FORO DE LA COHESIÓN (BRUSELAS, 21 DE MAYO DE 2001) (Borrador de intervención del Sr. Ministro de Hacienda) Sres. Presidentes del Parlamento, del Consejo, de la Comisión, del Comité Económico y Social, del Comité de las Regiones; Sr. Comisario responsable de la Política Regional; Sras. y Sres. representantes de los diferentes estados y regiones europeas: ♦ Es para mí un honor poder participar, junto a tan estimados y destacados colegas, en esta mesa redonda destinada a analizar las experiencias, conclusiones y perspectivas que pueden extraerse de la aplicación de la política regional y de cohesión a lo largo de más de un decenio. ♦ En primer lugar, me parece muy oportuno felicitar a la Comisión y, muy concretamente, al Comisario Barnier, responsable de la Política Regional, por la organización de este Seminario, en un momento tan relevante para la Unión Europea como es el de su ampliación a nuevos países miembros. ♦ En segundo lugar, quiero mostrar mi satisfacción por el segundo Informe sobre la Cohesión Económica y Social elaborado por la Comisión Europea, y que ha sido muy bien recibido en España. Los diferentes gobiernos regionales y administraciones de mi país, los principales agentes económicos y sociales, como recientemente pudo comprobar el propio Comisario Barnier en Madrid, han considerado que el documento tiene gran interés y utilidad. ♦ Es, en mi opinión, un documento bien enfocado. Analiza hechos contrastados empíricamente y describe la realidad de la política de cohesión de los años pasados. Pone de manifiesto los importantes retos de futuro y ofrece respuestas, sobre las que mi Gobierno está dispuesto a 1 debatir. Hoy, en nombre del Gobierno Español, quiero animar a la Comisión a seguir este trabajo riguroso para encontrar, entre todos, las mejores soluciones al importante problema que nos plantea la nueva ampliación en el terreno de la política regional y de cohesión. ♦ La política regional y de cohesión comunitaria, al igual que ocurre con las políticas específicas desarrolladas por los Estados Miembros, es un instrumento fundamental de la Unión Europea para reforzar el crecimiento económico de todos los países miembros, así como la distribución regional equilibrada de este crecimiento. La política de cohesión económica y social es, por tanto, uno de los principales pilares sobre los que se asienta la construcción europea. Sin un grado suficiente de cohesión entre los países y regiones que componen la Unión no es viable el proyecto europeo. La política regional y de cohesión ayuda a que los países y regiones más atrasados puedan beneficiarse con plenitud de las oportunidades del mercado interior y, en su caso, de las ventajas de una moneda única y de una política monetaria común. ♦ Por eso, la política regional no es una política suplementaria de solidaridad o un esfuerzo añadido para los países más desarrollados. Pertenece a la propia esencia del proyecto europeo y es fundamental para que pueda avanzarse en el proceso de integración. No podemos decir, en consecuencia, que la política regional interesa solamente a los países receptores o que es una ayuda para unos países y una carga para otros. La política regional y de cohesión es un instrumento integrador de toda la Unión Europea con el que todos los países estamos de acuerdo. ♦ Esta idea es perfectamente comparable con la cohesión regional que realizamos en nuestros propios países, donde los gobiernos aplicamos a través de los presupuestos nacionales la misma política. Y con ello superamos el debate entre las regiones que pagan y las regiones que reciben recursos. Todos sabemos que más allá de los balances financieros entre países o entre regiones están el balance económico global y el balance político, de cuyos beneficios para todos nadie duda. La política de 2 cohesión responde plenamente al objetivo integrador de la Unión Europea y a las aspiraciones de los países candidatos (como fue el caso de España en 1986) porque todos hemos pretendido adherirnos al proyecto europeo para mejorar nuestra situación e incluso alcanzar a las naciones más prósperas en su nivel de bienestar. ♦ La Comisión y los Países Miembros pueden estar bien satisfechos del funcionamiento de la política regional y de cohesión. El mayor crecimiento de los países menos desarrollados de la Unión Europea es el mejor indicador de la eficacia de esta política comunitaria. Este mayor crecimiento económico mejora el bienestar de los países menos desarrollados, pero también