuspocosencuentros,enelúnicobesoquelehabíadado,momentos
antesdedirigirsealaestaciónparatomaruntrenqueibaallevarlealosconfinesdelaMuerte.
Moviólacabezadeunladoparaotro,altiempoquellegabaalaesquinadelacalleenquevivía.
Yfueentonces,aldoblarla,cuandovioelpobrecarro,unacarretatiradaporuncaballocansino,una
simpleplataformademaderadondeunassogassujetabanunféretro,yunamujerdetrás,envueltaen
velosnegros,comoúnicocortejo.
Konrad se hizo a un lado, esperando el momento de que pasase el muerto para, cuadrándose,
hacerleelsaludomilitar.
III
—Prosit!
PaultocóligeramenteelbrazodeSleiter.
—Vamos,Konrad…
—Sí.
Sleiterterminósujarradecerveza,incorporándoseparasalirdelasala,seguidoporPaulyJosef.
Alverlos,diezhombreslesimitaron,mientrasqueotrosseguíancantandoybebiendo.
Unavezenlacalle,siguieronlaacera,formandodosgrupos,elprimerodelostreshombresyel
otro,másdenso,conlosquehabíanabandonadolacerveceríaensupos.
DosminutosdespuéspenetrabanenlaCasaPardadeMunich,siendosaludadosporloscentinelas
SAqueguardabanlaentrada.
Loshombres,todos,sedirigieronalcuartodearmas.Alentrarallí,Sleiterseacercóalamesa,
enunodecuyosbordessesentó.
—Hashechobienenavisarme,Krimmann—ledijoaPaul—.Debemosempezareltrabajodentro
demediahora…
PaulKrimmannsonrió.
Eraunmuchachoalto,rubio,fuerte,deojosclaros,queavecesparecíanazules,peroqueenotras
ocasiones,aloscurecerselevemente,setornabandeunhermosocolorágata.
EnsushombrerasllevabalosgalonesdeOberscharführer,ungradoqueenlasSAequivalíaalos
deunUnterfeldwebeldelEjército(subsargento).
Elhombrequeestabaasulado,pelirrojoyfuertecomountoro,conunacaraprimitiva,perocon
ojos azules e ingenuos, era Josef Meister, el guardaespaldas personal de Sleiter, que adornaba sus
hombrosconlasinsigniasdeOberstumann(soldadodeprimeraenlaWehrmacht).
Losdemás,losdiezhombresqueesperabanenlasaladearmas,eransimplesSAoSturmann.
En cuanto a Sleiter, llevaba los galones de Truppführer lo que quería decir que en el Ejército
hubiesetenidolacategoríadesargento.
Su grupo era un Trupp, una formación en las SA, una especie de sección de combate,
perfectamente adiestrada, curtida ya, desde los principios del nacionalsocialismo, en la lucha
callejeracontralosenemigosdeHitler.
Aunquesuviejoamigoycompañerodearmaslehabíaaconsejadoimitarle,entrandoenlatropa
especialcuyamisióneraprotegeralFührer.
Fueenabrilde1925,cuandoHitlerrequiriólaformacióndeungrupoqueleprotegiera;ocho
hombresloformaronenunprincipio,bajoelnombredeStabswache(GuardiadelCuartelGeneral),
nombrequesecambiócasienseguidaporelSchützstaffel(GrupooEscalóndeProtección).
«S»… chütz… «S» taffel… cuyas dos «S» iban a ser tristemente célebres en el mundo: las SS
habíannacido.
Sleiter prefirió entrar en las SA (Secciones de Asalto), ya que allí se respiraba el verdadero
espíritu de la revolución nacionalsocialista, donde se pensaba en cambiarlo todo, creando, con las
Secciones de Asalto, el ejército nazi que terminaría para siempre con los junkers uniformados y
todopoderososquehabíanllevadoaAlemaniaalamásvergonzosadelasderrotas.
Por otra parte, desde que había oído hablar de Roehm, Konrad comprendió que aquel hombre
deseabahacerunanuevaAlemaniayque,deunavez,ibanaterminarselosprivilegios,losricos,los
plutócratasy,evidentemente,losrojosylosjudíos.
PortodoaquellosehabíaafiliadoalasSA.
***
—Tenemosveinteminutosparaprepararnos—dijoSleiterasugrupo—.Yaconocéisdequése
trata…Hacedossemanas,unodenuestroscamaradasfuesorprendidoyapaleadoporesospuercos
delRotFront.Nuestrocompañerosigueenelhospital,luchandoentrelavidaylamuerte.
»Conoceremosalosautores,lostiposdeunadeesascélulas,laquemandauntalOberfein,un
mecánicodeuntallerdelaciudad…
»TambiénsabemosqueestanochesereúnenencasadelanoviadeesepuercodeOberfein,enel
número48delaMatildestrasse.
Esbozóunasonrisacruel.
—Vamosadevolverles,concreces,loquehicieronalpobreLamberg…
Susojosadquirieronunbrillometálico.
—Si no es necesario —agregó con voz firme—, no utilizaremos las pistolas… creo que los
garrotes bastarán… pero, Sakrement!, deseo que peguéis fuerte… sin vacilar… hay que dejar
marcadosaesoshijosdemalamadre…¿entendido?
—Jawolh!—fuelasonorarespuestaunánime.
—Bien. Ahora, un consejo… id a la cantina y bebed una buena taza, o mejor dos, de café bien
cargado. Quiero reflejos rápidos… y con la cerveza que hemos bebido, estamos, todos, un poco
embotados…Traedunatazabiencargada,paranosotros…¡Enmarcha!
SalieronlosSturmann,noquedandoenlasaladearmasmásquelostreshombres.
—Deberíashabermedejadoelmando,Konrad—dijoPaul—.Almenos,porestanoche…
Sleiterseechóareír.
—¡Nodigastonterías!
—Tecasasmañana,muchacho.
—¿Yqué?
—Siteocurrieraalgo,nomeloperdonaríanunca,¿verdad,Josef?
—SoydelamismaopiniónSleiter…deberíasserprudentelavísperadetuboda.
—¡Mehacéisreírlosdos!—secarcajeóKonrad—.Mañanamecaso,escierto…ytodosestáis
invitados…pero¿quépuñetastienequevermibodaconelajustedecuentasdeestanoche?¿Desde
cuándohevueltolaespaldaaunapeleaconesosrojillosdemierda?
—Nadieteestátratandodecobarde—sedefendióKrimmann.
—Las mich gehen![2] —protestó Konrad con vehemencia—. Al contrario, amigos… yo veo las
cosasdiferentes…nohaynadamejorquelosbrazosdeunamujerparacalmaralsoldadoqueviene
delapelea…ysiquedanmarcasdelosgolpesrecibidos…¿quémejorbálsamoquesusbesos?
—Amenosqueterompanlacrisma.
—Gott verdamm’ mich! ¿Hacerme pupa esos maricas de comunistas? ¿Por quién me habéis
tomado?Además,yaconocéismiplan…graciasaunchivato,conoceremoslacontraseña…esuna
palabra mágica «Proletariado»… dulce palabra que pronunciará uno de nosotros, al llamar a la
puerta…mientrasquelosdemásseescondenenlasombra…ycuandoabran…
—Dejarásqueseayoquienllame,¿verdad?—inquirióMeister.
Sleitermiróconamistadalcoloso.
—Desdeluegoquesí,Josef…—dijoconunasonrisa—.PoralgotellamanPanzer…
—Estábien…—concedióPaul—.Yaprocuraremosquenocometasningunabarbaridad…
Lestrajeronelcafé,quebebieronapequeñossorbos.
Quince minutos más tarde, empuñando los recios garrotes, pero con la pistola en el cinto, el
Sturm,contríoalacabeza,avanzabaporlassombríascallesdelaciudad.
***
Todo era triste, mísero, deprimente. El jamelgo, viejo, cansado, con ese cabeceo fatalista que
tienen los caballos cuando van hacia el matadero. El carro, sin varas, simple plataforma, las sogas
usadas,ylanegranotadelféretro.
Y la lluvia, fina, poniendo una imprecisión movediza en las imágenes, como la capa gris de
ciertastelasimpresionistasquedanaloscuadrosunainfinitamelancolía.
Konrad miró al caballo, al carro, al féretro, y le pareció como si todo aquello representase a
Alemania,acuyoentierronoibamásqueunamujervieja,encorvadaporelpesodelosañosydel
sufrimiento,conojosenrojecidosysecos,detantollorar…
Sedispusoacuadrarse,aunque,derepente,sinsaberporqué,sesentíatremendamenteapagado,
sombraélmismo,bajolafinalluviaqueparecíadisolverlotodo,borrarlo,difuminarlocomopara
quitarletodatrascendencia.
—¡¡Hijo!!
Lavozdelamujerenlutadalegolpeócomosiunamanoaviesalecruzaselacaraconunafusta.
Alzólosojosbajoelgorromilitarquellevaba,yvioalamujerquecorríahaciaél,consuspobres
brazos abiertos, mientras que el cochero, pequeña figura gibosa con los pies colgantes, seguía su
camino,envueltoenlaterribleindiferenciadetodoslosenterradores.
—¡Madre!
Ella se había echado el velo hacia atrás, y aunque le fue difícil identificar el rostro amado en
aquella masa arrugada, fueron los ojos, los queridos ojos de su madre, que lucían como los
recordaba,losquealejarondesualmalamenorsombradeduda.
Abrazó el cuerpo menudo, con cuidado, pero con veneración. Nunca supo si lo que mojaba su
rostroeranlaslágrimasdelamujer…olalluviaqueseguíacayendosincesar.
—¡Oh,KonradLudwig!¡Túaquí!Enestemomento…
—Nosabíanada,madre…
—Losupongo…llevábamosunaeternidadsinnoticiastuyas…todaslasvecinasmemirabancon
tristeza,comositehubieraocurridoalgomalo…peroyosabíaqueseguíasvivo…
—Vamos,madre…dameelbrazo…elcarrosehaalejado.
—Elcarrodondevatupadre,KonradLudwig.
—Losupongo.¿Quéhaocurrido?
—Yateexplicaré.
Siguieronalcarro,bajolalluvia.Lasruedaschirriabanlúgubrementeacadagiro,yloscascos
delfamélicocaballopunteabanelsilencioconuncloc-clocmonótonoyexasperante.
—Entiendo.
—Tu padre luchó como un loco… yo veía que se estaba matando… no encontrábamos a nadie
paraquenosayudaseenloscampos…
Moviótristementelacabeza.
—Trabajaba día y noche… apenas si comía… su carácter se volvió arisco, irascible… le vi
consumirse poco a poco, envejecer diez años cada semana, convertirse en un pobre anciano, que
balbuceabaacadainstante,cuyamenteempezabaavacilar…
—Locreo.
El del carro, era al mismo tiempo, el empleado de las Pompas Fúnebres, el enterrador y el
sepulturero,peroKonradleayudóabajarelféretro,colocándolojuntoalafosaqueelhombrehabía
cavadodurantelanoche.
Laceremoniafuecorta,conesabrevedadquelossepulturerosdanalosentierrospagadosporla
Beneficenciamunicipal.
Luego, mientras el hombre del carro terminaba su labor, dando consistencia al montículo que
sustentabalacruz,lamujerseaferróalbrazodesuhijo,saliendoambosdelreductodelpequeñoy
melancólicocementerio.
Habíaenelgestodelamadre,esaseguridadquedalapresenciadeunhombreenelnúcleodeuna
familiadelaquelamáximapotestadacabadedesaparecer:yalmismotiempo,habíaenElisaSleiter,
nacidaenOremburg,esedeseodecontarasuhijotodoloquehabíapadecidoysufridodurantesu
ausencia.
—Nos fueron robando todo, Konrad —explicó con voz silbante—. Tu padre tuvo que firmar
pagarés…yluego,alnopoderabonarlos,seincautarondenuestrastierras…
»Tupadreestabaenfermoycansado…nopodíamás…yoveíaqueseibaconsumiendo,luchando
desesperadamente…peronohabíanadaquehacer…y,finalmente,tuvimosquevenderlotodo…
—¿Quiénfueelcomprador?
Loimaginaba,peroquisoquefueseellaquiendiesefuerzaasupremonición.
—FritzSchöreder.¿Quiénquieresquefuese?Eselhombremáspoderosodelpueblo…yahora,
unprotegidodelosnuevosamosdeBerlín,delosdelaRepúblicadeWeimar…
—Hastaqueayer,porlamañana,viendoquenosedespertaba…ya…teníaelalmuerzosobrela
mesa…fuiaverle…estabamuerto.
—Losiento,madre…hubieradebidoregresarantes,aayudaros,peroyoestabatambiéncogido
enuncepo.
—Notereprochonada,hijo.
—Losé.
—Padrepensabasiempreenti…sellenabalabocaconelogios…yseponíafuriosoalverqueel
hijodeSchörederestabatranquilamenteaquí,mientrastúpeleabasenelfrente.
—Supadrehizoloquepudo.
—Elviejomurió.
—Debíahaberreventadoeldíaenquenació.
Ellaapretóconmásfuerzaelbrazodesuhijo.
—Ahora…queestarásaquí,todocambiará.
Konrad se estremeció, y ella, a través del brazo de su hijo, que seguía apretando con fuerza,
comprendióquesudeseonoeramásqueunailusión.
—Yaveo…—dijo—.Tienesquevolverteair…
—Aquí no hago nada, madre, compréndelo… ya no tenemos tierras… y yo tengo mis propios
proyectos…Alemaniavaaresurgir,tienequehacerlo…
—Yonoentiendodeesascosas,Konrad.
—Losé,madre…peronotienesquepreocuparte.Voyaocuparmedeti.Notefaltaránada,telo
prometo.EncuantoregreseaMunich,teenviarédinerocadasemana.
—¿Hasencontradotrabajo?
—Sí.
Teníaquementirle.Nosoportabaelfatalismodeaquellamujer,quesiemprehabíasidooptimista,
yalaquerecordabaconunaperennesonrisaenloslabios.
—Yaestamosencasa…perdona,hijo,perofaltanmuchascosas…tuvimosquevendercasitodo
parapagarlosprimerospagarés…
—¿ASchöreder?
—Sí.
Sleitersemordióloslabios.
Ella abrió la puerta. El interior estaba iluminado. Atravesaron el pequeño vestíbulo,
desembocandoenelcomedor.
Habíaunamujerallí.
Konrad sintió que sus piernas flaqueaban al reconocer a la muchacha que le miraba con sus
grandesojosazulesinmensamenteabiertos.
EraAnna.
IV
—Quietos…
Los hombres se inmovilizaron. La calle era estrecha y estaba muy oscura. La única farola se
encontrabaenelextremo,juntoalaKleineplatzquehabíanatravesadoparallegarhastalacasadela
prometidadelcomunistaOberfein.
Macizasilueta,elObersturmannseadelantó,acercándosealapuertaalaquellamóconalgunos
golpesbreves.
Konradsemordióloslabios.
Apretabaensudiestraelgarrotehechoconunnerviodeaceroyrodeadoporunaespesacapade
caucho.Algoquemástardeseharíatristementefamoso,enlosKonzentrationslager,conelnombre
degummi.
—Esperemosquenohayancambiadolaconsigna—murmurófrunciendoelceño.
—No temas —repuso Paul—. Si algo, entre otras muchas cosas, les falta a los rojos… es
imaginación.
—Asísea.
Justoenaquelmomento,alguienabríalapuertadelacasa.Deunformidableempellón,Meister
lanzóhaciaatrásalqueabría.
—Vowarts![3]—aullóSleiter.
Selanzaronhacialapuertacomounsolohombre.
Josef había derribado al que abrió, propinándole una patada en la cabeza que le puso fuera de
combate. El gigante estaba ya al pie de la escalera, esperando impaciente la llegada de sus
compañeros.Seoía,desdeabajo,elrumoracaloradodeunadiscusión,conalgunasvocesdisonantes
yhastaencolerizadas.
Konradhizoungestoparamantenerquietosalossuyos,mientrasprestabaunaorejaatentaalo
quellegabadesdelaplantasuperior.
—Estánenzarzadosenunadesusfamosascharlasdialécticas—murmuró,mientrassonreía.
Ytrasuncortosilencio:
—Vamosasubirmuydespacioyensilencio,parasorprenderlos…¡seguidme!
Iniciaron la ascensión por la escalera, que subieron peldaño a peldaño, andando de puntillas,
conteniendocasilarespiración.
Lasvocesfueronhaciéndosemásymásfuertes,amedidaquesubían.Oyeronentonces,alllegar
alrellanoladeunamujerquetrassoltarunarisabastanteagradable:
—¡Venga!Aquítenéislosbocadillosylacerveza…dejaddegritarcomoenergúmenos…mevais
alevantarunterribledolordecabeza…
—LanoviadeOberfein…—sonrióferozmentePaul—.¡Cómoloscuida,lamuy…!
—Deja, deja —sonrió Sleiter, a su vez—. Lo malo para ellos, es que van a hacer una mala
digestión…
—¿A qué puñetas estamos esperando? —intervino el gigante que apretaba entre sus manos el
terriblegummi.
—Unpocodepaciencia,Josef—ledijoSleiter—.Hayqueesperaraqueempiecenacomer…si
sorprendesaunhombreenplenacomilona,conunajarradecervezaenlamano,tardaeldobleen
reaccionarquesiestuvieseconlabocallena…
YmirandoconfijezaaMeister.
—Óyeme bien, Josef… quiero que lo entiendas… el jefe, ese cabrón de Oberfein, es asunto
mío…¿comprendes?—Sí.
—Quieroajustarlelascuentaspersonalmente.Porqueéleselresponsabledetodoslosgolpesque
hanrecibidolosSAdeestaciudad…voyahacerleverlomaloqueesatacarnos…¿deacuerdo?
—Perfectamente.
Unarisallegódesdeelfondodelpasillo.ElrostrodeSleiterseendureció,mientrasquesusojos
adquiríanunfríobrillometálico.
Comidoporlaimpaciencia,Josefpreguntócontonoansioso:
—¿Vamos?
—¡Vamos!
Avanzaronvelozmenteporelpasillo.
***
Sequedaronquietos,comocongeladossúbitamente,mirándose,sinsaberquédecirniquéhacer,
comosilasorpresaquehabíanexperimentadoleshubiesearrancadoinclusolafacultaddemoverse.
Elisa Oremburg miró a su hijo, después a la joven. La mueca que dibujaron sus labios debía
intentarserunasonrisa,peroaquelrostroarrugadoerayaincapazdesonreírdeunamaneraabierta.
—VoyairacasadeMüllerporunpocodecarne—dijo—.Hoytenemosuninvitado…
—Iréyo,señoraSleiter.
—No.Voyyo.
CogióElisaelcapazoysalióprestamente,nosinecharunaúltimaojeadaalaestampamarcialde
suhijo.
Sleiter, que había notado sin dificultad el tono precipitado de la oferta de Anna, como si esta
hubieraqueridoagarrarsealaoportunidaddesalirdelacasa,sepreguntósirealmentelamuchacha
deseabaquedarseasolasconél.
Tambiénélestabanervioso,inquieto,envarado.Nohabíanintercambiado,antesdelaguerra,más
queunrápidobeso,hechomásdeternuraquedeotracosa,sinelmenorasomodedeseo:unodeesos
besosque,sinembargo,dejanunaprofundahuellaenlasalmas.
—Tehashechotodaunamujer…
Sabía que estaba diciendo tonterías, que se servía de una frase hecha para romper el molesto
silencioquereinabaenlaestancia;pero¿quépodíadecir?
—Tútambiénhascambiado.
—Heenvejecido.
—Sí,escierto…hasdebidosufrirmucho.
—¿Ytú?
ElhermosorostrodeAnnaseensombreció,ylaluzquedabaunairrealluminosidadasusojos
azulesperdióalgodebrillo.
—No ha sido fácil… —dijo—. Papá murió en 1916… Yo no podía hacerme cargo de la
farmacia…además,cosaqueyoignoraba,mipadreteníadeudas,muchas…
—¿Vendistelafarmacia?
—Losacreedoressehicieroncargodeella.Apenassimequedaronunoscuantosmarcos…Fue
entoncescuandoalguiendelpuebloquisobrindarmeayuda…
—¿Quién?
—Fritz.
LosdientesdeSleiterrechinaron,aunqueelruidoseahogóensubocacerrada.
—Rechacésuofrecimiento—seapresuróadecirella—.Preferíveniraviviraquí,contuspadres,
quetenerqueconvertirme…
—¿Estácasado?
—Sí, con una mujer muy rica… la hija de Lowestein, el más importante terrateniente de la
región…
—Lerecuerdo.
—Me dijo que me pondría un piso en Munich… Las cosas le han ido muy bien durante la
guerra…yhacompradoalgunascasasenlacapital.
—Nomeextraña.Paraesaclasedetipos,laguerrahasidountiempodevacasgordas.
—Ayudéatuspadresentodoloquepude…peroyasabesqueyosoyunamujerdébil…siempre
heestadodelicada…yeltrabajodelcampoeramuyduroparamí…
—Nodebistehacerlo.
—Tumadreterminóprohibiéndomequefueraalcampo…Ibaella,mientrasqueyomeocupaba
delacasa…
—Entiendo.
—Después, tu padre enfermó… y las cosas fueron de mal en peor… lo malo es que tengo la
penosasensacióndequesoylaúnicaculpabledetodoloquehaocurridoenestacasa.
—¿Quéestásdiciendo?
—Es la verdad, Konrad…, él vino a verme unas cuantas veces, cuando tus padres estaban en el
campo… intentó convencerme, una y otra vez, y al ver que yo me negaba, me dijo que terminaría
siendosuya…yque,porelmomento,ibaahundiralosSleiter…
Konradnodijonada.
—Yacomprenderásquetodosehubiesearregladosiyo…
—¡Nodigaseso!
—Tuspadresfueronlosúnicosquemebrindaroncobijo…losúnicosqueseatrevieron,yaque
todoslosdelpuebloconocíanlasintencionesdeSchörederhaciamí…
—Tú no tienes la culpa de nada, Anna —dijo él, acercándose a ella—. Ese maldito bastardo ha
hundido a muchos más que a mis padres… es la manera que esa gentuza tiene de actuar… en el
fondo,nolesimportamásqueenriquecerse…
—Asíes…
Estabajuntoaella,yseguíanmirándose,perosinatreverseamás.
—Anna…
—¿Sí?
—Tengoqueirme…hedecomenzaruntrabajodelqueahoraprefieronohablar…pero…sitú
quisieras…
Laluzdelosojosirradiócomosiunfuegoformidableseencendieraenelfondodelaspupilas
delamuchacha.
—Quiero,Konrad…
—¡Oh!
—Siempretehequerido…ysideseas,antesdeirte…
Lamanodeélseposóblandaperodecididamenteenlostrémuloslabiosdelajoven.
—Nodigasnada,pequeña…nodigasnada…
***
Al final del pasillo, la puerta de la derecha, ampliamente abierta, daba directamente el gran
comedordondeloshombres,sentadosalrededordelamesa;comíanybebían.
—BleibenSiesitzen![4]—aullóSleiter,penetrandoenlasala,seguidoporsushombres.
Sequedaronlasmanosamediocamino,conelbocadilloyamordido,olajarraanteloslabios
quedejabanverensuscomisuraslajabonosahuelladelaespumadelacerveza.
—Alprimeroquesemuevaoquehagaungesto—amenazóJosefconsuterriblevozdebajo—,
leaplastolacabeza…
Palidecieronlamayorpartedelosrostros,seendurecieronotros,enlosquelosojosadquirieron
unbrilloderabiadifícilmentecontenida.
Oberfeinestabaalacabezadelamesa,sentadoenelúnicosillóny,sobreunodeloscodos,su
novia,unahermosamuchacha,queseapoyabaenelhombrodelhombre.
Sleiter,rodeandolamesa,seacercóaljefecomunista.
—¡Hola,Oberfein!—ledijoconuntonoburlónenlavoz—.Porloqueveo,tecuidas…antesde
hacerlaRevolución…¿eh?
Oberfeinnodespególoslabios.
—Sabrás—siguiódiciendoKonrad—,queunodenuestrosmuchachossigueenelhospital…en
pésimoestado…senosfueunpocolamano,¿verdad?
Oberfein alzó el rostro hacia Sleiter; no había en los ojos del comunista el menor asomo de
miedo.
—¿Nohamuerto?—inquirió.
—No.
—¡Esunalástima!
Los dedos de acero de Sleiter apretaron con tal fuerza el gummi que los nudillos se tornaron
completamenteblancos,peronoalzólamanoarmada,altiempoqueunasonrisa,másampliaaúnque
laanterior,sedibujabaensuboca.
—Cometesungraveerrorhaciendoelchulo,Oberfein—ledijoconcalma—.Túestásloco…ya
queyo,entulugar…yentuscircunstancias…memostraríamásprecavido.
—Séquevaisadarnosunapaliza—repusoelotro—.Sitalcosahadeocurrir,nadapuedohacer,
al menos por ahora, para evitarlo… pero no te hagas ilusiones, Sleiter… tarde o temprano,
tendremostupielcolgadaenlaCasadePartido…yconlatuyatodaslasdeloscamisaspardasde
Munich…
—¿Todavíatehacesilusiones?
—No son ilusiones, sino marxismo puro… no podéis seguir engañando al pueblo… tarde o
temprano,Alemaniaseconvertiráenunpaíssocialista…
Sleiterseechóareír.
—Por una vez, Schweinehund[5], estoy de acuerdo contigo… Alemania será socialista, no hay
dudadeeso,peronacionalsocialista…
—Yaveremos…
—¡Konrad!
LavoztonantedeJosefsonócomountrallazo.
—¿Quéquieres?
—¿Y me lo preguntas? ¿A qué mierda estamos esperando? Me hormiguean los dedos… y ya
deberíamoshaberlesdadosumerecido…mientrastúteentretienesdiciendoestupideces…
Konrad conocía lo suficiente al impetuoso Meister como para no tomar en serio sus palabras
aunqueconvinoqueelgorilateníatodalarazóndelmundo.
—Bien…—dijo—.Yotengoqueseguircharlandoconeste…perovamosasalir,conlaseñorita
también…¿quieresacompañarme,Paul?
NohacíafaltaquemiraseaKrimmann.Estabaseguro,desdeelmismomomentoenqueentraron
enelcomedor,quePaulnohabíadespegadolosojosdelamuchacha,especialmentedeloshermosos
senosquealzabanprovocativamenteeltejidodelablusaquellevabapuesta.
AKrimmannlevolvíanlocolasfaldas,eraincansableconlasmujeresy,dedíaodenoche,en
cualquiermomento,estabasiempredispuestoacomplacerlas…ycomplacerse…
—¡Conmuchogusto!
—¡Vamos,Oberfein!
Eljefedelacélulacomunistasepusoenpiedemalagana;encuadradoporlosdosSAabandonó
elcomedor,peroantesdeatravesarelumbral,sevolvióhacialosotros.
—Apretadlosdientes,camaradas…nuestrahorallegará…yentonces…
—¡Vamos!—seimpacientóSleiterdandounempellónaOberfein.
Lapuertadeenfrentedabaaldormitoriodelamuchacha,quevivíasola,yaquesuspadresestaban
ausentes,visitandoaunparienteenColonia.
Apenashabíaabiertolapuertadelaalcoba,seoyeronlosprimerosgritosdedolorprocedentes
delcomedor.
Sleitercerrólapuerta.
—Sentaosenlacama—dijo.
Oberfeinledirigióunamiradaaguda.
—Erikanotieneculpadenada—dijomuyserio—.Deberíasdejarquesefuera…
—No,Oberfein—repusoSleiter—.Ellaestanculpablecomotodosvosotros…esunaroja…que
cuidayalimentaalasratasdevuestraespecie…
—Noesdehombrespermitirqueunachicaveagolpearasunovio…
Konradlanzóunacarcajada.
—¿Yquiéntehadichoquevamosagolpearte,rojillo?Yonotengointencióndehacerteelmenor
daño…teloharástúmismo…¡¡átaleaunasilla,Paul!!
—Enseguida.
—¿Quévaisahacer?—dijoOberfeinconunbrillodeinquietudqueaparecíaporvezprimeraen
susojos.
—Ahoraloverás…ynoteresistas,sinoquieresquetepartalacabeza…
Conungruñido,Oberfeinsedejóatar.
Arrastralasillahastalaventana—ordenóSleiter—,yátalaalpostigo.
—Bien.
Lainquietudcrecíaenlosojosdelcomunista.
—Espero que no vayas a hacer algo sucio, Sleiter —dijo Oberfein mirándole con fijeza—.
Puedes golpearme… o matarme, si quieres… nuestros asuntos políticos, son cosas de hombres…
¿meentiendes?
—Perfectamente…¡Paul!
—Sí…
—¿Tegustalachica?
—Mucho…estácomountren…
—Tuyaes…
—¡¡NO!!!
Oberfeindiounrugido,intentandoechararodarlasilla,perolacuerdaatadaalaventanaselo
impedía.
Mientras,encontradeloquelosdosSAesperaban,lamuchachahabíaempezadoadesnudarse.
—Scheisse!—exclamóKrimmann.
—¡No,Erika,no!—rugióOberfein.
—Notepreocupes,amormío—repusoella—.Novayasacreerquevoyaentregarme…sinome
prometenantesnotocarteniunpelodelaropa…
—¡Nolohagas!
—Tienes una novia valiente, Oberfein… —y volviéndose a la muchacha, cuya desnudez le
conturbóunpoco—:Teentregounbuenmacho,Erika…Paulvaahacertemuchomásfelizquelo
hubiesehechoesteidiota…
Ellalemiróconfijeza.
—¿Meprometesnotocarle?
—Sí.
EllasevolvióentonceshaciaKrimmann:
—Aquímetienes,suciofascista…
V
—Nopuedodartemás,Konrad…
—Lo comprendo, Kilian… los tiempos son duros… pero te prometo que te devolveré hasta el
últimopfenning…
—Noeseso,Konrad,amigomío…YasabescuálesmisueldoenlaSS…devezencuando,el
Führernoshacealgúnregalo;pero,puedescreerme,tampocoélandamuybiendedinero…
—Nodigas…¿LefaltapastaaHitler?
—Noesquelefalte,perotampocolesobra…porfortuna…yqueestoquedeentrenosotros…
pareceserquealgunoscapitostesrenanosydelRuhrvanacascarfuerte…
—¿Quéquieresdecir?
—Queesosricoshancomprendidoquesinosayudan,podránescaparaldominiodelosrojos…
Sleiterfruncióelentrecejo.
—Nomegustaeso,Lörzert.
—¿Porquénotegusta?
—Por que nunca amé a los ricos: al contrario… creí que lo nuestro era una revolución
nacionalsocialista…queíbamosaterminarconlospoderosos…
Moviólacabezadeunladoparaotro.
—¿Cómo has podido olvidar lo que hablábamos en las trincheras? Tú y yo, no sabíamos gran
cosadepolítica,enaquellosmomentos…perolosrojosseencargarondeabrirnoslosojos…ellos
síquesabíancosas…ylasdemostraban.Soloqueanosotrosnonosgustabalamaneraderesolver
losproblemasalemanes…¿deverasquehaspodidoolvidartodoaquello?
—No,noloheolvidado.
—Inclusosinmetermedemasiadoenpolítica,lossoldadosdelastrincherassepercatarondela
clasedecarniceríaquehacíanconelloslosgenerales.
»Porquenohayqueserunalumbreraparadarsecuentadeque,muchasveces,demasiadastalvez,
murieron miles de hombres por algunos cuadrados de posición, que era abandonada, por motivos
“estratégicos”algunashorasmástardedehaberlaconquistado.
—Esverdad.
—Despuésdepasarmásdetresañosentreelbarro,lamierdaylospiojos,lossoldadosalemanes
comprendieron la inutilidad de sus esfuerzos… el simple papel de carne de cañón que estaban
representando.
—Asíes…
—YtúpensabascomoyoKilian…quenosoloeranculpablesesosviejoscabronesdelosEstados
Mayores,sinoquelamunición,losproyectilesdeobúsylasgranadasdegasestabanenriqueciendoa
unoscuantosquecomerciabanconnuestropellejo.
—Tienesrazón.
—Poreso,escuchamoslaspalabrasdeloshombresquedeseabanunanuevaAlemania,peronos
apartamos de aquellos que intentaban que todos fuésemos iguales, que los judíos siguieran
mangoneando por todas partes… aquellos que estaban convencidos de que todos los pueblos son
hermanos…
Escupiódesdeñosamenteenelsuelo.
—PoresoescuchamosaHitler…
—Hitlerdicelaverdad.
—Losé…estoyconvencidodeello.PoresollevoeluniformedelasSAcomotúllevaseldelas
SSpero,sigodiciéndotequenomegustanadaelquelosricosnostiendansuasquerosamano…
»No necesitamos su dinero, porque es más nuestro que suyo, porque vamos a arrancárselo a
golpes…antesdelanzarlosalotroladodelasfronterasdeunbuenpuntapiéeneltrasero.
»Tampocodeseamosalosmilitaresdecarrera,alosjunkers,alosqueestabanbiencalientitosen
lospuestosdemandomientraslossoldadostemblabandefríoydemiedo…
Suvozsubiódeunaoctava.
—¡Hay que hacer tabla rasa, Kilian! Eso es lo que el pueblo espera de nosotros: una Alemania
fuerte,unanaciónporencimadelasdemás,yunrégimensocialista,nacionalnaturalmente,peroque
nos libere de los chupópteros que se han alimentado, desde hace siglos, con la sangre del pueblo
germano.
***
Rellenóelimpreso.Luegotendiólospocosbilletesqueenviabaasumadrecadasemana.Élno
necesitaba nada. Comía en el Cuartelillo de las SA, dormía, como lo había hecho durante tanto
tiempo, en un camastro militar, en el mismo cuartel, y fumaba de lo que le daban y de la exigua
raciónqueleentregabanunavezporsemana.
Conelrecibodelgiro,fuehaciaelbuzónparaecharlacartaquehabíaescritoaAnna.
«…unpocomásdepaciencia,amormío,ytodosearreglará…mitrabajovamuybien,perono
quiero que estés a mi lado hasta que consiga proporcionarte una vida tan digna como la que
mereces…».
Noeramucholoqueenviaba,agregandoasupropiosalarioeldineroquehabíaidopidiendoa
Lörzert, su viejo compañero de las trincheras de Flandes, que ahora andaba estirado y orgulloso,
comoélmismolohacía…
Porque ambos pertenecían a la Nueva Alemania. Porque ambos seguían al hombre que había
prometidohacerdelpaísunanaciónfuerteytemida.Porqueambosgritabanconfrecuencia,aquella
frasequeestabaenloslabiosdetodoslosbuenospatriotas:
Deutschlanderwache![6]
***
Cenaron en silencio. Konrad estaba tenso, y dominaba con visible dificultad el estado de sus
nervios.Sentíaeseenervamientoqueleproducíaunasensaciónextrañaenlacarne,comosicientos
dehormigaslecorrieranbajolapiel.
Apenas si alzaba la cabeza del plato, temeroso, sobre todo, de encontrarse con la mirada de su
madre,quesuponíanoseseparabadeél.
Annaestabasentadaasuderecha,enunodelostresladosocupadosdelamesa.Eraellaquiense
levantabaparatraerlacomidadelacocina,yenaquellosinstantes,cuandosoloquedabasumadre,
Konradsesentíamástensoquenunca.
Lehubiesegustadohablar,peronosabíacómohacerlo.Además,cosacuriosa,leparecíaquela
muertedelpadrehabíaacontecidohacíamuchotiempo,yqueaqueltristepaseohastaelcementerio
eraya,casi,unacosaolvidada.
Enrealidad,elcontenidodelaspocascartasquerecibióenelfrente,todasellasescritasporsu
madre,llevabanyaelmensajedeloqueibaaocurrir.
Elisa no le ocultó nunca nada, aunque sus últimas líneas, en cada misiva, llevaban aquella
esperanza,aquellanotadeoptimismoqueparecíadestinadaaarrancardelabocadesuhijoelsabor
amargodellargoydetalladorelatodesuscuitas.
Comotantosotrossoldados,comocasitodos,Konradhubiesedeseadoestarjuntoalossuyosen
aquellostiemposdifíciles,poderayudarles,evitarlaruinaylamiseria.
Al principio, cuando fue movilizado y enviado al frente, la cosa era bien distinta: se iba a la
guerra lleno de gozo y de alegría, orgulloso de que la Patria contase con él para aplastar a sus
enemigos, lleno de esperanza de que la victoria, de la que no se dudaba un solo instante, le
proporcionaralagloriaylaabundanciaparaelrestodesuvida.
Luego, lenta e inexorablemente, el contacto con la realidad iba apagando todas aquellas
luminosasquimeras,ylaamargurapenetrabaenelcuerpocomounaenfermedadincurable.
Hasta que el asco y la desilusión dominaban la mayor parte de los pensamientos del soldado.
Hastaqueelodiorebotabaenelenemigoparadirigirsehacialaretaguardia,hacialosmandos,hacia
lospoderososqueseveíanenlasfotosdelosperiódicosquecorríanporelfrente,siemprelimpios,
lustrosos,sonrientes…
Comosilaguerrafueraunsimplejuego.
LamanoblancayuntantotrémuladeAnnapusoanteéllatazadecafé.
—FrauHollizermehadadounpoco—dijolamadre—.Loguardabaparasuhijo…asícomoesa
botelladealcohol…peroHansnohavuelto…murió,elañopasado,enelfrentedelEste…
Konradsequedómirandolatazadecaféylabotella,casimedia,queAnnahabíapuestoanteél.
Imaginócuántasycuántasvecesdebíanhaberserepetidoaquellasescenas,yleparecióveralos
cientosdemadresquehabíanguardadocelosamenteaquellasrarascosasparaelregresodelhijo…
Lanzóunsuspiro,sirviéndoseunacopadealcoholquesellevólentamentealoslabios.
—Hansyyofuimosjuntosalcolegio—dijo,recordandoalmuchacho.
—Eraunbuenhijo—suspiróElisa—.Unmuchachofuerteybondadoso,quecrecióenlaherrería
delviejoOtto…
—¿Cómosigueelherrero?
—Yanoestá.Sefue…
—¿Sefue?
—Se lo llevaron. Cuando le comunicaron que Hans había muerto destrozó todo lo de la
herrería… luego se dio a la bebida, hasta que el alcohol le disolvió los sesos. Se lo tuvieron que
llevarparaencerrarloenunmanicomio…
—¡Ah!
Hubouncortoeintensosilencio,hastaquelaancianamadresepusoenpie.
—Quitalamesa,Anna—dijoenvozbaja—.YovoyapasarlanocheconlaseñoraHollizer…no
seencuentrabien…yhemosdeayudarnosentrevecinas…
SeacercóaKonrad,alquebesóenlafrente.
—Buenasnoches,hijo.
—Buenasnoches,madre.
Tampocoseatrevióamirarla.Noeranecesarioserdemasiadointeligenteparacomprenderque
Elisa,aldejarlacasaaquellanoche,pensabaenloquelosdosjóvenesestabandeseandohacer.
***
—¿Mepermite?
AcababadesalirdelaCasadeCorreos,ysevolvió,sorprendidoaloírquealguienlellamaba,y
mássorprendidosequedóalverquelamuchachaquesedirigíaaéleraunahermosamujer,untanto
demasiadoacicalada,perorealmenteatractiva.
—¿Esamí?—inquirió,creyendoapiesjuntillasquelabellamuchachasehabíaequivocado.
—Sí—dijoellaconunaluminosasonrisa—.UstedeselseñorSleiter,¿no?
—Sí.
—Yo soy Margarethe Müger… alguien desea hablar con usted… y me ha encargado venir a
verle…
—¿Cómosabíausted…?
Lasonrisacobrómásluzenlabocadelajoven.
—Leheseguidodesdequesaliódelcuartelillo.Deseabaqueultimaseustedsusrecados,antesde
abordarle.
—¿Puededecirmequiéndeseaverme?
—Alguien muy importante… si viene usted conmigo… está muy cerca de aquí… desea
proponerlealgomuyinteresante.
—Estábien.Vamos.
Caminaron,ensilencio,hastadetenersepocodespuésanteunacasadeaspectorico,enunbarrio
cercanoalaAlcaldíadeMunich.
—Esaquí—dijoellaoprimiendoeltimbreconsupequeñamanoenguantada.
Una vez dentro —les abrió una mujer de cierta edad, rigurosamente vestida de negro—,
penetraronenunlujososalón,conmueblesycortinasenterciopeloverde.Volviéndosehaciaél,sin
dejardesonreír,Margarethedijo:
—Tengalaamabilidaddeesperarunosinstantes.VoyaavisaraHerrZunker…tomeasientosilo
desea…
—Estoybiendepie,gracias.
Examinóelsalón,unavezquesequedósolo,altiempoquehacíaconjeturassobretodoaquello,
preguntándosequiénpodíaseraquelimportantepersonaje—debíaserloporelaspectoyriquezade
lamansiónenlaquehabitaba—yquépodríadeseardeél…
Lareaparicióndelahermosamuchachacortóelhilodesuscogitaciones.
—Tengalaamabilidaddeseguirme…
Lohizo,hastaqueellaempujóunapuerta,haciéndoseaunladoparadejarleentrar.
—Pase,porfavor.
—Gracias.
Lapuertasecerrótrasél.
Se encontraba en un amplio despacho-biblioteca, aún más lujoso que el salón que acababa de
abandonar. Las paredes estaban atestadas de libros, colocados en estanterías que llegaban hasta el
techo.Frenteaél,unaenormemesadecaoba,pulcramenteordenada;detrásdelamesa,unhombre
delgado y elegantemente vestido, de unos cuarenta años de edad. Y detrás del hombre, en un gran
marco,unretratodelEmperadorGuillermoII.
—Tenga la amabilidad de tomar asiento, señor Sleiter —dijo el hombre—. Me llamo Erich
Zunker…
Konradestrechólamanoqueelotroletendíaporencimadelamesa,dejándosecaerdespuésen
laconfortablebutacaqueZunkerlehabíaofrecido.
—¿Uncigarrillo?—ofrecióelhombre.
—Sí,gracias.
Zunkerlediofuegoconungranencendedordeoromacizo,acercandoluegolallama.
—Antesquenada—dijoErichtrashaberlanzadoelhumohaciaeltecho—,deseopedirleperdón
porlaforma,untantoinhabitualyextrañadeentrarencontactoconusted.
Konradnodijonada.
—Hacía tiempo, un cierto tiempo —siguió diciendo el dueño de la mansión— que seguía con
interés su carrera dentro de las SA. Tengo amigos en esa formidable organización… y aunque no
debieradecirlo,hetenidoelgranhonorderecibirenestacasa…asujefe…elseñorRoehm…
Konradsiguióguardandosilencio.
—Sédebuenatinta—yestavezesbozóunasonrisa—quevaustedaserascendidomuypronto…
algradodeTruppführer,yqueseleconfiaráunaseccióndeasalto,cosaperfectamentemerecida,ya
quedesdequeingresóustedenlasSAhademostradounvaloryunpatriotismoatodaprueba…
Dejócaerunpocodecenizaenelamplioceniceroqueestabaornadoconeláguilaimperial.
—También…perdoneusted,señorSleiter,conozcosusactualesdificultadeseconómicas…
Suspiróantesdeseguir.
—Poseoamigosportodaspartes—dijo—ynomehasidodifícilsaberlosesfuerzosquehace
ustedparaayudarenloposibleasuancianamadre…
—Sonasuntosdemiabsolutaincumbencia—nopudopormenosdedecirKonrad,rompiendoel
largomutismoenelquesehabíaencerradohastaelmomento.
—Poresolehepedidoperdón,amigomío—dijoelotroconvozmelosa—.Aunque,enelfondo,
estosdetallescarecendeimportanciapráctica,yqueloquemehaguiadoafijarmeenustedhasido
su manera de actuar en las filas de las SA, su entusiasmo y lealtad hacia sus jefes, su buena
disposiciónparallevaracabocualquiermisiónqueseleencomiende…
Konradmiróconfijezaalelegantecaballero.
—¿Puedohacerleunapregunta,señorZunker?
—Lasquedesee.
—¿Dequéclasedeasuntosseocupausted?
