PL Obligacion Denunciar

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PROYECTO DE LEY QUE OBLIGA A AUTORIDADES RELIGIOSAS A DENUNCIAR LOS DELITOS
COMETIDOS POR SACERDOTES, PASTORES, U OTRAS PERSONAS QUE INSTITUCIONALMENTE
PERTENECEN A UN CULTO DE FE, EN EL EJERCICIO DE MINISTERIO.
Fundamento
Durante la primera mitad del siglo XIX, las relaciones Iglesia-Estado, en Chile, estuvieron
determinadas por la insistencia del Gobierno chileno para lograr que la Santa Sede reconociese
a sus gobernantes el Derecho de Patronato. Como sabemos, no fue posible obtenerlo, a pesar
de haber enviado el Gobierno tres misiones ante la Santa Sede para tal efecto. Ya durante la
segunda mitad del siglo XIX, la relaciones se tensionaron aún más con el advenimiento de los
gobiernos liberales, y el proceso codificador francés, que tuvo su inicio con el Código de Bello de
1857 y se reafirmaría con la dictación de las leyes laicas durante el mandato de Santamaría.
Con la Constitución de 1925 que preconizó la secularización del Estado, y su definitiva
separación de la Iglesia Romana, marcó un hito único en la consolidación de un Estado de
Derecho Moderno. Fue sin duda dicha consagración, el resultado de una evolución histórico
política, marcada por los gobiernos liberales de fines del siglo decimonónico como los
receptores de las ideas ilustradas europeas, pero también fue el hito que puso fin a los
gobiernos parlamentarios, y se presentó como la oportunidad de fortalecer la figura del
presidente de la república, como autoridad autónoma a la órbita de influencias de Roma.
El principio de separación de la Iglesia Católica del Estado, significó entre otras cosas, que, no
obstante tener personalidad jurídica de derecho público, dejó de participar, al menos
oficialmente, en la estructuración de estado y el funcionamiento de sus instituciones y además
importó el deber de sujetarse inexorable e irrestrictamente a las leyes civiles dictadas conforme
a la carta fundamental.
Ya bajo la vigencia de la constitución de 1980, reformada por la ley 20.050 el año 2005,
entiende que la Iglesia Católica y otros cultos, como la protestante, son considerados grupos
intermedios que el Estado debe propender a su desarrollo y protección, asimismo dentro del
catálogo de garantías fundamentales del artículo 19, consagra la libertad de profesar cualquier
culto. De este modo, la Iglesia es una institución que activamente participa en la sociedad, goza
de personalidad de derecho de derecho público, tiene exenciones tributarias, dentro de otras
prebendas. Así las cosas, las Iglesia reconocidas por el Estado, deben sin duda, sujetarse al
derecho Chileno.
Una manifestación clara de la supremacía constitucional y de la secularización subyacente en la
misma, se denota con más claridad en el derecho penal, ya que frente a la inobservancia de la
norma se despliega un poder estatal represivo capaz de privar de libertad a los habitantes, para
procurar la recomposición y la vigencia de la norma quebrantada. Frente a ese poder, el
ordenamiento jurídico ha implementado una serie de reglas que lo regulan, controlan y
supeditan, a fin de evitar que el Estado de Derecho de paso a un Estado Policial.
Dentro de las normas penales adjetivas, ciertos actores y representantes del Estado, se les ha
impuesto la obligación, en razón al cargo que detentan, y a las responsabilidades que ejercen,
de informar a los organismos del Estado competentes, de la comisión de hechos, que por sus
características, revistan caracteres de delito. En efecto, directores de establecimientos
Oficina Congreso, Fono 32-2504582, Fax 32-2504631, email: [email protected]
Oficina Regional, Heras 305, Penco, Fono: 41-2450310, Fax: 41-2450334
educacionales, policías, jefes de puertos, capitanes de navíos, están obligados por mandato
legal a denunciar los hechos típicos a fin de que, se inicie una fase exploratoria, a la que le
puede seguir un juicio racional y justo a fin de determinar la responsabilidad penal del infractor.
