Nuestra relación con los demás

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Nuestra relación
con los demás
Lección
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Había llegado el momento de los testimonios en el servicio de capilla el lunes por la mañana en
la escuela bíblica. Una joven de nombre Olga se levantó para testificar.
Ella y su compañera, otra estudiante, habían ido a trabajar en una de las iglesias locales el
día anterior. Mientras ministraban en la iglesia, varios hombres ebrios entraron en la iglesia y
empezaron a reñir. Mientras los creyentes huían, uno de los hombres accidentalmente hirió con un
cuchillo a su propio hijo, el cual también estaba ebrio. Cuando Olga vio que el joven estaba herido,
ella y su amiga se apresuraron a ayudarlo. Sus propias vidas estaban en peligro, pero salvaron la
vida de un enemigo. “Oremos”, dijo ella, “para que el joven no pierda la vida y encuentre a Cristo
como su Salvador.”
Inclinamos nuestro rostro para orar, pero yo no estaba orando sólo por el joven, sino que estaba
dándole gracias a Dios por Olga y por su amor hacia los demás, ¡aun por sus enemigos!
Olga había aprendido lo que aprendimos nosotros en la lección 12. Amando a los demás
demostramos nuestro amor hacia Dios. Veamos qué dice la Palabra de Dios acerca de nuestra
relación con los demás.
En esta lección usted estudiará . . .
Nuestros superiores
Los que nos rodean
Nuestros enemigos
Esta lección le ayudará a. . .
• Aceptar sus responsabilidades en su relación con los demás.
• Aplicar el amor a toda persona.
NUESTROS SUPERIORES
Objetivo 1.
Identificar a quién el creyente debe honrar y obedecer.
Todos en alguna ocasión han estado bajo la autoridad de alguien. Los hijos están bajo la
autoridad de sus padres, los padres bajo la de los líderes religiosos y políticos. Aun esos líderes
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tienen que rendirle cuentas a alguien. ¿Qué dice la Biblia acerca de nuestra relación con quienes
ejercen autoridad sobre nosotros?
A los padres hay que amarlos, honrarlos y obedecerlos. Usted recordará que este es uno de
los mandamientos estudiados en la lección 11. Efesios 6:1-2 también dice: “Hijos, obedeced en
el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer
mandamiento con promesa.”
Las autoridades como los policías, los jueces y gobernadores también se deben obedecer.
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1).
Como creyentes también tenemos líderes, como nuestro pastor, la junta de la iglesia y los
maestros de escuela dominical. A ellos también debemos respetar y obedecer en todo lo relacionado
con sus responsabilidades.
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es
provechoso (Hebreos 13:17).
Solamente la autoridad de Dios es mayor que la de nuestros líderes. No se requiere que
obedezcamos a nuestros líderes cuando nos piden que hagamos algo que va expresamente contra
los mandamientos de Dios o de su voluntad. Lo mismo le sucedió a Pedro y a los otros apóstoles
cuando se les prohibió predicar. Pedro sabía que era necesario obedecer a Dios por sobre todo.
Hechos 5:29 dice: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres.”
1 Lea los siguientes versículos. Escriba frente a cada uno de ellos el número que corresponda a la
descripción.
. . . . a 1 Timoteo 5:17
. . . . b Colosenses 3:20
. . . . c 1 Pedro 2:13
1) Honrar a los padres
2) Honrar a las autoridades civiles
3) Honrar a los líderes de la iglesia
. . . . d Proverbios 6:20
. . . . e Mateo 22:17-21
2 Lea la siguiente lista, después escriba una X frente a quienes se le dificulte obedecer y honrar.
Padre ..................................
Madre .................................
Junta de
la iglesia ........................
Pastor .................................
Policía ...........................
Si usted ha escrito una X en alguno de los casos anteriores, pídale al Señor que le ayude a
comprender por qué se le dificulta honrarla y pídale que le ayude a respetarla y a obedecerla de hoy
en adelante.
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LOS QUE NOS RODEAN
Objetivo 2.
Reconocer aplicaciones correctas del principio bíblico de amar a otros.
Cierto día un amigo mío me dijo: “Si los inconversos me tratan mal a mí, de todos modos los
amo, pero no toleraré que me maltrate otro cristiano. Sabe bien cómo tratar mejor a la gente.”
¿Qué les hubiera pasado a Pedro y a los otros apóstoles si Cristo hubiera pensado igual que
mi amigo? Sabían bien su responsabilidad y, sin embargo, le abandonaron cuando fue arrestado y
juzgado. Aún así, cuando resucitó, se apareció a ellos y les aseguró que les amaba.
Nosotros no le hemos sido fieles al Señor en muchas ocasiones y aun así El continúa amándonos.
El nos ha pedido que amemos a los demás cristianos así como El nos ama. “Como yo os he amado,
que también os améis unos a otros” (Juan 13:34).
Debemos tratar a nuestros amigos y vecinos como nos gustaría que ellos nos trataran. Lucas
6:31 dice: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con
ellos.” También en Romanos 13:9 leemos: “ . . . Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Nuestra relación con los inconversos también debe caracterizarse por el amor. Debemos
demostrarles, con nuestro comportamiento, que Cristo vive en nosotros.
