Nibbana [o Nirvana]

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Nibbana [o Nirvana]
Traducción al español por Jorge Contreras. ©2014
Por Bhikkhu Bodhi ©2014
El Buddha dice que enseña solamente Dukkha y el cese de Dukkha, esto es, el sufrimiento y el fin del sufrimiento.
La Primera Noble Verdad trata con el problema del sufrimiento. Sin embargo, la verdad del sufrimiento no es la
última palabra de la enseñanza del Buddha. Solamente es el punto de partida. El Buddha comienza con el
sufrimiento, porque su enseñanza está diseñada con un fin específico: está diseñada para conducir a la liberación.
Si un hombre no sabe que su casa está en llamas, vivirá allí divirtiéndose, jugando y riendo. Para hacer que salga
de allí debemos hacerle entender que su casa está en llamas. Del mismo modo, el Buddha nos avisa que nuestras
vidas se están quemando con la vejez, la enfermedad y la muerte. Nuestras mentes están ardiendo con avaricia,
odio y delusión. Una vez que somos conscientes del peligro, estamos listos para buscar una forma de liberarnos.
En la Segunda Noble Verdad, indica que la causa principal del sufrimiento es la avidez, el deseo por un mundo de
visiones, sonidos, sabores, sensaciones táctiles e ideas. Ya que la causa de dukkha es la avidez, la clave para
alcanzar el fin de dukkha es eliminar la avidez. Por lo tanto, el Buddha enseña la Tercera Noble Verdad como la
extinción de la avidez.
La Dimensión Psicológica del Nibbana
La Noble Verdad de la cesación del sufrimiento tiene dos dimensiones: una dimensión psicológica y una
dimensión filosófica. Trataremos cada una de forma resumida. Primero, la dimensión psicológica. Nos
encontramos con que la infelicidad, el descontento o el sufrimiento es un producto de la tensión entre el deseo y la
ausencia de lo deseado. Ahora, tenemos dos maneras para superar esta infelicidad. Una es obtener el objeto
deseado, para asegurar la posesión del mismo; la otra es eliminar el deseo. La enseñanza del Buddha invierte la
suposición común de que la felicidad se encuentra al satisfacer nuestros deseos. Si examinamos detenidamente la
felicidad que viene de satisfacer el deseo, encontraremos que esa felicidad es insegura y poco confiable. Esta
felicidad depende de cosas externas. Los objetos de deseo son inevitablemente transitorios, y cuando somos
separados de ellos somos infelices. Así, incluso en medio de la felicidad, somos vulnerables al sufrimiento. Por lo
tanto, el Buddha enseñó que la verdadera felicidad se logra al tomar el camino contrario, el camino de eliminar
nuestros deseos. Si eliminamos el deseo, nuestras mentes permanecerán satisfechas, contentas y felices, sin
importar cuál sea nuestra situación externa. El Buddha dice que este principio se puede llevar hasta arrancar
totalmente la avidez. Este es el cese de la avidez, el fin de dukkha visible aquí y ahora.
La Dimensión Filosófica del Nibbana
Pero el fin de dukkha tiene un significado más amplio que este. La avidez nos conduce una y otra vez en el
samsara, el ciclo de nacer y morir. Cuando se elimina la avidez, nuestras acciones no construyen kamma, por lo
que la rueda del devenir se detiene. Este es el estado de salvación final, la meta de la enseñanza del Buddha. El
estado de salvación final se llama “Nibbana” en Pali y “Nirvana” en Sánscrito. Nibbana significa literalmente
extinguir una llama. La palabra “Nibbana” utilizada por el Buddha la extinción de la llama de la avidez, la
extinción de los fuegos de la avaricia, el odio y la delusión. El Nibbana es la meta última del camino del Buddha.
El Buddha dijo: “Así como el agua de los ríos se zambulle y se funde en el océano, de la misma manera, el
camino espiritual, el Noble Óctuple Sendero, se zambulle en el Nibbana y se funde con el Nibbana.”
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Nibbana es una realidad existente
Con respecto a la naturaleza del Nibbana, a menudo se hace esta pregunta: ¿El Nibbana solamente significa la
extinción de las impurezas y la liberación del samsara o significa alguna realidad existente propiamente tal? El
Nibbana no es tan solo la destrucción de las impurezas y el término del samsara, sino también una realidad
trascendente a todo el mundo de la experiencia mundana, una realidad que trasciende a todos los reinos de
experiencia fenoménica. El Buddha se refiere al Nibbana como un 'dhamma'. Por ejemplo, él dice “de todos los
dhammas, condicionados o incondicionados, el dhamma más excelente, el dhamma supremo es Nibbana”.
