Para Reflexionar: Las lecturas para este Domingo 16 de Agosto, (XX DOMINGO ORDINARIO - Ciclo B) Primera Lectura Proverbios 9:1-6. La sabiduría construyó su casa y preparó un banquete. Mandó después una invitación: “Vengan a comer de mi pan y a beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el camino de la prudencia”. Salmo Responsorial: Salmo 33:2-3.10-11.12-13.14-15. Gusten y vean qué bueno es el Señor. Segunda Lectura: Efesios 5:15-20. Pablo aconsejaba a los efesios cuidar su conducta. De ese modo, vencerían la ignorancia y descubrirían la voluntad del Señor. Evangelio: Juan 6:51-58. Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre”. Los que participen en el banquete resucitarán en el último día. Para su Información: De momento no tenemos a ningún sacerdote que puede oír las confesiones en español en cuanto sepamos algo lo anunciaremos en Misa, La Carta Hispana y el boletín. El horario de confesiones es el siguiente: Los Lunes de 5:15-5; 45 PM; los miércoles de 11:00 – 11:30 AM, o los sábados a las 2:30 PM... Si desean el Sacramento del Bautismo para sus niños hablen con la Sra. Melinda LeBlanc a nuestras oficinas al 225-344-8595. Si quieren orar por alguien que está enfermo o por alguna intención en especial, o por seres queridos que duermen en la paz del Señor, por favor, comuníquense con Jenny al 225-344-8595. Todos los domingos tenemos Misa en español a las 12:00 (mediodía) PM. Sabían que : El 14 de Agosto es la fiesta de San Maximiliano Kolbe; el 15 es San Arnulfo, Obispo de Soissons y la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María; el 16 es San Esteban de Hungría y San Roque; el 17 es la fiesta de Santa Clara de Montefalco y Santa Beatriz de Silva, Virgen; el 18 es Beato Santiago de Savigliano ; San Alberto Hurtado Cruchaga y Santa Elena ; el 19 es San Ezequiel Moreno y San Juan Eudes; y el 20 es San Bernardo, Abad y Doctor. SAN JUAN EUDES 1601 – 1680 “¡Pelea! ¡Pelea! ¡Nataniel golpeó a Juan!” El aviso corrió por todo el patio de la escuela. Los niños se apresuraron para mirar la pelea, para ver quién iba a ganar. “¡Devuélvele el golpe, Juan!” gritó uno de los niños presentes. Muy enojado, Juan levantó su puno para devolver el golpe, pero entonces recordó las palabras de Jesús en el Evangelio del domingo anterior: “Cuando alguien te golpea en una mejilla, ofrece la otra”. Respirando profundamente, elevó su oración: “Señor, ven a mi corazón. Quita la ira que me domina. Dame tu paz”. Inmediatamente, Juan sintió que su ira se disipaba. “No le voy a pegar”, dijo Juan, mirando al niño que le había golpeado, “Jesús habita y respira en mí, y Jesús no lo va a golpear”. El niño Nataniel miró a Juan con incredulidad, y luego se fue corriendo. “¡Juan ganó la pelea!” dijo uno de mis amigos, felicitándolo. “Jesús ganó la pelea”, dijo Juan. Cuando Juan se hizo mayor y fue ordenado sacerdote, dijo: “Si eres cristiano, Jesús habita ti. El corazón de Jesús debe latir en el tuyo, su aliento debe respirar en ti, sus palabras deben resonar en las tuyas y sus obras deben reflejarse en las tuyas. Jesús quiere estar tan cerca de ti, que tú llegues a compartir con él un aliento, una vida, una voluntad, una mente y un corazón”. Juan enseno y escribió acerca de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Él decía: “Mira el corazón del Señor Jesucristo y verás en él la ternura y el cuidado de Dios”. Cuando las personas venían a ver a Juan para el sacramento de reconcilió, él les hablaba tiernamente del amor y el perdón de Dios. Juan fundó una comunidad de mujeres para ayudar a salvar a las prostitutas, y una congregación de hombres para formar buenos sacerdotes para las iglesias. Él dijo: “Parroquias devotas producirán buenos sacerdotes y buenos sacerdotes producirán parroquias devotas”. ESCRITURA: “Procuren que sus cuerpos sirvan para gloria de Dios” (1Corintios 6:20) PARA PENSAR Y HACER: Reza por los sacerdotes de tu parroquia. Reza por las parroquias que no tienen sacerdotes. ORACIÓN: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; No deseches las súplicas Que te dirigimos En nuestras necesidades; Antes bien, líbranos siempre De todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita! Las Sagradas Escrituras, en varios de sus pasajes, identifican al Señor Dios con la sabiduría. El que es sabio tiene hambre de Dios y se acerca al Señor para crecer y para servirle. La vida sensata de los sabios que crecen en el Señor trata de reflejar siempre la voluntad de Dios. A esa prudencia y a esa sensatez nos invita Pablo en la carta a los Efesios, haciendo eco del mismo Jesús, verdadero pan del cielo, que se ha entregado por todos según la voluntad del Padre, para ser nuestro alimento y nuestro sostén. La sabiduría que nace del Señor nos hace tomar deciones a la luz de la fe y nos ayuda descubrir en los sacramentos de la Iglesia nuestra fuente de vida. Conviene que nuestros grupos parroquiales comparen en sus reflexiones semanales el contraste que existe entre la sabiduría que la sociedad estima en el mundo y la sabiduría a la que nos llama el Señor por medio de su Palabra. ¿Qué significa para los cristianos ser sabios a partir de la fe, la esperanza y la caridad? Por favor déjanos saber si te gusto o tienes algún comentario que hacer o alguna sugerencia para el próximo boletín en español. Jenny Moore, [email protected] <mailto:[email protected]>. Hasta la próxima y esperamos que les haya gustado. ¡Muchísimas Gracias!