DICTAMEN Nº: 204/2011 TÍTULO: Reclamación de responsabilidad patrimonial por los daños sufridos por doña ALE como consecuencia de la asistencia sanitaria prestada por Osakidetza-Servicio vasco de salud. ANTECEDENTES 1. Por oficio de 24 de mayo de 2011 del Director General de Osakidetza-Servicio vasco de salud, con entrada en esta Comisión el 1 de junio de 2011, se somete a consulta la reclamación de responsabilidad patrimonial por los daños sufridos por doña ALE (en adelante, ALE) a consecuencia de la asistencia médica prestada por Osakidetza- Servicio vasco de salud. 2. La indemnización solicitada asciende a seiscientos mil euros (600.000 €) a lo que añade gastos de tratamiento psicológico, rehabilitación, kilometraje, aparcamiento y el coste laboral por contratos de sustitución y por días de consulta. 3. El expediente remitido consta, además de diversas comunicaciones y justificantes de las mismas, de (i) escrito de reclamación de 11 de agosto de 2009 que adjunta documentación acreditativa de los gastos que reclama e informe clínico de alta médica de 15 de octubre de 2007 de su hijo, (ii) historia clínica del hospital relacionado con la asistencia recibida, (iii) informe del servicio médico implicado, (iv) informe de inspección médica, y (v) propuesta de resolución desestimatoria. CONSIDERACIONES I 4. INTERVENCIÓN DE LA COMISIÓN De acuerdo con el art. 3.1.k) de la Ley 9/2004, de 24 de noviembre, de la Comisión Jurídica Asesora de Euskadi, actualizado por el Decreto 73/2011, de 12 de abril, de modificación del límite mínimo de cuantía en los asuntos sobre responsabilidad patrimonial que deban ser dictaminados por la Comisión Jurídica Asesora de Euskadi, es preceptiva la consulta a este órgano consultivo en los casos de reclamaciones de responsabilidad patrimonial de la Administración cuando la cantidad reclamada sea igual o superior a dieciocho mil euros (18.000 €). II RELATO DE HECHOS 5. Tomando en consideración la instrucción practicada, son relevantes para la resolución del supuesto planteado las siguientes circunstancias fácticas. 6. El día 3 de octubre de 2006 doña ALE de 35 años de edad y primípara, ingresa en el Servicio de Urgencias de Maternidad del hospital de … en estado de gestación de 40 semanas tras rotura espontánea de la bolsa de las aguas. 7. Se realiza la exploración obstétrica y quedó ingresada en el Área de Partos donde se le coloca cardiotocografía (en adelante, CTG) y se programa anestesia epidural. 8. La duración de la fase de dilatación es de 8 horas, la de expulsión de 1:50 horas y la del alumbramiento de 5 minutos. Por tanto, la duración total es de 9:55 horas con nacimiento de varón que presenta un APGAR de 9/10 así como un apéndice preauricular derecho. 9. Durante el proceso se presentan anormalidades en el CTG decidiéndose por el especialista abreviar el expulsivo, por lo que se procede a la práctica de una episotomía mediolateral derecha y al uso de una espátula. Finalizado el alumbramiento, se realiza la revisión del canal del parto identificándose un desgarro de grado I con afectación exclusiva de la mucosa vaginal en su cara lateral sin interesar el suelo pélvico, ni esfínter anal, procediéndose a la sutura y episiorrafía. 10. El curso del puerperio hospitalario es normal sin presencia de incontinencia alguna u otra sintomatología asociada. Al recién nacido se le realiza una extirpación del apéndice citado, y sin más incidencia, causan alta el 5 de octubre de 2006 con instrucciones para ambos. 11. Dos años más tarde, la madre es remitida por el Servicio de Ginecología del centro de salud de Munguía al hospital de … refiriendo una evolución desde el parto de dispareunia (dolor durante el coito), incontinencia urinaria y fecal, dolor sacro y sintomatología depresiva tratada por su médico de familia y por psicólogo privado en junio de 2008. 12. El 2 de diciembre de 2008 se solicita prueba urodinámica para el estudio de incontinencia urinaria y consulta para cirugía de la incontinencia fecal, decidiéndose esperar a la finalización de ambas, previo a la valoración de la estrechez de introito y de traumatología por el dolor en sacro/cóccix. Dictamen 204/2011 Página 2 de 11 13. El 15 de diciembre de 2008 es atendida en cirugía, donde comprobada una disminución del tono anal, se solicitó estudios ecoendoscópico y manométrico. En el resultado de ambos se aprecia déficit en la continencia por lesión fundamentalmente del esfínter externo de probable origen obstétrico, aconsejándose estudio de defecografía y Biofeedback. 