Erichsonrióampliamente.
—Esmuysencillo—repuso—.Poseoloscuatroburdelesmásimportantesdelaciudad.
VI
Oyólapuertadelacalle,quesumadrecerraba,perosiguióconlavistabaja,alzandolatazade
caféparadegustarlopocoquequedabaenelfondo.
Annasaliódelacocina,subiendodespuésalpiso,dondelaoyómoversealolargodelpasillo.
Cesaron luego los pasos, y un silencio profundo envolvió la casa, como si un paréntesis extraño
acabaradecerrarse.
Konradmiróenderredorsuyo.
Annahabíaquitadolamesa,nodejandomásquelataza,labotellaylacopa.Elcomedorofrecía
el mismo aspecto que Konrad recordaba, con sus viejos muebles baratos, sus policromías que
representabanalgunospaisajesalpinos,amarillentosyaporelpasodeltiempo.
Yelviejorelojdepéndulo,consuscifrasgóticasy,aunladodelaesferarayada,elorificioque
dejaba ver el dorado extremo del tallo metálico donde se introducía la llave, exclusivamente
destinadaamantenerdadalacuerdadelcarillón.
Todoestabaigual…
Y, sin embargo, ninguna cosa era ya la misma, empezando por los habitantes de aquella casa
dondeélhabíanacido,dondehabíacrecido…aunqueahoralepareciesequeelniñoprimero,luego
elmozalbetequecorreteóporaquelcomedor,noteníanadaqueverconél.
Empujólasillaconsuavidad,altiempoqueseponíaenpie.Cogiendolataza,elplato,lacopay
labotella,fuealacocinaencuyamesa,cubiertaporunhuleacuadros,depositósucarga.
¿Porquédiablosestabatannervioso?
Sabía lo que iba a ocurrir, adivinaba a Anna, esperándole en su habitación del piso de arriba;
pero,apesardeque,dentrodeélseibaencendiendolallamadeldeseo,delacuriosidad,intentaba
defendersecontralaideaquesuúltimaaventuraamorosahabíadejadoenél.
Bruselas…
Apenassiconseguíarecordarelrostrodelamujer,unadelasochoodiezqueseamontonabanen
aquelsalónmalolientedeunvulgarburdelparasoldados.
Habían tenido que beber no poco para decidirse. Y ni siquiera se lavaron. Tenían muy poco
tiempo,yaquehabíanllegadoalaciudadconsucompañía,paracargardemuniciónunoscamiones
quehabíandeescoltaryprotegerhastaelfrente.
—¿Vamos,Konrad?
Kilian parecía mucho más embalado que él, pero cuando se ha olvidado cómo está hecha una
mujer, cuando se llega directamente del infierno, incluso si en el fondo el deseo no se manifiesta
comoalgonecesario,hayquehacerlo,porqueasílodictanlasreglasdelavidamilitar,porquenose
puederegresaralastrincherassintenerquecontaralgoescabrosoaloscamaradas…
Lamujerlehabíadichosunombre,peroéllohabíaolvidado.
En realidad, todo había sido tan rápido, tan fríamente mecánico, que le era sumamente difícil
recordarhastalosmásvoluminososdetalles.
—Fautsedépecher,monchéri…onaunmondefou,aujourd’hui[7]…
No había entendido muy bien las palabras de la mujer, pero ella se había hecho comprender
perfectamente,desnudándose,parcialmente,aunavelocidadtremenda.
Sehabíaquedadoconunacamisanegra,conpuntillaroja,ysusmuslos,enlosqueelfríohabía
dibujadosinuosaslíneasmoradas—¿oeranvarices?—estabancubiertosporlasgruesasmediasde
lananegra,sujetasporunasligasconunlazoverde…
Bajoél,ellaseencabritóconunaprisaquesemanifestabaencadaunodelosgestosquehacía,
consiguiendoqueelplacerllegaraalsoldadoenunospocosminutos.
¿Placer?
Se levantó, poniéndose los pantalones mientras que las piernas seguían temblándole, como
cuandosehahechoelamordeformainsuficiente…ocomocuandounachicaleenervaaunosin
darlesatisfaccióncompleta…
Pagóysalió.
Lörzert le esperaba en el salón, y salieron juntos, contándose mutuamente las mentiras que se
dicensiempre,especialmentecuandounohasalidodelencuentrotremendamentedefraudado.
Konradhabíaencendidootrocigarrillo,yloconsumióantesdedecidirseasubiralpisosuperior.
ImaginabaqueAnnasealbergabaensuantiguocuarto,perosesorprendióalabrirlapuertayver
lacamahecha,aunquecomprendióqueeralamuchachaquienvivíaallí,yaquelosdetallesqueella
habíaaportadoalahabitaciónasílodemostraban.
Frunciendoelceño,avanzóunospasoshacialapuertadelfondo,laquedabaalahabitaciónde
suspadres.
Empujólapuerta.
La lámpara de la mesilla, con su campana de pergamino, difundía una luz tenue sobre la gran
cama en la que estaba Anna, con el embozo de la sábana hasta el cuello, sus grandes ojos azules
mirándoleconunaintensafijeza.
Duranteunoscortosinstantes,Konradsesintióprofundamenteatemorizadoalencontrarseenel
dormitorio de sus padres, junto a la cama donde, hacía mucho tiempo, en una escena que le
avergonzabaimaginar,suvidahabíadadocomienzo.
Estuvo a punto de dar media vuelta y dirigirse a su propio cuarto, pensando que la muchacha
habíacometidounagravefaltaderespetoydeconsideración,peroAnnaparecióestarleyendoensu
mente,yaqueincorporándoseunpoco,dijoconvozdulce:
—Tumadrelohaqueridoasí.
Konradasintióconlacabeza.
Cerrandolapuertatrasdesí,empezóadesnudarse,colocandocuidadosamentelaropaenunade
lassillas,cercadelpeinadorencuyoespejosereflejabapartedesuimagen.
Sedirigióluegoallecho,introduciéndoseenél.Lassábanasestabanfrías,perosemantuvoenun
extremo,quedándosequieto,rígido,comoenvarado.
—Apagalaluz.
Lohizo.
Un cuerpo se acercó al suyo. Notó, en seguida, que Anna estaba completamente desnuda, y sus
manos, vacilantes, empezaron a recorrer aquella piel suave, cálida, cuyo contacto le produjo
escalofríos.
Volviéndosehaciaella,pegósucuerpoaldelamujer;lasmanosabarcaronlaredondezmórbida
delossenos,ysintióensuspalmasprimero,luegoenlasyemasdesusdedos,larigidezexcitantede
lospezones.
Descendieronluegosusávidasmanosalolargodelcuerpo,hastaposarseenelalmohadilladode
lascaderas.
Annalanzóunsuspiro.
—Desnúdatedeltodo,Konrad.
Lohizo.
Entoncesella,consuavidad,hizoqueélsecolocaraencima.Suscuerposmanteníanuníntimoy
totalcontacto.
Ella separó entonces sus piernas, y tras algunos precipitados y nerviosos tanteos, Konrad la
penetró con suavidad, antes de encabritarse, como ella acababa de hacerlo, lanzando un pequeño
grito,queahogócasienseguidaelritmoprecipitadodeunarespiraciónqueintentabaacordarsealos
sobresaltosdelhombrequeestabasobreella.
***
—¿Burdeles?
—Sí—dijoelhombreelegante—.¿Leextraña?
—Unpoco.
—Loimaginaba…pero,comomideseoeseldetranquilizarledesdeelcomienzo,puedodecirle
quelassumasquemensualmenteentregoalNSDAP ,anuestroPartido,sonmuyimportantes…
—Entiendo.
—Esedineroesnecesario,amigoSleiter,ycausasatisfacciónobtenerlo,yaquesuprocedenciaes
altamenteinstructiva…porqueviene,engranparte,delosjudíosricosdelaciudad.
—¿Dinero judío? —se encabritó Konrad—. No cuente conmigo, señor Zunker… por nada del
mundotocaríaesedinero.
Elotrosonrió.
—Esperabasureacción…laesperaba,deveras.Eselproductonaturaldeeseimpetuosocarácter
delajuventudalemana…Aplastóelcigarrilloenelampliocenicero.
—Todossabemos—dijobruscamenteserio—eldestinoquevamosadaraesarazainfecta…¿Ha
leídoustedLosProtocolosdelosSabiosdeSión?
—No.
—Deberíahacerlo…asícomprenderíaelnefastopapelquelajuderíainternacionalhajugadoen
elmundo…peropasemos…Nopodemos,porelmomento,mijovenamigo,enseñarlosdientes.
»LasituaciónpolíticainternacionalylapocafuerzaquenuestroPartidotieneenlaactualidad,nos
obliganamostrarnosprudentes,muyprudentes…
»Está bien que combatamos con todas nuestras fuerzas a los rojos y a los que han vendido el
honor de Alemania a las fuerzas de la reacción, a los politicastros que se han doblegado ante las
autoridadesdelasPotenciasvencedoras…
»Pero si pusiésemos las cartas sobre la mesa, si mostrásemos nuestro juego al mundo, no nos
dejaríandarunsolopasomás.
»ElFührer,amigoSleiter,sabeperfectamenteloquesehace.Nadadeloquedicevamásalláde
losdeseosdeunpuebloquedeseavolverarecobrarsulibertadyellugarquemereceenelmundo…
»Pero… cuidado… los Aliados, que siguen siendo los más fuertes, pueden comprender que el
NSDAP sealcecontraVersalles…aunqueloqueaelloslesinteresamás,yporesoenciertomodonos
toleran,esquenosalcemos,comounpoderosovalladar,antelainvasióndelasideasbolcheviques…
—Lo de los judíos vendrá más tarde, cuando seamos lo suficientemente poderosos como para
poderhacerfrenteatodoslosenemigosdeAlemania.
—Y…mientrastanto…
—Serfuertesignifica,ademásdeotrasmuchascosas,tenerdinero…
—¿Dinerojudío?
—Eldinerodelosjudíosesdineroalemán…robadoalpueblo…
—Esoesverdad.
—Nopodemosmostrarnosescrupulosos,Sleiter…necesitamosarmas,vehículos,propaganda…
enunapalabra,dinero.
—¿Yquépapeljuegoyoentodoesto?
—Muy sencillo. Voy a proporcionarle los nombres y direcciones de todos los importantes
clientes de mis establecimientos… usted y su grupo habrán de vigilar para que nada malo les
ocurra…porelmomento…
Konradnopudoevitarqueunarisitaagriaescaparadesuslabios.
—¿Cuidardesuciosjudíos?¿Protegeraesosmalditossionistas?
—Esoes.
—Noloharé.
LasonrisaseacentuóenloslabiosdeErich…Abrióunodeloscajonesdeldespacho,sacandoun
papelquetendióalSA.
—Nodeseabautilizaresteargumento,amigomío…deveras…ahítieneustedlaordenfirmada
porelpropioErnstRoehm…sujefesuperiorycomandantegeneraldelasSA.
Konradleyóatentamenteeldocumento,viendoquesunombreestabaallí,yquelafirma,como
Zunkeracababadedecir,eraladeRoehm.
—Estolocambiatodo—suspiró—.Sisetratadeunaorden,laobedeceré.
—Perfecto. Además… a partir de ahora, podrá enviar sumas sustanciosas a su madre… ya que
tendrá usted un sueldo muy bueno… y espero, amigo mío, que arranque usted de su corazón esa
costumbreburguesadeolereldinero…vengadedondevenga,eldinerosiempreesbueno…selo
diceunexperto.
***
Notóqueellaestabasudorosa;algopegajosoyfríocubríalapieldeAnna.
—¿Teencuentrasmal?
Ellalesonrió.
Laluzdeldíapenetrabayaatravésdelosfinosvisillosquecubríanlasventanas.
—No,noesnada,amormío…¿sabesqueeresinsaciable?
Tambiénsonrióél.
—Nuncahabíasidotanfelizcomoestanoche,cariño…
—Nosabíaqueerastanfuerte,Konrad…laverdadesquemehasagotado.
—Perdona.
Ellaleofreciósuslabios;luego:
—No es nada, cariño… yo también me siento inmensamente feliz… ¡Dios mío! Te he estado
deseandodesdequeteconocí…yhanpasadoañosyañosantesdequemissueñosseconvirtiesenen
realidad.
—Ahoranodejarándeserlo,Anna…vamosacasarnos.
—Comoquieras.
—Sí, lo haremos… en cuanto haya organizado mi trabajo en Munich, vendré a buscarte y nos
iremos.
—¿Ytumadre?
—Siquierevenirconnosotros,quelohaga…aunquenocreoquedeseeabandonarestacasa.
La tos brotó, iracunda, de la boca de Anna; todo su cuerpo se estremecía. Incorporándola un
poco,Konradlegolpeóenérgicamenteenlaespalda,perolatostardómuchotiempoenceder,yla
muchachasedejócaer,visiblementeagotada,sobrelaalmohada,elrostroblancocomoelyeso.
—Tienesquecuidarte,cariño—dijoKonradpatentementeasustado—.Esatosnomegustanada.
—Mepondrébien…—dijoellaquedamente.
—Hasdealimentartemejor…yoteprocurarétodoloquenecesites…
—Nosufras,Konrad…estonoesnada…
Besólafrenteheladadelamujer,ytuvoquehacerunesfuerzoparaquelacóleranocontrajesede
formaaparentehastaelúltimomúsculodesucuerpo.EstabapensandoenFritzSchöreder.
Ysejuró,parasí,quealgúndíaleajustaríalascuentas.
VII
Se habían reunido, después de la ceremonia, en la gran sala de una de las más importantes
cervecerías de Munich. La mayor parte de los hombres llevaban la camisa parda de las SA, solo
algunosostentabaneluniformenegrodelasSS.
Las mujeres iban ataviadas con una cierta elegancia, destacando entre ellas, por su contraste, el
blancovestidodelanoviayelnegrodelamadredelnovio.
LaviejaElisaOremburgpermanecíasentadaenunrincón,conlasarrugadasmanosenelregazo,
los ojos tristes y aún enrojecidos, extraña en aquel ambiente de grito, juramentos, risas y
exclamacionesquelaaturdíanunpoco.
Konrad iba de un lado para otro, saludando a unos y otros, alzando el brazo ante los jefes que
ibanllegando,pendientederecibiralosquelehacíanelhonordeasistiralaceremonia.
Paul y Josef se ocupaban del servicio, bebiendo como un cosaco el segundo, mientras que
Krimmannnodejabaescaparunsolotraserodecamarerasinpellizcarloastutamente.
ElrestodelTruppestabaallí,loshombresrecordandoaún,antelosojosabiertosdelasmujeres,
laformidablepalizaquehabíandadoaloscomunistas.
YcuandolosquehablabanveíanpasaraPaul,guiñabanelojo,bajandounpocolavozparadecir:
—Ese granuja fue el que salió más beneficiado… fue él quien se acostó con la novia del jefe
comunista…
—¿Noledioasco?—inquirióunarubiaaltaydelgada,cuyoescotemostrabagenerosamentelas
esferascarnosasdesussenos.
—¿Asco?—dijoelqueestabahablando—.¿Porquéhabríadedarleasco?
—Todoelmundodicequelasmujerescomunistassonpocolimpias…
ElSArompióareír.
—¡Tonterías! Esa chica estaba muy bien… yo la vi desnuda, cuando Paul había terminado con
ella…yteaseguroquehubiesetomadosupuestoconmuchísimogusto.
—¿Yelnovio?
—Yapuedesimaginarteelmalratoquepasó,preciosa.Peroestabamuybienatado,ytuvoque
aguantarse…
—¡Seguroquehabráenviadoapaseoaesamujer!
—Enabsoluto.SiellaseentregóaPaul,fueporlapromesaqueelTruppführerlehizoqueno
íbamosamaltratarasunovio…
Intervinounamorena,cuyasanchascaderasmostrabanyaunirremediablecaminoqueterminaría
convirtiéndolaenunamatronaobesaydeforme:
—Hayquequerermuchoaunhombreparasacrificarseporéldeesamanera…
—¡Qué dices! —rió la rubia—. Estoy segura de que lo que hizo esa puerca no tuvo nada de
sacrificio…
ElSAleguiñópicarescamenteelojo:
—¿ConocesacasolaformadetrabajarquetienePaul,encanto?
—¡Veteapaseo,sucio!
***
—¡Hola,Lörzert!
—¡Hola,Konrad…!
—Te agradezco mucho que hayas venido. Temí, por un momento, que tu trabajo te impidiese
venir.
—Nuncahubiesefaltadoalabodadeunviejocamaradadelfrente.
—Ven…bebamosalgo.
Kilianlanzóunaagudamiradaasucompañero.
—Recibítudinero,amigo.
—Querrásdecireltuyo.Yatedijequetedevolveríahastaelúltimopfenning.
—Porlovisto,tevanbienlascosas…
—Nopuedoquejarme.
Habían llegado ante uno de los buffets, y Sleiter sirvió a Kilian un sándwich y una jarra de
cerveza.
Lörzertbebióunsorboantesdedecirenvozbaja:
—Esperoquenotehayasmetidoenunasuntosucio,camarada.
—Enabsoluto.Loquehagoes,simplemente,obedecerlasórdenesdemissuperiores.¿Vesalgo
maloenello?
—No,enabsoluto…
—Gano dinero. Eso es todo. Un poco por aquí… un poco por allá… la verdad es que estoy
reuniendolonecesarioparapagarciertospagarés…yrecuperarlacasademispadresylosterrenos
queteníamosenelpueblo.
—Meparecemuybien.
Konradfruncióelceño.
—Aunque, en realidad —dijo con un tono hosco—, hubiese preferido dar una paliza al que
engañóamispadres…
ElrostrodeKilianseensombreció.
—Tenemos que tener mucho cuidado, Konrad… nos lo vamos a jugar todo en las próximas
elecciones…peronodebemosasustaralagente…
UnasonrisacargadadedespreciosepintóenloslabiosdeSleiter.
—¿Conqueesastenemos,amigo?¿Sabesunacosa?Todorevolucionariosueñaconasustar…es,
alprincipio,supequeñavenganza,laválvuladeescapedetodoloquehasufrido.Asustaralburgués
despreciable, al rico y poderoso, a todos aquellos que se cagan en los pantalones en cuanto su
preciosoordensocialsetambalea…
Lanzóunbrevesuspiro.
—Eslaarmadelosdeabajo,Kilian…Porqueelloshansidolosquevivieronasustadosdesdeque
nacieron:asustadosporlafuerzaquelosdearribaposeenenexclusiva,aterrorizadosporunasleyes
inventadasporlospoderososparapodermanejarlosmejor…
—Hablascasicomouncomunista,Konrad.
—Teequivocas.Hablocomounrevolucionarionacionalsocialista,unhombrequenopiensamás
queenlagrandezadelapatriaalemana,peroentendiendoporalemánalpuebloesclavo,alasfuerzas
populares,lasquevanadareltriunfoalFührer.
—No lo creas. Claro que el pueblo, o al menos una parte, va a votar por nosotros… pero
contamostambiénconelapoyodelapequeñaburguesía,alaqueprecisamente,comotúacabasde
decir,asustalarevolucióndelosrojos…
—¿Ycontáistambiénconlosmilitares?
—¡Naturalmente!SialgotemenlasFuerzasArmadas,eslaposibilidaddelestablecimientodeun
EjércitoRojo,comoenRusia…unejércitoformadoporjefespopulareseinexpertos,controlados
porcomisariospolíticos…YyasabesquenecesitamosalEjército…
—¿Porqué?
—Porque ellos son los únicos que pueden servir los deseos de expansión de nuestro pueblo.
Porquehanhecholaguerradesdesiempre,porquesonverdaderosespecialistas…
—¡Nosotrospodemoshacerunejércitonazimilvecesmáspoderosoyentusiastaqueeldeellos!
—Sueñas,Konrad,amigomío…DeacuerdoenquehayquelimpiarlasfilasdelEjércitoalemán,
que hay que eliminar a los que siguen soñando con un ejército de tipo imperial, incluso con una
restauración…oconeldominiodelpaísdequehagozadohastaahoraelAltoEstadoMayor…
—Nopodréishacerlo.
—Loharemos.
—Incluso si lo lográis, jamás podréis confiar en ellos… son una casta, Kilian… se creen
superiores a los demás… y si el Führer comete el grave error de confiarles la conducta de una
guerra…¡laperderemosirremisiblemente!
—No pienso lo mismo. El Führer es un hombre único, Konrad… una criatura excepcional. Y
puedesestarsegurodequejamássedejarádominarporlosmilitares…
Sleitermoviónegativamentelacabeza.
—SiHitlersedecidieraahacerdelasSAydelasSSlasfuerzasarmadasdelpaís…siseolvidase
delosmilitares,delosburguesesydelosricos…¡Alemaniaseconvertiríaenladueñadelmundo!
—Loserá.
—¡Ojalánoteequivoques…!
LamanoderechadeLörzertseposóamistosamenteenelhombrodeSleiter.
—Dejemosesoahora,Konrad…tengoquedarteunahermosasorpresa…
—¿Deveras?
—Sí.Alguienvaallegardentrodepocosminutos.
LosojosdeKonradsedilataron.
—¿No?
—Sí.Mira,meparecequeyaestáaquí…
Un grupo de SS, armados hasta los dientes, penetró en tromba en el salón. El oficial que los
mandaba,unObersturmführer,seadelantó,abriendopasoentrelosqueocupabanelcentrodellocal.
—Achtung!—gritóconvozestentórea—.DerFührer!
Sedesplazarontodoshacialasparedes.
Acompañado por Josef Dietrich, al que todos llamaban familiarmente Sepp y terminaría
convirtiéndose en SS OberstGruppenführer und Panzer Generaloberst der Waffen-SS, Adolf Hitler
penetróenlasala.
Unformidable«Heil!»estallóentrelospresentes,almismotiempoquelosbrazossealzaban.
Doblandoelsuyo,asumanera,Hitlersonrióalosallíreunidos.Entonces,Kilianseacercóaél,
cuadrándose,mostrándoleaSleiterquesemanteníarespetuosamenteapartado.LuegoLörzerthizoun
gestoasuamigo,queseacercóaHitler,saludándoleconelbrazoenalto.
—Heil,meinFührer!Infinitamenteagradecidoporsupresenciaaquí…
Hitlerlesonrió,tendiéndolelamanoenguantada,queelSAestrechóconfuerza.
—Danke,meinFührer.
—EstoycontentodeverquemisfielesSAestándispuestosadarhijosalReich…¡Misfelicidades,
TruppenführerSleiter!
—Gracias.
—¿Ylanovia?
PeroyaseacercabaAnna,quienseinclinóanteHitler,elcuallatomóporlamano,obligándolaa
incorporarse.
—Mi encantadora señora —dijo Hitler—. Al contraer matrimonio con un miembro de las
gloriosasSA,daisunpasofundamentalenvuestravida…Alemania,lanuevaAlemaniaqueestamos
forjando,necesitademujerescomousted…yelfuturo,deloshijosariosygermanosquedaréisal
Reich…
—Danke,meinFührer!
LamiradadeHitlersevolvióhaciaSleiter.
—Nopuedopermanecerpormástiempoaquí,Truppenführer.Meesperaunapesadajornadade
discursos… a través de todo el país… De nuevo, mi enhorabuena… y un pequeño regalo que le
entregarámiayudantedecampo…
Alzóelbrazo,altiempoquegritaba.
—Heil!
—Sieg!Sieg!Sieg!—lerespondierontodoslospresentes.
Dio media vuelta, y seguido por sus fieles guardianes, los miembros de las SS, que un día se
transformaríaenlapoderosa1.ªDivisiónPanzerdelasSSAdolfHitler,abandonólasala.
VIII
—¿Quéteocurre,cariño?
Konradsevolvió.Habíaestado,conelrostropegadoalcristaldelaventanilla,siguiendoelpaso
velozdelospostestelegráficos,aunqueenrealidadsumentevolabalejosdeltren.
—¡Eshorrible,Anna!—exclamóconelceñofruncido.
—¿Porquénomelocuentas?
—Es algo espantoso… hasta me da miedo pensarlo… pero es así… lo tuve ante mí, hubiera
debido estar hinchado como un pavo, al tenerlo a mi lado, hablándome, estrechándome la mano,
llamándomeporminombre…
—TerefieresalFührer,¿verdad?
—Sí.
—Estuvomuyamable—sonrióella—,yelregaloquenoshizoeraprecioso…
—Másmehubiesegustadoquemeregalaseotracosa.
—¿Qué?
—Mifeenél…
—Noteentiendo,Konrad…deveras…
Sleitersevolvióhaciaella;cogiósusmanosentrelassuyas,ymirándolealosojos:
—Escúchame bien, cariño, soy un nacionalsocialista convencido… deseo jugarme la piel las
vecesquesea,contaldequeAlemaniasedespiertedeunavezparasiempre.Peronosotros,losdelas
SA,queremosunpaísenelquelasmasaspopularesdejendeseresclavos…deseamosterminarpara
siempreconlosricos,losparásitos,losmilitaresvendidosalpasado…
»Queremoshacerlarevoluciónnazi,talycomosenoshaprometido:eselpuebloalemánquien
tiene la palabra… y quien ha de limpiar toda la basura que nos ha conducido a la vergonzosa
situaciónimpuestaporelDiktatdeVersalles…
»Peroheahíque,segúnmevoyenterandopocoapoco,Hitlerapoyaalosmilitares,defiendelos
idealesmezquinosdelaburguesía,recibesinvomitarloschequesdelosgrandescapitalistas…
Acercóaúnmássurostroaldesuesposa.
—¿Te das cuenta, Anna, cariño? Esos ricos son los que fabricaron los cañones, no para que
ganásemos la guerra, sino, y eso es cierto como que estoy vivo, para enriquecerse… Ninguno de
ellosolvidóunsoloinstantelosbeneficiosqueleproporcionabancadabocadefuego,cadaproyectil
deobús.
Unarisahirientebrotódesuslabios.
—¡Ysellamabanpatriotas!¡Losmuyhijosdeperra!Proporcionabanarmasalpaís,peroselas
cobraban con creces… mientras el obrero, el campesino alemán ofrecía lo único que poseía… su
vida…
Unrictustorciósuboca.
—Y ahora… Hitler recibe dinero de esa gentuza… y si se lo dan, ya puedes imaginarte lo que
pidenacambio:lacontinuacióndesusprivilegios,elquelascosassiganigual…ellosviajandoen
Mercedes,mientrasquelosobrerosvanapieoalosumoenbicicleta…
»Huelen la próxima guerra, cariño… son como esos carroñeros que sobrevuelan los restos de
unares…estáncalculandoyalosbeneficiosquevaaproporcionarlesunanuevacontienda…
»QuierenvolveratraficarconlasangredelpueblodelReich…¡yesoshijosdeputaseatrevena
decirsepatriotas…yvanalaiglesia…ysecreenpersonasdecentes!
Ella admiró la fuerza de los argumentos de Konrad, el brillo luminoso de sus ojos, la fe que
subrayabacadapalabra,alsalirdesuboca.
—Tienesrazón,amormío…
—¿Cómo quieres que me quedara frío ante el hombre al que he amado y respetado como a un
dios?Paramí,desdequeleescuchéporvezprimera,Hitlereraelhombrequenuestropuebloestaba
esperando…elsalvador,elconductor,elFührer…
Moviótristementelacabeza.
—Pero de repente, junto a mí, pareció como si perdiese toda su fuerza… como si no fuera el
mismoy,porartedemagia,sehubieraconvertidoenunodeesossuciospolíticosburgueses…que
nopiensanmásqueenaprovecharsedelríorevueltoparamedrar…
—Yolemirétambién—dijoella—,ynomepareciósercomodices…emanabaalgodeél,algo
que me hizo sentir que estaba ante una persona excepcional… y estoy segura de no haberme
engañado,Konrad…eracomosimeencontrase,derepente,envueltaporunaaureolamagnética…y
enlosojosdeesehombrehabíatantaesperanza,tantafuerza,quemehizopensarqueesdeesaclase
depersonasque,sifracasan,muerenporsupropiaidea.
SoltandounadelasmanosdeAnna,Sleiterselapasóporlafrente,comosideseaseahuyentarsus
pensamientos.
—Puedeserquetengasrazón,querida…puedeserqueélseatanpuroynoblecomodices…y
que sean los otros, los que le rodean, los que intentan obligarle a escoger otro camino menos
limpio…
—Yodiríamejor—rectificólajoven—,quesonelloslosqueactúanasuespalda,sinqueélsepa
exactamenteloquepasa…
»Cuando un hombre se vuelve muy importante, Konrad, no puede controlar todo lo que sus
colaboradores hacen, y ha de fiarse en ellos, ya que a pesar de su extraordinaria personalidad, es
limitadocomotodacriaturahumana.
—Debesereso…—dijoélcadavezmásconvencido—.Peroentonces…¡hayquedesenmascarar
aesospuercos,Anna!Hayquedescubrirlesyaplastarleslacabeza,porqueellosseránculpablesde
queelnacionalsocialismonosealoquetodosdeseamosquesea…
—Elpueblodecidirá,cariño.
—Tienesrazón.Elpueblotendrálaúltimapalabra…ylasSA,porqueellasrepresentanalpueblo,
aesepuebloquequierequeAlemaniasealomásgrandedelmundo,elejemplovivodequepuede
destruirseelcapitalismo,sinnecesidaddecaerenloserroresdelosmarxistas.
Ellaacercósurostroaldesumarido,besándolotiernamenteenloslabios.
—Cálmate,amormío…descansemosunpoco…prontoestaremoseneselugarmaravillosoque
hemosescogidoparapasarlalunademiel.
—UnrincóntranquilodelosAlpes—sonrióél—.Esverdad,Anna…olvidemosahoratodasesas
porqueríasdelasuciapolítica…
***
—¡Aquítenemosalfelizmortal!
—¡Saludos,Sleiter!
—Vieneunpocomásdelgado,¿lohabéisnotado?
—¿Ycómoquieresqueestuviese,idiota?
Risas,abrazos,estrechonesdemano,exclamaciones,guiños.
Konrad atravesó la alegre barrera de sus hombres, dio un amistoso empujón al gigantesco
Meister… y se fijó en el fondo de la sala, en los ojos de Paul Krimmann que le miraban con toda
atención.
—Gracias,gracias…perdonaduninstante,camaradas…
Cruzólasala,altiempoquePaulempujabalapuertadelgimnasio,quedejóentreabierta.Siguióa
suamigo,cerrandolapuertatrasél.
Krimmannsehabíasubidoalpotro,yestabaencendiendouncigarrillo.
—¡Hola,Paul…!—dijoSleiteracercándoseaél.
—¡Hola!
Konradesperóunosinstantes,mientrasexaminabaelrostrohoscodesucompañero.
—¿Puedesaberseloqueteocurre?—lepreguntóluego—.Estábienquenomerecibascomolos
otros,peroesacara…
Antesdecontestar,Krimmanndiounachupadamásasupitillo,lanzándololuegolejosconuna
toba.Elcigarrillodescribióunalargaparábola,antesdecaersobreelcubodearena.
—Hanestadoenmicasa,Konrad.
—¿Quién?
—Ellos…losrojos…
—¿Ybien?
—Hanpegadoamimadre…tienesetentaaños…
—Scheisse!
—No es que le hayan pegado muy fuerte… algunos golpes, unas bofetadas… pero la han
asustado…ysehaido,muertademiedo,acasadesuhermana…
Lanzóunsuspiro.
—Mehequedadosolo…
—¿Hasidoaverla?
—Sí…ymehaescupidoalacara.Esospuercos,ademásdeponerlelamanoencima,ledijeronlo
quepasóconlanoviadeOberfein…
—¿Estuvoélentucasa?
—Nolosé…mimadrenoconocíaanadie,peroalenterarsedeloocurrido,mellamódetodo…
y me dijo que ellos le habían anunciado que me matarían como a un perro… y añadió que era lo
mejorquepodíaocurrirme…
—Entiendo.
—Loqueellosdeseaban,lohanconseguido…dejarmesoloencasa…y,almismotiempo,hacer
quemimadremeodieymedesprecie…
—¿Hasvueltoportucasa?
—No. Duermo aquí, en el cuartel… No estoy loco, Konrad… quieren mi pellejo, y no voy a
darlesfacilidades.
—Estábien…¿cuándoocurriólodetumadre?
—Haceochodías…
Asuvez,Sleiterencendióuncigarrillo.
—No perdonan lo que hicimos a esa chica… ¿qué ocurrió con el camarada al que ellos
apalearon?
—Murió,alosdosdíasdetuviajedenovios…
—Sakrement!HubiésemosdebidodestriparaesebastardodeOberfein…
—Noirásacreerquesehaolvidadodeti.
—Yolosé…sihanempezadocontigo,esporqueyoestabafuera.
—¿Vasahaceralgo?
—Desde luego… hablaré primero con el Obersturmführer Wunter… él es nuestro jefe, y no
podemoshacernadasinconsultarleantes…perotenemosquepasaralaacción…hayquedevolver
golpeporgolpe…yestaveznonoslimitaremosarepartirunoscuantospalos…
Paulalzóhaciaélunamiradaamistosa.
—Yasabesquenotengomiedo,Konrad…peroteconfiesoqueestoyintranquilo…lasolaidea
decaerensusmanos…medaescalofríos…
—Tecomprendo.
—Ese Oberfein es capaz de todo para vengar lo que le hicimos a su chica… es un mal bicho,
Sleiter.Ydebeestarmuriéndosedeimpacienciaportenernosasumerced.
—Novamosadarlesesegusto.
—Otracosa,Konrad…lachica,lanoviadeeseasquerosorojo,hadesaparecido.
—¿Nolahabrámatadoesebestia,no?
—No lo creo, pero lo que sí creo es que la ha mandado a paseo… y la chica ha salido de
Munich…
—Nosimportaunbledotodoeso.
—Yalosé…soloquedesearíadecirtealgo,sinpropósitodeasustarte…
—¿Asustarme?
—Sí…tencuidadoconAnna…
Sleiterseenvaró,altiempoquesusojoslanzabanpeligrosaschispas.
—Tienesrazón,Paul…mucharazón…soyunestúpido…voyavolverahoramismoacasa…y
tomarélasmedidasqueseimponen…
—¡Voycontigo!
—¡No!
—¿Estásloco?Esposiblequeyatehayantendidounatrampa…nosolovoyaacompañarte,sino
queiremosatodoslosmiembrosdelTrupp…
Sleiterreflexionóunosinstantes.
—Tienesrazón,Paul…nodebemoscometerningunaclasedeerror…preparaaloshombres…
voyallamarporteléfonoaAnna…quieroestartranquilo.
—Bien.
MientrasKrimmannseprecipitabafueradelgimnasio,Konradsedirigióalacentralita,pidiendo
comunicaciónurgenteconsucasa.
Había alquilado un piso del lado del Mercado Central, en un barrio bastante tranquilo. Un
apartamentocontreshabitaciones,cocina,bañoyteléfono.
Elhombredelacentralita,unsimpleSturmann,alzóhaciaSleiterunrostropreocupado.
—Nocontestan,Truppenführer.
—¡Insista!
Konradencendióuncigarrilloconunamanoquelacólerayelmiedohacíantemblar.Quizáse
había mostrado demasiado confiado… olvidando el mundo de lucha áspera que había abandonado
durantetressemanas…
¡HabíasidotanfelizjuntoaAnna!
Todo lo que su esposa tenía de frágil, era, en la intimidad, una furia inexplicable, un ansia
tremendadegozar,deserdichosa,yhabíatantavehemenciaencadagesto,tantaimpacienciaencada
ademán,queKonradsepreguntómásdeunavezelmotivodeaquelapresuramiento,deaquellafebril
ansiedad,sinencontrarunarespuestaadecuada.
Paranocansarla,laobligabaapermanecerlargashorasextendidaenlahamaca,enlaterrazade
lahabitacióndelhotelenelquesehospedaban.
Yallí,frentealacolosaldimensiónmontañosadelosárboles,enunparajeboscoso,unrincón
privilegiado,comounregalodelaNaturaleza,sentadoalladodelahamaca,Konradmirabaelrostro
serenodesumujerque,conlosojoscerrados,respirandoprofundamente,leparecíacadavezmás
hermosa.
DurantelacortaestanciaenlosAlpes,Annasehabíarecuperadobastante,yhastaaparecieronen
susmejillasdeunablancuramarfileña,redondosrosados,asícomolaluzdesusojosparecíahaber
ganadoenbrillo.
—Siguensincontestar…
—¡Bien!Continúeinsistiendo…ysimimujercogeelteléfono,dígalequevoyparaallá…
—¡Asusórdenes!
***
ElcamiónestabayaalapuertadelaCasaParda,conelmotorenmarcha.Loshombres,armados
hasta los dientes, estaban agrupados en la caja del vehículo. Desde la cabina, con la puerta
entreabierta,PaulhizoungestoaSleiterquesubiódeunsaltoalcoche.
—¡Vamos!
Josef, que conducía el camión, lo arrancó bruscamente, apretando el acelerador mientras
recorríanlaanchacalle.
—¿Ybien?—inquirióPaulalcabodeunosinstantes.
—Nocontestaalteléfono.
Krimmannhizounamueca.
—Notepreocupes,Konrad…esposiblequehayasalidoacomprar…
—Esposible.
—No creo que esos cabrones se atrevan… además, estoy convencido que ignoran que has
regresado.
—Puedeser.
Paulsepercatódequesuamigoapenasleescuchaba.MiródereojoaSleiter,viendoqueelrostro
del Truppenführer enarbolaba una expresión feroz, determinada, como si intuyese que podía haber
ocurridoalgograveasumujer,ydándoloporsentado,secomplacieseenpensarloqueibaahacera
susenemigos.
—Porfavor,Konrad…cálmate.
Sleitersevolvióhaciaél,mostrándoleunasonrisaqueeramásbienunamueca.
—Estoytranquilo,Paul,notepreocupespormí…hesidounidiota,esoestodo.Laverdadesque
habíaolvidadolaclasedejodidomundoenelquevivimos…quizámehayapasadoesoporquehe
sido,últimamente,unhombrecompletamentefeliz.
—Yloseguirássiendo,camarada.
—Asíloespero.
DesembocóelcamiónenlaplazadelMercado,tomandodespuéslaestrechaCharlottenstrasse,al
finaldelacualestabalacasadeSleiter.
AlpasodelasSA,lagentealzabalosojos,enlosquesepintabaelmiedoylaintranquilidad.Las
luchasentrelosnacionalsocialistasylasorganizacionesrevolucionariasdeizquierdas,especialmente
loscomunistasdelRoíFront,eranpandecadadía,aunqueaúnnosehabíallegadoalabatallaquese
daríamástarde:elcombatedecisivoyamuerte,enelquetodossabíanqueunodeloscontendientes
desapareceríaparasiempredelsueloalemán.
Apenashabíafrenadoelcoche,queSleiteryahabíabajado,almismotiempoquelosmiembros
desuTruppsaltabanágilmentedesdeloaltodelcamión.
SeguidodecercaporPaul,Konradsubiólasescalerasdecuatroencuatrohastaelsegundopiso.
Allísedetuvouninstante,introduciendoluegolallaveenlapuerta.
Notuvonecesidaddehacergirarlallaveenlacerradura.
—¡Estáabierta!
Paul empuñaba ya decididamente su Walter, pero Konrad no pensó siquiera en desenfundar la
suya;diounempujónalapuerta,penetrandoenelvestíbuloconlafuerzadeuntifón.
—¡Anna!
Nadiecontestó.
Echóacorrerporelcortopasillo,atravesóelminúsculocomedor,penetrandorabiosamenteenel
dormitorio.
Paullepisabalostalones.
El lecho estaba deshecho, mostrando aún la huella del cuerpo de la mujer. El armario estaba
abierto,yKonradconstatóquefaltabanalgunascosas.
—¡Selahanllevado!
—¡Cabrones!
Krimmann notó que el cuerpo de Sleiter temblaba como si una poderosa corriente eléctrica lo
estuvieseatravesando.
FueenaquelmomentocuandolamacizasiluetadeMeisteraparecióenelumbraldelaalcoba.
—¡Konrad!
—¿Sí?
—Laporteraquierehablarcontigo…
—¡Vamos!
Abandonaronelpisoconlamismaprecipitaciónconquelohabíaninvadido.LosdosSAtuvieron
quecorrerparaalcanzaraSleiter,quebajabacomounloco.
Laportera,unamujervieja,conuncabellocanosoengreñas,seapoyabafilosóficamenteenla
escoba,alapuertadesucubil.
—¿Quéhaocurrido?—inquirióSleiterconunavozterrible.
—Selahanllevado.
—¿Loscomunistas?
Lamujerseencogiódehombros.
—¿Quécomunistasoquéniñomuerto?Losenfermeros,losdelhospital…
—¿Estáherida?¿Lahangolpeado?
—Nadie le ha hecho daño, señor Sleiter… Yo estaba barriendo el rellano… y noté que tosía
mucho… ya sabe que tengo la llave de su piso… y que usted me dijo que echase una ojeada a su
esposa…
—Sí,yalosé…siga,porfavor.
—Entré… y estaba muy mal…, con una tos desgarradora… yo intenté calmarla, pero no había
nadaquehacer…letendíunpañueloy,derepente,vomitósangre…
—Siga.
—Ellamemostróelteléfono,peronopodíahablar,yaquelatoslaahogaba…Creíquedeseaba
que llamase al hospital, pero ella quería llamarle a usted… Creo que hice bien, sin embargo…
vinieronconunaambulancia…yselallevaron…
—¿Aquéhospital?
—AlCentral…allíllamé…
—Gracias,muchasgracias…¡Vamos!
Salieron, ordenando a los hombres que subiesen al camión, que se puso en marcha
inmediatamente.
Segundaparte
Eltriunfo
«A partir de hoy, el Partido se ha convertido en el Estado. Todo el poder reside en las manos del
gobierno central. Hay que impedir que el centro de gravedad de la vida alemana se transfiera, de
nuevo,aterritoriosperiféricosoagruposparticulares.Elpodernoperteneceyaaningunafracción
territorialdelReichnianingunaclasedelanación,sinoalpuebloensutotalidad».
AdolfHitler
6dejuliode1933
I
—¡Felizañonuevo,amormío!
Tuvo que contener las lágrimas. Se mordió los labios, pero consiguió entreabrirlos para que
dibujaranlasonrisaquedeseabaqueellarecibieracomoelmásíntimodeloshomenajes.
—Igualmente,Konrad,cariño…
Dosmetrosmásallá,luchandotambiénconeldolorquelescausabalaescena,PaulKrimmanny
JosefMeister,sujetabanensusmanoslascajasconlosregalosquehabíancompradoaAnna.
Anna…
¿Quéhabía,enaquellacriaturayacienteenellecho,querecordasealaAnnadecincoañosantes?
Loshuesosdelacarasedibujabannetamente,consusfeasaristas,alzandounapielamarillentay
enfermizaenlaqueloslabios,blancos,exangües,teníanlaaparienciadeunaherida…
Loscabelloshabíanretrocedidoalolargodelafrente,queahoraparecíadescubiertacomolade
ciertas viejas; unos cabellos que habían perdido definitivamente el brillo de antaño, la suavidad
luminosadeotrora,labellezayfinuraquelesdieron,enotrotiempo,elaspectodeunaluminosay
maravillosaaureola.
Losojos,profundamentehundidosenlascuencas,parecíandospobresanimalesaprisionadosen
la jaula ósea de las órbitas, sin luz, medrosos, apagados, inquietos y asustados como los de una
ciervaacosadaporlosmastinesfuriosos…
—Prontoestarásbien,cariño.Elinviernopasará…yalllegarlaprimavera,nosiremosdenuevo
alamontaña,aaquellugar…
¿Cuántas veces había repetido aquellas mismas palabras a lo largo de los cinco años que ella
llevabaenelhospital?
Pero la primavera llegaba; subía desde el jardín que rodeaba al hospital el aroma fuerte de las
flores,queseibaintensificandoamedidaquelassemanastranscurrían.Yllegabaelverano,conese
dulcesopordelascosas.Yvolvíaaasomarelrostroamarillentodelotoño.
Ycaíanlashojasdelosárboles,enloquecidaseneltorbellinodelosprimerosvientos.
