Entrevista Javier Borrego, magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo “Los procuradores han demostrado su capacidad, y algo hay que hacer con la ejecución” Sevillano, de 57 años, Javier Borrego es desde enero de 2003 nuestro representante en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo. Aunque comenzó su andadura profesional como secretario de Magistratura del Trabajo, tras aprobar la oposición de abogado del Estado se especializó en materia de derechos humanos. Durante 13 años, y hasta su elección casi unánime como magistrado, fue jefe del Servicio Jurídico de Derechos del Hombre del Ministerio de Justicia, agente del Gobierno español ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos, y miembro del Comité Director de Derechos Humanos del Consejo de Europa. En la actualidad forma parte de la sección quinta del TEDH, órgano judicial que tiene jurisdicción sobre los 46 países miembros del Consejo de Europa que son parte 14 / procuradores • Abril 2007 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Cada país aporta un magistrado al Tribunal. Su mandato es de seis años, pueden ser reelegibles, y tienen los idiomas inglés y francés como oficiales. Para el año 2007, el TEDH tiene asignados 600 empleados y un presupuesto de 50 millones de euros. Invitado por el Consejo Gene­ ral de Procuradores, Javier Borrego dio una conferencia a los asistentes a las jornadas de Sevilla con los huissiers. Entre sus mensajes, alguno muy claro: la independencia de los tribunales es un pilar del Estado de derecho. Defenderlo es una tarea sin fin, un combate constante, porque entre otras cosas la independencia judicial “está permanentemente amenazada”. –El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó el pasado año 1.560 sentencias, y de ellas sólo cinco fueron condenas al Estado español. En 2005 no hubo ningu- na condena contra España. ¿Quiere eso decir que nuestro sistema judicial funciona bien? –A mí no me gusta decir que una Justicia está bien o no. Lo que quiere decir ese dato es que noso­ tros tenemos un sistema de tribuna­ les y de garantías que permite que muchos asuntos terminen antes de llegar al TEDH. España dispone de procedimientos específicos sobre violaciones de derechos huma­ nos, y tenemos un Tribunal Consti­ tucional con un recurso de amparo que otros países de nuestro entorno, como por ejemplo Francia, no tie­ nen. Por eso Francia tiene muchísimos más casos pendientes en el TEDH. Cuando nosotros nos hemos incorporado al Estado de derecho, a la democracia, nos hemos dotado de una serie de instrumentos, como el recuso especial de garantías fun­ damentales, el recurso de amparo, etc., que facilitan que muchos pro­ blemas de violaciones de derechos humanos se solucionen en España. –Desde luego, cinco son pocas si se comparan con las 312 condenas contra Turquía por violaciones del Convenio Europeo de Derechos Humanos, las 185 contra Eslovenia, o las 119 de Ucrania, por ejemplo. ¿Qué está ocurriendo en esos países? ¿Qué tipo de denuncias llegan a Estrasburgo? –En el caso de Turquía, la ma­ yoría de esas sentencias tienen por objeto hechos históricos de los años duros de ese país, supuestos graves del artículo 2, del 3, sobre dere­ cho a la vida, malos tratos, etc. Son casos problemáticos, pero Turquía ha avanzado mucho. Piense que en año 1978 nosotros no partíamos de cero, ya estábamos en una situación no digo aceptable, pero tampoco diré mala, una “predemocracia”. Y en la democracia los sistemas que se establecieron han permitido una rápida adaptación. Cuando nosotros entramos en el sistema de Tribunal Europeo en al año 1978 nuestra “Las deliberaciones en una sala de Justicia son secretas, pero como en todo colectivo humano, expresando una opinión se puede estar absolutamente desconectado de la realidad. Los asuntos no son casos de laboratorio, ni los procesos un papel sobre otro y otro. Detrás hay personas” legislación, nuestro tribunales, te­ nían una sensibilidad muy impor­ tante con estos temas. –¿Es cierto que en algunas sentencias del TEDH se pone al sistema español de protección de derechos humanos como ejemplo? ¿Qué es lo que nos diferencia, y en este caso para mejor, respecto a otros países? –Sí, es cierto, en los casos de du­ ración del proceso. Eso no quiere decir que en España los procesos no sean largos; lo son, por desgracia. Pero hay previsto un procedimiento en la Ley Orgánica del Poder Judi­ cial (LOPJ) de indemnización. En la sentencia Kudla contra Polonia se condena a este país porque no tenía ningún sistema de indemniza­ ciones. El