Aire comprimido y nitrógeno en DLR, Stade Los carboneros del río Elba La autoclave para fines de investigación más grande del mundo entró en funcionamiento desde el verano pasado en las afueras de la ciudad de Stade, al norte de Alemania. El suministro de aire comprimido y de nitrógeno que requiere esta autoclave está a cargo de una estación de compresores Kaeser de dos etapas. Ya sea que se trate de aviones, automóviles o bicicletas, para avanzar en materia de eficiencia energética es necesario aliarse a la construcción liviana en todos los sectores. El plástico reforzado con fibra de carbono (PRFC) es un material, destinado a jugar un papel fundamental en el futuro. El PRFC es liviano, altamente resistente y fácilmente moldeable. La unidad tecnológica para producción de construcciones livianas (Zentrum für Leichtbauproduktionstechnologie = ZLP) del Centro Alemán de Aeronáutica (Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt = DLR), con sede en Stade, busca métodos prácticos para hacer más rentable la producción de componentes PRFC y, de este modo, facilitar su fabricación a gran escala. Los retos más importantes son la producción económica de un gran número de unidades, el control de procesos en línea y el aseguramiento de la calidad exigida, así como el desarrollo de modos de fabricación que se adapten a materiales con fibra de carbono. La investigación en el ZLP está orientada a la cadena de procesos para las piezas PRFC. El objetivo es trasladar los conocimientos obtenidos en los departamentos de otros institutos del laboratorio a la industria, sin estudiar los efectos escalables o en bancos de pruebas con piezas de tamaño original. Las tareas de investigación se dividen en tres grandes ramas. 1 – Robots para aplicación de fibra Al desarrollar la tecnología para producir piezas PRFC de gran superficie, utilizando procedimientos automatiza- dos para aplicación de fibra, se creó una instalación sumamente flexible en la que con ayuda de robots coordinados se puede aplicar simultáneamente la fibra (fiber placement). La instalación cuenta con las plataformas para los robots y con una nueva generación de cabezales para la aplicación de fibra y la colocación de bandas. Así, la cuota de aplicación aumenta y responde a las exigencias de futuros contextos de producción industrial. 2 – Tecnología de autoclave de calidad asegurada Las autoclaves son también, en un sentido más amplio, partes integrales de la cadena de producción de piezas PRFC. Los procesos que se realizan en las autoclaves influyen notablemente en las características de los materiales y en la geometría de las piezas. Por esa razón, la autoclave de pruebas del DLR de Stade está equipada con un completo sistema de sensores que miden, entre otras cosas, la forma como se reparte La autoclave para fines de investigación más grande del mundo tiene capacidad para piezas de hasta 20 m de longitud Los científicos del DLR “cablean” una pieza en la autoclave para realizar mediciones Una imagen de la zona de alta presión de la estación de aire comprimido La instalación automática que coloca la fibra se realiza con robots el calor sobre toda la pieza y la reacción del polímero. Su pieza fundamental es la “Masterbox”, con control de autoclave dinámico y adaptado a la pieza en particular. Un módulo de simulación, “autoclave virtual”, reproduce la evolución del proceso en un modelo realista. De esta manera se puede calcular, paralelo al proceso real, los efectos de posibles divergencias, contrarrestando así la lentitud de la autoclave y reduciendo la duración de los ciclos y el consumo energético. 3 – Piezas voluminosas con contornos casi terminados La fabricación de grandes volúmenes de piezas PRFC, hasta 100.000 al año, exigirá contar con tiempos de proceso cortos, manipulación automatizada, desarrollo de materiales y técnica de instalaciones. Para conseguirlo, se simulan de principio a fin casos de aplicación práctica sobre una plataforma de tecnología multifuncional para estudiar los aspectos de automatización y escala de las piezas. El fin es obtener cadenas de producción totalmente automatizadas para piezas PRFC complejas y reducir los costos de producción automatizando y simplificando los procesos. La flexible plataforma de producción permite estudiar las distintas clases de piezas, como por ejemplo, las piezas planas tridimensionales con partes complejas o soportes de varillas curvados y perfilados, como aquellos que se utilizan en la fabricación de automóviles. Aire comprimido y nitrógeno para la “olla express” Con una longitud de carga de 20 m y un ancho de carga de 5.80 m (longitud exterior 27 m, diámetro exterior 6.50 m), la nueva autoclave de investigación es una instalación imponente. El tubo pesa 165 toneladas y la “tapa” resistente a la presión otras 16. Una autoclave es un horno en el que se unen materiales a alta temperatura y presión, es decir, que funciona realmente como una olla de presión. En ella se fabrican y analizan componentes del fuselaje de aviones, Después de un largo viaje por transporte fluvial y por carretera, la autoclave llegó por fin a su destino en Stade 8 Report 1/13 – www.kaeser.com alas o timones de dirección completos. La autoclave de investigación funciona a 420 °C y la presión máxima de trabajo para el gas protector que contiene es de 10 bar. Como gas protector se usa nitrógeno para evitar que los objetos que se introducen en la autoclave se incendien debido a las altas temperaturas que se alcanzan en su interior. La producción de nitrógeno es una de las principales funciones de los compresores Kaeser instalados en la estación de dos etapas. Dos compresores de tornillo CSD 125 SFC (75 kW, de frecuencia variable) alimentan de forma alternante una red de aire comprimido de 9.5 bar o bien tres elevadores de presión (booster de pistón) N 502-G/35 bar. El aire comprimido a 9.5 bar se seca en un secador de bajo consumo (TF 251) y luego se purifica gracias a una combinación de microfiltro y torre adsorbente de carbón activo antes de servir para accionar el transporte por plataformas neumáticas, con las que se carga el “horno” con los materiales necesarios. Controladas por radio, son capaces de mover cargas de hasta 70 toneladas con una precisión milimétrica. El aire comprimido se seca primero en un secador desecante (DC 169 E) antes de que el booster lo vuelva a comprimir hasta 35 bar. Otros dos secadores refrigerativos (THP 142-45) y otras dos combinaciones de microfiltro con torre adsorbente de carbón activo se encargan de que el aire comprimido esté totalmente seco y limpio cuando llegue al generador de nitrógeno, que separa el nitrógeno del oxígeno. Finalmente, el nitrógeno (a 30 bar aprox.) se deposita en dos imponentes tanques de almacenamiento de 200 metros cúbicos de capacidad que están instalados en el exterior. Por barco y por medio de transporte especial el transporte atravesó la autopista A26, que se cerró un domingo de verano solo para que la autoclave pudiera pasar. Autor: Klaus Dieter Bätz Contacto: [email protected] Antes de su instalación en Stade, la autoclave tuvo que realizar un largo viaje desde la sede de su fabricante en Coesfeld (cerca de Münster). Fue trasladada primero por vía fluvial y de noche hasta el puerto de esa misma localidad, donde se cargó junto con su tapa en un barco. Luego, por el canal Dortmund-Ems y el Rin llegó hasta Ijsselmeer, en los Países Bajos, y después, pasando por el Ems, el Weser, el canal Mittellandkanal y el río Elba, hasta Stade. Pero allí todavía se tuvo que cargar en un vehículo especial por carretera, y por el camino se debieron girar unos cuantos semáforos y desmontar varias señales de tráfico para que pudiera pasar. Como último escollo en el camino, Report 1/13 – www.kaeser.com 9