Yllegabaelinvierno;sepintabaelcielodegris,elaguacaíacomorayosminúsculos,azotando
lasventanasconunrepiqueteoobsesivo.
Ypasabanlosaños.
—¿Volveremosaaquelhotel,Konrad?
—¡Puesclaroquesí!Ytetenderásenlaterraza,alsol,frentealasmontañas…yyoestarésentado
atulado,comoentonces…
—Serámuyhermoso.
—Pasaremosunasvacacionesallí,tanlargascomoseanecesario…hastaqueterestablezcaspor
completo…
—Serámaravilloso.
La blanca figura de la monja apareció en el umbral. Miró unos instantes, acercándose luego al
lecho,juntoalqueSleiterestabasentado.
—Deberíadejarladescansarunpoco,señor.
—Sí,hermana,yamevoy…
Seinclinó,parabesarlafrenteheladadeAnna.Luego,incorporándose:
—Dejadlosregalosenlamesa…
—Yomismaselosdarédespués—dijolamonja.
—Gracias…volverédentrodeunpardedías…
—Comoquiera.
Sevolviódenuevo,sonriendoalpobreydemacradorostrodesumujer.
—Descansa,cariño…
—Gracias,Konrad…cuídate…
***
El Opel esperaba fuera, con un Rottenführer, cabo de las SA, al volante. Al verles salir, se
precipitó para abrir la puerta al Sturmbannführer que era ya Sleiter, cuya vertiginosa carrera, en
aquelloscincoaños,lehabíallevadoalgradodemayor.
Tambiénhabíanascendidosusdoscamaradas:PauleraunHaupstumführer,capitán,mientrasque
MeisterllevabalasinsigniasdeSturmführer,teniente.
Ocuparonlosasientosposterioresdelvehículo,mientrasqueelconductorregresabaasupuesto.
—Nohaynadaquehacer…—suspiróKonrad.
—Nuncahayqueperderlasesperanzas—dijoJosef.
Sleiterseencogiódehombros.
—Es inútil engañarse, Meister. Cada vez que he hablado con los médicos, me han dicho lo
mismo…denoserporlanaturalezafuertedeAnna,hacetiempoquehubiesedejadoderesistir.¡La
tisisnoperdona,amigomío!
—Esunamujermaravillosa—intervinoPaul.
Sleiterasintiótristementeconlacabeza.
—Tienesrazón,Krimmann…eslamujermásmaravillosadelmundo…perolavidalehanegado
todo.Apenasunoscortosmomentosdefelicidad…unmesalosumo…¡Todoesoporlaculpade…!
Joseftorcióelgesto.
—Yallegaráelmomentodeajustarlelascuentas,Konrad.Porelmomento,comootrosmuchos
puercos,seescudadetrás,deesemalditopartidoDeustch-National…ylasórdenesquetenemosson
derespetarlos…almenosporahora…
—Sonelloslosculpablesdetodo—dijoSleiter—.Desdequegobiernaladerecha,lascosashan
idodemalenpeor…nohaydineroenningunaparte…yelnúmerodeparadoshaalcanzadolacifra
deseismillones…
—Ylosrojosseorganizanparadarelgolpefinal—dijoJosef—.Todaslascélulascomunistasse
preparanparalagranbatalla.
Sleiterrechinódedientes.
—Latendrán,esagranbatalla…ymásprontodeloqueimaginan…yaeshoradequeajustemos
lascuentas,definitivamente,conesosbastardos…
—Llevanmuchotiemposinmeterseconnosotros—sonríoJosef.
—Estánpreparándose…—dijoSleiter—.Sabenqueelmomentodecisivoseacerca…hastaese
cabróndeOberfeinestátranquilito…
Torcióelgesto.
—Terminaremosconellosenpocosdías—afirmó—.Seráunalimpiezageneral…ynosolode
rojos,sinodetodalapandilladetraidoresquehancrecidoalasombradeesaputadeRepúblicade
Weimar.
—¿Ylosjudíos?—inquirióJosef.
—Esosnopierdennadaporesperar…suhorallegarádespués…desdeluego,nohayprisa…son
unapandilladecastrados,incapacesdedefendersecomolohacenlosrojos…
—Konrad…
—¿Sí?
—¿Siguessiempreconelasuntodelosburdeles?
—¡Qué remedio! Hay que buscar dinero donde sea… Anna me ha costado todo lo que he
sacado…peronomepesa:porlomenos,séquenolehafaltadodenada.
Meisterhizounosgestos,antesdedecidirseadecir:
—¿QueréisdejarmeenlaAlbertplatz?
Losotrosdossemiraronvelozmente,ySleiterasintió.
—Desdeluegoquésí…¡Rottenführer!
Elconductornovolviólacabeza.
—Loheoído,HerrSturmbannführer…Pararéallí.
—Bien.
Momentosdespués,Meisterdescendíadelcoche,alzandoelbrazoparadespediralosotrosdos
SA.
—Heil!
—Sigamos.
Konradesperóunosinstantes,antesdevolverseligeramentehaciasuacompañante.
—Porlovisto,vaenserio…
—Asíparece.
—¿Quiénes?
—¿Nolosabes?
—No,nuncamehepreocupadoporaveriguarlo.
—Esunchicomuyjoven…unScharführerdela13.ªTrupp…
—Ya.
—Llevancasiunañoliados.
—DeverasquenoentiendoaMeister.
—Jamássesintióatraídoporlasmujeres.Yonosabíanada,peropenséquealgunavezteníaque
ocurrir.
—Alláél.Despuésdetodo,noeselúnicocaso.
—Tienesrazón.Silegustanlosefebos…esasuntosuyo…pero…
—Pero…¿qué?
—Noquieroserindiscreto,Sleiter…peronosoyciego…¿sabesquellevascincoañossintocar
aunamujer?
—¿Yqué?
—¿Notepareceexcesivo?
—No. Y no tocaré a ninguna mientras Anna siga viva. Es una promesa que hice, aquella tarde,
cuandofuimosacasa,creyendoquelosrojoshabíanidoporella.
—Eresunhombreextraordinario.
—Nolocreas.Heestadomuchasvecesapuntodecaer…muycercadedejarmellevarporesa
debilidadnatural…peroheconseguidoresistirlo…
—Teadmiro.
Sleiteresbozóunasonrisa.
—Túsíqueeresdeadmirar…nuncatienesbastante,Paul…¿cómodiablostelasarreglasparano
pasarunasolanochesolo?
UnarisabrevebrotódeloslabiosdeKrimmann.
—Se ha convertido en una especie de costumbre, amigo mío… como alguien que tiene que
beber…yaséquepuedeparecertecurioso,tambiénamí,telojuro…perolanocheenlaqueestoy
solo,cosaquemeocurreenmuyrarasocasiones,nopuedoconciliarelsueño…
—¿Tienesquehacerelamorparadormir?
—Esoes.
—¡Formidable!
—Cosasdelavida…perodejaquetecuentealgo…¿sabesaquiénmeencontréenelburdelde
MadameSieglinde?
—Nuncafrecuentoesoslugares…yalosabes…
—Perovivesdeellos,¡granuja!
—Noexactamente…perosigue…
—Noloadivinaríasnunca.
—Nomegustanlasadivinanzas.
—EncontréalachicadeOberfein.
—¡No!
—Sí…yvolvíaacostarmeconella…hacambiadomucho.Eseestúpidodecomunistalaechóde
su lado… ella, según me contó, se fue a Colonia… intentó trabajar, pero ya sabes cómo anda el
trabajo…finalmente,sepusoahacerloenunadelascasasdeallá.
—Muyinteresante.
—Luegoleentrómorriña…yvinoaMunich…
—¿Noteguardarencorporloocurrido?
—¡Quéva!Sehaconvertidoenunafurcialamardeexperta…además,aunqueestémaldecirlo,
afirmóqueyoeraelhombrequemásplacerlehabíaproporcionado…yelprimero…
—¡Nocuentescamelos!
—Eslaverdad,Sleiter.Locreasono,aquellanoche,cuandolatoméensucasa,medicuentade
queeravirgen…
—Nopuedocreerlo…eseOberfeinnopuedesertanidiota…ytanburgués…justamentecuando
ellosafirmanhacerelamorlibre.
—Pueseslapuraverdad…yhaymásaún…ellasedecidióaacostarseconmigocuandotúmela
ofreciste,porqueestabahartadeinsinuarseasunovio…sinqueestelehicieraelmenorcaso.
—¡Es formidable! Aunque, en el fondo, nada me extraña de los comunistas… dicen que Stalin
estudióparacura…
—Son como curas, Konrad… igual… Stalin es el Papa de todos los comunistas… el cielo que
prometen es el comunismo… y los rezos son las consignas que respetan como si fueran nuevos
mandamientos…
—¡Quécosastienes!
—Me dijo también… que le gustaría verte… que te desea, ya que tiene que agradecerte el que
perdieralamolestavirginidad…¿porquénovasapasarunratoconella,amigo?
ElrostrodeSleiterseensombreció.
—Dejemoseso,Paul.Yatelohedicho:mientrasAnnaviva,notocaréaningunamujer.
II
AKonradleimpresionóeledificioocupadoporlosSS.Noporsuimportancia,yaquelaCasa
Parda era mucho más grande, sino por algo que flotaba en él, desde la puerta donde los dos
centinelasdelLeibstandart-SSAdolfHitlerparecíanfigurasdeceracuajadasenunainmovilidadcasi
mineral…
Mostrólaconvocatoriaaunodeloscentinelas,quienledirigióhaciaeloficialdeguardia,elcual
leacogióconunaciertafrialdad.
—Tenga la amabilidad de seguirme, Sturmbannführer —le dijo—. El Standartenführer le está
esperando…
¡Standartenführer!
NadamenosqueuncoroneldelasSS.
Sleiter no pudo por menos que sonreír al pensar en el Gefreiter (cabo) que era Kilian Lörzert
cuandoseconocieronenelfrentedelOeste.
Unsimplecabo,inferioraél,queeraObergefreiter,caboprimera…
ClaroqueHitlerhabíasidotambiénunsimpleGefreiter…
Subió la escalinata en pos del oficial de guardia, quien llamó a una gran puerta, que abrió
seguidamente,haciéndoseaunlado,altiempoquedecía:
—Puedepasar,porfavor…
—Danke!
Sleiterpenetróenundespachodedimensionescolosales,perotremendamentesevero.Detrásde
lamesa,enpie,enfundadoensuuniformenegrodealadecuervo,estabaKilian,unpocomásviejo
quelaúltimavezqueKonradlevio,perotantiesocomosiempre,conaquellamiradafría,naciendo
desuspupilasheladas,decolorazulclaro,casicomoeldeesosicebergsqueocultanelpeligrodesu
granmasasumergidabajolaaparienciadesimplesmontonesdehielo…
—¡Miviejoamigo!¡Pasa!
Saliódedetrásdelamesa,yendoalencuentrodeSleiter,cuyamanoestrechóconefusión.
—Teconservasbien,Konrad…aunqueveounpocodetristezaentusojos.
—Puedeser.Túestásmagnífico…
—Gracias…ven,siéntate…¿teapetecesaberalgunacosa?
—Saberelmotivodeestaconvocatoria.
UnarisabreveescapódeloslabiosdelSS.
—¡Siempretandirecto!Nocambiarásnunca,Konrad…miviejoamigodelastrincheras…¿un
cigarrillo?
—Bueno.
Fumaron,ensilencio,algunosinstantes.Ambosseobservaban,midiéndosecomodosgallosde
peleaantesdelcombate.Losdospensabanenlaluchaqueibaaentablarsedentrodeunosinstantes,
aunqueSleiterestuvieraenfrancainferioridad,yaquenoconocíalosmotivosdeaquellacita.
Casi habían pasado tres años desde la última vez en que tuvo ocasión de estar junto a su viejo
camaradadelfrente.
SiguiendoalFührer,atravésdelpaís,enelqueHitleribasembrando,discursotrasdiscurso,la
semilla del nacionalismo. Lörzert apenas si había pasado por Munich, la cuna del nazismo.
Ascendiendovelozmentedegrado,era,enlaactualidad,elsegundohombre,despuésdeSepp,enla
fuerza,cadavezmáspoderosa,delaunidadencargadadelaseguridaddelfuturoamodelReich.
—Sientolodetumujer…
Konradenarcólascejas,mostrandoasísusorpresa.
—¿Cómolohassabido?
Kiliansonriólevemente.
—Losétodo,Sleiter…espartedemimisión.Deverasquelosiento…hasdebidosufrirmucho.
—Menosqueella.
—Losé…notemuestrestanagrio.Comprendotudolor…ylocomparto.Locreasono,sigues
siendoparamíelcamaradadelaguerra.
—Gracias.
—Sihubierasabidoquenecesitabasalgo,mehabríaapresuradoaprocurártelo…peroeldinero
noestuproblema…
—¿Tambiénsabeseso?
—Sí.
—Nohicemásqueobedecerórdenes.
—Losé.
—De todos modos, ¿qué diablos me está ocurriendo? Estoy aquí con aire de pedir excusas,
cuandonadateimportaloquehagaodejedehacer…
Kilianfruncióelceño.
—Teequivocas…
—¿Túcrees?
—Sí, Konrad… la prueba es que estoy aquí, que te he rogado que vinieras, que deseo hablar
contigo…todoesodemuestraquesigoconsiderándotecomosiempre…quedeseotubien…
—Eres muy amable, pero ese tono paternalista no te va nada… ¿qué es, concretamente, lo que
quieres?
Kilianaplastóelcigarrilloenelcenicero.
—Lo pones muy difícil, Sleiter… aunque afortunadamente te conozco… y sé que tienes un
caráctermuyvivo…
Seechóhaciaatrás,apoyandosuestrechaespaldaenelrespaldodelsillónqueocupaba.
—QuisieraconvencerteparaqueingresarasenlasSS.
—¿Eraeso?
—Sí.
—Debeexistiralgúnmotivoimportantequetehayahechotomaresadecisión.
—Haymásdeunmotivo…
—¿Puedosabercuáles?
—Megustaríamuchoenumerártelos,peronopuedo,Sleiter…ycréemequelosiento…aunque
quizá mi deseo sea simplemente el de tenerte a mi lado. Sé lo que vales y el importante papel que
llegaríasajugarentrenosotros…
—MeencuentromuybienenlasSA.
—Losé,peroesoessecundario…
—Hayalgo,más,¿verdad?
—Esposible.
Konradseechóareír.
—Comosiempre,tegustanlosmisterios…eresunhombresibilino,Kilian…siemprelofuiste.
¿Por qué diablo no tiras tus cartas sobre la mesa? Tenemos suficiente confianza como para que
llamarlascosasporsunombre…
—Haycosasquenopuedocomentarconnadie.
—¿Niconmigo?
—Nicontigo.
—Bien… entiendo… No me tomes por tonto, amigo… huelo a una legua que has venido a
salvarme…ymepreguntodequédiablosquieressalvarme…
—Denada,detimismo.Obroporpuroegoísmo,Konrad…Conozcoloquevales…yporeso
queríaqueformasespartedelasSS.
—¿YporquénoseguirenlasSA?¿Hayalgunadiferenciaentreambas?¿Son…porcasualidad…
fuerzasantagónicas,rivales,enemigas?
—¡Deningunamanera!
Sleiterseechóareír.
—¡Viejo zorro! Sé que me estás tendiendo una mano generosa… pero también me huelo que
ocultasalgodemayorimportancia…
—Dejémoslo… si deseas seguir como estás, es asunto tuyo… Hablemos de otra cosa… ¿sabes
queseacercaelmomentoenqueHitlerseráinvestidoCanciller?
—Lo supongo, aunque me ha extrañado mucho que hiciera las paces con ese granuja de Von
Papen…
—Purapolítica.
—No soy un político, Kilian, sino un revolucionario nacionalsocialista… no entiendo nada de
sutilezasnidecomponendas…perositúlodices…
—ElviejomariscalnotardarámuchoennombrarCancillerdelReichanuestroFührer.
—Mejorquemejor…sobretodoparavosotros…yvuestrosamigoslosmilitares…
—¿SiguespensandomaldelEjército?
—No del Ejército, sino de sus jefes, de los prusianos, de los Junkers… de los amigos del
emperador,delosmonárquicos,delosburgueses,deloscapitalistas.
—Yaveolainfluenciaquelosdiscursosdetujefehanhechoenti.
—Roehmesunhombrehonesto…
—…yunhomosexual.
Sleiterseencogiódehombros.
—Nuncameatreveríaajuzgaraunhombreporlaclasedecompañíaquebuscaparalacama…
La intimidad no tiene nada que ver con los sentimientos, Kilian… yo tengo a un amigo, un
nacionalsocialista de los pies a la cabeza, un hombre valiente, generoso y de ideas puras… que
prefierelosjovencitosimberbesalasmuchachas…
—¿SabesqueelFührervaatomarmedidasdrásticascontralasperversionessexuales?
—No lo sé… pero si lo hace, tendrá que matar a muchos de sus colaboradores… Vivimos
tiemposturbios,viejocamarada…yloqueimportaessaberquiénvaalucharporelnazismo…y
quiénveenéllaposibilidaddeencumbrarse…deacercarsealfuegoquemáscalienta…
—¿Lodicespormí?
—No,porquesiasífuera,telodiríaalacara.Yameconoces…Noesmenesterrepetirunavez
másqueestoycontratodaformadeoportunismopolítico,contratodatergiversacióndelasideasdel
NSDAP ,contratodoaquelloqueintenteatentarcontraelpuebloalemán.
—Elpueblonoessolomasa…
—Sí,yasé…—sonrióKonrad.
Yagitandolevementelacabezadeunladoparaotro:
—Lamasahamolestadosiempreaciertotipodegobernantes,aunquehayasidograciasaellaque
hanaccedidoalpoder.LaHistoria,amigoKilian,estállenadeinjusticiasydetraicionesalamasa,a
laqueseleprometiólomejor.
ElSSenarcóelceño,mirandoasuamigocomosifueraaquellalaprimeravezqueloveía.
—No quiero suponer que estás criticando al Führer… —dijo con una voz que la cólera hacía
temblar.
Sleiterseencogiódehombros.
—¡Nodigastonterías!SitúhasdefendidopersonalmentelavidadelFührer,yoheluchadoporél
desdequeingreséenlasSA…
Yclavandosumiradaenladelotro:
—EsamíaquiennomegustatuactitudKilian…Notoleroquealguien,inclusotú,dudedemi
lealtadhaciaelFührer.Además,ahoramehacespensarenesoscomunistasdelRotFrontqueescupen
alacaraaquienseatreveacriticaraStalin.
—Notienegraciaquemecomparesconesagentuza,conesosbastardos…
—Tepicas,¿eh?Puestencuidadocontulengua…asínadietendráquedecirtecosasamargas…
Suspiró:
—Has cambiado mucho, pero no me extraña… Desde que perteneces a la Leibtandarte has
empezado a codearte con gente importante… has acompañado al Führer a todas sus visitas… y el
contacto con esa gente de categoría ha terminado por deformar tu óptica… la que poseías en las
trincheras…laqueposeíamoslosdos…Yoheseguidojuntoalpueblo,conlagentedeabajo,tanto
amigoscomoenemigos,delagentequesientelascosasconpasión,queesincapazdedominarsus
propiossentimientos,dedisimularloquedesean,loquequierenoloqueodian…
Siguiómirandofijamenteasuamigo.
—Esaesladiferenciaentretúyyo,Lörzert…ylomalo,sinquererlonidesearlo,esqueadivino
queelabismoquenosseparasevahaciendocadavezmásprofundo…
***
—«ElSeñorteacojaensuseno…Fuisteejemplodevirtud…ytodossentimosenlohondode
nuestrocorazónlapérdidaquesignificatumuerte,hermanaElisa…».
Juntoalatumba,Konrad,consuuniformedeSturmbannführer,mirabafijamenteelnegroataúd,
sobreelqueibaaserélquienecharalaprimerapaletadadetierra.Unpocomásatrás,igualmenteen
uniformedelasSA,estabanPaulyJosef,quehabíanacompañadoasuamigo.
—«Señor… ten piedad de tu sierva, Elisa Oremburg… ella te amó y respetó a lo largo de su
vida… y espera que le concedas el premio que ofreces a todos los que sufrieron en este valle de
lágrimas…».
LehicieronungestoaSleiter,quesebajóparacogerunpuñadodetierraquelanzóalfondodela
fosa.Leimitaronlosdemás:susdosamigosylavecinaquehabíavenidoaacompañaraElisaasu
últimoviaje.Luego,laspaletadassonaronlúgubremente,ylafosasellenóvelozmente.
Quitándoselagorra,conlaquesesecótorpementelasudorosafrente,eljefedelossepultureros
seacercóaSleiter.
—Comoleheprometido,señor,meocuparépersonalmentedequeseinstalelalápida…
—Bien…
Konradsacóunosbilletesdelbolsillo,queleentregóalhombre.
—Danke,meinHerr!
Volviéndose hacia sus amigos, Sleiter les hizo un gesto, se inclinó ante la amiga de su madre,
dirigiéndoseluego,conlosotrosdosSA,haciaelcochequelesesperabaalotroladodelaverjadel
pequeñocementerio.
ElRottenführermantuvolaportezuelaabierta,yendodespuésaocuparsusitiotraselvolante.
—Volveremosaestepueblo—dijoSleiterquehabíaencendidouncigarrillo—.Yosaseguroque
lapróximavezlopasaremosmejorqueahora…
—¿Terefieresaesetipodelquenoshablaste?—inquirióJosef.
—Sí.EljovenSchöredertienequepagarmeunacuentaatrasada.
Paulsevolvióhaciaél.
—Oye, Konrad… aquellos dos tipos que esperaban a la puerta de la casa, ¿eran qué…
exactamente?
—AgentesdeesecabróndeFritz…lacasalespertenece,yaquemipadretuvoquehipotecarla…
ofuemimadre…nolorecuerdobien…Nosepudieronpagarlosplazosdelahipoteca…peroese
hijodeperranoseatrevióaponeramimadreenlacalle…Ahoraquehamuerto,haenviadoalos
cuervos…
—Quevayacontandolopocoquelequeda—dijoPaul—.Deunmomentoaotro,Hindenburgva
atenerqueconfiarelpoderalFührer…yentonces…
—Esoesprecisamenteloqueestoyesperando…silascosassalencomopienso…
—¿Quéquieresdecir?
Sleiterseencogiódehombros.
—Nolosé,Paul…nolosé…estoyhechounverdaderolío.Yaoshecontadoloquediscutícon
Lörzert. No me gusta nada el sesgo que van tomando las cosas… y no me extrañaría mucho que
Hitler,unavezenelpoder,seasociaseconlagentuzaalaquehemoscombatidohastaahora…
—¿Estásloco?
—No, no lo estoy… ¿acaso no ha pactado con los ricos? ¿No ha tendido la mano para recibir
dinero de los poderosos industriales alemanes? ¿No sonríe a esos cabritos del Alto Estado Mayor,
que desean seguir mangoneando a su gusto en el destino del país… como han hecho desde hace
muchotiempo?
—Soncosasdelapolítica,Konrad.
—¡Una mierda! La política está en cumplir las promesas hechas al pueblo, con el que se ha
contado siempre… un pueblo que, en gran parte, y en lo que se refiere a las SA, se ha colocado
incondicionalmentealladodelarevoluciónnacionalsocialista…
Diounaprecipitadachupadaalpitillo,tirándololuegoporlaventanillaqueJosefhabíadejadoa
mediobajar.
—Ahoraquellegaelmomentodeajustarcuentas,yaveréisquevanafrenarnosentodaspartes.
Hubiera sido el momento, cuando Hitler acceda al poder, de liquidar de una vez toda la basura del
país,dehacerenAlemaniaunagrandiosalimpieza…
—Laharemos—dijoPaul.
—¿Deveras?
—Deveras—sonrióKrimmann—.Noqueríadecirtenada,Sleiter,porqueséloapasionadoque
eres…pero,comosabes,estuvelasemanapasadaenBerlín…
—Sí,yasé…vamosapreparareldesfilecuandoHitlerseaCanciller…
—Esoes.AllíestuvehablandoconalgunoscamaradasdelajefaturasuperiordelasSA…gente
quehablaconRoehmacadainstante.
—¿Y…?
—Todoestádispuesto,camarada…somosunbuenmontóndegente…millonesdeSA,dispuestos
atodoparaevitarqueelReichvuelvaalasandadas,queloscerdosquehanhundidoalaAlemania
vuelvanalevantarlacabeza…
—Esomegusta.
—Notepreocupes,Sleiter.Lafuerzaestáanuestrolado…Detodosmodos,nocreoqueHitler
vaya a cometer el incalificable error de ponerse en contra de las SA, con las que sabe que puede
contarhastalaúltimagotadesangre.
—¿YlasSS?
—Sonmuchomenosfuertesquenosotros.Yaséquesehansubidoalasnubes,querevientande
orgullo…especialmentedesdequeeseHimmlersehahechocargodeellas…secreensuperioresa
losdemás,superhombres…perosiseponentontos…notendremosmásremedioqueponerlesensu
sitio.
III
—Heil!
Kilian alzó el brazo, saludando a los hombres que, impecablemente formados, guardaban las
entradasdelOperaKroll,enBerlín.
Elcielo,enaquellatardedel21demarzode1933,eradeungrisplomizo,quehacíaresaltarcon
mayorfuerzalosnegrosuniformesdelasSS.
Momentos después de haber ocupado su sitio en el interior del lujoso edificio, tras haber
saludado a los oficiales y jefes de las SS, alzado ligeramente el brazo en dirección de los asientos
ocupadosporlasSA,Kilianvioentrar,altiempoquetodosseponíanenpie,aHermannGöering,
quienllegabaparaabriroficialmenteelnuevoperiodolegislativo.
—Heil!Heil!
—Sieg!Sieg!
Los estentóreos gritos de los miembros del Partido, de las SA y de las SS ensordecieron el
ambiente.Guirnaldasybanderasadornabanelinterioryelexteriordeledificio.
La presencia de miembros de otros partidos pasaba verdaderamente desapercibida, y cuando
Göeringsubióalaentrada,pudopercatarsedequelafuerzaestabadesulado.
Habíallegadoelgranmomento.
AlosojosdeLörzertlascosastranscurríantalycomoélhabíaprevistoenlososcurosañosdela
luchaenMunich.No,nosehabíaequivocado.Desdeelprincipio,desdequepasóaformarpartedel
grupodehombresdecididoscuyamisiónerapreservarlavidadeHitler,comprendióqueelfuturo
FührereraelhombrequeAlemanianecesitaba.
Le gustó el realismo político de Hitler, su visión del futuro, y especialmente aquella
determinaciónquelehacíanosepararjamássuvistadeáguiladelobjetivofinal.
La llegada, momentos después, de Adolf Hitler, hizo estallar la sala en una ovación sin
precedente.Hitlerfueaocuparsusitio,ytrasunossegundosdesilencio,Göeringsepusoenpie.
—Ha llegado el momento —rugió Hermann— de decir las cosas por su nombre. De aquí va a
salir,nolodudo,lanuevaAlemania,elcomienzodeunReichpoderoso,deunapatriaquevolveráa
serloquesiempremerecióser…
»Desdeelfinaldelashostilidades,nuestropaíshaestadoenmanosdegentequenocomprendía
enabsolutolosdeseosdelpuebloalemán…
»Gente de toda clase: traidores que volvieron la espalda a los deseos del pueblo, incapaces y
cobardesquenosupieroncomprendercuálerasudeberentanamargosytristesmomentos.
»AlinstaurarladesdichadaRepúblicadeWeimar,llegamosalomásprofundodelabismo,enque
laincapacidadporunaparteylacobardíaporotra,hansumidoanuestroamadopaís.
»Esposiblequealgunoshablendevictorias,alreferirsealasactividadesdeciertosdiplomáticos.
Yhablo,porunlado,delseñorStresemannysusactividadesenLocarnoy,porotro,delseñorVon
PapenysustrabajosenLausanne…
»EsciertoqueambosseñoreshanconseguidoanularelcriminalimpuestodelasReparacionesde
guerraylaevacuaciónanticipadadelaRenania…
»Pero…yopregunto,¿esesobastante?
—Nein!—gritaronlosnacionalsocialistas.
—Alladodeesospequeñoslogros,ysindespreciarlos,estánlastristesrealidadesdeunpaísque
seencuentraenelpuntomásbajodesuhistoria.
»Los veintitrés gobiernos que nos han precedido, desde el Armisticio, nos dejan el hermoso
regalodesuincompetencia…nuestraeconomíasufrehoy,nimásnimenos,quedeundéficitdesiete
milmillonesdemarcosoro…ynoquedan,enlascajasdelReichsbankmásquecuatrocientostreinta
ynuevemillones…mientrasque,ademásdeldéficit,nuestradeudaexteriorasciendea…diecisiete
milmillonesdemarcos…
»Tenemosactualmentemásdeseismillonesdeparadosycientosdemilesdefamiliasnotienen
nadaquellevarsealaboca…
»Lasestadísticasoficialeshablandequeenelperiodoquevadesdejuniode1919hastaenerode
esteaño1933,224900personassehansuicidado,desesperadaspornopoderprocurarselonecesario
paracomeryseguirviviendo…
»¡Esaeslaherencia,señores,quenoshalegadolaincapacidadylatraicióndegentequeosaaún
llamarsealemán!
Unrugidodecólerasacudiólasala.
—Desdehacedosaños—prosiguiódiciendoGöering—,loscancilleresdeestedesdichadopaís
nohanconseguidogobernarmásqueaplicandoarajatablaelartículo48,quelesconcedelosplenos
poderes…pero,nisiquieraechandomanoaeseremedio,hanconseguidonadapositivo…
»Además,elpaísestádivididoenveintidósEstados,sinsentidoalgunodeunidad,luchandolos
unoscontralosotros,contribuyendocriminalmenteaquelaHistoriaentierreparasiempreeldeseo
detodobuengermano:launidaddelaGranPatriaalemana…
Unnuevosilencio;luego:
—Ahora,lascosasvanacambiar…elnuevocanciller,AdolfHitler,hapresentadounproyectode
ley encaminado a solucionar todas esas tareas que hemos heredado de un periodo político nefasto
paralapatria.
»Hallegadoelinstantedeponeravotacióneseproyecto…peroantesdeseocederlapalabraal
nuevocanciller…
Una selva de aplausos hizo vibrar el local. Hitler, que se había puesto en pie, esperó a que el
silencioserestableciera.
—El número de diputados de los que el gobierno dispone —dijo— podría hacer obvia esta
votación.Noobstante,elgobiernodeseaespecialmentequeledeisunaaprobaciónporvuestrovoto
claroeinequívoco.ElgobiernoofrecealospartidosdelReichlaposibilidaddeunacolaboración
pacífica.Peroestádispuestoahacerfrenteaunanegativayalashostilidadesqueresultaríandeella…
Unacortapausa;después,convozfirme:
—Estáensusmanos,señoresdiputados,escogerentrelapazylaguerra…
Sevioenseguida,yestolopercibióLörzertcontodaclaridad,queelcentroibaainclinarseante
Hitler.
Yasífue.
Apesardelaoposicióndelossocialdemócratas,lanuevaleyfueaprobadapor441votosafavor
y94encontra.
Una vez realizado el escrutinio, Hitler, visiblemente satisfecho, se volvió hacia los escaños
ocupadosporlosquesehabíanopuestoalaley.
Ymirandoconfijezaalosdiputadossocialistas,lesdijo:
—Ahoraqueyanoosnecesitarémás…¡podéisiros!
LaRepúblicadeWeimaracababademorir.
Yunhombre,antiguoGefreiterdel XVIRegimientodeInfanteríabávara,acababadecumplirel
juramentoquehizoel11denoviembrede1918:
AdolfHitler.
ElTercerReichacababadenacer.
***
—¡Paraunmomento!—exclamóJosef,yvolviéndosehaciaSleiter—.¿Noteimporta,verdad?
Konradsonrió.
—No… tenemos tiempo… pasaré por el hospital a primera hora de la mañana. No quiero
molestarenplenanoche.
—¡Gracias!
MeistersaltódelOpel,acercándosealgranbraserocuyasllamassereflejabanenlasfachadasde
losedificiosdelaplaza.
—Hadebidoverle…—dijoPaulconunasonrisa.
—¿Aquién?—inquirióSleiterquepensabaenotracosa.
—ARupert…
—¿Rupert?
—Sí,hombre,sí…¡parecestonto!RupertKoppen…suamigo.
—¡Ah!
—Noloconocías,¿verdad?
—No.
—Yosí…mira,esaquelaltoyrubio…unchicomuyguapo,¿no?
—¡Veteapaseo!
—LaverdadesqueRupertpareceunachica…yolovi,hacedossemanas,enelgimnasio…tiene
uncuerpoblanco…delicado…conunapielcomoladeunamuchacha…
—¡Basta!Yasabesquenomegustainterferirenlavidadelosdemás…perosobranlosdetalles…
Estaeslaquintahogueraquevisitamos,¿no?
—Exactamente.
—Estánquemandomillaresdelibros.
—¿Teduele?
Sleitersonrió.
—¡Nodigastonterías!Loqueocurreesquenuncatuvemuchoslibros…demasiadocarospara
comprarlos… y, lo quiera o no, me hace sentir una cosa rara verlos arder por millares… pero
comprendo que toda esa basura debe desaparecer, ya que lo que esos libros contienen ha hecho
muchodañoalosalemanes…
—Asíes…librosescritoporjudíos,pordegeneradosburgueses…porcatólicos…¡Purabazofia!
—LoschicosdelasHitlerjugendloestánpasandodemiedo…
—Yhaciendoeltonto.Saltansobrelasllamas…ycomohasvisto,yahaymediadocenaquehan
tenidoqueserllevadosalhospital…
LaúltimapalabrahizoqueelrostrodeSleiterseensombreciera.
—Perdona…—seapresuróadecirPaul.
—Noimporta…lapobreestámuymal,cadavezpeor.¡Malditasea!Hubiesedadocualquiercosa
porqueestuvieseamilado,enestosdíasdevictoria…
—Nopiensesmás…yotambiéndaríacualquiercosaporsalvarla…
—Gracias.
—Esunamujerextraordinaria,Konrad…unacriaturaquesehacequerer…perodejemoseso…
¿SabesquetenemosquesubiraBerlíndentrodeunosdías?
—Sí.
—Vaasermaravilloso…undesfilecomonuncasehabrávisto…Vamosahacertemblarelsuelo
delascallesdelacapital…
—LoquemealegraesqueAlemaniasehasalvado.
—Y que la limpieza, la seria, la de verdad, va a empezar… ya has oído la radio… Hitler va a
quedarse solo en el Reichstag y en cuanto declare fuera de la ley a los demás partidos… ¡la caza
empezará!
—Novaaquedarniungerifalte…yempezaremosporloscomunistas.
—Desdeluego…recuerdoaOberfein…debeestarocultocomounarataasustada…
—Déjale…prontollegarásuhora…yladelosdemás…
—¿PiensasenSchöreder?
—Sí,Aesepájaroleajustarélascuentaspersonalmente…esasuntomío,Paul…
—Tecreo…mira,aquívuelveMeister.
Josefsubióalcoche;enarbolabaunaexpresióndefelicidadcompleta.
—Esunespectáculomaravilloso—dijo.
—¿Lasllamas…oRupert?—inquirióPaulconsorna.
—¡Vetealinfierno!—rióJosef.
—Sigamos —ordenó Sleiter al Rottenführer—. Vamos a visitar de nuevo las otras hogueras…
tenemosquehaceruninforme…yevitarqueesoslocosdelasJuventudesHitlerianassequemen…
***
Elalbapusoenlanegruradelcielounaaureolagris,triste,suciacomountrapomallavado.En
las plazas de Munich, como en el de todas las ciudades alemanas, las pavesas se arremolinaron,
levantadas por el viento, volando hacia las fachadas de las casas, y quedando únicamente entre las
cenizaslasgruesastapasdeloslibrosqueelfuegonohabíaconseguidoconsumir.
Quedaban también, en las tapas medio lamidas por las llamas, nombres de fama universal:
directoresdeorquestaycompositorescomoVierteiyLanz;psicólogoscomoWertheimer;pintores
como Grosz, escritores como Mann y Zweig; filósofos como Bloch y Goldstein; físicos como
Einstein.
Dieronunavueltamásalascallesdesiertas;estabancansados,hartosdegritosysaltos.Ahoraque
losjóveneshabíanregresadoasuscasas,conlosrostrosylasmanostiznados,losojosaúnbrillantes
delreflejorojizodelasllamas,lostresamigossedejabanllevarporelcrecientesopordelashoras
develaydetensión.
—Sinoosmolesta—dijoJosef—,yoquisieradescansarunpoco…dejadmeencasa,porfavor.
—Desdeluego.
PaulmiródereojoaMeister;adivinabaqueeljovenRupertdebíaestaresperándole,ymaldijoel
haberperdidoaquellanochesinpasarunratojuntoaunahermosamujer,delasquefrecuentabaen
losburdeles.
—Yotambiénmevoyacasa.
Sleitermiróporlaventanillaelgrisysucioaspectodelascallesdesiertas.
—Rottenführer…
—¿Sí?
—Llevemosacasaaestosdosamigos…luegomeconducirásalhospital.
—ZuBefehl,herrSturmbanfiihrer!
—¿Quieresquemequedecontigo?—propusoKrimmann.
—Noesnecesario.
—No importa nada que no duerma… en realidad, ya sabes que no conseguiré conciliar el
sueño…
—Esigual,Paul.Teloagradezcodenuevo…perolaverdadesqueprefieroirsolo…estavez.
—Comoquieras.
IV
Lo leyó en los ojos del médico, pero se negó a admitirlo, y sabiendo perfectamente que su
preguntaeratanvanacomoinútil,lahizo:
—¿Cómoestá?
Eldoctorparpadeó;enelfondodesuspupilas,latristezapusonotasgrises,apagadas,ycuando
suslabiossemovieron,habíauntemblorenellosquedabanlajustamedidadesupena:
—Hamuerto…
UnbrevesuspiroescapódeloslabiosdeKonrad.
—¿Cuándohasucedido?
—Anoche…alasdoce…
Mentalmente,Sleiterpensóenloqueestabahaciendoaaquellahoraprecisa,perosusrecuerdos
eran demasiado vagos para proporcionarle una idea concreta. Debía estar recorriendo la ciudad o
detenidoanteunadelasnumerosashoguerasquehabíanardidodurantelanoche…
—¿Sufrió?
Elmédicomoviónegativamentelacabeza.
—No…nada…expirócomounpajarito…seextinguiócomolallamadeunavela…
—¿Puedo…verla?
—Sí.Lahemosdejadoenlahabitación,pensandoqueustedvendríaaverla…Anochellamamosa
sucasa…yalcuartel,peronosdijeronqueestabadeservicio.
—Escierto.
Hubo un corto y denso silencio. El médico se quitó las gafas, limpiando los cristales con un
pañueloquesacódeunodelosbolsillosdesubata.
—¿Preguntópormí?
Eldoctoralzóhaciaélsuspequeñosojosmiopes,conunaluzdistraídaenlaspupilas.
—No…esdecir,sí…lohizodurantelasúltimashorasdelatarde…luegoentróenunestadode
semiinconsciencia…perdiócontactoconelentorno…era…comosiyaestuviesemuerta…
—Entiendo.
—Fue una mujer muy valiente, ya que sabía, desde hace mucho tiempo, que no tenía salvación
posible.
—Permitaquelavea,doctor.
—Sígame.
***
Alterminardeescribirlanotadeservicio,KilianLörzertalzólacabeza,sonriendoasuayudante
decampo,elHauptsturmführerHeinzRademann.
—Tendremosquesoportarlosaúnunavezmás.Heinz,amigomío…aquíestánlasinstrucciones
paraelviajedelFühreraMunich.
—Todavíafaltamuchotiempo…
—No importa. El Reichsführer desea que todas las medidas de seguridad se tomen, sin faltar
una…aunque,comopodrásverenunodelosanexos,seordenaalasSAqueterminendeunavezcon
lapesteroja.
—DebieranhaberhecholoquehemosllevadoacaboenPrusia.
Kilianseencogiódehombros.
—Soy de Baviera, Heinz, pero me siento completamente extraño a aquella región… Aquí, en
Berlín,heaprendidomuchascosas…
—Yyo,micoronel…sobretodoaquellacélebrenoche…del22defebrero.
—¿Cómo olvidarlo? Tuvimos que trabajar como topos, pasando hasta el interior del Reichstag
paraprenderlefuego…
—… y al acusar a los comunistas de ese incendio, conseguimos lo que deseábamos: ponerles
fueradecombate.
—Lindos recuerdos, en verdad… pero vayamos a lo nuestro. Hoy se ha cursado la orden de
terminar para siempre con lo que queda de la peste roja… y no solo los comunistas, sino los
socialistas…HayquelimpiarAlemaniadeesaporqueríalomásrápidamenteposible.
—¿SonórdenesexclusivamenteenviadasalasSS,micoronel?
—No.VamosadejarqueseanlasSAquienesliquidenelasunto.Despuésdetodo,¿nopresumen
deserlavanguardiadelnacionalsocialismo?
—Escierto.
—Quetrabajen,entonces…mientraspuedan.
Rademannmiróinterrogativamenteasusuperior.
—Vanmallascosas,¿verdad,Standartenführer?
—¿Cómo quieres que vayan, amigo? Roehm no para de vomitar amenazas… en cada discurso,
ataca al Führer, más o menos veladamente, aunque la verdad sea dicha… no tiene pelos en la
lengua…
—¿Lehasoídoalgunavez?
—Unasola,señor.Ymedioasco…
—Es diabólicamente peligroso… tiene, no hay que olvidarlo, millones de SA, locos fanáticos
comoél,asulado…
Lanzóunsuspiro.
—El Führer tiene mucha, muchísima paciencia… Le apena tener que enfrentarse a uno de los
pocoshombresqueletratandetú…
—¿Roehm?
—Sí.SetuteandesdelostiemposdeMunich…
—¿Ycómohapodido?
—La ambición, Heinz. He ahí la clave del misterio… y una idea equivocada de lo que es la
realidadalemana.Roehmexigeunarevoluciónquenotienenadadenazi…ymuchodesocialista…
habladesuprimiralcapital,dedistribuirfábricasytierras…
—HubieradebidoirseaMoscú.
—No,esono…Ernstnoescomunista,yaqueloquepiensahacernotienemáslímitesquelosdel
Reich… es un nacionalista, de eso no hay duda… pero un nacionalista equivocado… y demasiado
poderosoparaqueelFührerpuedadormirtranquilo…
—Entonces…
—Noprecipitemoslascosas.Rademann…porelmomento,esperemosladesaparicióndetodos
lospartidospolíticos,excepto,naturalmente,elNSDAP …
—¿Tambiénvamosaatacaralosdederechas?
—Sí. El Deustch-National y ese estúpido de Hugenberg, su jefe, ya están, virtualmente
eliminados…Porotraparte,laformaciónderechistadelosStahlhelm,losCascosdeAcero,hasido
incorporadaalasSA.
—¿YporquénoalasSS?
—¡Deningunamanera…!NosotrosnoqueremosmezclasHeinz…somoslapurezadelaraza,la
élitedelnacionalsocialismo,losguardianesdelFührerydelReich.
—¿Ylacamarilladegenerales?
—No hables como un SA… el Ejército es algo que Alemania necesita… Hitler tiene razón al
afirmarquesinél,elReichnopodrállegarnuncaaalcanzarlosobjetivosquehadecubrir.
»No se puede formar un grupo de generales, jefes y oficiales, en poco tiempo, Rademann…
seríannecesariosaños,muchosaños,ynosotrosnodisponemosdetantotiempo…
—Entiendo.
—Pero, no obstante, al lado de esa camarilla, como tú la has llamado, estamos nosotros… que
pronto formaremos un Ejército SS, cuya misión será demostrar al Alto Estado Mayor que no se
puedejugarconlasórdenesemanadasdelFührer.¿Loentiendes?
—Perfectamente.
Kilianalargólamano,cogióuncigarrillo,inclinándosehaciaadelantepararecibirelfuegoque
suayudanteledaba.
