RESUMEN Y CONCLUSIÓN

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RESUMEN Y CONCLUSIÓN
La pregunta fundamental de este estudio es cómo analizar el patrimonio cultural de Mesoamérica
en servicio de (1) una política adecuada, respetuosa y realista de protección, conservación y
restauración, (2) la posibilidad de crear nuevas obras de arte y arquitectura, que continúen esta
tradición cultural, y (3) una contribución al desarrollo y bienestar de las comunidades
descendientes. Esta búsqueda se concretizó primeramente en un trabajo extenso en la comunidad
de Macuilxochitl Oax., que tenía como objetivo concreto recuperar y restaurar la capilla del siglo
XVI. Durante este trabajo fue evidente que el valle y la comunidad actual de Macuilxochitl están
íntimamente vinculados con el Espacio Sagrado como acusan la ubicación de sus edificios
mesoamericanos y coloniales emplazados en las montañas y en el valle mismo. De aquí que por
metáfora los ancestros están simbolizados por las piedras, cuevas y otros elementos del Espacio
Sagrado (contexto natural que rodea a la comunidad de Macuilxochitl), que de manera conjunta
con la arquitectura sagrada mesoamericana y colonial conforma o refiere a un Lugar de Origen,
un Poder de Origen: pinturas rupestres, fósiles de animales prehistóricos, el santuario
mesoamericano con sus templos antiguos, y la capilla abierta del siglo XVI. El Mapa de
Macuilxochitl del siglo XVI confirma este análisis ya que muestra a tres personajes centrales
ubicados dentro del corazón de la montaña, escena que connota un Chicomoztoc por la forma de
su representación (que recuerda el relieve de Chalcatzingo: la imagen de la persona sentada en la
cueva, evocando la lluvia).
Lo interesante es observar cómo todos los elementos arquitectónicos y el contexto mismo están
anclados directamente a la Montaña Sagrada, incluso el Templo del siglo XVI a pesar de ser de
culto católico. Su trazo y ubicación obedece a los principios filosóficos mesoamericanos. Este
fenómeno es una constante en los lugares donde se produjo el encuentro entre Mesoamérica y
Europa. Lo podemos constatar también en otros centros ceremoniales donde la orientación de los
antiguos templos mesoamericanos responde a los eventos solares y se mantiene cuando sobre
ellos se desplantan los templos cristianos. Lo podemos ver en Nexicho, comunidad igual que
Macuilxochitl perteneciente a la civilización zapoteca, en Xilitla, San Luis Potosí, en
Chapulhuacan, Hidalgo, y en la comunidad mixteca de Yucunama, entre otras, aunque esto fuera
en contra de sus propios cánones religioso-arquitectónicos de la época antes del concilio de
Trento.
Por otra parte hay casos en que - tal vez por estas razones - las ordenes religiosas invasoras que
llegaron en el siglo XVI ubicaron sus casas sedes (conventos y templos) precisamente en lugares
diferentes a los asentamientos primordiales mesoamericanos, para así restar importancia a estos y
de acuerdo a un plan bien diseñado fracturar las regiones o reinos con la fundación de distintos
conventos a los cuales se les encomendó parte de un mismo territorio antiguo. Esto lo podemos
ver en el reino de Macuilxochitl al cual pertenecían los actuales poblados de Ixtaltepec, Teitipac,
Abasolo, Tlacochahuaya, Guelavia, etc. y que fue dividido entre los conventos de Tlacochahuaya
y Teitipac -es decir aquí es claro el precepto de “divide y vencerás”. Quizá esta división haya
contribuido a los conflictos por tierras entre los pueblos vecinos y a la pérdida de la lengua
materna y del arraigo cultural.