procura nuevas oportunidades para el conjunto de los Estados de la Unión Europea. El desarrollo de las infraestructuras, del capital productivo y la notable mejoría del entorno económico de los países y regiones más atrasados son una oportunidad para los países más desarrollados. Así, pueden aumentar sus exportaciones hacia nuevos mercados en expansión y beneficiarse también de su dinamismo. ♦ Visto desde España, donde un 70% de las importaciones proceden de la Unión Europea, es evidente que nuestro mayor crecimiento económico se traslada automáticamente en buena medida al exterior, con la abundante importación de bienes y servicios producidos en los países de la Unión Europea. Pero, al mismo tiempo, este mayor crecimiento económico supone una creciente aportación de nuestro país al presupuesto comunitario. Y esta mayor contribución a la Unión Europea, más que una carga es una legítima aspiración, porque significa que nos vamos aproximando al nivel de bienestar de los países más desarrollados de la Unión Europea. Repito, esta legítima aspiración es y ha sido siempre un móvil esencial del proyecto europeo. ♦ Dicho esto, no debemos concluir que la política de cohesión es suficiente. Juega un papel muy relevante, pero sólo encuentra todo su sentido dentro de una política de estabilidad macroeconómica y de plena realización del mercado interior en cada uno de los países miembros. Todos los países, 3 pero especialmente los menos avanzados, aspiran legítimamente a que demos mayor impulso a las reformas estructurales que constituyen el verdadero mercado interior. Con esto no hacemos más que cumplir las reglas de la Unión Europea que entre todos hemos determinado. Es decir, apoyar el crecimiento con políticas ortodoxas de consolidación fiscal y reformas estructurales que liberalicen nuestros mercados. ♦ La consolidación fiscal es también necesaria para que los países dispongan del margen presupuestario suficiente para cofinanciar los proyectos respaldados con fondos europeos. ♦ Debemos felicitarnos por el positivo balance que hace el segundo Informe de la Comisión sobre la importante contribución de la política de cohesión al proceso de convergencia real. En mi país, esta contribución ha sido muy significativa y según nuestras proyecciones, lo seguirá siendo en el período 2000-2006. ♦ Como pone de manifiesto el Informe de la Comisión, la futura política de cohesión en la Unión ampliada tendrá que asumir tareas más amplias e intensas, dado el incremento de las diferencias que se producirá con la adhesión de nuevos Estados-miembros. ♦ Aunque con ligeros matices, el Gobierno de España considera correctas en lo esencial las prioridades futuras del Informe de la Comisión para la política regional en una UE ampliada. También coincidimos en que dicha política debe, en lo fundamental, seguir concentrándose en los territorios menos desarrollados y con problemas más graves. Consideramos que los nuevos estados y regiones deberán beneficiarse de manera intensa de dicha política desde el mismo momento de la adhesión. Es muy positivo, que el Informe reconozca que los problemas de los estados y regiones que ahora estamos en la Unión no van a desaparecer como consecuencia de la ampliación y de las correcciones estadísticas que de ella se deriven. 4 ♦ En este sentido, el Memorándum presentado recientemente por España recoge claramente el apoyo de nuestro país al proceso de ampliación de la Unión Europea y nuestra implicación directa en que las negociaciones puedan concluir en los plazos previstos. Pero al mismo tiempo señalamos, del mismo modo que lo han hecho otros países, que la ampliación afecta a las políticas de la Unión. Por eso España y por lo que a la política regional se refiere, se limita a pedir que se tenga en cuenta este hecho y sea considerado en las negociaciones de adhesión. Así el debate sobre el futuro de la política regional, sobre sus medios y sus prioridades y procedimientos, resultará más sencillo políticamente y más seguro desde el punto de vista técnico. ♦ El proceso de ampliación es una inversión de futuro de la Unión Europa como espacio de libertad, seguridad, justicia y bienestar. Los países que en este momento negocian su adhesión aspiran a aproximarse en su nivel de bienestar a la media europea. En este contexto, la política de cohesión habrá de asumir todavía mayor protagonismo, dado que pertenece a la esencia misma de los ideales que impulsan la integración europea. Muchas gracias por su atención.