Soltóunabocanadadehumo.
—¡Elpobreidiota!
—¿Dequiénhablausted,coronel?
—Deunamigomío…untalSleiter…unviejocamaradadelfrente…
Esbozóunasonrisa.
—ElObergefreiterKonradLudwigSleiter…¡Casinadie!Elmismodíaenqueleconocí,medi
cuentadequeeraunhombreexcepcional…
»Dos veces me salvó la vida… dos veces, demostrando que era un hombre de verdad. Y no he
podido olvidarlo, a pesar de que ese animal es, además de valiente, el peor cabezota que me he
echadoalavistaentodamivida.
—¿Dóndeestáahora?
—EnMunich.EsunSA,unhombreimportante,unSturmbannführer…perotanenvenenadopor
laslocasideasdeRoehm,comolosdemásSA.
—¿Haintentadoustedquevinieraconnosotros,señor?
—¿Que si lo he intentado? ¡Pues claro que sí! Mi error, en los viejos tiempos de lucha, fue no
incorporarlealasfuerzasdeproteccióndeFührer…dejandoquefueseaecharseenbrazosdeesas
malditasSA.
—TendráustedocasióndevolveraverlecuandovayamosaMunich,conelFührer…
Lörzertlanzóunsuspiro.
—Seráinútil,Heinz…túnoleconoces…estestarudocomounamula…yahoraestáamargado…
sumadrehamuerto…ytambiénsuesposa…
—¿Estácasado?
—Sí,conunamujerverdaderamenteextraordinaria…yofuialaboda…ytambiénelFührer…
¡aquellosviejostiemposenquetodosparecíamoshermanos!
Aplastólacolillaenelcenicero,altiempoqueseendurecíasurostro.
—Queesosmensajessetransmitaninmediatamente,Haupsturmführer.
Heinzsepusorígido,alzóelbrazoderecho,gritandoconfuerza:
—ZuBefehl,herrStandartenführer!
***
La mujer atravesó la calle oscura. Miró por encima de su hombro. Había dado un gran rodeo,
paraevitarquelasiguiesen.
No era que temiera nada, ya que estaba lejos de toda sospecha; al contrario, su posición en la
ciudaderainmejorable,peroprecisamenteporesonohubierasidobuenoquelaviesenencompañía
delhombreconelqueibaareunirse.
Había sido hábil, muy hábil, y ahora se alegraba del cambio de personalidad que había hecho
posiblequeascendiesevelozmentedesdelaposiciónhumildedesufamilia.
Podían considerarla como ambiciosa y carente de escrúpulos, pero había pasado demasiada
hambre,viviendoenlamiseria,yestabahartadesufrir.Poresosedeterminóaromperlabarreraque
suorigenpobrelevantabaasualrededor.
Antesdetomarunadeterminación,hizoqueelhombrealqueibaaversupieradeella.Loconocía
losuficientecomoparatemerquenodesearaverla.
Perohabíaaccedidoyesoeraloqueimportaba.
Avanzó por la calle, con cuidado. No sabía en qué portal podría estar escondido. Por eso
disminuyópaulatinamentesuspasos.
—¡Eh,aquí!
Se quedó inmóvil, volviendo lentamente la cabeza. Apenas distinguía la mancha clara de un
rostro,ladelhombreescondidoenelprimerportaldeladerecha.
—¡Walter!
—¡Klara!
Se abrazaron, y ella sintió el cuerpo trémulo de él junto al suyo. Entonces, ahora podía
permitírselo,dejóquelaslágrimascorrieranlibrementeporsusmejillas.
Loapartódesí,mirándoloalaluzlejanadelasestrellas.
—Walter…hermanomío…¡cómohasenvejecido!
—Noteextrañe,Klara…pasamosmalostiempos…
—Losé.
—¿Ytú?
—Estoymuybien…nomefaltanada…ymerespetancomonuncalohizonadie.Aunque…sé
quetúnoloaprobastenunca…
—¿Qué importa lo que yo piense? Ahora, en estos momentos, me alegro que tomaras ese
camino…porlomenos,séquevasaseguiraquí…cuandoyoyanoesté…
—¡Nodigasbobadas!¿Porquécreesquehevenidoaverte?
—Nolosé…deveras…cuandomelodijeron,estuveapuntodedecirqueno…
—¿Habríassidotandurocontupropiahermana?
—Nolosé…quizá,siviviésemoscomoantes,nohubiesequeridoverte…peroahora,yanada
importa.
—¿Porquétemuestrastanpesimista?
—Porquehedeserlo:másquepesimista,realista…Hanvencido,Klara…sonlosamos…ysolo
esperanelmomentoadecuadoparaacabarconnosotros.
—Losé.
—¿Sabestambiéncuándoserá?
—Sí.
—¿Cuándo?
—Mañanaporlanoche.
Élsecalló,perolasmanosqueteníaenloshombrosdesuhermanaletransmitieroneltemblor
quelacóleraponíaensucuerpo.
—¡Malditosbastardos!Pero…quenocreanquenosdejaremosmatarcomoborregos…tenemos
armas…
—No,Walter…túereselúltimoOberfeinquequeda.Noquieroquemueras.
—Noveootrasolución.
—La hay. Yo puedo ayudarte, esconderte en mi propia casa… nadie pensará que te encuentras
allí…
Oberfeinseseparóbruscamentedelamujer.
—No,Klara…nopuedohacerlo…Tengoquequedarmeconmiscamaradas…morirasulado…
sinolohiciera,nomeloperdonaríanunca…
—¡Noquieroquemueras,Walter!
Seacercódenuevoaella,besándoladulcementeenlasmejillas.
—Nopiensesmáseneso,Klara…
—Quieroayudarte.
—¿Deveras?
—Sí,hermano…lodeseocontodamialma—dijoellaconelcorazónllenodeesperanza.
—No,noesloquepiensas.Mequedaréaquí,Klara,enmisitio.Pero…siesverdadquedeseas
hacermeunfavor…
—¡Loquequieras!
—Entonces…escucha…túnohasvueltoasabernadademí,peroyo…queríaaunamujer…
—Esosíquelorecuerdo.Laqueríasdesdequenoerasmásqueunniño…¿Noterefieresa…?
—¡No la nombres! Me traicionó, pero la culpa de todo la tuvo un hombre… pero no el que la
poseyóantemispropiosojos…
—¡Oh!¿Hicieroneso…?
—Sí.
—Eshorrible.
—Dejaeso…siesciertoquedeseashaceralgopormí…¡buscaaesehombreyvéngame!
Ellasecallóunosinstantes.
—¿Cuálessunombre?
—Sleiter,KonradLudwigSleiter.
—¿Quées?
—UnSA…Sturmbannführer…
—Bien.
Éllacogióporlosbrazos.
—¿Lobuscarás?
—Sí,Walter.Teloprometo.
Laabrazóconfuerza.
—¡Gracias,hermana!
—Walter…
—Sí.
—Venconmigo…podemosbuscarjuntosaesehombre.
—No, Klara… me quedo… dame un beso… y gracias… Ahora, ya puedo morir tranquilo.
Despuésdetodo,eresunaOberfein…yllevasmisangreenlasvenas…
V
—¿Dóndeestoy?
Intentabaemergerdeaquellaespeciedenieblaque,estabaseguro,nopodíallegarlemásalládela
cintura.Enelconfusomundodesuspensamientos,seveíaenunaanchavereda,conaquellabruma
atadaalosmuslos,comosiarrastrasetrassílargospañuelosdeuntejidotandébil,peroalmismo
tiempotanextraordinario,quesedesgarrabapararehacersecasienseguida.
Lasenda…sepreocupabacadavezmásporsaberloquehabíaalfinaldeaquellacalledearena,
bordeadaporaltosytiesosárboles.
—¿Dóndeestoy?
Ahoralasgasassubieronporsucuerpo,dejandounrastrohúmedo,paraterminarapresándolela
cara.Yalgoaúnmáshúmedo,omuyparecido,seposóensuboca.
—¡Puah!
Moviólosbrazos,intentandodesembarazarsedeaquellaextrañacosa,ysusmanosencontraronla
carne firme de un cuerpo, la curva ampulosa de unas caderas, las semiesferas turgentes de unos
pechos…
Pudocomprobarquehastaaquelmomento,habíatenidolosojoscerrados;alabrirlos,comprobó
queestabaechadoenunacama.
Nadadeveredaarenosa,deárbolestiesosnibrumapegajosa.Lamujerestabaasulado,tendida
cuánlargaera,completamentedesnuda,conunosgrandesojosfijosenél.
—¡Creíquenoibasareaccionarnunca!Yateibaadejar…porimposible.
Poco a poco, las piezas del rompecabezas empezaron a colocarse en el confuso magma de su
concienciareciénrecuperada.
—¿Dóndeestoy?
—Enunburdel.
Mirabaalamujer,peroaúnteníadificultadenlavisión,ynopercibíadeellamásquelamancha
claradelrostroconlaszonassombreadascorrespondientesalosojos,yotra,ladesuboca,cuando
ellamovíasuslabios.
—¿Quiénmehatraídoaquí?
—Tus amigos… No debí hacerles caso… llevo más de una hora intentando que reacciones…
teníaganasdeti,peromeloestáshaciendosudar,Sleiter…
—¿Meconoces?
—Claro…ytúamí…¿oesquehasperdidotambiénlamemoria?
—¿Porquédicestambién?
Ellaseechóareír.Surisaeraclaraybastanteagradable,peroleparecióaKonradcomosicada
modulaciónseclavaseensudoloridocerebro.
—Dejadereír,porfavor…meestallalacabeza…
Perdona.Llevabasencimaunamerluzademiedo…unacurdafenomenal…jamáshabíavisto,en
mivida,aunhombretanborrachocomotú…
Élsellevólasmanosalassienes.
—Sí…bebímucho,aunqueapenaslorecuerdo…Loqueséesquenofuecerveza…lacervezano
mehahechodañonunca…
—Debistebeberalgomásfuerte.Claroqueescomprensible…
—¿Porquéloes?
Ellaseencogiódehombros,comoquitandoimportanciaaloqueacababadedecir.
—¡Bah!,tonteríasmías…anda,tehepreparadotodoparaqueterecuperes…vamosaladucha…
luegotomarásunpocodecafé…
—Sí.
Le ayudó a incorporarse, llevándole al cuarto de baño. Lo puso bajo la ducha, ocupándose
personalmente de abrir alternativamente los grifos de agua fría y caliente, enjabonándolo luego,
antesdequeacabaselasesióndehidroterapia.
Alcabodepocosminutos,Konradseencontrabacomonuevo,aexcepcióndeunpésimosaborde
boca.
Saliódeladucha,cogiendolatoallaqueellaletendía.
—Eresmuybuena,Erika…
—Ya veo que me reconoces… ¡Granuja! ¿Sabes que desde aquella famosa noche he pensado
muchoenti?
—Sientodeverasloqueocurrió…
—¡Nodigasmemeces!CreíaquePaultehabíacontadoloqueledije…
—Lohizo.
—Entonces; ¿a qué vienen esas lamentaciones? Me hiciste un favor, Konrad… eso es todo.
Vosotros,loshombres,nopodéisimaginarloquelavirginidadpuedepesaraunamujer…¡yoyano
podíamás!
—YocreíaqueWalter…
—¡Bah! Todo el mundo lo creía… pero Oberfein es un apóstol… un santo del Partido. Un
hombrepuro,sintacha,incapazdetomaraunamujersinhaberleentregadoacambiolaseguridadde
unanillodecompromiso…
—Esomeparecebastanteburgués.
—Yloes…comoél,apesardesuspalabrasydesufeenelPartido…
Élledevolviólatoalla,yErikasequedómirándole.
—¿Sabesqueestásmuybienhecho,Konrad?
—Bobadas…
—Desde que te vi, supe que eras un hombre de los pies a la cabeza… y yo no me equivoco
nunca… por eso he pensado tantas veces en ti… Las circunstancias, cariño… —repuso ella con un
tonocínicoenlavoz—.Nomegustapensarenello…anda,vamosalacama…creoque,despuésde
loquehehechoporti,merezcounabuenarecompensa…
***
—Estássudandootravez,Fritz…
Schöredercerrólosojos,sintiendoquetambiénsuspestañasestabancargadasdeaquelpegajoso
ydesagradablesudorquecubríasucuerpo.
Greta,sumujer,sentadaenellecho,lemirabaconatención.Pordebajodeltejidodelacamisa
queellallevabapuesta,lossenos,grandesypesados,caíansobrelosplieguesdelvientre.
Lasdosmaternidadesyelabortoquehabíatenidoentrelosdosniños,habíanestropeadoenpoco
tiempo el cuerpo de Greta, aunque era posible que los efectos morales hubiesen contribuido tanto
comoladeformaciónhabitualenlasmultíparas.
Losojosdelamujerestabancargadosdeodio.
Ydedesprecio.
Así lo decía la sonrisa que entreabría sus labios, en los que aún había la huella del pintalabios
rojoqueellaseponíaparaacicalarse.Unasonrisaquemostrabasusatisfaccióndeveralhombreque
tantodañolehabíahechopresadeunterrorindecible.
Lahabíatratadocomoaunanimal,sirviéndosedesucuerpo,alprincipiodelmatrimonio,como
lohacíaconlasfurciasquesellevabaaunadesusnumerosascasasdelpueblooaalgunadeMunich.
Nuncaseocultóparaengañarla;muyalcontrario,paseabaasusamantesalairelibre,enpleno
día,enalgunodelostresautomóvilesqueposeía,vanagloriándosedesumaneradeser,orgullosode
llevarsiempreasuladoajóveneshermosasdelasquedisponíaasucapricho.
Ellahabíasufridoensilencio,comprobandocómosuhermosocuerpoibadesmoronándoselenta
yfatalmente,hastahacerdeella,alostreintaaños,unamujergorda,arrugada,sinposibilidadalguna
devolveraatraeranadie…
Ahora, por fin, la fortaleza que había sido su marido se derrumbaba velozmente. Y ella se
complacíaenlaobservaciónminuciosadeaquelhombresintiendoungozointensoanteelmiedoque
lehacíasudarcomouncerdo.
—Estássudando,Fritz…
Élabriólosojos,miróeltechopintadodeazul.Sesentíaenfermo,desdichado,enunasoledad
queeracomounnegrocaminoqueleconducíahaciaunfinalquenuncapudoconcebir.
HabíaformadopartedelpartidodederechasDeustch-National,alqueayudósinmesura,seguro
deestarsembrandounaprosperidadfuturaqueengrandeceríasusnegocios.
LaaparicióndeHitlerydel NSDAP ,suactitudferozhacialasfuerzasdelaizquierda,lellenóel
corazóndealegría,completamenteconvencidodequelosviejostiemposvolverían,aunqueenmodo
distinto, acabando de una vez para siempre con el peligro rojo que parecía estar a punto de
apoderarsedeAlemania.
Yahora…
Nopodíacomprenderlo.
Estabaseguroqueunavezenelpoder,AdolfHitleragradeceríaeldecididoapoyoqueladerecha
lehabíaprestado.Yhabíaocurridoloimprevisible;traslaprohibicióndelpartidosocialdemócrata,
delcomunistaydeotrasfraccionesdelaizquierda,elFührerhabíasuprimidoalDeustch-National,
incorporandolaotrafracciónderechista,losCascosdeAcero,enlasfilasdelasSA.
LasSA.
Aquellas siglas no poseían para Fritz más que una sola y terrible significación; una traducción
irreversible,quelastransformabaenunnombrequelehabíaperseguido,comounapesadilla,desde
hacíaaños:
KonradSleiter.
—¿Sudasdemiedo,verdad,Fritz?
Volvióunosojossuplicanteshaciasuesposa.
—¡PorDios,Greta!Tenecesito…
Unarisabreve,amarga,escapódeloslabiosmediopintadosdelamujer.
—¿Menecesitasamí?¿Estásseguro,Fritz?¿Noseríamejorquellamasesaunadeesaszorras
conlasquehasestadofornicandotodosestosaños?Ellastecomprenderían…
—Nodigaseso…
—Me has tratado como a una perra, Fritz… como a un animal… ¿y quieres que ahora tenga
piedaddeti?¿Lahastenidotúalgunavezdemí…odealguien?Milvecesteaconsejéquenohicieras
dañoalosquenopodíandefenderse…quenolesrobarasoexplotaras…
Susojoslanzaronchispas.
—Pero tú eras demasiado fuerte, demasiado poderoso para dejar de tratar a la gente como si
fueranhormigasquesepuedenaplastarsinprestarleslamenoratención.
—Voyadevolverlotodo.
—Noesbastante,Fritz…¿PodríasdevolverlavidadeBrunoSleiter,ladesumujer…oladela
jovenAnnaZumwerg?
—¡Calla,bruja!
—Esoesloquemehasestadollamandotodosestosaños:bruja,sucia,puerca,estropajosa…mi
cuerpo,quetúmismohasestropeado,tedabaasco,ypreferíaseldeesasfurciasconlasquesalías…
estabastanpagadodetimismo,quellegasteacreerqueerasirresistible.Poreso,cuandolapequeña
Annateenvióapaseo…lehicistetodoeldañoquepudiste,arruinastealviejoboticario,supadreque
murió de pena, arremetiendo luego con la viuda de Sleiter, porque la buena mujer había tenido la
valentíadeacogeraAnnaensucasa.
—Mearrepientodeveras.
—Esdemasiadotarde,Fritz…Konradnolohabráolvidado…yvendráabuscarte…
—¡No!
—Sí…vendráytematará…yyo,sipuedo,estarédelante,paravercómosufres…ysifueramás
joven,máshermosa…meentregaríaaélantetuspropiasnarices,antesdequetearranquelapiela
tiras…
***
—Himmelgott!
Le echó las manos al cuello, besándole en la boca, en los ojos… Los suyos, los de Erika,
chispeabancomounacopadechampán.
—Cariño…¡eresformidable!¿Cómohaspodidoocultartodoloquellevasdentro?
Élsonrió.
Tambiénsesentíainmensamentefeliz.Habíaconocido,enlosbrazosdeErika,unplacerqueno
recordabaya.
—Hacíamuchotiempoquenoamabasaunamujer,¿verdad?
—Sí.
—No,noquierohacertedaño,Konrad,cariño…nodeseoremoverentusrecuerdos,perohasde
saber que respeto todo lo tuyo… ¿de veras que no tocaste a ninguna mujer desde que la tuya cayó
enferma?
—Asíes.
—¡Eres maravilloso! Y yo que creí que eras como Paul, como todos los que vienen aquí…
¿puedodecirtealgo?
—Desdeluego.
—Tienesquecreerme…¿meloprometes?
—Teloprometo.
—Bien… yo no soy más que una pobre prostituta… una mujer que tiene que acostarse con
cualquiera…aunque,yesoescierto,enestacasapodemosescoger,loqueyaesunasuerte…
—¿Porquéestásintentandohacertedaño?
—No,noeseso…loquequierodecirte,aunqueyadebessaberlo,esqueunamujerdemiclase
noexperimentanada…apesardequesimulegozar…
—Loimagino.
—Contigohasidodistinto,Konrad…puedescreerme.Porprimeravezenmivida,mehesentido
distinta… ya sé que puede parecerte una tontería, pero así ha sido. Más aún… ni siquiera aquella
noche,conPaul,experimentéalgoparecido…aquellafue,másqueotracosa,lasatisfaccióndedar
unalecciónaeseestúpidodeWalter…
—Comprendo.
—¿Mecrees?
—Sí.
Ellalanzóunsuspiró.
—Noestoymuyseguradequemecreas…peronoimporta.Porquevasacreerme…aunqueme
tomesporunaloca.
—Noteentiendo.
—Esmuysencillo:novolveréaacostarmeconningúnhombre…anoserqueseacontigo…
—¡Deverasquehasperdidolachaveta!
—Tómalo como quieras… Hoy mismo, voy a despedirme de Madame… tengo unos pocos
ahorros,cogeréunpisitoenlaciudad…mepondréatrabajar…yteesperaré,Konrad…
Sleitermoviólacabezadeunladoparaotro.
—Todoestoesunalocura,Erika.
—Puedeser.Paramí,eslalocuramáshermosaquehapodidoocurrirme…Yaséquenopuedo
esperar que me ames, que me quieras… pero al menos, de vez en cuando, podrá ocurrirte que me
desees…yyoestarésiempredispuesta,díaynoche,encualquiermomento…
ElrostrodeSleiterseensombreció.
—Acabodeenterraramiesposa,Erika…
—Losé.Yatehedichoquerespetosumemoriatantocomotú…perotúsiguesvivo,Konrad…y
estoy segura de que ella aprobaría lo que pienso hacer: dedicarme exclusivamente a ti… para
siempre.
—NopuedoprometertenadaErika…estoyconfuso,muyconfuso…
—Noimporta…estoyseguradeque,tardeotempranovendrásamí…
VI
—¡Ya era hora! —exclamó Josef—. La verdad, amigos, es que creía que las SA empezaban a
aburguesarse.
—¡Nunca! —dijo Paul con los ojos brillantes—. Es ahora cuando vamos a empezar a llevar a
cabonuestraqueridarevolución.¿NooísteanocheaRoehm?
—Nomeperdíniunasolapalabra.Casiestuvoapuntodellorarderabia…¿Cómoesposibleque
quieranhacerbaldíostodoslosesfuerzoshechosporlomejordelpuebloalemán?
Krimmannesbozóunasonrisacargadadecinismo.
—Siemprequeocurrelomismocamarada…losdearriba,asícomolosemboscadosytraidores,
dejanqueseaelpuebloquienlessaquelascastañasdelfuego…luego,cuandolosdeabajo,consu
sangre,hanconseguidoeltriunfo,losdesiempre,lospuercosdirigentes,tomanlasriendasdelpoder
yobliganalosverdaderostriunfadoresaentregarlasarmas.
—¡Pandilladecabrones!
—En nuestro caso, Josef, la cosa está clara como el agua… Incluso puedes leerlo en Mein
Kampf…Allíestáescrito,quelasfuerzasdelasSAseconvertirían,unavezconseguidoelPoder,en
elembrióndelnuevoEjércitoalemán.
»Deesaforma,seríaneliminadoslosseñoresdelalistarojaenlospantalones,losgeneralesy
toda esa pandilla de mierda… los hijos de esa maldita casta que jamás amó ni se preocupó del
pueblo…
—Entiendo.
—Porotraparte,Meister,estáelgrancapital…esoscerdosquehanengordadoconlasangrede
lossoldados,fabricandocañonesparaunaguerraquesoloibaabeneficiarlesaellos…
»TambiénsenosprometíaenelMeinKampfunaprofundarevoluciónsocial,socialista,comoel
nombre de nuestro Partido, pero dentro de los límites de la nación germana… por eso se llama
nacionalsocialista…
—Escierto.
—Faltaalgoparaexplicarelsentidodelassiglasdenuestropartido…que,nohayquedecírtelo,
sellamaexactamenteNationalSozialisteDeustcheArbeitPartei… NSDAP …perolapalabra«Arbeit»
parece como si nada significase entre las demás letras… y bien significa «Trabajo», luego
trabajadores,luegogentedelpueblo…¿teenteras?
—Desdeluego.
—Dos palabras de esas siglas: «Sozialiste» y «Arbeit» han sido escamoteadas, al menos
ideológicamente… y de ahí que los capitostes capitalistas, los grandes capitanes de empresa,
presentanahorasufactura…
—«¡Altoahí,Canciller!—ledicenalFührer—.Tehemosayudadoeconómicamente;ahorallega
tu turno de cumplir el compromiso… nada de chusma en el poder ni en las fuerzas armadas…
queremosunaAlemaniaseria,apoyadaenlaburguesía,conclasessocialesbiendefinidas…laplebe,
¡a su sitio de siempre! A trabajar y a callar… ahora que les hemos dado una nueva Alemania,
barriendodelsuelopatrioalosrojosyrevolucionarios,¡nadadehuelgasniprotestas!Lagentuzade
abajo tiene que trabajar sin rechistar… y los que no trabajen en nuestras empresas, que entre en la
Reichwehr para que sirvan de carne de cañón, ya que ahora vamos a fabricarlos más grandes y
gordosquenunca…».
Josefsonrió.
—¡Tienesunamaneradedecirlascosas,Paul!
—¿Acasonoesciertoloquedigo?
—Desdeluegoquesí…sigue…
—Porotrolado,estánlosmilitares…«¡Oiga,señorCanciller!—ledicenalFührer—.Nosotros
hemosmantenidolallamadelafuerzagermanaentodosestosañosturbios…losCuerposFrancos,
inclusodespuésdelaguerra,hanseguidoluchandomientraspudieronparamantenerenaltoelhonor
delEjércitogermano…
»Durante ese desdichado aborto que fue la República de Weimar, continúan diciendo los
generales, hemos mantenido el orden, luchando contra la revolución roja, aplastando
implacablementetodoslosintentosdeloscomunistas…Ahora,señorCanciller,tieneustedquepagar
lacuenta…
»Deseamos seguir mandando en las Fuerzas Armadas, gozar de la importancia de ese nuevo
EjércitoqueseproponeustedformarapartirdelaReichwehr,yquesellamaráWehrmacht…
»Espero,desdeluego,ningúnindividuodelaplebe,delosquevistencamisaparda,tendrácabida,
anoserdesoldadoraso,ennuestrasfilas…».
Josef,sonriendo,moviólacabezadeunladoparaotro.
—¡Nonosquierenadie,Paul!SomoslaCenicientadelReich…
—¡Una mierda! Somos los que los tenemos mejor puestos… y vamos a demostrarlo, donde y
cuandoquieran…Notenemosmiedo,Meister…hemosestadopartiéndonoslajetatodoestetiempo,
y sabemos manejar las armas… Roehm, que tiene mucha vista, nos ha organizado como una gran
unidadmilitar,encompañías,batallones,regimientosydivisiones…tenemosunmontóndearmas…
yestamosdispuestosaemplearlas…
—Comodentrodeunpardehoras,¿verdad?
—Esoesdistinto.AplastaralospocosrojosquequedanenMunich,esunasimpleoperaciónde
limpieza…
—¿CumplistelasórdenesdeSleiter?
—Alpiedelaletra.Loscamiones,connuestrosmuchachos,hancercadoelbarriodelosrojos…
Nadiesaleyadeallí…
—¿Aquéhoravamosairporellos?
—A las diez y media… nos llevará poco tiempo… No temas amigo, podrás ir a dormir
temprano…
—¿Ytú?
—Yoyatengounachicaenperspectiva…unamorenahermosa,hijademisastre…unamuchacha
tanardiente,quesilemeteslamanodebajodelafalda,tequemaslosdedos…
—Lasbuscasdeclaseextra—rióMeister.
—Escierto…ynoespormodestia,peromeheconvertidoenunespecialista…
—¿DóndetedijoKonradquedebíamosirabuscarle?
—EnlaesquinadeSilesiastrasse…
—¿Esallídondehacogidoellaelpiso?
—Sí.
—Sakrement!NuncahubiesepensadoquenuestroqueridoSleiter,elhombrepuroydeprincipios,
seacoquinaseconunagolfa.
—¡Cuidado,Josef!Noseteocurrahablarasídelantedeél…teharíapedazos…Además,tienes
queacostumbrartearespetarloquelosdemáshacen…cuandoseenteródelotuyo…
LosojosdeMeisterlanzaronbrevesreflejoscoléricos.
—¡NocomparesaRupertconesa…!
—¡Cierraelpico,mierda!Noseasidiota…NadiecriticaloquehacenconKoppen…allátú…en
las SA, somos hombres sin prejuicios burgueses… si Sleiter se ha encaprichado de una prostituta,
recuerda que fue él, directa o indirectamente, quien la lanzó a esa vida… además, ¿qué carajo nos
importaloquehagaKonrad?
—Estabien…
—Vamosabuscarle.Deningunamanera,estoyseguro,quequerríaperderseesamiseamorí.
—¿Quéeseso?
—Lahoradematar,lahoradelaverdad…esasícomolosespañolesllamanalmomentoenque
eltorodebemorir…yesetorotieneunnombre:WalterOberfein…
***
—Tequiero,Erika…
Ellaseechóareír,altiempoquemirabaalhombre,asuhombre,mientrasestesevestíajuntoal
lechodeshecho.
—Nodigaseso,cariño…mehacesdaño.
—¿Porqué?
—Porquecreoqueconfundeselplacerqueteproporciono…conalgomuydistinto,comoesel
amor…
—¿Mecreesincapazdeamar?
—¡Oh,no,nadadeeso!¿Cómopodríayopensaralgoasí?Teconozcolosuficienteparasaber
que tienes un corazón maravilloso… pero no me hago ilusiones… es imposible, por el momento,
quetesientasatraídohaciaalgoquenoseamicuerpo,estecuerpo…
—¿Quétienesquedecirdeesecuerpodediosa?
—Porfavor,Konrad…mehacesdaño,sinquererlo…¿creesacasoquepuedoolvidartodaslas
suciasmanosquehantocadoestecuerpo?
—Debesolvidartedetodoeso.
—Nopuedo…
Serio,aunqueunaextrañasonrisaflotabaensuslabios,Sleiterseacercóallecho,arrodillándose
juntoalamujer.
—Voy a demostrarte que yo lo he olvidado… y eso es lo importante… para mí, amor mío, es
comosifuerastanlimpiacomolanieve…
Pusolasmanosenlasrodillasdeella,obligándolaaabrirsedepiernas.
—Eres mía… y solo me has pertenecido a mí… ningún otro te ha tocado jamás… métete esto
bienenlacabeza,Erika…
—Pero…
—¡Calla!Quierodemostrartequeteconsiderolamáspuraymaravillosadelasmujeres…lamás
hermosaybuenadetodas…
Seinclinósindejardesujetarlasrodillas.Ylabesóenelsexo.
***
Acompañado por su inseparable Rademann, Kilian Lörzert salió de la Cancillería, subiendo
velozmentealimponenteMercedesqueleesperabajuntoalaescalinata.
—¡VolveremosaLichterfelde!—ordenóalchófer.
Lichterfelde Barraks era el normal acuartelamiento de las fuerzas SS que formaban la
Leibstandarte«AdolfHitler»,laguardiapretorianadelnuevoCancillerdelReich.
LoshombresqueutilizabanlaCancillería,losqueacompañabanalFührerentodomomento,los
que guardaban celosamente la vida de Hitler, todos ellos pertenecían a la Leibstandarte, fuerza
armadadesarrolladaapartirdelosochoSSqueHitlertuvocomoguardaespaldasenlosyalejanos
díasdeMunich.
—¿Tehasdadocuenta?—inquirióKilianencendiendonerviosamenteuncigarrillo.
—Sí—repusoHeinz—.¡Verdaderamentevergonzoso!
—El diplomático británico no quiere saber nada… Esos cerdos de las SA están dificultando la
políticaexteriordelReich.
—Desdeluego.
—Tenemos que tranquilizar al extranjero… en estos momentos que tanto necesitamos para
procederalrearme,paravolveraserfuertes,paraposeerunEjércitodignodeesenombre…Poreso
semultiplicanlasconsultasconotrospaíses…Inglaterra,Polonia,Bulgaria…
—ElFührerestabafurioso.
—¿Ycómonoibaaestarlo?LosinglesesdeseanunaEuropatranquila,congobiernosestablesy
fuertes… y esas malditas SA, que no hacen más que cometer barbaridades por todas partes, dan al
paíseltristeaspectodeunanaciónenlaqueunanuevarevoluciónvaaestallardeunmomentoaotro.
—Escierto.
—¡Maldita sea! También es casualidad que cuando el plenipotenciario británico iba a la
Cancillería,tropezaseconunadeesasmanifestacionesmonstruodeloscamisaspardas…
—Lashaycasicadadía.
—Pero esto tiene que acabar, Heinz… Hemos llegado al poder, y tenemos que dar al mundo el
rostro de una país unificado, sin disensiones internas… unido bajo el providencial mandato del
Führer.
—YonosécómoelFührertienetantapaciencia…
—LedueletenerquetomarmedidasdrásticascontralasSA…despuésdetodo,estosidiotashan
luchadoanuestroladodesdeelprincipio…
—LaculpalatieneRoehm…
—¡Esemariquitaconlacarallenadecicatrices!—rugióKilian—.Elmuyidiotasehaempeñado
enseguirenMunich,envezdevenir,comoseríasudeber,atrabajarenBerlínalladodeHitler,quien
lehabrindadogenerosamenteunpuesto…
—Roehmquieremás.
—Desdeluego…damiedodecirlo,perolosdeseosdeeseambiciosoestánclaroscomoelagua,
almenosparamí:quiereocuparelpuestodelFührer…nimásnimenos.
—Losmilitaresestánquearden.
—Yalohasvisto…Blomberg,elministrodelaguerra,estabapálidocomounmuerto…perose
hamantenidofirmeydecompletoacuerdoconHitler…jamáspermitiráelEjércitoquelasSAentren
enélconsuscuadrosactuales…
—¡Esunalocura!
—Desdeluego.AlgunosdelosgeneralesqueRoehmhanombradonosabennidóndetienenla
mano derecha… son gentuza. Como muchos de las SA… en la que han entrado no pocos antiguos
miembrosdelRotFront,comunistashastalamédula.
—Queesperanquesearmejaleoparaarrimarlasardinaasuascua,¿verdad?
—Asíes,Heinz…peroestotienequearreglarse…Tenemosqueestarpreparados…porqueestoy
segurodequeelFührervaapedirnos,ysintardarmucho,quesalvemos,unavezmásalReich.
—¡Ojalá sea mañana mismo! Oiga, ¿cómo se llama ese ministro inglés que acaba de visitar al
Führer?
—AnthonyEdén.
VII
Muchaspuertas,casitodas,seabrieronsindificultad;lasotras,fueronlasculatasdelosfusiles,
golpeandosalvajementeenlamadera,quienesobligaronaqueseabrieran,derribándoseaquellasde
lascasascuyosocupantestardaronunpocoencontestaralosgolpesdelasarmasdelosSA.
Loscamisaspardasseextendieroncomounamanchadeaceiteporlascallesyplazasdelbarrio
obreroenelqueaúnvivían,ensilencio,escondidososaliendoapenas,losúltimosmiembrosdelPC
deAlemania,loshombresdelRotFront,cuyosjefesnacionales,talescomoRosaLuxemburgyKarl
Liebknecht, pensadores y revolucionarios, habían sido asesinados en 1919, en los tiempos de la
revoluciónespartaquista.
A culatazo limpio, los últimos comunistas fueron conducidos hasta los camiones, que luego se
detuvieron,trasatravesarlaciudad,enelpatiodelaCasaParda.
AllíesperabaKonradSleiter.
Cuandolosprisionerosfueronempujadoshastaunadelastapias,rodeadosporloshombresde
lasSA,armaenmano,elSturmbannführerSleiter,alquesehabíanunidoPaulyJosef,seacercóa
ellos,deteniéndoseexactamenteanteWalterOberfein.
—Tepredijequetellegaríalahora,cerdocomunista—ledijo.
Sinpestañear,Waltermirófijamenteasuenemigo.
—Tambiéntellegarálatuya,Sleiter…yantesdeloqueteimaginas.
—Nuncatemíalamuerte,Walter.Pero,porelmomento,erestúquienvaairsedirectamenteal
infierno.
—Allíestaréesperándote.
Sleitersonrió.
—Nocreoquevayamosalmismositio,Oberfein.Losrojossegúntengoentendido,vanaparara
unparaísoqueStalinleshapreparado…
—Puedesreírte…sicreesquevasaatemorizarme.
—Puedo.
—¡Pruébalo!
Konradapretólosdientes.Nolegustabaenabsolutoaqueltonodefrancoretoenloslabiosdel
comunista. Especialmente ante sus hombres, que estaban pendientes de él, molesto al ver que el
prisionerodesafiabaabiertamenteasujefe.
—Nometientes…
Creyó Walter que aquello era una muestra de la debilidad del nazi. Como todo el mundo en
Munich,conocíaeltipoderelacionesqueuníanasuantiguanoviaconelcomandantedelasSA.
—Lo único que te faltaba, asqueroso nazi… —dijo sin bajar los ojos—, era unirte a una zorra
comoErika…unaasquerosaputaqueestáhartadesatisfacerloscaprichosdecientosdeclientes…
Sehizounsilenciotremendo.
Incluso los compañeros de Walter, que comprendieron que las palabras de su camarada podían
torcereldestinodeunascuantasbalas,conelquetodoscontabanenunamuerterápida,mirarona
Oberfeinconodioydesprecio.
Konrad, que era presa de una cólera terrible, tuvo la suficiente presencia de ánimo como para
percatarsedeloqueaquellasmiradasqueríandecir.
Ysonrió.
SeparandolosojosdeOberfein,sedirigióalosotrosdetenidos.
—Sé lo que estáis pensando —les dijo—. Y también sé que esperabais que todo iba a terminar
ante un pelotón de ejecución… esa era mi idea… pero este puerco se ha atrevido a pronunciar
palabrasquenopuedopermitir…
Hizounacortapausa,comprobandoconplacerquelosotroscomunistasleescuchabanconuna
granatención.
—Lalocuradeestepuercovaacaersobrevosotros,amenosquehagáisloqueosordene…yes
esto: si matáis a Walter a palos, os fusilaremos lo más rápidamente posible… si os negáis, mis
hombres os matarán a palos a todos… y ya podéis imaginaros lo que se sufre antes de estirar la
pata…
—¡Nolehagáiscaso,camaradas!—gritóWalter,quehabíapalidecido—.¡Muramoscomodignos
comunistas,sinimportarnoscómolohaganestoscerdosfascistas!
—Esperovuestrarespuesta.
La leía ya en los ojos de los prisioneros, y sonrió antes de que uno de ellos diese un paso al
frente.
—Queremosmorirfusilados…
—Bien…¡Krimmann!
—¡Alaorden,herrSturmbannführer!
—Hazqueentreguenpalosaestoshombres.
—Bien.
—Formaduncírculoasualrededor…ysinopeganfuerte,comoesdebido,lesarrancaremoslos
palosyloharemosnosotros.
Entregaronsendosgarrotesalosdetenidos.Pálidocomounmuerto,Walterretrocedióhastaque
latapialedetuvo.
—¡No,camaradas!Estáishaciendoeljuegoalosnazis…Noquieromorirdelasmanosdelos
quehanluchadoamilado…
—¡Calla, idiota! —gruñó uno de ellos—. Todo esto es por tu culpa… si hubieras cerrado el
pico…
—¡No!
Selanzaronhaciaél.
Oberfeingritólargotiempo,comounhombrealqueleestuviesenarrancandolapielatiras.Pero
lafuerzadesusgritosfuedisminuyendo,pasandoaserlamentos,luegoquejidos,alfinalgruñidos
incoherentes…luegosilencio:
Sleiteraullóentoncesunaorden:
—¡Armen!
Sonaronloscerrojosdelasarmas:casienseguida,lavozdeKonradsonócomountrallazo.
—Feuer!
Vomitaron plomo las armas. Acribillados a balazos, los detenidos se desplomaron, cayendo
algunossobreelcuerpodestrozadodeWalterOberfein.
***
Apoyadaenelquiciodelaventana,mirandosinverelgrisdelamanecer,lamujerdejabaquelas
lágrimascorrieranlibrementeporsusmejillaspálidas.
Hacía una hora larga que el teléfono la había sacado de la cama, y que alguien le había
comunicadoqueloscomunistashabíansidofusiladosenelpatiodelaCasaParda.
Lamujermirabaalacalledesiertaalaquedabanlasventanasdesueleganteapartamento.
Sentía rabia de que Walter no hubiese escuchado sus consejos, pero, al mismo tiempo, las
imágenesdeunlejanopasadodesfilabanantesusojoshúmedos.
Seveía,teniendoapenascuatroaños,delamanodesuhermano,yendoalcolegio,orgullosade
sentirse protegida, mirando de reojo al muchacho al que todos temían ya, mucho antes de que se
colocaraporprimeravez,enlasolapa,laestrellarojaconelmartilloylahoz.
Ellahabíadejadolacasapocodespuésdelaguerra,perotuvoocasióndevolveraveraWalter,
conununiformedesoldado.
Y dependió de él, en aquellos tiempos de miseria y de hambre, sabiendo que trabajaba catorce
horasdiariasparaquenadafaltaseenlacasa.
Sehabíanqueridointensamente,aunqueellanocompartieraenabsolutolasideasdeWalter.Klara
eraunamujertremendamenterealistaquesabíaloquequería.
Había sufrido demasiado para no aspirar a una vida cómoda, en la que nada le faltase, sin
importarleunbledolosmediosquehubieradeutilizarparaconseguirsupropósito.
Ylohabíalogrado.
Mucho mejor de lo que ella misma había imaginado. Poder y riqueza cayeron en sus manos, y
ahorapodíavanagloriarse,sinexageraciónalguna,deposeerunaposiciónenvidiable.
—Walter…
Su hermano estaba muerto, detenido por unas ideas absurdas que ella no comprendió ni
compartiójamás;peroelcadáverdelpatiodelaCasaPardaeraeldelhombreporcuyasvenashabía
corridosupropiasangre.
YtodoporculpadeSleiter.
TambiénsabíaqueKonradestabaviviendoconaquellamujeruca,conaquellafurciaenlaquesu
hermanocometióelerrordecolocarsuconfianza…ysuamor.
Sesecólosojosconrabia.
Su proyecto, simple al principio, era ahora doble. Porque doble era el objetivo que se había
propuesto. Y la experiencia le decía que antes de desaparecer, Sleiter debía sufrir como ella estaba
sufriendo.
Seseparódelaventana,encendióuncigarrilloysedirigióhacialaelegantealcoba.
Unacruelsonrisasedibujabaensushermososytrémuloslabios.
***
—HayqueiraBerlín…
Paulsonrió.
—¿Conquémotivoestavez?
—Eldesiempre.
Meisterlanzóunbufido.
—¿Otra vez? —se quejó—. ¿Es que no desfilamos bastante en esta jodida ciudad? ¡Ni que
fuésemoscoristas!
UnasonrisadivertidaaparecióenlabocadeSleiter.
—Tecomprendoperfectamente,Josef.Porquesinotecomprendiera,pensaríamaldeti…
—¿Quéquieresdecir?
—Quemediríaqueestásperdiendolafeenlavictoria.
—¡Menudagilipollez!
—Losé,losé…noteaprovechesahorademibuenafealconfesarmierror…
—Bueno, bueno… —intervino Paul—. Vayamos al grano: por lo visto, quieren que desfilemos
unavezmásporBerlín,¿no?
—Esoes.
—Amímevadeperlas.HayenunacasadeMoabib,unapelirrojaquemetienesorbidoelseso…
—Tusasuntosdefaldasnonosimportan—dijoKonrad—.Salimosmañana,enuntrenespecial…
Haremoselprimerdesfile,eldomingoporlamañana…yporlatarde,asistiremosaunmitinenel
quehablaráeljefe.
—Seestáhinchando,nuestroqueridoErnst…hace,porlomenos,dosdiscursosporsemana…
—Tiene que hacerlo —dijo Konrad—. Nos estamos preparando, camaradas. En cualquier
momento,puedellegarnoslaordendepasaralaacción…
Su rostro se había ensombrecido, al tiempo que sus ojos se alimentaban del fuego que, en
aquellosmomentos,leestabaconsumiendopordentro.
—Tenemosinstruccionesconcretasparaobrarenelmomentooportuno.Nosapoderaremos,en
cada ciudad, de los centros vitales, paralizando al mismo tiempo la contrarreacción de nuestros
adversarios.
»EncuantocontrolemoslossistemasvitalesdelPaís,Roehmsedirigiráalanación,explicándole
losmotivosdeestarevoluciónquelosotrosnodeseabanhacer.
»LasSAseránlaúnicafuerzaarmadadeAlemania,ydesuscuadrossaldránlosfuturosgenerales
quenostraeránlagloriadelasbatallasdelfuturo.
—¡Hablascomounpolítico!—semaravillóMeister.
—¡Tienesunpicodeoro!—sonrióPaul.
—No lo toméis a broma —insistió Sleiter—. Y no olvidéis que en estos momentos cruciales,
vamosajugarnoseldestinodeAlemania…acaraocruz.
***
—Sonsolodiezdías,amormío…
Erikalanzóunsuspiro.
