Atacaron a golpes a un travesti mientras bailaba para una comparsa

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22 POLICIALES
La Plata, martes 23 de febrero de 1999
GOLPES Y TIROS EN EL CARNAVAL
Atacaron a golpes a un travesti mientras
bailaba para una comparsa en un corso
Karina tiene 43 años y lleva
más de la mitad de su vida bailando en la comparsa Juventud
de La Loma. Desde hace 22,
todos los carnavales mueve su
cuerpo al compás de la música,
desfilando por las calles de La
Plata. En cierta forma está acostumbrada a los piropos, a los gritos, a los chistes; pero no a
los golpes.
Ricardo Ludueña usa el pelo
largo, se viste como una mujer,
habla con voz femenina, tiene
pechos. Es un travesti. “Trabajo
en una peluquería y soy enfermero en el Hospital de Melchor
Romero, llevo una vida normal,
pago mis impuestos y por lo
tanto tengo mis derechos. Entre
ellos, está tener seguridad en un
baile en el que hay que pagar”.
El fin de semana pasado, fue a
bailar al corso de 72 entre 20 y
25 con la comparsa. Era una presentación más, aunque el clima
estaba enrarecido porque el
domingo anterior le habían sugerido no desfilar. “Ya estaba por
terminar de bailar, cuando vi a
mi cuñada y su hermana,
entonces me acerqué y las saludé.
Cuando estaba por volver a la
calle, sentí una trompada”.
Se tomó la cara con ambas
manos y sintió que le salía sangre. Otro travesti lo ayudó. El
encargado de la comparsa lo
llevó hasta la carpa donde estaban los organizadores del corso y
les dijo: ‘miren lo que le hicieron a
una de mis chicas’.
“Los organizadores me pre-
guntaron ‘¿qué te hicieron?’... los
miré y les dije ‘una medalla por
bailar no me dieron’. Fue una
vergüenza, nadie se hizo cargo de
nada, por eso yo quiero que
alguien se haga responsable por
lo que me pasó”, agrega Karina.
No sabe si lo agredieron por
su sexualidad o por una cuestión
del momento. “Lo peor de todo
es que fue a traición, no pude ver
quién había sido. Porque si me
hubiera venido de frente, o me
hubiera insultado, a lo mejor lo
agarraba y lo molía a palos; pero
fue muy cobarde”, dice. Mide
casi 1.80 metros y pese a mantener una figura afeminada tiene
brazos musculosos. Depende el
adversario, da la sensación que a
un hombre con menos contextura física que la suya podría
haberle hecho pelea.
El travesti inició acciones
legales. “En realidad -aclara-, no
las hizo el travesti Karina, las inició el ciudadano Ricardo
Ludueña, una persona que quiere
hacer valer sus derechos. No
quiero hacer un show como los
travestis que van al programa de
Mauro Viale (aunque no los critico), sino simplemente quiero que
no exista más inseguridad en un
corso. Lo que me pasó a mí
podría haberle pasado a
cualquiera, en las tribunas había
chicos. Hubo avalanchas, piñas,
gente drogándose, fue un
desastre”.
Un grupo de paramédicos le
cerró un pequeño corte en el
pómulo con La Gotita. Luego le
Baleado en un corso de Berisso
Un joven de 24 años se salvó
milagrosamente, después de que
un balazo le rozara la frente. El
hecho ocurrió el domingo a la
madrugada en un corso de
Berisso.
Fuentes policiales identificaron
a la víctima como Carlos Aguirre.
Según consta en el expediente
judicial, fue herido en el baile del
Club Trabajadores de la Carne, en
Profesorado de
Gimnasia
Escuela superior
de Gimnasia
Adriana S. Lorenzo Diosdado
Ambos Sexos - sin límite de edad
Cursos: Aerolocal - Aeróbica
Step - Slide
Tel: 425-1736
173 entre 42 y 43.
Todo comenzó aproximadamente a las 5, cuando la fiesta se
estaba terminando. Aguirre fue al
baño y vio un tumulto, una pelea.
