HISTORIA DE ESPAÑA 14.6. La guerra civil : la dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra. La guerra civil: la dimensión política e internacional del conflicto: Durante la guerra se sucedieron tres gobiernos en la España republicana. Tras el 18 de julio, Azaña encargó a José Giral formar gobierno. Una de sus primeras medidas fue armar a los obreros, que formaron milicias para enfrentarse a los sublevados. La España republicana durante la guerra significó la legalidad constitucional expresada en las urnas en febrero de 1936. Sin embargo, esa legalidad se tradujo internamente en falta de autoridad, desorden y predominio de los elementos más exaltados, es decir, la revolución en marcha dentro de la guerra, por lo que el Gobierno se encontró casi siempre desbordado. El poder del Estado sufrió un desplome casi total y fue sustituido por organismos revolucionarios dispuestos a imponer un nuevo orden. De este modo surgieron consejos, comités y juntas . ( En Cataluña, por iniciativa de la CNT-FAI, El Comité Central de Milicias Antifascistas. El poder político se desplazó desde el Partido Socialista hacia los sectores comunista y anarquista; pero estos últimos, a su vez, se fraccionaron en diversos grupos que acentuaron la disgregación. En el territorio fiel a la República, sofocados los levantamientos nacionalistas por el pueblo en armas, se vivió en un clima revolucionario. El elemento más significativo de la revolución social fue, sin duda, la colectivización de una gran parte de la propiedad industrial y agraria. También en estos primeros meses de la guerra se desencadenó una respuesta popular espontánea contra todo lo que pudiera tener una relación con los llamados “facciosos” (sublevados). Tuvieron lugar asesinatos , los llamados “paseos, detenciones ilegales en las checas (cárceles clandestinas), saqueos e incendios de iglesias. Salvo los anarquistas (CNTFAI) el resto de fuerzas políticas mantuvieron muy pronto posiciones críticas, reclamando la necesidad de un poder estatal fuerte que concentrara sus esfuerzos en ganar la guerra. La escasa preparación de las milicias y la falta de un mando militar único y los desordenes sociales, fueron causas por las que Azaña encargó un nuevo gobierno a : Gobierno Largo Caballero (sept.1936-mayo 1937. Constituyó un gobierno formado por republicanos, socialistas, comunistas y por primera vez algunos anarco-sindicalistas, con el objetivo recomponer el poder del Estado y dirigir la guerra por lo que se militarizaron las milicias y se creó el Ejército Popular con el general Rojo como Jefe del Estado Mayor. Disolvió los Comités revolucionarios y aprobó el estatuto de Autonomía del País Vasco . Pero una serie de fracasos militares volvieron a abrir el enfrentamiento entre las fuerzas republicanas. El problema que lo debilitó definitivamente fueron los Hechos de mayo de 1937 en Barcelona. Enfrentamientos entre militantes de la CNT y el POUM contra militantes del PSUC, ERC y la UGT, que respaldaban al gobierno. El conflicto se saldó con más de 200 muertos, la derrota de los anarquistas y poumistas y una fuerte crisis de gobierno provocaron la sustitución de Largo Caballero (mayo 1937) Gobierno Negrín ( mayo 1937-marzo1939) Formaron parte del nuevo gobierno los partidos del Frente Popular, incluidos vascos y catalanes, pero sin la UGT ni la CNT. Indalecio Prieto asumió el Ministerio de la Guerra y el nuevo gabinete basó su política en la prioridad del esfuerzo militar. Para ello se reforzó el poder central, se unificó la dirección de la guerra y se integraron todas las milicias en el Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 1 de 6 Ejército Popular. La sede del gobierno se trasladó de Valencia a Barcelona .Con al apoyo del PCE buscó la ayudad exterior de la URSS. Ante la dificultad de frenar el avance de las fuerzas franquistas, el gobierno intentó buscar una salida negociada a la guerra.