—Losé…pero¿quéquieresquehaga?Tengomiedo,Konrad…
—¿Dequé?
—Lascartas…
Seseparódeellabruscamente,despegandosucuerpodesnudodeldelamujer.Unbrillodecólera
sehabíaencendidoensusojos.
—¡Noquieroquevuelvasalacasadeesabruja,Erika!¡Teloprohíbo!Sakrement! Sé que eres
unamujerinteligente…entonces,¿porquédiabloscreesenesastonterías?
Ella bajó la cabeza, confusa y desdichada; pero, interiormente, seguía viendo la escena, en el
minúsculocomedordeFrauWöller,conlamesacamillaylalámparaquecolgabadeltecho.
Las manos sarmentosas de la echadora de cartas habían movido los naipes con una agilidad
extraordinaria,ylascuriosasfigurasdelTarotfueronabriéndoseenabanicoantelostemerososojos
desucliente.
—Elhombrealqueamasvaaemprenderuncaminollenodepeligros…
Erikacontuvoelaliento.
—Veounanocheterrible…conbrillosdeacero…comoestrellasdemuerte…
—¡Oh!
—De todos modos, creo que hay aquí una carta con mucha fortuna… un hombre, al que
conoceráspronto,puedeserelúnicoquesalvealqueamas…
—¿Unhombre?—inquirióErikaenarcandoelceño—.Noveoaninguno,FrauWöller…Ahora
no,desdequedejémitrabajo…nosalgodecasa…ysoloveoa…
—Esehombrevendráatucasa.
—¿Eh?
—Lodicenlascartas,niña…Eldestinolellevaráatucasa…élteconoce…ytedesea…
—¡No!
—Espera…eseeselmontóndetuvoluntad,loquepuedesonohacer…sacacuatrocartas…pero
novuelvasmásquelanúmerocuatro…¡espera!
LamanotemblorosadeErikasedetuvojuntoalmazodenaipes.
—Espera… deseo concentrarme… Vas a colocar la cuarta carta, boca arriba, encima de ese
montónquesignificaloqueelfuturopuedehacer,sitúasílodeseas…
Laviejalanzóuncortosuspiro.
—Piensa, querida, que el sacrificio que se te pide no es grande ya que nadie atentará contra el
granamorquesientesporelhombreconelqueahoravives.Seráunrato…ynadiehadesaberlo
quepasaentreesehombreytú…
—Pero… —el tono de la voz de la joven se había hecho desgarrador—, ¡no puedo hacerlo!
¡Compréndalo,meineFrau!Mehabíajurado,queningúnotrohombremevolveríaatocarjamás…
—¿Nohahabidootros…antes?
—Sí.Hubomuchos,peroningunodeellosdejóhuellaenmí,niconsiguiómancharme…
—¿Acasovaamancharteeste?Piensaquevaaserelinstrumentoqueevitelopeoralhombrepor
elquesuspiras…
LoslabiosdeErikatemblaban,peronoprofirióningunapalabramás.
—Anda…cogelacuartacarta…yverás,pequeña,comonomeequivoco…
Erikaobedeció.
Dejólastrescartas,unasobreotra,sinvolverlas.Conlacuartaenlamano,alzóunamiradatriste
haciaelrostroarrugadodelavieja.
—¿Quédiráestacarta?
—Ya te lo expliqué antes, niña… será el destino de lo que más amas, si te niegas a seguir los
mandatosqueteimponeeldestinoparasalvarlo.
—Bien…
Giróelnaipe,ylosoltó,comosiquemase.
EralacartadelTarotquerepresentalaMuerte.
VIII
—¿Contenta,mipequeñapelirroja?
—¡Desdeluego!Ereselamantemásmaravillosoqueheconocido…
—¡Embustera!
—Tejuroque…
Paul se sentó en la cama, extendiendo el brazo para coger el paquete de cigarrillos que había
dejadosobrelamesilla.
—¡Puñeterahipócrita!—gruñó,altiempoqueencendíaelpitillo.
Ellaabriódesmesuradamentelosojos.
—Puedescreerme,Paul…teestoydiciendolaverdad.Desdequevinisteavermeporvezprimera,
mehesentidoatraídahaciati…ysitúquisieras…
—¡Alto!Yonoquieronada…loúnicoquedigoesquesimeencuentrasextraordinario,¿porqué
lechemehacespagarcomoalosdemás?
—Noseasasí,cariño…yonotehagopagar…esMadamelaquecobraabajo,antesdequesubas
amicuarto…Yonodeseomásquetucariño…ylapruebaesquenuncatehepedidonada…
—¿Másaúndeloquemesacaesabrujadeabajo?
—Tú sabes muy bien que la mayor parte de los clientes nos dan una propina, si quedan
satisfechos…
—¡Yonoquedosatisfechonunca!
—Nodigaseso…ereselúnicoalquehepermitidohacerelamordosvecesseguidas…conla
mismatarifa…¡Quémaloeres!
—¡Déjatedetonterías!Megustasunmontón…ymepasaríalanochecontigo…siesaMadame
queeldiablosellevefueramásrazonable…¡osestáisvolviendomuycaras,amiguitas!
—Yoloharíagratiscontigo,sitúquisieras…
Krimmannlelanzóunamiradaaguda.
—¿Hablasdeverás?
—Sí.
—Entonces —dijo Paul colocando el cigarrillo en el cenicero—, ¿a qué mierda estamos
esperando?¡Venamisbrazos,Bruhilda!
—No —dijo ella retrocediendo al otro extremo de la cama—. Ahora no, cariño… Madame
controla el tiempo de cada cliente… y tendría que ser yo quien pagase, si nos quedásemos un rato
más…
—¿Entonces?
—Venluego,amicasa…hoynohagoningunadormida.Madamelosabe.Tresvecesalasemana,
procuramosacabarantesdemedianoche…vaporturnos…
—Noentiendo…entonces,siyoestuviesedispuestoagastarmemáspasta…¿nopasaríaselresto
delanocheconmigo?
—No,nopodría…somosdiezchicasenlacasa…
—Losé.
—Hoy es el turno de cinco de ellas, entre las que me encuentro… Hacia medianoche, me
cambio…ymevoyacasa…estenoesunburdelenelquelaschicasvivan…además,yasabesque
lasautoridadessehanpuestomuyseriasconnosotras…
—Deacuerdo,deacuerdo…nomecuentestuvida…Resumiendo…¿dicesquemerecibiríasen
tucasa?
—Sí.
—Y…¿cuántomecostaríaelhospedaje?
Selanzósobreél,conafándeclavarlelasuñasenelrostro.
—¡Suciopuerco!¡Erescomotodos!Nopuedeunaentregarsucorazónaningúnhombre…¡todos
soniguales!
Paulsujetóconfacilidadlasmuñecasdelamujer.
—Calma,calma,Bruhilda…estabahablandoenbroma…notepongascomounafiera…
Ellabajólacabeza,empezandoasollozarsilenciosamente.
—Vamos,vamospequeña—dijoelhombre,atrayéndolahaciaél.
Lebesóloscabellosrojos,obligándolaluegoaalzarlacara,parabesardulcementeelhúmedoy
brillantecaminoquelaslágrimashabíandibujadoensusmejillas.
—Iréaverte,cariño…deverasquelodeseo…ynomehagascaso.Yasabesquesoyunpoco
guasón…
Ellaasintióconlacabeza,altiempoqueunasonrisasedibujabaensusbienformadoslabios.
—Sitúquisieras,Paul…estoyhartadetodoesto…
—Ya hablaremos de eso, querida —dijo Krimmann sin comprometerse—. Cálmate ahora, por
favor…ydime,antesdequemevaya,dóndepodemosencontrarnos…
—Teesperaréenmicasa…vivoenel76delaKolonstrasse,cercadelaestación…eseltercer
piso…nohaymásqueunapuertaencadarellano…
—Bien.
Saltódelacama,empezandoavestirse.
—Eresunachicaestupenda—dijomientrasseponíalasaltasbotas—.Voyapensarseriamenteen
loquemehasdicho…
Ella,desnuda,sentadaaúnenellecho,lelanzóunamiradallenadeagradecimiento.
—¿Deveras,Paul?
—Deveras.
Se volvió hacia el espejo del armario, mientras se abrochaba el cinturón. Y no se sorprendió
comprobarqueestabasonriendo.
¿Acoquinarse él con una vulgar furcia? ¡No estaba tan loco como Sleiter! Nunca había sido un
romántico…sinounhombreprácticoyrealista.
Pero, por ahora, no iba a dejar pasar la oportunidad que la estupidez de aquella pelirroja le
brindaba.Todalanocheypartedelamañanaconella,yaquenoteníaqueunirseaKonradyJosef
hastalascuatrodelatarde.
Unanochedeplacer,enlosbrazosdeunamujerhermosa…¡ycompletamentegratis!
¿Quémáspodíapedir?
***
Konradsellevóaloslabioseljarrodecerveza.ComosiestuvieseenMunich.Losotrosbebían
aguardiente,yalgunodeellos,losmásrefinados,coñacfrancés.
Pero él estaba unido a su tierra, a la cerveza que se bebe en jarras enormes, y lo único que le
faltabaeraelambientedeunaqueridacerveceríamuniquesa,yelhablarfuertedelasgentesdelSur,
susrisassonoras,susgritosestridentes,sucamaraderíaejemplaryruidosa.
Detodosmodos,estabacontento.Mucho.Todoslosoradores,especialmentelosresponsablesde
lasSAenlacapital,habíancoincididoenafirmarsudeseodeconvertirenrealidadelviejodeseode
unarevolucióndeveras.
Drummer,unodelosjefesdelaregióndeHamburgo,sehabíaexpresadoenvibrantestérminos.
—Desde hace un montón de años —dijo— hemos sido los únicos que se han partido el pecho
luchando contra la peste roja… Todos sabéis, camaradas, que no había entonces un solo SS en la
regiónnienHamburgo.Estábamosnosotrosylosdelapolicía,perodeestosnohabíanadaocasi
nada…
»Nosotrossupimosganarnoslavoluntaddemuchosobrerosdelpuerto,delasindustriasdeKiel,
gentesdelaclasemediaquevivíanenAltona…Atodoslesconvencimosquelaépocadelabusoydel
hambreibaaterminar.
»Y esas gentes, camaradas, nos creyeron. Porque, como nosotros, estaban hartos de vivir
explotadosporloscapitalistasylosjudíos,hartosderecibirpalosdeunapolicíaalserviciodelos
ricos,hartosdequeelEjércitonoseacordaradeellosmásquecuandoteníanquedarelpechoenel
frente.
Lesucedióunhombredeestaturagigantesca,llamadoLomerfein.
—Yo vengo de Breslau, camaradas… Los de mi región seguimos luchando bastante tiempo, en
losCuerposFrancos,contralospolacosylosrusosbolcheviques…
»Nosotros,despuésdelarmisticio,vimosenquéestadoseencontrabanlospueblosylasciudades
de la patria… Luego oímos hablar de algunos hombres que se esforzaban en levantar al país, en
convertiralReichenalgogrande…
»Hemos peleado, como muchos de vosotros, como todos, contra la fuerza ascendente de los
rojos…yhemosvencido,atravésdelpaís,losconatosderebelión,comolosquenosharelatadoel
camaradadeKiel…
»Los del Rot Front estaban seguros de imponer la Revolución bolchevique en la hambrienta y
desesperadaAlemania…contabanyaconlavictoria,yafuerzadesersincerosqueestuvieronbien
cercadeella.
»Muchoscamaradasmurieronporimpedirlo.
»Peroesosamigos,esoshermanosnuestros,nodieronlavidaúnicamenteporborrardelsuelo
patrio la peste bolchevique… murieron porque creían que íbamos a cumplir nuestra palabra, que
íbamosaconvertiranuestraqueridaAlemaniaenunpaíssinabusosniprivilegios…
»Murieronporqueestabansegurosdequelarevoluciónnacionalsocialistaseríaunhecho…
Alzósuspoderososhombros.
—Cada vez que pienso en ellos —continuó diciendo—, bajo la cabeza de vergüenza… porque
algunosdeellos,camaradas,murieronenmisbrazos…yfueronmásdeunolosquemesonreían,
diciéndomequemeenvidiabanporqueibaaconocerunanuevaAlemania…
»¿EsestalanuevaAlemaniaqueellosteníanensusojosvidriosos?
—¡¡¡NO!!!—gritaronciengargantas.
—Esta Alemania nuestra de hoy apenas si se diferencia de la que deseábamos destruir… los
TyssenylosKruppsiguenmanejandolasriendasdelaindustriapesada,exigiendomásymásalos
obreros,porquehanayudadoalPartidoconsuasquerosodinero.
»Muchos judíos han dejado el país, pero quedan muchísimos más. Es cierto que se les ha
prohibidociertascosas…perosiguentrabajandoenlasombra…comoantes,enriqueciéndoseconla
sangredelosbuenosyconfiadosalemanes.
»Estamosbuscando,rogando…queespeor,elapoyodepaísesextranjerosquefueronsiempre
nuestrosenemigos…esaeslaAlemania,camaradas,quepodemosofreceranuestrosmuertos…
—¡¡¡NO!!!
Elgiganteabriólosbrazos.
—Noocurriráasí,camaradas…elpoderosoejércitodelasSAsepondráenmarcha…ybarrerá
implacablementetodalabasuraqueaúnquedasobrenuestrosagradosuelogermano.
Se pusieron en pie, enardecidos, los ojos brillantes como ascuas, los rostros rojos y
congestionados.Juntos,convozvibrante,entonaronlaviejacancióndelasSeccionesdeAsalto:
DieFalmehoch…
Sí,asíhabíandesfiladomilveces,conlasbanderasenalto.
SAmarschiertmitruhigfestenSchritt…
Con el paso firme, haciendo temblar el asfalto de las calles, el adoquinado de las plazas,
marchandoconcalmayserenidad.
Karmraden;dieRotfrontundReaktionerschossen…
Camaradas: el Frente Rojo y la reacción os amenazan. ¿Acaso no era cierto? Rojos y ricos,
poderosos y bolcheviques habían intentado, cada uno por su lado, romper la armonía valiosa del
Reich.
MarschiernimgeistinunsernReihenmit…
Peronoimporta:marchadenmasa,formandounbloque,unidosnosoloenelritmodevuestro
pasofirme,sinoconelmismoespírituunaidénticadecisióndevictoriafinal…
***
Lasmanosdelhombrerecorríanamorosamenteelcuerpodelamujertendidaasulado.Conlos
ojoscerrados,ellasedejabaacariciar,aunqueelhombrenoparecíadespertareldeseoqueélsentía
ya,morderlasentrañasdesucarne.
Habíanhechoelamorunahoraantes,peroelhombreestabatanhambrientocomocuandoentró
enlacasa,porqueaunquehabíaconseguidoloquedurantetantotiempodeseó,laentregadelamujer
leparecíaahoraunsimpletentempié,comparadoconloquesuardientedeseoesperaba.
—Hilma…
Ellaabriólosojos,volviendolacabezaligeramentehaciaelhombre.Élsentadoenellecho,tan
desnudocomoella,conlasmanosapoyadasenaquelcuerpodediosayconunaluzdeincontenible
deseobrillandoenlohondodesuspupilas.
—¿Sí?
—Porfavor…
UnasombradeirritadaimpacienciaatravesóelrostrodeHilma.
—Yoyahecumplido,Erich…ahoratetocaati…
—Yatehedichoqueestabapreparandoelasunto…
—Esonoesbastante…meprometistehacerlolasemanapasada.
—Pero…
Ellavolvióacerrarlosojos.
Había obrado con la mayor malicia del mundo, entregándose de manera torpe, rápida, dejando
queelhombrealcanzaseelorgasmoporsímismo,sincontribuirenlomásmínimoaaumentarsu
placer.
ComosiErichleyeseloqueellaestabapensando,aunqueincapazdeinterpretarlocorrectamente:
—Tehascomportadocomounaestatua,querida…
—Puedeser.
—Sinembargo,adivinotodoloqueerescapazdehacer…cuandoquieres…
—Noteequivocas.
—Entonces…
Lasmanosdelhombresetornaronimpacientes,traduciendoeldeseocrecienteencariciascada
vezmásíntimas.
—Pierdes el tiempo, Erich… nosotras, las mujeres, tenemos una voluntad de hierro… no
conseguirásniconmovermeniexcitarme.
—Pero…
—Como antes te dije, yo ya he cumplido… me prometiste buscar al hombre, y cuando lo
conseguiste, me he entregado a ti… pero esto no es más que la primera parte de la promesa… el
hombredeberíahabersepresentadoencasadeesamujer…
—Ylohará.
—Cuandolohaga,regresa,yconocerásloqueesunamujerardiente…
Saltóéldellecho.Furioso,conelrostroenrojecido.
—Sakrement!
Eraunhombrealto,cercanoalatreintena,sólidamenteconstruido,conunrostroagradableenel
queunacicatriz,queatravesabasumejillaizquierda,poníaunciertoacentosiniestro.
—Mevasavolverloco…
—Esoesjustamenteloquedeseo,Erich…volvertelocodeplacer…hacerdetielhombremás
dichosodelmundo…cuandocumplastupromesa…
—¡Será hoy mismo! ¡Ahora mismo! Voy a solucionar de una vez para siempre este jodido
asunto…¡Verássicumploonomispromesas…!Perotú…
—Tevolveréloco…—sonrióella—.Encuantomellamendiciéndomequeesehombreestáenla
casadelamujer…vuelve…ymeverásconvertidaenunvolcándepasión…
Él la miró intensamente. Había empezado a vestirse, poniéndose el uniforme negro de las SS,
cuyaguerrerallevabalasinsigniasdeHauptsturmführer.
—¿Esciertoquenohasvueltoahacerelamordesdequeenviudaste,Hilma?
—Esverdad.
—Entonces…noloentiendo…deberíasestaransiosa,locadedeseo…yenvezdeeso…
Ellaseencogiódehombros.
—Yatehedichoquelasmujeresposeemosunavoluntadmuyfuerte…además,cuandocumplas
tupromesa,teconvertirás,amisojos,enelhombrequelomerecetodo…ypodrédesahogareste
deseoquemequemapordentrodesdequeHansmurió…
—Hacetresañosya,¿no?
—Sí.Lomataronloscomunistas,enBremen…despuésdeundesfile…
Erichsesentóparaponerselasbotas.
—Leconocípersonalmente…eraunvaliente…yteníaunahermosacarrerapordelante…alos
26años,yaeraSturmbannführer.
—Dejemoseso—dijoellaconunmohíndedisgusto—.Noquieropensarmásenello…
Erichsepusoenpie.
—Mevoy…—dijo—,perovolveré.
—¿Cuándo?
—Estamismanoche.Preparatupasión,Hilma…
—Sabesquenopuedesengañarme…mellamaránporteléfonocuandoesehombre…
—¡Ya lo sé! —Cortó él con una cierta irritación en la voz—. No temas nada, querida… te
llamarán,porquevoyaobligarleair…
—¿Noestabadispuestoahacerlo?
Éllelanzóunamiradaagria.
—Nadieestánuncadefinitivamentedispuestoamorir.¡Hastaluego!
Abandonólaestancia,yoyó,instantesmástarde,elruidodelapuertadelacallealcerrarse.
Encendióuncigarrillo,marcandoluegounnúmeroenelteléfonoquehabíasobrelamesillade
noche.
—¿Sí?—inquirióunavozlejana.
—¿FrauWöller?
—Sí…¿quiénesusted?
—FrauWeistäter.Quisierapreguntarlealgunascosas…
—Diga.
—¿Havueltoavisitarla?
—Sí, vino ayer… está extrañada de no haber recibido la visita… No quisiera que me
malinterpretara,FrauWeistäter…peromeestáusteddejandomuymal…yoprometí…
—Hoyiráesehombre.
—Menosmal…todohabíasalidomuybien,talycomoustedquería…ellacreeapiejuntillaslo
quelascartasdecían…
—Descuide.Elhombrelavisitaráhoy…¿recibiómidinero?
—Sí,esustedmuygenerosa,meineFrau…
—Notieneimportancia.Llámemesiocurrieraalgo…¿entendido?
—Jawolh!
IX
—¡Ah,erestú!
Paulsonrió.
—Tedijequevendría.
—Teesperabaantes…
—Estuvedandounavuelta,Bruhilda…además,mecostóunpocoencontrartucalle…¡diablos!,
vivesenunlugarapartadodelaluz…nohayunpuñeterofarolenunkilómetroalaredonda…
—Estánarreglandolacalle…
Seechósobreella,cogiéndolaporlacinturaparaalzarlaenelaire.
—Esonotieneimportancia,cariño…¡vamosalacama!Conesaluzquetienesenlosojos,¡ni
puñeterafaltaquemehacenlosfaroles!
Momentosdespués,enellecho,Krimmanndabariendasueltaasuardoramoroso.Lasolaideade
queaquellaespléndidamujernoleestabacostandonadaaumentabasuplacer…
Bajosucuerpo,eldeBruhildaondulabacomounmaragitado.
—¡Bájatedelajaca,cerdo!
Lavoz,altiempoqueseencendíalaluzdelcuarto,cortóelalientodePaul,quiensedejócaer
haciaunlado,jurandoenvozbaja,convencidodequeaquellamujersehabíaolvidadodedecirleque
suchuloteníaunallavedelcuarto.
Peroenelfondo,sinvolverseaún,sonrióparasusadentros,segurodequeelchuloibaapasarlo
muchopeordeloqueimaginaba.
Cambiódeopiniónalveralostreshombresquehabíanpenetradoenlahabitación.
Los tres vestían el uniforme negro de las SS, y el que estaba delante de ellos, dos simples
Sturmann, llevaba los galones de Unterscharführer… y una pistola en la mano, mientras que sus
acólitosempuñabansendasParabellum.
—¿Qué broma es está? —inquirió Paul saltando del lecho, pero mucho menos tranquilo que
momentosantes.
UnasonrisacruelsepintóenloslabiosdelUnterscharführer:
—Hascaídoenlatrampa,pedazodeidiota…situviesesdosdedosdefrentesabríasquenohay
peorcepoqueelcoñodeunamujer.
Paul se volvió hacia Bruhilda que había saltado de la cama por el lado opuesto, empezando a
vestirseconciertaprecipitación.
—¿Hashechoesto?—inquiriómirándolaconfijeza.
Ellanodijonadaniseatrevióamirarle,continuandoabrochándoseelvestidoconunamanoque
temblabaunpoco.
—¡Zorra!
—Cuidado con lo que dices, imbécil —le advirtió el SS—. Date prisa, Bruhilda… vuelve
tranquilamenteatucasa…ynotemasnada…esteidiotanotevolveráamolestarnuncamás…
Paulenarcólascejas:
—¿Cómo?¿Noeraestatucasa?
ElSSlanzóunacarcajada.
—Estepisoesnuestro,cretino…aBruhildalaapreciamosdemasiadocomoparaponerleelsuyo
hechounasco…
Lamujersalió.Krimmann,creyendoquehabíallegadolahoradeacompañaralosSS,seacercó
alasilladondehabíadejadosuropa.
—¡Notoquesnadadeeso!—bramóelSSalzandoamenazadoramentelapistola—.Tepreferimos
así,precioso…encueros…conesepingajoquetecuelgaentrelaspiernas…
Alzandolosojos,Paulmiródirectayfijamentealhombre.
—Acabemosdeunavez…¿quéqueréisdemí?
—Notengastantaprisa,hermoso…ynonostomesportontos.DesdequehabéisllegadoaBerlín,
pasancosasmuycuriosas…
—Porejemplo,estamismatardealguienhaametralladoelcochedeGöering…
—Yonosénada.
—Lo supongo, encanto… ninguno de vosotros sabéis nada… solo que ya os atrevéis a atentar
contra la vida de los hombres del gobierno… como lo haríais, si pudieses, contra el mismísimo
Führer…
—¡Estásloco!¿Nohemoscombatidojuntostodosestosaños?
—¡Menoscuento!NadieignoraloqueesemaricóndeRoehmestábuscando…ponersealfrente
delReich…¡menudajuerga!Siasíocurriera,todaslasmujeresalemanasseiríandelpaís…
—Yosoytanhombrecomotú…omás…
—Esoesloquevamosaver…despuésdetodo,noquisiéramoshacertemuchapupa…asíqueya
sabes…siéntateenlacamaycuéntanostodoloquesepasdelaorganización…
—Nosédequéhablas.
—Noseastontito,encanto…paraqueveasquevenimospreparados…¡Schmeister!
UnnuevoSSpenetróenlaestancia.Llevabaunpequeñosoldadordelosquesealimentancongas
deciudad.Lagoma,quependíadelaparato,debíaestarenganchadaenelgrifodelgasdelacercana
cocina.
—Empezaremos por quemarte la planta de los pies —sonrió el Unterscharführer—. Luego
subiremosporlaspiernas…hastachamuscarteunpocoloshuevos…unpoconadamás,yaqueestoy
segurodequehablarásentoncescomounacotorra…
Paulsemordióloslabios.
—…amenos—dijoelSStrasunacortapausa—queempiecesahablarahoramismo…
—¡Vetealinfierno!
—Deacuerdo…yalehasoído,Schmeister.Enciendeelcacharro…
Sonó el chasquido de un fósforo y, casi al mismo tiempo, el rugido de la llama que brotaba
furiosamentedelabocadelsoldador.
***
—Buenastardes…
Erika miró al hombre. No era muy joven, debía frisar la cuarentena, pero su aspecto era
agradable,sumiradaeradulce,aunquehabíaensurostrounnoséquéqueimpresionóoscuramentea
lamujer.
Ellasehizoaunlado,comprendiendoqueaquelhombreeraelqueellaesperaba,elquehabían
anunciado los naipes de Frau Wöller, el hombre que el destino le enviaba para salvar la vida de
Konrad.
—Pase,porfavor…
—Gracias.
Penetraron en el saloncito, y ella le invitó a que se sentara en uno de los sillones confortables,
ocupandoellaelbordedelsofá,loqueindicabaclaramentelatensiónquelaembargaba.
Tampoco el hombre parecía tranquilo, y sus manos, de largos dedos, cuidados, se agitaban sin
cesar,asícomolospárpados,coronadosporlargasynegraspestañas.
—MellamoKlaus…
—YosoyErika.
—Yalosé…
De nuevo el silencio. Erika deseaba formular una sola pregunta, para luego actuar en
consonancia. Estaba deseando terminar de una vez para siempre, pagar el precio que el destino le
imponíaparagarantizarlavidadelhombrealqueamaba.
—Solodeseosaberunacosa…
—Sí.
—¿NadaleocurriráaSleiter?
—Puedoprometérselo.
Ellasepusoenpie,altiempoqueunasonrisafatalistaseencendíaensuslabios.
—Vamos,entonces…hagaelfavordeseguirme…
Bien.
Pasaronalaalcoba.Ellanollevabaencimasmásqueunbatínquesequitóconungestodecidido,
dejandoveralhombresuhermosocuerpo.
—Desnúdese…
—Pero…
—¡Desnúdese!Cuantoantesterminemos,mejor…
—Bien.
Había algo extraño en aquella mansedumbre que el hombre manifestaba. Ella se tendió en el
lecho,procurandonomirarasuvisitante,queseibadesnudandoconunadesesperanteparsimonia.
Finalmente, desnudo ya, con las manos cubriéndose la intimidad de la entrepierna, el hombre
ofrecíaunaspectolastimoso,muylejosdeloqueErikahabíasupuesto.
—Vengaalacama…
Sesentóenelborde,siguiendoofreciendounaspectodetremendatimidez.Aquelloexasperóala
mujer,quesevolvióhaciaél,tendiéndolelosbrazos.
—¡Venga, hombre! Si hay alguien a quien repugna lo que vamos a hacer, es a mí… démonos
prisa…porfavor…
Élretrocedió,abriendodesmesuradamentelosojos.
—¡Nopuedo!Nopuedotocarla…nolodeseo…
—¿Eh?—inquirióErikaabriendodesmesuradamentelosojos.
—No puedo… de veras… diremos que lo hemos hecho… yo no le deseo mal alguno, señora,
tampocoquieropecar.Nodeseodejarestemundoconelpesodeunhorriblepecado…
—Pero¿quédiablosestádiciendo?Yocreíquemedeseaba…
—¿Yo?¡Diosmeperdone!Tengounaesposaydoshijosalosqueadoro…
Ellasepercatóenaquelprecisoinstantedelsignificadoexactodeloque,alverlopocoantes,le
habíallamadolaatenciónenlaconfiguracióndesurostro.
—¡Ustedesjudío!
—Sí.
—¡Mierda! ¿Qué significa todo este lío…? ¿Cómo es posible que un judío tenga poderes para
librardelmalamiKonrad?
—Yo no tengo poder alguno… vinieron a buscarme… y me dijeron que si no obedecía, mi
familiamoriría…aunquetambiénmedijeronqueyodebíamorir…peroquenadamaloocurriríaa
losmíos…
Ellasellevólasmanosalaboca.
—Himmelgott! —exclamó pálida como un muerto—. Ahora comprendo… todo ha sido una
trampa…esabrujaadivinayechadoradecartasdebíaestarencombinacióncon…pero¿conquién?
—Nolosé…perdóneme…
—Nosepreocupe—dijoellaechandomanoalaparatotelefónicoquehabíaenlamesilla—.Voya
llamaralasSA,todoestotienequeaclararse…
Golpeólabasedelaparato.
—Quéextraño…diríaquenohaylínea…¡Aprisa!Vistámonos…noseríabueno,niparaustedni
paramí,quenosencontrasenaquíjuntos…
Hizoademándelevantarse,perojustoenaquelmomentoseabriólapuertadegolpe.
—¡Demasiadotarde,zorra!
CuatroSSpenetraronentrombaenlaestancia.
—No nos habían engañado —dijo el que parecía llevar la voz cantante, y cuyas hombreras se
adornabanconlosgalonesdeRottenführer—.Eraverdadladenuncia:unaputayunjudío…juntos…
—Lafurciaserátumadre…—empezóadecirairadamenteErika.
DospasosbastaronalRottenführerparaacercarsealamujer;torcióelbrazohaciaelcuerpo,yla
enguantada mano salió disparada chocando brutalmente con los labios de Erika, que se abrieron
comofrutosmaduros.
—Deténlalengua,ramera…
Lasangrebrotabaabundantementedelabocadelamujer.
—Mihombretematará…tendrásqueponertederodillasanteél…esunSturmbannführerdelas
SA.
—Tu hombre, como todos los SA, nos chupan el culo… Anda vístete, zorra… nos vamos… la
Gestapotienequepreguntarteporquérecibesentucasaaunsuciojudío…cuandounariocienpor
cientotedadecomer…
—¡Esunatrampa!Yonotengoquevernadaconesehombre.
ElSSseechóareír.
—¿Osdaiscuenta,compañeros?Somoscuatrohombressintacha;cuatroSSquehanjuradodecir
laverdad…y,porfavor,decidme:¿quéestabanhaciendoestosdospuercoscuandohemosentradoen
lahabitación?
—Fornicando—dijouno.
—Follando—dijoelotro.
—Haciendoelamor—resumióeltercero,unjovendedelicadosrasgoscasifemeninos.
ElSSsevolvióhacialamujer,sindejardesonreír.
—¿Te das cuenta? Todos afirmaremos que os hemos sorprendido jodiendo… eso está claro
comoelagua…
—¡Mihombrenolocreerácuandoselodiga!
—¡Ilusa!Túnoledirásnada…porquenovolverásaverlenuncamás…¡Andando!Ytú,puerco
judío…otevistesaprisaotellevamosdesnudoporlacalle…
X
Losdoshombres,agentesdelaKripo,policíacriminal,saludaronlevementealosdosSA.Ambos
estabanrecogiendosuscosas,yaqueelregresoaMunichsehabíafijadoparalascincodeaquella
tarde…yyahabíandadolastres.
—¿EsustedelSturmbannführerSleiter?—preguntóunodelospolicías.
—Sí—repusoKonrad—.¿Quédesean?
—¿Esquenohanotadolafaltadeunodesushombres…porazar?
Josef, que acababa de cerrar la maleta, colocando una rodilla encima, ya que había comprado
algunosregalosparasuamigo,sevolvió,echándoseareír.
—¡Pues claro que nos hemos dado cuenta, agente! Aunque, para decir la verdad, cada vez nos
ocurrelomismo…nuestroamigoPaulllegaenelúltimoinstante.
—Es cierto —dijo Konrad—. Por eso no nos hemos preocupado demasiado… aunque su
presenciaaquímehacepensarquehacometidoalgunabarbaridad…
LosdosdelaKripoguardaronsilencio,conexpresionesserias,comogenteacostumbradamása
escucharqueahablar.
—¿Sehametidoenalgúnjaleo?—insistióSleiter.
—Sí—fuelalacónicarespuesta.
—¿Grave?
—Sí.
Konradlanzóunsuspiro.
—Deverasquelolamentamos…enelfondo,noesunhombremaloniperverso,aunqueaveces
seponecomociego…Naturalmente,estamosdispuestosapedirexcusas…oapagarlosgastos…
El policía que llevaba la voz cantante se pasó la mano por el mentón, acariciándoselo como si
buscasehuellasdeunabarbaquehubiesesidounmilagroensurostrolampiño.
—Lomejoresquevenganconnosotros.
—Deacuerdo—dijoSleiterechandomanoasugorraqueestabacolgadadelapercha.
—¿Voycontigo?
—Sí,Josef…nosdaremostodalaprisaposible…ysiesemalditoKrimmannnoshaceperderel
tren…
Salieron,subiendoalcochedelospolicías.NingunodelosdelaKripodespególoslabiosdurante
elcamino,loqueobligó,enciertomodo,alosdosamigos,aguardarigualmentesilencio.
Peropocodespués,alverquesealejabanhacialosextrarradiosdelaciudadKonrad,frunciendo
elceño,sedirigióalospolicíasqueibansentadosenlapartedelanteradelcoche.
—¿EsquevamosasalirdeBerlín?—preguntó.
—Nomucho,apenasdoskilómetros…vamosallegardeunmomentoaotro.
Novolvieronadecirnada.Diezminutosmástarde,elautosedeteníajuntoaunosterrenosenlos
queibaaempezarseaconstruir,mostrandoyalastrincherasparacolocarloscimientos.
—Bajen,porfavor…
Tomaron un camino estrecho, una especie de pasillo entre dos altas tapias. Pasaron junto a dos
vehículos policiales, antes de desembocar en una explanada. Allí había media docena de hombres,
tresdeellosconuniformedelaKripo.
—Pero…—dijoJosefponiéndosepálido.
—Vengan…
Elcorodeloshombresseabrió,permitiendoquelosreciénllegadospudieranverloqueellos
habíanestadocontemplando.
El cuerpo de Paul Krimmann estaba allí, desnudo, ennegrecido. Su rostro expresaba el dolor
indeciblequeelsufrimientohabíadejadoinscritoensusrasgos;laboca,torcidaenunafeamueca,
teníatodoelaspectodeiralanzarunarisasardónica.
—Himmelgott!—exclamóMeisteraterrado.
Sleiternodijonada.
Se quedó mirando el cadáver de su camarada, con los dientes apretados, el ceño fruncido,
intentandosaber,comprender…
Sevolvióluegohacialospolicías.
—¿Cómohanconseguidoidentificarle?—preguntó.
Unodelosqueestabanallí,congalonesdeinspector,fuequienrespondió:
—Dejaron su uniforme tirado junto a él… con la documentación en el interior… así
comprendimosquepertenecíaalaunidaddeSAqueustedmanda…
—¿Sospechandealguien?
Elpolicíaseencogiódehombros.
—Denadie,porelmomento…vamosainiciarinmediatamentelasinvestigacionespertinentes…
peronoquieroquesehagailusiones,Sturmbannführer…enestostiemposturbiosocurrencosasque
mejoresnocomprender…
—¿Cómomurió?
Fueotrohombre,depaisano,quienalzólacabezahaciaKonrad.
—Soyelmédicoforense—explicó—.Nopuedodecirnadaconcretohastaquenohayahechola
autopsia, pero el examen del cuerpo me ha demostrado que fue cruelmente quemado, en las
extremidadesyenlosgenitales…quemadurasmuygraves,muchasdeellasdetercergrado…
—¿Producidasconqué?
—Contodaseguridad,conunsoldadordegas.
—Entiendo.
—Es muy probable que perdiese el conocimiento, ya que los dolores que padeció debieron ser
espantosos.
Sleitercerrólospuños.
—No se tortura así a un hombre por el mero placer de hacerlo… —dijo con voz sorda—.
Debieroninterrogarle…
—Esposible—concedióelinspectordelaKripo.
Se adelantó Meister, cuyas mejillas llevaban las huellas húmedas de las lágrimas que no había
podidocontener.
—HerrDoktor…
—¿Sí?
—¿Esnecesarioqueselehagalaautopsia?
Elmédicohizoungestodeasentimiento.
—Absolutamentenecesario,Sturmführer…eslaleyquienloexige…compréndalo…
Elinspectorintervinoentonces:
—Quisierasaber,unavezhechalaautopsia,quiénvaahacersecargodelcuerpo…
—¡Nosotros! —dijo Sleiter sin la menor vacilación—. Nos quedaremos en Berlín hasta que el
cuerpohayasidoembalsamado…luegolollevaremosaMunich.
—Comoustedquiera.
***
Alencenderelcigarrillo,Sleiterentornólosojosparaimpedirqueelhumoleirritase.Frentea
él,Josefintentabaconciliarelsueño.Elruidodelasruedassobrelosrieleshacíavibrarelvagón,y
Konrad,conuncortosuspiro,pensóquetambiéndebíatemblarelféretrodeKrimmannqueibaenel
furgóndecola.
HabíapensadomuchoenaquellostresdíasmásquelosdosamigospasaronenBerlín,esperando
quelasdisposicioneslegaleslespermitieranhacersecargodelosrestosdePaul.
—Hantenidoqueserellos…—repitióenvozalta.
Josefabriólosojos,mirandoconfijezaasuamigo.
—Dejadetorturarte,Konrad…
—Eso quisiera yo, pero no puedo. Hemos sido demasiado confiados, Josef… una pareja de
idiotasalhaberdejadoquePaulsalierasolo.
—¿Cómopodíamospensar…?
—Deberíamoshaberlohecho.Nonosqueremosdarcuentadequé,apesardelasapariencias,la
guerrahaempezado…sonlasprimerasescaramuzas,deacuerdo,perohayguerra…
—¿Siguespensandoquehansidoellos?
—Daría mi mano derecha a cortar… Quieren saber, ¿te das cuenta? Desean conocer nuestros
planes,sabercómonosestamospreparandoparaelgolpefinal…
—¿CreesquePaulhabló?
—¿Krimmann?¿Cómopuedesdecireso?Losteníamuybienpuestos…yestoysegurodequeno
hapronunciadoniunasolapalabra…
—¡Losmuycobardes!
—Lodelsoldadorlosdelata…escomosihubiesendejadosufirma…SSyGestapoutilizanesas
manerasdetortura…
—Escierto.
—Estánempezandoaponersenerviosos…tendremosquetenermuchocuidado…
—Yalesajustaremoslascuentas…yhablandodeajustarcuentas…¿aquémierdaestásesperando
parahacerunavisitaaFritzSchöreder?
UnachispasaltódelosojosdeSleiter.
—Pensaba hacerlo ahora, al regresar… pero primero hemos de rendir las honras fúnebres a
Paul…Donnerwetter!Cuantomáslopienso,menosverdadmeparece…
—¿Elqué?
—La muerte de Krimmann… me parece imposible… un hombre como él, lleno de vida… un
luchadornato…ylohanmatadocomoaunperro.
—Oye,Konrad…¿dóndecreesquelopescaron?
—¡Vayapregunta!Enunburdel…
—Esomismoestabayopensando…últimamente,lasdosvecesquevinimosaBerlínnoshablóde
unapelirroja…
—Escierto.
—Ydime,miqueridoSleiter…sialguiensabíaqueestabaconesafurcia…¿quiénpodíaser?
—Lafurcia.
—¿Tedascuenta?AlguiendebióinformaraesoscabronesdelasSS…ynopudosermásqueesa
ramera.
—Tienesrazón.
—NoshemoscegadoconlamuertedePaul,Konrad…debimospensarlascosasmásfríamente…
hacernuestraspropiasinvestigaciones…encontraraesamujer…
—Loharemos.
—No,estavezloharéyo,granhombre…Justamente,silacosafueraposible,deseabapedirteun
permisoparaBerlín…
—¡Perosiacabamosdesalirdeél!
—Sí,peroRupertnoloconoce…nuncatuvolaoportunidaddesalirdeBaviera.
—Podríashaberloinscritoenlasunidadesquehanidoadesfilar…simelohubiesesdicho…
Meistersonrió,bajandolosojos.
—Prefierohacerelviajesolo…conél.
—Deacuerdo…unaespeciedeviajedenovios,¿eh?
—Meimportaunbledoqueteburlesdemí.Además,séquenolohacesdecorazón.
—Esverdad.Cuentaconelpermiso,Josef.
—Iréaveraesaputa…
—Desdeluego,peroveconmuchocuidado…Noesellalaquenosinteresa,sinolapersonaque
estádetrás…
Sepasólamanoporlafrente.
—También he pensado yo, Josef… y me he preguntado cómo es posible que de los dos mil
hombresdelasSAquehemossubidoaBerlín,hayasidoprecisamenteKrimmannelquehacaídoen
latrampa.
—Deverdadqueescurioso.
—ParaquealguienescogieraaPaul,esnecesarioqueese«alguien»nosconozca.
—Tienesrazón.
—Yqueyosepa,solohayunhombrequehavividoconnosotros,conmigo,enlosviejostiempos
delucha,enMunich…
Meistermiróintensamenteasuamigo.
—Creosaberaquiénterefieres…hablasdetuviejocamaradadelfrente,¿no?
—Sí.
—¿Lecreescapazdeeso?
—Sí…éramosamigos,másaún,comohermanos…perolascosashancambiadomucho…Hoy
viveencontactopermanenteconloshombresquerodeanalFührer…conGöering,conGoebbels…
yconSepp,eljefedeesaunidaddelasSSqueestáalserviciodeHitler.
—Comprendo.
—Laamistad,queridoJosef,escomounfrutodelicado,conunaflorexternaquehayqueguardar
celosamente, sin dejar que ninguna cosa externa la altere y estropee. Yo estaba convencido de que
Lörzert pensaba exactamente lo que yo, ya que hablamos horas y horas en la soledad de las
trincheras…
»Y mierda, ¿qué puede desear un hombre como nosotros? Han procurado jodernos desde que
nacimos, nos trataron siempre como si fuésemos montones de estiércol… no fuimos nunca nada,
pasamoshambreymiseria:antesdelaguerra,durantelaguerraydespuésdelaguerra…
»Loshombrescomonosotrossabíamosperfectamentequenuestrosmayoresenemigoseranlos
ricosylosmilitares,yaqueeranelloslosdueñosdelcotarroenAlemania.
—Estoydeacuerdocontigo.
—También lo estaba Kilian… como yo, comprendía que había que liquidar de una vez para
siempreatodoslosparásitosquenoshabíanchupadolasangre.
»De todos modos, nosotros, los alemanes, no queríamos complicarnos la vida en revoluciones
internacionales.Puestoquenuestracasaestabaenruinas,debíamosprocurarlevantarla,fueracomo
fuera,impidiendoqueotrasnacionesmetieranlamanoennuestrosasuntos.
»AsícomprendílaspalabrasdeHitler,cuandoleescuchéhablarporprimeravezenMunich.Era
elhombrequeestábamosesperando.
»Peroloquenoentendíentoncesfuequelosricos,losgrandesindustrialesalemanes,sefijaban
también en Hitler, no como promotor de una revolución social profunda, con cambios definitivos,
sinocomoescudoparasalvarlesdelaotrarevolución,laquelosrojosestabantramando.
—Escierto.
—Ademásdelosricachos,losmilitarestambiénsefijaronenél…Hacíatiempoquelaacciónde
losagitadorescomunistasestabamirandoladisciplinadelaspocasfuerzasarmadasquecomponían
laReichwahr.Yestolespicabaelculoalosdelosgalones.
Lanzóunsuspiro.
