El desarrollo de la revolución Después de 1792, la revolución adoptó formas más radicales y abolió lo poco que quedaba del Antiguo Régimen. La Convención Las reformas implantadas por los revolucionarios causaron la preocupación de las otras monarquías absolutistas de Europa. Por ello, en abril de 1792, los ejércitos de Austria y Prusia invadieron Francia y derrotaron a las desorganizadas fuerzas revolucionarias. El pueblo sospechó que el rey estaba conspirando contra la revolución, por lo que en agosto de 1792 atacó el palacio real de las Tullerías. La revuelta popular determinó el fin de la Asamblea Constituyente y el arresto del rey. En setiembre se convocó a elecciones para formar una nueva asamblea, llamada la Convención. En la Convención, las dos facciones políticas más importantes eran: • Los girondinos. • Los jacobinos. En una primera fase, dominada por los girondinos, la Convención decretó la abolición de la monarquía y el establecimiento de la república. Poco después, el rey fue acusado de traición, y en enero de 1793, ejecutado en la guillotina. Este hecho provocó la formación de una gran coalición europea contra Francia. En la región de la Vendée surgió, asimismo, un movimiento contrarrevolucionario conformado por campesinos católicos y realistas. Esta situación, agravada por la crisis económica, provocó la formación de un Comité de Salvación Pública dominado por los jacobinos. El periodo del Terror Entre junio de 1793 y julio de 1794, la revolución entró a su fase más radical. Los jacobinos, al mando de Maximilien de Robespierre, establecieron una dictadura que decretó la ejecución de cualquier sospechoso de traición a la revolución. Más de 50 000 personas fueron guillotinadas, incluyendo a la reina María Antonieta y muchos dirigentes girondinos. Asimismo, se decretaron medidas como la leva general para enfrentar la guerra, el control de precios, el sufragio universal, la instrucción obligatoria desde los doce años y la reforma agraria. Los excesos del gobierno de Robespierre quien incluso ordenó la ejecución de líderes jacobinos que lo cuestionaban, produjeron la reacción de la Convención. En julio de 1794, Robespierre fue destituido y ejecutado. La Convención desmanteló varias de las reformas jacobinas y aprobó una nueva Constitución en 1795. En ella se restableció el sufragio censitario, se crearon dos cámaras legislativas y el poder ejecutivo recayó en un Directorio. El Directorio Desde 1795, la revolución retomó su carácter moderado y burgués. Para evitar el rebrote de la dictadura, el Directorio se compuso por cinco miembros. El nuevo régimen se enfrentó a una constante oposición, tanto de los monárquicos conservadores como de los jacobinos, lo que causó una constante inestabilidad. Además, la crisis económica aumentaba el descontento popular. No obstante, en el ámbito externo la situación empezó a mejorar. Los entusiastas ejércitos revolucionarios lograron varios triunfos sobre la gran coalición europea, en los que empezó a destacar la figura del general Napoleón Bonaparte. Este, luego de brillantes campañas en Italia y en Egipto, regresó a Francia, donde fue recibido como héroe. Entonces, aprovechando su popularidad, decidió dar un golpe de Estado parlamentario en noviembre ríe 1799 (brumario, según el calendario republicano), y estableció un nuevo régimen: el Consulado.