Bogotá D - Superintendencia de Sociedades

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155-051334 del 7 de diciembre de 2001
Ref.: Alcance del artículo 27 de la ley 550 de 1999.
Me refiero a su escrito enviado vía fax y radicado en este Despacho el pasado 20 de noviembre con el número 200101-111926, por medio del cual solicita un concepto acerca del alcance que debe darse al artículo 27 de la ley 550 de
1999 respecto del momento a partir del cual comienza a correr el término de cuatro meses a que se refiere la norma,
cuando se han presentado objeciones a la determinación de votos y acreencias hecha por el promotor.
El artículo 27 de la ley 550 de 1999, al referirse al plazo para que se perfeccionen los acuerdos de reestructuración
establece que éstos “ deberán celebrarse dentro de los cuatro (4) meses contados a partir de la fecha en que queden
definidos los derechos de voto, mediante decisión del promotor o mediante ejecutoria de la providencia de la
Superintendencia de Sociedades que resuelva las objeciones que se llegaren a presentar” . Mientras que con relación
a las objeciones que hagan los acreedores internos, externos o el administrador del empresario con facultades de
representación, dentro de los cinco días siguientes a la fecha de terminación de la reunión en la que se determinen
los derechos de voto y las acreencias, el artículo 26 dispone que éstas serán resueltas por la Superintendencia de
Sociedades “ en única instancia, mediante el procedimiento verbal sumario, pronunciándose a manera de árbitro, de
conformidad con lo dispuesto en el numeral 10 del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil.”
Frente a estas disposiciones surge un interrogante: ¿El término de cuatro (4) meses previsto por el artículo 27 para
la celebración de los acuerdos de reestructuración se interrumpe por la sola presentación de la demanda de objeción
ante la Superintendencia de Sociedades? ¿O tan sólo se puede hablar de interrupción una vez admitida la demanda y
notificada al promotor?
Si se analizan con detenimiento las disposiciones que se citaron con anterioridad se concluye que solamente después
de la notificación personal de la providencia que ha admitido el escrito de objeción, se puede considerar que opera la
interrupción de los cuatro meses a que se refiere el artículo 27; razón por la cual el promotor, mientras no haya tenido
noticia de la admisión a la que se ha hecho referencia, debe desplegar toda la conducta necesaria para adelantar la
negociación y procurar que las partes lleguen a un acuerdo que permita reactivar económicamente la empresa en
crisis1. Dicho término comenzará nuevamente a correr una vez quede en firme la providencia de la Superintendencia
que resuelva la objeción que se presentó.
Con relación a la exigencia de que el promotor continúe ejerciendo sus labores dentro del lapso comprendido entre
la terminación de la reunión prevista para determinar los derechos de voto y las acreencias y la fecha de ejecutoria
de la providencia que resuelve las objeciones, esta Entidad ya se pronunció por Oficio número 100-59888 del 12 de
septiembre de 2000, aclarando que en el mencionado período ” NO cesan los deberes del promotor, dado que éste
debe permanecer atento y a su turno informar a los acreedores acerca del estado del mencionado proceso” .
1
La anterior conclusión se fundamenta en las razones que se exponen a continuación:
La decisión del promotor que establece cuáles son las acreencias que tiene la empresa y cuántos son los votos que
corresponden a cada acreedor, no es una determinación que deba quedar en firme después de haberse vencido los
cinco días con que cuentan los acreedores para formular objeciones sin que éstas se hubieren presentado, o después
de haber resuelto la Superintendencia aquellas que se propusieron en la forma prevista por la ley. El artículo 27 es
sumamente claro al respecto, en él se dice que el plazo se contará a partir del momento en que queden definidos los
derechos de voto, definición que se puede presentar directamente en la reunión que efectúe el promotor o por medio
de la ejecutoria de la providencia de la Superintendencia que decida las objeciones. Sostener algo así le restaría
tiempo, y por lo tanto, agilidad, a la negociación del acuerdo. Por consiguiente, es posible concluir que el plazo de
cuatro meses comienza a correr de forma simultanea con el término de cinco días que tienen los acreedores para
presentar sus objeciones.