Las últimas modificaciones legales han determinado que, en la práctica, tanto organismos como
personas individuales estén obligadas a denunciar un abuso sexual contra menores si es que se
llegan a enterar. De lo contrario, podrían ser procesados como cómplices de dicho delito.
Específicamente, el Artículo 175 del Nuevo Código Procesal Penal estipula que estarán
obligados.
a) Los miembros de Carabineros de Chile, de la Policía de Investigaciones de Chile y de
Gendarmería, todos los delitos que presenciaren o llegaren a su noticia. Los miembros
de las Fuerzas Armadas estarán también obligados a denunciar todos los delitos de que
tomaren conocimiento en el ejercicio de sus funciones;
b) Los fiscales y los demás empleados públicos, los delitos de que tomaren conocimiento en
el ejercicio de sus funciones y, especialmente, en su caso, los que notaren en la conducta
ministerial de sus subalternos;
c) Los jefes de puertos, aeropuertos, estaciones de trenes o buses o de otros medios de
locomoción o de carga, los capitanes de naves o de aeronaves comerciales que naveguen
en el mar territorial o en el espacio territorial, respectivamente, y los conductores de los
trenes, buses u otros medios de transporte o carga, los delitos que se cometieren
durante el viaje, en el recinto de una estación, puerto o aeropuerto o a bordo del buque
o aeronave;
d) Los jefes de establecimientos hospitalarios o de clínicas particulares y, en general, los
profesionales en medicina, odontología, química, farmacia y de otras ramas
relacionadas con la conservación o el restablecimiento de la salud, y los que ejercieren
prestaciones auxiliares de ellas, que notaren en una persona o en un cadáver señales de
envenenamiento o de otro delito, y
e) Los directores, inspectores y profesores de establecimientos educacionales de todo
nivel, los delitos que afectaren a los alumnos o que hubieren tenido lugar en el
establecimiento.
La denuncia realizada por alguno de los obligados en este artículo eximirá al resto”.
El Artículo 176 del mismo Código Procesal Penal aclara que “Las personas indicadas en el
artículo anterior deberán hacer la denuncia dentro de las veinticuatro horas siguientes al
momento en que tomaren conocimiento del hecho criminal. Respecto de los capitanes de
naves o de aeronaves, este plazo se contará desde que arribaren a cualquier puerto o
aeropuerto de la República.
El Artículo 177 explica qué pasa si alguno de éstos no denuncia: “Las personas indicadas en
el artículo 175 que omitieren hacer la denuncia que en él se prescribe incurrirán en la pena
prevista en el artículo 494 del Código Penal, o en la señalada en disposiciones especiales, en
lo que correspondiere.
Oficina Congreso, Fono 32-2504582, Fax 32-2504631, email: [email protected]
Oficina Regional, Heras 305, Penco, Fono: 41-2450310, Fax: 41-2450334
La pena por el delito en cuestión no será aplicable cuando apareciere que quien hubiere
omitido formular la denuncia arriesgaba la persecución penal propia, del cónyuge, de su
conviviente o de ascendientes, descendientes o hermanos.
En el caso de los delitos sexuales, Ley de Delitos Sexuales 19.617 indica que “no puede
procederse por causa de los delitos previstos en los Artículos 361 a 366 quater (es decir,
delitos sexuales), sin que a lo menos se haya denunciado el hecho a la justicia, al ministerio
público o a la policía por parte de la persona ofendida, por sus padres, abuelos o
guardadores, o por quien la tuviere a su cuidado, para proceder a investigar”. Sin embargo,
“si la persona ofendida (la víctima), a causa de su edad o estado mental, no pudiere hacer
por sí misma la denuncia, ni tuviere padres, abuelos guardadores o persona encargada de su
cuidado, o si teniéndolos, estuvieren imposibilitados o implicados en el delito, la denuncia
podrá ser efectuada por los educadores, médicos u otras personas que tomen
conocimiento del hecho en razón de su actividad o podrá procederse de oficio por el
Ministerio Público, quien estará facultado también para deducir las acciones civiles a que se
refiere el artículo 370 (alimentos). En la práctica, la Ley de Delitos Sexuales 19.617 también
ha servido de argumento para obligar a denunciar a todo aquel que se entere de un abuso
sexual contra menores, por ejemplo madres, tías, abuelas, etcétera. De lo contrario,
arriesgan ser procesados como cómplices.
