Las cicatrices siguen abiertas en Hiroshima 70 años después del

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Las cicatrices siguen abiertas en
Hiroshima 70 años después del ataque
nuclear
2015-08-05- Exclusivas-Reportajes
Hiroshi HIYAMA | AFP
Hace 70 aos, cuerpos carbonizados flotaban en las aguas salobres que cruzan
Hiroshima, la otrora vibrante ciudad japonesa consumida por el calor abrasador del que
fue el primer ataque nuclear de la historia.
El olor a carne quemada llenaba el aire, mientras decenas de supervivientes con graves
quemaduras se sumergan en los ros para escapar del infierno. Cientos de ellos nunca
volveran con vida a la superficie, empujados hacia abajo por una muchedumbre
desesperada.
"Fue un destello blanco plateado", recuerda Sunao Tsuboi, de 90 aos, sobre el
momento en el que Estados Unidos lanz la mayor arma destructiva hasta entonces.
"No s por qu sobreviv y viv tanto tiempo", dijo Tsuboi, para quien es "doloroso"
rememorar ese da.
La ciudad de 1,2 millones de habitantes es de nuevo, siete decenios despus del ataque,
un prspero enclave comercial, pero las cicatrices de los bombardeos, tanto fsicas como
emocionales, todava no se han borrado.
- Bajo el hongo nuclear El reloj marcaba las 08H15 horas ese 6 de agosto de 1945 cuando un bombardero
Boeing B-29 llamado Enola Gay lanz sobre Hiroshima la bomba de uranio Little Boy,
con una carga destructiva equivalente a 16 kilotones de TNT.
Justo 43 segundos despus, cuando se encontraba a 600 metros del suelo, estall en una
bola de fuego abrasador de hasta un milln de grados centgrados, arrasando con casi
todo lo que estaba a su alrededor.
Los edificios de piedra sobrevivieron a las altas temperaturas, pero llevaban impresos,
como un negaParque detivo fotogrfico, las sombras de las cosas y las personas
carbonizadas frente a sus muros.
La onda de choque inicial gener rfagas de 1,5 kilmetros por segundo que arrastraron
con fuerza escombros y desgarraron a su paso miembros y rganos humanos, antes de
volver a la zona cero.
Entonces, un hongo nuclear empez a elevarse por encima de la ciudad hasta alcanzar
los 16 kilmetros de altura.
Se estima que murieron alrededor de 140,000 personas en el ataque, entre ellos los
supervivientes al bombardeo que fallecieron poco despus a consecuencia de la radiacin.
Tsuboi, entonces un estudiante universitario, se encontraba a unos 1,2 kilmetros del
epicentro, cuando la explosin se lo llev por delante.
Al reincorporarse, su camisa, pantalones y piel colgaban de su cuerpo, donde las
heridas abiertas dejaban los vasos sanguneos al aire, mientras que parte de sus orejas
haban desaparecido. Estaba cubierto de sangre y quemaduras.
Tsuboi recuerda haber visto a una adolescente con el ojo derecho colgando de su
rostro. Cerca de all, una mujer intentaba en vano contener sus intestinos dentro de su
propio cuerpo.
"Haba cadveres por todas partes", "algunos sin miembros, todos carbonizados",
recuerda este superviviente, que se pregunt: "Son humanos?".
Muchos moriran a consecuencia de sus heridas en las horas y das posteriores,
tumbados en el lugar donde cayeron a la espera de una ayuda que no lleg o de un
simple sorbo de agua.
- Enfermedades y rechazo A los supervivientes an les esperaba una serie de aterradoras enfermedades
provocadas por la radiacin: sangrado de encas, cada de dientes y cabello, cncer,
nacimientos prematuros, bebs con malformaciones y muertes repentinas. Y, adems, el
rechazo de sus compatriotas, que teman contagiarse.
Durante muchos aos, algunos tuvieron problemas para encontrar trabajo o casarse.
Incluso, actualmente, muchos de estos "hibakusha" (supervivientes nucleares) rechazan
hablar abiertamente de su experiencia por miedo a la discriminacin.
El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, de 62 aos, cuya madre sobrevivi a la bomba,
asegura que conoce personalmente "cmo una sola bomba cambi la vida de mucha
gente".
Tres das despus de Hiroshima, el ejrcito estadounidense lanz una bomba de plutonio en
la ciudad portuaria de Nagasaki, matando a unas 74,000 personas. Y, pocos das
despus, el 15 de agosto de 1945, Japn se rindi poniendo fin a la guerra del Pacfico y,
por tanto, a la Segunda Guerra Mundial.
Los partidarios de ambos ataques defienden que, aunque el nmero de vctimas fue
elevado, sirvieron para salvar millones de vidas, al evitar una invasin terrestre.
Pero la terrible destruccin generada por las bombas nucleares provocaron un curioso
giro en la percepcin de la historia con respecto a Japn, cuya agresin expansionista fue
una de las causas de la guerra del Pacfico.
"Cuando se habla de Hiroshima y Nagasaki, los japoneses tienen tendencia a
identificarse como vctimas" del conflicto global, explica Masafumi Takubo, un experto
nuclear japons.
- Un mundo sin armas nucleares Los lderes polticos de las ciudades reconstruidas de Hiroshima y Nagasaki han hecho
campaa por un mundo sin armas nucleares, un papel que Frank von Hippel, experto en
armas nucleares y profesor emrito de la universidad de Princeton, considera vital.
"Hemos recorrido un largo camino. No podemos rende de unciar al desarme nuclear",
considera Von Hippel, un exfuncionario de la Casa Blanca, para quien un "tab" global
sobre el uso de bombas atmicas ha protegido el mundo desde Nagasaki.
Tsuboi espera, por su parte, la visita algn da de los lderes mundiales, entre ellos del
presidente de Estados Unidos en ejercicio, para que oigan cmo fue la vida bajo el hongo
nuclear.
Este superviviente nonagenario no quiere disculpas, slo quiere asegurarse que no
volver a ocurrir. "No debemos olvidarlo", subraya.
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