Richard Wurmbrant, un pastor cristiano que fue encarcelado por causa de su fe, cuenta de un
compañero suyo de celda que también era pastor. Era conocido por su carácter muy parecido al de
Cristo.
Más tarde, un joven comunista fue también encarcelado en la misma celda junto con los pastores.
Estos le testificaron y le pidieron que aceptase a Cristo como su Salvador, pero aquel rehusó.
Cierto día el joven comunista preguntó: “¿Cómo puedo aceptar a alguien como mi Salvador”
–dijo él– “si nunca le he conocido y no sé cómo es El?”
“Yo te diré cómo es Cristo, le dijo el pastor, “es como yo.”
Sin vacilar un momento, el joven contestó. “Si El es como tú, lo acepto como mi Salvador en
este mismo instante.”
¡Cuán poderoso testimonio poseía este pastor! Me temo que haya muy pocos cristianos que
puedan decir: “Cristo es como yo.” Pero quiere que seamos como El es, que la gente lo pueda ver en
nosotros. Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Digámosle al Señor todos los días que queremos asemejarnos a El. Después, hemos de respaldar
nuestras palabras con nuestras acciones y ser como El es.
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3 Medite sobre las siguientes posibles circunstancias. De acuerdo con lo que hemos estudiado,
¿cuáles de estas circunstancias son correctas para los creyentes y cuáles no lo son? Escriba la letra
C cuando esté correcta y la letra I cuando esté incorrecta.
. . . . a Un compañero suyo cristiano lo calumnia. Usted está pensando enjuiciarlo.
. . . . b Su vecino le dice: “¡No vuelvas a hablarme de Cristo otra vez!” Al siguiente día cuando él
necesita ayuda, usted va y le ayuda.
. . . . c Su pastor predica sobre un tema que a usted no le gusta, por lo que usted se levanta de su
asiento y se sale del templo, demostrando así su disgusto.
. . . . d Un amigo suyo cristiano cae en pecado y en lugar de exponer el caso a la iglesia, va usted
con él en privado y le ayuda a arrepentirse y a pedirle perdón a Dios.
4 Lea 1 Juan 4:7-21. De acuerdo con estos versículos, ¿cuáles de las siguientes declaraciones son
CORRECTAS?
a Nosotros amamos porque Dios nos amó primero.
b El que no ama no conoce a Dios.
c En el amor hay temor, porque el amor puede ser rechazado.
d El amar a Dios es suficiente; no necesita usted amar a su hermano si éste le trata mal.
NUESTROS ENEMIGOS
Objetivo 3.
Comparar sus propias acciones con el principio bíblico de amar a otros.
¿Recuerda la historia de Olga al principio de esta lección? ¿Amaba ella a los que le hacían
daño? En lugar de haber orado pidiéndole a Dios que sanara al joven herido, pudo haberle pedido
que los castigara por sus malas acciones.
¿Sería esto último una actitud cristiana? ¡No! ¿Qué hizo Cristo la noche en que fue arrestado
cuando Pedro le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote? El siervo era enemigo de Cristo, pero
Lucas 22:51 dice: “Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó.”
Deseamos ser como Cristo quien amó a sus enemigos y los perdonó. En Mateo 5:44 El dijo:
“Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los os aborrecen, y orad
por los que os ultrajan y os persiguen.” Y en Mateo 6:15 dice: “Mas si no perdonáis a los hombres
sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
El amor es la virtud cristiana principal. En 1 Corintios 13:13 dice: “Y ahora permanecen la fe,
la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”
Los cristianos deberían amar a Dios primeramente. A cambio Dios pondría su amor en nuestros
corazones para que amáramos a nuestros amigos y enemigos. “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37).
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros” (Juan 13:34). Memorice este versículo y repítalo varias veces,
recordando que el amor constituye la responsabilidad más importante del creyente hacia Dios y a
sus prójimos.
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5 ¿Cuáles de las siguientes declaraciones son CORRECTAS en relación con su vida?
a La forma en que trata a su familia influye para que acepten lo que usted dice acerca de Dios.
b Sus acciones producen en sus amigos el deseo de obtener el mismo poder de Dios que le ha
transformado a usted.
c Usted está orando constantemente para que cuando la gente lo vea, ellos puedan ver a Cristo
también.
d Usted está orando por sus amigos para que no se les dificulte amar a otros.
1 a
b
c
d
e
3)
1)
2)
1)
2)
Honrar a los líderes de la iglesia.
Honrar a los padres.
Honrar a las autoridades civiles.
Honrar a los padres.
Honrar a las autoridades civiles.
4 a
b
c
d
Correcta.
Correcta.
Incorrecta.
Incorrecta.
2 Su respuesta.
5 Sus respuestas. Si algunas de las declaraciones NO se aplican correctamente a usted, repase la
lección otra vez, punto por punto. Examine sus acciones y pídale a Dios que le dé la fortaleza
para vivir de acuerdo con las normas divinas día tras día.
3 a
b
c
d
Incorrecta.
Correcta.
Incorrecta.
Correcta.
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