14. El 29 de enero de 2009, realizado estudio urodinámico, se diagnostica incontinencia urinaria de urgencia, se instaura tratamiento médico y se pauta control para junio de 2009. 15. En marzo de 2009 es consultada en la Unidad del Dolor del hospital de … por el dolor lumbosacro estando pendiente de la realización de una Resonancia Magnética y Rehabilitación─según refiere la paciente en la consulta─. Realizada la pertinente exploración que resulta anodina se pone tratamiento médico y TENS lumbosacro. 16. Además, es remitida al Servicio de psiquiatría de la citada Unidad, quien en la consulta de abril de 2009 no encuentra patología a este nivel aunque receta tratamiento que finaliza con buen resultado en julio de 2009. 17. En los controles de junio de 2009, hecha la rehabilitación del suelo pélvico en un centro privado, el Servicio de Ginecología valora la existencia de: normalidad del introito, una prácticamente nula incontinencia urinaria, una importante mejoría de la incontinencia fecal y la retirada del TENS. Se programa nuevo control evolutivo para junio de 2010. III APLICACIÓN DEL RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL A) Análisis del procedimiento 18. Para el examen del expediente instruido ha de estarse a lo que establecen el Título X de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (en adelante, LRJPAC) y el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, que aprueba el Reglamento de los Procedimientos en materia de responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas (en adelante, el Reglamento). 19. La reclamación ha sido presentada por persona legitimada y en el plazo previsto en el artículo 142.5 de la LRJPAC y en el párrafo segundo del artículo 4.2 del Reglamento, ya que los daños siguen manifestándose al tiempo de la solicitud de la indemnización. Dictamen 204/2011 Página 3 de 11 20. Por lo demás, la tramitación se ha realizado de acuerdo con el procedimiento establecido. Así, consta en el expediente: (i) la reclamación inicial; (ii) historia clínica relacionada con el expediente; (iii) informe del Jefe la Sección de Partos del Hospital de Cruces; (iv) informe del Inspector Médico; (v) puesta de manifiesto del expediente y trámite de audiencia a la reclamante que no presenta alegaciones; y (vi) la propuesta de resolución. 21. Observamos que ha transcurrido un prolongado lapso de tiempo en el que ha permanecido paralizado el procedimiento, si tenemos en cuenta que su instructora acordó el 14 de enero de 2010 solicitar a la Inspección Médica que elaborara informe pericial a la vista de la copia del contenido del expediente administrativo, informe que no fue emitido hasta el 11 de enero de 2011 (con registró de entrada en Osakidetza-Servicio vasco de salud el 14 de enero). No aparece en el expediente, sin embargo, justificación de la tardanza producida. 22. Como viene declarando la Comisión en supuestos como el presente, la Administración consultante, de conformidad con lo establecido en el artículo 41 LRJPAC, debería haber actuado con mayor celeridad en orden a evitar el retraso en el ejercicio pleno de los derechos de los interesados. 23. Ello no obstante, como viene también señalando esta Comisión en sus dictámenes, procede continuar con el procedimiento, ya que tal circunstancia no exime a la Administración del deber de dictar una resolución expresa (artículo 42.1 LRJPAC) y, tratándose de un silencio desestimatorio, no existe vinculación alguna al sentido del mismo (artículo 142.7 LRJPAC). B) Análisis del fondo 24. El régimen de responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas tiene su fundamento específico en el artículo 106.2 de la Constitución (en adelante, CE) y se encuentra hoy contemplado en los artículos 139 y siguientes de la LRJPAC, resultando de aplicación a las reclamaciones que se presenten por los daños padecidos por el funcionamiento del servicio público de asistencia sanitaria (disposición adicional duodécima de la Ley 4/1999, de 13 de enero, así como en el artículo 21.3 de la Ley 8/1997, de 26 de junio, de Ordenación Sanitaria de Euskadi). 