'Dhamma' significa realidad existente, las realidades existentes opuestas a las cosas conceptuales. Hay dos tipos
de Dhammas, condicionados e incondicionados. Un dhamma condicionado es una realidad que ha llegado a ser
por medio de causas o condiciones, algo que surge por medio del funcionamiento de varias condiciones. Los
dhammas condicionados son los cinco agregados: la forma material, la sensación, la percepción, las formaciones
mentales y la consciencia. Los dhammas condicionados no permanecen estáticos. Estos van a través de un
incesante proceso de devenir. Estos surgen, sufren transformaciones y decaen debido a su condicionalidad.
Sin embargo, el dhamma incondicionado no es producto de causas y condiciones. Tiene las características
opuestas de lo condicionado: no tiene un surgir, no cesa y no sufre transformaciones. Sin embargo, es una
realidad, y el Buddha se refiere al Nibbana como un Dhamma incondicionado.
El Buddha también se refiere al Nibbana como un 'ayatana'. Esto significa reino, plano o esfera. Es una esfera
donde no hay nada que corresponda a nuestra experiencia mundana, y por tanto ha sido descrita por medio de
negaciones, como la negación de todas las cualidades limitadas y determinadas de las cosas condicionadas. El
Buddha también se refiere al Nibbana como un 'dhatu,' un elemento, el 'elemento inmortal' (amata-dhatu). Él
compara al elemento del Nibbana a un océano. Él dice que así como el gran océano permanece al mismo nivel sin
importar cuánta agua se vierta sobre él, de la misma manera el elemento Nibbana permanece igual, sin importar si
muchas o pocas personas alcanzan el Nibbana. Él también habla del Nibbana como algo que se puede
experimentar con el cuerpo, una experiencia que es tan viva, tan poderosa, que se puede describir como “tocar el
elemento inmortal con el propio cuerpo.” El Buddha también se refiere al Nibbana como un 'estado' (pada), como
'amatapada' –el estado inmortal o 'accutapada', el estado imperecedero.
Otra palabra utilizada por el Buddha para referirse al Nibbana es 'sacca', que significa 'verdad', una realidad
existente. Esto se refiere al Nibbana como la verdad, una realidad que los Nobles han conocido directamente a
través de la experiencia directa.
¿Está el Nibbana condicionado por el camino?
Ahora, la pregunta que se hace a menudo: si el Nibbana se logra por medio de la práctica del camino, ¿no lo hace
esto algo condicionado, algo producido por el camino? ¿No se vuelve el Nibbana el efecto de una causa que es el
camino? Aquí tenemos que distinguir entre el Nibbana y el logro del Nibbana. Al poner en práctica el camino,
uno no trae al Nibbana a la existencia, sino más bien, uno descubre algo ya existente, algo que siempre está
presente.
¿Es el Nibbana una simple aniquilación?
Como precaución, tenemos que repetir que el Nibbana no se puede entender por medio de palabras, expresiones o
el estudio de un texto. Uno tiene que entender el Nibbana por el logro del mismo. Sin embargo, con el fin de
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poder verbalizar alguna idea de la meta a la que apunta su enseñanza, el Buddha recurrió a palabras y expresiones.
Él utiliza expresiones negativas y positivas, y para poder tener una idea balanceada del Nibbana, uno debe
considerar ambos tipos de expresión. De otro modo, saldrás con una idea parcial y distorsionada del Nibbana. El
Buddha habló del Nibbana principalmente por medio de la negación del sufrimiento: como el cese del
sufrimiento, el cese de la vejez y la muerte, lo carente de aflicciones, lo carente de opresión, el estado sin tristezas,
etc. También se describe como la negación de las impurezas, los factores mentales que nos mantienen en la
esclavitud. Así, el Nibbana se describe como el mismo que la destrucción de la avaricia, el odio y la delusión.
También se le llama el desapasionamiento (viraga), la supresión de la sed, la destrucción del orgullo, el arranque
de la arrogancia, la extinción de la vanidad.