—¿Locomprendes,Josef?Porunlado,Hitlerseestabametiendoenelbolsilloalpueblo,alos
obreros, prometiéndoles trabajo y pan, sin necesidad de que se lanzaran a una revolución roja… y
ellosleescucharon,haciendolasdeliciasdelosricosqueestabancagándosedemiedoantelaacción
delosrojos…
»Por otra parte, los militares vieron el cielo abierto, ya que Hitler, además de manifestar su
respeto al Ejército, daba el ejemplo, con sus formaciones paramilitares, las SS y nosotros, las SA,
despertandoenlagenteelviejocariñoaladisciplinaquelosgermanostenemos.
»Ricachosymilitronchossefrotabanlasmanosdecontentos…todoibaaserestupendo…yaque
HitleribaaconstruirunReichordenado,disciplinado,orgullosodesímismo…
»Por eso, mi querido Meister, ni ricos ni militares se opusieron al nacionalsocialismo; al
contrario, los primeros dieron el dinero necesario para el triunfo, mientras que los segundos
prestabanunfuerteydecididoapoyomoral.
Asíes.
—ClaroqueloqueHitlerolvidó,unavezencaramadoalpoder,fuequesuspromesasalpueblose
habíanconcentradoenelespíriturevolucionariodelasSA…yquenosotrosesperábamoslafasede
limpiezadelaqueéltantohabíahablado.
Moviólacabezadeunladoparaotro.
—Ahora,unavezenlacúspide,HitlersehadejadollevarporlosviejosenemigosdeAlemania.
¿Yporqué?Porquesiguenecesitándolos…ellosnofueronnuncatontos…yahoraestándispuestosa
pasarfactura…
»Losricosquierenunabuenaindustria,sinhuelgasnihistoriasdeconflictosobreros…ylohan
conseguido…
»Los militares van a tener su ejército, la Wehrmacht, para poder satisfacer por completo su
espíritu de casta. Por eso, Josef, se echaron las manos a la cabeza cuando el camarada Roehm les
hablódeincorporarloscuadrosdelasSAalasFuerzasArmadasdelanación.
—¿Creenacasoesoscabritosquenuestrosjefesnosoncapaces?
—Eso mismo… afirman que no tienen preparación militar, que no sabrían hacer una guerra…
comosielloslahubiesenhecho…¡Hijosdeputa!Nosmetieronenlastrincherasparamorircomo
topos…
»¡Malditoscabritos!Aveces,paraconseguirunanuevamedallamandaronalmataderoacientos
demilesdehombres,cuyoobjetivo“estratégico”eraconseguiravanzarmediocentenardemetros…
»Poresotienenmiedodeunejércitopopular,decodearseconunosjefesyoficialesdelasSAque
llevanlarevoluciónnacionalsocialistaenlasvenas…
—¿Yquévaapasar?
—Algomuygordo,Josef…siconseguimosapoderarnosdelpoder,Alemaniaseráunpaísnuevo
en el que cada ciudadano se sentirá orgulloso de que hayamos terminado con las lacras que nos
devorancomolapeordelaslepras…
—¿Ysiperdemos?
—Entonces…elReichseconvertiráenunpaísmilitaristayfabricantedecañones…yotravez
más,amigomío,seremosderrotados…ypuedeserquedeunaformadefinitiva…
Terceraparte
30dejuniode1934
«…estánlosviejoscuchillos
tiritandobajoelpolvo…».
F.GarcíaLorca
I
—¡No!¡Estaveznoaguantomás!Voyairaveraesosjueces…ylespisarélacara,unoauno,les
sacarélosojos…les…
ArremetiódenuevocontraMeister,peroJosefvolvióadescargarsupuñodehierroenelrostro
deSleiter,quellevabayamarcaspatentesdelosgolpesrecibidos.
—¡Déjamepasar,Josef!
Sin contestar, Meister se frotó los nudillos doloridos, algunos de los cuales se habían
despellejado.
—¡Eresunsuciopuerco,Josef!Sivuelvesallamarmeamigotemato…
Sehabíadejadocaer,sentándose,enelbordedelacamadesucuartoenlaCasaParda.Colocólos
codosensusrodillas,cogiéndoselacabezaconambasmanos.
—No hay derecho, no hay derecho… ¿por qué no me atacan directamente? ¿Por qué no han
venidopormí?Envezdeeso…¡hijosdeputa!
—Noacusesanadiehastaquenosepasdedóndehanvenidolostiros…
—¡Vetealamierda,Josef,malamigo!¡Nomehables!¿Esquenotedascuentadequetengoque
vengarla?
—Yaloharás,asudebidotiempo,cuandoestésfríocomoelhielo…ahora,pedazodeidiota,te
cazaríanantesdequedieseselprimerpaso…
Sleitermoviótristementelacabeza.
—¡Acostarseconunjudío!¿Tedascuenta?Nopodíanhaberinventadonadamásabsurdo…
—Esunatrampa,yalosé…NadamásllegaraMunich,yafortunadamenteantesdequefuerasa
verla, te informaron los camaradas, te enseñaron los periódicos… y así hemos podido evitar que
hicierasunabarbaridad.
—Laharé…
—Nomientrasnopasesporencimademí…Mellamasmalamigo,peroséquetodoesoesde
boquilla… porque ser amigo, de los buenos, es impedirte, ahora, que te lances a la calle como un
torofurioso…
—Lahanmatado,Josef…
—Esprobable,aunquesecuentaquesesuicidóenlacelda…alquecolgaronfuealjudío…
—Pero…¿quéjudíooquéniñomuerto?Erikanosehubieseacercadoaunjudíoportodoeloro
delmundo…niaunjudío,nianadie…
—Losé,losé…¿oacasocreesquenolaconocía?Eraunamujerestupenda…deesonohayla
menorduda.
—Nuncahizodañoanadie,nisiquieraalimbécildesunovio,aquellanoche…cuandoseentregó
a Paul para evitar que rompiésemos la crisma a Oberfein… Porque, lo creas o no, lo que contó
despuéseraunamentira,unaformadeevitarquelacreyésemosdemasiadosensible,comoloeraen
realidad.
—Siempreheimaginadoque,apesardeloquedijoluego,sesacrificósencillamenteporWalter.
—Asífue.
Meister estaba contento de que Konrad hablara, era precisamente lo que Sleiter necesitaba:
desahogarse,yyaqueeraincapazdellorar,quehablasecuantoquisiera…
—Éramosfelices,Josef…
—Losé.
—Nosésivasareírte,peropensábamoscasarnosdentrodeuntiempo…cuandotodosehubiese
normalizado…
—Eslógico.
—Estremendo…¿quémeocurre,Josef?
—¡Aquéterefieres!
—Amidestino,conlasmujeres…Tengounasuerteestupendaconellas,amigomío…primero
conAnna…unamaravilladechica,alguienúnico,excepcional…divino…unadeesasmujerespor
las que cualquier hombre normal entrega sin vacilar la vida entera… una mujer para hacer de ella
unamadre…
Lanzóunsuspiro.
—Y la perdí, Meister, la perdí cuando aún no había conseguido hacerla feliz del todo, cuando
empezábamosapenasaconstruirunmundoanuestramedida…
Sepasólamanoporloslabios,perosinconseguirborrardeelloslaintensamuecadeamargura
quelosornaba.
—Ahora, Erika… un ejemplo de mujer, tan formidable como para haber salido limpia de un
lupanar… tan capaz de amar de veras como para borrar de su piel el recuerdo de todas las sucias
cariciasquelefueronimpuestas…¿Quémeocurre,Josef?
—Eslavida,Konrad…eldestinodecadauno…
—Sí,yasé…peroenamboscasos…enAnnayenErika,lamuertehasidofabricadaporotros…
impuestasalvajemente…yenamboscasos,amigo,yoeraelobjetivo,lejanoopróximo…
—¿Estássegurodeloqueafirmas?
—Por completo… en el caso de Anna, era mi familia. Por tanto, yo como parte de ella, el
objetivodelamaldad,deldeseoinsatisfecho,truncado…
»EnelcasodeErika,elobjetivosigosiendoyo…aunquelosejecutores,losverdugos,nosean
losmismos.
—Nopiensesdenuevoeneso.
—¿Crees que puedo evitarlo? Ya sé, por lo que he leído, que ha sido la Gestapo la que ha
intervenido,mercedaunadenuncia,enelcasodeErika…peronohacefaltaseradivinoparasaber
dedóndellegóesadenuncia…
—¿LasSS?
—¿Lodudastú?
—Nosé…noquieroaventurarningunaopinión,almenosporahora…
Unarisacortante,cargadadevibracionessalvajes,partiódelabocadeSleiter.
—No te hagas el tonto, Meister… ya sé que intentas calmarme… pero no quieras, además,
hacermecomulgarconruedasdemolino…
Rechinódedientes.
—Tengoquematar,Josef.
—Loentiendo.
—Tengoquematar,hacersufrir,gozarconeldolordealguien…¿mecomprendes?
—Sí.
—Lohepensadobien.Mehedadocuentadequetienesrazón…enelcasodeErika:notenemos
pruebassuficientesparapoderactuar…
—Menosmalquecomprendes…
—Perotengoquematar…mequemanlasmanos,Josef.
—Losé.
—Mequemanlasmanos,comonosardíanatodoscadavezqueunodelosnuestroscaíabajolas
balasdeloscomunistas…Tengoquematar,Josef.
—Mata.Tienesalgopendiente…veyacabaconél.Asítequedarástranquilo…
—Voyahacerlo,iréestanochealpueblo…yloliquidaré…
—Irécontigo.
Konradtardóunossegundosencontestar.
—Deacuerdo,peroconunacondición.
—Habla.
—Notemeterásennada…Fritzesasuntomío,solomío…
—Achso!
***
Lamiróconarrobo,mientrasella,queacababadesaltardellecho,seponíaunabatadeintenso
colorazul.
—Eresunvolcán,Hilma,unterremoto…meestasvolviendoloco…
Ellasevolvió,clavandoenelrostrodelhombre,aúndesnudosobreellechodesordenado,una
miradafríacomoelhielo.
—Procuraolvidarme,Erich…
—¿Eh?
—No te hagas el tonto… lo nuestro ha sido un rato… y tú lo sabías perfectamente bien. Te
prometídossemanasdedicha…ytelashedado…
—¡Las dos semanas más hermosas de mi vida! De veras que no podía imaginar que existiesen
mujerescomotú…
—Yalohascomprobado.¿Noestáscontento?
—Sí…peroestonopuedeterminardeesamanera…tedeseo.
—Losiento.
—¡Nopuedessertandura!—exclamóélsaltandoencuerosdelacama.
Seacercóaella,comiéndoselaconlosojos.
—Nopuedesdespedirmeasí,comouncriado…
—Nolohago.Quieroquenosdespidamoscomoamigos,Erich…
Unamuecairónica,peromalignaalmismotiempo,sedibujóenelrostrodelSS.
—Teequivocas,Hilma…túhastratadohastaahoraconhombresdébiles…conmuñecos…yyo
nosoydeesaclase…Quieroseguirteniéndote,ytetendré…hastaahoratehetratadocontodaclase
de delicadezas, pero puesto que te pones así, te obligaré a obedecerme… en cualquier momento, a
cualquierhora,cuandomeplazca…
—¿Estásseguro?
—Porcompleto…
Erich no supo dar el justo valor al brillo de desafío que brillaba en los hermosos ojos de la
mujer.
—¿Y…quévasahacerparaobligarme?
—Losabesmuybien…Tengopruebasdeloquehasurdidocontraesamujer…sé,sinconocerel
motivo,queelobjetivodetodoestoesSleiter,delasSA.
—Esposible.
—Lodemásesmuysencillo…essuficientehacerunavisitaalaCasaParda,hablarconSleiter,
contarlealgunascosasquepuedeninteresarle…
—¿Chantaje?
—Mataríaporti…
—Es muy halagador… por tu parte, pero nada convincente… cuando tomo una determinación,
jamásmevuelvoatrás…ynovasasertúquienmedémiedo…
—Lotendrás.Todoelmundo,enMunich,conoceaSleiter…
—Perotúnomeconocesamí.
—¿Quéquieresdecir?
—Que deberías haberte dado cuenta de la clase de mujer que soy, idiota… he sido capaz de
volvertelocoendossemanas…nuncahesidoinmodesta,peroconozcomipoder,ysécómomanejar
aloshombres…aotroshombresquemehanprobado…
ElrostrodelSSenrojeció.
—¡Zorra!Medijistequesolohabíassidodetumarido…
—Y no mentía… para una mujer, «ser de un hombre» significa algo que tú no puedes
comprender…Elqueamase,amimanera,aHans…noquieredecirquenomehayaacostadocon
otros…
—¡Eresunaramera!Dijistequenolohabíashecho…
—¡Bah!Unapequeñamentirapiadosa,algoquelasmujerestenemosquehacerpararevalorizar
vuestroestúpidoorgullodemachos.
—Noimporta…nadaimportayadeloquedigas…quierotenerteamidisposición…ytetendréa
menosquedeseesqueSleitertearranquelapiel…
Ellasoltóunacarcajada.
—¡Pobreimbécil!Todohubierasidotansencillo…perono,teníasqueecharfueratuasqueroso
afándemandodemachohambriento…
Erichfruncióelceño,dandounpasohaciaella.
—Voy a empezar por donde hubiera debido comenzar desde que te vi, sucia puta… voy a
enseñarteatratarmecomoesdebido…rompiéndotetuslindosmorros…asíaprenderás…
Alzóelbrazo.
—¡Quieto!
Lavoz,trasél,juntoalapuertaqueacababadeabrirse,inmovilizóelgestodelHaupsturmführer.
Se volvió, poniéndose firmes al ver al Obergruppenführer Tremunger, su jefe supremo, que le
fulminabaconlamirada.
—¡Alaorden!
ElcoronelSSlelanzóunamiradacargadadedesprecio.
—Laseñoratienerazón…eresunestúpido…yyodeberíamatarteaquímismoporhaberosado
insultar…ycasipegaralaviudadeunodenuestroshéroes…
—Yo…
—¡Silencio!Vasavestirteytepresentarásenelcuartel,aloficialdeguardia,diciéndolequeestás
bajo arresto… luego, por idiota, te enviaremos lejos de Munich… a algún sitio donde puedas
reflexionarsobrelamaneradenovolverahacerelidiotaentuasquerosavida.
II
—¿Quéeseso,Greta?
—Sigue,Fritz…porfavor…estoyllegando…sigue,sigue…
Elhombresedejócaeralladodesuesposa.Teníalosojosinmensamenteabiertos,peroconfiaba,
como tantas y tantas veces, en que sus sentidos le habían engañado y que el timbre de la puerta no
habíasonado.
¡Cuántasycuántasveces,enmediodelanoche,habíadespertadoconlaabsolutaseguridaddeque
llamabanalapuerta!
—Fritz,amormío…
Ella estaba encantada del brusco cambio que su esposo había dado. Desde que Fritz no salía de
casa,atadoalcepodelmiedo,ellahabíaconseguidoloquejamássoñó:volverainteresarle,serpara
él,otravez,lamujerylaamantequeelladeseósersiempre.
Aunque,enelfondo,siguieradespreciándole,ahoraleteníaasulado,disponiendodesuvirilidad
que,cosacuriosa,eltemorparecíahaberexacerbado.
Cadanochehacíanelamor,naturalmentearequerimientosdeella,queparecíadispuestaaganar
losañosperdidos,cuandoélseausentabadelacasaparallevaralacamaasusinnumerablesamantes.
—Nohasidonada,Fritz…ven,cariño…
Schörederestuvoapuntodehacerlecaso,perocuandosevolvía,paravolveracolocarsesobreel
obesocuerpodeGreta,eltimbredelapuertavolvióasonar,estavezconunainsistenciapatente.
Fritz dio un salto, se quedó sentado en el lecho con una flaca desnudez ridícula, al lado del
grasientocuerpodesumujer,conlosojosdesorbitados,loslabiostemblorosos.
—Hanllamado…
—Sí,yasé—concedióellaquetambiénhabíaoídoeltimbre—,peronotemas,puedequesetrate
deunvecino,deunamigo…
—¿Aestashorasdelanoche?
—Puesclaro…¿quétienedeextraordinario?¿Porquétienestantomiedo?
Lahubieramatado,cortadoatrozos,aplastadolacabeza,abiertoelcuerpodeformadohastahacer
salirlagrasa,aborbotones,dedebajodesupielrepugnante.
¡Preguntarlesiteníamiedo!
Nohabíadejadodetenerlo.Estabaenél,comoalgoqueformasepartedesupropianaturaleza,
comocualquierotroórganodesucuerpo…deestecuerpoquesecubríaahoradeunsudorheladoy
pegajoso…
—Voyaabrir…
—Nein!
Ellalemiró,conextrañafijeza.
—¿Quédices?—inquirióGretaagriamente—.¿Hasperdidolarazón?Sinoabrimos…
Eltimbrevolvióaresonar,másinsistentementequeantes,enelpisodeabajo.Unruidodepasos
sedejóoír.Fritzahogóunjuramento.
—¡EsaimbécildeFrida!¿Quiénlehamandadoabrir?
—Pero…esnatural…yaqueningunodenosotroshemosbajado…
Unaluzsuplicanteseencendióenlasmedrosaspupilasdelhombre.
—Veaverquiénes,querida…ysisetratadeunavecinaodeunamigo…
—¿Amigos? —inquirió ella saltando de la cama. Y mientras se ponía la bata—: Ya no tenemos
amigos,amormío…yanoescomoantes,cuandoerasunapersonaimportante…
—¡Ve,porfavor!
—No temas… volveré en seguida… y continuaremos donde lo hemos dejado… esta noche, el
cuerpomepidejuerga…
Estuvoapuntodemaldecirla,perosecontuvo,enúltimainstancia,mordiéndoserabiosamentelos
labios.¡Lamuypuerca!Ella,lamujerdecente,lehabíademostradosermilvecesmásviciosaquela
peordelasfurciasconlasquesolíairantes.
Sehabíaaprovechadodesutemor,dequenoseatrevieraasalirdecasa,paralanzarsesobreél
comounaperraencelo.Lodeseabasiempre,acualquierhora,encualquiermomento,sinrespetar
siquiera la presencia de la vieja Frida, la única criada que había conservado. Llevaba vestidos con
escotestremendososepaseabaencombinación,dejandoverlasgrasasquerebosabanportodoslos
lados de su cuerpo. Se pegaba a él como una lapa, o le metía la mano en la bragueta en cualquier
ocasión.
Sentía náuseas al verse acosado por aquella foca a la que hacía tanto tiempo que había
despreciado,yteníaquehacerverdaderosesfuerzosparanopensarenella,especialmentecuandola
teníadebajo;entonces,cerrandolosojos,pensabaenalgunadelasinnumerablesqueridasquehabía
tenido, las mejores mujeres de Baviera, hermosas y jóvenes, con carnes tersas y duras, que se
plegabanasuscaprichos,yaquetododependíaenúltimainstanciadelgrosordelfajodebilletescon
elquelesobsequiaba.
Peroahora,arrodilladoenlacama,nopensabaensuspasadashazañasamorosas,ensusnoches
de orgía, en su época de poder casi ilimitado, cuando el dinero faltaba o la inflación le había
arrancadotodovalor.
Todos sus sentidos estaban concentrados en el de su oído, y estaba tenso, con la cabeza
ligeramenteinclinadahaciaadelante,pendientedelmenorsonidoquellegasealaalcoba,procedente
delaplantabaja.
Nooyónada.
Sentía los acelerados latidos de su corazón que le golpeaban en las venas del cuello,
produciéndole una sensación de angustia; además, el sudor seguía pegado a su piel, como una
espumahelada,ylabocalesabíaarayos.
—¡Yasubo,amormío!Sehanido…
LavozdeGretalecolmódedicha.Sonriendo,sedejócaerenellecho,comprobandoconplacer
cómolatensióndecadaunoydetodossusmúsculosdesaparecía.Eraunasensacióndeliciosa,como
cuandodespiertaunodelcogollodeunapesadillaterrible…
Nadaleimportabatenerquevolveramontaralavacadesumujer;alcontrario,estabadispuesto
acomplacerla,cosaqueconsentíamuypocasveces,haciendoelamor«alafrancesa»,comoaellale
gustaba:
Entornólosojos,antesdecerrarlos,dejándosearrastrarporaquelladulzuraquehabíasucedidoa
lagrantensióndelosmomentosprecedentes.
—¡Hola,puerco!
Sequedóhelado.
Nisiquieratuvofuerzasparaabrirlosojos,agarrándosedesesperadamentealaúnicaexplicación
válida, a que sus sentidos le engañasen, a que aquella voz no existiese más que en su calenturienta
imaginación.
—Soyyo,asquerosobastardo…
Era inútil ya querer engañarse. Tampoco valía la pena mantener los ojos cerrados. En aquellos
momentos,comosuelesucederalostimoratosycobardes,Fritznecesitabaentrarencontactoconla
realidad,comosideseaseinteriormentedarsecuentadequetodoestabadefinitivamenteperdido.
A fuerza de haber imaginado este instante, de mil maneras distintas, era ahora, en aquellos
precisos instantes, como si quisiera comprobar que las cosas iban a pasar tal y como él las había
concebidoytemidoenaquellosúltimosmeses.
Abriólosojos.
Elhombreestabaanteél,altocomounatorre,consuuniformedelasSA,elrostrodurocomoel
delaJusticia,losojosfríoscomolosdelaMuerte.
—Hola…
Eraun«¡Hola!»pronunciadoconunavozpequeña,apenasunsusurro,productodelpocoaireque
teníaenlospulmones.
—Vístete.
—Sí,enseguida.
¿Paraquédefenderse?¿Porquénoobedecer?
Para un hombre como Schöreder, que había visto su muerte un millar de veces, lo que estaba
sucediendo era completamente lógico. Mucho antes, al principio de aquel irreversible proceso, se
habríadefendido,habríagritado…
Ahora…no.
Sevistióconciertapremura,comosituvierabruscamenteprisadequetodoaquelloterminará,
comosi,trasunainterminableyangustiosaespera,sintieraahoraunaespeciedeíntimasatisfacción
alimaginarquenuncamásviviríalosmomentosdepavorporlosquehabíaatravesado.
—Vamos…
Bajaronensilencio.Enlaplanta,juntoalapuerta,Greta,envueltaensubatínazul,lemirósinla
menor luz de compasión en sus ojos. Al contrario, su mirada decía, al mismo tiempo, todo el
desprecio,todalasatisfacciónquesentía.
Separólamiradadeél,clavandounalujuriosaenelrostrovirildeSleiter.
—Ya era hora que viniera por él… lo estaba deseando… tengo un amigo, en la vecindad, un
verdaderomacho,queestáesperandoquemequedesolaparaveniravivirconmigo…
SusojosquenodejabandemiraraKonrad,secargarondeluceslúbricas.
—Siustedquisiera,estanoche…silodesea…
—Gracias,meineFrau…seríaunverdaderoplacer…perotengomuchaprisa…
—Bien…—suspiróGreta—.Yotambiénlosiento…¡quélevamosahacer!Despuésdetodo,lo
importanteesquemelibrenustedesdeestepuerco…
—¿Vamos?—inquirióJosef,queestabaimpaciente.
—Sí.
Diounpasohacialapuerta,inmediatamentedespuésdeFritz,queavanzabaconlacabezagacha.
Yentoncessedetuvo,volviéndosehacialamujer,cuyosojosseagrandaron,llenándosedeunaluzde
incredulidad.
—¡Espere,Meister!—dijoSleiter,yalamujer—:Usted…
Elladebióequivocarseentodo,yaquesonriendodeformaprovocativa:
—¿Vaustedahacerelamorconmigo,bravomozo?
—No,noeseso…
Ellalanzóunlargosuspiro.
—Esigual…unallegaaunpuntoenquesolosehaceilusiones.¿Quédeseausteddemí?¿Porqué
noselargandeunavez?
KonradcomprendiólairritacióndeGreta;quizáporesodejóquesuslabiosdibujasenunatenue
sonrisa.
—Perdone…yaledijeantes…peroahoradesearíapreguntarleunacosa.
—Hable.
—Deseo,igualmente,quemedigalaverdad.
—Nomegustamentir.
—Asíestámejor…¿deverdadqueodiaustedasumarido?
—¿Aesehombre?¿Porquémelopregunta?¿Creequedejaríatranquilamentequeselollevasen,
sileamase…aunquenofueramásqueasí?
Juntóelíndiceyelpulgarcomomostrandoalgodiminuto.
—Leodio—prosiguiódiciendoconvozsorda—yledesprecio.Loqueestepuercomehahecho
pasar, no es para contarlo… mil veces, Sturmbannführer, mil veces… y quizá me quedo corta, he
soñado con el placer que experimentaría cortándole el cuello como hacemos con los cerdos en el
pueblo…
HacíatiempoquelasonrisasehabíaborradodeloslabiosdeSleiter,ymirabaalamujercomosi
setrataradeunacriaturadeotroplaneta.
—Está bien —dijo cuando Greta hubo volcado su odio con aquella voz vibrante y cargada de
violencia—.Estábien,voyaproporcionarlelaocasióndevengarse…levoyaentregaraFritz,para
quehagaloquequieraconél…
—¡Oh! —exclamó ella juntando las manos—. ¡Es el mejor regalo que puede hacerme, señor!
Pero…noquieroiralacárcel…
—Noirá…Miamigoesperaráaquí…vístaseyvayaconél…cuandohayahecholoquetieneque
hacer,Joseflatraeráacasa…
—De acuerdo… gracias de nuevo… pero ¿y usted? Yo creía que… usted no pensaba más que
en…
—¿Vengarme?
—Sí.Esecerdolehizomuchodaño…primeroasuspadres,luego…
—Deje… son cosas mías… Ande, vaya a vestirse… yo me voy… le deseo mucha suerte, Frau
Schöreder…
—Danke!
Esperóhastaquelamujerhubosubidolaescalera;luego,volviéndosehaciaMeister:
—Iréandandohastalaestación.Teesperaréallí,enlacantina,tomandoalgo…
—Pero…¿quéteocurre,Konrad?Hasesperadoestaocasiónduranteaños…yahora…
—Nomepasanada…¡Hastaluego,Josef!
***
Cuandolosotrostreshubieronrecibidoinstrucciones—ibansaliendoamedidaqueHimmlerles
despedía—, solo quedó en el despacho del Reichführer Kilian Lörzert, que seguía tieso como un
palo, en absoluta posición de firmes, esperando escuchar de los labios del poderoso señor de la
GestapoydelasSS,loquedebíahacer.
Aunqueloesperaba,sehabíasorprendido,almismotiempoquelosqueyahabíansalido,dela
decisióntomadaporHitler.
AhorayanocabíalamenordudadequelapacienciadeAdolfHitlersehabíaagotado,yquetras
detolerartodaslasbarbaridadesqueRoehmysusSAhabíancometidoatravésdetodoelpaís,había
juzgado oportuno terminar de una vez para siempre con aquel peligro creciente que significaba la
ambicióndeunodeloshombresalosquemejorhabíatratado.
Ernst Roehm deseaba el poder, estaba claro como el agua. Y había inculcado a las SA el odio
haciaunrégimenque,comoélafirmaba,habíatraicionadoporcompletolosidealesyobjetivosdela
revoluciónnacionalsocialista.
—Standartenführer…
Kilianalejódesumentelasideasquegirabancomopeonzas,esforzandotodasuatenciónenla
personadesusuperior.
—¿Sí,meinReichführer?
—Yahavistoustedquehemosllegadoalafataldecisiónqueseimponía…Comoacabadeoír,se
hafijadolafechadel30dejunio;esdecir,dentrodequincedías,paraterminarparasiempreconesta
dolorosapesadilla.
Himmlerhizounacortapausa.
—Mañana, Hitler ordenará a Roehm que dé un largo permiso a las SA… estamos en pleno
verano,ynadiepodrápensarquesetratadeunamaniobra…
»Detodosmodos,Roehmnoesningúnimbécil…ynocreoquevayaatragarsetranquilamentela
píldora… aunque, por el momento y aunque sea por última vez, no se atreverá a desobedecer al
Führer…
Unnuevosilencio.
—CiertosinformesparecendemostrarqueelgolpequelasSAseproponendaralpaís…está,en
principio,fijadoparaeldíaunodejulio.
—¿Puedohacerunapregunta,Reichführer?
—Sí.
—Silafechadelarebeliónesesa…¿porquénoadelantarseparacontrarrestarelgolpe,envez
dedejarlasoluciónparaúltimahora?
—Es cierto, amigo mío… pero los hechos lo imponen. En realidad, como le he dicho antes,
Roehmesmuyhábil,aunquenosospechaenabsolutoqueconocemoscontodoslosdetallessuplan.
—Entiendo.
—Hitler, al que acompañaremos unos cuantos, simulará ir a visitar algunos centros de las
Hitlerjugend, asistirá a una boda… pero tanto él como nosotros, estaremos atentos… esperando el
momentodeintervenir.
—¿YelEjército,señor?
—LaReichwehrhasidoalertada,ypermaneceráenesteestadohastaquetodohayapasado,pero
sinintervenir…elproblemaesdeordenpolítico,ynomilitar.
—Yaveo.
—Hitler desea encargarse personalmente del asunto de Bad Wiessee… en el que también
intervendremossusallegados…
»Comoacabausteddeoír,losjefesSSqueacabandesalirapoyaránlaoperaciónbloqueandolas
carreterasyencargándosedeciertoscentrosdelasSAenBaviera.
—Comprendo,señor.
Atravésdeloscristalesdelasgafas,losojosdeHimmlerseclavaronenlosdeLörzert.
—Si le he dejado a usted para el último, es porque la misión que voy a encomendarle es…
digamosquemuydelicada.
—Leescucho,señor.
—Elgolpe,enBerlín,seráyuguladoporGöering…todoestádispuesto.Despuésdetodo,lasSA
notienenmuchafuerzaenlacapital…
»NoocurrelomismoenBaviera.
»MunichhasidosiempreelfeudodeRoehm,ytodaslasciudadesdelSurestánprácticamenteen
manosdelasSA.
—Losé,señor.Soybávaro.
—Sí,escierto…Puesbien,hayunaunidadespecialalaqueRoehmhaencomendadoeltrabajode
adueñarsedeMunich,extendiendoluegosupoderhaciatodoelsurdeAlemania.
»Setratadeunaunidadformadaporverdaderosfanáticos,gentequepreferiríadejarsepartiren
pedazosantesquedesobedecerasujefe…
—Yaveo.
—Esa unidad… estará preparada en los alrededores de Munich, dividida en seis partes, cuyos
lugaresdeesperaconocemosgraciasaciertasinformacionesquenosproporcionóunSAcapturado
enunburdel…
Hizounapausa.
—Suunidaddecombate,amigoLörzert,deberáencargarsedeesegrupodeasaltodelasSA…
Unodemisayudantesleproporcionarátodoslosdetallesnecesarios.
—Bien.
—Tengoqueadvertirleque…nodeseamostestigosvivosdeesaoperación.ElFührerhallegado
alaconclusióndequelosmiembrosdelasSApertenecenadosgruposperfectamentediferenciados:
»Deunlado,losrecuperables,queterminaráningresandoenelEjércitooinclusoenlasSS…
»Ydeotrolado,losirrecuperables,quehandedesaparecer,Roehmentreellos,naturalmente,así
como otros… y, lógicamente, todos… todos los miembros de esa unidad a la que vengo
refiriéndome.
—Entiendo.
—MientrassushombresseencargandelosgruposdeesaunidadSA,usted,Standartenführer,con
elgrupoqueustedmismodetermine,seencargarápersonalmentedeljefedeesaunidad…
Himmlerhizounapausa,ysusojos,traslasgafasconmonturadeacero,setornaronfríoscomo
elhielo.
—…queeselSturmbannführerSleiter.
Kiliansepusotenso,rígido:unapalidezcerúleacubriósurostro,altiempoquesusojosperdían
súbitamentesubrillohabitual.
Himmler registró mentalmente cada uno de aquellos cambios, y una sonrisa cínica empezó a
dibujarseensusdelgadoslabios.
—Conoceustedaesehombre…nichwahr?
—Sí.Fuemicompañerodearmas.
—Losé.
—Yo le hice ingresar en el Partido… y aunque deseaba que perteneciera a la primitiva SS, él
prefiriólasSA.
—Tambiénlosé.
—Nosquisimoscomohermanos…enrealidad,ledebolavida.
—Tambiénlosé.
Kilian se sentía incómodo. Aunque seguía mirando al Reichführer, sentía la totalidad de sus
músculos en estado de dolorosa tensión, como si su cuerpo estuviera atravesado por una fuerte
corrienteeléctrica.
Lanzóunsuspiroantesdedecir:
—Tengo,porlovisto,que…
—¿Matarlo?
—Sí.
—Sí.
Kiliantragósalivaconvisibledificultad.
—Nunca he pedido nada, Reichführer… usted conoce, mejor que nadie, mi hoja de servicios…
jamásheretrocedidoanteningunamisión…nuncaheesquivadoelpeligro…
—Escierto.
—Peroahora…tenerquehacereso…¿puedohacerleotrapregunta,señor?
—Desdeluego.
—¿Porquésemehaelegidoprecisamenteamí?
—Porque nadie puede hacerlo mejor… Sleiter es un hombre extraordinariamente listo… va y
vienedeunladoparaotro…protegidoporesaespeciedegorilallamadoMeister.
—Loconozco.
—¿SabequeestuvieronlasemanapasadaenBerlín?
—¿Aquí?No,nolosabía…
—La Gestapo no les pierde jamás de vista… Vinieron hace dos semanas… y a pesar de la
vigilancia de nuestros agentes, consiguieron escabullirse, aunque después supimos lo que habían
hecho…
Moviólacabezadeunladoparaotro.
—Son dos hombres extremadamente peligrosos, amigo mío… buscaron a una prostituta… y la
degollaronensucasa…
—¿Porqué?
—Esamujerhabíatrabajadoparanosotros,permitiéndonosquecazásemosaunodeloshombres
deSleiter…alquenuestrosserviciosespecialeshicieronhablar.
—Comprendo.
—Ustedconoceaesehombre…yleconsiderocomolaúnicapersonacapazdesuprimirloenel
momentooportuno…
—Señor…
—¿Sí?
—¿NohabríamedioderecuperaraSleiter?
LosojosdeHimmlerllamearon.
—No.EstáenlistapersonaldelFührer…hademorir,Lörzert…esaeslaorden…
—Bien.
***
—¿Nohasleídoesto,Konrad?
Sleiter, que junto a la ventana abierta, contemplaba los ejercicios de su grupo en el patio del
cuartelSA,nosévolvió,peropreguntó:
—¿Dequésetrata?
—Esunainvitación.
—¿Unaqué?
—Unainvitación…Tehasconvertidoenunhombreimportante,Konrad…todoelmundosabe
queeresunodeloslugartenientesdeRoehm…
—Nodigastonterías.
—Eslaverdad…lapruebalatengoenlamano…
—Tírala…oléelaenvozalta.
—Comoquieras.Escucha:«Conmotivodelacelebracióndesuonomástico,Frau Hilma, viuda
deWeistäter,tieneelhonordeinvitarausted,SturmbannführerKonradLudwigSleiter,alarecepción
quetendrálugarensudomicilio,Bennenstrassenúmero9,elpróximodía20dejunio,alasoncede
lanoche…».¿Quéteparece?
—Notengoganasdefiestas.
—TienesqueirKonrad…Scheisse!Llevasunavidademonje…yaeshoradequetediviertasun
poco.Además,porloqueheoído…esaviudita…
—Nomehablesdemujeres.
—¡Bah!Telovoyadecir,detodosmodos…EnMunichsedicequeesunadelasmujeresmás
hermosasdelpaís…y…segúnotroscomentarios,unaespeciedevolcánconfaldas…
—Tehedichoquenomeimporta.
Sleitersevolvió,dandolaespaldaalaventana.Lasvocesdemandollegabandesdeelpatio,duras
yásperascomotrallazos.
—Eresunhombremuyfrío,amigomío…—dijoMeister.
—¿Túcrees?
—Sí.Medasmiedo…desdelamuertedeErika,nohasvueltoatocaraunamujer.
—¿Ybien…?
—Igualteocurrióantes.Desdequetuesposasepusoenferma,noteacercasteaotrahembra.
—No soy un animal, Josef. Siempre he pensado que no debe de hacerse el amor a menos que
existanciertosrequisitos,unamutuaatracción,simpatía,ternura…
—Cuandolacarnetienehambredecarne,todoesoimportapoco.
—Noparamí…Siemprefuiasí,Meister…Recuerdo,enelfrente,quesemeocurriómuypocas
vecesaprovecharmedeloscortospermisosquenosdabanparaecharunpolvo…
—Perolohiciste.
—Sí.Aunqueluegomeibaconunpésimosabordeboca…sintiendoascodemímismo…Igual
leocurríaaKilian…eneso…tambiénnosparecíamos…
—¿Hablasdetuviejoamigo?
—Sí.Pensábamoscasideidénticamanera…éramosdosrevolucionariosnatos,Josef,delosde
verdad…nosoloenlasideaspolíticas…tambiénenelamorpensábamosquelascosasnopodíanser
sucias…
—¡Bobadas!
—Todoloquehemosconocidodesdequenacimos,amigomío,nosempujaacreerquelamujer
noesmásquealgodeloquepuedeobtenerseplacer…
—Yasabesquenomegustanlasmujeres.
—Sí,losé…perodejaquesiga:Kilianyyodecíamosconfrecuenciaqueunmomentodeamor
es demasiado importante como para confundirlo con un simple apetito. No se posee a una mujer
comosecomeunpedazodecarneosebebeuntarrodecerveza…
—Todosonpuntosdevista…
—Yoheamadodeverdad,Josef…ytúlosabes…Dosveces,nadamás…heamadocontodaslas
fuerzasdemiser…hequerido,porquemeparecíahabercomprendidolaesenciamismadelamor,
hechadesacrificioydeternura…
—¡Eresunacriaturaextraordinaria!Bueno,dejemoseso…¿vasairalarecepción?
—Nolosé.Yaveremos.
***
Había mujeres hermosas. Y hombres ataviados con los más variados uniformes; caquis del
Partido,pardos,decamisa,delasSA,negrosdelasSS.
No existía la menor animosidad en los presentes. Aunque el aire estuviese cargado de negros
presagios,SAySScharlabananimadamente,comoenlosviejostiemposdecamaradería.
Despuésdehaberpaseadounamiradasobrelaanimadareunión,Sleitersefuehaciaunadelas
mesasbuffet,tomandouncanapéyunvasodevinodeMosela.
Ahora se arrepentía de haber venido. ¿Qué diablos estaba haciendo allí? Hubiese estado mejor,
comohacíacadanoche,repasandolosplanesqueRoehmlehabíaconfiado…
«Himmelgott!—exclamóparasusadentros—.¡Quélleguelaaccióncuantoantes!Tengoganasde
haceralgoimportante…demoverme…deluchar…».
Yaqueelamoraloconcretohabíasidounfracasoparaél,concentrabaahoratodasupasiónenla
luchaqueseavecinaba,estandocompletamenteconvencidoquelapeleacercanaibaadaralpueblo
alemánloquetantodeseaba.
UnadelasmisionesqueRoehmhabíaconfiadoasuunidad,traslaconquistadeMunich,erael
hacersecargo,porlafuerzadelasgrandesinstalacionesfabrilesdelsurdelpaís.
Pensabaenlacaraquepondríanaquelloscapitalistasdeindustria,aquellosasquerososricachos,
cuandolasSApenetrasenensuslujososdespachos.
¡Habíaquebarrertodaaquellabasura!
Y, al mismo tiempo, cerrar el dogal alrededor del cuello de los militares, de todos aquellos
generales que seguían creyéndose lo más importante del país, pero que soñaban siempre con un
emperadorquetornaraaconcederleslosprivilegiosdecastaqueleserantannecesarioscomoelaire
querespiraban…
—¡Hola!
Sevolvió,conlacopaenlamano.Ypudopormenosquesorprenderse.
Lamujerquelesonreíaera,sindudaalguna,lomáshermosoquehabíavistojamás.Ellallevaba
unvestidonegro,unodeesosvestidosdenochequeseceñíanasubellocuerpocomounguante…
LoshombrosdesnudosestabanconstruidoscomoporlamanodeunFidias,yelescote,cuadrado,
dejabavergenerosamenteunossenosquenonecesitabansujeciónalgunaparademostrarsuabsoluto
ytriunfaldesafíoalaleydelagravedad.
—¡Hola…!—repusoél.
—Usted…es…
—KonradSleiter.
—¡Ah!Sí…recuerdohaberleinvitado.
—¿Porquélohizo?
—¿Y me lo pregunta? Todo el mundo habla de usted… el más activo de los lugartenientes de
Roehm…y,¿porquénodecirlo?,elmásapuesto…
—Esunelogioquenomerezco,meineFrau…
—Soyyo,comomujer,quienpuedehablardeello…ynomellameasí…minombreesHilda…
—Estábien,siemprequeustedmellameKonrad.
—Perfectamentedeacuerdo.
Ellalesonrió.
Pero,enelfondo,lamujerestabaprofundamenteturbada.HabíavistoaSleiterenlasfotosquede
élpublicaronlosperiódicos,peroeralaprimeravezqueloteníaanteella.
«MeinGott!—exclamóparasí—.¿Quédiablosmeestáocurriendo?Hayalgoenestehombreque
nollegoacomprender…yaunquenopiensomásqueenloqueprometí…mesientorara…».
Teníaquelucharcontraaquellasensaciónextrañaqueseestabaapoderandodeella.
Ladominó,momentosmástarde,volviendoaplantearseelproblemadelamisiónquesehabía
encomendado,sabiendoqueteníaqueobrarconciertaceleridad,aunqueconprudencia.
—Sé que voy a parecerle un poco rara, Konrad —dijo, acompañando sus palabras con una
sonrisaencantadora—,peroprométamequenomejuzgaráustedcondemasiadaseveridad.
—Nolosé…aún…
—Soy la anfitriona, pero todo esto me cansa… me aburre… ¿qué le parecería si le invitase a
tomaralgo…enmicuarto?
—Mepareceríamuyextraño.
—Todoesextrañoahora,Konrad…lavidaesextraña,nosotrossomosextraños…ytambiénes
extraño, lo comprendo, que una mujer a la que acaba usted de conocer le haga ese tipo de
invitación…
—Enefecto,loes.
—¿Tieneustedprejuicios?
—No,peronoconciboquealgosemeofrezca…pornada.
—Touchée! —rió ella—. Sin embargo, yo misma no sé por qué le he hecho esa invitación…
aunquesientoquedebohacerlo…
—Siesasí…
—¿Acepta?
—¿Porquéno?
***
Mientras, conversaba de cosas insulsas con aquella rubia sosa y linfática, el Haupsturmführer
HeinzRademann,elayudanteyhombredeconfianzadeKilianLörzert,observólasalidadeKonrad
ydelahermosaviuda.
HeinzllevabadossemanasenMunich,adondehabíasidoenviadoporsusuperioryamigo,para
quevigilaraestrechamenteaSleiter.
—No debes perderle de vista —le había dicho Kilian—. A medida que se acerca el día uno de
julio,Sleiter,alqueconozcomuybien,procuraráhacerseinvisible,desaparecer,paraorganizarenla
sombraelgolpequelasSAlehanconfiado.
—Nosemeescapará.
—Tenmuchocuidado.Esmuylisto,másdeloquecrees…
Sin escuchar las estupideces que estaba diciendo la rubia, Rademann se dijo que aquel
sinvergüenzateníamuchasuerte,yaqueerafáciladivinarloquelaviudayélibanahaceralpisode
arriba.
Unhombrequesedejaengatusarporunamujernoestanlistocomoparece…
YaquellotranquilizóaHeinz,quiensevolvióconlaclaraintencióndemetermanoalarubia,
queerajustamenteloqueellaestabaesperando.
Acompañóalarubiaalampliojardínquerodeabalacasa.
Momentosmástarde,bajounseto,habiendodesnudadoalahermosarubia,Heinzsedisponíaa
cumplir como un hombre, pensando que su misión, además de ser mucho más sencilla que lo que
Lörzerthabíasupuesto,leproporcionabadeliciososmomentosdeplacer.