Ahora bien, la Superintendencia de Sociedades resuelve las objeciones en ejercicio de funciones judiciales, por medio
del procedimiento verbal sumario que regula el Código de Procedimiento Civil en sus artículos 435 y siguientes, lo
que quiere significar que a tal actuación se aplican todos los principios y normas propias del Derecho Procesal.
Presentada la demanda de objeción, según lo previsto por el artículo 436 del C.P.C., el juez, que en este caso es la
Superintendencia de Sociedades, “ la examinará y si reúne los requisitos legales la admitirá mediante auto que se
notificará al demandado como disponen los artículos 314 y 320, con entrega de copia de la demanda o del acta
respectiva, según fuere el caso, para que la conteste dentro de los cuatro días siguientes a la notificación” . La
notificación a la que se refiere la norma antes citada es la notificación personal, que de acuerdo con la legislación
procesal colombiana, sólo procede en ciertos casos determinados que son los enumerados por el artículo 314 del
C.P.C..
Cuando la Superintendencia admite la demanda y la notifica al promotor demandado, lo involucra en la relación
jurídico procesal, de forma que a partir de ese momento este sujeto queda investido de poderes y también de deberes
respecto de los diferentes actos procesales que desde ese instante se van a realizar. Antes de la mencionada
notificación, para el demandado no ha ocurrido nada, para él todo seguirá desarrollándose normalmente, en la medida
en que no estará vinculado al proceso; por lo tanto, no deberá ejecutar ninguna clase de acto dentro de una actuación
procesal que por el momento no lo afecta. Sólo con posterioridad a la notificación, que involucra al demandado dentro
del proceso, éste podrá contestar la demanda que se le hizo y el juez, de conformidad con las pruebas que se aportaron
y practicaron en la audiencia del artículo 439 del C.P.C., procederá a dictar la sentencia que resuelva la contienda.
Lo anterior comporta que en caso de ser rechazada la demanda por parte del juez, para el demandado no habrá
sucedido nada. Esta es la razón por la cual las normas procedimentales no establecen que el auto que rechaza la
demanda deba ser notificado personalmente al demandado, de éste se dará noticia tan sólo al demandante por medio
de un estado que se fijará en un lugar visible de la secretaría y permanecerá allí durante las horas de trabajo del
respectivo día2.
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Artículo 321 del Código de Procedimiento Civil Colombiano.
No es posible entonces que opere la interrupción del término de cuatro meses para la celebración del acuerdo de
reestructuración con la sola presentación de la demanda de objeción ante la Superintendencia de Sociedades, además
de ésta es necesaria su admisión para que exista respecto del acreedor objetante y del promotor demandado una
posibilidad real de que el juzgador se pronuncie de fondo sobre el asunto.
De este modo, de conformidad con el artículo 90 del Código de Procedimiento Civil, la interrupción del plazo que había
comenzado a correr desde la fecha en que el promotor había manifestado a todos aquellos sujetos que intervienen
en la negociación de un acuerdo de reestructuración la determinación de los créditos y de los votos que corresponden
a cada uno, operará a partir de la presentación de la demanda “ siempre que el auto admisorio de aquélla, o el del
mandamiento ejecutivo, en su caso, se notifique al demandado dentro de los ciento veinte días siguientes a la
notificación al demandante de tales providencias, por estado o personalmente” . Dicho plazo comenzará a correr
nuevamente después de que haya quedado en firme la sentencia proferida por la Superintendencia.
Así las cosas, mientras no se notifique al promotor la admisión de la respectiva demanda de objeción, el término de
cuatro meses a que se refiere el artículo 27 de la ley de reactivación empresarial, que comenzó a correr una vez
finalizada la reunión de determinación de votos y acreencias, no se habrá interrumpido, razón por la que el promotor
y las partes de la negociación deberán continuar con la promoción en aras de alcanzar la celebración del acuerdo de
reestructuración.
Cod.: 097002 / Dep.: 155 / Nit.. 890.907.724 / rad.. 2001-01-111926 / MEPM.
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