El propósito detrás de la terminología negativa es mostrar que el Nibbana completamente trascendental y más allá
de todas las cosas condicionadas; es mostrar que el Nibbana es algo deseable, que es el fin de todo sufrimiento, y
para mostrar que el Nibbana se logra al eliminar las impurezas. El uso de terminología negativa no debe
malentenderse como que el Nibbana es una simple aniquilación, un logro puramente negativo. Para corregir esta
opinión unilateral, el Buddha también describe al Nibbana en términos positivos. Él se refiere al Nibbana como la
felicidad suprema, la alegría perfecta, la paz, la serenidad, la liberación, la libertad. Él llama al Nibbana 'la isla',
una isla donde los seres pueden atracar, que es el fin del sufrimiento. Para esos seres arrastrados inevitablemente
hacia el océano de la vejez y la muerte, es un lugar de protección y seguridad.
También se describe como una “cueva” que ofrece protección de los peligros de la vejez y la muerte. Nibbana es
llamado el “estado refrescante” - refresco que resulta al extinguir los fuegos de la avaricia, el odio y la delusión.
La Historia de la Tortuga y el Pez
Para ilustrar este error de considerar el Nibbana como una simple nada, los budistas cuentan la historia de la
tortuga y el pez. Había una vez una tortuga que vivía en un lago junto a un grupo de peces. Un día, la tortuga fue a
caminar a tierra firme. Él estuvo lejos del lago por unas semanas. A su regreso, se encontró con algunos peces. Un
pez le preguntó, “Señor tortuga, ¡hola! ¿Cómo estás? No te hemos visto durante unas semanas. ¿Dónde has
estado?” La tortuga respondió, “Estaba arriba en la tierra, he pasado algún tiempo en tierra firme.” El pescado
quedó un poco perplejo y le dijo, “¿Arriba en tierra firme? ¿De qué estás hablando? ¿Qué es esta tierra firme? ¿Es
húmeda?” La tortuga respondió “No, no lo es,” “¿Es fría y refrescante?” “No, no lo es”, “¿Tiene olas grandes y
pequeñas?” “No, no tiene olas ni grandes ni pequeñas.” “¿Puedes nadar en ella?” “No, no puedes.” Entonces el
pez dijo: “no es húmeda, ni es fría, no hay olas y no puedes nadar en ella. Así que esta tierra firme de la que
hablas debe ser completamente inexistente, tan solo algo imaginario, algo sin realidad alguna.” La tortuga
respondió “Bueno, puede que sea así” y luego dejó a los peces y se fue a hacer otra caminata en tierra firme.
Los dos elementos del Nibbana
Ahora, el logro del Nibbana viene en dos etapas, las cosas se conocen como los dos elementos del Nibbana. Uno
es el elemento Nibbana con el residuo restante. El otro es el elemento Nibbana sin el residuo restante. El elemento
del Nibbana con el residuo restante es el estado de Nibbana logrado por el arahant (el liberado) en esta misma
vida. Específicamente, la extinción de la avaricia, del odio y de la ignorancia y de todas las otras impurezas. El
residuo que queda en el arahant son los cinco agregados que constituyen la individualidad de su vida presente, el
organismo psicofísico producido desde la vida anterior. Luego de lograr el Nibbana, su cuerpo y mente continúan
hasta el fin de su tiempo de vida. La segunda etapa del logro del Nibbana se llama el elemento Nibbana sin el
residuo restante. Este es el elemento del Nibbana logrado por el arahant con su deceso, con la ruptura de su
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cuerpo, lo que llamamos convencionalmente muerte. El deceso de un arahant es el completo y definitivo
desvanecimiento de la existencia condicionada. Esto no conduce a nuevo nacimiento. En su propia experiencia, el
arahant solamente ve la cesación de un proceso, no la muerte de un yo. La experiencia para él es sin importancia
subjetiva, sin referencias a un 'yo' o 'mío'. En esta etapa, el residuo de los cinco agregados ha llegado a su fin.
La Experiencia de un Arahant
Mientras vive en el estado de liberación, un Arahant aún continúa realizando las funciones necesarias de la vida.