Pero aun con todo este proceso colonizador podemos decir que la existencia y la organización
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espacial de estos lugares en la realidad actual siguen reflejando un vínculo profundo con la
filosofía mesoamericana. Por la necesidad de dar respuesta a la colonización con todas sus
implicaciones y a la imposición de una nueva religión, plasmaron en los santos cristianos a las
deidades originarias. Así los valores religiosos mesoamericanos siguen vigentes en la memoria
cultural que se materializa, por ejemplo, en las diferentes ceremonias de pedimento que hasta
hoy se siguen llevando a cabo. Por eso la importancia de fundar museos en estas comunidades,
que, como en la antiguedad fueron centros religiosos, lugares de culto, Lugares Primordiales,
hoy se convierten en lugares de conocimiento de nuestro propio origen, lugares desde donde se
pretende superar el mayor daño de una invasión de las más funestas que se tenga conocimiento.
Con este entendimiento se propuso proteger y revitalizar el templo del siglo XVI desplantado
sobre un antiguo templo zapoteca con el objetivo de darle un uso que permite conocer para
dignificar nuestro origen ancestral que es el alma de México, además de él propio edificio y así
potencializar el cuidado de los testimonios de nuestra identidad como es la lengua, la
arquitectura, las ceremonias del pedimento, el universo simbólico, en una palabra el
autoreconocimiento. Por un un trabajo intenso, a partir de la voluntad del pueblo y de sus
autoridades, expresada en asambleas y aunada al análisis técnico e histórico-cultural, hoy la
capilla ha sido recuperada, restaurada y redignificada como museo comunitario. El espacio
interno se presta también, como ya se experimentó, para conferencias y presentaciones
musicales. De esta manera es una herencia cultural viva. No se trata de simplemente proteger un
immueble antiguo como "patrimonio" estático y permanentemente vulnerable, no se trata de
encerrarla dentro de rejas con letreros de "se prohibe entrar", sino de restaurarle la vida como
monumento cultural, en beneficio de su comunidad. A la vez así se evita una celebración de este
edificio como una construcción colonial. El contenido museográfico establece una conexión con
el mundo mesoamericano, tanto del pasado como del presente, y le da presencia como un
testimonio de una profunda y compleja interacción cultural.
La experiencia de trabajo en Macuilxochitl enseña que para valorar debidamente la significación
y la potencia de Mesoamérica en la historia y la arquitectura nacional, es necesario estudiar lo
que puede conocerse acerca de sus orígenes, florecimiento que alcanzaron sus diversos reinos y
el contacto con la cultura occidental con sus mutuas influencias históricas y arquitectónicas. Esto
implica hacer el análisis histórico del momento del contacto entre la cultura mesoamericana y
europea, pero no, como muchas veces se hace, desde la óptica occidental, sino desde el punto de
vista mexicano, es decir, mesoamericano. Como herederos directos de Mesoamérica nuestro
entendimiento de la historia es diferente a la visión colonial que nulifica a las civilizaciones
antiguas de México.
Existen todavía muchas lagunas que grandes investigadores dejaron sin resolver en cuanto a su
filosofía, geometría, arquitectura, literatura y su relación geohistórica, pero también existen
alrededor nuestro grandes testimonios tangibles e intangibles. No podemos pasar por alto que
todavía puede oírse un gran número de poblaciones hablando lenguas mesoamericanas y que
entienden desde su propia óptica a sus templos que finalmente fueron construidos por sus
ancestros, como herencia para ellos. La llegada de los europeos no acabó con las culturas
antiguas de México, sino que se montó en ellas y esto se manifiesta en todos y cada uno de las
obras realizadas desde la época colonial hasta nuestros días.
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De aquí las preguntas: ¿Cuál es la relación geográfica de las fundaciones religiosas
mesoamericanas de la región y su impacto en los asentamientos monásticos coloniales? ¿A que
se debe su ubicación en poblaciones prácticamente despobladas y aisladas?
No existe hasta la fecha un estudio geohistórico completo de la existencia, mucho menos del
significado, de los templos mesoamericanos y su relación con los asentamientos religiosos
europeos hasta ahora conocidas y desconocidas de la zona en el siglo XVI.
Tampoco sabemos aún: ¿Cuál es la relación de la arquitectura, urbanismo, lienzos, códices,
muralismo, etc., como respuesta a la función, expresión y construcción para propios y extraños?