III
—Siéntate,Konrad…voyaservirtealgo…
Noleextrañóqueletuteara;seacomodóenelgransofáqueellalehabíaseñalado.Elsalónera
grande,yfrenteaél,unadoblepuertaentreabiertadejabaverlaalcoba,conunlechoinmensoque
cubríaunacolchaazulmarino.
—¿Tegustaelcoñacfrancés?
—Sí.
Lesirvióunacopa,sindejardemirarle.
—Creesquedeberíaponermecómoda,¿verdad?
—Comoquieras.
—Vuelvoenseguida…
Tomóélunsorbodelexcelentecoñac,encendiendoluegouncigarrillo.
Nosentíadeseoalgunohaciaaquellamujer,apesardequesurarabellezalehabíaimpresionado.
Nisiquierapensabaenlaposibilidad,máscertezaqueduda,dequeellaacabaríaofreciéndoseaél.
Nosentíaganaalgunadehacerelamor.
Ellaestabaequivocada,sipensabaexcitarleconesasarguciasquecasitodaslasmujeresemplean.
Ningún vestido ni ropa semitransparente conseguiría arrancarle de aquel mundo frío en el que se
sentíatanagusto.
—¡Hola…!
Alzó los ojos, y se puso tenso como la cuerda de un arco. No lo esperaba, de veras que no.
Porquelamujerestabaallí,anteél,completamentedesnuda,conelcuerpohúmedoaúndeladucha
queacababadetomar,lapielmatesalpicadadegotasdeaguaconaparienciadeperlasdesgranadas…
Éllemiraba,intensa,detenidamente,comosisusojosfuesencapacesdepenetrarenlamentedel
hombre.
—Deseo que me tomes, Konrad… pero solo si me deseas, si lo quieres… Un gesto tuyo, y
volveréavestirme…comoantes.
Algoestabaocurriendoenél.
Noerapurodeseo,sinomásbiennecesidaddeteneralguienallado,devolverasentirsejuntoa
uncuerpovibrante…
Después de todo, ¿qué importaba que aquella mujer, como tantas otras, viciosas y lúbricas,
ofrecierasuhermosocuerpo?
Noibaaposeerla,porquepensaríaenAnnayenErika,yseríacomosiestuvieseconunaocon
otra…
Sepusoenpie,dirigiéndosehaciaeldormitorio.
***
Lasmanosdelhombrerecorríanlentamenteelcuerpodelamujer.
Eranmanostrémulas,dulces,lentas,parsimoniosas,comosirozasenlosdelicadospétalosdeuna
flor…
Loslabiosdelhombreentraronseguidamenteenliza;labiostansuavescomodedos,dotadosde
unasensibilidadespecial,quemásquebesarponíanenlacarnedeHilmaundespertardesensaciones
inéditas,queluegocorríanvertiginosamentealolargodesucuerpo.
Cerrólosojos.
¿Quéleestabaocurriendo?
Nunca, en su vida, había sido tratada de aquel modo, con aquella exquisita delicadeza, como si
fueraunacriaturafrágil,quebradiza,yalmismotiempollenaderesonancias…
Todoloquehastaentonceshabíasidodeseobrutal,cariciasalvaje,presióninclusodolorosa,era
ahoraternura…ylamujernoestabaacostumbradaasertratadadeaquelmodosingular.
Entrebesoybeso,cortaspalabrasescapabandeloslabiosdelhombre.
—Cariño…
Yotravez:
—Anna,amormío…
EllacomprendióentoncesqueKonradnoestabaasulado,yquesucuerpo,elqueelladeseaba
ofrecerlecomoelmássegurodeloscepos,lamásarteradelastrampas,nosignificabanadaparaél,
sinolamerapresenciaquelepermitíaregresaraunpasadosinretornoposible.
Entonces,comprendiendoloquealhombreleocurría,Hilmasintiócelosdeaquellamisteriosa
mujerquevivíadenuevoenloslabiosdelhombre,ycuando,otravez,pronuncióélelnombrede
Erika,tambiénHildasesintiófuriosaantelanuevarival,cuyofantasmainvisibleseconcretabaensu
propiocuerpo.
Estaba descubriendo, con verdadero asombro, la inmensa capacidad de amor que escondía el
corazóndeaquelhombrealquesehabíapropuestoodiaryperder.
Peroalmismotiempo,sucuerpoleestabatraicionando.
Hasta la última fibra vibraba bajo las caricias de Konrad. Como nunca lo había hecho,
mostrándole por vez primera una dulzura amorosa que ni siquiera había conocido con su difunto
esposo.
Además,¿nosehabíacasadoconHansparaescaparalamiseriadesufamilia?
Nunca le amó, como jamás había querido a ninguno de sus circunstanciales amantes. Y ahora,
como si acabase de alzarse el telón que hasta entonces le había ocultado un mundo desconocido,
descubría algo inédito… aunque era primero su carne trémula quien tomaba conciencia de la
indescriptibledimensiónenlaquehabíapenetrado.
—Amormío…
Nofueél,sinoellaquienacababadepronunciaraquellaspalabras;dichasconverdaderapasión,
eneseestadodemaravillosoencantamientoqueconocíaporprimeravezensuvida.
Se pegó a él, intentando que sus cuerpos se fundiesen en uno solo. Deseaba ser ardientemente
suya, pero sin aquel querer ser dominada por la violencia de un macho ansioso de placer, sino
poseídaconesadulzuraqueellamisma,incomprensiblemente,estabadispuestaadar.
Eranlentoslosgestos,larguísimos,comosicadaunofueraundulceyprolongadocaminoque
ambosdeseasenrecorrerlomásdespacioposible.
Ni siquiera se percató de que el hombre la había penetrado; fue, en realidad, como la
continuaciónlógicaydeliciosadeaquellargocombateamorosoquesehabíadesarrolladodesdeque
setendieronenelancholecho.
Ellasintió,muchoantesdequeelorgasmollegara,unafelicidadmilvecessuperioralplacerque
sucarneibaabrindarle.
Yentonces,conterror,comprendióquealgoinesperadolehabíaacontecido.
***
Inclinándose sobre Rupert, que conducía el Opel, Josef le besó tiernamente en el lóbulo de la
oreja.
—¡Cuidado!—leadvirtióKoppen—.Puedenvernos,tonto…
—Semehaceeltiempolargo.
—Hayquetenerpaciencia.Cuandoseestácumpliendoundeber,nohayquepensarenotracosa.
—Nopuedo.
—¿Quieresquemeenfade,Josef?
—No,esono…
—Entonces,estatequieto…YpiensaenesetipoyenloquehavenidohahaceraMunich…
—¿Estássegurodeconocerle?
—Puesclaroquesí…Lehevistovariasveces…juntoaeseamigodeSleiter.
—¿Lörzert?
—Sí.
—HavenidosiguiendoaKonrad.
—Deesonohayduda.
—¡Hijos de perra! Desde que Roehm ha puesto su confianza en Sleiter, los cabrones de las SS
estánmásquemosqueados.
—Esnatural…Noolvides,cariño,queSleiterconoceatodoslosSSdeMunich,yquellegadoel
momentodelimpiarlaciudad,seráélquienlosdescubra,aunquesemetanbajotierra.
—Escierto.
Rupertlanzóunsuspiro.
—Yocreíaque,comomeprometiste,íbamosapasarestepermisojuntos,lejosdelaciudad…
—Nosabescuántololamento.Perocompréndelo,pequeñín…Konradeselúnicoamigoqueme
queda…ytrasloquelepasóaPaul…
—¡Nomelorecuerdes!
—Tenemosquevigilarle,Rupert…Sleitersuelesermuydescuidado…
—¿CuándonosvamosdeMunich?
—Dentrodeunosdías.Sleiterhaescogidounlugar,nomuylejosdelaciudad,dondepasaremos
losúltimosdías…antesdelgrandía…
—¿Iremosconél?
—Sí,Estaremoslostres…peronotemas,Konradnonosmolestará.Yaleconoces…esunlobo
solitario.
Koppenlanzóunsuspiro.
—¡Lástimaquenosea…!
—Nodigasburradas,cariño…ynoteatrevasainsinuarteconél…
VolviendolacabezahaciaJosef,Rupertlelanzóunamiradaburlona.
—¿Celoso…ograzomío?
—Noeseso,idiota…Konradesdeotrapasta…nisiquieraescomolosotroshombres…esun
tiporaro,unjefenato…unhombrequevaagolpearconunafuerzaterrible…
—Meestáshaciendolabocaagua…
—¡Calla!
—Noteenfades,Josef…yasabesqueparamínohaynadiecomotú…
—Dejaeso.MeestoypreguntandosiKonradhabráconseguidoalgoenesafiesta.
—¿Unamujer?
—Sí.
—¡Puah!¡Quéasco!
—Megustaríaquesedivirtieraunpoco.Estásiempretriste,pensandoenlomismo…enlasdos
mujeresalasquehaconocido…Scheisse!Nohatenidomuchasuerte,quedigamos…
—Conlasmujeres,unhombredeverdadnopuedetenernuncasuerte.
—Veremos…detodosmodos,cuandohayamostriunfado,megustaríaqueSleiterllegaraaser
verdaderamentefeliz…
LamanodeljovenzueloSAseposóenelmuslodeJosef.
—Dejaatuamigo,cariño…ypiensaencómovamosapasarlocuandovayamosalcampo…y
estemossolitos…
IV
HeinzRademannadoptóunaposturauntantotensa,yaquehastaentonces,nilaamabilidadnila
cortesíalehabíanproporcionadolosresultadosqueesperaba.
La actitud de la mujer le había ido enfureciendo progresivamente, y ya hacía unos cuantos
minutosqueintentabadominarse,luchandodesesperadamentecontraaquellasganasdegritarlequele
quemabanlagarganta.
«¡Lamuyzorra!—pensó—.DebetodoalasSS,desdequesumaridomurió…ningunaotramujer
hasidotratada,mimadacomoella…».
Sepasólalenguaporloslabios,comosiestuviesensúbitamenteresecos.Ydijo:
—Bitte,meineFrau…Porfavor,señora…nuncalenegamoselapoyoquesolicitódenosotros…
Hilma Weistäter no despegó los labios. Hacía un par de minutos que parecía absorta en la
contemplación de la circulación que había en Kanalstrasse, a donde daban las vidrieras de los
ampliosbalconesdesucasa.
—Leconcedimostodo…—insistióelSS.
Sinvolversehaciaél,lamujermostrólatensiónenqueseencontraba.Susdedosretorcieronel
visilloquehabíaestadoacariciandomomentosantes.
¡Puercos!Ciertoque,dealgunamanera,nolehabíafaltadoelapoyodelasSS,especialmenteel
de los más importantes de sus hombres locales… pero ¿a cuántos había tenido que admitir en su
cama…?
¡Favores!
Unamujersabequelosfavoressolosepaganenlavida,mientrasseesjovenyhermosa,deuna
solamanera.Yaunqueellasehabíaresistido…aunqueprocurónomostrarsedemasiado«abierta»…
Sevolvióhaciaél,máspararomperelinsufriblesilencioquedominabaenlaestancia,quepor
responderalasinsistentesdemandasdeHeinz.
—Yalehedichoquenosénada.
La misma respuesta había despertado en el hombre una sonrisa irónica, todas las veces que la
habíaescuchado.Peroahora,no.
—¿Porquéinsiste?—inquirióconunairritaciónqueyanopodíadominar—.Ustedlerecibióen
sucasa,selollevóalacama,yolovi.
Ellalefulminóconlamirada.
—¿Usted?¡Nomeextrañanada…!
Habíatantoasco,tantarepugnanciaenlosencolerizadosojosdelamujer,queRademannsintióel
placerquelehubieracausadoencontrarselomáslejosposibledeaquellugar.
Maldijo,unavezmás,elhabersidoelegidoporelStandartenführerLörzertparaaquellamisión
queseibahaciendomásymáscomplicadapormomentos.
—Paraesohaquedado,¡estúpido!—ledijoellaconaqueldesagradablebrillodedesprecioenlas
pupilas—.Paravigilarlacamadelosdemás…puestoquehadefaltarlealgoparaestarencimade
ellas…
—¡Señora!
—¿Porquénomedejaenpaz?PuedollamaralaKommandanturdelasSS,inclusoaBerlín…
—¿Porquénolohaceusted?Terminaríamosmuchoantes…
Hilmasabíaqueeraverdad,queaquelmonigotenihubieseosadojamásmolestarlacomoestaba
haciéndolo,denohaberestadoapoyadodesdearriba…
Cambiódetono,altiempoqueseseparabalacoléricamiradadelrostrodelSS.
—Lo lamento mucho. No tengo más que decirle… ya le he dicho que no sé nada respecto al
paraderodelSturmbannführerSleiter…
—Pero…
—Yahora,porfavor…déjeme…estoyfrancamentecansada…
Sepusorígido.
—Comoustedquiera…
Diountaconazo,inclinándoselevementeanteella.
—¡Buenosdías,señora!
—¡Adiós!
***
—Konrad…
—¿Sí?
—Deberíashabértelatraídoaquí.
—¿Dequéestáshablando?
—De esa mujer… Te hubiese dado un poco de ánimo… Te encuentro apagado desde que
llegamosaquí…
—¡Nodigastonterías!Escogíunsitioestupendo,todolotranquiloyreposadoquenecesitábamos,
después de los años de lucha que llevamos sobre la espalda… Y especialmente ante las horas
decisivasquenosesperan.
—Entonces,¿creesqueestavezirádeveras?
—Sí,Josef…seacercaelmomentocrucial…ytodoslosaben:ellosynosotros…nohaysitioen
Alemaniaparadosfuerzascontrarias…yunadeellashadeceder…odesaparecer…
Meisterfruncióelceño.
—Nonostocarábailarconlamásfea,¿verdad,amigo?
Konradsonrió.
—Nolocreo.Estamosenmayoría,conelapoyodelpuebloalemánquesesienteengañadopor
los que tantas cosas buenas le prometieron… cuando necesitaban sus votos… «Históricamente,
dialécticamente»,comodicenlosmarxistas,lavictoriahadeserdelasSA…Yoestoycompletamente
convencidodequeasídebeser,amenosque…
—¿Dequé…?—inquirióJosefconunanubededudasobrelosojos.
—Que alguien nos traicione… Un Judas cualquiera… porque, desdichadamente, siempre los
hay…
—Sileconociera,lecortaríaelcuello…
LasonrisaseamplióenloslabiosdeSleiter.
—Estástomandovagassuposicionesporideasreales,camarada.LodelJudasesunaposibilidad,
remotaperonodespreciable…Detodosmodos,inclusosialguienintentaseimpedirquelasSAse
pusieranenmarchaenelmomentopreciso,nuestraunidadespecialcumpliríaconsumisión…queya
sabes que es ocupar los puestos clave de Munich, de toda Baviera, e inmediatamente después, nos
ocuparemosdetodoelsurdelpaís,dandounbuensustoaesoshijosdemalamadredecapitalistas:
losTyssen,losKrupp…
—Pornadadelmundomeperderíaeso—sonrióMeisterconlosojosbrillantes.
—Sí,tienenrazón…seráalgodignodeservisto.Esoscerdosbiencebadosestántansegurosde
teneralEstadonacionalsocialistaensubolsillo,quevanaabrirlosojoscomoplatoscuandovean
entraraloscamisaspardasensusfábricas…
—¿YenBerlín?
—Hay otros camaradas de las SA que se harán cargo de la capital… al igual que en las demás
ciudadesdelReich…
—¿Porquénolahacesvenir,Konrad?
DivertidoporlainsistenciadelastutoJosef,quehabíacambiadodeconversaciónenelmomento
oportuno,perobruscamenteserio,Sleiterdijo:
—Dejaquemeocupeyodemispropiosasuntos,camarada…¿quieres?
—Perdona.
Sepusoenpie,despidiéndosedeSleiterconunvagogesto.
Unavezsolo,Konradencendióunnuevocigarrillo,ymirandolamanchaverdedelosbosques
vecinos,queascendíanporlasladerasdelascercanascolinas,lanzóunprofundosuspiro.
Tiempotendríadeverla.
Lasdosdesdichadasexperienciasamorosasquehabíatenidoensuvidaleponíanenguardia.En
lasdosocasiones,invariablemente,lamujerhabíadejadolavida…
¿Porsuculpa?
Nolosabíanileinteresabadespuésdetodo.Lociertoeraquebastabaqueamaradeverdadauna
mujer,paraqueextrañascircunstanciasdelaexistenciaseencargasendeliquidarlotodo,comosiel
destinotuvieraprisaporsaldarsuscuentas…
Estaveznoocurriríaasí…
Por eso había rogado a Hilma que le dejase marchar solo, prometiéndole que, en cuanto
terminaratodo,sereuniríaconella,paranovolverseasepararnuncamás.
Ellaconocíaellugardelescondite,peroKonradconfiabaplenamenteenaquellamujerquehabía
sido capaz, desde el primer momento, de hacerle olvidar el dolor de sus dos anteriores tragedias
amorosas…
No, ella no vendría allí… se lo había jurado, y al hacerlo, sus labios estaban tan cerca de los
suyos,quelamitaddeljuramentoseconvirtióenbeso.
***
—Verdammteidiot![8]¿Esquenotehasdadocuentadequetehaestadotomandoelpelo?Ninguna
mujer,almenosdelatalladeesa,puedeignorarenquélugarsehallasuamante…
—Nopudehacernada,Standartenführer;ypuedecreerquelointenté…
Kiliandejócaerelpuñosobrelamesa.
—¡Hemos sido demasiado amables con esa furcia! Hemos olvidado todo… echado tierra a los
que,alcontrario,hubiésemosdebidomanteneralaluzdeldía,paraquetodoelmundosupieraquién
esverdaderamenteHilmaWeistäter…
Heinzlelanzóunamiradaaguda.
—¿Quéquiereusteddecir,micoronel?—inquirió,mordidoporlacuriosidad.
Lörzertseencogiódehombros.
—Son cosas que ya no importan, Rademann… cosas pasadas, sobre las que voluntariamente
echamostierraencima,particularmenteporrespetarlamemoriadeHansWeistäter…unsímbolode
lasSS,unmártirdelReich…
—Yohicecuantopude,señor.
—Déjalo… Está visto que tendré que jugar personalmente la última baza… lo que no podemos
estaressinsaberdóndeseocultaesaunidad…ysujefe.
Ytrasuncortosilencio,almismotiempoquesuvozcambiabadetono,haciéndosemásprofunda,
comosilasideasqueexpresaballegarandesdezonasmáshondasdesupersonalidad:
—Eslaúnicapiezadelrompecabezasquenoposeemos,Heinz…y,aunqueparezcamentira,es
paramílamásimportante…
—¿InclusomásqueelmismísimoamodelasSA?
—Sí.ConocemosellugarexactoenelqueseencuentraRoehmysuasquerosoestadomayorde
homosexuales…peroinclusosilosneutralizásemos,deteniéndolos,lamáquinainfernalsepondría
enmarcha…yesamáquinaeslaunidadespecialquemandaKonradLudwigSleiter.
—Ya.
—Unamáquinadignadetaljefe…puedescreerme.Tanfríacomounmecanismoquesemueve
con carencia absoluta de cualquier clase de sentimientos o de pasiones… fría y exacta como un
cálculo matemático… y capaz de dar el golpe rápida y certeramente. Si esos hombres se ponen en
marcha,nadielesdetendrá…
—¿Nilamuerte?
Kilianlanzóunarápidamiradaasuayudante.
—¿Quémuerte?Sonellos…lamuerte.
V
Estabaseguradequevolverían.Losconocíademasiadobienparanotemerlo.Eraninsistentes,y
noibanaabandonarlapresa,unavezhabíanclavadosussuciasgarrasenella.
Konradlehabíadichomuypocascosas.
No era un hombre hablador. Y a ella le gustaba que no lo fuese. Como todos los hombres qué
sientenintensamente,Sleiterpreferíaactuarahablar…yparaunamujertanardientedeunamorque
no había conocido hasta entonces, al menos de aquella manera, era mucho más importante que los
labiosdesuamantebesaran…envezdemoverseparaarticularpalabras.
¡Santocielo!¡Ycómoseguíasintiendoaquellaansiosanecesidaddelapresenciadeél!¡Cómolo
deseaba!
Era, y esto la hacía temblar de placer, como si cada milímetro cuadrado de su piel lo deseara,
comosicadaparceladelexteriordesucuerposintieraenvidia,launadelaotra,ytodasellasjuntas
loestuviesenllamandoagritos…
Sin embargo… ¡qué diablos!… ella había conocido a otros hombres; entonces, ¿qué clase de
misteriosofiltrolehabíaproporcionadoeste?Porque,derepente,sinsabercómoniporqué,todosu
cuerpo,todasualma…lereclamabansincesar.
¿Noseestaríahaciendovieja?
Se encogió de hombros, mientras seguía peinándose ante el espejo del elegante tocador. Si se
puede ser vieja a los veintiséis años, entonces sí que lo era… aunque le parecía exactamente lo
contrario:eracomosiunanuevapubertadsehubieseencendidoensucarne…yparaencontraruna
ciertasimilitudentreloqueahorasentíayloqueexperimentóotrora,teníaquepensarenelprimer
beso que recibió, en la primera vez que la torpe y tímida mano de un chico del barrio envolvió la
morbidezdelsenoqueapenassedibujabaenlaplaniciedeunpechonúbil.
Sí,aquelloleparecíaunaexplicaciónbastantelógica…eracomosituvieraotravezdoceotrece
años, pero con la indudable ventaja, ahora, de saber que poseía todo lo que podía complacer a su
hombre…yquenotenía,comoporaquelentonces,quemetersetraposbajoelvestido,parasimular
tenerloqueaúnnotenía…oalmenosenlacantidadyvolumencapacesdeatraerlasmiradasdelos
chicos…
Sonrió.
Legustabapensarenaquellascosas,pensarenloquefuese,menosexactamenteunapartedesu
concienciacontralaquehabíaestadopeleando,duramente,desdequedescubrióenSleiteralhombre
quehabíaestadobuscandodesdesiempre…
El timbre de la puerta la sobresaltó, pero no excesivamente. Los estaba esperando. Sabía
perfectamente que volverían. Y que no cejarían hasta obtener lo que deseaban; aunque ella estaba
seguradenodecirlesniunasolapalabra.
La criada, una muchacha del campo que seguía tan estúpida como cuando había llegado, seis
mesesantes,oliendotodavíaavaca,abriólapuertadelsaloncito.
—Unseñor,señora…
—Tehabrádichounnombre…¿verdad?
Lasgruesasmejillasdelacampesinaenrojecieronunpocomásdeloquenaturalmenteestaban.
—Ha debido decírmelo, pero con algo muy largo y raro, como dicen todos… terminado en
«führer».
—Bien.¿Dóndelohasdejado?
—Enelsalón,señora.
—Voyparaallá…preparaunpocodecafé…o,mejordicho,deté…
—Bien,señora.
***
—¿Dequédemoniostehasvestido?
VolviéndosehaciaJosef,Sleitersonrió.
—Noseasanimal,Meister.Voyvestidodepaisano…¿oesquenotehasdadocuentadeello?
—Sakrement!Creoquenoterecuerdovestidodeesamanera…¿otehevistoalgunavezsinel
uniformedelasSA?
—Tienesrazón.Creoquenunca.
—Poresomehascausadounaimpresióntremenda…peroaúnnomehasdichoporquétehas
vestidoasí…depaisano.
—VoyaMunich.
Josefparpadeó;luego,comosolíahacercuandoalgolesorprendía,jugóconlasarticulaciones
desusdedos,tirandodecadaunodeellos,hastahacersonarlasjunturas.
—Nolodirásenserio…
—Enseriolodigo.
—Perolasórdenes…
Sleiteresbozóunasonrisa.
—Yameconoces,Josef…nuncahefaltadoaunaorden.Acabodehablarconeljefe…todoha
quedadopospuestocuarentayochohoras…irreversiblemente.
—¿Irreversiblemente?
—Sí. Eso quiere decir que no habrá contraorden y que, por lo tanto, puedo disponer de doce
horas,sintemoracometerunafaltacontramideber.
—Entiendo.
—HitlerandaporBaviera…haidoacasaranoséquién…yestávisitandoalgunoscampamentos
juveniles…
Moviólacabezadeunladoparaotro,sindejardesonreír.
—¿Te das cuenta si tuviésemos que detenerlo nosotros mismos? El plan había previsto que él,
juntoconsuscolaboradores,fuerandetenidospornuestroscamaradasdeBerlín,perosiseempeña
enseguirpaseándoseporBaviera…
Meistersepasólalenguaporloslabios.Estabavisiblementenervioso.
—¿Hayordendeatentarcontra…suvida?
—No.Nadiemataráanadie,exceptosialgunodeesosjefazosdelasSSseponechulo…Porel
momento, hay que detenerlos… luego veremos. Pero no creo que, pase lo que pase, Roehm desee
hacermalalFührerque,apesardetodo,esunviejocompañerodelucha.
—Yo tampoco creo que Ernst fuera capaz de una felonía así… Claro que, si ocurriera lo
contrario…
—¿Quéquieresdecir?
—Esunasimpleidea…peroimaginaquefueranellosquienesganasenlapartida…losSS…ya
sabes…¿creesqueHitlerharíadañoaRoehm?
—No,nopudocreerlo.
***
—Señora…
MiróHilmaalhombre,buscandoensusrecuerdosalgoqueledijerasilehabíavistoantes,pero
llegóalaconclusióndequeaquellaeralaprimeravezqueleveía.
—¿Conquiéntengoelgusto…?
—Standartenführer Kilian Lörzert, señora… Weistäter… porque usted es la viuda de Hans
Weistäter,¿noesasí?
—Biensabeustedquesí.
—Perdone.Eslaprimeravezquenosvemos,señora…Weistäter…
—¿Hilma,verdad?
—Sí.
—¿OacasoprefierequelallameKlara?
Ellapestañeó,perorecuperóenseguidalacompostura.
—Noentiendo.
—Esmuysencillo.UstedesKlaraOberfein…escomprensibleque,alcasarse,cambiaraustedde
apellido,tomandoeldesuesposo…perolosorprendenteesquecambiaratambiéndenombre…que
deKlarapasaseustedaserHilma…
—Fueunaideademiesposo.
—Esposible…¿onofueelapellidodesuhermanoelquelemolestabamás?
Ellalelanzóunamiradaaguda.
—Tieneustedunaextrañaaficiónanodejartranquilosalosmuertos.
—Perdone, meine Frau… aunque hay muertos y muertos: su esposo cayó asesinado por los
comunistas…ysuhermanoeraunodeesoscomunistas…
—¡Mienteusted!MihermanonotuvoquevernadaconlamuertedeHans…
—Esoyalosé.NoestoyculpandoaWalter…¿sellamabaasísuhermano,noescierto?
—Asísellamaba.
—¡Quévidatancuriosalasuya,señora!Seescapausteddesucírculofamiliar,cambiadenombre
y de apellido, se casa usted con un futuro héroe del nacionalsocialismo, tiene un hermano del Rot
Front…que…amenosdelhombrealqueustedamaahora…
Ellasemordióloslabios.
—Porque…leama…nitchwahr?
—¿Y si le amase? No tengo que dar cuentas a nadie. Ni usted… ni el mismísimo Reichführer
tienen nada contra mí… poseo amigos influyentes, y usted lo sabe, en el seno de las SS… y sigo
siendolaviudadeunodesushéroes…
—Todoesoescierto…perodígame,¿leama?
Lemirófijamente,alosojos,ysinquesuvoztraicionaseelmenortemor:
—Sí,leamo—afirmórotundamente.
—Esoestámuybien…¡Lástimaqueél,enciertomodocomousted,poseaunavidaespecialmente
turbadora…!Éltambiénamó,dosveces…laprimeraaunamujerquesufriómucho…peroélyala
vengó,asumanera…lasegunda…
Notóquelamujersemordíanerviosamenteloslabios,altiempoquepalidecíauntanto.
—¿Lehadichoustedquefuesumanolaqueterminóconlavidadelaqueestuvoapuntodeserla
esposadesuhermano?
—¡Curiosa familia! El hermano muere a manos del amante de hoy… y ese amante pierde a la
mujerquefuelanoviadeesehermano…ycayóenlatrampaquesuamanteactualletendió…sila
vidanofuera,comoloes,tanextraordinaria,diríamosqueestoesunincreíblefolletín…
Lanzóuncortosuspiro.
—La existencia es una cadena de hechos que marchan unidos los unos a los otros… aunque a
vecesloseslabonesseaninvisiblesparanosotros…
»Nosotrosleayudamosaustedparaquedestruyeselavidadeunamujer…ehicierasufriraun
hombre…delquetambiéndeseabavengarse…
»Loes…yustedlosabe.AlinvitaraSleiteraaquellafiesta,usteddeseabadestruirle,almenos
moralmente…
—¿Cómopuedeustedsaber…?
Kiliansonrió.
—TodosloshombresdelasSSquehancolaboradoconustedlohanhechoporqueyoselohe
ordenado,aunqueaveces…usted…para«convencerlos»…
—¡Calle!
—Estábien…No,nocreaqueyoobrabacondesinterés…tambiénperseguíaunobjetivo…por
uncaminolargoyllenoderodeos,loconfieso.
—Noentiendo.
—YotambiéndeseabalapérdidadeSleiter,perolapérdidamoral,emocional,losuficientemente
fuertecomoparaquedejaradeserunpeligro…paraélmismo.
—¿Serefiereustedasulaborpolítica?
—Esoes.
Lemirólamujer,conextrañafijeza,conunanuevacuriosidad,comosifueralaprimeravezque
loteníadelante.
—Sideseabaaniquilarle…existenotrosmedios…
—¿Matarle?
—Sí.Yotambiénhubierapodidohacerlo,aunquehubiesesidoarriesgarsedemasiado.Loqueyo
queríaeraverleretorcersededolor…primeroantelamuertedelasegundamujeralaqueamó…
luegoamispies…cuandolehubieravueltolocodedeseo…
—Nohaocurridoasí.
—No.Hesidoyoquienhacaídoenelcepoquelehabíapreparado…aél…
—Comprendo.
—¿Cómo puede entenderlo? Yo tampoco lo comprendía… hasta que le conocí, como solo una
mujerpuedeconoceraunhombre…ydescubrirentoncesqueeslacriaturamásextraordinariaque
haexistidojamás…¡unhombredeoro!
—Piensocomousted.
—¿Acasoleconocecomoyo?
SonrióLörzert.
—Noeslomismo…peroleconocíantesqueusted…muchoantes…cuandolosdoséramosdos
jóvenes…soldadosenelfrentedelOeste…
Lanzóuncortosuspiro,antesdeagregar:
—…mesalvólavida.Dosveces.
—¿Ycómopuedeodiarle?
Alzólacabeza,ysuexpresiónfuecomoladeunhombrequeacabaderecibirunabofetadaque
noesperaba.
—¿Cómopuededecireso?NuncaheodiadoaKonrad…alcontrario…
—Nomehagareír…esustedunhombremuyhábil…laprueba…hasidoelúltimoenvenir,tras
laseriedeidiotasquehaenviadoaverme,aconvencerme…yahora,inclusocuandosabequeamoa
Konradmásqueamipropiavida,quiereconvencermededecirledóndeestá…porquelequiere…
comoaunhermano…
—Yasílequiero,mecreaustedono…
—Pierde usted el tiempo, Standartenführer… lo pierde usted lamentablemente… incluso si se
atrevieseatorturarme,noconseguiríanada…
—Nipuedotorturarlanilodeseo…Yalosabía,antesdeveniraverla,loqueocurría…ASleiter
noselepuedeodiar…perteneceaesaclasedehombresquesoloodianlosidiotasylosignorantes…
aKonradhayqueamarle…
—¡Enternecedor!
—Déjeme hablar… ¿cree acaso que si no me importase Konrad… estaría aquí, perdiendo el
tiempo? Sleiter ignora que los suyos han perdido la partida… esta noche, mi querida señora, los
amigosdeKonradvanarecibirunaterriblelección…laúltima…
»Sleiterestáescondido…yyoséqueaunquedesaparezcansusjefes,élobrarácomosiestuviesen
vivos.Selanzará,comounloco,aunabatallaquetieneperdidaporadelantado…
»Si, al menos, muriese en el empeño… pero incluso si tuviese esa suerte, su nombre será
maldecidoparasiempre…
»Ysilocogenvivo…leahorcarán…aélnoselepuedecazarcomoseharáalosotros…porque
Sleiteresunhombredelospiesalacabeza…
Ellalemirabaprofundamenteinteresada.
—NopuedocreerquehayavenidoustedparasalvaraKonrad…
UnatristesonrisasedibujóenloslabiosdelSS.
—No,nohevenidoasalvarle,porqueséqueesoesimposible.Nadaseríamássencilloparamí
quedisponerdeuncoche…yhacerlepasarlafrontera…peroesoesnoconoceraKonrad…
—Esverdad.Noesdelosquehuyen.
—Losé…poreso,elmotivodemivisitaessolouno:elúnicoposible…
—¿Cuál?—inquirióella.Ysuvoztemblaba.
—Tienequemorir.
—¡No!
—Tienequemorir…decentemente.Noenlahorca,rodeadoporsuscamaradas,oyendosonarlos
tambores…mientrasquelearrancanlasinsignias…ylasmedallasqueganóenFrancia…
Hilmahabíabajadolacabeza.
—Lo entiende ahora, ¿verdad? Los dos le amamos… yo como un hermano, usted como una
mujer…ylosdos,sinuestroamoresverdadero,hemosdeprocurarquemuera…comodeseamos
quelohaga.
Sepusoenpie.
—Yo no puedo hacer más, amiga mía… Si me hubiera dicho el sitio donde se esconde, habría
procuradoobraramimanera…peroséquenomelodiránunca…
Ellanoabrióloslabios:
—Hecumplidoconmideber…ahora,esustedysuconcienciaquientienequeactuar…Sievitaa
Konradladeshonradeunamuerterepugnante…habrádemostradoquesuamorvalíalapena…sino
lohace…¡malditasea!
Cuandoellaalzólosojos,elhombrehabíadesaparecido.
VI
Loscamiones,atiborradosdeSS,avanzabanenlanoche.Anteellos,losvehículosdeturismo,un
Mercedes y dos Opel, llevaban en sus asientos a los hombres llegados desde Berlín, y que
acompañabanaotrohombre…quedeCanciller,ibaaconvertirseenVerdugo.
AquelhombreeraAdolfHitler.
Ibanervioso.Estabafurioso.Llevabatresdíasconteniendoapenaslacóleraquelehabitaba.
Desde que abandonó la capital del Reich, con el banal y falso propósito de visitar centros
juvenilesdelsurdelpaísyasistiralabodadeunSS,sabíaqueeldestinodeAlemania,talycomoél
lodeseaba,estabaensusmanos.
AmenosquelodejaseenlasmanosdelasSA.
Hitlersabíamuchascosas.
LedolíaquesuviejoamigoRoehmleatacasepúblicamente,aunquenolesnombrasedeforma
específica, demostrando a los que le oían que se había traicionado el espíritu de la revolución
NacionalSocialista,prometidaalpueblo…oporlaqueelpueblohabíavotado.
Hitlersabíaquelosvotosdesuspoderososamigos,losindustriales,asícomolosdelapequeña
burguesíaqueleeracompletamentefiel,nolehubiesenhechoganarlaselecciones.
Fue el pueblo, gente de las capas inferiores de la sociedad alemana, obreros y campesinos,
muchosdeellosexcombatientesenlasfilasdelasorganizacionesdeizquierda,quienhabíaconfiado
ensuspalabrasqueesperabaque,naturalmente,lascumpliera.
Hitlersabíaquenopodíacumplirningunaclasedepalabra.
Porque,apesardequesumandoeraindiscutible,estabatraséllaindustriapesada,lospoderosos
señores del acero y del carbón, a los que necesitaba para dar alimento al gran ejército que soñaba
poseersintardarmuchotiempo.
Hitlersabía…
PoresoestabaapuntodeconvertirseenVerdugo.
***
Sedetuvo,alllegaralaesquina,mordiéndoseloslabioshastacasihacerlossangrar.
—Sakrement!—exclamóluegoconvozronca.
Lasiluetadelhombrequeacababadesalirdelacasa,justoenelmomentoenqueélsedisponíaa
doblarlaesquinaparapenetrarenella,leeratanconocidaquesusolavistalepusotantensocomola
cuerdadeunarco.
¿QuédiablosestabahaciendoKilianallí?
Duranteunosinstantes,sedijoquehabíacometidounaestupidezalveniraMunich.
Josefteníatodalarazóndelmundo.
No era por su propia persona, sino por lo que significaba, ya que lo quisiera o no, él era la
cabeza,elmotoryelcorazóndelaunidadespecialdelaquetantoesperabaelAltoMandodelasSA.
VioaLörzertsubiralcochequeleestabaesperando,ynosemovióhastaqueelvehículotorció
porunacalle,cienmetrosmásallá.
Corrióentonceshaciaelportal,almismotiempoquesumanoderechabuscabaenlacinturala
Lügerquehabíapasadoentreelpantalónyelcuerpo,alvestirsedepaisano.
Con el arma en la mano, subió al segundo rellano, deteniéndose entonces ante la puerta,
escuchando con reconcentrada atención, hasta que convencido de que era muy probable que no
hubiesenadieenelinterior,extendióelbrazoparaoprimirelbotóndeltimbre.
Leabriólapuertalamozacampesina,quienabrióunosojosenormesalveraaquelhombre,al
quetantoconocía,vestidodeaquellaguisa…yconlapistolaenlamano.
—¡Oh!
—No temas, pequeña —le dijo él con una sonrisa—. Anda, ve a la cocina… quiero dar una
sorpresaalaseñora…
—Bien.
Cerró la puerta Sleiter, atravesando luego el salón para dirigirse directamente al dormitorio al
quehabíaregresadoHilda,volviéndoseasentaranteeltocador.
Fue en el espejo de la peinadora donde la mujer vio la silueta del hombre vestido con traje de
calle…ylapistolaenlamano.
Parpadeóuninstante,diciendoluegoconunavozquetemblabaunpoco:
—Yaveoquesabeslaverdad…yquehasvenidoamatarme…
***
LoscochesyloscamionesnaveganporelnegroocéanodelaNoche.
LaNochedelosCuchillosLargos.
El convoy se acerca velozmente al lugar donde se han reunido, aparentemente para pasar el
permisodeverano,loshombresqueformanelEstadoMayordelasSA.
LoshombresquedeseanapoderarsedelPoder.
Hitler se muerde nerviosamente el labio superior, mordisqueando al mismo tiempo el curioso
bigotilloquesehahechofamosoenelmundoentero.
Necesita un Ejército, pero no de aficionados como los SA. Lo desea profesional, con los
generales que no hicieron otra cosa en su vida, gente de la que espera la gloria que la Nueva
Alemanianecesita.
Poreso,precisamenteporeso,estádispuestoaconvertirseenVerdugo.
***
—¿Eh?
Konradseacercóalamujer.Estabaprofundamentesorprendidoporloqueacababadeescuchar,
perosusextosentidoleprevinoatiempo,ynodemostrósorpresaalgunanisedesprendiódelarma
queempuñaba.
Deseabasaber.
Por su parte, la mujer se percató en seguida de que acababa de cometer un gravísimo error,
comprendiendo al mismo tiempo de que él estaba esperando… y que no era el momento ni
muchísimomenosdeocultarlenada.
No,noeraelmomento.
Girósobreelasientoaterciopeladoenelqueestabasentada.
—Teníasquesaberlo…erafatalquetardeotempranoteenterases…
Élselimitóaasentirconlacabeza,sincomprometerse.
—SoylahermanadeOberfein…deWalterOberfein…elnoviodeErika…
—Losabía.
—Hacepoco…
—No.Desdeantesdequemeinvitarasaaquellafiesta…
Ahorafueellaquiensesorprendió.
—Noesposible…
—Sí.Yotambiénposeomiserviciodeinformación…Despuésdetodo,Munichnoesmásqueun
pueblograndeenelquenosconocemostodos…
—Peroentonces…tambiénsabrás…
—Losétodo,Hilma…
—MellamoKlara.
—No,paramíeresyseguirássiendoHilma.Ydejemoseso…—dijoposandolapistolasobreun
sillón—.¿QuieresdecirmeahoraquéestabahaciendoLörzertaquí?
—¿Tambiénsabeseso?
—Levialllegar…porpoconostopamosenelportal.
—Vinoaverme…
—¿Porqué?
—Vinieronotrostres…deseabanquelesdijeradóndeteescondes…estáninteresados…
—Esnatural,peroyosabíaquenodiríasnada…¿omeequivoco?
—¿Cómopuedesdecireso?
Seacercómásaella,posandosusfuertesmanosenlascurvassuavesdelascaderasdelamujer.
—Esunabroma,amor…¿quétedijoKilian?
—Deseabasalvarte…queríaquetefuerasdelpaís.
—Entiendo.Sipuedo,tambiénharéalgoporél…noquieroqueleocurranadamalo…
—¿Puedodecirtealgo?
—Loquequieras,cariño.
—Kilianteaprecia,tequiere…deveras.
—Yalosé.Peroesonovaacambiarenabsolutolamarchafataldelosacontecimientos.
Lanzóunsuspiro.
—Haymomentosenlavida,Hilma,enlosquelossentimientoshandecederelpasoacosasque
seconvertiránenHistoria.
—Así es… Él quisiera facilitarte los medios para que te fueras… para que nos fuésemos, si
deseasquevayacontigo…
Éllamirabaconfijeza,yellasonrió,aunquesushermososlabiosdibujaronúnicamentelamueca
dolorosaqueleretorcía,almismotiempo,elalma.
—Sí,yaséquenoesposible…soyunatontaalhacermeilusiones…
—Luegotendremosmuchotiempoparavivirjuntos…
—Comotúquieras.
Seapretóconvulsivamentecontraél.
—Tedeseo,Konrad…quierosertuya…ahoramismo…durantetodalanoche…siesquetienes
tiempoparamí…
Sleiterlebesóenlaoreja.
—Tonta…¿porquécreesquehevenidoaMunich?Tengotodalanocheparati,paranosotros…
—Ven.
Lecogiódelamano,llevándolohaciaellechoinmenso.
—Prométemeunacosa,amormío.
—Loquequieras,Hilma.
—No vamos a hablar de nada… esta noche… hablaremos solo de nosotros mismos… solo de
nosotros…
—Teloprometo.
Leechólosbrazosalcuello.
—Dejaquetedesnudeyo,Konrad…¡estástancuriosovestidoasí!
Fuequitándolelaropa,sindejardeacariciarleybesarle.
—Ahoratetocaati…desnúdame…
LohizoSleiter,conunaimpacienciaquesetraducíaenlaagitacióndesusmanos.
—Ven…
Hilma cerró los ojos, como hacía cada vez, mordiéndose los labios, con ansiedad, deliciosa
ansiedadcadavez,hastaquesentíaelhombreenella.
Entonces,dejabaescaparunbrevegemidodeplacer.
***
LosSSabríanlaspuertas,penetrandoluegoenlashabitaciones,conlossubfusilesenlamano.En
lascamas,loshombresgeneralmenteformandopareja,sealzaban,abriendodesmesuradamentelos
ojos.
—ElFührerhaordenado…
MirabanalosSS,sincomprender,procurandoocultarsuscuerposdesnudos,queavecesseguían
aúnentrelazados.
—…queseáisejecutadosportraiciónalReich.
Niunapalabramás.
Lossubfusilesladrabanásperamente.
Yloscuerposqueunamorconfusohabíaunidoenlalarganoche,sebañabanahoraenlasangre
mezcladadelosdosamantes.
—ElFührerhaordenado…
Otrashabitaciones.Aveces,hombressolos.Enlassillas,chaquetasconinsigniasdealtosgrados
delasSA.RostrosdegentequehabíacombatidojuntoaHitlerdesdeloslejanosaños1920…
—…queseasejecutadoportraiciónalReich…
Otrasveces,elhombrehechoyderecho,lacincuentena,juntoalSAimberbe,concuerponúbilde
efebo. Jovencitos que sentían ganas de gritar y que, al ver los cañones amenazadores de las
Schmeisser,seocultaban—comolohubierahechounamuchacha—detrásdelpechodelhombre,de
unampliopechocubiertoporunapelambregeneralmentegris.