( Programa de trece puntos abril de 938 ). Pero Franco hizo saber que “sólo aceptaba una rendición sin condiciones”. Cuando se firmó el Pacto de Munich, por el que Gran Bretaña y Francia se plegaban al expansionismo nazi, Negrín con la ayuda de los comunistas insistía en la necesidad de resistencia militar, con la esperanza de un conflicto en Europa , entre las democracias y el fascismo que daría un nuevo giro al conflicto español. Tras la caída de Cataluña en enero y febrero de 1939, Gran Bretaña y Francia reconocieron al gobierno de Franco. Manuel Azaña presentó en París su dimisión como presidente.En marzo de 1939 el general Casado dio un golpe de Estado contra Negrín. La República tenía los días contados. El anticlericalismo se endureció en la zona republicana a medida que se radicalizaba la situación política como consecuencia de las derrotas militares. La excepción en esta situación fue la del Partido Nacionalista Vasco, confesionalmente católico, que se alineó en el bando republicano (el 1 de octubre de 1936 se aprobó por las Cortes de la República el Estatuto Vasco. La España republicana llevó la peor parte en cuanto al apoyo del exterior, a las pérdidas sufridas en los combates, a la escasez y racionamiento de alimentos y de pertrechos militares y al éxodo masivo de la población civil. Sin embargo, paradójicamente, la moral de este bando estuvo siempre muy alta, lo que se explica por la abundante propaganda desplegada, pero también por el carácter de “revolución popular” que tuvo la guerra. La zona nacionalista durante la guerra El 1 de octubre de 1936, una Junta de generales proclamó Generalísimo a Franco. ( desde el inicio de la guerra se había creado la Junta de Defensa Nacional. Éste no se definió sobre la forma del Estado hasta mucho tiempo más tarde, entendiendo su jefatura como vitalicia (era, pues, Jefe del Estado, Jefe del Gobierno y Generalísimo de los ejércitos). Una Junta Técnica actuaba como órgano asesor y fue clave en la victoria de los sublevados frente a la descoordinación repúblicana. De cara a la guerra Franco se propuso el fortalecimiento del Ejército dentro de una rígida disciplina, que completó con nuevas medidas: llamada de varias quintas sucesivas, ascenso de suboficiales de carrera y creación de academias militares y del cuerpo de alféreces provisionales. En la vida pública de la zona franquista se instauró un orden sin fisuras: establecimiento de la censura y supresión de la prensa de oposición. Los diferentes partidos políticos – Falange, JONS de Onésimo Redondo y Ramiro de Ledesma, muchos militantes de la CEDA, el Bloque Nacional de Calvo Sotelo, carlistas y tradicionalistas ( que se unieron a los militares sublevados contra la República) se unificaron en abril de 1937 en Falange Española Tradicionalista y de las JONS; Manuel Hedilla, nombrado Jefe Nacional de Falange después del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera (20 de noviembre de 1936 en Alicante, zona republicana). Hedilla no se mostró favorable a esta sumisión de Falange a Franco y fue condenado a muerte por su actitud contraria a estas medidas, aunque luego fue indultado. Con la guerra claramente a su favor, Franco culminó la configuración política del nuevo régimen con la Ley de Administración Central del Estado, que confirmó la concentración de poder político y militar en sí mismo. Sustituyó la Junta Técnica por diversos ministerios, ocupados por personas de su confianza, las mayoría de ellas procedentes del ejército. Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 2 de 6 La España nacionalista fue confesionalmente católica, protegió a la Iglesia y se apoyó en ella. Tanto el clero español como la Santa Sede estuvieron abiertamente de su parte y, así, el levantamiento militar fue justificado y bautizado con el nombre de Cruzada. El abastecimiento y la situación material nunca fueron tan precarios como en el bando republicano. Hubo escasez de ropa y de otros productos industriales, pero no llegó a pasarse hambre. Tras la toma de las regiones industriales del norte, la situación mejoró sensiblemente Se llevo a cabo una profunda contrarrevolución social, derogando la legislación republicana en materia social y económica – laicización , educación , reforma agraria