¿En que momento se da la transculturación del concepto geométrico-filosófico original para
propios y extraños? ¿En dónde encontramos la síntesis conceptual de la filosofía mesoamericana
y europea para entender el concepto filosófico del mesoamericano del siglo XVI?
Estudiando la ubicación del santuario de Macuilxochitl en su paisaje me di cuenta de la
existencia un espacio sagrado, que se puede describir, al menos en parte, en términos de
relaciones visuales, conexiones y proporciones, es decir en términos de una geometría sagrada.
El capítulo 2 explora esta geometría sagrada en varios paisajes arqueológicos y obras de arte
antigua. Parto de la idea que en México desde hace miles de años nuestros ancestros nos hablan
expresándonos un mundo que sigue vigente en nuestra vida cotidiana a pesar de la invasión de
otro mundo -el europeo- que supieron sumar a su pensamiento filosófico y que hoy no hemos
podido comprender desde sus propios términos. Esta inquietud sumada a mi inconformidad con
el modo meramente descriptivo o anecdótico y con un enfoque occidental cómo se nos ha
enseñado la historia de México y la arquitectura, han guiado este trabajo de investigación
buscando una manera más plena en la comprensión del por qué estas fuentes primarias tienen la
capacidad de transmitir tal cantidad de sonoridades existenciales a lo más profundo de nosotros
mismos.
Para comprender mediante la geometría, arquitectura, códices, lienzos, paisaje, etc., las
motivaciones y las emociones de una civilización como la mesoamericana a través de la
hermenéutica incluyendo a la cultura europea, sus mutuas influencias, su transculturación, es
necesario entender que estos son producto del inmenso trabajo del espíritu humano pues nos
hablan, nos conmueven, sin embargo, cuando se intenta comunicar a otros la razón de nuestro
entusiasmo por la experiencia vivida, surge el enorme problema de explicar fríamente el por qué
esta vivencia tiene un significado profundo.
La reflexión sobre nuestros juicios y prejuicios desde el horizonte que nos provee la geometría y
la hermenéutica en cuanto a la interpretación de estas fuentes primarias me ha permitido
replantear la presencia cotidiana de las culturas mesoamericanas en todos los niveles
socioculturales de México y aceptarlas no como un ente extraño sino como parte de nuestra
identidad constitutiva. Es por ello que uno de los objetivos fundamentales de esta investigación
es entender la arqueología del espacio sagrado como formando parte del todo armónico del
pensamiento filosófico mesoamericano.
La hermenéutica geométrica como método heurístico y como clave para un estudio integral de
los monumentos, es una herramienta útil para el diseñador de espacios arquitectónicos y un
procedimiento aplicable en dos sentidos: cuando se parte del análisis de la primera necesidad de
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espacio arquitectónico que se plantea al arquitecto antes de iniciar su proyecto o, en sentido
inverso, cuando se trata de analizar una obra ya existente y llegar retrospectivamente a la
necesidad primaria que debía resolver el artista creador.
En ese sentido un marco metodológico de análisis es una salida liberadora para toda persona que
desee profundizar un poco más en el por qué y el cómo de la arquitectura, y debe ser aplicado
con flexibilidad y con la conciencia de que es una “forma englobante” que estudia las partes de
un todo sin intentar desmembrar su unidad armónica. Es así como se abordó en este capítulo 2: a
través de la geología, geometría y hermenéutica fue posible avanzar en el entendimiento del
pensamiento filosófico mesoamericano, de las vivencias y motivaciones psicológicas y de su
respuesta creativa, artística y literaria: la iconografía, la arquitectura y sus cualidades expresivas.
Enfocamos por eso la forma como significante. Podemos aplicar esta hermenéutica geométrica y
arquitectónica también a los documentos que a lo largo del proceso histórico de México se han
escrito con un lenguaje pictográfico, urbano-arquitectónico, con caracteres latinos, entre otros.