—EnnombredelFührer…—decíaotradelasfórmulas.
Eralomismo,ymientrassealzabanlasarmas.
—…osejecutamosportraidoresalReich.
Lasbalasseclavabanarteramenteenlacarne.
***
Sonriendo,dichosa,Hilmasefueseparandolentaycuidadosamentedelcuerpodesuamante.Se
deshizo del brazo que Konrad tenía aún sobre su hombro, haciendo rodar su cuerpo hacia el otro
extremodelacama.
Estabadeliciosamentecansada,maravillosamenteagotada…
¿Cuántasveceshabíahechoelamor?
Nolosabía.Yhubierasidoincapazdeprecisarunnúmero.Además,¿paraqué?¿Quéimportaban
los datos concretos? ¿Qué importaba lo demás? Se habían amado sin interrupción, pasando de la
pasión salvaje y tormentosa a la entrega dulce y acompasada, para volver a enredarse en una junta
amorosa,máscasicomoenemigosrabiososquecomodulcesamantes…
Bajó lentamente de la cama. Sin dejar de mirarle. Sin separar los ojos de aquel cuerpo que
consideraba tan suyo como el suyo propio. De aquel cuerpo al que tantas veces se había fundido
aquellanoche,enaquellashoras,comosiunafuerzamisteriosaleempujaraanohacer,delosdos
cuerpos,másqueunosolo…
Fue dando paso tras paso, con lentitud tremenda, hasta llegar junto al sillón en el que él había
dejadolaLüger.
Empuñóelarma,sintiendoqueelfríodelacerolepenetrabacomosialguienacabaradeabrirla
ventanaaunvientohelado…
Fueacercándosedenuevoallecho,mirandoelcuerpo,pensandoenlohorriblequeseríaverle
colgadodeunposte,conunafinacuerdaalcuello.
—¡Jamás!—dijoenvozbaja,echándosedenuevojuntoasuamante.
***
—¡Tú!
HitlerpenetróenlahabitacióndeRoehm.EljefesupremodelasSAestabasoloenlacama.Sin
ningunaclasedecompañía…apesardesusconocidasaficiones…
—Eresuntraidor,Ernst…
—¿Cómopuedesdecireso…tú?¿Quiénhatraicionado,Adolf?VasaentregaraAlemaniaasus
enemigos de siempre… a los poderosos y a los militares… quieres aplastar la revolución que tú
mismoprometistealpueblodelReich…
—Teníaconfianzaenti…
—Yyoenti…peroeslaconfianzadelpueblolaqueimporta…
SalióHitler,furioso,delcuarto,ordenandoquepasasenaRoehmunapistola.PeroErnstsenegó
amatarse.
LosojosdeHitlerbrillaroncomoascuas.
—Hacedlo…ordenóalosSSdelossubfusiles.
Secerrólapuerta.
—EnnombredelFührer…portraiciónalReich…
Ylasarmasladrarondenuevo.
***
AcercóelcañóndelaLügeralasiendeKonrad,quedormíaprofundamente.
—Novoyaconsentirquetehagandaño,amormío…niquieroquetunombreseensucieenla
bocadeesopuercos…
Lasdosprimeraslágrimassedesprendierondelosojosdelamujer,deslizándose,comogotasde
mercurio,porlacurvafinadelasmejillas.
—¡Cómohepodidoquererte,amormío!
Porque había que querer de aquella sublime manera que poder alcanzar el poder suficiente de
cortar el hilo de la vida del hombre por el que graciosamente hubiese dado mil vidas, de haberlas
poseído.
Túvasamorirconelperfumedemicarneenlatuya,conmiimagenentumente…yohedeser
ahoraquienpaguetodolomaloqueheintentadohacerte…yquetehehecho…porquemoriréconla
amarguradenohaberrecibidolamuertedetumano…
Apretóelgatillo.
Se quedó luego mirando el cuerpo sin vida del hombre, que apenas si se había movido, que
seguíamostrandoensuslabioslasonrisaquelamuerte¡nohabíapodidoarrancar!
SellevóelcañóndelaLügeralaboca…yvolvióaapretarelgatillo…
***
ElconvoyregresabaaMunich.IgualqueenBaviera,enBerlínhabíansonadolosdisparosdelos
pelotonesdeejecución.
—EnnombredelFührer…
HitleribaenelMercedes,silencioso,conlosojosentornados.Lavictoriaerasuya,elfuturode
Alemaniatambién.
PoresohabíaacometidosusuciotrabajodeVerdugo.
La noche terminaba en una palidez de fría alba: La Noche de los Cuchillos Largos tocaba a su
fin…
Apéndice1
LacuriosaderrotadeAlemaniaenlaPrimeraGuerraMundial
Si rememoramos rápidamente la situación de Alemania a principios de 1945, comprobaremos
enseguidaquesereuníanenellalatotalidaddecircunstanciasquehabíandeabocarfatalmenteauna
derrotasinprecedentes.
Losejércitosaliadoshabíanpenetradoprofundamenteenterritoriogermano,latotalidaddelos
paísesquelucharondelladodelEjeestabanenpoderdesusenemigos.Lanaciónalemana,sometida
a un castigo aéreo sin precedentes en la Historia, no era más que un montón de ruinas, con sus
ciudadesarrasadassuindustriaaniquiladaysusvíasdecomunicaciónrotaspordoquier.Lamoralde
los habitantes había llegado a ese punto en el que se desea el final, sea cual fuere. Un cansancio
acumulado a lo largo de años de duras pruebas, la escasez y la dureza de los ataques por el aire,
habíanconseguidodesmoronarlapocafequeenlavictoriateníanlosalemanes.Porotraparte,las
Fuerzasarmadashabíanvistocambiardesignosupotenciadeotrora,luchandodesdehacíatiempo
enfrancainferioridadconunadversariocadavezmáspoderosoybiendotado.
Desde el punto de vista político, a pesar de la aparente sumisión de los altos responsables, se
notabanseriasfisurasenelbloquedirigente,loquedaríacomoinmediatoresultadolas«traiciones»
deHimmlerydeGöering,consusintentosdepactarconlosaliadosoccidentales,deseososdesalvar
el pellejo y volver a hallarse al mando de una Alemania, sin Hitler, que luchara junto a Francia,
Inglaterra y los Estados Unidos contra el viejo enemigo de la civilización occidental, la Unión
Soviética.
Algúndíahablaremosdelobienbasadasqueestabanlaspretensionesdelpoderososeñordelas
SS,Himmler,ydelfindelrégimen,aquelobesocaballero,decorterenacentista,quefueeldueñode
lamalparadaLuftwaffe,HermannGöering.
No constituye ningún misterio que «ciertos medios» afiliados, encabezados y dirigidos por
Churchill, soñaron más de una vez en aliarse con una Alemania democrática, para alzarse,
definitivamente contra el molesto vecino del Este de Europa. Basta leer la aleccionadora
correspondencia entre el premier británico y Josef Stalin, para percatarse de que solo la potencia
alemana y el peligro que esta representaba, hizo que el astuto hombre del cigarro puro «tragase
quina»,sabiendoperfectamentequeelapoyodelosEstadosUnidosnoera,enaquellosmomentos,
suficienteparaaplastaralosejércitosgermanos.
Peroregresemosanuestrolejanoaño1918.
LaderrotadeAlemaniasevacristalizando,perolascondicionesdifierenenabsolutoconlasde
1945.Son,respectoaestas,profundamenteextrañas…yhastacuriosas.
El 11 de noviembre va a firmarse el armisticio —algo muy distinto a la «capitulación sin
condiciones» exigida por los Aliados en 1945—. Pues bien, en marzo de este dichoso 1918,
exactamente el 21, el comandante en jefe de las fuerzas imperiales, Ludendorff, desencadena nada
menos que cinco ofensivas al Oeste. Al resultar fallidos estos sangrientos intentos, las cosas
empeoranenelmomentoenquelosAliadosasuvezatacan.
El 13 de septiembre, la llamada Línea Hindenburg se rompe. El 21 de octubre, Guillermo II
prescindedelosserviciosdeLudendorff.El3denoviembre,inspiradosporloquehaocurridoenla
Rusia de los zares el año anterior, los marinos alemanes de la base de Kiel, se sublevan. El 30 de
noviembre,elemperadorhacesusmaletasyabandonaelpaís,rumboaHolanda.Yfinalmente,como
yadijimosantes,el11deesemismomes,sefirmaelarmisticioenRethondes.
¿HaperdidoAlemanialaguerra?Esodicentodos.Pero,yesoeslocurioso,millonesdesoldados
alemanessiguenocupandovastosterritoriosenFrancia.Ynohayunsolosoldadoaliadoenterreno
alemán.
ElEjércitovaaregresar,abandonandolosterritoriosconquistados,peroloharásinconsiderarse
como vencido. Su moral, incluso después del armisticio, sigue siendo alta. No se consideran
derrotados. Y muchos de ellos no pueden explicarse lo ocurrido. Igual ocurrirá con muchos
oficiales,suboficialesyjefes.Ningunodeellosaceptaráladerrota.Porquenohahabidoderrota.Y
esto, recordémoslo, es muy importante. Lo va a ser, junto a otros hechos que citaremos a
continuación,alolargodelosañosqueseguiránalfatídico1918.
Nadiecreeenladerrota.Ymenosquenadie,unGefreiter—cabo—llamadoAdolfHitler.
Acumulando cosas curiosas, podemos agregar que mientras las tropas alemanas del Oeste se
disponenaabandonarlastrincheraspararegresarasuPatria,otroshermanossuyosluchanyvencen
alEste.Alemaniaocupalospaísesbálticos,ydespuésdelafirmadelTratadodeBrestLitovsk,ente
los bolcheviques y los alemanes, estos avanzaron ocupando las tierras obtenidas con la firma del
tratado,apoderándosedeunaregiónverdaderamenteenormedelajovenRepúblicarusa:unabuena
zonadelaRusiaBlanca,conlaciudaddeMinsk,lacasitotalidaddeUcrania,hastalaorilladerecha
delDonetzyCrimea.NoeranestosterritorioslosqueRusiacedíaalosalemanes,queseconcretaban
aLetonia,LituaniayPolonia,perohabíansidoocupadosporgermanos,austríacosyrumanos,loque
se traducía a una ocupación permanente, esencialmente germana, cuando austríacos y rumanos se
retiraronacapitularantelosAliados.
Tenemos, pues, resumiendo, un Ejército alemán que va a retirarse del Oeste, y otro que sigue
ocupandoampliaszonasalEstedeEuropa.
Noderrotadoelprimero,victoriosoelsegundo.
¿Quévaasucederenestegalimatías?
Wilson, el Presidente de los Estados Unidos al que se puede considerar como el responsable
directodelsurgimientodelnacionalsocialismo,quiere«aplastar»aAlemania.Naturalmente,esconde
susverdaderospropósitosbajoeleleganteeufemismoquelehacedecirqueloquedeseaesdestruir
el«militarismogermanooprusiano»,másconcretamente.
Detrás de esas palabras se esconde el deseo de «participar» en el gigantesco negocio que se
ofrecerá a los vencedores cuando la poderosa industria alemana deje virtualmente de existir. Los
EstadosUnidosdeAméricanoson,en1918,unpaíssinproblemas.FranciaeInglaterra,sobretodo
la segunda, son dos peligrosos competidores en el mercado mundial. Se perfila ya, en los Estados
Unidos,lacrisiseconómicaqueestallaráenelcomienzodeladécadadelosaños1930.Laderrota
«industrial»ycompetitivadelImperiogermanoesunaoportunidadqueWilsonnopuededejarpasar.
Ademáslapolíticanoesunacosasencilla.
MientrasquelosojosdeWilsonestánfijosenpodergozardeunagranpartedelahegemoníade
expansiónenEuropa,FranciaeInglaterra,especialmenteesta,venconmuymalosojoslaturbulencia
que las ideas bolcheviques están produciendo en algunos países balcánicos, extendiéndose
velozmentehaciaesaAlemaniaconlaqueacabandefirmarunarmisticio.
QueriendoimitaralashuestesdeLenin,quehandirigidounaRevoluciónprofunda,sinapenas
verter sangre, apoderándose del poder pro-aliado de Kerensky, firmando un hábil tratado con el
poderosovecinogermano,sacrificandopartedelpaísparagozardeltiempoylapaznecesariospara
construir el socialismo, los soldados vencidos, hartos de guerra, desean imitar a los rusos, y los
levantamientosseproducenpordoquier,apareciendoenlaconfusaAlemanialosprimerosconatos
revolucionarios,lacreacióndecomitésdesoldadosymarinos.
Ante los astutos ojos de los políticos británicos, que son los que van a llevar el ritmo de los
acontecimientos,sepresentaunterribledilema:
a)Lascláusulasdelarmisticioespecificanclaramentequeelnuevoejércitoalemánnopodrá
rebasardeningúnmodolos100000hombres.
b)EscondiciónsinequanonqueelAltoEstadoMayorgermanosedisuelva,siendosustituido
pordoscomandantessupremos.
Esoes,entreotrasmuchascosas,loqueimponeelarmisticio.Pero:
a)Lainquietudsocialyelansiarevolucionariaseextiendenpordoquier.Lastropasgermanas
tienen que intervenir contra los espartaquista (de los que luego saldrá el Kommunistische
ParteiDeutschlandoKPD,fundadoel30dediciembrede1918).LosCuerposFrancos,tropas
procedentes del Este, han de combatir diversos focos rojos y separatistas en el seno de la
comunidadalemana.
b)AlEste,sigueexistiendounPoderquesehaburladodelosconsejosaliados,quedeseaban
quelaRusiarepublicanaluchaseasulado.Ylomásimportante,esqueesepodersoviéticoes
el foco de infección que extiende sus ideas, desarrollándolas en el terreno propicio de los
paísesquehansalidoderrotadosdelacontienda.
Ni a Francia, ni a Inglaterra, ni a los Estados Unidos les interesa una Europa frenéticamente
agitada «desde abajo». Para que los buenos negocios se lleven a cabo, se necesitan poderosas
inversiones,ynohaymásremedioqueimponerelorden,paragarantizarplenamentealosfuturos
inversoreselcobrodesuscuponessinningunaclasedeanomalía.
Por eso, sencillamente por eso, tapándose los ojos a la realidad de un positivo desarrollo
militarista en Alemania, los Aliados consentirán que el «desarme» no sea más que palabras,
permitiendolaexistenciadefuerzasespeciales,rabiosamentenacionalistas,comolosfamososFrei
Korps, los cuerpos francos, semilla que germinará hasta concretarse en la aparición del NSDAP , el
National-SozialistischeDeustcheArbeiterPartei,sencillamente,elPartidoNazi.
Creemoshaberbosquejadounsomerocuadrodelasituaciónparaqueellector,trashaberleído
lapartenoveladadellibro,puedaempezaracomprendercómosellegóaaquellatrágicanochedel
30dejuniode1934:LaNochedelosCuchillosLargos.
Paraaclararideasdeesteapartado,concretamente:
a)AlOeste,lastropasalemanasnotienenconcienciadehabersidoderrotadas.Regresanala
Patriaconlaclaraideaquehansidotraicionadas.
b)AlEste,losgermanos,especialmentelosCuerposFrancos,siguenimponiéndose.Cuando
la«oleadaroja»amenazaalpaís,regresanenparteasuPatria,aniquilandoalosinsurgentes.
c)LosAliadosdeseandesmembraralpoderosoEstadoMayorgermano,perosabenquesin
unafuerzaenAlemania,lasideasbolcheviquesterminaránextendiéndoseporella.
d)Porotraparte,elCapitalismomundialveconmuymalosojosel«ensayosocialista»delos
rusos.Ydeseadestruirlo,vaaintentarlo,aunquetengaquecontarconlossoldadosalemanes.
El escenario como vemos es harto confuso. Y es entonces cuando los pequeños personajes de
aquellaturbulentaépocavanaaparecer,sinquenadiesospechequeseconvertirán,enpocotiempo,
en los protagonistas de uno de los más sangrientos dramas que ha conocido la Historia de la
Humanidad.
Apéndice2
Roehm
Cuandosehaescritotantosobreunpersonajehistóricoy,sobretodo,cuandosehamentalizado
al mundo con una serie de clichés que han ido incorporándose al personaje hasta formar materia
indisolubleconsuimagenes,másquedifícil,casiimposibleverlodeotraforma.
Desde hace muchos siglos cuando a un hombre se le coloca la etiqueta de «homosexual», es
indefectiblemente que junto a ella aparezcan virtudes o defectos, influidos, yo diría mejor
«capitalizados», por ese activo fermento que es el desprecio que los hombres experimentan o han
experimentado en su totalidad hasta hace muy poco tiempo, sienten y sintieron hacia alguien que,
sexualmentehablando,escapabaalanorma,alanormalidaddealgunos.
HablardeRoehmodelasSA,eshablardehomosexuales,ynadadebeextrañarnosqueincluso
alguien con la «fama» de un Fellini, haya resumido sus «conocimientos» sobre las Secciones de
Asalto,alasescenasgeneralizadasyabsolutamentefalsas,ensumayorparte,desufilmLacaídade
losdioses.
La homosexualidad no hay que buscarla únicamente en las SA, sino en todas partes y lugares
donde los hombres viven juntos sin presencia femenina. La homosexualidad se encuentra ya como
«conducta tipo» en las huestes de Esparta, en las legiones romanas, en las hordas bárbaras, en los
ejércitosnapoleónicos,entodaslasprisionesdelmundo,enloscamposdeconcentracióndetodos
los países del globo, y en altas, medianas y bajas esferas de todas las sociedades existentes o por
existir.
La homosexualidad estaba «de moda» en el ejército prusiano, y allí seguramente la adquirió
Roehm.Peroesavertientesexualnoalteralafacultadintelectiva,nimodificalasideaspolíticas,nila
sensibilidad estética ni, mucho menos, aminora el valor personal, la ambición o el coraje ante el
mundo de los hombres que son de ese modo. Hablar hoy, después de Freud, de Master y de tantos
otros, de normalidad sexual, es como pretender afirmar que los genes de todos los seres humanos
sonidénticos.
TodoestovieneacoletoparaprecisarquenodeseamosarrancardelapersonalidaddeRoehm
sus«defectos»,dejandoúnicamentebrillarsus«virtudes».Ycomoprevemosqueloquesiguepuede
erizarelvelloamásdeunlector,especialmentedelosquehanconsultadolibrossobrelaHistoria
del nacionalsocialismo, pensamos que solo un análisis profundo de la personalidad de nuestro
personajeencuestión,podráaclararnosmuchospuntosdentrodeloinmensamentecomplicadaque
sueleserlanaturalezahumana.
ErnstRoehmnaceen1887,yloencontramosenescenael21deenerode1919,siendooficialdel
2.º Batallón de Infantería, en Munich, en plena crisis bávara. Durante la guerra, combatió a las
órdenesdeLudendorff.
Comotantosotrosoficiales,Roehm,alregresoasuPatria,ydespuésdehaberechadounaojeada
al conjunto de acontecimientos que ocurren o están por ocurrir, primeras fuerzas armadas cuyo
objetivoprimordiales«mantenerelorden»contralaoleadaprogresivadeansiarevolucionariaque
hallegadodesdeelEste.
Todos los oficiales alemanes de aquella época, saben perfectamente que los «agentes rojos» se
han infiltrado en las filas de las tropas que acaban de regresar del frente, vertiendo en ellas la
«ponzoñabolchevique»,materializadaprimeroporlasenseñanzasdelosespartaquistasymástarde
porelPartidoComunistaalemán.
¿Cómopuedeexplicarseestefenómeno?
Sonnumerososloshistoriadoresquelojustificanporelarchisabido«espíritudecasta».Entrela
propagandaaliadadurantelaGranGuerra,nofaltanlascaricaturasenlasquesevealosoficiales
prusianos,consumonóculoysufusta,susaltasbotas,relucientes,bebiendoenalegrecompañía.Es
muy sencillo olvidar que detrás de esa máscara que intenta ponerse al ejército alemán están los
hombresquelomueven,ynonosreferimosalosaltoscargosmilitares,sinoalosquesesirvende
lastropasparallevaracabosuspropósitospolíticos.
Escurioso,opuedeparecerlo,peroelEjércitoalemánnuncaintentóhacerseconelpoder,jamás
ningúngeneral—comoentantosytantospaíseslatinos—quisoapoderarsedelasriendasdelpaís.
UnFrancoounPinochetnosonconcebiblesenAlemania.Nilofueronnunca,enelestrictosentido
quelosdosgeneralestuvieronensusrespectivospaíses.NisiquieraunDeGaulle.
El Ejército alemán, se tomó siempre por el defensor del orden interno y para respaldar con su
fuerza y su eficacia la política exterior del país. Ni más ni menos. Lo que no podemos esperar del
Ejércitoalemánesquefuerademocrático.Ningunafuerzaarmadaloes.Puededefenderprincipios
democráticos,perolosejércitosverdaderamentepopulares:elfrancésrevolucionario,elcreadopor
Trosky, el español de la Guerra Civil, y tantos otros, tuvieron que dejar de ser populares y
democráticosparavolverseejércitosdeverdad.
Loquesíescierto,porlomenosenAlemania,esqueelEjércitonose«tiñe»delcolordelavida
política del país, se sitúa al lado de las instituciones y, terriblemente conservador como todos los
ejércitos, digiere con dificultad profundos cambios políticos, los asimila muy despacio:
sencillamente,porqueelmarcodesupropiaesenciarespondealaarquitecturadelasociedadalaque
sirve.
Noesnadanuevo.Desdesiempre,jefesyoficialeshansurgidodelmanantialdelasclasesaltaso
delaburguesíamedia.Yestorevelaunagranimportancia,yaqueasícomolatropavayviene,en
unaininterrumpidasucesióndereemplazos,loscuadrospermanecen,destinadosaladefensadeun
ordensocialqueleshadadovida.
Ante el inevitable fenómeno de la República de Weimar, el Alto Estado alemán y la Reichwehr
provisional sudaron lo lindo para identificarse con una forma política de gobierno que les era
completamentenueva.AcostumbradosaserviralEmperadoryalosgobiernosquedeéldependían,
conobjetivosperfectamenteseñalados,sincomplicacionesnisutilezasdemocráticas,sincambiosen
larígidaestructuradelestado,acostumbradosalequilibrioyalafuerzadeunasinstitucionesdeuna
solidez a toda prueba, vacilaron al verse al servicio de gobiernos débiles, suplicantes ante los
enemigosdeayer,compuestosporhombrescautosypusilánimes,queseechabanatemblaraltener
quedecidirelempleodelafuerzaqueelEjército,aunquepequeñoydesmembrado,representaba.
Otradelascosasquenohayqueolvidar,metiéndoseenlapieldelosoficialesgermanos,essu
costumbreaserrespetados,queridosyadmiradosporelpuebloalemán.Enlasretinasdetodosellos
quedaban aún las imágenes de las aclamaciones que el gentío había lanzado a su paso, cuando se
dirigíanaloscamposdebatalla,delasfloresquesembraronlascalles,delasjóvenesquesalíandel
públicoparaabrazarybesaralos«héroes».
Y, de repente, al regreso, cuando se tiene plena conciencia de haber cumplido con su deber y,
especialmente,cuandoseestásegurodenohabersidovencido,lagentelesinsulta,lesincrepa,les
atacayhastalesarrancamedallasycondecoraciones.Yporsifuerapoco,lossoldadosempiezana
dar muestras de rebeldía, y cuando se sublevan, hacen prisioneros, hieren o hasta matan a la
oficialidad,imitandoalosbolcheviques.
La terrible diferencia entre un oficial zarista y un oficial germano estriba en eso: el oficial
alemánnohatenidojamásconcienciadecontribuiralaexplotacióndelpueblo.Esmás,loamaylo
respeta,ylehiereserofendidoporél.Mientrasqueeloficialzaristahadesenvainadomásdeunavez
el sable, desde que no era más que un cadete, para atacar a los campesinos o a los obreros de las
grandesciudades.
YesovaaocurrirenAlemania.
Pero, para poder «asimilar» esta dolorosa experiencia, para que el oficial alemán se decida a
dispararcontraelpueblo,hadeestarconvencido,yloestá,queesapartedelpuebloque,demanera
incomprensible, se alza contra algo tan sagrado como el Ejército, no es el pueblo alemán, sino
marionetas en manos de agentes extranjeros, porque, a los ojos de un oficial prusiano, un
bolchevique deja de ser un ciudadano alemán para convertirse en un «soldado» de un país al que
siempreconsiderócomoenemigodeAlemania.
Todo lo expuesto está destinado a comprender un poco la urdimbre psicológica del oficial
alemán,yasípodremosllegaraimaginarloque«pasaba»porlacabezadeunodeaquellosoficiales,
comoentodosellos,refiriéndonosaErnstRoehm.
Élmismoafirmarotundamente:«Desdeminiñez,notuvemásqueundeseo:sersoldado».
Siyatenemos,enciertomodo,«definida»lapersonalidaddeloficialgermanoengeneralylade
Roehm en particular, podemos acometer su papel dentro de las fuerzas que iba a mandar, las
Sturmabteilun,SA,oSeccionesdeAsalto.
¿CómonacieronlasSA?
Sipensamosenlacrecienteactividad,dentrodeAlemania,delosagentesaliados,encargadosdel
controlenelcumplimientodelascláusulasdelTratadodeVersalles,elDiktat,comprenderemosque
todos aquellos que intentaban salvaguardar la estructura militar del disuelto Ejército alemán,
camuflabansusformacionesparamilitaresdemilmodosdistintos.
LaactividadpolíticacrecientedelPartidoNazi,reciénestrenado,chocaba,inevitablemente,con
lasfuerzasqueseoponían,especialmenteconlashuestescomunistas,muchomásnumerosasymejor
organizadas. Cada mitin ofrecía problemas y peligros. Por eso, camufladas convenientemente, se
formaronpequeñasunidadesdeprotecciónalosoradoresnazis,particularmenteaHitlerqueerael
mejor y el más activo de todos ellos. Estos grupos de protección se extendieron por diversas
ciudadesgermanas,amparándosebajoelhipócritanombrede«seccionesgimnásticasydedeporte»,
que se colocaron bajo el mando de un antiguo insignia de la Marina, llamado Johann Ulrich
Klintzsch.
Todoslosmiembrosdeaquellaorganizacióndeportivaadoptaroneluniformequeibaaserluego
el símbolo de la gigantesca fuerza armada con la que contaría Roehm. Camisa parda, gorro
característico,pantalóndemontary,cuandopodían,botasaltas.
La adopción del nombre definitivo tuvo efecto en unas circunstancias históricas, curiosas e
importantes.
LaCasadelPartidoacababadeinstalarse,ennoviembrede1921,enunampliopiso,dotadode
numerosos despachos, en la Corneliusstrasse. Poco después, Hitler debía hablar, como ya lo había
hechovariasveces,enlacerveceríamuniquesadeHoffbräukeller.Elambientedelasalaestabamuy
tenso, ya que los comunistas habían enviado a 800 de sus miembros para impedir el acto, para
abuchearalosoradores;enunapalabra,aarmarelmayorescándaloposible.
Yasílohicieron,justamentecuandoAdolfHitlersedisponíaaintervenir.
Lasvoces,losgritosylasimprecacionesdegeneraronmuyprontoenunaverdaderabatalla,enla
queademásdelascachiporrasylospalos,intervinieronlasarmasdefuego.
LavictoriasecolocódelladodelasfuerzasqueprotegíanaHitleryalosdemásoradores.Las
seccionesgimnásticasydeportivas,quenocontabanmásquecon80miembrospresentesenelacto,
derrotaronalos800contrarios.
YfueentoncescuandoHitlerlesdioelnombrequeseharíafamoso,llamándolasSturm-Abteilung
SeccionesdeAsaltoo,mássencillamente,SA.
¿QuéhacemientrastantoErnstRoehm?
Vadeunladoparaotro,agobiadoporsuobsesióndecrearunafuerzaarmadacapazdedetenerla
amenazadoracrecidadela«olaroja».
LevemosllegaralalocalidaddeOhrdurt,enTuringia,dondeseponealasórdenesdelcoronel
VonEpp,yasujefedeEstadoMayor,elcomandanteVonHörauf.Losdoshombres,siguiendolas
instruccionesdeNoske,estabanformandounaCuerpoFrancobávaro.
Hallegadolahora,paraevitarqueellectorsepierdaenunaexposicióndefechasyhechos,de
aclararelpapeldeNoskeylosmotivosquelellevaronaBerlín.
Digamos antes que nada que Noske era un «socialista». Hombre duro, de decisiones rápidas y
golpes firmes, al ser llamado para hacerse cargo del puesto de gobernador de Berlín, justo en el
momento en que los espartaquistas se habían adueñado de media ciudad, impone sus métodos,
aplastando la rebelión, no sin dificultad, pero consiguiendo imponerse por la fuerza. Los dos
personajes importantes, espartaquistas ambos, que dirigieron la rebelión roja, Liebknecht y Rosa
Luxemburgsondetenidosyasesinados.Lasrebelionesrojasprosiguen,yotrasciudadesconocenla
luchasangrientaentreespartaquistasytropasdelasquevansurgiendolosfamososCuerposFrancos.
Munichesunadelasciudadesquesufrenloscombatesmáscruentos,solosemejantesalosdeBerlín.
De tal modo que se instala en la ciudad una verdadera República soviética. Y las tropas tienen que
intervenir,solicitadasporNoske,hastaquelosllamados«Rusos»huyendelaciudad.
Tenemosenresumen,comoyahemosapuntadoconanterioridad,unasituacióncaóticaque,poco
apoco,consiguedominarlaReichwehr,apoyadaporlosCuerposFrancos.
Cuando Hitler llama a Roehm para que se haga cargo de las SA, nadie puede imaginar la
importanciaqueadquiriránlasSeccionesdeAsalto.HitlerapreciasinceramenteaErnst,yaunade
laspocaspersonas,muchoshistoriadoresdicenquefueelúnico,alquienelFührertratadetú.
DejemosqueAdolfHitlerprosigaahorasuvertiginosacarrerapolíticaqueleconducirá,en1933,
al poder. Y quedémonos junto a Roehm quien va organizando más y más intensamente las SA,
otorgándolesampliamentelamisiónparalaquehansidocreadas:másqueparaprotegeraHitler,que
yatienesuguardiapersonalquehabrádeconvertirseenlastristementefamosasSS,Ernstlanzasus
huestes a la lucha callejera, a esas calles y plazas de todas las ciudades alemanas que dominan los
rojos.
Hitler ha hablado mucho, ha dicho infinidad de cosas. En los primeros tiempos de su actividad
política, siguió la corriente, complaciendo a los que se sentían heridos por una guerra que había
terminadodeformaverdaderamenteabsurda.
Enaqueltristeañode1918yenelsiguiente,cuandolastropasdelOesteregresaron,sinhaber
sido derrotadas militarmente, hubo de buscarse una fórmula que justificase lo ocurrido. La
necesitaban, en primer lugar, las tropas y sus mandos. Pensemos un poco que el pueblo estaba
acostumbradoaverregresaralossoldadosvictoriosos,yqueeltriunfode1870seguíaentodaslas
almas.TampocoestabaacostumbradoelEjércitoatenerquejustificarunaderrota.
Nacióentoncesloquealgunoscalificandeleyenda,especialmenteloshistoriadoresfranceses,y
quetomóeltétrico,elterribleybrutalnombredeDolchstoss,elgolpedepuñalomásclaramente«la
puñaladaporlaespalda».
¿QuiénhabíadadoaquellapuñaladaporlaespaldaalEjército?Sindudaalguna,laretaguardia,
pero sin englobar a todo el pueblo germano: «los traidores de Noviembre», sobre cuyas espaldas
caerían todas las culpas, eran los políticos inclinados hacia la izquierda, los socialdemócratas, los
católicosdelZentrumy,lógicamente,lossocialistasradicalesyloscomunistas,inspiradosypagados
porlosrevolucionariosbolcheviquesquehabíanderrotadoalzarismoenRusia.
Ylosjudíos.
NohaylugarenestelibroparaestudiarafondoelproblemadelantisemitismoenAlemania,cosa
quedejaremosparaotrasobras.Detodasformas,eljudíosehizorápidamenteimpopular,yaquea
losojosdelosnacionalistas,noeranverdaderosalemanesyestabaníntimamenteligados,comercial
eideológicamente,conlaspotenciasenemigasdelReich.Ytodoestoseproducíamuchoantesque
losteóricosdelnazismodiesenjustificación«científica»alapurezadelarazaaria.
Inmediatamente después de su campaña contra la puñalada, Hitler, convencido de que la mayor
partedelpuebloalemáncreeenlatraicióndegentesinhonorygobernantescobardesquehanhecho
posiblelafalsaderrotadelEjército,atacalaesenciapolítico-socialdelpaís.
Supartido,enelquenotardaráenostentarelcargodejefesupremo—Führer—,contieneuna
palabraquehayqueanalizarconcuidado,parallegaracomprenderlaposicióndeRoehmydelas
SA,queestabandispuestosaseguirle.
ElNSDAP ,primitivamenteDAP ,es:
1.º Nacional. Lo que quiere decir que va a limitarse a la geografía del pueblo alemán, luego al
conceptodegermanidaddeHitler,conlaanexióndeAustriaydelpaísdelossudetes.
2.º Socialista. Con amplias visiones en profundos cambios socioeconómicos. Y aquí está ya lo
grave: puesto que Hitler ataca implacablemente, para justificar el «socialismo» de su partido a los
estamentossuperioresdelasociedadgermana,grandescapitalistasypoderososterratenientes.
3.ºDelTrabajo.Arbeit,odelostrabajadores,dandounamayorfuerzaaladefensadelasclases
populares, adquiriendo la importancia primaria y definitiva del esfuerzo cotidiano de los de abajo.
Una de las primeras promesas de Hitler, en este sentido, es acabar con el paro. Y la cumplió. A su
modo.
4.ºPartido.Loquesignificaquetiendeaserel«único»partido,representandoatodaslasfuerzas
germanas.Estatendenciahaciaelmonopartidismoseclasificadesdeelprincipioporlossímbolos,
especialmentelacruzgamada,ylaausenciadeimportantesasociacionesycomponendasconotros
elementospolíticosdelpaís.
El NSDAP es pues, en traducción correcta: El Partido nacional-socialista alemán de los
trabajadores.
AsíhablabaHitler…yasílocreyóRoehm.
Vamos a pasar por alto los enfados entre los dos camaradas, y la marcha de Roehm a Bolivia,
dondeejercióuncargodeconsejeromilitar.Preferimosvolveraencontrarle,asuregreso,denuevo
jefesupremodelaspoderosasSA.
¿QuésonlasSAparaErnstRoehm?
En su primera fase, el elemento de asalto contra los enemigos del Reich, los comunistas en
primer lugar. Pero después de 1933, con Hitler como Canciller, tras la desaparición de las demás
formacionespolíticasylasolapresenciadelPartidoNazienAlemania,¿quévanaserlasSecciones
deAsalto?
ParaRoehmlascosasestánmuyclaras.
Las SA son el Ejército del pueblo, la fuerza revolucionaria que va a hacer posible alcanzar los
objetivosqueelFührermarcócomolíneasmaestrasdelfuturoGranReichAlemán.Yestosobjetivos
estánmuynítidamentedibujadosenlamentedelamodelasSeccionesdeAsalto:
A)imponerelsocialismoenAlemania.Unsocialismonacional,esencialmentegermano,pero
socialismoalfinyalcabo.Yparaconseguirlo,hayqueprocederaladestruccióno,almenos,
alaneutralizacióndelosestamentosqueseoponenauntaltipodeconcepciónideológica,a
saber:
a)elcapitalismodominante,losgrandescapitanesdelaindustria,quehansidolosúnicosen
enriquecerseconlasguerrasylospadecimientosdelpuebloalemán.
b) los grandes latifundistas, cuyas inmensas propiedades, muchas de ellas improductivas,
debendistribuirse,poniendoenmarchaunaLeyAgrariaqueterminedefinitivamenteconlos
latifundios.
c)hayqueprocederala«descapitalización»delEjército;esdecir,alarenovacióncompleta
de sus cuadros, ya que empezando por su Estado Mayor, el Ejército ha sido siempre el
defensor de las grandes injusticias sociales, ha cultivado un insoportable espíritu de casta,
creandounaaristocraciaquesehadesentendidodeformaabsolutadelosinteresesdelpueblo
alemán.
A pesar de que los equívocos sigan hoy día, de que al pensar en el Tercer Reich veamos los
clichés astutamente generalizados por la propaganda aliada de la posguerra, no podemos dudar un
soloinstantequelagranmasahumanadelpuebloalemányespecíficamentelosmiembrosdelasSA,
enaquellostiempos,estabanalladodel«socialismo»delPartido,ansiandoprofundoscambiosenla
estructurasocio-económicadelpaísy,aunqueparezcaparadójico,imbuidosporunsentidogeneral
marxista y una línea de acción leninista, se mostraban dispuestos, sabiendo que era el único medio
factibleparaconseguirsuspropósitos,dehacerlarevolución.
NoesextrañoqueHitler,cuandoempezóaenfadarsedeverasconRoehm,lotachasedemarxista.
Apéndice3
Enbuscadelajustificaciónhistóricadelanochedeloscuchillos
largos
«Jevouspriederemarquer,Messieur,
quejeneblameniapprouve:jeraconte».
TALLEYRAND
InformadodeunamanerasuigénerisporHimmleryGöering,losenemigosjuradosdeljefedelas
SA,Hitlersepercatadequesuviejocamarada,elAlterKampfter—viejoluchador,miembrodelos
primeros grupos que lucharon a su lado en los inicios del movimiento nazi— Ernst Roehm, «ha
descubiertosuturbiojuego».
Puede ser que haya muchos más que se extrañen de ese cambio en la dirección política que el
Führer señaló en los comienzos de la lucha. Pero se callan, obedecen, se pliegan a las nuevas
directrices:losmás,pormiedo;laeliteporquedeseamedraralladodeHitler,serpoderososyricos.
Poderoso,Himmler,laarañanegraquevaatejersobreAlemaniaypartedeEuropalavibrantetela
delTerror.Rico,inmensamenterico,HermannGöering,elpersonajequeseequivocódeépoca,ya
quehubieraencajadomuchomejorenplenoRenacimiento.
Detrás de ellos, el elegante espadachín, excelente jinete, antiguo oficial de la Marina imperial,
mujeriego, conquistador y cien veces más cruel que Himmler, Heydrich, el amo del Servicio de
Seguridad, el Sicherheitsdienst, el criminal nato que sería eliminado con una bomba, en 1942, en
Checoslovaquia,yporcuyamuertepagaronmilesdeinocentes,vilmenteasesinadosenlatristemente
célebrelocalidaddeLidize.
Todos ellos influyen en Hitler, advirtiéndole del peligro que significa la agresiva conducta del
jefedelasSA.
Pero¿quéesloqueRoehmechaencaraalFührer?
1.º Haber traicionado el espíritu de la primera revolución, la que llevó al Partido al Poder.
Haber olvidado las promesas hechas al pueblo alemán y los principios socializantes del
NSDAP .
2.ºHaberhechopromesasdeseguridadydenegocioconlosgrandescapitalistasalemanes,a
cambioderecibirdeestosfuertessumasdedineroylapromesadeproducirparaelNuevo
Reich, siempre que el dogal impuesto a los obreros fuera mantenido: nada de subidas de
salariosnidehuelgas.
3.ºHaberseasociadoconelEstadoMayoralemán,permitiendolaformacióndeunEjércitode
clase,conlasmismasprerrogativasdesiempre.
¿QuéproponeRoehm?
1.º Una segunda revolución, apoyada en los millones de miembros de las SA, con los
objetivosqueelmismoHitlerhabíaprometidoalprincipio,asaber:
a)socializacióndelaeconomíaydelosmediosdeproducción.
b)eliminacióndelgrancapitaldelaindustria.
c)desaparicióndeloslatifundios.
d)disolucióndelEstadoMayor.
e)creación,abasedelasSA,deunEjércitopopular,semejanteentodoelEjércitoRojode
Trosky.
¿PodíaaceptarelFührerestaspremisas?
Era evidente que no. Hitler era un político astuto y sin escrúpulos. Y tremendamente realista,
ademásdeosadoyvisionario.Traslaprimerafase,profundamenterevolucionariayradical,seechó
atrás,deseandojugaralmismotiempoconmuchasbarajasdistintas.
AhoraquesabemosquesupolíticalellevóaladerrotamásgrandequeAlemaniahayasufrido
jamás,podemoscalificardeerroreslaspremisasdesuactuación.
Hitlerdeseaba:
1.ºEstablecerunaformademandoabsolutista.LaimposicióndelFührerprinzipfuelaprueba
patentedeestemododepensar.TodoemanabadelFührer,ylasórdenesporélimpuestasno
podíanserdiscutidas,sinoobedecidasciegamente.
2.º Contar con el apoyo económico y la tremenda fuerza de producción de la industria
germana, sin la que no era posible dotar al país de la fuerza agresiva que necesitaba para
llevaracabosusambiciososplanes.
3.ºGanarselaconfianzadelEstadoMayoralemán,entregándole,solodeformaaparente,el
mandodelEjército,laWehrmacht,paralograrlosobjetivosdeconquistapropuestos.
4.ºAunarelmandopolíticoconunsoloPartido,remozandoelideario.Deesoseencargaría
eldoctorGoebbels,eljefedelaPropagandadelReich,creandolasconsignasquehabríande
regirenelpaís:amoralaPatria,espíritudesacrificio,orgullodeperteneceralarazaaria,
odioalosjudíosyminoríasnogermanasydesprecioalacivilizacióndecadentedelospaíses
occidentales.PromesadeunReichcuyahegemoníaduraríaunmilenio.
5.ºConseguir,enunaprimerafase,labasesuficienteparaproceder;enunasegunda,alograr
el«espaciovital»queAlemanianecesitabaparavolveraconvertirseenunagrannación.Para
ello,traslajugadadedadosdelaocupacióndelSarre,anexionarseAustriayocuparlazona
delosSudetesdeChecoslovaquia.
6.º Posteriormente, arreglar la suerte de Polonia, eliminando la vergüenza de Danzig,
preparandoasíelterrenoparapasarelobjetivonúmerounodelapolíticaagresivadelReich:
lamarchanachOst,laconquistadeRusiacomobaseeconómicadelfuturoTercerReich.
Poreso,sencillamenteporeso,HitlernopodíaadmitirlaoposicióndeRoehm.Yporesoenla
nochedel30dejuniode1934,seafilaronloscuchillosdelasSS,precediéndoseala«limpieza»de
losadversariosinternos.
Poreso,precisamenteporeso,seprodujolaLargaNochedelosCuchillosLargos.
KARLVONVEREITER(Madrid,España,1918-SantPeredeRibes,España,11demarzode1996).
FueunseudónimousadoporelescritorespañolEnriqueSánchezPascualenlamayoríadesusobras
bélicassobrelaSegundaGuerraMundial.Otrosseudónimosqueutilizóson:AlanStar,AlanComety
LawSpace.
Escribióprácticamentedetodo:novelas,guiones,poesías,artículos,obrasdeteatro,traducciones…
y por supuesto, abordando prácticamente todos los géneros. Según su hijo escribía una novela por
semana,sinomás.Publicóbajodiversosnombres.Elmásconocidodetodosesprobablementeelde
AlexSimmonsyyadentrodelacienciaficción,recurrióatodaunabateríadelosmismos.Karlvon
Vereiterloreservóparafirmarlibrosdetemáticabélica.
FormópartedelosllamadosEscritoresdenovelasdeaduro.
Notas
[1]Lahistorianoesmásqueunaexposicióndecrímenesydolores.<<
[2]¡Dejadmeenpaz!<<
[3]¡Adelante!<<
[4]¡Seguidsentados!<<
[5]Sucio,puerco.<<
[6]¡Despierta,Alemania!<<
[7]Hayquedarseprisa,querido.Haymuchagentehoy.<<
[8]¡Condenadoidiota!<<
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