25. También para las reclamaciones que se producen en ese ámbito son requisitos exigidos para apreciar la existencia de responsabilidad patrimonial: el daño efectivo, evaluable económicamente e individualizado en relación a una persona o grupo de personas; que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal ─es indiferente la calificación─ de los servicios públicos (voz que incluye a estos Dictamen 204/2011 Página 4 de 11 efectos, toda actuación, gestión, actividad o tareas propias de la función administrativa que se ejerce, incluso por omisión o pasividad con resultado lesivo), sin intervención de elementos extraños que puedan alterar el curso causal; la inexistencia de fuerza mayor y que el perjudicado no tenga el deber jurídico de soportar el daño. 26. Como ha señalado de forma reiterada esta Comisión (por todos, DCJA 9/2007), debido a las características específicas de la actividad sanitaria, en este ámbito la imputación del daño a la Administración exige acreditar el funcionamiento anormal del servicio. 27. Por ello, la cuestión básica suele consistir en la concreción de la noción de funcionamiento normal en el ámbito de la asistencia sanitaria, para lo que la doctrina y la jurisprudencia acuden a la locución “lex artis ad hoc” que supone la observación detenida del concreto empleo de la ciencia y técnica médicas exigibles atendiendo a las circunstancias de cada caso ─recursos disponibles, forma de empleo de dichos recursos y por tanto, estándar razonable de funcionamiento─. 28. Así, si la actuación practicada resulta la indicada, valoración en la que cobran importancia fundamental los informes técnicos, el daño padecido será atribuible a la previa patología o estado de salud del paciente, recayendo sobre éste la obligación jurídica de soportar el perjuicio. 29. Expuestas las precedentes consideraciones, procede abordar su aplicación al caso planteado cuyo análisis se desarrolla a continuación. 30. La reclamante fundamenta su pretensión en que la incorrecta asistencia obstétrica obligó a un parto instrumental que tuvo como consecuencia daños en la madre (desgarro vaginal, incontinencia urinaria y fecal, dispareunia, dolor en cintura y pierna por lesión sacra y sintomatología depresiva) y en el niño (tortícolis congénita). Añade que dicho instrumental podía haberse evitado con la realización de una ecografía o, en su defecto, una cesárea y que “tras 1 hora de esfuerzo, el equipo ginecológico se percató de que … tenía el cuello girado al lado izdo. Se intentó girar el cuello de forma manual y finalmente optaron por emplear las espátulas, me hicieron la episotomía y me desgarró”. 31. En relación con el planteamiento de que la incorrecta asistencia obstétrica que produjo dichas secuelas, se ha de insistir en lo señalado en nuestra aproximación inicial, advirtiendo que en el ámbito de la medicina asistencial, salvo que exista una evidente desproporción entre el acto médico realizado y el resultado dañoso producido, no basta para determinar la existencia de responsabilidad patrimonial, con mostrar un resultado dañoso y conectar el mismo con la prestación sanitaria Dictamen 204/2011 Página 5 de 11 recibida, sino que ha de probarse igualmente que el daño sufrido es consecuencia de una asistencia errónea, atendiendo a las circunstancias concretas de cada caso. 32. En este sentido, el informe de la Inspección Médica junto con el informe del Jefe de la Sección de Partos del hospital de … son el único soporte técnico con el que cuenta esta Comisión. 