etc. Se prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos – a excepción del oficial – y se abolieron los estatutos de autonomía. Para consolidar el triunfo, el régimen recurrió a la represión mediante fusilamientos y encarcelamientos. LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. La dimensión internacional de la guerra civil española. La Guerra Civil dejó de ser rápidamente un conflicto interno para adquirir dimensiones internacionales. Una vez que se consolidó el alzamiento militar y la “victoria en tablas” inicial dejó partido en dos el territorio español, los ojos del extranjero se fijaron en nuestro país, plenamente conscientes de que la guerra de España se dirimía algo más que una cuestión de poder. Sobre nuestro suelo se decidía la gran cuestión mundial: de inmediato, la prevalencia de los valores democráticos sobre el totalitarismo en auge, el fascismo en este caso; y, de salir derrotado el fascismo, la prevalencia de la democracia sobre el totalitarismo comunista, en una segunda fase. Era, en definitiva, el anticipo del gran dilema que desembocaría en el mayor conflicto que vieron los siglos: la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría posterior. No es difícil entender, por tanto, que cada uno de los dos bandos en guerra tuviera sus propios patrocinadores, en la medida en que cada una de ellas asumía como propia la ideología de los bandos combatientes, y su modelo de estado y sociedad, a pesar de las recomendaciones del Comité de No Intervención. ( Francia y Gran Bretaña, neutrales, por miedo a una guerra general, trataron de imponer a nivel internacional sus medidas de prohibición de venta de armas a los combatientes ). La política de la no intervención fue un fracaso y dejó al gobierno de la República en clara desventaja, ya que los países del Eje continuaron ayudando a los sublevados. La ayuda extranjera a los dos bandos de la Guerra Civil española Bando Republicano Brigadas Internacionales Hombres 35.000 Aviones Artillería Tanques Unión Otros Soviética Países Bando nacional Total Alemania Italia Otros Países 75000 Marroquíes TOTAL 2000 a 3000 15000 35000 17000 75000 1000 320 1320 600 664 1264 1550 1550 1000 1000 2000 900 900 200 150 350 Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 3 de 6 167000 LOS APOYOS DEL FRENTE POPULAR El Gobierno de la República contó desde el principio con el apoyo de México, poco efectivo en realidad, con el de Francia, donde a la sazón gobernaba también el Frente Popular de León Blum, y el de la Unión Soviética, que propugnó la formación de las Brigadas Internacionales. La ayuda francesa no fue todo lo leal que cabía esperar de quién debería temer el triunfo del fascismo en su flanco sur. De ocurrir así, el vecino país se encontraría atrapado en una tenaza estratégica varias veces histórica: la Alemania nazi, en el E y NE, y el probable triunfo del fascismo al sur de los Pirineos. La ayuda dependió además de los cambios políticos en Francia; más efectiva cuando había gobiernos de izquierda y más retraída si lo eran de derecha, pero en cualquier caso con la exigencia del pago inmediato. La ayuda soviética fue mucho más efectiva y de mayor trascendencia. Más efectiva porque, a pesar de que fue escasa en hombres, fue en cambio abundante en material de guerra: carros de combate y aviones especialmente. No obstante, la Unión Soviética fue todavía menos generosa que Francia a la hora de establecer las contrapartidas económicas, que las exigía inmediatamente. Por esta causa el Tesoro del Banco de España fue trasladado en septiembre a Cartagena para ser embarcado en buque soviético que lo llevó hasta Odessa, en el Mar Negro. Llegado allí , el tesoro se trasladó hasta Moscú. Con ello la Unión Soviética se había cobrado “por adelantado” el material enviado, cuyo valor, al decir de algunos historiadores, se aproximaba al oro enviado. Las Brigadas Internacionales fueron un elemento más propagandístico que efectivo de la ayuda extranjera a la República. Aunque fueron directamente organizadas por la Unión Soviética, (a través de la Komintern ), no todos los combatientes voluntarios, unos 40.000 aproximadamente, eran comunistas, aunque lo fuera la mayoría de ellos. Tras su llegada a España, las Brigadas Internacionales fueron acantonadas y entrenadas en Albacete, desde donde partieron hacia los diversos frentes, especialmente hacia la zona Centro, donde su eficacia militar dejó mucho que desear, especialmente en la Batalla del Jarama, aunque desempeñaron, no obstante, un importante papel en la defensa de Madrid. Las purgas que llevaba a cabo Stalin en la Unión Soviética tuvieron su reflejo en las Brigadas Internacionales, algunas de cuyas unidades quedaron diezmadas y en gran parte desmoralizadas por las purgas que se hicieron entre los brigadistas, especialmente trotskistas y anarquistas, durante su entrenamiento en Albacete. LOS APOYOS AL BANDO NACIONAL Aquí la ayuda fue menos espectacular aunque más efectiva. La Italia fascista y la Alemania nazi no escatimaron su ayuda al bando alzado, con mayor eficacia y generosidad que la demostrada a la República por sus aliados o simpatizantes. La ayuda más importante fue la Italiana con el envío de 70.000 hombres encuadrados en unidades militares voluntarias, no siempre eficaces en el campo de batalla, tal como se puso de manifiesto en la batalla de Guadalajara, saldada a favor de la República. No obstante, la ayuda en material de guerra fue también muy importante, aunque menor que la alemana. Este último país envió escaso personal combatiente (no más de 5.000 personas), pero sus instructores militares llevaron a cabo la importante labor de formar militarmente a los mandos bajos e intermedios improvisados, de los que andaba tan escaso el ejercito alzado. La ayuda alemana en material de guerra fue decisiva para cambiar en favorable a Franco la adversa situación que padecía en el momento del alzamiento. Otros países como Irlanda o Portugal enviaron pequeños contingentes de soldados, sin demasiada relevancia. Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 4 de 6 A pesar de que la ayuda recibida por uno u otro bando fuera similar, cabe no obstante hacer algunas consideraciones: La ayuda italiana y alemana fue más rápida y decidida, además de generosa: las potencias fascistas no exigieron el pago inmediato, y mucho menos por adelantado, del material suministrado. A pesar de que la ayuda recibida por uno u otro bando fuera similar, lo cierto es que la ventaja estratégica inicial de la República fue desapareciendo hasta trocarse en desfavorable antes de concluir el año de 1937. Un hecho decisivo, el paso del Estrecho por el Ejército de África, por ejemplo, no hubiera sido posible sin el concurso de los barcos y aviones proporcionados por Alemania. La ayuda militar a las dos partes contribuyó a la prolongación de la guerra, al incremento de las destrucciones económicas y a las pérdida de vidas humanas (cerca de 300.000 en las operaciones militares y casi el doble si se suman los muertos habidos en las respectivas retaguardia) LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL. Consecuencias demográficas El fin del conflicto de caracteriza por el movimiento de un enorme número de población que sufre traslados por campos y ciudades en condiciones de miseria, especialmente sentida den las grandes urbes, como Madrid, donde Auxilio Social distribuye 700.000 raciones de comida al día. Merece crédito la cifra de 560.000 muertos ocasionados por la guerra, ya en combate o a causa de bombardeos sobre la población civil, represión, inanición o enfermedad. La mayoría de ellos son jóvenes en edad de procrear, por lo que su muerte hace descender las tasas de natalidad hasta un mínimo del 16,5% en 1939. A esta cifra han de sumarse los 300.000 republicanos que cruzan la frontera en las semanas inmediatas al final de la contienda, por lo que no parece exagerado, a la hora de hacer un balance final, fijar en 800.000 el número de ciudadanos que pierde España a causa del conflicto. Consecuencias económicas A la desaparición de una gran parte de la población activa española hay que añadir las cuantiosas pérdidas