Él duerme, se despierta en la mañana, come, habla, realiza varias obligaciones, etc. Aunque él vive el día a día, ha
arrancado completamente las impurezas: la avaricia, el odio y la ignorancia. En su organismo psicofísico no hay
más avidez, que sustenta el proceso de devenir conducente a existencias futuras. Desde el lado afectivo de la
experiencia humana, el estado de Nibbana es un estado de completa felicidad, libertad de la tristeza, de la
preocupación y del miedo. El Arahant siente dolores físicos, pero estos no perturban su mente. No les causan
molestia o tristeza. El Arahant también se encuentra en un estado de absoluta ausencia del miedo. Todo el miedo
viene de la noción de un yo o ego. Cuando estamos en peligro, le tememos a una amenaza a la seguridad del yo, o
“mí yo”, o a esas cosas que creemos que nos pertenecen. Pero para el Arahant quien ha arrancado completamente
la noción de yo, hay liberación de todo temor. Con el abandono de todas las formas de apego, el Arahant está libre
de agitación, intranquilidad y preocupación. Un Arahant se encuentra en un estado de completa ecuanimidad, con
un balance mental perfecto. No se ve agitado por los ocho vientos mundanos: la ganancia y la pérdida, la fama y
el deshonor, la alabanza y la crítica, el placer y el dolor. El estado de ecuanimidad del Arahant no es un estado de
indiferencia. La mente del Arahant está impregnada con amor bondadoso y con una compasión sin límites. Este es
el estado de Nibbana en términos de sentimiento y emoción. Además, habiendo eliminado completamente la
ignorancia, un Arahant no adquiere kamma. Sus acciones volitivas no tienen la potencia de producir un futuro
renacimiento. Él aún realiza acciones volitivas, pero son simples actividades. No dejan rastro en la mente, como el
vuelo de las aves no deja huellas en el cielo. El Arahant aún cosecha los resultados del kamma realizado por él
antes de su iluminación, pero estos no perturban su mente. Él posee un completo conocimiento y entendimiento.
Él está totalmente despierto. Él ve las cosas como realmente son. Él ya no está engañado por las distorsiones,
proyecciones y perversiones nacidas de la ignorancia.
El Estado de un Arahant luego de morir
¿Cuál es el estado del Arahant después de morir? ¿Es un estado de aniquilación, no inexistencia, o un estado de
existencia eterna en alguna otra forma? El Buddha rechazó ambas alternativas, declarando que esta pregunta no se
aplica. La pregunta, “¿Cuál es el estado del Arahant después de morir?” surge del sutil apego a la idea que un
Arahant tiene un yo. Pero ya que un Arahant no tiene un yo, él no entra en ningún estado de existencia eterna en
algún mundo celeste o como un yo universal en alguna forma impersonalizada. El Nibbana final no es un estado
de aniquilación, ya que no hay un yo a ser aniquilado o extinguido. Lo que decimos que es un Arahant es un
proceso que ha surgido dependientemente del proceso de devenir, y el logro del Nibbana final es el cese de ese
proceso de devenir. Tratar de hablar acerca de lo que yace más allá del final de este proceso, es aventurarse fuera
de los límites de la conceptuación, fuera de los límites del lenguaje.
El Buddha dijo:
“Solo hay un camino para las palabras, un camino para el lenguaje,
Un camino para los conceptos, una esfera de entendimiento,
Esto es, cuando hay consciencia junto a la mente y el cuerpo.
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Cuando no hay restos ni de consciencia
Ni del proceso mente-cuerpo, entonces no hay camino para
Las palabras, no hay camino para el lenguaje, no hay camino
Para los conceptos.”
De esto podemos ver que los conceptos no pueden concebir lo 'inconcebible' y la mente no puede medir lo
'inmensurable'. El Buddha ilustra esto con el ejemplo de una fogata. Supongamos que hay una fogata,
quemándose en dependencia del combustible, palos y leños. Ahora, si el fuego no recibe más combustible, una
vez que se utilice todo el viejo combustible, entonces el fuego se apaga; ¿dónde se fue? ¿Se fue al Norte? ¿Al
Sur? ¿Al Este? ¿Al Oeste? La respuesta a esto es que ninguna de esas preguntas se aplica. Todas ellas son
inaplicables. El fuego simplemente se ha ido1.
Artículo original: http://www.beyondthenet.net/dhamma/nibbana.html, que es una transcripción parcial del audio de una charla llamada
“Nibbana por Bhikkhu Bodhi”. El audio original se puede encontrar en el siguiente sitio: http://www.dhammikaweb.com/?p=9971
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Nota del traductor: para los hindúes de la época, el fuego era la manifestación de la Creación, Agni, y cuando se apagaba,
no se aniquilaba (como podría pensar el hombre moderno), sino que volvía a su estado de latencia. Así, esto no representaba
una aniquilación para la audiencia de la época, sino más bien, una analogía para describir la imposibilidad de comprender la
ontología del iluminado, que también es comparada con la profundidad e inefabilidad del océano (M 72).
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