Varios libros pictográficos nos muestran el uso consciente y complejo de esquemas de
organización simbólica y espacial en Mesoamérica. Un ejemplo muy impresionante es el
cosmograma en la primera página del Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), que presenta la
unidad de tiempo y espacio, con una serie de deidades, en forma de una cruz con un movimiento
dinámico interno causado por el sacrificio del dios Tezcatlipoca. Obviamente esta forma
posteriormente permea el símbolo cristiano e interpreta la crucificación en términos de la
filosofía mesoamericana acerca del sacrificio. Esto se ve en obras coloniales que incorporan arte
antigua (como la Cruz de Topiltepec), pero también en rituales de hoy en día, como la ceremonia
de la Santa Cruz, el día 3 de Mayo, que reproduce la antigua celebración del paso del sol por el
cenit como anuncio de la temporada de las lluvias.
Para comprender cómo estos monumentos, documentos y rituales reflejan el universo simbólico
de la civilización mesoamericana, el pensamiento filosófico, el conocimiento cierto del espacio
por sus principios y causas y los valores humanos intrínsecos, los consideramos como un todo y
como parte integral de un paisaje, experienciado de manera holística y continua como un espacio
sagrado.
La hermenéutica permite establecer la relación entre espacio sagrado, concepto y expresión, a
partir de la observación de su permanencia fija en el espacio geográfico mesoamericano que no
admite generación ni destrucción y que es la sede de todo lo que se genera.
La geometría dentro del paisaje como expresión para dar respuesta a sus necesidades
psicológicas como parte de su realización nutriéndose de su pasado y generando un concepto que
define su origen y pensamiento con una profundidad filosófica expresada en las formas como
sustancias eternas que constituyen el mundo, ésta nos permite percibir sus consideraciones
intelectuales universales. Es por ello que podemos jugar con los paralelismos del mundo
mesoamericano y el resto del mundo. Las mismas medidas y proporciones nos remiten a un
espacio y una estructura cognitiva cargada de sentido filosófico y por ende religioso.
“¿Eres tú verdadero (tienes raíz)?
Sólo quien todas las cosas domina,
El Dador de la vida
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¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
No tengan tormento!
Todo lo que es verdadero (lo que tiene raíz),
dicen que no es verdadero (que no tiene raíz).
El dador de la vida
Sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Porque él es el dador de la vida.”
Este poema, escrito por el filósofo mesoamericano Nezahualcoyotl en el siglo XV, nos
demuestra el reconocimiento emocional de la fuerza divina que da la vida, y que es "verdad"
(nelli en nahuatl), concepto que connota el tener una raiz en la tierra. De manera similar los
mixtecos conciben la verdad y la ética (pureza) como un conjunto expresado en la metáfora del
"camino recto" (ichi ndoo, ichi ndaa).
Esta misma hermenéutica ocupamos en el tercer capítulo que trata del Lienzo de Otla,
documento que me fue mostrado por las autoridades de la comunidad, quienes también me
permitieron hacer el estudio, en colaboración con algunos otros colegas. Muchas personas de la
misma comunidad nos acompañaron y guiaron durante todo este trabajo. Juntos pudimos
identificar el contenido geográfico e histórico del texto pictográfico. Al mismo tiempo nos dimos
cuenta de cómo Otla, situado al pie del Cerro Verde, se encuentra en un espacio sagrado. El
análisis de la composición de la pintura, incluyendo las relaciones espaciales y numéricas, nos
descubre otra capa de significados más profundos, remitiéndonos precisamente a ese espacio
sagrado como un Chicomoztoc, cueva de origen. Así podemos entender el lienzo como una
respuesta a la colonización: los sabios mesoamericanos dejaron plasmado en este manuscrito
parte de su pensamiento simbólico, su visión del mundo como un cosmos ordenado e inteligible,
formado por fuerzas divinas que viven y se manifiestan dentro de él. Es decir, debemos analizar
este y otros manuscritos similares como el resultado materializado de las ideas, reflexiones,
pensamientos y sentimientos creativos de los pueblos mesoamericanos, como un testimonio de lo
racional, de lo lógico, de lo filosófico y de los valores humanos de esta civilización. También de
todo esto habla el lienzo, y está aquí, en su casa, en el lugar justo donde fue creado, en un lugar
primordial por las características geográficas y geológicas, por ubicarse en el centro de
Mesoamérica…
A partir de estas interpretaciones, el capítulo 4 continua con una breve revisión del fenómeno de
la imposición de las esquemas europeas sobre el arte mesoamericano, que por una lado niegan y
cubren los contenidos originales, por otro precisamente reproducen y continuan en parte las
formas en que estaban cifrados. Un ejemplo muy claro es el Mapa de San Vicente Nuñú, que
sitúa los importantes centros urbanos de la Mixteca en un modelo de las cuatro direcciones. En la
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arquitectura vemos el mismo fenómeno en la construcción de las capillas abiertas, orientadas de
acuerdo con los principios de los antiguos centros ceremoniales subyacentes.
