Bochica, el creador del arco iris 51 (Sabana de Bogotá) D icen los díceres que llegó de Egipto, de Palestina, del Oriente... Que vino montado sobre un camello —animal desconocido en nuestras tierras— y que les dejó a los nativos un hueso del animal como prueba de su presencia entre los chibchas. La tradición lo recuerda con el nombre de Bochica. En medio de una comunidad de hombres de tez cobriza y mediana estatura, este extraño sacerdote sobresalía por su figura gigantesca, su piel blanca y sus ojos Cuentos y leyendas de Colombia.i51 51 15/11/07 21:56:25 52 pardos. Los cabellos y las barbas, al igual que su túnica, eran del mismo color de la nieve o de los copos de algodón. La tradición muisca nos ha revelado que Bochica les enseñó las más elementales normas de comportamiento para con sus semejantes; además, los orientó con todos sus detalles y secretos en los oficios con que durante siglos se mantuvieron los nativos de este vasto y hermoso territorio colombiano. Gracias a Bochica, los muiscas (o chib­ chas) aprendieron las labores del cultivo de la tierra, de la cacería y la pesca, la crianza de los animales caseros y el dominio de los animales salvajes. Les enseñó, además, toda clase de trabajos ornamentales y artísticos, así como también los artesanales. Les inculcó los principios básicos del ser humano para su desarrollo espiritual y personal: el respeto por sus mayores, la rectitud, la honestidad y el amor por los suyos, sus costumbres y sus tradiciones. Asímismo, implantó leyes y normas para combatir a los ladrones y a los delincuentes. El territorio de Bochica era básicamente la altiplanicie situada entre Cundina­ marca y Boyacá, cuyo centro estaba en lo Cuentos y leyendas de Colombia.i52 52 15/11/07 21:56:25 que hoy conocemos como la Sabana de Bogotá. Con los años, las costumbres ­empezaron a corromperse y las normas dictadas por Bochica a tergiversarse. El alma de los hombres se vio invadida por la codicia, la ambición, el egoísmo, el hambre y la sed de poder para doblegar a sus semejantes y así concentrar en pocas manos todas las riquezas. La lucha despiadada entre unos y otros comenzó a crecer con los días y los meses, a tal punto que se fue generando un clima de violencia entre hermanos, con lo cual las sabias prédicas de Bochica se fueron olvidando. Entonces Chibchacún, dios del bien y el mal, tiñó inicialmente los cielos con nubarrones negros. Luego hizo retumbar relámpagos y truenos que llenaban de susto a los habitantes de la comarca. Cuando los indígenas se vieron cautivos de la tormenta, decidieron no salir de sus chozas. Entonces, una llovizna monótona como letanías de agua, empezó a enceguecer el horizonte. Esta llovizna se transformó en lluvia franca que desembocó en un torrente interminable de aguas borrascosas que amenazó con inundar la Sabana. Cuentos y leyendas de Colombia.i53 53 53 15/11/07 21:56:25 54 A los pocos días se había precipitado un violento aguacero, acompañado de rayos y truenos incesantes. La furia de Chib­cha­ cún se sentía por los cuatro puntos cardinales. Hacía mucho tiempo que Bochica había desaparecido del panorama. Los ríos y las lagunas del altiplano comenzaron a desbordarse y el volumen del agua a ascender amenazadoramente. En pocas semanas el diluvio había arrastrado viviendas, árboles, cultivos y animales. La fuerza del agua los empujaba hasta los cerros orientales. Los hombres y las mujeres alcanzaron a huir con sus hijos cargados y algunas pertenencias hasta las cimas de algunos montes, mientras imploraban a los cielos el perdón por sus desmanes y debilidades. Millares de criaturas temblorosas, toma­ das de las manos, asustadas y arre­pentidas, contemplaban desde las cumbres de las montañas que rodeaban la Sabana el enorme lago que minuto a minuto crecía bajo el cielo ennegrecido por la tormenta. En coro unánime, rogaban a los dioses que cesara la borrasca. De un momento a otro vislumbraron un rayo de luz en el horizonte. La figura inconfundible de Bochica, con su túnica, cabellera y barbas blancas, apareció sosteniendo en su mano Cuentos y leyendas de Colombia.i54 54 15/11/07 21:56:25 Cuentos y leyendas de Colombia.i55 55 15/11/07 21:56:26 56 derecha una vara que blandía hacia el ­cielo. Al instante la lluvia cesó, los truenos se acallaron, el cielo se despejó y se fue tornando azul. Bochica se dirigió hacia una inmensa roca junto a la cima del cerro y mientras balbuceaba algunas palabras, tocaba las enormes piedras con su cayado, en medio del silencio abrumador de la comunidad. La colosal roca, al contacto con la vara de Bochica, se fue abriendo por la mitad hasta formar un estrépito ensordecedor. Enseguida, fueron cayendo al lado opuesto del lago millares de piedras hasta formar un gigantesco orificio que conducía a un abismo. Las aguas de inmediato se precipitaron hacia el infinito como si fueran un potro de aguas negras salpicadas de rugidos y espumas. La Sabana volvió a ser la de antes, ahora más verde y más fresca. Por el oriente renació el sol vigoroso y dorado y las gentes comenzaron a gritar y a saltar, dando muestras de alegría y gratitud. Bochica les hizo una señal con el cayado, indicándoles la mediación entre los terrestres y los dioses y como prueba de ello apareció en el horizonte el arco iris. Por el abismo salvador brotó lo que hoy Cuentos y leyendas de Colombia.i56 56 15/11/07 21:56:26 conocemos como el Salto de Tequendama. Los muiscas volvieron a sus labores y a sus actividades normales, despojados de maldades y codicias, preparados en su interior para enfrentar más adelante otras tormentas invasoras. Bochica, como dijo luego un poeta: …observó la inundación telúrica y un poder mágico movió su vara, partió en dos las rocas de su mundo, y así, petrificado y moribundo, se arrojó con su mito al Tequendama. Cuentos y leyendas de Colombia.i57 57 57 15/11/07 21:56:26