f) La legislación chilena también es clara sobre los peritajes que deben hacerse.
• Hospitales, clínicas y establecimientos de salud semejantes, sean públicos o privados, deberán
practicar los reconocimientos, exámenes médicos y pruebas biológicas conducentes a acreditar
el cuerpo del delito y a identificar a los partícipes en su comisión, debiendo conservar las
pruebas y muestras correspondientes. Levantar acta, en duplicado, del reconocimiento y de los
exámenes realizados, la que será suscrita por el jefe del establecimiento o de la respectiva
sección y por los profesionales que los hubieren practicado.
• Entregar copia del acta a la víctima o quien la tuviere bajo su cuidado.
• Guardar muestras obtenidas, resultados de análisis y exámenes practicados, bajo custodia y
estricta reserva en la dirección del hospital, clínica o establecimiento de salud, por un período
no inferior a un año, para ser remitidos al tribunal correspondiente.
La obligación que la ley ha impuesto a ciertas personas, consistentes en el deber de denunciar la
comisión de delitos, dice relación con la responsabilidad que tiene respecto del bienestar de
otras personas a su cargo y de la sociedad toda, es por ello que no existe argumento alguno que
justifique no incorporar a este catálogo de personas obligadas a denunciar, a los jefes
eclesiásticos, o autoridades responsables por personas que han consagrado su vida
institucionalmente a una determinada doctrina de fe, en cuanto estos cometan delitos o bien
sean víctima de alguno en especial.
En los últimos años hemos asistido a un aumento sostenido de denuncias por delitos sexuales
cometidos por sacerdotes católicos y protestantes. Con todo, los hechos que más han causado
revuelo mediático han sido hechos en los que se han visto involucrados sacerdotes
pertenecientes a la doctrina católica. A raíz de lo anterior, las autoridades eclesiásticas, han
optado por investigar internamente dichas situaciones, amparándose en el secreto de
confesión, que si bien es legítimo, desde la óptica de su fe, no constituye un óbice válido para
que el derecho impere. De ahí, surge la necesidad de que las autoridades de las instituciones de
Oficina Congreso, Fono 32-2504582, Fax 32-2504631, email: [email protected]
Oficina Regional, Heras 305, Penco, Fono: 41-2450310, Fax: 41-2450334
fe, estén obligados a denunciar aquellos delitos cometidos por miembros de la institución de fe
en ejercicio de su ministerio. Así, si un sacerdote realiza un acto indebido al impartir clases
sobre la doctrina o con ocasión de algún rito o sacramento, sus superiores y correligionarios,
deberán denunciar los hechos a la justicia sin demora, so pena de ser considerados cómplices.
Por lo anterior vengo en presentar el siguiente,
PROYECTO DE LEY
Artículo único: incorpórese al artículo 175 del Código Procesal Penal, la siguiente letra f)
nueva: “Las autoridades eclesiásticas superiores, y, en general los obispos, pastores y
sacerdotes, los delitos cometidos por personas consagradas institucionalmente a su
respectivo culto, en ejercicio o con ocasión de su ministerio”.
ALEJANDRO NAVARRO BRAIN
SENADOR
Oficina Congreso, Fono 32-2504582, Fax 32-2504631, email: [email protected]
Oficina Regional, Heras 305, Penco, Fono: 41-2450310, Fax: 41-2450334
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