Se acercó y observó que uno de los
contendientes sacaba una pistola
cromada y le apuntaba a uno de
sus adversarios. Entonces se le tiró
encima para desarmarlo, ya que
había mucha gente y podía hacer
un desastre. Pero su intento fue en
vano: el otro joven llegó a gatillar
dos veces.
Aguirre se salvó por pocos centímetros. El disparo le tocó la
frente, pero le produjo sólo una
herida superficial.
En la comisaría Primera de
Berisso, se iniciaron actuaciones
por Abuso de Arma y Lesiones. Se
investiga el origen del arma del
agresor, que aparentemente habría
sido robada a un cabo del servicio
penitenciario. El fiscal Mariano
Lasarte investiga el caso.
CARLOS CERMELE
Estaba bailando con la comparsa Juventud de La Loma. Se acercó a saludar a unos parientes que miraban el espectáculo y
alguien le pegó una trompada. Pide que alguien se haga cargo: “lo que me pasó a mí, pudo haberle pasado a cualquiera”
“Llevo una vida normal. Quiero hacer valer mi derecho a la seguridad”, pide Ricardo Ludueña (Karina)
pusieron una gasa y lo mandaron
a la casa.
El travesti radicó la denuncia
en la comisaría Quinta, después
fue a hacerse el reconocimiento
médico legal a la seccional
Segunda y terminó ante el fiscal
Mariano Lasarte; con escalas en
la Clínica del Ojo y el
Hospital Rossi.
“Yo no quiero fama -recalca-,
yo sólo quiero que esto no se
repita. Durante veinte días no
voy a poder trabajar en la peluquería, no puedo hacerlo con los
anteojos puestos. Tampoco
puedo ir al hospital, es peligroso.
Un virus puede entrar en la herida y contagiarme alguna enfermedad, además con el ojo así no
puedo clavarle una inyección
a nadie”.
“Lo único que pido es que
alguien se haga cargo -concluye-.
Las autoridades del corso tienen
que responder porque ellos
venden una entrada y por lo
tanto tienen que garantizar la
seguridad de los que asisten. Y,
además, tiene que hacerse cargo
la Municipalidad, por haber
autorizado el evento. Voy a ir
hasta las últimas consecuencias”.
Un carnaval con muchas peleas y tiros
Cerca de la medianoche del
sábado, en 456 y 18, City Bell,
varios jóvenes que volvían de
un corso comenzaron a
pelearse. El saldo fue dos heridos de bala. Lo que empezó
como una fiesta, a las pocas
cuadras, terminó en una violenta pelea callejera.
Dos hermanos heridos
Los hermanos Guzmán viven
en la zona desde hace bastante
tiempo. Ellos estaban con unos
amigos. Algunos de los que
transitaron por el lugar no
pertenecían al barrio. Hubo
una pelea.
Ninguna de las personas que
presenciaron lo que ocurrió
durante la pelea pudieron dar
explicaciones sobre lo ocurrido.
Dijeron no saber qué fue lo que
pasó. En el barrio, un manto de
silencio cubrió a la pelea desatada al finalizar el corso.
Tendido en una cama en el
hospital de Gonnet, Alejandro
Guzmán, de 18 años, tampoco
encontró explicación. El joven
recibió un disparo de arma de
fuego en el abdomen cuando
intentó defender a uno de
sus amigos.
Según dijo en unas breves
palabras mantenidas con “Hoy”,
ni siquiera sabía porqué se estaban peleando. El sólo quiso se-
parar y recibió un tiro a
quemarropa.
Su hermano Carlos, de 24
años, sufrió varios golpes y un
tiro en una pierna, pero las heridas fueron de menor gravedad y
se reintegró a su casa a las
pocas horas.
El tercer joven que resultó
lesionado recibió una seria
golpiza y debió quedar en observación. Pero los médicos dicen
que se recuperará pronto.
ANTECEDENTES
Investigan el caso
- El año pasado, en una pelea,
un joven recibió un tiro en el
abdomen cuando salía del
corso de Las Quintas.
- En febrero de 1.998, un adolescente de 16 años mató de
cinco balazos a un joven de 20.