sistema español contra las dilaciones indebidas permite que si el proceso se está alargando mucho, hay una vía de acceso directo, inclu­ so al Tribunal Constitucional, para protestar. Por ejemplo, en el caso de la presa de Tous, se le ocurrió una vez al juez de instrucción hacer la diligencia de una práctica que iba a retardar muchísimo el desarrollo de la instrucción. Una de las partes le dijo al juez que era un retraso increíble y se fue directamente en amparo al Tribunal Constitucional, y el TC ordenó que esa prueba no se hiciera. Eso es una dilación in­ debida a lo largo del proceso, pero cuando éste termina, ¿qué se va a hacer? Lo único que hay es una indemnización, y en nuestra LOPJ también hay un procedimiento para la responsabilidad patrimonial de la Administración del Estado por un funcionamiento anormal de la Justicia, en virtud del cual el Esta­ do tiene que estudiar si ha habido una dilación indebida, y pagar si así se acuerda. Lo que se ha puesto Abril 2007 • procuradores / 15 de modelo es que el sistema espa­ ñol, teóricamente –y prácticamente en muchos casos, aunque también tiene sus fallos–, permite reparar dilaciones indebidas en curso y dila­ ciones indebidas ya producidas. –Usted dice que para aplicar Justicia no basta con un profundo conocimiento de las leyes, sino que es necesario un “arte judicial”. ¿Podría explicar un poco más a qué se refiere? –Las deliberaciones en una sala de Justicia son secretas, pero como en todo colectivo humano, expresando una opinión se puede estar absolu­ tamente desconectado de la realidad. Los asuntos no son casos de labora­ torio, ni los procesos un papel sobre otro, otro y otro. Detrás hay personas. Cuando yo recibo a los alumnos de la Escuela Judicial de Barcelona que vienen por Estrasburgo les cuento que juzgar no es solamente coger un código y aplicarlo; está hecho por hombres y para hombres. –En 2006 casi se quintuplicó el número de demandas que llegaron al Tribunal Europeo, 50.500 frente a las 11.200 de 2005. ¿A qué se debe ese aumento tan desproporcionado? –Rusia, Polonia, Ucrania…, tie­ nen problemas de ajuste. –Y otro dato más, que también parece muy preocupante: el nú­mero de los asuntos pendientes. En 2006 quedaron sin resolver 89.900 asuntos en el TEDH. De esa cifra, 19.300 corresponden a Rusia. Los correspondientes a España son 1.037. ¿Estos últimos son demasiados? –Los casos españoles, muchos de ellos, se deben a demandas repeti­ tivas de un colectivo de personas afectadas por un mismo asunto, como ocurrió hace años con las demandas de la colza. En el caso de Rusia, es una barbaridad. –Para mejorar la eficacia del Tribunal se quiere aprobar el Protocolo número 14, que permiti16 / procuradores • Abril 2007 ría agilizar el funcionamiento del TEDH. Todos los países lo han ratificado, menos Rusia. El presidente Putin ha llegado a acusar al Tribunal Europeo de hacer política. ¿Qué ocurre con Rusia? –El TEDH no hace política. Ru­ sia tiene esa percepción, pero debe darse cuenta de que no es así. En concreto, Rusia habla siempre del caso Ilascu. Ocurre que en algunas ex repúblicas soviéticas hay comu­ nidades que no obedecen a ese Es­ tado, sino a Rusia. Es una situación kafkiana, fruto de la época. Enton­ ces se le requirió a Rusia por una cosa que estaba ocurriendo en una de estas ex repúblicas soviéticas, y contestó que jurídicamente no tenía nada que hacer, aunque por otra parte reconoció que quien contro­ laba esa república era ella. Rusia es un país muy importante, ha vuelto a sentirse fuerte, poderosa. –¿En qué consiste, exactamente, este Protocolo 14? ¿Qué fin tiene? –Mejora muchísimo y agiliza el procedimiento del TEDH. Uno de las cosas fundamentales es que ins­ tituye un juez único. El 92 ó 93% de los asuntos que llegan al Tribunal son manifiesta­ mente inadmisibles. Eso ahora lo decide una comi­ sión de tres jueces, y lo que se pretende es que ese pa­ pel lo asuman jueces úni­ cos y así el comité de tres podría dictar sentencias, porque hay muchas que son repetitivas, por ejem­ plo en los casos de dura­ ciones excesivas. Y así la sección podría dedicarse a los asuntos importantes. Un ejemplo: en materia de duraciones excesivas el Tribunal condenó a Ita­ lia hace ya unos años. En el telediario de las ocho de la tarde, el presentador le dijo a los televidentes: “¿Tienen ustedes pleitos? ¿Están durando mucho? Váyanse a Estrasburgo que les dan dinero”. Se presentaron 15.000 demandas en dos meses. Claro, éstas son cosas que hay que intentar solucionar. –¿Hay países que pueden dar lecciones a otros en materia de derechos