Hola, mi nombre es Mariano y ya llevo 10 horas intentando encontrar palabras para contar lo que viví en algo que solamente parecen 3 días. No es así. Desde hace ya un poco más de un año que yo vengo caminando en la vida de la Fé, junto con mi comunidad, amigos y mi familia (si alguien me decía de esto un tiempo antes les juro que no me la creía ni por todo lo bueno en el mundo). Así sin más cae Jesús en mi vida, y no saben lo lindo que es ver todo a partir desde ese momento. Es así, tal y como lo dicen, el encuentro con él nos cambia la vida, tanto a vos y a tu corazón como al de quienes te rodean. La vida da muchas vueltas en algunos casos y sinceramente, antes de este retiro, la rutina me tiraba abajo, no lograba conseguir la paz, no me encontraba conmigo mismo, no era yo. Pero de nuevo algo aparecía y por esas cosas que uno no siempre llega a entender, me sentí llamado a participar, junto a la gente que quiero, a su encuentro. Increíble. Es algo que nunca va a dejar de sorprenderme, y junto a todas estas cosas uno también crece en la Fé y crece con sus hermanos, escuchando el llamado de nuestra vocación en donde la vida nos llama a crecer y ser felices, escuchando a la realidad y las cosas que nos pasan y siempre escuchando el llamado que Dios nos hace, lo que sueña y propone para nuestras vidas. En fin, ya pasaron las 10 horas y al final de todo esto conseguí las palabras que tanto buscaba: Crecer y vivir. Así alcanzo a definir lo que experimenté en este fin de semana.