Se puso celoso al ver que estaba
bailando con su novia y le disparó a quemarropa.
Personal de la comisaría
Décima de City Bell tomó intervención en el hecho, que quedó
en manos del fiscal de turno,
Dr. Mariano Lazarte.
La causa fue caratulada como
“abuso de armas y lesiones”.
Según se informó, se tomarán
declaraciones en los próximos
días para determinar la naturaleza del hecho.
POLICIALES
La Plata, martes 23 de febrero de 1999
23
VIOLENCIA EN LA NOCHE
Un joven denuncia que fue golpeado
por patovicas en un pub del centro
“Nunca antes había visto una
pelea con patovicas, sólo había
escuchado algunos comentarios y
pensaba que eran cosas que pasaban, pero ayer me di cuenta que
esos tipos están locos”.
Favio Palmas tiene un ojo hinchado y rojo. Así quedó -dicedespués de haber sido golpeado
por cuatro robustos hombres
encargados de la seguridad de
un pub.
El domingo a la noche fue a
bailar a “El Estudio”, en 8 entre 41
y 42. Palmas tiene 29 años y un
hijo de 5. Hace dos años se separó
de su mujer y ahora se encuentra
de novio con María.
La pareja había mantenido una
discusión en una de las barras del
boliche y en el momento en que
María quiso irse, Palmas la tomó
del brazo y los dos cayeron al piso.
“Nos levantamos y seguimos
hablando hasta que nos volvimos a
arreglar”, contó el joven a “Hoy”.
La discusión, que se había dado
porque la ex mujer de Palmas se
encontraba en el lugar, no había
durado más de media hora.
“Ya nos estábamos por arreglar definitivamente cuando
aparecieron cuatro personas de
seguridad del lugar y me hicieron
señas; como para que los vaya a
ver”, contó el joven. Los gestos
eran claros, pero Palmas prefirió
decirles que fueran a conversar en
el lugar en el que se encontraba él
y, aparentemente, fue eso lo que
enfureció a los patovicas.
“Directamente fueron a
pegarme, porque no fue que me
pusieron las manos en la espalda y
me sacaron del lugar. Me pegaron
piñas y patadas hasta que quedé
inconsciente y me tiraron en la
vereda”, explicó Palmas.
Si bien los patovicas que habían
CARLOS CERMELE
Ocurrió en El Estudio. El joven había discutido con su novia, porque en el boliche se encontraba su pareja anterior. Dice
que los encargados de seguridad intervinieron y lo golpearon sin miramientos, sufriendo serias heridas en uno de sus ojos
“Antes pensaba que eran cosas que pasaban, ahora me doy cuenta que esos tipos están locos”, opina Favio Palmas
ido a hacerle señales al joven eran
cuatro, cree que fueron cinco los
que finalmente le pegaron hasta
que perdió el conocimiento.
Tirado en la calle y con la sola
compañía de su novia, un taxista
conocido lo subió a su auto y lo
llevó hasta su casa.
Los dolores en pecho, garganta
y cabeza, más la hinchazón de su
ojo derecho, hicieron que debiera ir
hasta el hospital Rossi bien temprano por la mañana. En el nosocomio
“Tratan de evitar problemas”
Mario Oscar Fregossi es propietario de un conocido cantobar
platense. Sin hacer referencia a este
caso puntual, quiso opinar sobre los
patovicas: “Un familiar me solicitó
colaboración para estar al frente de
la seguridad de un boliche. Por eso,
en secreto, recorrí varios locales
para interiorizarme de los sistemas
existentes. Respecto de los “patovicas”, debo decir que siempre tratan
de evitar los problemas, no van
armados, sólo utilizan su corpulencia y sus puños ante ese minúsculo
grupo de jovenzuelos que llegan
ebrios o drogados, e intentan con las
más variadas opciones, persuadir a
los antisociales para que actúen
con cordura”.
“Muchos se quejan, de que estos
guardias son corpulentos, pero...