humanos? –En España muchos considera­ mos que los países nórdicos son los maestros en la protección de los derechos humanos. Y sí, y no, como todo. Aquí no hay ni buenos ni malos alumnos, todos estamos interesados. Por ejemplo, si usted presenta una reclamación en Espa­ ña al ministro de Hacienda, y no le contesta, puede ir a los tribunales. La Administración tiene el deber de contestar, y si no lo hace, está el silencio administrativo. Pues bien, esto en los países nórdicos no existe. Si un ciudadano reclama en esos países y la Administración no le contesta, pues se siente. La teoría del silencio positivo o negativo no existe, y es fundamental para la protección del ciudadano ante una inactividad de la Administración. Con esto quiero decir que en mate­ ria de derechos humanos todos te­ nemos que mejorar, todos tenemos que preocuparnos, y aquí no hay ni profesores, ni buenos ni malos alumnos. –Pero sí hay varios niveles de desarrollo, por así decirlo, en los distintos países. –Claro, hay niveles de desarrollo y también hay niveles de po­ breza. Por ejemplo, si comparamos las prisiones españolas con las de algunos otros países… Podría en­ señarle fotos… Afortunadamente para nuestros presos, no tienen nada que ver. –Usted firmó la sentencia que condenó a España por violación del artículo 8 del Convenio Euro­ peo para la Protección de los De­ rechos Humanos y Libertades Fun­ damentales, relativo al respeto a la vida privada y familiar, por un asunto de ruido, algo novedoso. ¿Qué más circunstancias de la sociedad moderna, como las molestias por el ruido, no están suficientemente protegidas por la ley y la justicia? –El Tribunal Europeo dice que los derechos humanos son concre­ tos y efectivos, no ilusorios, ni fic­ ticios. ¿Qué significa derecho a la vida privada? El derecho al domi­ cilio, que es también el derecho al descanso. De nada sirve tener un domicilio si no puedo dormir. Más que el derecho al silencio, yo lo en­ tiendo como la materialización de un derecho. –De todas maneras, ¿no cree que desde España se sigue viendo al TEDH de Estrasburgo como un ente abstracto y lejano? –Sí, y me preocupa porque es una institución que está funcio­ nando, con sus fallos, por supues­ to, ­ pero que está haciendo buenas cosas, como la sentencia Da Costa Silva, que es muy importante (el caso de un guardia civil español que fue arrestado por orden de un su­ perior). El Convenio Europeo dice Europa se creó un grupo de sabios para, a partir del Protocolo 14, mejo­ rar el sistema. Ese grupo de sabios estaba liderado por un español, Gil Car­ los Rodríguez Iglesias. Y nada de eso se comenta aquí. También va mucho en nuestro carácter: eso se arregla solo. O también ocurre que tenemos otros muchos problemas. –Y por último, ¿qué le parece la reclamación de la Procura, y de la Unión Internacional de Huissiers de Justicia, de que la ejecución sea encomendada a los procuradores españoles, como profesionales liberales? –En otros países fun­ ciona este sistema, y en España no somos dis­ n materia de derechos tintos. –¿Sería partidario de humanos todos tenemos que introducir este sistema mejorar, todos tenemos en nuestro país? –Sí. Yo creo que así el que preocuparnos, y aquí no sistema se alinearía con hay ni profesores, ni buenos otros. La verdad que es un tema digno de estu­ ni malos alumnos” dio, porque los procu­ radores han demostrado que nadie puede ser privado de su bastante capacidad para muchísi­ libertad si no es con intervención mas cosas, y algo hay que hacer con de un juez. la ejecución; si es posible, acelerarla. –¿Hay la misma preocupación Según el artículo 6 del Convenio, la en España por la eficacia y la via- ejecución está integrada dentro del bilidad del TEDH que en otros proceso, y todas sus garantías, entre países? ellas el plazo razonable, se aplican –No, y me sorprende porque en también a la ejecución. Una senten­ relación con el Protocolo 14 del que cia a favor, sin una ejecución, es un antes hablábamos y la no ratifica­ brindis al sol, como decimos en Es­ ción de Rusia, en todos los países paña. Hay que ejecutarlas, y hacerlo del Este, por supuesto, se han pu­ rápido y bien. La figura del huissier blicado artículos en los periódicos, en la ley francesa puede requerir a pero también en los países nórdicos fuerza pública, puede entrar en lu­ o en la prensa británica, en los que gar habitado y hacer muchas cosas. se hablaba de la situación de im­ Y en Francia funcionan. passe del Tribunal Europeo, de que tenía un problema. En el Consejo de Raúl de Andrés “E Abril 2007 • procuradores / 17