Metabolismo en el síndrome de Gilbert Álvaro Arribas Cerezo 6º Medicina. Universidad de Navarra Introducción El síndrome de Gilbert se caracteriza por disminución en la conjugación de bilirrubina, causada por la menor actividad de UDPGT. Esto es debido a un defecto molecular ubicado en el elemento TATAA de la región del promotor del gen de UGT1A1 en un punto corriente arriba del exón 1 que consiste en la inserción de un TA extra en la región promotora del primer exón. El elemento diagnóstico principal es la ictericia producida por la hiperbilirrubinemia. El diagnóstico diferencial debe hacerse a partir de un aumento aislado de la bilirrubina indirecta y la normalidad de pruebas bioquímicas hepáticas. Esto incluye fármacos como la rifampicina o el probenecid, la eritropoyesis ineficaz y el síndrome de Crigler-Najjar. Organización estructural del complejo génico UGT1 humano Material y métodos Estudio del metabolismo en el síndrome de Gilbert y sus repercusiones. Caso clínico y revisión bibliográfica. Caso clínico Conclusión Considero lo más relevante del síndrome de Gilbert su protección frente a la aterosclerosis, la enfermedad cardíaca isquémica y el cáncer; ya que son unas de las principales causas de muerte hoy en día en los países desarrollados. Beneficio del “síndrome de Gilbert iatrogénico”. Preferencia de trasplantar un hígado de donante vivo con síndrome de Gilbert a pacientes pluripatológicos (DM2, aterosclerosis, enfermedad cardíaca isquémica). A mi parecer, es innecesario el test de rifampicina en atención primaria (coste, efectos secundarios, fácil diagnóstico del síndrome de Gilbert). Me parece injustificado el tratamiento del síndrome de Gilbert con fenobarbital. Sería interesante en un futuro el estudio de las causas más frecuentes de morbimortalidad en pacientes con síndrome de Gilbert. El síndrome de Gilbert podría considerarse una garantía de aumento de la esperanza de vida o de AVAC (años de vida ajustados por calidad). Transporte hepatocelular de la bilirrubina Resultados y discusión En los pacientes que padecen síndrome de Gilbert, encontraremos en la gran mayoría de ellos la inserción de un TA extra en la caja TATAA del promotor del UGT1A1. Para producir la enfermedad se requiere además la cooperación de c.-3275T>G (polimorfismo en el gtPBREM) y otros diez polimorfismos más. La bilirrubina elevada en suero se ha comprobado que tiene la capacidad de disminuir el estrés oxidativo y aumentar la vasodilatación dependiente de endotelio. Estas capacidades producen una disminución de enfermedades cardíacas isquémicas, hipertensión arterial, síndromes inflamatorios y algunos tipos de cáncer en pacientes con síndrome de Gilbert y aumenta la función endotelial en aquellos que además padezcan diabetes mellitus tipo 2. Con respecto a la valoración del donante vivo de hígado que padece síndrome de Gilbert, se concluye que es totalmente seguro tanto para el donante como para sus receptores. La elevación de bilirrubina tras el tratamiento con tocilizumab, en ausencia de signos de disfunción hepática, se relaciona con un muy probable síndrome de Gilbert. El atazanavir produce una hiperbilirrubinemia muy similar a la que ocurre en el síndrome de Gilbert, por ello se podría utilizar para aumentar la función endotelial en diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Fármacos como el probenecid o la rifampicina producen elevación de la bilirrubina sérica y se plantean como inductores de “síndrome de Gilbert iatrogénico” con el fin de prevenir y/o tratar muchos trastornos en los que la oxidación juegue un papel patogénico predominante. Se prefiere el probenecid, ya que es más seguro que la rifampicina. La rifampicina también se ha planteado con el fin de confirmar un diagnóstico de sospecha de síndrome de Gilbert a través de la realización del test de rifampicina en atención primaria. Dedicado a Javier Arribas Cerezo Bibliografía: 1. Longo DL, Fauci AS, Kasper DL, Hauser SL, Jameson JL, Loscalzo J, editores. Harrison principios de medicina interna. Vol 1 y 2. 18a ed. México: McGraw‐Hill; 2012. 2. Guyton, A.C, E. Hall, J.E, Tratado de fisiología médica. 11a ed. Barcelona: Elsevier Saunders; 2009.