Es el daño psicológico causado por la colonización, una discriminación internalizada a través de
los siglos, que no nos permite ver ni apreciar esta continuidad espiritual, sino nos divide como
pueblo y afecta de manera negativa nuestra capacidad de colaboración y construcción.
La parte final de esta tesis, por eso, no se queda en el análisis, sino propone un programa de
acción concreta para superar ese daño, generando conciencia al respecto através de una
redignificación del patrimonio cultural como impulso educativo y económico.
Este programa consiste en cuatro proyectos, cada uno con un fuerte componente arquitectónico,
inspirado en el análisis arriba presentado.
1. El Museo del Palacio: Espacio de la Diversidad. La restauración del antiguo palacio de
gobierno en la ciudad de Oaxaca y su adecuación como un museo educativo, así como el guión
de la exposición permanente y de una primera exposición temporal (que incluyó la producción de
tres cortometrajes).
2. “Cultura Mixteca, ruta que siguieron los dominicos”. La construcción de paradores turísticos
en Coixtlahuaca y Yanhuitlan, así como la planeación de un tercero en Teposcolula, para
promover actividades económicas y educativas.
3. El Centro de Desarrollo Sustentable de los Pueblos de Origen, San Miguel Achiutla. La
restauración del antiguo convento y templo de Achiutla y su adecuación para actividades
culturales, en particular para ocupar el exconvento como espacio para un centro de estudios y
actividades para promover el desarrollo sustentable en toda la región.
4. El Instituto de Investigaciones de la Civilización Mesoamericana en Chalcatongo. La
construcción de un edificio dentro de la nueva universidad de Chalcatongo y la elaboración de un
currículum para el sostén académico de todo este programa, para profundizar el estudio cultural
y social, y para formar nuevas generaciones de personas que lo pueden mantener y desarrollar.
En todo este programa se contrapone al daño psicológico una identidad propia, como alma y
esencia de México, pero no en términos esencialistas, sino como ollin, movimiento, dinámica. La
identidad de México, obviamente, no es algo estático, sino incluye toda una serie de procesos
dramáticos de la historia, que están vigentes hasta hoy y que, por un análisis filosófico, se
transforman en impulsos creativos y nos inspiran con fuerza positiva.
La identidad es una riqueza que motiva las posibilidades de realización de nuestro pueblo al
nutrirse del pasado y continuar así como lo hicieron nuestros ancestros el proceso de la propia
creación sin imitar, sin copiar modelos, generando nuestros propios aportes para que el mundo
los adquiera en base a la profunda espiritualidad, filosofía y conocimiento que desde tiempos
ancestrales hemos recibido pero que no hemos sabido aquilatar convirtiéndonos en un país
consumidor en gran medida de chatarra producida por otras naciones. Debemos trabajar para
conservar este legado como desarrollo sustentable de nuestros pueblos que son sustrato muy
hondo en la identidad cultural de México, riqueza que nos permitirá ir hacia un futuro más
seguro y prometedor.
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