33. Por una parte, el informe del Jefe de la Sección de Partos del hospital de …, de 29 de septiembre de 2009, refiere que en todo momento se actúo conforme a la lex artis ad hoc, destacando los siguientes argumentos: [La reclamante dice que “se intentó girar el cuello del feto de forma manual y que finalmente se optó por hacerle episotomía y emplear espátulas, cuyo resultado fue una tortículis congénita del recién nacido además de una lesión del esfínter anal con incontinencia urinaria y fecal y que todos esos se podría haber evitado con una ecografía y una cesárea. La tortículis muscular congénita es una deformidad del cuello, relativamente frecuente, que se presenta en el recién nacido o que se manifiesta durante los dos primeros meses de vida y que se asocia a un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo. Existen diferentes teorías para explicar la causa de la tortícolis muscular congénita. La primera de ellas relaciona la deformidad con la posición intrauterina de la cabeza, lo que provocaría una contractura, una fibrosis y un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo. La fibrosis y el acortamiento del músculo podrían deberse también a una alteración vascular intrauterina del propio músculo. Finalmente, la causa podría ser un traumatismo obstétrico que provocaría un sangrado, un hematoma y una cicatrización dentro del músculo. No existe en la Obstetricia ninguna maniobra en la que se “gire el cuello de forma manual”, siendo ésta afirmación una invención de la reclamante. Por otro lado, las espátulas son un instrumento cuyo mecanismo de acción consiste provocar un empuje desde arriba, consiguiendo dilatar el canal del parto y liberando al feto de los obstáculos sobre la cabeza fetal. Por lo anteriormente expuesto, no es posible que las espátulas sean capaces de causar un traumatismo obstétrico. En relación con la incontinencia anal, está demostrado que no existe una relación causa-efecto inequívoca entre el parto instrumental, la episotomía y la incontinencia anal, toda vez que existe suficiente documentación científica que demuestra que este tipo de lesiones se producen también en mujeres que han tenido partos vaginales normales, sin episiotomía e incluso en mujeres que han Dictamen 204/2011 Página 6 de 11 tenido cesárea. Aún en el caso de que se quisiera buscar una asociación entre el tipo de parto y la lesión, ésta sería una complicación típica no previsible ni evitable y no achacable a una mala praxis, dado que las espátulas estaban indicadas, la técnica de ejecución fue correcta y la episotomía que se practicó fue reglada sin ningún tipo de desgarro perineal o del esfínter anal asociado”. Acerca de la última parte del escrito de reclamación en donde se dice que “todo este sufrimiento podría haber evitado haciendo una ecografía en su momento o en su defecto una cesárea”, hay que decir que no es posible entender la relación existente entre la ecografía obstétrica y un parto instrumental y que citando textualmente un párrafo del libro de Obstetricia Williams podemos afirmar que “en la actualidad, la información no permite el abandono del parto vaginal instrumental a favor de la cesárea en todas las mujeres”. En conclusión se puede decir que: La tortícolis congénita probablemente sea debida a una malposición de la cabeza fetal antes del parto y con toda seguridad no es producto de una atención deficiente en el parto. Las espátulas estaban indicadas y las condiciones y la técnica de ejecución fueron correctas. Se practicó una episotomía rutinaria según la técnica habitual sin desgarro perineal ni del esfínter anal y no hubo manifestación de incontinencia anal en el postparto inmediato]. 34. Por otra parte, del informe de la Inspección Médica de 11 de enero de 2011–se desprende que todo el procedimiento de asistencia al parto, incluidas la episotomía y la instrumentalización se realizó de acuerdo con las indicaciones y pautas establecidas al efecto en los protocolos y guías de práctica clínica que determinan que la misma se halla dentro de los límites exigibles por la Lex Artis, destacando de dicho informe lo siguiente: “Respecto a los factores de riesgo en la aparición de la IO –incontinencia urinaria-, se encuentran: el género (más frecuente en mujeres): el peso: factores urogenitales (la debilidad del suelo pélvico, el estreñimiento…): el embarazo en sí mismo y el parto son el factor más influyente en mujeres jóvenes e incrementa la prevalencia de esta patología (la prevalencia ronda el 10% en nulíparas, el 15% en partos con cesárea y el 24% en partos vaginales): otras enfermedades y últimamente hay estudios que inducen a pensar en cierta