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52 22 MA FA 57PJ 1222
Comadreja
Colección
Cultura
El México antiguo. Salas de
Arte Prehispánico
Veracruz
Estilo
-
Región
Sur de Veracruz
Año
600-900 d.C.
Período
Clásico tardío
Técnica
Barro modelado con
decoración incisa
Medidas
14.5 x 6.3 x 32.7 cm
Ubicación
Sala 2. El mundo religioso
Artistas
-
Investigadores
Arturo Pascual Soto
Descripción
La comadreja es un carnívoro pequeño y huidizo, de cuerpo alargado y esbelto. Sus movimientos son ágiles, en cierto modo nerviosos.
Tiene fama de ser feroz y agresivo. Lleva una vida solitaria y sólo en ciertos períodos forma pequeños núcleos familiares. Trepa con
facilidad, explora madrigueras y oquedades en busca de sus presas. Posee una potente dentadura con la que muerde a sus rivales en la
nuca hasta matarlos. Entre sus hábitos de caza está el beber la sangre de sus presas para luego arrastrarlas a la propia madriguera.
En época prehispánica se le consideraba una “bestia maloliente”, capaz de internarse en el inframundo para estar en contacto con los
muertos. En el Memorial de Sololá o en los Anales de los Cakchiqueles (Guatemala) se describen las danzas rituales que escenificaban
varios animales, entre ellos, la lechuza, el ciempiés y la cux o comadreja. No cabe duda que este pequeño animal tenía un lugar bien
ganado en el pensamiento religioso de Mesoamérica. Esta pieza de barro cocido es sin duda la representación de este pequeño animal,
basta con observar la forma de la cabeza, el tamaño y la disposición de las orejas y el hocico de grandes dientes, para comprobar que es la
imagen de uno de estos pequeños animales de cuerpo alargado.
Hay muchas cosas que extrañan de esta figura, no es el barro, ni tampoco el acabado, que sin duda corresponden al centro de Veracruz;
no es el estilo de la alfarería, que sin mayor problema –por lo menos a nivel de los rasgos de la cara- encaja con los patrones de los
ceramistas de la llanura costera del Golfo de México. En realidad las preguntas se relacionan más con su sorprendente estado de
conservación.
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Ciertamente no hay otra comadreja igual entre los objetos cerámicos que se conservan hoy en día de esta área del litoral veracruzano; en
realidad tampoco hay una pieza de tales dimensiones que haya llegado hasta nosotros sin registrar daño alguno. Que sea la única
comadreja de barro que por ahora existe es algo que podría aceptarse posponiendo de inicio cualquier suspicacia, pero que su larguísimo
cuerpo no tenga el menor desperfecto es algo que siembra sospechas, más todavía en una región de México donde sabemos que se han
reproducido las piezas del pasado prehispánico para ser vendidas haciéndolas pasar por antigüedades. Un grado tal de conservación sólo
se explicaría si procediera de una ofrenda funeraria, pero dado que los entierros volvían a rellenarse con tierra sería un hecho
extraordinario que la propia presión del suelo no hubiera fragmentado el cuerpo o por lo menos lo hubiera partido a la mitad
Por otro lado, esta clase de figuras suelen asociarse con ofertorios ceremoniales y parte del rito mismo requería que todas ellas fueran
“matadas” ritualmente. Ciertamente es una figura muy bella y el tema de la comadreja es perfectamente posible en términos del
pensamiento simbólico del México antiguo, pero su inaudito estado de conservación hace dudar sobre su origen. Sin embargo, de ser en
realidad una pieza prehispánica, es probablemente una de las mejores representaciones de animales de la llanura costera del Golfo y por
su estilo debió modelarse en el período Clásico, esto es, entre los años 600 y 900 d.C.
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