materiales que a lo largo de tres años se han producido en los distintos frentes y en las localidades afectadas. Se calcula en más de 300.000 las casas destruidas en ciudades que son arrasadas, como Guernica, o que quedan muy afectadas, como Madrid, Teruel, Málaga y Barcelona. A la destrucción en las ciudades hay que añadir la de cientos de pueblos, como Brunete, que tienen que acometer su reconstrucción. Los transportes quedan seriamente dañados: el 75% de los puentes han de ser reparados, y el 41% de las locomotoras, el 40% de los vagones y el 71% de los autobuses de viajeros están inservibles. La producción de trigo acusa una reducción del 30% en 1939 respecto a la de 1935; la de cebada, un 35%, y la de remolacha, un 65%. La ganadería sufre un descenso muy fuerte, al desaparecer el 40% de los caballos y el 25% del ganado mular y bovino. A pesar de que las fábricas y las minas no han sido especialmente dañadas, en la cornisa cantábrica se produce una reducción del 50% en la producción de acero y de hierro fundido con respecto a 1929. España soporta, además, la deuda contraida por el régimen franquista con Alemania e Italia, a lo que hay que sumar las deudas con las compañías petroleras norteamericanas. Asimismo ha que añadir la desaparición de 510 toneladas de oro del Banco de España por Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 5 de 6 pago de armamento y víveres efectuados por el gobierno republicano a Francia, la URSS y México. La imagen de la posguerra es la de una población con falta de “casi todo”. Se raciona el pan, el aceite, la carne, el arroz, las patatas..... El mercado negro acrecienta la fortuna de unos pocos a costa de la miseria de la mayoría. Políticas Imposición de un Estado dictatorial y autoritario que no respetó los derechos humanos. Aislamiento internacional por el rechazo a la dictadura militar. Sociales La política represiva de la posguerra agravó la división social que se creó durante la guerra, haciendo imposible la reconciliación entre vencedores y vencidos. Retroceso cultural y científico importante debido a que muchos intelectuales, artistas e investigadores que apoyaron a la República se exiliaron. El exilio y la represión Con el final de la guerra se abre un período de exilio para miles de familias que deciden salvar sus vidas al otro lado de la frontera. Son militares y funcionarios republicanos, médicos, profesores, intelectuales y obreros cualificados. La mayor parte de ellos terminan hacinados en campos de refugiados franceses, donde esperan embarcar para América; allí contribuirán al desarrollo cultural de los países latinoamericanos. En un México gobernado por Lázaro Cárdenas y especialmente hospitalario se instalan el Gobierno y las Cortes de la República. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia por las tropas de la Wehrmacht (ejército alemán), miles de españoles republicanos se enrolan en el ejército y en la resistencia francesa. Muchos otros son entregados a los alemanes por las autoridades del régimen colaboracionista de Vichy y recluidos en campos de concentración como Dacha, Treblinka, Mauthausen y Oraniemburg, donde termina confinado Largo Caballero. Lluís Companys, presidente del gobierno catalán, es entregado a las autoridades franquistas, que lo fusilan de forma inmediata. En el interior de España, el estado de guerra continúa hasta 1948. La promulgación de la Ley de Responsabilidades políticas de febrero de 1939 abre la vía para la represión de quienes han prestado apoyo activo a la República. Se improvisan campos de concentración, cárceles en las plazas de toros y en los campos de fútbol para internar, en condiciones miserables, una población penal de carácter político que en 1939 alcanza la cifra aproximada de 300.000 personas. Miguel Hernández, Julián Besteiro (presidente de las Cortes ) los dos mueren, como tantos otros, en la cárcel y junto a Antonio Buero Vallejo son testigos, entre otros intelectuales, de la miseria moral, en forma de delaciones y venganzas, que se genera al finalizar la guerra. Hist. Esp. Tema : 14.6. Pág.: 6 de 6