influencia hereditaria. Dictamen 204/2011 Página 7 de 11 La IF –incontinencia fecal- tiene una prevalencia del 1-7% en la población general, siendo más frecuente en mujeres. Tanto durante el embarazo, como en el parto se produce compresión, estiramiento o desgarro del tejido muscular, nervioso y conjuntivo que pueden originar desgarros identificables o lesiones ocultas. En la aparición de la IF existen diversos factores etiopatogénicos y el traumatismo obstétrico es el más habitual en los casos de lesión estructural de los esfínteres anales y este, a su vez, la causa más común de IF en mujeres jóvenes. Además, el citado traumatismo en muchos casos puede ser cofactor de otras alteraciones del suelo pélvico que darán lugar con el tiempo a IF: Son factores de riesgo tradicionales: ser primípara, el parto vaginal instrumental, la prolongación de la segunda fase del parto, la episiotomía media y el producto macrosómico. En la patología de los esfínteres anales la incidencia de desgarros oscila entre el 1-3% y las lesiones ocultas con daño estructural tras el primer parto se encuentran alrededor del 30%. De ellos, en el primer caso darán una IF del 7580% tras el parto vaginal y una 10% tras cesárea electiva. Por lo tanto existe una controversia respecto a la verdadera incidencia de estas lesiones y su significado clínico. La tortícolis muscular congénita es una patología caracterizada por cambios morfológicos y funcionales de los músculos esternocleidomastoideos, afectando aproximadamente a un 0.4% de RN. Su etiología se desconoce, existiendo teorías que lo relacionan: en ocasiones con características genéticas, con mala posición de la cabeza en el útero durante el embarazo, con alteraciones en la irrigación del músculo y con el traumatismo obstétrico. Aparece al nacimiento o en las primeras semanas de vida. En ocasiones puede desaparecer espontáneamente, pero en todos los casos se recomienda tratamiento rehabilitador precoz, resolviéndose en el 90% de los casos. El tratamiento quirúrgico se reserva para el resto de los casos. (…) En conclusión, no es posible establecer una relación causa-efecto inequívoca entre las patologías referidas y el parto instrumental propiamente dicho siendo, en todo caso, complicaciones relativamente frecuentes e inherentes al embarazo y parto, no previsibles, ni evitables. Dictamen 204/2011 Página 8 de 11 Por lo anterior se hace preciso valorar las circunstancias que concurrieron en el proceso del parto. La duración de las diferentes fases del parto estuvo dentro de los parámetros establecidos como normales para las características del presente caso (primípara, anestesia regional). Durante el periodo expulsivo (2ª fase) el registro cardiotocográfico presentó anormalidades que hicieron sospechar la posibilidad de una pérdida de bienestar fetal. Ante dicha situación, siendo causa de indicación, el especialista que la atendió decidió la realización del parto instrumental (espátulas) ya que se daban las condiciones precisas para su práctica… Previamente había realizado una episotomía mediolateral dcha de uso prácticamente generalizado de este tipo de parto. En cuanto a las maniobras instrumentales cabe reseñar cabe reseñar que con el uso de espátulas, al contrario de los fórceps, no se realiza presión o tracción sobre la cabeza del feto, permitiendo la rotación espontánea, facilitando el desplazamiento y el desprendimiento cefálico por deflexión, minimizando la posibilidad de traumatismo obstétrico. Tras el nacimiento se realizó al RN el test de Apgar al minuto y a los cinco minutos siendo normal. Se revisó el canal del parto, encontrándose un desgarro grado I (afectación exclusiva de la mucosa vaginal) en la cara lateral de la vagina, procediéndose a su reparación y episiorrafía, no identificándose desgarros en periné o esfínter anal. El puerperio hospitalario fue normal, no existiendo en la documentación obrante ningún registro sobre la aparición del síntoma o signo alguno en relación a la patología a que se hace referencia. Por último, respecto a la realización de una ecografía y/o una cesárea es preciso hacer mención que, en cuanto a la primera, durante el embarazo e realizaron, al menos, dos