¿sería lógico emplear a pitufos o
jockeys para esta tarea? ¿a quién le
cabe en la cabeza que a algún propietario de estos boliches le convenga que haya problemas con los
clientes, discriminación o admisión
reservada? Es cierto que en algunos
lugares se reservan el derecho de
admisión, o ¿no es lógico que los
propietarios cuiden la imagen de su
fuente de trabajo y no permitan la
entrada a revoltosos, sucios u
olorosos?, hay que recordar que son
lugares públicos pero de propiedad
privada y por tal motivo, hay que
respetar el derecho de admisión.
Además, hay que recordar que hay
que proteger a la juventud sana que
quiere divertirse”.
ratificaron la importancia de
las heridas.
Además de los inconvenientes
que le significarán tener que ir al
hospital durante toda la semana, el
joven se quedará sin la posibilidad
de trabajar, dado que es chofer de
un taxi y tiene su ojo totalmente
cerrado debido a la hinchazón que
se le formó en una de las principales zonas afectada por los golpes.
Para Palmas los golpes no
tienen ninguna explicación. En
tanto que los dueños o empleados
de la disco no pudieron ser consultados debido a que no se encontraban en el lugar durante la tarde
de ayer.
Consultado sobre si alguna vez
había presenciado una pelea en la
que participaran patovicas, Palmas
señaló que “no. Solamente había
escuchado hablar a los chicos y
pensaba que eran cosas que pasaban, pero ahora, después de esto,
pienso que esos tipos están locos”.
Un proyecto demorado
La violencia desatada en la
noche platense ha tenido como
principales protagonistas a los
patovicas. Este hecho hizo que los
concejales de la Alianza presentaran
en mayo del pasado año un proyecto que ha quedado en la nada.
La idea de los aliancistas es que
los empleados de las discos que trabajan en la parte de seguridad
aprueben un curso de 100 horas de
capacitación y -mediante examen
final y puntaje-, ingresen en un registro de Agentes de Seguridad de
Confiterías Bailables para obtener
una licencia para trabajar. El proyecto fue presentado en mayo y no hay
noticias que indiquen que se trate
próximamente.
Para los concejales, los cursos de
capacitación deberían impartirse
por docentes universitarios y abarcar conocimientos básicos sobre
seguridad, derechos humanos, prevención de accidentes en edificios,
maniobras de reanimación,
primeros auxilios y técnicas de control social.
El proyecto nació a raíz de los
reiterados hechos de violencia protagonizados por custodios de locales
bailables, y se encuentra a la espera
de ser tratado por el Concejo
Deliberante de La Plata. Además,
prevé que los interesados deberán
tener entre 18 y 40 años, estudios
primarios, residencia en La Plata y
no podrán tener causas penales,
administrativas, ni exoneraciones de
organismos públicos.
Los casos del
verano
Durante el pasado mes de
enero en nuestra región se
registraron dos denuncias
relacionadas con agresiones
en diferentes boliches, el
primero de los hechos ocurrió
en la madrugada del domingo
10, donde un menor denunció haber sido agredido y
amenazado de muerte por un
individuo de 25 años, que
había intentado manosear a
su novia en la megadisco
de 44 y 147.
En momentos en que el
menor bailaba con su novia,
un hombre de unos 25 años
habría intentado tocar a la
joven en sus zonas íntimas, lo
que provocó que el adolescente le recriminara esa actitud; enfurecido el hombre
comenzó a golpear al menor ,
hasta fracturarle la nariz
y ocasionarle múltiples
hematomas en el rostro: cuando estuvo en el suelo, le
propinó varias patadas.
A su vez dos jóvenes de
nuestra ciudad, denunciaron
que ese mismo fin de semana
fueron agredidos por los custodios del boliche La Basse
ubicado en 7 entre 58 y 59,
los dos muchachos Gonzalo
Melonari y Jorge Ariel
González, fueron hacia ese
boliche la noche del sábado 9,
y según comentaron a este
medio se estaban divirtiendo
cuando una de las amigas de
ellos derramó un poco de
cerveza, sobre el rostro de un
joven; en ese momento los
custodios del boliche
empezaron a golpearlos, como
consecuencia los dos muchachos terminaron con heridas
leves en el rostro, el abdomen
y la cabeza.
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