Siglo nuevo Y tu mamá también, 2001. dependiente de la Secretaría de Gobernación. El Congreso mexicano decretó, en 1949, la Ley de la Industria Cinematográfica, que cambia el término “censura” por “supervisión” y entre otras cosas, prohibía al cine los ataques a la moral, al pudor, a la decencia o a las buenas costumbres (¿?). De muy poco le valió a Fernando de Fuentes ser el director más connotado de la primera década del cine sonoro en el país para verse obligado a modificar los finales de sus cintas Prisionero 13 (1933), en la que forzado por las circunstancias y sin saberlo, un coronel ordena el fusilamiento de su propio hijo; mientras que en ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935), el prócer revolucionario asesina a una mujer y a su hijo. Protagonizada por prostitutas auténticas, La mancha de sangre (Adolfo Best, 1937) tuvo que posponer su estreno comercial y soportar el recorte de no pocas de sus escenas. Durante la década de los sesenta, la censura mexicana estrechó aun más sus reducidos márgenes. Julio Bracho sufrió el más indignante atentado al ser prohibida y posteriormente enlatada por tres décadas, cortesía del ejército, la cinta La sombra del caudillo (1960). Ese mismo año, El impostor (Emi58 • Sn El crimen del padre Amaro, 2002. lio Fernández, 1956), basada en El gesticulador de Rodolfo Usigli, tuvo que ser modificada para poder ser exhibida unos años más tarde. Posteriormente, sería el turno a La rosa blanca (Roberto Gavaldón, 1961) que por tocar intereses petroleros fue “guardada” once años, mientras que los documentales El grito (Leobardo López Aretche, 1968) y 2 de julio, aquí México (Óscar Menéndez, 1968) serían imposibilita- mes más representativos que también (Alfonso Cuarón, 2001), serían objetados, por diversos Un hilito de sangre (Erwin Neumotivos son: Por su crítica a maier, 1995), Perfume de violetemas religiosos, Nuevo Mundo tas (Marisa Sistach, 2003), Mil (Gabriel Retes, 1976), La viuda nubes de paz cercan el cielo, amor, negra (Arturo Ripstein,1977), jamás acabarás de ser amor (JuLas Lupitas (Rafael Corkidi, lián Hernández, 2003) que por 1984), Redondo (Raúl Buste- su temática gay pasó de maros, 1984) y El crimen del padre nera efímera por cartelera, y Amaro (Carlos Carrera, 2002). Batalla en el cielo (Carlos RePor tratar temas políticos: Los ygadas, 2005), de la que cabría otros niños (Arturo Ripstein, señalar que fue objeto, ade1974), Viaje al paraíso (Igna- más, de la autocensura de su cio Retes, 1985), Intriga contra muy dotado realizador quien al momento de exhibirla en el Festival de Cine de Morelia le introdujo filtros para tapar las crudas imágenes de fellatio con las que inicia y concluye tan controvertida cinta. A pesar de que en nuestros días la palabra censura pudiera sonar anticuada o a las reminiscencias de épocas pasadas y oscuras ya superadas, ésta México (Fernando Pérez Gavi- aún sigue vigente y fuertemenlán, 1987), Rojo Amanecer (Jor- te auspiciada por grupos que ge Fons, 1990), Lázaro Cárde- pretenden seguir sometiendo, nas (Alejandro Galindo, 1985), controlando e imponiendo crique por cierto, continúa dur- terios morales y políticos. Nos miendo el sueño de los justos y corresponde a nosotros como La ley de Herodes (Luis Estrada, sociedad y a los creadores ci1999). Por escenas de violencia nematográficos, impedir que explícita: La venganza de los se siga desarrollando la cenpunks (Damián Acosta, 1987), sura y retroceder en los pasos El violador infernal (Damián significativos que se han daAcosta, 1988) y La ciudad al des- do en materia de libertad de nudo (Gabriel Retes, 1989). Las expresión. § que fueron clasificadas como Correo-e: ladoscuro73@yahoo. “sólo para adultos”: Y tu mamá com.mx A pesar de que en nuestros días la palabra censura pudiera sonar anticuada o a las reminiscencias de épocas pasadas y oscuras ya superadas, ésta sigue vigente dos para su corrida comercial en cartelera. Por otro lado, sufrirían recortes o demorarían su exhibición cintas extranjeras como Rocco y sus hermanos (Rocco e i suoi fratelli, Luchino Visconti, 1960), Saty-ricon (Federico Fellini, 1969), El silencio (Tystnaden, Ingmar Bergman, 1963) y Zabriskie Point (Michellangelo Antonioni, 1970), Z (Costa Gavras, 1969), entre otras. De la década de los setenta a la fecha, algunos de los fil-