ecografías, no existiendo indicación específica para su práctica durante el proceso del parto, como se puede observar en las guías clínicas de asistencia al parto. Sobre la segunda, que no existe evidencia científica sobre la utilidad de la práctica generalizada de cesáreas en defecto de los partos instrumentales. Además, este tipo de partos son considerados procedimientos quirúrgicos (SEGO) y durante el proceso, de aparecer alguna desviación de la normalidad, es el obstetra quién debe tomar las decisiones que correspondan y aplicar el tratamiento que considere necesario para la madre o el RN”. Dictamen 204/2011 Página 9 de 11 35. Ciñéndonos pues al supuesto planteado, nos encontramos ante un parto por vía vaginal “instrumentalizado”, es decir, un parto en el que se ha tenido que recurrir al uso de instrumental quirúrgico de espátulas, y que en estos casos es preciso recurrir a la práctica de la intervención de episiotomía con el fin de ampliar el canal del parto para facilitar las maniobras de extracción del feto, ya que con la sola capacidad de empujar de la mujer el parto no progresa y ha de actuarse con diligencia a fin de evitar el sufrimiento fetal. 36. En definitiva, el especialista que atendió el parto recurrió a los medios y procedimientos que los protocolos tenían establecidos para el caso concreto que analizamos, incluida la intervención de episiotomía, por lo que la Comisión no encuentra base para refutar técnicamente (pues no hay otra forma de desvirtuar los informes médicos obrantes en el expediente) la valoración de la praxis médica que proporciona el expediente, dado que la reclamante no acompaña dictamen profesional ni escrito de alegaciones alguno que avale sus afirmaciones. 37. Igualmente estima la Comisión que, aunque se hubiera acreditado que estas prácticas hubieran podido originar los daños referidos, ello no determinaría una responsabilidad imputable si no se demostrara que concurrió falta de diligencia en su empleo por el personal sanitario, pues no es imputable al servicio sanitario la existencia de la situación de urgencia que determina su intervención, siéndole únicamente exigible la prestación de medios para abordar con éxito y evitar o, en su caso, disminuir los daños inherentes a una situación preexistente de tipo sanitario que no ha contribuido a generar. Asume responsabilidad, por el contrario, si no evita un daño o no lo reduce en sintonía con el conocimiento científico o si, por el empleo de técnicas inadecuadas, provoca otro diferente que resulta inasumible en el estándar socialmente aceptado. 38. La Comisión considera que no se dan en el presente caso tales circunstancias. Debe descartarse la existencia de una mala praxis y, por ende, la imputabilidad del daño y la deficiencia fisiológica que presenta la reclamante al servicio público sanitario, por cuanto tales técnicas devinieron necesarias para preservar la integridad del feto y la salud de la madre y fueron elegidas y utilizadas por el personal sanitario de conformidad a los estándares de seguridad que rigen su actuación atendiendo al desarrollo de la fase expulsiva, sin que se aprecie impericia en su empleo. 39. En definitiva, la Comisión, a la vista de la información clínica obrante, considera que la atención dada a la reclamante y a su hijo fue adecuada al conocimiento científico y a los recursos tecnológicos existentes; no se percibe la existencia de falta de atención debida que hubiera evitado o mitigado la afección por la que reclama, y, una vez manifestada ésta, se le han puesto a su disposición todos los Dictamen 204/2011 Página 10 de 11 recursos de diagnóstico y tratamiento disponibles, siendo su evolución satisfactoria. 40. Por tanto, tras el examen de la instrucción practicada y los informes que se recogen en el expediente, la Comisión estima que no ha quedado acreditada la tesis de la mala praxis, pues todos los informes médicos obrantes en el expediente concluyen que la asistencia recibida fue conforme a las buenas prácticas médicas. CONCLUSIÓN No existe responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria en relación con la reclamación presentada doña ALE. 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